junio 2, 2023

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#4 Tiempos

Mourinho no está hecho para estos tiempos | Columna de Carlos López Medrano

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Mejor dormir

 

“Quiero mantener buenas relaciones con todo el mundo, pero lo más importante es mantener una buena relación conmigo mismo”.

—José Mourinho.

 

José Mourinho fue invitado a realizar el saque de honor en un partido de hockey llevado a cabo en Rusia. Aunque él no pintaba mucho ahí, fue un gesto que reconocía su estatus como figura dentro del deporte. El problema es que después de atender el protocolo, el portugués se resbaló con la alfombra roja que algún lumbreras colocó en la cancha de hielo. El bochornoso momento quedó captado por múltiples camarógrafos que apuraron la viralización de la estampa.

El traspié parecía cerrar un ciclo de horror para el entrenador luso, pero todavía venía algo peor. Un día después fue condenado a un año de cárcel (que no tendrá que sufrir, al no contar con antecedentes penales) y a una multa de tres millones de euros por fraude fiscal en España. Esta vez sí que tocaba fondo o al menos un mínimo histórico. Su estatus está más cuestionado que nunca y no queda claro cómo podrá salir de la maraña en la que está metido.

El declive viene de tiempo atrás. Mes y medio antes de la caída fue echado del Manchester United por los malos resultados obtenidos. Los jugadores simplemente no carburaban con él, aunque a su salida milagrosamente recuperaron el talento para remontar posiciones en el campeonato local.

No son buenos días para Mourinho que a últimas fechas pareciera haber perdido el rumbo. Si bien no ha caído en el desastre, ha despertado señalamientos por acabar mal en sus últimas aventuras con el Chelsea y el United. Los detractores que se ha labrado a lo largo del camino están de plácemes, desfogando la bilis acumulada por medio de insultos.

Visto con frialdad, el haber ganado la Premier League en la temporada 2014/15, en la que también ganó la Copa de la Liga, así como UEFA Europa League en la 2016/17 (que coronó con otra Copa de la Liga), no está nada mal. Cualquier otro entrenador estaría contento con el botín y aquello sería suficiente para ser candidato a dirigir cualquier club del mundo. Pero con Mourinho no es así. El técnico luso está acostumbrado a arrasar y cualquier cosa que no sea ganar una Champions más Liga le sabe a fracaso.

Después de todo es alguien que ganó dos Copas de Europa de especial kilataje por haber sido conseguidas con el Oporto y el Inter de Milán. También ganó la Liga de los récords con el Madrid y sentó las bases para que los merengues retomaran su reinado en Europa. Lo respaldan alrededor de 25 trofeos, un mérito que ha logrado sostener en Portugal, Inglaterra, Italia y España.

Hubo algo más que lo marcó. Su enfrentamiento deportivo y dialéctico con Guardiola y todo lo que el Barcelona representa. Esa relación combativa dejó alguno de los episodios más memorables del futbol en el siglo XXI. El Mourinho más inspirado estuvo ahí, cuando plantó cara al falso buenismo de los catalanes a través de dureza y asumiendo el papel que se tenía que asumir. No fue sumiso ni aceptó la hegemonía culé que el resto de los clubes asumía como inapelable, con la cabeza baja y hasta de modo reverencial.

“Mourinho nos hizo espabilar. Estábamos aceptando una situación que no podía ser”, ha dicho Xabi Alonso sobre cómo Mou les ayudó a recuperar la confianza para competir con el Barcelona. El guiño también es de Álvaro Arbeloa, quien aún se muestra respetuoso con el portugués. “Fue capaz de bajar a ese Barcelona de la cima. Y no ha recibido suficiente reconocimiento por esto”, apuntó, al tiempo que recalcaba otro de los méritos del entrenador: haber dejado el ambiente de tal forma que finalmente Pep tuvo que abandonar al equipo blaugrana.

Para ello empeñó su cuerpo y alma. Fue un trabajo de 360 grados, no solo en el diseño táctico, los partidos y los entrenamientos, también en la agenda mediática, lo administrativo y el duelo ideológico. Quedó tocado por los reflectores y parecería que después de tal labor no ha vuelto a ser el mismo.

Aquel Madrid de Mourinho dejó de lado las normas sociales y regresó el futbol al fango, al sacrificio y a una manera de entender el compromiso. “Señorío es morir en el campo, no filosofía barata”, fue una de las tantas perlas que soltó ante micrófonos.

El éxito del mourinhismo recae en su primacía como jefe dentro del vestuario. Su estilo de dirección no permite la rebeldía, sino que demanda de los jugadores un compromiso y una devoción total por el entrenador. Sus mejores momentos en el banquillo han llegado cuando los futbolistas lo asumen como un comandante, más que como un gestor deportivo o un compañero de viaje.

Es el tipo duro, un tirano que debe controlar todo a su alrededor. La democracia no va con hombres así. Tal nivel de dominio es difícil de mantener a largo e incluso a mediano plazo. El nivel de exigencia y protagonismo es tan grande que pronto se erosiona. Pero sobre todo no funciona mucho con el perfil de los jugadores actuales, aspirantes a estrellas de Hollywood que buscan lucir por encima del DT y el grupo mismo. Esos que dejan de esforzarse y boicotean al jefe cuando les cae mal, les habla fuerte o los hace correr más de lo necesario.

Las complicaciones recientes de Mourinho tienen que ver con ese choque generacional. Le es difícil lidiar con el nuevo perfil de jugador que aspira a ser el centro de los proyectos deportivos. El pique que mantuvo con Paul Pogba como antes con Cristiano Ronaldo hablan de esa naturaleza que se nota desde el peinado. Para Mou solo debe haber un gallo en el corral. Y debe ser él, como indica su tradición futbolística, esa que lo vincula a la inclemencia y agitación de los Bill Shankly y Brian Clough.

The Special One se las ve canutas con la suavidad y lo políticamente correcto. Si Guardiola es fanático de Coldplay, Mourinho es un arrebato que no se anda con cursilerías. Antes que nada es un personaje, un hito de la cultura pop del que algún día se debe hacer un gran libro. El malestar que genera, las pullas de gracia y la pasión que genera lo consolidan como un genio más complejo que cualquier otro en el mercado.

Como aquella canción de los Beach Boys, Mourinho no está hecho para estos tiempos, tan afables, tan censores, tan aburridos. Tampoco va con futbolistas propensos a mirarse al espejo y a comer ensaladas.

El viejo lobo portugués apela al perfil de los espartanos. Materazzi, Xabi Alonso, Arbeloa, Sneijder, John Terry, Carvalho… sujetos que compensan cualquier limitante con honor y fidelidad absoluta. Hombres en serio.

A partir de hoy le tocará reinventarse. O esperar a la vuelta de un puñado de fieras. El objetivo que seguro aún tiene es volver a ser el puto amo. Que nadie lo dé por muerto.

@Bigmaud

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#4 Tiempos

Un lento adiós | Columna de Carlos López Medrano

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MEJOR DORMIR

 

No todas las historias acaban con un portazo. La mayoría de ellas más bien pasan por un largo proceso de demolición. Sin el protocolo de un vete al carajo, muñeca, no quiero volver a verte. Los reproches, las lágrimas y los aspavientos son apenas entreactos. La separación tiene un avance gradual. Sutilezas en dosis miniatura que a veces ni siquiera las partes involucradas perciben.

Un día dejas de mandar ese mensaje de cómo estás. Ya casi es medianoche y no quieres ser imprudente. Qué más da, un descuido como otros. Dices que la saludarás mañana (cosa que olvidas hacer). Una semana después se te pasa preguntarle cómo le fue a su perro en el veterinario, consulta de la que te había comentado en un mensaje escueto como para no perder la costumbre de decir lo que sea.

En el último año los encuentros se han vuelto más y más espaciados. Recuerdas que ha transcurrido un mes desde la última ocasión en que salieron a comer juntos, y piensas en llamarla, pero esta tarde estás ocupado. Y también la siguiente. Y la otra. Además, ella no te ha llamado a ti. El orgullo hace que te tragues las ganas.

Cuánto tiempo sin vernos, se dicen al fin cuando coinciden por casualidad, antes de percatarse de que el hil o que los unía es más delgado de lo que solía ser y que no tardará en romperse

. Lo peor es que se desvanecerá sin doler ni hacer ruido (esos síntomas de lo que aún tiene porvenir). Por el contrario se irá sin más. Tan solo llegará un lamento propio de la vejez: notar que cada vez hay menos gente a tu lado. Ana María Matute decía que la vida es ir perdiendo cosas.

De alguna manera, la despedida comienza desde el momento mismo en que conoces a alguien. El ilusorio proceso ascendente eventualmente desemboca en la caída. Pese a que tarde en llegar, llega; ya sea debido a un desgaste social o uno biológico. Incluso las parejas sólidas alcanzan la vejez y con ello la terminación natural de una de las partes. Fue bonito mientras duró.

Las despedidas silenciosas también se dan de manera deliberada, cuando el otro ya no te hace clic. Al notar que se ha pasado de listo, aunque sin la perspicacia suficiente para darse cuenta de que a base de infamia ha agotado el crédito para estar contigo. Has tomado nota de las afrentas y en consecuencias te abstienes de alimentar ese vínculo sin decir nada. Simplemente cesar de ofrecer lo mucho o poco que tienes dentro. Ni siquiera voy a decirte que me voy. Hay un tipo de alejamiento para el que no es necesario moverse.

Una noche, cuando no puedes dormir, recuerdas a personas que alguna vez fueron tuyas. Te preguntas qué ha sido de ellas. Cómo es que ese hasta luego o ese nos vemos pronto quedó en una desconexión definitiva.

Ayer nos encontrábamos allí, tomando una copa, conversando sobre el clima. Y si bien ya no era como en los viejos tiempos, parecía que podríamos mantenernos cerca. Quizá todavía lo estemos, tengo que comprobarlo. Pero tomas el teléfono y descubres que de nuevo ya pasan de las once. O ves que en su foto de perfil sale con alguien más. De modo que cierras los ojos e intentas dormir. Lo dejas pasar.

Sin dimensionarlo, ese acto forma parte de los lentos procedimientos de adiós que tienes abiertos con otras tantas personas.

 

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#4 Tiempos

Charla de La Ciencia en el Bar sobre la Vaquita Marina | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

Un cetáceo endémico de México conocido como vaquita marina que habita en la parte alta del golfo de California, el Mar de Cortés, se encuentra en peligro de extinción al disminuir considerablemente su número en las últimas décadas, entre otros factores, por las malas prácticas de pesca en esa región marítima de la Península de Baja California. La vaquita marina es el cetáceo más pequeño del mundo son poco sociables por lo que generalmente se encuentran solas; observarlas es muy difícil pues tienden a alejarse de los barcos y suelen estar ausentes en las superficies.

Sobre este espécimen nos estará platicando la maestra en ciencias Mariana Dorantes Gilardi en la próxima sesión de La Ciencia en el Bar, ahora en su modalidad de itinerante. La sesión se llevará a cabo este miércoles 31 de mayo e punto de las ocho de la noche en Cervecería San Luis, que se encuentra ubicada en la Calzada de Guadalupe número 326. La charla se titula: La vaquita marina ¿en peligro de extinción?

Las medidas para la conservación de especies y de medio ambiente, como los decretos de reservas ecológicas, suelen verse limitadas si no son acompañadas por infraestructura y apoyo económico, como ha sucedido con la Reserva de la Biósfera del Alto Golfo de California, establecida desde 1993 con el objetivo de “Conservar y proteger los ecosistemas representativos de la región, la biodiversidad, los procesos evolutivos, los hábitats de reproducción, desove, migración y alimentación de especies marinas de importancia ecológica y comercial y, sobre todo, las especies endémicas y/o en peligro de extinción como la vaquita y la totoaba”.

Los esfuerzos de la Reserva de la Biósfera del Alto Golfo de California se han visto obstaculizados debido al insuficiente presupuesto federal destinado; la limitada disponibilidad de servidores públicos como inspectores, personal técnico, personal operativo; artes de pesca propias de la región; vedas y decisiones externas que impactan en el manejo de los recursos naturales.

Desde un enfoque científico poco se sabe sobre la vaquita marina, por lo que se requiere realizar estudios para conocer a plenitud aspectos como su edad de maduración sexual, longevidad, ciclo de reproducción sexual, entre otros. La información que se dispone, son estimaciones realizadas con especies similares o en estudios sobre ejemplares atrapados en redes.

¿Cómo se encuentra el estudio sobre la vaquita marina? Lo podremos entender con la información que nos proporcione Mariana Dorantes durante la charla de La Ciencia en el Bar. Mariana Dorantes estudió la licenciatura en Biofísica en la UASLP y realizó su maestría en ciencias del mar y de la tierra en el Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada, Baja California (CICESE), donde existen las áreas de estudio sobre ecología y biotecnología marina. Actualmente realiza su doctorado en Ciencias Interdisciplinarias en el Laboratorio de Biofísica Molecular de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

Los esperamos este miércoles 31 de mayo a la ocho de la noche en lo que será la quinta charla del trigésimo quinto ciclo de La Ciencia en el Bar, con el tema la vaquita marina ¿en peligro de extinción?, a efectuarse en Cervecería San Luis, Calzada de Guadalupe 326.

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#4 Tiempos

Final deslucida | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

Tigres y Chivas empatan en un aburrido encuentro: un 0 a 0 que no deja tranquilo a ninguno, pero que llena de ilusión a los de Guadalajara por levantar la 13.

Sin embargo, cuidado. Tigres ha sido un equipo de un gol; en cada una de las fases superadas (tomando también el repechaje) Tigres solo ha necesitado superar por un gol a sus rivales, justo la cantidad de goles que necesita el domingo para ser campeón.

Por su parte Chivas, jugó bien, un encuentro en donde necesitaban no perder, pensando en rematar brillantemente en su estadio, hasta el momento parece que la jugada le va a salir a los de Guadalajara, un solo gol es suficiente, pero los seguidores del rebaño quieren ser contundentes.

Es de preocuparse el nivel de ambas ofensivas: tanto los del norte como los de occidente, defraudaron no solo en este encuentro, sino en la liguilla con sus delanteros, del lado de Chivas los goles han caído de zonas diferentes a la ofensiva; por su parte los Tigres, salvando a Córdova, el resto de sus delanteros no han marcado gran diferencia.

Emblemático resulta el caso de Ibáñez, un jugador que la rompió en San Luis y Pachuca, y hoy está completamente perdido en la ofensiva felina; parece como si la camiseta de los Tigres le pesara, como si Nico no pudiera jugar su futbol.

Habrá que esperar, este empate a 0 deja poco sabor en la ida, deseando que la alegría venga en la vuelta, un estadio que estará a reventar por la nación Chiva, un estadio que los de occidente desean se convierta en un carnaval. Pero atentos, Tigres y su deslucido futbol, puede ser el fenómeno del golecito: así, con tan solo una mínima anotación, podría arruinar lo que en papel parece la fiesta de la nación rojiblanca. Cuidado Chivas, y que la final final, sí sea emocionante.

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Opinión