mayo 18, 2024

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#4 Tiempos

El punto de equilibrio del amor | Columna de Juan Jesús Priego

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LETRAS minúsculas

 

En tiempos de la segunda guerra mundial el alimento escaseó por toda Europa. Era natural: si los campesinos habían sido movilizados y los campos bombardeados, ¿qué otra cosa podía hacerse sino racionar la comida y hacer que familias enteras se las arreglasen para vivir con menos de 250 gramos diarios de pan? Pues bien, durante aquellos años terribles, en Francia, una heroica madre de familia, al ver que sus dos hijos crecían anémicos y sin padre (pues, como Mambrú, se había ido a la guerra), tomó una firme determinación: en adelante, toda la comida que recibiera del Estado la daría a sus hijos. Toda. Ella no se quedaría con nada. La mujer había escuchado en alguna parte que la única medida del amor es amar sin medida, y quería poner en práctica tan bello pensamiento. Era su vida o la de los niños, y había que elegir. Sin embargo, conforme pasaron los días, el rostro de la mujer fue adquiriendo tonalidades casi cadavéricas. Ya no se alegraba como antes cuando los hijos comían con ansia los pocos mendrugos de pan que repartía todas las mañanas un hombre uniformado. Ya no se alegraba; antes bien, empezó a experimentar un sentimiento nunca antes sentido, y mucho menos hacia sus pequeños: odio, rencor, ganas de matarlos.

-¡Cómo comen! –gemía la mujer-. ¡Cómo se atragantan! ¡Y lo hacen sin apenas verme, no sea que les vaya a pedir algo! ¿Por qué no me ofrecen aunque sea un poquito? ¡Yo también necesito comer, yo también me puedo morir de hambre! ¿Por qué no me dan siquiera lo que les sobra?

Sí, quería torcerles el pescuezo cuando los veía atragantarse, aunque se reprimía, conformándose con restregarse salvajemente las manos. El suyo era ya un odio demencial, casi diabólico, y si una vecina no hubiera corrido a impedirlo, la madre hubiera acabado ahorcándolos, pues ya se disponía a hacerlo valiéndose de una cuerda…

¿Qué era lo que había pasado con este amor grande y sacrificado? ¿Cómo y por qué un amor así había acabado convirtiéndose en el odio más feroz? Si Carlos G. Vallés hubiera conocido esta historia, seguramente la habría contado en Te quiero, te odio, libro en el que explica que en todo amor, por grande que sea, se agazapan inadvertidas pequeñas dosis de odio. Los sentimientos humanos no son nunca puros –dice el jesuita español-, y allí donde hay odio puede haber también un amor muy bien agazapado, así como es posible que existan resentimientos ocultos allí donde pareciera que no hay más que vida, dulzura y esperanza nuestra. «La mamá quiere con toda el alma a su hijo –escribe-: no hay amor más bello, más puro y sacrificado en esta tierra. Pero un hijo le hace perder la libertad, la juventud: la ata; ella quisiera irse de vacaciones, y no puede; quisiera ir a algún sitio, pero tiene que atenderlo a él… Junto con ese amor inenarrable de cuerpo y alma que siente por esa criatura que ha llevado nueve meses en su seno, siente también resentimiento».

El amor es entrega absoluta, pero también retiene absolutamente; da, pero también quita; acaricia, pero también lastima; y es precisamente  en ese retener, quitar y lastimar que se introduce el odio, aunque sólo sea en pequeñísimas dosis. Al amigo se le quiere -¡cómo no va a querérsele!-, pero se le odia cuando no llama a las 7.56, como prometió hacerlo; cuando se permite un chiste de mal gusto a nuestra costa; cuando se olvida de nosotros por andar a la caza de nuevas amistades; cuando se entremete demasiado en nuestra vida, o bien cuando se entromete demasiado poco. Te quiero, te odio. He aquí la química de los sentimientos humanos. Tal es el motivo por el que Carlos G. Vallés confiesa no despertar a sus amigos ni aun cuando se lo pidan de rodillas

: «Yo no despierto a nadie –confiesa serenamete- porque me odian después por despertarlos; aunque me lo agradezcan, el cuerpo está rabioso. Les digo que para eso están los despertadores; que la maquinita cargue con su odio, no yo».

Bien, esta sería la respuesta del padre González Vallés a la pregunta por el odio de aquella madre famélica, aunque un médico quizá pensaría de otra manera. Un médico diría tal vez (como el doctor Paul Chauchard, que es quien cuenta la historia en uno de sus libros) que la respuesta habría que buscarla más bien en la falta de una cierta vitamina necesaria para el organismo.  Sea como sea, una cosa es cierta: el hombre, por más que ame, no puede dejarse morir así como así. Hay que pensar también en uno, aunque sólo sea en breves periodos, aunque sólo sea de manera esporádica. Darlo todo, todo, sin dejar nada para sí, puede ser un bello gesto de generosidad, pero que a la larga corre el riesgo de convertirse en odio, en ganas de torcerle el pescuezo a la misma persona que se ama.

El Papa Benedicto XVI lo dijo con claridad: el que da, también quiere recibir, y si no recibe nunca, se cansa y se va; he aquí cómo lo dijo exactamente en esa encíclica bellísima titulada Deus caritas est: «El hombre no puede vivir exclusivamente del amor oblativo, descendente. No puede dar únicamente y siempre: también desea recibir. Quien quiere dar amor, debe a su vez recibirlo como don» (n. 7).

Hay que amar a los otros como a uno mismo, dice la Escritura santa, pero no más que a uno mismo, ni tampoco menos. Pues si la balanza se inclina hacia acá, el amor deja de existir y se convierte en egoísmo; pero si se carga sólo hacia allá –sólo hacia los otros, como pasó con aquella madre buena pero ingenua- el amor también deja de existir y se convierte en odio.

Sí, el gesto de aquella madre nos parece abnegado y generoso, pero el tiempo reveló que era imprudente. ¿En dónde está el punto de equilibrio del amor? En hacerle caso a Dios y aceptar que tal equilibrio está justamente aquí: en que no debemos pensar sólo en nosotros mismos, pero que tampoco podemos olvidarnos por completo. ¡Todo hubiera acabado bien si la madre, bajando la cabeza, se hubiera sentado a la mesa con sus hijos compartiendo lo poco que tenían! Después de todo, también ella tenía ese modesto derecho. ¿O me equivoco?

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#4 Tiempos

Morena y Verde se subieron a las sillas voladoras | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES

 

Culto Público, a una docena de días para que termine la campaña, ¿a quién conviene en San Luis montar un escándalo riesgoso y forzar fricciones entre Morena y Verde?

¿Por qué si los partidos comparten hasta candidatos, no pudieron ni compartir una plaza pública?

El escenario fue la colonia Polvorín (mire que coincidencia) donde se armó el IDEM.

De acuerdo a los videos que hoy circulan más rápido que gacelas perseguidas, en la plaza Primero de Mayo, allá en Soledad, simpatizantes de Morena (que no mostraron mucha “simpatía” ) literalmente lanzaron una invitación a sus similares del Verde a sentarse de cabeza.

Se subieron a las sillitas voladoras. Se lanzaron sillas con chipote y descalabro.

Es cierto, no es la primera vez en la campaña que hay fricciones y se debe reconocer que, desde que se anunció la coalición y el siglado de las candidaturas, algunos miembros de Morena (sus dirigentes más que sus seguidores) quedaron sentidos e incómodos y así se fue a una campaña en la que, dependiendo la postulación, van juntos, van revueltos o van separados.

Para entender mejor, si comparamos la alianza de los guindas y los verdes con una pareja de novios: en lo federal se casaron, en lo local solo se fueron a vivir juntos un rato, en la capital son “casi algo”, en Soledad están divorciados y en el Senado ni se conocen.

Administrar semejante escenario y malabarear esa incertidumbre queda claro que no es asunto sencillo.

Sin embargo, a pesar de las pasiones naturales y hasta de la inconsciente y a veces desbordada identificación temporal que nos gusta tener a los seres humanos de vez en cuando por una causa (sobre todo en finales de liguilla y en épocas de elecciones) las campañas de la coalición “Sigamos Haciendo Historia” han transitado sin mayores exabruptos y hasta con muy buena fortuna, pues a una docena de días, juntos o revueltos, tienen en buena parte del estado la preferencia del electorado de acuerdo a las encuestas, y el Plan C está en marcha con Ruth González por mayoría y Morena por la primera minoría.

Por eso, lo provocado ayer en el Polvorín por parte del Famyto, conocido a veces como Juan Carlos Velazquez, y la exagerada reacción de la dirigencia de Morena ayer por la noche para solicitar una ridícula “Declinación a la Coalición” con el Partido Verde, es un absoluto absurdo, un sinsentido y un claro mensaje de desesperación.

¿Escribí que las sillas voladoras de ayer fueron provocadas? Sí, así lo escribí porque así lo creo. De la misma forma que sostengo que es irrisorio que a estas alturas se solicite “declinar” la participación conjunta.

Esa figura ni siquiera existe y no hace falta ser experto en la materia para saber que en la práctica ya no se puede hacer nada y que los votos de Morena para los diputados locales y federales, sean verdes, guindas o rojos PT, contarán igual para que se alcance la curul.

¿Exactamente, qué piensan cambiar con una supuesta “Declinación a la coalición”?

Las boletas donde Claudia aparece como candidata también del Verde ya están impresas, y para los intereses de la campaña presidencial, cuentan igual los votos que vengan de uno u otro color.

¿Van a decir que solo voten por Morena? Eso no es novedad y ya lo hacen.

¿No van a tener eventos con los candidatos Verdes? Caray, pues si nunca los tuvieron.

¿Dejarán de ser aliados solamente por un berrinche de un candidato que se sabe perdido como Juan Carlos Velazquez?

¿De verdad merecen los militantes de Morena que su partido tome una decisión tan inmadura?

¿No hay nadie que les diga que es veneno puro para sus campañas, mandar un mensaje de enfrentamiento estando a 12 días de la elección?

¿Creen de verdad que un boletín y una rueda de prensa programada para hoy viernes se va a traducir mágicamente en una marea de votos morenistas que no supieron ganar en los días de campaña?

Hacerse la víctima (además contra su aliado… hágame favor) lo único que logra es mandar un mensaje de sentirse derrotados en las posiciones en las que están jugando solos, sin el Verde, como es el caso de Soledad y como es el caso del Senado.

¿Se van a entrampar en una chiquillada al estilo “el fue el que empezó”? (El que se sienta libre de culpa, que lance la primera silla).

Para este momento, seguro que ya está en análisis la conveniencia de que Claudia Sheinbaum venga a su cierre programado para el 21 o 22 de mayo en la capital potosina.

¿Cómo invitar al candidato de Morena por Soledad y al candidato del Verde al mismo recinto donde estará la candidata presidencial de ambos si no existe la madurez política suficiente?

Divide y vencerás. Regresemos a la pregunta inicial.

¿A quién sirve el escandalito sino a la oposición? ¿Quién está haciendo el trabajo sucio desde dentro de Morena? La respuesta está re’ fácil, pero se la dejo de tarea.

Excelente viernes hijos del clima tan cálido como mi cariño.

Me retiro a una sombra donde pediré una silla, espero me la den en la mano y no en la cabeza.

Hasta la próxima.

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#4 Tiempos

Sextete a la MX | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

Doménec Torrent es el nuevo técnico del San Luis, un hombre con un largo camino recorrido, casi siempre hombro con hombro de Pep Guardiola.

Estudioso del deporte, es mencionado un sin fin de veces por Martí Perernau en su libro Herr Pep donde se cuenta el desembarco de Guardiola junto con su cuerpo técnico en Múnich, Martí descubre una serie de debates entre Torrent y Guardiola, el primero mostrándole las virtudes del equipo y el segundo demostrando que esas mismas virtudes serían fácilmente descifradas en el terreno de juego, en pocas palabras Pep hablaba con Doménec, para descubrir las virtudes ocultas de sus equipos.

Recordemos que Guardiola siempre ha sido un personaje intenso, desde que jugaba se mostraba así, no en vano tiene el récord de más expulsiones en el Barcelona, un tipo al que le gusta discutir, y su contraparte muchas veces fue Torrent tanto en Barcelona como en Bayern como en el City.

Pero, futbolísticamente, ¿quién es Doménec Torrent? Lo primero es destacar que no brilló mucho como jugador, mediocampista siempre en divisiones inferiores, se retira del futbol en 1989, para después comenzar su carrera como entrenador. Así se sentó en el banquillo de equipos regionales, hasta que en 2008 recibe la invitación para formar parte del cuerpo técnico de Barcelona. Ahí comenzó la gran aventura, el sueño perfecto de conquistarlo todo bajo la sombra de una gran institución, un monstruo de técnico y una generación increíble de futbolistas. Al lado de Pep, ganó todo con Barca, mucho con Bayern y comenzó la historia de triunfo con el Manchester City.

Fue en 2018 cuando se despide del club inglés, la gente de City Football Group confían en Doménec y le dan la oportunidad de dirigir como principal, al New York City, equipo que necesitaba posicionar en la MLS.

Patrick Vieira dejaba el puesto de entrenador, después de no rendir lo suficiente, ahí Torrent entró a levantar a un New York que estaba muy por debajo de lo planeado por la directiva. Con el español NYC logró terminar tercero de conferencia en 2018 y calificarse primero en 2019 para Concacaf Champions Cup.

En 2020 Torrent decide emprender una aventura complicada por Brasil. Sentarse en el banquillo del Flamengo, nunca será cosa fácil. De julio de 2020, hasta noviembre de 2021, llevó al equipo a la tercera posición, pero sus resultados contra rivales directos, lo alejaron del objetivo y de la dirección del Fla.

Pasó poco tiempo sin trabajo, en enero de 2022 el Galatasaray de Turquía lo pone al frente, media temporada fue suficiente para no lograr los objetivos, el club terminaría 13 en la posición y Torrent despedido cuando cambiaron de presidente. Un fracaso su gestión por Turquía.

Hoy Doménec Torrent llega a la Liga Mx, una competencia que parece, está apunto de transformarse una vez más, un técnico con personalidad que ha sabido inyectarle a sus equipos lo necesario para competir, sin embargo, poco o nada a ganado como técnico principal.

Mucho se habla sobre el desconocimiento del medio mexicano y tal vez sí, el futbolista local tiene ciertas mañas, formas, ideas, pero futbol es futbol en cualquier sitio, Torrent tiene un gran reto, un San Luis que necesita regresar a ser protagonista y un proyecto que busca consolidarse en primera. Por su parte la liga habla mucho de regresar el descenso y ascenso, así como la posibilidad de regresar la Copa Mx (ojalá), cambios que pueden ser complejos para un plantel corto como el potosino.

En fin, primero lo primero, y eso es Leagues Cup, ese torneo que servirá de muestra para ver al nuevo cuerpo técnico de San Luis, y cuidado que habrá que armar un equipo diferente al que tenemos hoy en cancha. Que el cambio sea para bien y que este grupo de extranjeros, venga a aportar al futbol mexicano, aunque sea un poquito de lo que demostró, en las grandes ligas.

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#4 Tiempos

El innecesario wikipediazo de cinco horas llamado “El Show” | Columna de Guille Carregha

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CRITICACIONES

 

Hace tiempo, en uno de los tantos grupos de shitpost que frecuento en Facebook (¿hay algo más que hacer en esa plataforma?), preguntaron en dónde estábamos el día que mataron a Paco Stanley. Honestamente, a pesar de contar ya con 10 años en aquel 7 de junio de 1999, no tengo ni idea de siquiera haber registrado que mataron a Paco Stanley. De hecho, creo que, hasta esa fecha, lo más probable es que no supiera quién era ese tal Paco. A lo mucho, me enteré del suceso al día siguiente en clase cuando algunos de mis compañeros decidieron empezar a hablar del tema, sin llegar a nada más que un “no manches, qué impactante” a manera de conclusión. Cosa completamente esperable, porque tampoco les vamos a andar pidiendo tanto poder cognitivo a niños de esa edad.

Lo único que recuerdo de aquella época fue que, poco más de un mes después del asesinato, a una tía de CDMX le pareció súper adecuado llevarme a mí y a mi familia a comer al restaurante donde lo mataron. Ni siquiera me acuerdo si disfruté la comida, porque me la pasé viendo a mi alrededor espantado todo el tiempo al pensar que ese era un lugar donde llegaban a matarte de la nada en Ciudad de México. Pero, bueno, en 1999, ¿qué lugar del DF no podía ser un lugar donde llegaran a matarte de la nada?

Ahora, en 2024, después de recibir un correo de mi proveedor de internet anunciándome que parte de su servicio es regalarme un acceso a VIX, dije “¿por qué no?” y le di una oportunidad al magno documental de CINCO horas sobre el asesinato del señor al que solo conocía por su estelar como “cadáver baleado en el asiento de una camioneta” y “el señor al lado del otro señor al que se le cae una bolsa de cocaína cuando baila”. Total, mi conocimiento tanto de sus programas o su muerte se limitaban a “pues, pasaron, wey”, así que pensé sería interesante enterarme de qué demonios podía haber pasado en aquella época.

En defensa del bodrio que tuve que aventarme por pura decisión propia, como producto audiovisual se ve bastante decente. Tampoco es como si fuera lo más complicado del mundo hacer que un montón de entrevistas en un foro de televisión se vean culeras pero, por lo menos, parece que tenían una idea clara de cómo querían que se vieran todos los entrevistados y las vibras que querían transmitir. No se fueron por el clásico “iluminación y encuadre de documental de Netflix hecho al aventón”, pero a lo más que llegaron fue a un “que parezca que los está interrogando un policía de Hollywood en un cuarto oscuro”. Y, pues, está OK. Las imágenes de archivo están muy variadas, siempre en la mejor calidad posible, y rara vez repiten cosas. O sea, para verse, no está mal.

El problema recae en que el documental está más hueco que el currículum que implementó la facultad de ciencias de la comunicación hace 3 años. Bueno. Tal vez menos hueco. Pero ahí se dan un tiro.

De entrada, muy a pesar de que el subtítulo sea “Crónica de un Asesinato” en plan mamalón (porque El Show, como título es tan vacío que nadie te entiende que viste esta cosa si dices “Acabo de ver El Show”), no explica nada. Pero nada. Es más, ni siquiera es una crónica del asesinato, la cual era la razón por la que decidí ver esta miniserie toda tocha. Es más una crónica de “lo mucho que sufrió TV Azteca al pelearse con el gobierno de la ciudad a raíz de este asunto, y de cómo TV Azteca se encargó de que Cárdenas no ganara la presidencia. *Suena El Gallinazo para que se sienta relevante todo*.

Teniendo en sus manos todo el acervo de notas periodísticas, programas, crestomatías, parodias y hasta videos musicales de Pedrito Fernández because reasons, además de acceso a TODOS los involucrados en el asesinato que aún siguen con vida, el documental se puede resumir en:

“Pues, un día mataron a Paco, le gente lloró, culparon a estos weyes, los metieron a la cárcel, y al final salieron. FIN”

Peor aún, la serie está construida precisamente para que la vea gente que ya sabe qué pasó. Asumen que conoces ya toda la información presentada, por lo que “se ahorran tiempo” evitando presentar detalles que son parte de la cultura popular. Por ejemplo, de la nada, sin antes haberla presentado ni mucho menos mencionado, alguien dice “Y ese fue el día que apresaron a Paola Durante” – corte a Paola Durante hablando de lo mucho que sufrió cuando la arraigaron.

Una vez más, como alguien que no está al tanto del evento, mi pregunta inmediata fue “¿quién chingados es Paola Durante?” a lo que el documental procede a contestarme, MEDIA HORA DESPUÉS, que era una edecán del programa. ¿Y por qué la ligaron al proceso? “Ah, es que un sujeto dijo que el asesinato se planeó con una güera y, pues, ella era la única güera de México en ese momento, así que…”. Digo, no es como si acabáramos de tener EPISODIO Y MEDIO hablando de porque se creía que había sido planeado por Mario Bezares, o qué momentos del programa en vivo sustentaban esa teoría. Tampoco es como si, después, nos tomáramos la molestia de describir A DETALLE la vida y obra del sujeto apodado El Cholo a quien acusaron de ser quien disparó el arma que mató a Paco.

No, ya, innecesario. “Alguien dijo ‘güera’, ella es güera, y ya, con eso. ¿Para qué perder el tiempo?”

Pero, eso sí, entrevistan a Chumel Torres y a Sofía Niño de Rivera para que cada uno diga UN ENUNCIADO TODO ESTÚPIDO y no vuelvan a salir en cámara otra vez. O sea, es más importante tener la validación de dos deleznables del mundo de la comedia que explicar, no sé, EL TEMA QUE ESCOGISTE PARA HACER TU DOCUMENTAL.

Este documental está tan plano y desenfocado en sí mismo que la parte más interesante es cuando, durante una de las entrevistas a Mario Bezares, él pide permiso para ir al baño y, en tiempo real, mientras su silla está vacía, se toman la molestia de editar a un montón de personas hablando mal de Mario, de cómo es sospechoso, de cómo no confían en su inocencia; vaya, de todos sus errores como humano, actor y persona del entretenimiento. Pero ahí se queda eso. No sacan el tema con Mario, no expanden la situación, ni lo ligan con nada más. Solo es un chusco momento de “en la farándula todos hablan de ti a tus espaldas” que no lleva a nada más.

Y, todo esto, ¿para qué?

¯\_(ツ)_/¯

No hablan de ninguna de las teorías populares o de las vertientes de las que me tuve que enterar después de ver esto. A duras penas se menciona el asunto de que, quizás, tal vez, se dice, por ahí se expresa, que Paco le vendía coca a medio Televisa y qué el asesinato pudo haber sido eso. Se menciona, como por encimita, que Paco recibía dinero de narcotraficantes para lavar dinero en producciones audiovisuales, pero POR SUPUESTO que eso no tuvo nada que ver con el asesinato. Nada de infidelidades, nada de problemas con televisoras, ni políticos.

Nada.

Es como si hubiera sido un documental financiado por Mario Bezares para limpiar su nombre de la manera más aburrida posible. Y ni eso logra correctamente, porque todo está editado para que dudes siempre de su veracidad. O sea, ni eso.

A lo mucho, la idea general desemboca en un “por supuesto que lo mando matar Mario Bezares, porque eso pasó en un episodio de los Simpson, y ahí, el patiño manda matar a su jefe, Y LOS SIMPSON NUNCA SE EQUIVOCAN.”

La barra no estaba alta, pero tampoco era como para que la bajaran tanto.

Y, después de cinco horas, así termina el documental. Sin conclusión. Relatando los hechos, cual si lectura de IA de una página de Wikipedia se tratara. No llegamos a nada ni aprendemos nada. Cosa completamente esperable, porque tampoco les vamos a andar pidiendo tanto poder cognitivo a los realizadores de este “show”.

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