mayo 1, 2024

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#4 Tiempos

Isabelle Huppert en el vecindario | Columna de Carlos López Medrano

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MEJOR DORMIR

 

La vi por primera vez en una esquina destartalada alrededor de las nueve de la noche. Estaba del lado opuesto a donde se dirigía a luz de la farola, como si quisiera ser alumbrada, pero sin acabar expuesta o ser presa del encandilamiento. La posición reservada que le toca asumir a quien arrastra algún pesar. Era una mujer madura, de medio siglo, que destacaba en aquel lugar poco propicio para la honra. Su rostro reflejaba la experiencia, el conocimiento de las alegrías y los dolores que flotan en la efervescencia de los días.

Tenía tez blanca y cabello rubio, peinado de estrella de cine y ropa de quien duerme a escondidas en el supermercado. Delataba así la vulnerabilidad de quien perdió el rumbo hace tiempo. Un aura con cicatrices que se adentraban en la alfombra de sus ojos. Con la mirada baja, lanzaba fugaces vistazos hacia arriba, esperando algo que nunca llegaba. Una de esas personas que te hacen pensar que no están en el lugar que merecen. Una Isabelle Huppert del vecindario.

Estaba ahí en el camino que me tocaba a la salida del trabajo, en una zona repleta de puestos de comida que servían carne indigna del sistema digestivo y donde el aroma del aceite lleva a la nariz los vestigios de hace un par de calendarios. Un lugar donde las ratas se paseaban sin vergüenza y donde había vagabundos de cinco estrellas, personas sucias y desorientadas que le hablan al vacío: «Te voy a encontrar, ya verás. Te voy a encontrar».

Durante casi un mes, la vi diariamente en el mismo lugar, a la misma hora. Sin cruzar palabra, me quedaba cautivado durante los segundos que pasaba junto a ella, una presencia ilustre que contrarrestaba la peste y la inmundicia del entorno. No pensé demasiado en su profesión o estilo de vida. En esencia, todos nos vendemos de alguna manera u otra. Lo único que me llamaba la atención era una caja de cartón que siempre estaba a sus pies, a la que de vez en cuando vigilaba de reojo.

Un lunes, el último, el semáforo cambió a verde y con el pasar de los autos no pude cruzar la calle en donde ella hacía guardia. Lo que sí se cruzaron fueron nuestros mirares. Y ahí fue cuando conocí su voz.: «Tenga cuidado, joven», me dijo, «cierre bien su maletín».

Me tomó por sorpresa. No sabía cuáles eran sus intenciones. «Buenas noches», le respondí.

«Sí, joven, y guarde su reloj, aquí los chavos roban mucho, sobre todo en la calle de allá», agregó. «También esconda bien el aparato que lleva en la bolsa», dijo, refiriéndose a mi lector de libros electrónicos.

Un tono de alarma interior vino de súbito. En cuestión de segundos, aquella mujer había detectado que el cierre mi maletín estaba abierto, que llevaba reloj y que la funda de mi lector de libros asomaba por el bolsillo delantero de mi blazer. Además, alguien que me considera joven debe tener algún desequilibrio Tal vez sea una ladrona, alguien coludida con los delincuentes de la colonia a los que señaló mis puntos vulnerables.

Eso es. Con mirada de halcón está comunicando a sus cómplices el inventario de mis pertenencias. Probablemente en la caja de cartón lleve el botín de cada jornada. O el cuerpo desmembrado de una de sus víctimas. Puede ser.

No supe cómo reaccionar. Si apenas un minuto antes estaba encantado de conversar con quien había despertado mi curiosidad durante semanas, de repente me invadieron los peores pensamientos.

«Buenas noches», dije por segunda vez, «gracias».

Aproveché el momento en que el semáforo se puso en rojo para cruzar la calle y seguir hacia mi destino. Durante el trayecto estuve atento hacia todos lados y tomé precauciones añadidas. Nada me sucedió. Mientras iba en el transporte, volví a pensar en aquella mujer. Había exagerado. A fin de cuentas, no me lanzó una amenaza o una grosería. Me dio un consejo, intentó ayudarme con un tono maternal y una genuina preocupación, como nadie más en esa calle atestada había hecho por mí.

Confundí su mirada de angustia con la del nervio que tienen los delincuentes primerizos. Caí en una de las muchas trampas de esta época: la desconfianza en los demás. Estar siempre a la defensiva, poner barreras incluso a quienes traen un obsequio para nosotros. El efecto retardado de las malas experiencias; pasado el tiempo siguen condicionándonos, imponiéndonos reservas y levantando banderas rojas innecesarias.

Se podría argumentar que es mejor pecar de precavido que de confiado. Y sí, tal vez sea cierto, pero si reflexionamos sobre las bondades que perdemos al excedernos en nuestros cuidados, quizás nos embargue cierto vértigo.

No digo que debas lanzarte de cabeza a las fauces del lobo o que te conviertas en un pichón para los maleantes que aseguran tener perrito salchicha en adopción en su vagoneta (de esos me había advertido aquella mujer). Lo que sugiero es que, manteniendo las cautelas esenciales, permitas la convivencia. Charlar aunque sea de lejos. Qué pierde uno.

Durante toda la noche, di vueltas y vueltas a lo brusco que fui con la pobre Isabelle. La culpa me invadió, fui desconsiderado con alguien que había procurado por mí. Las previsiones a veces nos convierten en insensatos. Debería haber dicho más que un simple buenas noches gracias. Debería haberle preguntado cómo estaba, por qué estaba allí, si había considerado ir de vacaciones a Xalapa.

Insensatez que você fez

Coração mais sem cuidado

Fez chorar de dor

O seu amor

Um amor tão delicado…

Su voz volvió a mi memoria, el tono que las personas elegantes tienen sin darse cuenta, una musicalidad que podrían emplear incluso para leer la guía telefónica y seguir cautivando.

Compensaría lo descortés al día siguiente, pensé. Lo bueno era que sabía dónde encontrarla. Era una presencia habitual en mi ruta. La saludaría brevemente y le reiteraría mi agradecimiento con una entonación cálida, amable, diligente. A partir de ahora, adoptaría ese gesto, me dije a mí mismo.

Y habría llevado a cabo mi plan, pero por primera vez desde que frecuentaba esa zona, no la encontré en su lugar a la hora acostumbrada. Quizá se fue con alguien, pensé. No pasa nada, ya volverá; seguramente la veré mañana, creí. Y resultó que no. Tampoco la encontré el miércoles, ni el jueves, ni el viernes. Ni la semana siguiente ni la otra. Había dejado de estar en el lugar de siempre. Desapareció.

Han pasado varios días desde que me comporté como un patán y me pregunto si la volveré a ver. Si no es así, para mí siempre habrá un vacío en esa esquina, como los millones de vacíos que cada uno tiene en sus ciudades.

 

Contacto:

Correo electrónico: [email protected]
Twitter: @Bigmaud

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#4 Tiempos

Primera matehualense en obtener título universitario | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

En enero de 1923 el Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí se convertía en Universidad Autónoma de San Luis Potosí tratando de iniciar una nueva vida académica organizando sus actividades de manera autónoma y decidiendo su destino sin intervención del estado. Si bien, esos primeros pasos de vida autónoma no fueron fáciles y además fueran obstaculizados y postergados hasta la década de los cincuenta cuando puede decirse que la universidad adquiere su absoluta autonomía. Esa fecha queda registrada como el inicio de la hoy Universidad Autónoma de San Luis Potosí que continuaba el trabajo académico del Instituto Científico. Para entonces se empezaba a hacer común observar mujeres en sus aulas de estudios profesionales, su número no era tan abundante; aunque para entonces ya se habían titulado unas cuantas mujeres en la carrera de medicina y en leyes, como hemos tratado en anteriores entregas en esta columna.

Ante esta situación, la presencia de mujeres provenientes del interior del estado era más extraña aún

, por el esfuerzo que requería el trasladarse a la capital del estado para ingresar a realizar estudios, sobre todo de corte profesional. Con todo, las mujeres potosinas de los diversos municipios del estado comenzaron a tener presencia en las aulas universitarias.

De las primeras mujeres en ingresar a la recién “creada” Universidad Autónoma de San Luis Potosí sería la matehualense Sara Cárdenas Orozco que en 1923 ingresaba a la preparatoria de la Universidad potosina a cursar el bachillerato en ciencias biológicas con la intención de poder ingresar en su oportunidad a estudiar medicina en la misma universidad. De esta manera Sara Cárdenas se convertiría en la primera matehualense en ingresar a la universidad.

Sara Cárdenas, se convertía además en la primera matehualense en cursar cursos superiores de física, matemáticas y biología y la primera en cursar materias experimentales de ciencias. De esta forma trabajaría en el histórico Gabinete de Física que tengo bajo mi resguardo y que forma parte del patrimonio cultural de la ciudad de San Luis Potosí.

Sus estudios preparatorios los realizaría de 1923 a 1926. Por entonces se cursaban en la preparatoria materias de aritmética y algebra, geometría plana, trigonometría rectilínea, física teórica, física experimental, cosmografía, nociones de mecánica, química general, química orgánica, nociones de mineralogía, geografía general, nociones de geología, botánica, histología, zoología, nociones de anatomía, fisiología humana, lógica, psicología moral, histología general, raíces griegas y latinas, dibujo, inglés , francés, literatura general y lengua castellana.

Los cuales aprobaría a satisfacción Sara Cárdenas. En 1926 ingresaba a estudiar medicina y cursaría hasta el quinto año de la carrera en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, para trasladarse a la ciudad de México y proseguir en la Escuela Nacional de Medicina la carrera de medicina en 1930. Realizó sus prácticas hospitalarias en el Hospital Civil “Dr. Miguel Otero” de San Luis Potosí y el internado en el Hospital General de la Ciudad de México, siendo ya estudiante de la Escuela Nacional de Medicina.

Sara Cárdenas Orozco nació en Matehuala, San Luis Potosí el 24 de octubre de 1903, sus padres eran comerciantes en Matehuala, y al parecer cambiarían su estancia a San Luis Potosí, con el fin de que sus hijos pudieran continuar estudios y posteriormente a la Ciudad de México.

Como muchas de sus compañeras médicas, perteneció a la Asociación de Médicas Mexicanas, asociación que fue impulsada por médicas potosinas.

Sara Cárdenas Orozco cursó y aprobó en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y en la Escuela Nacional de Medicina las materias que cubrían íntegramente la carrera de médico cirujano, convirtiéndose, con toda seguridad, en la primera médica matehualense.

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#4 Tiempos

Agua de limón, de jamaica y Claudia Sheinbaum | Crónica de Jorge Saldaña

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CRONICA DE JORGE SALDAÑA

Hay que salir a buscarlos.

Es 2024 y comenzamos en casa.

Es nuestra cobertura presidencial y toca a Claudia Sheinbaum, que visita la Huasteca potosina.

Nadie dijo que fuera fácil.

Estamos en Ciudad Valles, San Luis Potosí. Y aunque la temperatura marca más de 30 grados, hay que decir que la tarde de este martes de abril, fue clemente comparado con otros días.

Horas antes de la cita, en la plaza Hidalgo se reúne, se deambula, se convive y se percibe que algo viene para unos y otros.

La música suena muy fuerte, se habla a gritos.

Ya con miles en su lugar, pasar por donde no había filtros era más difícil que por donde sí los había.

La seguridad apretada, pero no más que lograr pasar, cuerpo a cuerpo, a través de las miles de personas que se acomodaron a lo largo de la calle hasta donde no se les alcanzaba a ver fin.

Ojalá hubiera un agua de limón o de jamaica, pero no.

Solo había Verde y Morena en banderas, banderines, playeras, gorras, llaveros, lonas y un variopinto de utilitarios.

Los del presidente, no pudieron faltar.

Verdes y Morenistas van en alianza, pero en el evento están divididos por una larga valla central.

“Ahí viene Claudia, aquí está la candidata”, anunciaban atentando contra su garganta los conductores del evento… pero no, no llegaba.

Subir el ánimo después de 4 horas de espera no era fácil.

Fueron horas de espera, de cansancio, de calor, de esperanza, un poco de paciencia pero sobre todo, de sudor.

La calle de Morelos, abarrotada de simpatizantes de uno y otro sabor. Tenía sed, de que llegara el momento, de ver a la abanderada, de escuchar, de estar, los más solo tenían sed.

La cita era a las 7 y media de la tarde, pero el reloj marcó un cuarto para las nueve de la noche cuando el “Ya está con nosotros” no era ensayo.

Llegó la candidata, se encendió la pasarela a base de selfies, saludos y abrazos.

El avance rápido acompañado de una música estruendosa que se repitió durante horas.

La luna llena en su esplendor iluminó un poco la esperanza desgastada en horas de pie.

En el templete las cosas no eran distintas, de un lado se acomodaron a los candidatos del Verde y del otro los de Morena.

Sí, van juntos. Sí son alianza, pero no en todo.

Hay tres formulas al senado, es parte del llamado “Plan C”.

Las porras se dividen cuando se menciona a los invitados, unos causan furor, otros no tanto… otros nada.

Claudia se ve cansada pero se reanima y llega casi bailando atendiendo a la multitud.

Ya arriba, el abrazo de la candidata a limones y jamaicas, relaja la tensión entre unos y otros invitados especiales

.

Claudia llegó a dar sentido a que estén todos sentados a centímetros de distancia, pero a kilómetros de empatía.

El mensaje se desarrolla y se convierte en una consulta a mano alzada, se “vota” por los programas que están y los que continúan.

Programas específicos para San Luis: el agua, la infraestructura carretera y de nuevo la promesa del truncado aeropuerto en Tamuín.

Se entusiasmaron las columnas humanas, a eso fueron a sudar por tanto tiempo. La promesa estaba entregada.

Los discursos teloneros solo fueron dos y corrieron por parte de Ruth González, encaminada al senado por el partido Verde y por Rita Ozalia Rodríguez, su rival en boletas, su aliada en… la alianza.

Todo lo demás fue Claudia siendo Claudia. La que ya es. La que será presidenta, según lo aseguró, porque dijo, tiene el apoyo de millones de mexicanos… primero los pobres.

“Mexicanos al grito de guerra” con la cabeza descubierta anuncia el fin de la liturgia de los eventos masivos de la candidata.

Salida y bajada tortuosa, el viacrucis para abandonar el lugar lo vive la abanderada arriba de una camioneta gris que tarda casi una hora en avanzar dos cuadras.

Los vallenses le piden, le dan la mano, le toman foto, la saludan, pero sobre todo, no la querían dejar ir.

Todos necesitaban algo.

Pasan las 10 de la noche y parece que por fin, la plaza Hidalgo deja de reunir para dejar ir.

La mañana siguiente llega pronto y es un salón de eventos el lugar donde la candidata se encuentra con los medios de comunicación.

Todos listos y viene la primer pregunta. La fortuna, corresponde a nosotros abrir los cuestionamientos.

Preguntamos sobre el agua, la carretera 57 y sobre una próxima visita.

Al respecto aseguró que modificar la Ley de Aguas será una prioridad al inicio de su gobierno. Explicó que esta Ley se transformó en tiempos de Salinas de Gortari, y luego de realizar mesas de trabajo, se podrán recuperar las concesiones privadas del recurso, para que éste sea regresado para todos los mexicanos.

La carretera 57, ampliarla y rehabilitarla hasta Piedras Negras. Y finalmente, la promesa de intentar regresar a tierras potosinas durante los cierres de campaña.

Esto respondió para La Orquesta, Claudia Sheinbaum.

De nuevo a la salida, el mitote, las selfies, los mucho gusto y los muchas gracias no dejan caminar a la candidata que se presta a partir por tierra a Tamazunchale, municipio que, aunque esta a cien kilómetros, la distancia en auto se transforma en casi cuatro horas.

Y es que se está reconstruyendo la carretera en ese tramo, la misma vía que anunció la candidata se ampliará hasta Huejutla, Hidalgo.

Hay que tomar ruta alterna si se quiere llegar a tiempo. Una ruta que deja ver a municipios olvidados.

Municipios terrosos y tristes por los que hay que pasar, como Tanquián, San Vicente y San Martín para por fin bajar a Tamazunchale.

No es que esté en mejores condiciones el camino. Hay menos tráfico, pero lejos de ser confortablemente transitable.

El escenario en Tamazunchale es la Unidad Deportiva.

Bajo un mega toldo es difícil que quepa un alfiler delgado, por eso muchos prefieren las pocas sombras que incluso se aprovechan hasta para que los niños duerman un rato y pase el calor.

Hay aguas frescas, también hay jamaica y limón.

Allá Morena y Verde pelean a gritos por la atención de la abanderada que de plano interrumpe el discurso de la candidata Rita Rodríguez para poner orden.

Fue un “ya no peleen y no me importa quien empezó” Se llama respeto. ¿Me van a escuchar?

 

En menos de 24 horas dos masivos y rueda de prensa en tierras potosinas.

En el fondo, dejar un mensaje claro para la tensión política potosina a la que puso en orden dejando promesa y esperanza de volverla a ver acá todavía como candidata, durante sus cierres de campaña.

Se fue la candidata. Ya es hora de tomar un agua, aunque sea de limón. Aunque sea de jamaica.

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#4 Tiempos

Se va Leal | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

Y sí, lo que muchos sospechábamos, se ha confirmado. San Luis dejará de ser dirigido por Gustavo Leal, con todo y que se le había renovado hasta 2025.

Casi siempre es lógico cortar por lo más fácil, director técnico y cuerpo de entrenadores, son los primeros en irse de un plantel. Justo esto es lo que ha sucedido.

Pero, ¿es Leal el principal culpable? ¿Con esto el equipo podrá regresar a ser protagonista? Las respuestas de ambas preguntas, me parece que son rotundos “no”.

Para bien o para mal, Gustavo Leal buscaba implementar con San Luis un estilo de juego, algo definido, una especie de escuela que tuviera su sello de calidad, algo que pudieras distinguir con sus jugadores. Aunque estos cambiaran en el 11 titular, el estilo y las formas siempre estuvieron presentes, lo que falló por el desempeño.

Un increíble bajón de juego por parte de ciertos jugadores (extrañamente) como Bilbao, Dourado, Bonatini, Dominguez o Klimo (solo por mencionar algunos) dieron al traste con lo intentado en el papel por Gustavo; si los jugadores no responden, ni la mejor estrategia va a funcionar

.

Por otro lado, espero, pero dudo, de la capacidad de resiliencia de esta escuadra. No puede ser que termines tan bajo un torneo con prácticamente el mismo plantel que el campeonato anterior. Los jugadores deben asumir su responsabilidad y levantar la cara para el próximo torneo, sea cual fuere el entrenador a llegar.

En fin, se cierra un capítulo más del peor puesto de trabajo en el San Luis? Se va Leal y a seguir soñando, ojalá que esos sueños se puedan hacer pronto algo de realidad.

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Opinión