abril 25, 2024

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#4 Tiempos

¡Íralo, menso! | Columna de Jorge Saldaña

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¡Íralo menso!

Tercera llamada

 

El “íralo menso”, es una bonita expresión popular que usamos los mexicanos y los potosinos para advertir y señalar un acto de torpeza inmediatamente después de ser ejecutado.

¿Se le cayeron las tortillas al escuincle?
– “íralo menso…

¿Se le pasó el camión en sus narices?
– “íralo menso…

¿Se tropezó por ir distraído?
– “íralo menso…

Ya me entendió. Bueno, pues le anuncio que próximamente usaremos la multimencionada e incorrecta expresión para nombrar una muy tierna sección en La Orquesta, y me puedo comprometer a semejante cosa con Usted, el Culto Público, nada más porque estoy convencido que de tonteras, burradas, necedades, dislates y tropiezos de nuestros gobernantes jamás tendremos escasez.

Vamos calentando motores, pero para que no quede ni una rendija para la duda, acompañaré ésta humilde pero bien intencionada columna con algunos documentos y fotografías para que usted mismo pueda comprobar lo que aquí se asienta.

¡Íralos!

Siendo rector de la Universidad y con un proceso de sucesión en puerta, intentar esconder el sueldo propio y el de los funcionarios de la Máxima Casa de Estudios en vericuetos legaloides no parece ser una idea inteligente.

¿No se imaginaron en la Uni que tarde o temprano (decía mi abuela que “a muele y muele ni el molcajete queda) saldrían a la luz?

¿No presupuestaron que, los interesados en contender por el puesto de rector, serían los más complacidos en hacer públicas las cifras escandalosas que se autorizan por conducir a la autónoma institución?

Mire, aquí la prueba:

Para trompudos y que se columpian, ahí están los altos mandos de la seguridad pública municipal. ¿Cuán tonto se debe ser para ignorar el reglamento que ellos mismos aprobaron y nombrar a un director de Policía Vial sin título ni cédula profesional? Ya ni hablemos de controles de confianza y mucho menos de la buena reputación.

Ahí va el burro Filemón tan campante, y ahí va la autoridad tan socarrona de los ordenamientos. Total, ya se les olvidó que prometieron cumplir y hacer cumplir la ley.

El colmo fue que, el recién llegado oficial mayor, “LuisMi” Torres Casillas, declaró que “ni sabía” que se ocupaba título para el cargo de jefe de la Policía Vial.

Es bien sabido que la ignorancia no es excusa para no cumplir la ley, sin embargo, ya enterados de la pifia, ahí siguen, todos como si nada. Total…

¡Íralo, menso… renuncia! Todos tus actos de autoridad podrían ser cuestionados por tu ausencia de título…

En serio que para burro y para director vial, no se estudia… literal.

Otra municipal… Si no quieres que parezca que es un acto anticipado de campaña… simplemente no participes en un acto anticipado de campaña.

Eres político, te nombran nuevo director de Desarrollo Social. Te invitan a una reunión pública. Hablas de proyectos de largo plazo. Das mensaje. Te bañas de pueblo y haces compromisos.

Al final, dices que no fue acto político y que, aunque parece, no fue un acto anticipado de campaña.

Eso es como decir que algo que parece pollo, huele a pollo y sabe a pollo… es atún

.

Por último en esta entrega… hasta para ser tontos, son tontos.

No hace falta más que tener un poco de sentido común, ojos y saber leer, para enterarse que los datos personales de las personas que hacen solicitudes de transparencia no pueden ser públicos.

No se puede exponer ni exhibir a las personas que solicitan información de la administración pública por un principio de orden y de seguridad.

Pero pues… faltaba más: La administración municipal reveló datos personales de tres ciudadanos que les pidieron información. La Cegaip les cayó en la maroma y se ganaron una demanda, que por cierto va para el alcalde, ni siquiera para su responsable del área de transparencia.

Con esos colaboradores, hijo… ¿en serio no les dieron aunque sea un manual ilustrado de cómo hacer las cosas?

Que bueno que los demandaron, a ver si aprenden….

¿No lo puede creer Culto Público? Pues aquí le dejo el oficio de la denuncia…

Bemoles

De director a gato del gato del gato

Ya sabemos que Xavier Nava corrió a Claudio Ferrer de Desarrollo Social y que lo nombró asesor de la oficina de presidencia. Lo que no se sabía es que, Ferrer está tan avergonzado porque lo agarraron en sus corruptelas, que ya no sabe ni cómo congraciarse con su patrón. Esta semana se ha hecho el más sumiso y abnegado empleadito de la oficina de Nava. Lo mismo va por el café, recoge las servilletas del suelo, saca unas copias, que sacude la silla donde se sienta el patrón. Dato: todavía ni escritorio le dan. #LoQueEsNoTenerDignidad

Se acabó el amor

¿Cómo estará la corrupción en la oficina de Comercio Municipal como para que los mercenarios…. perdón… los nobles, dignos y muy honestos representantes de los comerciantes ambulantes como Rodríguez Chessani, les diga “déspotas, ratas, mentirosos y pendejos” a los subdirectores de ésa área (léase José Juan Pérez y Francisco Porras). El chiste se cuenta solo. #ElComalLeDijoaLaOlla

Cubetas y trapeadores

Que el alcalde quiera remediar con cubetas y trapeadores las inundaciones que sufrieron cientos de colonias con las fuertes lluvias es como querer combatir el hambre instalando más puestos de tacos, o enfrentar el calentamiento global regalando yukis. Ah, pero díganle algo y se enoja. #SeIrrita

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#4 Tiempos

Subió rector y bajó rector | Breve Crónica de Jorge Saldaña

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Por: Jorge Saldaña

Cuatro años y una hora y cuarto, le tomó al médico oftalmólogo, Alejandro Zermeño Guerra, quedarse al frente de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí hasta el año 2028.

Mañana calurosa y despejada. Los nubarrones especulativos cedieron, ya no había nada más que hacer por parte de los 59 derechovotantes, en representación de una comunidad de decenas de miles, que desayunar temprano y cerca del Edificio Central.

La mañana de este lunes primero de abril, cedió el cuchicheo y las especulaciones, atrás en el tiempo se quedaron las comparecencias de los tres aspirantes, la solitaria queja mediática de una candidata y los litros de tinta de color opinión qué durante cuatro años, se vertieron respecto al resultado de la mañana calurosa y despejada.

A un costado del patio del Edificio Central y justo afuera del reducido recinto en el que se llevan a cabo las sesiones ordinarias y extraordinarias del cuasi cardenalicio Consejo Directivo Universitario, se administraban las sillas para los interesados asistentes, mismos que administraban la posición de su asiento a la sombra para evitar al primer y picante sol de abril.

La fuente central del histórico inmueble está cubierta por lonas que custodian su rehabilitación, pero una enorme águila abstracta en posición de caza, cumple de imponente adorno.

Afuera y uno junto al otro, están en primera fila dos de los tres aspirantes. Son Guadalupe Briano Turrent y Pablo Nava. El tercer candidato, es todavía presidente de la mesa del Consejo, cargo del que pide se le dispense para retirarse justo por su condición de contendiente.

Aprobado el asunto y tras un aburrido protocolo secretarial, el Consejo avanza mucho más lento que el paso del rector que se apresura en solitario hacia su oficina en el piso superior. Ni su secretario particular, de piernas más cortas, lo alcanzó.

A continuación, la somnífera explicación del mecanismo de votación, la elección de escrutadores, uno por los directores, otro por los maestros y otros por los alumnos.

Ahora la validación de los mismos y por supuesto las intervenciones, casi cuarenta minutos de citar artículos de los estatutos, votar a mano alzada hasta lo más mínimo, y tiempo perfecto para atraer la atención aún fuera por unos minutos.

La presidenta de la federación, por ejemplo, declinó ser escrutadora al mismo tiempo que intervenía en cada paso de la sesión.

El momento chusco de Germán Pedroza Gaitán, director de la Facultad de Derecho, que votó en contra de si mismo para ser el director-escrutador, perdiendo por absoluta mayoría.

Y empezó el conteo, por lista cada una de las facultades con sus tres representantes fueron pasando a tomar la boleta firmada por Federico Garza para votar y luego depositar en una urna transparente que era vigilada por una escultura pensante y paciente de Fulvia, una princesa Romana, herencia quizás de los tiempos de Montes de Oca.

Fueron 43 contra 15, casi un tres a uno y solo por que no hay más personas con derecho a sufragio.

No tardó la comisión en subir las escalinatas rumbo a rectoría donde el aún rector y nuevo rector electo al mismo tiempo, salió a recibirla.

Subió rector y bajó igual. Los aplausos de los administradores de la posición solar en el patio estallaron en aplausos.

Los aspirantes derrotados mostraron dignidad y en reciprocidad recibieron humildad del vencedor.

Se refrendó un ciclo para iniciar otro. Una reelección universitaria que tomó cuatro años y hora y cuarto.

El reloj volvió a ceros, la historia no.

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#4 Tiempos

Therion y Muaré Experience Voalá Station invaden de energía Aranzazú y Fundadores

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La presentación de Therion en el Festival Internacional San Luis en Primavera fue sin duda uno de los puntos más altos del evento

 

Por: Redacción

La legendaria banda sueca de metal sinfónico Therion hizo vibrar a miles de espectadores en el Festival Internacional San Luis en Primavera, logrando un lleno total en la Plaza de Aranzazú. Con una puesta en escena espectacu lar y un repertorio enérgico, Therion dejó una marca imborrable en el público potosino y de visitantes que se congregaron para disfrutar de su música.

Entre los temas que interpretaron, destacaron clásicos como “Birth of Venus Illegitima”, “Son of the Staves of Time” y “Cults of the Shadow”. La potente voz de sus vocalistas, combinada con la magistral ejecución de los instrumentos, creó una atmósfera épica que envolvió a la audiencia en un viaje musical único.

La presentación de Therion en el Festival Internacional San Luis en Primavera fue sin duda uno de los puntos más altos del evento, que consolida la reputación de este evento como un espacio para disfrutar de la mejor música en un ambiente vibrante y emocionante.

 

MUARÉ EXPERIENCE VOALÁ STATION, UN ESPECTÁCULO ÚNICO

 

En la Plaza de Fundadores, los asistentes fueron testigos de un espectáculo único y dinámico: Muaré Experience Voalá Station. Esta propuesta, desarrollada por Voalá Project, una compañía de experimentación escénica argentino-española, fusiona el rock, el arte óptico y las coreografías aéreas en una experiencia visual y sonora fascinante.

La combinación de elementos como el rock en vivo, la proyección de arte óptico y las impresionantes coreografías aéreas crea un ambiente vibrante y cautivador. Los espectadores fueron transportados a un universo de colores, movimientos y sonidos que estimularon todos sus sentidos, generando emociones intensas y dejando una huella duradera en su memoria.

 

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#4 Tiempos

The Babadook o “la película de 2014 que es huesera, pero bien hecha” | Columna de Guille Carregha

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Criticaciones

Disclaimer: no voy por la vida pensando todo el tiempo en el bodrio que fue Huesera. Tampoco camino por las calles tomando de los hombros a cualquier persona que se me ponga en frente para agitarle y gritarle en la cara que “¡Huesera es una película horrible!” Eso solo ha pasado, a lo mucho, tres veces. Y ya me encargué de las subsecuentes multas. La verdad es que ni siquiera me atrevería a contarla entre mis 10 películas más odiadas de la historia (digo, también está difícil hacer cosas más cutres que Ánima Estudios o Zack Snyder), pero sí fue una película que me hizo enojar muchísimo, sobre todo por la manera tan pitera en la que decidieron resolver el conflicto y convertir su “película sobre el embarazo” en una historia sobre cómo “las lesbianas se merecen todo lo malo que les suceda” porque eso de las metáforas visuales nomás no se les da.

Lo que sí pasó fue que, mientras más tiempo pasaba viendo The Babadook, más me daba cuenta que esto era exactamente la película que querían hacer en Huesera pero que nada más no les salió. Pero nada.
Ambas películas tienen como protagonista a una madre cuyo principal arco a lo largo de la película la involucra a ella odiando con toda el alma a su hijo debido a una serie de traumas que viene cargando desde hace mucho tiempo. Y, en ambos casos, este trauma termina viéndose reflejado como una criatura sobrenatural que le ataca y hace de su vida un infierno, llevándola al extremo de querer acabar con la vida de su vástago. Pero, mientras en la película mexicana se les olvidó todo esto de que los actores pueden contar gran parte de la historia con sus expresiones, sus diálogos, o su forma de actuar, mucho menos recordar que el trabajo de una película es el de contar historias a través de lo visual, The Babadook logra ponerte en los zapatos de su protagonista desde el principio sin tener que recurrir a diálogos clichés que no aportan nada.

Por ejemplo, durante los primeros 20 minutos de la película, ésta se empeña en hacerte odiar por completo la existencia de un niño de seis años que lo único que está haciendo es ser niño. Grita, corre, llama la atención de su mamá todo el tiempo, se la pasa abrazándola, y lo único que quiere es que le lean cuentos antes de dormir. Se puede decir que es un poco molesto el chamaco pero, pues, ser molesto es la mitad del punto de ser un niño, así que tampoco es como que lo podamos juzgar demasiado por ello.

Lo genial es que le película en sí te condiciona a aborrecerlo. Como todo está contado desde el punto de vista de la mamá, visual y sonoramente, todas las acciones del niño están intensificadas de una manera exagerada cada vez que está en escena. O sea, no solo grita que quiere algún capricho, sus gritos están sobrepuestos a cualquier otro sonido o soundtrack, dejando detrás de si ecos o con el pitch aumentado para que suenen todavía más agudos. La película te acerca a las expresiones de la madre en primer plano, mientras deja al niño convertido en un manchón desenfocado en el fondo de la imagen. No vemos nunca las “cosas terribles” que hace en la escuela, sólo vemos cómo los encargados de la escuela le describen al niño a su madre como si fuera un ente sin nombre capaz de llevar a la locura a los demás alumnos. Sus gritos se cortan en su punto más álgido para pasar, luego luego, a otra escena en donde está haciendo otro destrozo.

En ningún momento la directora de The Babadook consideró que su audiencia era estúpida, por lo que creó una experiencia visual que explicara cómo se siente la madre respecto a su hijo y es difícil no sentirse igual que ella en cada escena.

Supongo que crear toda esta experiencia visual fue un trabajo complicado, porque podría, no sé, haber creado dos o tres escenas en donde la señora se junta con su familia y todos le decían que nunca creyeron que sería madre o que no sabían que le gustaban los niños para que ella sólo se riera y se defendiera. Quizá eso hubiera sido mucho más efectivo, la verdad. Tal vez tener a alguien contándole cómo cuando era más joven no cuidó bien a un niño ajeno y se le cayó por las escaleras. Yo creo que así hubiera sido más creíble todo eso de tenerle miedo y odio a su hijo. O sea, ¿mostrar su estrés a través de trucos de cine? Eso es de amateurs. Los pros resuelven todo con diálogos, porque si no, la gente va a sentir ansiedad viendo una película de terror y, pues, ¿quién quiere sentir terror en una película de terror?

De igual forma, a lo largo de The Babadook la presencia del ser mencionado en el título de la obra es, por supuesto, una gigantesca metáfora relacionada a lo que siente la protagonista en su interior. Así funcionan estas películas con esperpentos infernales que acechan familias. Siempre son una metáfora. Mientras que en Huesera supuestamente representaba las ganas de no quedar embarazada de una persona que se aventó casi un año intentando quedar embarazada a través de incontables métodos, y que trabaja arduamente y feliz para darle la bienvenida a su hija, The Babadook representa la congoja y luto de haber perdido a alguien y cómo, si no enfrentas esos sentimientos a tiempo, te pueden consumir y convertir en un ser deleznable que, incluso, desea matar a sus seres queridos para sentir en paz. Y en ningún momento hay disonancia entre la metáfora y lo que los personajes expresan. Es como si, no sé, si hubieran pensado bien su historia antes de salir a grabar.

Además, la lógica interna de la historia (o sea, la narración sin tomar en cuenta las metáforas), también funciona. Si no sabes nada acerca de lo que representa el Babadook, sí parece una entidad que acecha a los más débiles mentales, que siempre ha existido y que siempre existirá. Sí funciona como espectro. Además, toda la pelea contra este mono suceda casi única y exclusivamente dentro de la casa en la que viven, haciendo sentir que es un problema localizado geográficamente, como si la casa estuviera embrujada. Así, la entidad pasa de ser una sombra que acecha a empezar a tener, poco a poco, injerencia en el mundo real mientras más metida este la mamá en las etapas del duelo.

Al final, todo se resuelve poniendo en uso las habilidades que los personajes ya tienen, y siguen una serie de situaciones lógicas que son fáciles de seguir y las únicas dudas que te dejan son las de “¿qué pasaría si…?” en las que te puedes divertir una vez terminada la película.

La conclusión realmente es buena, cosa extraña en una película de terror, en donde es exageradamente difícil llegar a un final satisfactorio. No necesitas brincos de lógica para justificarlos. En otras palabras, no se escribieron ellos mismos hacia una esquina de la que la única forma que supieron salirse fue decir “y la creatura se vence con cinco minutos de palmazos mientras hueles incienso” y se sintieron satisfechos con su mamada.

Mejor vean The Babadook. Está bonita, y también está en Prime Video.

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Opinión