julio 26, 2024

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Lágrimas de Conejo | Columna de El Mojado

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Rudeza necesaria 

 

Este texto, publicado originalmente el 2 de agosto de 2019, resultó ganador del primer lugar en el Premio Estatal de Periodismo 2020, en la categoría Crónica deportiva. La Orquesta fue, por segundo año consecutivo, el medio más laureado en el estado, con seis premios. ¡Felicidades a Roberto Rocha y todos nuestros compañeros ganadores!

 

¿Cuántas personas habrán llorado, al mismo tiempo que el Conejo Pérez, el sábado pasado? El número no lo sé, pero puedo decir que yo sí.

Ver al Conejo enfundado otra vez con el uniforme de Cruz Azul, once años después y que tuviera nuevamente el gafete de capitán, fue una escena que anhelé tantas veces, tanto que fue increíble ver que se realizara. Lo que no estaba en mi plan es que cuando ocurriera, no se pudiera repetir jamás.

El Conejo es uno de mis ídolos desde muy pequeño, a los ocho años de edad, cuando fui por primera vez a un estadio de futbol. Era momento de primeras veces para el portero también, pues aunque su carrera en primera división había comenzado algunos años antes, el torneo Invierno 1997 era su primer campeonato como titular.

No era poca cosa que el Conejo tuviera la titularidad en ese Cruz Azul, porque en la banca de La Máquina había otros dos enormes guardametas: el experimentado Nicolás Navarro y “el inmortal” Jorge Campos.

La fecha de mi primer partido en un estadio fue muy importante en la historia de Cruz Azul: el 7 de diciembre de 1997. Ese día, en León, me tocó estar en la misma cabecera en la que el Conejo hizo los calentamientos previos al partido, lo que provocó que su agilidad llamara mi atención todo el tiempo. 

Óscar Pérez tenía apenas 24 años, lo que provocó que, en un arranque de ira durante el calentamiento levantara el dedo medio a la afición leonesa que le gritaba de todo. Ahora suena increíble que no haya pruebas de eso, pero entonces, hace 22 años, no había cámaras en todos lados como actualmente.

Ese 7 de diciembre de 1997 el Conejo fue clave, como todo el torneo, para que Cruz Azul terminara levantando el título de campeón que desde entonces no se ha vuelto a presentar.

Mi idolatría fue creciendo, aunque no volví a verlo en un estadio hasta febrero de 2003, pero en ese lapso Óscar Pérez ya había viajado a una Copa del Mundo como arquero suplente y a otra como titular, además de que había formado parte del histórico Cruz Azul de la Copa Libertadores de 2001.

El Conejo creció con buenas actuaciones y se mantuvo en Cruz Azul  tanto en buenos y malos momentos. Soportó incluso una ocasión en la que fue despedido, injustamente, por la directiva que echó a todo el equipo por los malos resultados y luego volvió a negociar sus contratos.

Pero en 2008, Óscar El Conejo Pérez dejó Cruz Azul para no volver jamás. Algunas fallas en el arco hicieron que dejara la titularidad ante Yosgart Gutiérrez y después fuera prestado a otros clubes por muchísimos años más: Tigres, Chiapas, Necaxa, San Luis y Pachuca.

Ya no era más el arquero de Cruz Azul, pero era ya un guardameta experimentado y respetado en todas las canchas del futbol mexicano. En 2008, a su salida de La Máquina, con 35 años de edad, muchos creerían que su carrera estaba por terminar y nadie adivinaría que duraría once años más.

En Sudáfrica 2010 fue convocado a la Copa del Mundo por Javier Aguirre, en un gesto que muchos consideraron como un homenaje a su brillante trayectoria, pero que terminó dándole al Conejo su segundo mundial en la cancha.

Ser titular le ganó a Óscar Pérez algunos odios momentáneos, pues no era el mejor portero mexicano del momento. Ese mundial, Guillermo Ochoa, tuvo que ver desde la banca los cuatro partidos en esa Copa del Mundo.

En 2011, el Conejo llegó a San Luis. Con 38 años de edad, parecía que podría ser el último club de su carrera. Nunca aproveché la oportunidad de irlo a buscar y en mayo de 2013, cuando la franquicia potosina fue vendida a Tuxtla Gutiérrez, el Conejo también se fue, pero a Pachuca.

Entonces publiqué en mis redes un lamento por mi desidia que evitó siquiera que tuviera una fotografía con Óscar Pérez, mi ídolo. Unos días después, por obra de la casualidad, en medio de un evento laboral me encontré al Conejo afuera del bar de un hotel. Se preparaba para ver la final de ida de la final del Clausura 2013 entre América y Cruz Azul, aquella fatídica en la que perdimos el noveno campeonato en los últimos minutos.

Otra vez, el cambio a Pachuca parecería que le entregaría sólo un retiro tranquilo al Conejo, pero aún así, con más de 40 años de edad, Óscar Pérez siguió siendo factor en la cancha hasta los últimos momentos de su carrera.

En 2016, ya con 43 años, el Conejo tuvo una actuación soberbia en la final del torneo que le dio a él el segundo campeonato de su carrera, contra Rayados. Las atajadas que tuvo durante todo el partido fueron clave para el título de los Tuzos.

Un año después, en febrero de 2017, vi por última vez al Conejo en un estadio de futbol. En aquella ocasión, Atlético de San Luis venció con gol de último minuto a los Tuzos, con una falla en el arco del Conejo. Como fue tradición cuando jugó para San Luis y enfrentaba a Cruz Azul, la parcialidad de sus rivales se le rendía en aplausos.

Par de meses después, anotó un gol doloroso para la parcialidad cruzazulina, pues dejó fuera a La Máquina de la liguilla, con una anotación de cabeza, la tercera de su carrera, pese a ser un portero. Antes había anotado con selecciones menores contra Corea del Sur y contra Tecos, jugando con Cruz Azul.

Parecía que el Conejo solo necesitaba volver a Cruz Azul, para su retiro y lo logró el sábado pasado. Por desgracia, no lo hizo como jugador, sino solo como un homenaje otorgado por el equipo de sus amores.

Por eso, ver al Conejo enfundado otra vez con el uniforme de Cruz Azul, once años después y que tuviera nuevamente el gafete de capitán, fue una escena que anhelé tantas veces, que fue increíble ver que se realizara. Lo que no estaba en mi plan es que cuando ocurriera, no se pudiera repetir jamás.

¿Cuántas personas habrán llorado, al mismo tiempo que el Conejo Pérez, el sábado pasado? El número no lo sé, pero puedo decir que yo sí.

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Estas son las fechas en la que los atletas potosinos en Paris 2024

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Fatima Herrera y Jorge Iga representarán al país en las disciplinas de boxeo y natación

Por: Redacción

Fátima Herrera y Jorge Iga, son los deportistas potosinos que representarán a México en los Juegos Olímpicos París 2024, en las disciplinas de boxeo y natación, respectivamente. Esta será la primera participación de ambos en la justa veraniega.

Fatima competirá en la edición de estos Juegos el domingo 28 de julio y el 1 de agosto, y en caso de clasificar, avanzaría a los cuartos de final el 3 de agosto.

La pugilista de 22 años, obtuvo su pase tras vencer a la canadiense Mckenzie Wright en la categoría de 50 kilogramos durante el Torneo de Clasificación Mundial de Boxeo 2024, celebrado en Bangkok, Tailandia.

Actualmente, cursa la licenciatura en Educación Primaria en la Benemérita Normal del Estado. Desde los 7 años se ha formado como boxeadora en el Centro Comunitario Plan Ponciano Arriaga y comenzó su carrera profesional en 2019. En 2022, fue galardonada con el Premio Municipal del Deporte.

Por su parte, Jorge competirá en las semifinales de 100 metros libres varoniles el 28 de julio, y de conseguir el pase a la ronda final, buscará la medalla el 29 de julio.

El nadador Jorge Iga se convirtió después de 32 años en el primer mexicano en competir en la “prueba reina”, tras marcar 48:30 segundos en los 100 metros libres durante el Campeonato Centroamericano y del Caribe de Natación Nuevo León 2024.

Con 27 años, Iga cuenta con un historial de 18 medallas ganadas en Juegos Centroamericanos y Juegos Panamericanos. Ha sido el nadador más rápido de México en los 100 y 200 metros estilo libre durante seis años consecutivos, con récords nacionales.

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#4 Tiempos

La búsqueda de la redención | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

Hoy San Luis y Xolos de Tijuana, se enfrentan en el Alfonso Lastras, este partido se presenta como una oportunidad de oro para ambos equipos que, tras sufrir derrotas en la jornada anterior, buscan recuperar la confianza y el rumbo en el Apertura 2024. Sin embargo, hay varios puntos negativos que podrían influir en su desempeño y que merecen ser destacados.

El equipo potosino, dirigido por Domènec Torrent, inició la temporada con una sorprendente victoria ante el América, lo que generó expectativas entre sus aficionados. Sin embargo, su reciente caída ante Pachuca (0-2) ha puesto en duda su capacidad para mantener un rendimiento sólido. Esta falta de consistencia puede ser perjudicial, especialmente en un torneo donde cada punto cuenta.

Además, la delantera de San Luis, a pesar de contar con jugadores como Mateo Klimowicz y Bonatini, ha mostrado dificultades para concretar oportunidades. La falta de goles en momentos clave puede ser un factor determinante que impida al equipo alcanzar sus objetivos en puntos, sin mencionar el juego vistoso que todos quieren ver.

Otro aspecto a considerar es la presión que enfrenta San Luis. La afición potosina espera un buen espectáculo y una victoria que les devuelva la ilusión. Si el equipo no logra un buen desempeño, esta presión podría convertirse en una carga, algo que es común en la grada del Lastras, afectando la confianza de los jugadores en el campo.

Por su parte, Xolos de Tijuana, bajo la dirección de Juan Carlos Osorio, también llega con problemas. La reciente goleada sufrida ante Cruz Azul (0-3) expone las debilidades en su defensa. Errores individuales y falta de cohesión han permitido que el equipo reciba demasiados goles, algo que es inaceptable en un torneo tan competitivo.

La falta de efectividad ofensiva también es un problema. A pesar de contar con jugadores habilidosos, Tijuana ha tenido dificultades para traducir su posesión en goles. Esta falta de contundencia puede ser un obstáculo significativo para conseguir puntos en un partido tan crucial.

Finalmente, el cambio de estrategia que ha traído Osorio ha generado una lenta adaptación en el equipo. La confusión táctica puede afectar el rendimiento general, lo que se traduce en un juego menos fluido y más propenso a errores.

El partido de hoy es una oportunidad para que San Luis y/o Xolos se recuperen de sus recientes tropiezos. Sin embargo, la inconsistencia, la vulnerabilidad defensiva y la presión de la afición son factores que podrían determinar el resultado del partido. Ambos equipos deberán abordar estas debilidades si desean salir airosos en este crucial enfrentamiento. La afición espera un espectáculo emocionante, pero ese camino hacia la redención, no será fácil.

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#4 Tiempos

Tijuana, Tierra de contrastes | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

Sin duda, donde empieza la patria, comienzan los contrastes, Tijuana es una ciudad que resume a la perfección la realidad del país. En la ciudad más poblada de la frontera, basta cruzar una calle para cambiar el panorama, lo mismo una zona adinerada cerca del Estadio Caliente, que un cerro con casa de madera y cartón justo enfrente, millones de historias que chocan en un sitio donde viven más los que han llegado, que los que nacieron ahí. Tijuana no solo es la frontera con los Estados Unidos, sino que es la frontera de los sueños y esperanza para millones de latinos.

Justo ahí, donde empieza la patria, donde el contraste es pan de cada día, juegan los Xolos, ahí donde otros proyectos futboleros lo intentaron y solo pudo brillar el encabezado por los Hank, ese proyecto que también juega con los contrastes.

Fue en el ya lejano 2005 cuando los Xolos aparecen en la ciudad, la franquicia de Pioneros de Obregón, es mudada para jugar ese torneo en Tijuana. Los resultados no fueron los esperados y ese equipo terminaría descendiendo y después exiliado a Celaya, y con ello la entrada de los Hank para comprar al Tabasco y permanecer en la división de plata. Después de un pésimo inicio todo fue brillar, al grado de conquistar el campeonato de primera división en 2012.

Xolos es un equipo de contrastes, el último nuevo campeón del futbol mexicano, un equipo que ha pelado los últimos lugares de la clasificación en los recientes torneos. Y aún así, Xolos hoy se ha levantado.
Tijuana es hoy dirigido por el último seleccionador que le ganó a un campeón del mundo con México en un mundial, Juan Carlos Osorio quiere cambiarle el resto a los del norte.

Hoy Xolos recibe a Chivas, pudiendo darle un golpe increíblemente fuerte a los de Guadalajara, de esos que dejan huella al inicio del torneo. Tijuana se ve bien y parece responder a lo mal que jugaba el torneos anteriores. Por el bien de la frontera, ojalá Xolos salga de su letargo y regrese cuando menos a pelear en la frontera.

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Opinión