julio 12, 2025

Conecta con nosotros

#4 Tiempos

¿Y quién es mi prójimo? | Columna de Juan Jesús Priego

Publicado hace

el

LETRAS minúsculas

 

Se ha dicho a menudo, pero no es verdad, que la compasión la llevamos dentro los humanos como llevamos las venas, el corazón y el vientre; que corre por nuestra sangre como los glóbulos blancos y que está inscrito en nuestro código genético. ¡Qué va a estar, hombre! Eso es lo que argumentan quienes propugnan una ética sin Dios, pero lo dicen precisamente porque no quieren a Dios.

El hombre –decía Rousseau- nació libre, pero por doquier se halla encadenado; nació naturalmente bueno, pero la sociedad lo hecho malo. ¡Vaya cosa: naturalmente bueno! Como si no supiéramos que hace no mucho existieron en Polonia y Alemania campos de concentración y de exterminio en los que murieron más de 6 millones de personas. Que se estudie cómo torturaba el ejército chileno a los disidentes durante la Dictadura y que luego me digan que el hombre es ese santo que dicen que es.

Por otra parte, hay quien dice también que el hombre es perverso porque es ignorante, pero que, en cuanto se instruya y se ilustre, será mejor. Mas tampoco este argumento se sostiene: sabemos por muchos testimonios dignos de todo crédito que los miembros de la SS alemanes eran cultos, y que dejaban a un lado el libro de Goethe que estaban leyendo o apagaban la música de Bach que escuchaban para ir a encender los hornos crematorios.

No, la compasión no es un sentimiento que llevemos en la sangre, y esto es algo que han probado suficientemente, y como sin quererlo -como de rebote, por decirlo así-, los estudiosos de la mentalidad primitiva. Lucien Lévy-Bruhl, por ejemplo, sostiene en uno de sus libros que la naturaleza humana tiende más a alejarse del prójimo en desgracia que a acercarse a él. Los primitivos, según este famoso antropólogo francés, razonaban de la siguiente manera: “Si este hombre se halla en estado tan lastimero es porque seguramente ha desafiado a los dioses, que ahora lo castigan enviándole esta desgracia. Sufre, luego es castigado. Y si ha sido castigado, más vale que no nos le acerquemos demasiado, no vaya a ser que los dioses nos castiguen a nosotros también”.

Quizá suene exagerado lo que voy a decir, pero de todas formas lo diré: han sido necesarios dos mil años de cristianismo para que la compasión nos parezca, como de hecho lo es, sentimiento noble y un deber humano. Pero quita el cristianismo y habrás borrado la compasión de la faz de la tierra.

¿Soy injusto al hablar así? No, no lo soy. Y, para demostrarlo, voy a hacer uso de unas pruebas que tengo en la mano. Hace unos días cayó en mi poder un viejo libro publicado en Francia antes de la Segunda Guerra Mundial titulado La Morale de la Force, escrito por un tal Ernst Mann. Sí, se trata de la traducción francesa de un libro publicado originalmente en Alemania. ¿Y que es lo que me encuentro entre sus páginas? Lo siguiente, que con escalofríos traduzco y con temblor trascribo: “El suicidio es el único gesto heroico que les queda a los enfermos y débiles. Quienquiera que haya llegado a la persuasión de que sufre una enfermedad crónica, de que no volverá a recuperar jamás la plenitud de su salud o de que no dispondrá del libre uso de sus miembros, éste deberá librarse, por muerte voluntaria, de la carga de su miserable vida, ya rehusando contantemente el alimento, ya por otro medio cualquiera.

Para todo enclenque y enfermo, para todo el que sufre una enfermedad  crónica o hereditaria, el suicidio es el deber más sagrado”.

¡Oh, pero la cosa no acaba allí! Nuestro autor no ha detenido la pluma, sino que va todavía más allá: “El Estado deberá velar rigurosamente por la destrucción de los débiles y los enfermos. Valiéndose de asambleas anuales de control, examínese por los mejores médicos el estado sanitario de toda la población, con objeto de descubrir a los enfermos y a los enclenques, y aniquilarlos. Fuera de dichas asambleas de control debe ser obligación de todo aquel que se siente enfermo o tarado, presentarse ante los médicos de control. Todo aquel que sepa de un hombre enfermo o desgraciado, deberá denunciarlo a la policía de la higiene”.¿Y me vienen a decir a mí que el hombre es naturalmente compasivo y misericordioso? Pues bien: un mundo sin Dios sería exactamente así…, ¡porque ya lo fue!

No es, pues, casualidad, que el primero de los mandamientos se refiera a Dios: es preciso amarlo con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas. Y luego amar al prójimo con el mismo amor con que amamos a Dios. ¡Ah, si el hombre fuera naturalmente amoroso, no habría por qué ordenarle nada a este respecto! Pero si Dios manda amarlo a Él y amar al hermano es porque lo natural es que pensemos sólo en nosotros mismos. Sucede aquí como en el caso de aquel mandamiento que dice: “Honra a tu padre y a tu madre” (Éxodo 20, 12). Es al hijo a quien se le ordena amar a sus padres, porque no siempre se halla en la disposición de amarlos; pero, en cambio, no existe un mandamiento dirigido a los padres que diga: “Amarás a tus hijos e hijas”, pues es mucho más natural que un padre ame a su hijo que un hijo ame a sus padres.

Una vez, Jesús contó una parábola. Era la historia de un hombre que bajaba de Jerusalén a Jericó y que, a un cierto punto del trayecto, fue atacado por unos asaltantes dejándolo medio muerto. Pasan por ahí un sacerdote y un levita, lo ven y prosiguen su camino. Éstos reaccionaron como exigía su naturaleza humana: huyendo del dolor. Porque no es natural compartir las penas de los otros, como ya dijimos. Para acercarse al que sufre se requiere algo más que mera humanidad: se requiere un amor excepcional. Y este amor sólo lo podemos recibir de Dios, pues únicamente Él ama excepcionalmente. Sin Dios, la moral desaparece, o sólo se convierte en eso que Ernst Mann llamó “la moral de la fuerza”.

También lee: Oración para pedir sueño | Juan Jesús Priego

Continuar leyendo

#4 Tiempos

El tormentoso futuro y sus pronósticos | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

Publicado hace

el

TESTEANDO

Se llega al inicio del torneo y como siempre, la ilusión, el deseo y un poco de esperanza regresan a los campamentos del fútbol mexicano.
Ya con algunas semanas de partidos amistosos, preparación de pretemporada y contrataciones interesantes, arrancamos con la idea de pronosticar el futuro de San Luis en la liga.

La mecánica es simple, ir jornada tras jornada sumando (cuando lo amerite) los puntos que puede obtener el equipo, para al final hacer una suma e intentar predecir si es suficiente como para pelear por un lugar en la liguilla o no, así que comencemos.

Jornada 1: León (Derrota) 0 puntos
Jornada 2: Monterrey (Derrota) 0 puntos
Jornada 3: Chivas (Derrota) 0 puntos
Jornada 4: Cruz Azul (Derrota) 0 puntos
Jornada 5: Puebla (Empate) 1 punto
Jornada 6: Querétaro (Victoria) 4 puntos
Jornada 7: Toluca (Empate) 5 puntos
Jornada 8: Tijuana (Victoria) 8 puntos
Jornada 9: Santos (Victoria) 11 puntos
Jornada 10: América (Empate) 12 puntos
Jornada 11: Pachuca (Empate) 13 puntos
Jornada 12: Mazatlán (Victoria) 15 puntos
Jornada 13: Atlas (Victoria) 18 puntos
Jornada 14: Pumas (Derrota) 18 puntos
Jornada 15: Necaxa (Victoria) 21 puntos
Jornada 16: Juárez (Victoria) 24 puntos
Jornada 17: Tigres (Derrota) 24 puntos

24 puntos representan una real posibilidad de jugar play in y con ello pensar en llegar a la liguilla. Sin embargo, el pronóstico habla de un arranque muy complicado llegando a sumar alguna unidad hasta la jornada 5, lo cual preocupa para la estabilidad del equipo y su nuevo cuerpo técnico. Un torneo que luce complicado y de adaptación para el director técnico y una base muy consolidada de jugadores que conocen muy bien la liga.

Por el bien del fútbol en San Luis, esperemos que la bola ruede a su favor, que renazca el buen toque de balón y se demuestre que con poco se puede competir, no queda más que esperar y en unos meses hacemos el recuento de lo logrado contra este complicado pronóstico, que comience la fiesta del fútbol mexicano, una vez más.

También lee: El sabor uruguayo del futbol potosino | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

Continuar leyendo

#4 Tiempos

Personas como espejos | Columna de Carlos López Medrano

Publicado hace

el

Mejor dormir

 

Los pasos dados en una mañana cualquiera conducen a uno de esos espejos piadosos en los que uno aparece más guapo de lo habitual, más limpio, más esbelto, casi heroico. La imagen llega como ráfaga: ese instante fugaz en que parecemos la mejor versión de nosotros mismos. Al siguiente paso, otro espejo devuelve ya el reflejo habitual: el rostro cansado, la camisa con esa arruga que antes no estaba, el pelo que ya no da. Así son los espejos: unos nos bendicen con la gracia de un tenista que acaba de salvar un set y lanza un guiño a la muchacha de la tercera fila; otros nos exhiben hasta el patetismo, y no hay ángulo que salve esas ojeras de un sueño perdido o la mancha que jurábamos no llevar puesta.

Entre uno y otro reflejo, se instala la duda: saber si somos el mal reflejo o la estampa bella de aquel aparador, si somos lo que vimos primero o lo que vemos ahora. Si somos el destello o la derrota.

En las relaciones humanas ocurre un duelo parecido. Hay personas que funcionan como espejos benévolos y nos devuelven lo mejor de nosotros mismos, iluminando lo que tenemos de amable, de inteligente, de vivo. Con ellas todo fluye: la conversación, el silencio, el juego de miradas. Traen de vuelta nuestro humor. Su sola presencia aligera la carga del día y perdonamos así el paso de las moscas.

En el ámbito de las relaciones es preciso rodearse de personas que son como los espejos en los que uno se ve bien y que nada complican. Gente que con su paciencia y simpatía ponen en bandeja las sonrisas y alumbran los más elevados sentimientos.

Pero también hay espejos rotos con forma de persona. Espejos manchados que te reducen y desaniman, cual les marca su hebra cochambrosa y su afán por ensuciar lo que les rodea. Sujetos cuya sola cercanía oscurece, reduce. Imanes del infortunio, empeñados en arrastrar a los demás a su fango personal. Su forma inmunda de consuelo.

Famosa es la frase en la que John Keats contaba que la poesía ha de acontecer con la misma naturaleza y espontaneidad con la que una hoja cae del árbol,

y no forzada ni sostenida por andamios y tornillos. Las relaciones humanas de mayor calado fluyen sin tener que desgañitarse. No se gritan, no se empujan: florecen. Como esas novelas que uno lee sin darse cuenta, y al mirar la página ya vamos por la mitad. Tenemos libros que se arrastran (uno nomás no ve la luz al final del túnel) y otros que vuelan.

Vuelvo a mi maestro Jardiel Poncela: aquellas mujeres que no se acomodan a nosotros valen menos que un lavafrutas, aunque sea la resurrección de Friné envuelta en perfume de Le Galion. 

Hay personas que te jalan consigo a su piscina de indecencia; y están otras, las que valen su peso en azafrán, que elevan y de la mano te guían a lo que has anhelado para ti en ratos de dulce vanidad. Son los rayos de sol que se cuelan entre las hojas en la última hora de la tarde.

Los buenos modales siguen siendo la pauta a la hora de definir a la gente de la que me quiero rodear. Aquellos que te alientan, saben escuchar y con los que aún puedes platicar de viejos álbumes.

Recordar, por ejemplo, aquella canción de The Velvet Underground cantada por Nico:

 

Seré tu espejo
Reflejaré lo que eres, por si acaso no lo sabes.
Déjame estar de pie para mostrarte que estás ciego.
Por favor, baja las manos,
Porque yo te veo.
Me cuesta creer que no sepas
La belleza que eres.
Pero si no lo sabes, déjame ser tus ojos,
Una mano en tu oscuridad para que no tengas miedo…

 

 

Contacto

Correo: [email protected]

Twitter: @Bigmaud

También lee: La Habana que vive en Mérida (yo sé que volverás) | Columna de Carlos López Medrano

Continuar leyendo

#4 Tiempos

Un encuentro con la tabla periódica: la participación potosina | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

Publicado hace

el

EL CRONOPIO

En la sesión del mes de junio de La Ciencia en el Bar se llevó a cabo la presentación del libro Un encuentro con la tabla periódica, ensayos, cuentos y anécdotas, publicado en 2024 por el Fondo de Cultura Económica, dentro de la serie La Ciencia para Todos, en la cual corresponde al número 262. El libro fue coordinado por el Dr. Juan Carlos Ruiz Suárez, investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV) unidad Monterrey y en el cual participaron alrededor de ochenta investigadores del país de varias instituciones educativas y de investigación de los diversos estados de la República Mexicana.

El libro nació de una iniciativa en la conmemoración del Año Internacional de la Tabla Periódica que fuera proclamada por la Unesco en el año 2019; el libro es un recorrido por todos y cada uno de los elementos que conforman la tabla periódica, elementos que son la base para el desarrollo científico y tecnológico de la humanidad. A través de los siglos se han ido identificando estos elementos que al conjuntarse con otros conforman las moléculas y estructuras diversas de la materia y de nuestro universo.

El libro se enfoca en cada uno de estos elementos y es presentado por un investigador de la comunidad científica nacional, sea como un ensayo que acerca al lector al entendimiento del elemento en cuestión y su importancia para nuestra sociedad. Estos acercamientos también se dan, en algunos casos, a manera de cuentos y de anécdotas, tal como se subraya en el subtítulo del libro.

Hasta el momento se conocen ciento diez y ocho elementos, entre naturales y los sintetizados en los laboratorios modernos; la tabla no está cerrada y en años próximos se piensa pueda seguir creciendo con la síntesis de nuevos elementos, si bien, los naturales que son del orden de noventa y dos prácticamente está agotada.

La comunidad científica de San Luis Potosí, también participó en la elaboración de los artículos que conforman este libro encargándose de algunos de los elementos de la tabla periódica. Trece fueron los investigadores de San Luis Potosí que participaron en el libro; figuran así:

La Dra. Mildred Quintana, con el tema, Boro: un elemento primordial en el origen de la vida. La dra. Mildred Quintana es investigadora de la Facultad de Ciencias y del Centro de Investigación de Ciencias de la Salud de la UASLP.

Con el tema: Sodio: la velocidad de aliento, participa el Dr. Braulio Gutiérrez Medina, del Instituto Potosino de investigación Científica y Tecnológica, IPICyT, quien trabaja en sistemas biológicos.

La Dra. Viridiana García Meza, investigadora del Instituto de Metalurgia de la UASLP, que trabaja con microorganismos quimioautótrofos y fotoautótrofos, escribe sobre el Azufre: el elemento oloroso y amistoso del vecindario.

Sobre el Níquel: un duende travieso, escribe la Dra. Vanesa Olivares Illana, quien es investigadora del Instituto de Física de la UASLP y quien se centra en el estudio de interacciones biomoleculares involucrados en el cáncer.

El Dr. Daniel Ignacio Salgado Blanco, investigador del IPICyT, colabora con el tema, Kriptón: el elemento oculto. El Dr. Salgado es especialista en simulaciones moleculares de la materia a escala microscópica y nanoscópica.

El Dr. Pedro Miramontes que es investigador de la Facultad de Ciencias de la UNAM y colaborador como profesor visitante de la Facultad de Ciencias de la UASLP, especialista en evolución biológica en una perspectiva física y matemática, escribe sobre el Rubidio: rojo carmesí.

Por su parte la Dra. Marissa Robles Martínez, especialista en efectos antimicótico de nanopartículas de plata y investigadora del Instituto de Física de la UASLP, trata el tema, Antimonio: contra monjes.

El Dr. Eduardo Gómez García, investigador del Instituto de Física, especialista en enfriamiento por láser de gases a temperaturas cercanas al cero absoluto, escribe sobre el Cesio: el átomo del tiempo.

Sobre el Lantano: el titular de la familia rara, escribe el Dr. Luis Felipe Cházaro Ruiz, investigador de la División de Ciencias Ambientales del IPICyT, que entre otras líneas de investigación trabaja en sistemas bioelectroquímicos y sistemas electroquímicos de conversión de energía.

De la Facultad de Ciencias Químicas de la UASLP y tratando el tema Praseodimio: imita al periodoto, participa el Dr. Miguel Ángel Waldo Mendoza en colaboración con Nancy Araceli Rivera García investigadora de la empresa Greennova.

Vianney Rangel, investigadora de la UASLP y especialista en biofísica, trata el tema Naodimio: en imanes poderosos.

Junto a su colega de la Universidad Autónoma de Zacatecas, Sonia Saucedo Anaya, el Dr. Said Aranda Espinoza, investigador del Instituto de Física, trabajan el tema Gadolinio: excelente en refrigeración, que también desarrolla el tema de Iridio: en honor a la diosa Iris.

Los invitamos que lean el libro en cuestión sobre la tabla periódica que fuera presentado en La Ciencia en el Bar en el cierre de su ciclo número treinta y nueve y previo al vigésimo aniversario de este peculiar programa de difusión.

También lee: Jorge Echevarría y su taller de Sonido 13 | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

Continuar leyendo

Opinión

Pautas y Redes de México S.A. de C.V.
Av Cuauhtémoc 643 B
Col. Las Aguilas CP 78260
San Luis Potosí, S.L.P.
Teléfono 444 811 71 65

EL EQUIPO:

Director General
Jorge Francisco Saldaña Hernández

Director Administrativo
Luis Antonio Martínez Rivera

Directora Editorial
Ana G. Silva

Periodistas
Bernardo Vera

Sergio Aurelio Diaz Reyna

Christian Barrientos Santos

Diseño
Karlo Sayd Sauceda Ahumada

Productor
Fermin Saldaña Ocampo

 

 

 

Copyright ©, La Orquesta de Comunicaciones S.A. de C.V. Todos los Derechos Reservados