#4 Tiempos
¿Ya se legalizó? | Columna de Víctor Meade C.
SIGAMOS DERECHO.
El pasado lunes 28 de junio, la Suprema Corte de Justicia de la Nación aprobó realizar la declaratoria general de inconstitucionalidad de las disposiciones de la Ley General de Salud (LGS) que prohibían el uso lúdico de la marihuana. Lo anterior se debió a que la Corte ordenó desde enero de 2019 al Congreso de la Unión que legislara para superar la inconstitucionalidad de dichas normas, aunque, después de múltiples prórrogas al plazo que fijó el tribunal constitucional, nuestros legisladores y legisladoras no lograron cumplir con el mandato.
Durante la década pasada, diversos activistas e integrantes de la sociedad civil lograron obtener amparos donde la Suprema Corte reconoció que el sistema de prohibición absoluta al uso lúdico de la marihuana, previsto en la LGS, representa una limitación injustificada al derecho al libre desarrollo de la personalidad. El primero de estos amparos —otorgado por la Corte en 2015— fue proyectado por el Ministro Arturo Zaldívar, en donde consideró que hay dos derechos en colisión, ambos con una finalidad constitucionalmente válida: el derecho al libre desarrollo de la personalidad y el derecho a la salud, tanto individual como colectiva.
Sobre el derecho al libre desarrollo de la personalidad, el proyecto de Zaldívar consideró que la prohibición del uso lúdico de la marihuana representa una interferencia en la autonomía propia de las personas, además de que el legislador pudo haber limitado las restricciones a una forma y a un lugar específicos—como sucede con el tabaco y el alcohol—, pero decidió prohibirlo totalmente. En contraste, el proyecto apuntó que estas prohibiciones tienen una eficacia escasa: el consumo de marihuana no supone un riesgo importante a la salud, genera poca dependencia y tiene un nivel bajo de incidencia en el consumo de otras drogas riesgosas.
Después de que se otorgó ese amparo, el camino argumentativo seguido por Zaldívar dio lugar a que otras cuatro personas consiguieran sus amparos, para efecto de que esa sentencia obligara a la COFEPRIS a que les emitiera sus respectivos permisos para consumir marihuana con fines recreativos. En consecuencia, esos cinco precedentes generaron —bajo el antiguo sistema de reiteración— una tesis de jurisprudencia que obliga a todos los jueces del país a aplicar el mismo criterio; es decir, a conceder los amparos solicitados por la ciudadanía. Dicha tesis jurisprudencial fue enviada al Congreso de la Unión para que se resolviera la inconstitucionalidad, lo cual, sabemos, nunca sucedió.
Desde el Senado y la Cámara de Diputados, el argumento con el que justificaron su retraso fue que se trata de «un tema muy complicado». Pasaron casi dos años y medio y nuestros representantes en el Congreso de la Unión presentaron iniciativas que realmente no son innovadoras ni representan una transición a un sistema regulatorio sin filias ni fobias; enfocado a la salud pública y derechos humanos; y considerando cada una de las etapas productivas de la sustancia en cuestión. Previendo esta situación de incumplimiento por parte del Legislativo, el artículo 107 de la Constitución faculta al Pleno de la Suprema Corte de Justicia a decidir —con un mínimo de ocho votos a favor— si se limita la vigencia de dichas normas a través de la declaratoria general de inconstitucionalidad.
Es así que el lunes pasado se discutió en el Pleno de la Corte el proyecto realizado por la Ministra Piña Hernández, donde propuso a sus compañeros ministros y ministras efectuar la declaratoria general de inconstitucionalidad del último párrafo del artículo 235 y del último párrafo del 247, ambos de la LGS. Dichas porciones normativas establecían que la siembra, cultivo, cosecha, transporte y otros distintos tipos de uso de psicotrópicos y estupefacientes —específicamente marihuana— era exclusiva para uso médico y científico, sujeto a una previa autorización por parte de la COFEPRIS, dependencia de la Secretaría de Salud. El proyecto fue aprobado con ocho votos a favor y tres en contra; estos últimos, bajo argumentos francamente endebles y poco convincentes.
Entonces, ¿ya se legalizó la marihuana? La respuesta sencilla es: más o menos. Los efectos de lo decidido el lunes pasado son que ahora la COFEPRIS podrá dar permisos para que mayores de edad puedan sembrar, cultivar, cosechar, consumir, preparar, poseer y transportar marihuana, aunque hay que ser enfáticos en que está prohibido importar, comerciar, suministrar o distribuir dicha sustancia. Estos efectos entrarán en vigor cuando la sentencia le sea notificada al Congreso de la Unión y sea publicada en el Diario Oficial de la Federación, lo cual tiende a ser un poco tardado. Es decir, para poder consumirla con fines recreativos y de manera legal, es necesario contar con el permiso expedido por la autoridad sanitaria, el cual podrá ser solicitado una vez que se publique la sentencia de la Corte y que la COFEPRIS emita los lineamientos respectivos.
Como lo abordé en este mismo espacio hace algunas semanas (bit.ly/3gezn7z), hay que distinguir entre las limitaciones jurídicas y las limitaciones fácticas al ejercicio de los derechos. Es cierto que la declaratoria general de inconstitucionalidad retiró una de las limitaciones jurídicas para —en este caso— el ejercicio del derecho al libre desarrollo de la personalidad; sin embargo, aún no hay camino libre jurídicamente hablando: sigue estando penado en el Código Penal Federal la siembra, cultivo y cosecha de marihuana. Respecto de las limitaciones fácticas, la COFEPRIS podría, por ejemplo, simplemente no dar respuesta al trámite del permiso, lo cual llevaría a la necesidad de tomar otro tipo de acciones legales.
López Obrador declaró en la conferencia matutina del 29 de junio que respeta lo decidido por la Corte, pero que si “en vez de ayudar, perjudica”, enviará una iniciativa de ley al Congreso para enfrentar el problema de la drogadicción y la violencia. Sobre esto, vale la pena apuntar que quizás el presidente no entendió nada. El gran problema de este asunto es que, precisamente, el Congreso fue quien incumplió su responsabilidad de legislar sobre la materia. Además, en caso de que se apruebe una eventual iniciativa en los términos planteados por el presidente, esta sería inconstitucional por representar una limitación al derecho al libre desarrollo de la personalidad. Podría pensarse que su posible iniciativa tratará de ser armoniosa con el mandato constitucional, lo cual se antoja difícil, toda vez que él mismo ha afirmado que solo está a favor del uso medicinal de la marihuana.
Todos los avances en materia del uso lúdico de la marihuana han sido posibles gracias a los esfuerzos de las organizaciones de la sociedad civil y al litigio estratégico que se lleva en tribunales, así como al —me parece— correcto análisis que le ha dado la mayoría de ministros y ministras en la Suprema Corte. Este gobierno “de izquierda” no ha tenido la voluntad ni el arrojo para impulsar esta agenda sin que se siga criminalizando a los usuarios y beneficiando a los grandes productores, en su mayoría extranjeros.
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#4 Tiempos
El Dios de los encuentros | Columna de Juan Jesús Priego
LETRAS minúsculas
Como, por lo general, me gusta leer a viejos autores olvidados, hoy he recitado en voz alta ante mis alumnos, antes de iniciar la clase, un poema de Sully Prudhomme (1839-1907), el famoso escritor francés.
-¿Famoso? –dijo al punto uno de ellos, que era un diablo-. ¡En su casa lo conocen!
-Bueno –digo-, es verdad que son pocos los que hoy han oído hablar de él y, sin embargo, fue el primero en recibir el Premio Nobel de Literatura, lo que ya quiere decir algo. Lo recibió, para ser exactos, en 1901, y el poema que voy a leerles se titula Mi novia. Escuchen ustedes:
-«Aún no conozco a mi esposa, a la compañera destinada a mi corazón, a la que mi atormentada juventud espera. Pero sé que ha nacido ya y que respira en este mundo». He aquí el comienzo del poema: un muchacho, que no sabemos si será el poeta mismo, suspira por la que será más tarde su mujer. Pero, ¿dónde está ella? Él sabe –o por lo menos cree saberlo, o lo intuye- que ya nació. Ahora bien, ¿en dónde, en qué calle o país? ¿Y si nació, por ejemplo, al otro lado del mundo? ¡Ah, entonces no podría encontrarla!
-Je, je –hizo otro de mis alumnos. A leguas se veía que todo aquello le parecía demasiado cursi. Pero yo contraataqué, diciendo:
–El amor, jovencitos, es un milagro de coincidencias. Vean ustedes a través de la ventana: dos seres, un hombre y una mujer, caminan abrazados por la avenida; ahora bien, ¿cómo hicieron éstos para coincidir, para encontrarse? ¿Cómo es que a un cierto punto sus caminos se cruzaron? Una cosa parece clara: que, de buscarse, jamás se habrían encontrado. ¿Comprenden ustedes? Pero prosigamos con nuestra lectura: «En lo desconocido yo te amo y me desposo contigo. Me perteneces desde el pasado, novia invisible de la que ignoro hasta el nombre»…
»La joven –proseguí- aún no ha sido vista, y aunque en presentimientos existe ya, por el momento no es más que una sombra. ¿Cómo es ella? Él lo ignora, pero pide a la Virgen «que sea tímida y que encienda un cirio cuando retumbe el trueno»; es decir, la quiere humilde y piadosa. ¿Y no es esto pedir mucho? Nuestro poeta camina por las calles y atraviesa las plazas con la mirada atenta. ¿Y si ella llegase hoy? ¡Pero, ay, son tantas las mujeres que se mueven a su lado! ¿Cuál de todas es? ¿Aquella del impermeable amarillo, quizás, o esta otra del vestido negro y el caminar cansado?
-Ji, ji –hizo otro de mis alumnos, pero al ver que lo fulminaba yo con la mirada regresó al silencio. Proseguí:
-«¡Y decir que, a pesar de todo, mi vida está desierta, que la felicidad puede pasar hoy a mi lado entre la multitud y que acaso la multitud se cierre tras ella!». Es decir, ¿y si no la reconoce? ¿Y si pasa frente a ella sin notarla y sin detenerse? Ésta es la angustia que abate a nuestro muchacho: que quizá la mujer que espera camine ahora por otra avenida de la ciudad, o ría y sueñe bajo otras nubes, bajo otros cielos. ¿Cómo saber dónde se encuentra? El río humano fluye a su alrededor y él no logra distinguir aún a la elegida. Su angustia crece y crece hasta hacerlo decir: «Tal vez nos cruzaremos durante mucho tiempo en un punto del espacio sin sonreírnos, pues nadie se atrevería a decirle a una niña que pasa: “Tú, tú eres la que estoy esperando”».
»Sí, tal vez sea esta, tal vez sea aquella. Pero, ¿cómo saberlo? El joven está a punto de volverse loco. Busca, mira y suspira: sólo esto hace, pues no puede detener a ninguna de las que pasan frente a él para decirle: “¡Eres tú, eres tú!”. ¿Cómo hacer esto sin exponerse a recibir una cachetada o, ya por lo menos, un empujón? ¡Qué dilema! Pero, entonces, nuestro joven toma una sabia decisión: ya no buscará, ya no se angustiará, sino que dejará su suerte en las manos de Dios: «Desde entonces me callo. Mi alma solitaria confía nuestra unión en el futuro al Dios que sabe unir las plantas de la tierra con hálitos del cielo».
Mis alumnos me ven sonreír, pero no alcanzan a comprender la razón de mi alegría. Uno, el más rijoso de la clase, se pone de pie y me dice:
-Yo no entendí nada. ¿Eso que nos leyó le parece bello? A mí, en realidad, me parece tonto.
Le respondo entonces que sí, que me parece bello, y no solamente bello, sino profundamente verdadero; que, en fin, hay allí un mensaje que es preciso descifrar.
-Mira -le digo, pero ya no sólo a él, sino a toda la clase a través de él-, cuando alguien se siente solo, como este muchacho, siempre estará tentado a ponerse a buscar la compañía que necesita, y en este o en aquel, o en esta y en aquella, creerá poder encontrar al amigo o a la amiga por quien suspira su alma. Pero no encontrará lo que busca precisamente por esto: porque lo busca. ¡Las personas que nuestra alma echa de menos no se buscan nunca, sino que se encuentran! Son un don de Dios, un regalo…
-¿Entonces no hay que buscar amigos? –me preguntó otro, el listillo del salón.
–No. Las personas a las que hemos de amar llegarán por su propio pie. ¿Cuándo? Cuando dejemos de buscarlas, es decir, cuando Dios quiera. Hay gente que por sentirse sola y necesitada de ternura entabla todo tipo de relaciones con el primero que pasa; bien, déjenme decirles que estas relaciones por lo regular acaban mal. ¿Por qué? Porque aquí no se trata de amor, sino de un mero afán de sobrevivencia: algo así como el movimiento desesperado de un náufrago que se agarra a una tabla por la pura necesidad de mantenerse a flote. En realidad, no es que el otro les importe mucho: ¡ellos lo único que quieren es dejar de estar solos!
No, no hay que elegir a las personas, no hay que tomarlas del brazo para decirles: «¡Eres tú, eres tú!». Hay que dejar que lleguen, si es que llegan algún día. Hay que dejar que sea Dios mismo quien las ponga a nuestro lado, quien nos las presente, por decirlo así, pues de otro modo nos equivocaremos. En esto la intuición no funciona, y los presentimientos tampoco. ¿Qué le vamos a hacer? ¡Las cosas del afecto funcionan siempre así!
«Yo hubiera podido conocer a mucha gente –confiesa el escritor austríaco Stefan Zweig (1881-1942) en uno de sus libros-, pero me preservaba de hacerme notar aquella timidez que más tarde reconocí como ley esotérica y feliz de mi vida, y de acuerdo con la cual no debía buscar nada, ya que todo me sería dado en el momento oportuno».
Así es. Así suceden las cosas de esta vida, y así seguirán sucediendo por los siglos de los siglos. Amén.
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#4 Tiempos
2025, el año en que Toluca volvió a mandar | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
El 2025 dejó claro que en la Liga MX los ciclos no desaparecen, solo esperan el momento adecuado para reaparecer. Entre torneos cortos, liguillas impredecibles y proyectos que se diluyen con rapidez, hubo una certeza que se fue construyendo jornada tras jornada: Toluca fue, sin discusión, el equipo del año. No por un destello aislado, sino por la forma en la que recuperó autoridad, identidad y presencia en los momentos que definen temporadas.
Los diablos entendieron mejor que nadie cómo navegar el caos natural del campeonato. No fue un equipo espectacular todo el tiempo, pero sí uno profundamente competitivo. Supo cuándo imponer ritmo, cuándo resistir y cuándo ser práctico. En una liga donde muchos confunden intensidad con urgencia, los escarlatas apostaron por la calma y terminaron encontrando resultados. El bicampeonato fue la confirmación de un proceso que dejó de mirar al pasado y decidió construirse desde el presente.
Mientras tanto, América siguió ocupando el papel de referencia obligada. Su regularidad y su capacidad para llegar a finales lo mantuvieron en la conversación durante todo el año. Sin embargo, 2025 también expuso una verdad incómoda para los azulcremas: dominar fases largas no siempre garantiza cerrar con éxito. América fue protagonista, sí, pero terminó cediendo ante un Toluca que entendió mejor los tiempos del torneo.
Otro de los puntos altos del año fue la vigencia de Tigres. Sin el ruido mediático de otros ciclos, el conjunto regiomontano volvió a competir con seriedad, recordando que los proyectos largos no pierden valor de un día para otro. Tigres no necesitó reinventarse para seguir siendo incómodo; le bastó con sostener su estructura y su carácter competitivo.
Pero el 2025 también dejó señales alentadoras fuera de los nombres habituales. La aparición de jóvenes futbolistas en distintos clubes refrescó el panorama. No todos lograron continuidad, pero varios demostraron que el talento existe y que, con confianza, puede influir en el desarrollo del torneo. En un contexto donde la inmediatez suele devorarlo todo, esas irrupciones fueron un respiro. Nombres como el de Camberos, Lainez, y sobre todo Mora, suenan de nueva cuenta para levantar la mano justo meses antes del mundial, esperanza abierta para sumar un futuro a corto plazo que ojalá se alargue por muchos ciclos mundialistas más.
A nivel colectivo, el año volvió a confirmar que la Liga MX se decide en detalles. Un error tardío, una desconcentración mínima o una racha breve pueden cambiar destinos completos. Toluca lo entendió mejor que nadie: fue sólido cuando debía serlo y oportuno cuando el margen se redujo. Esa lectura fina del torneo fue la diferencia.
Por eso, cuando se haga el balance de 2025, el relato será claro. No fue el año de la espectacularidad permanente ni de un dominio aplastante. Fue el año de la eficacia, la madurez y la paciencia, y en ese contexto, Toluca se levantó por encima del resto.
En una liga que pocas veces permite certezas, 2025 tuvo una, Toluca volvió a mandar. Y lo hizo recordándole al futbol mexicano que los proyectos con identidad, cuando se sostienen, siempre encuentran la manera de regresar a lo más alto.
Por último, en el ámbito local, 2025 fue para el olvido, San Luis no logró los objetivos trazados quedando fuera de competencia en ambos torneos locales y despidiéndose pronto como ya es costumbre de la Leagues Cup, un equipo que a veces resulta ser incómodo para algunos rivales, este año resultó serlo para su afición, hoy San Luis luce poco atractivo y sin mucho que ofrecer a nivel espectáculo, ojalá las cosas mejoren por el bien del equipo local, se ve complejo pero como bien se dice, año nuevo, esperanzas renovadas, ojalá.
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Destacadas
El padre de la física potosina, Gustavo del Castillo y Gama | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Con el título de El Padre de la Física Potosina, Gustavo de Castillo y Gama, publiqué un libro conmemorativo sobre la vida y obra de Gustavo del Castillo y Gama, físico potosino que fundó las instituciones educativas y de investigación en física en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Este 24 de diciembre estaría cumpliendo ciento cuatro años.
El libro en cuestión es de descarga gratuita y puede conseguirse en cualquiera de las siguientes dos direcciones:
http://galia.fc.uaslp.mx/museo/libros/EL%20PADRE%20DE%20LA%20FISICA%20POTOSINA.pdf
Justo en Noche Buena del 2025, Gustavo del Castillo y Gama estaría cumpliendo ciento cuatro años. Nacería en el famoso Barrio de San Miguelito en San Luis Potosí al dar las últimas campanadas del 24 de diciembre, como lo comentaba el propio Gustavo del Castillo. Su vida se desarrolló en San Luis Potosí, Tampico, la Ciudad de México y las ciudades norteamericanas de Lafayette y Chicago; se nutrió de un ambiente científico desde pequeño, pues al menos, un par de sus tíos trabajaban en astronomía en el Observatorio Nacional de Tacubaya, Rodolfo Jurado y Valentín Gama. Ambos de la dinastía Gama de gran influencia en la sociedad potosina.
No es de extrañar que orientara su vocación hacia la física, siendo estudiante de preparatoria, en una época donde no existían aún escuelas de física en el país, y, se planteó poder formarse como físico en los Estados Unidos. La situación bélica mundial, lo llevó a seguir estudiando en su ciudad natal, ingresando a la carrera de químico industrial que su grupo de estudiantes de preparatoria había propuesto, de la cual se tituló tocándole el privilegio de ser el primer titulado. De ahí pasó a la Facultad de Ciencias de la UNAM a estudiar la maestría en física y al terminar continuar con su proyecto de formarse como investigador en física en Estados Unidos, donde obtuvo el grado de doctor en la Universidad de Purdue.
Fue de los primeros investigadores que tuvo el Instituto Nacional de la Investigación Científica (INIC) y se incorporó a la UASLP, impartiendo cátedra y formando el Laboratorio de Radiación Cósmica bajo los auspicios y emolumentos del INIC del que seguía siendo investigador. Su ingreso a la UASLP fue afortunado para impulsar el programa académico del Dr. Manuel Nava Martínez que era el rector de la UASLP en la década de los cincu enta. De esta manera se convertía en el primer doctorado que impartía clase en la UASLP y el único con dicho grado en la década de los cincuenta.
Fundó el Departamento de Física de la UASLP, de donde se derivarían la entonces Escuela de Física y el Instituto de Física de la UASLP que constituían un solo ente académico, que dividía el trabajo docente y el de investigación. El Laboratorio de Radiación Cósmica formaría parte del Instituto de Física y con ello inauguraba de manera formal trabajos de investigación científica, como tales, en la universidad potosina.
Creó el programa de construcción de cohetes de sondeo con el fin de realizar investigación científica en las altas capas de la atmósfera colocando al país en los pioneros en desarrollo aeroespacial, programa que ahora es conocido como Cabo Tuna. Su trabajo de investigación en radiación cósmica y en ciencias espaciales colocó a la UASLP en el escenario mundial en investigación en física. Si bien su labor en la UASLP se redujo a un lustro, este fue muy intenso y productivo y sentó las bases para el camino académico que seguiría la UASLP años después recorriendo las sendas y abriendo otras en torno a las raíces sembradas por Gustavo del Castillo, cuestión que luego es menospreciada o en el mejor de los casos olvidada.
La UASLP en la actualidad es reconocida nacionalmente y en algunas áreas internacionalmente gracias al trabajo docente y principalmente al trabajo de investigación científica que despliegan sus investigadores. La UASLP está situada como una de las mejores del país y en áreas como la física dentro de las primeras tres universidades del país. Esta situación se debe a la calidad de su personal académico, pero de manera muy especial por el trabajo pionero que fincara esta tradición por personajes como Gustavo del Castillo y Gama.
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