junio 2, 2023

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#4 Tiempos

Lo que me deja el accidente de Maleck | Columna de Emmanuel Gallegos D.

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Joao Maleck

Gambeta 

 

El pasado fin de semana un trágico percance ensombreció la ciudad de Zapopan, Jalisco. Una pareja de recién casados fallecieron víctimas de un accidente automovilístico ocasionado por un futbolista juvenil mexicano, llamado Joao Maleck. Las primeras versiones indicaron que la imprudencia al volante del mexicano terminaron con su prometedora carrera futbolística, y más triste aún, con la vida de dos personas que apenas comenzaban a forjar una vida juntos. Lo que se ha señalado hasta ahora es que habría una irresponsabilidad de Maleck al manejar bajo los influjos del alcohol y además de que el Mustang en el que circulaba se desplazaba a 160 km/h, lo que habla de varias malas decisiones terminando en pérdidas irreparables.

No es la primera vez que lo menciono, los futbolistas profesionales mexicanos, especialmente los jóvenes, se pierden con el dinero y la fama, que los lleva a tomar decisiones equivocadas y llevar una vida de excesos. Aunque no en todos los casos se ven envueltos en tragedias como la ya mencionada, sí truncan la posibilidad de que den el brinco a ser futbolistas famosos, obligándolos a un retiro prematuro o a no pasar de ser “jóvenes promesas”, incluso de convertirse en verdugos.

El caso que más recuerdo, pese a que ya fue hace muchos años atrás, es el del jugador rojinegro, César Andrade. El futbolista guanajuatense era un joven lateral derecho con mucho futuro en el futbol mexicano, que por una mala decisión perdió una de sus piernas. Molesto por jugar apenas unos pocos minutos en un partido, César y un amigo, que también era canterano del Atlas, fueron a un bar. La falta de madurez y experiencia lo llevaron a tomar unas cervezas de más, al salir en malas condiciones, su vehículo se estrelló contra la barra de contención por el periférico en Guadalajara, la cual tras el impacto entró por la ventana de un costado del vehículo y salió por el otro extremo cortando de manera literal la pierna de Andrade. (Des)Afortunadamente para el futbolista, lo único que perdió fue su pierna, su carrera futbolística y no mató a nadie, pero el daño ya estaba hecho.

El caso más reciente fue el del futbolista español José Antonio “La Perla” Reyes. Al salir de un entrenamiento, el futbolista iba hacia su casa en su Mercedes Brabus S550 a más de 200 km/h, el accidente le quitó la vida a él y a un familiar que lo acompañaba

. El mundo del futbol lloraba y sufría por su muerte, diversos homenajes, medallas de reconocimiento por su trayectoria y demás se dieron. Pero el también futbolista, Santiago Cañizares, destapó la polémica con el siguiente twit:

“Circular con exceso de velocidad es una actitud reprochable. En el accidente ha habido víctimas además del conductor. Reyes no merece un homenaje como si fuera un héroe. Pero eso no quita que lamente lo ocurrido y que rece por sus almas. Lo intolerable lo encuentro en quien se alegra”.

Dicho comentario no pasó desapercibido y generó un sinfín de reacciones tanto positivas como negativas. Lo duro de las palabras de Santi no le resta un mínimo de verdad. El fatal accidente fue en gran parte por una irresponsabilidad del internacional español, nuevamente la tragedia no fue más grande por suerte, pero todo pudo tener repercusiones aún mayores. Y sin embargo, en ocasiones no vemos con claridad que las acciones de personas famosas, no sólo de futbolistas, pueden ser vistas con una mirada menos crítica y lejanas a un escarnio o señalamiento negativo.

Aurelio ‘Coreano’ Rivera, Gonzalo Farfán, Adrián Chávez, Ramón Ramírez, Moisés Muñoz, todos ellos sufrieron accidentes, algunos fatales, algunos por imprudencia, algunos quedan como anécdota, pero en su mayoría hubo una mala toma de decisiones. Seguramente el tema Maleck se olvidará en unas semanas y su accidente quedará en los libros negros de historia del futbol, pero la tragedia y la nube negra que dejó, quedará por mucho tiempo en la memoria de los más afectados, los que no tienen fama ni reflectores.

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#4 Tiempos

Un lento adiós | Columna de Carlos López Medrano

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MEJOR DORMIR

 

No todas las historias acaban con un portazo. La mayoría de ellas más bien pasan por un largo proceso de demolición. Sin el protocolo de un vete al carajo, muñeca, no quiero volver a verte. Los reproches, las lágrimas y los aspavientos son apenas entreactos. La separación tiene un avance gradual. Sutilezas en dosis miniatura que a veces ni siquiera las partes involucradas perciben.

Un día dejas de mandar ese mensaje de cómo estás. Ya casi es medianoche y no quieres ser imprudente. Qué más da, un descuido como otros. Dices que la saludarás mañana (cosa que olvidas hacer). Una semana después se te pasa preguntarle cómo le fue a su perro en el veterinario, consulta de la que te había comentado en un mensaje escueto como para no perder la costumbre de decir lo que sea.

En el último año los encuentros se han vuelto más y más espaciados. Recuerdas que ha transcurrido un mes desde la última ocasión en que salieron a comer juntos, y piensas en llamarla, pero esta tarde estás ocupado. Y también la siguiente. Y la otra. Además, ella no te ha llamado a ti. El orgullo hace que te tragues las ganas.

Cuánto tiempo sin vernos, se dicen al fin cuando coinciden por casualidad, antes de percatarse de que el hil o que los unía es más delgado de lo que solía ser y que no tardará en romperse

. Lo peor es que se desvanecerá sin doler ni hacer ruido (esos síntomas de lo que aún tiene porvenir). Por el contrario se irá sin más. Tan solo llegará un lamento propio de la vejez: notar que cada vez hay menos gente a tu lado. Ana María Matute decía que la vida es ir perdiendo cosas.

De alguna manera, la despedida comienza desde el momento mismo en que conoces a alguien. El ilusorio proceso ascendente eventualmente desemboca en la caída. Pese a que tarde en llegar, llega; ya sea debido a un desgaste social o uno biológico. Incluso las parejas sólidas alcanzan la vejez y con ello la terminación natural de una de las partes. Fue bonito mientras duró.

Las despedidas silenciosas también se dan de manera deliberada, cuando el otro ya no te hace clic. Al notar que se ha pasado de listo, aunque sin la perspicacia suficiente para darse cuenta de que a base de infamia ha agotado el crédito para estar contigo. Has tomado nota de las afrentas y en consecuencias te abstienes de alimentar ese vínculo sin decir nada. Simplemente cesar de ofrecer lo mucho o poco que tienes dentro. Ni siquiera voy a decirte que me voy. Hay un tipo de alejamiento para el que no es necesario moverse.

Una noche, cuando no puedes dormir, recuerdas a personas que alguna vez fueron tuyas. Te preguntas qué ha sido de ellas. Cómo es que ese hasta luego o ese nos vemos pronto quedó en una desconexión definitiva.

Ayer nos encontrábamos allí, tomando una copa, conversando sobre el clima. Y si bien ya no era como en los viejos tiempos, parecía que podríamos mantenernos cerca. Quizá todavía lo estemos, tengo que comprobarlo. Pero tomas el teléfono y descubres que de nuevo ya pasan de las once. O ves que en su foto de perfil sale con alguien más. De modo que cierras los ojos e intentas dormir. Lo dejas pasar.

Sin dimensionarlo, ese acto forma parte de los lentos procedimientos de adiós que tienes abiertos con otras tantas personas.

 

Contacto:

Correo electrónico: [email protected]

Twitter: @Bigmaud

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#4 Tiempos

Charla de La Ciencia en el Bar sobre la Vaquita Marina | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

Un cetáceo endémico de México conocido como vaquita marina que habita en la parte alta del golfo de California, el Mar de Cortés, se encuentra en peligro de extinción al disminuir considerablemente su número en las últimas décadas, entre otros factores, por las malas prácticas de pesca en esa región marítima de la Península de Baja California. La vaquita marina es el cetáceo más pequeño del mundo son poco sociables por lo que generalmente se encuentran solas; observarlas es muy difícil pues tienden a alejarse de los barcos y suelen estar ausentes en las superficies.

Sobre este espécimen nos estará platicando la maestra en ciencias Mariana Dorantes Gilardi en la próxima sesión de La Ciencia en el Bar, ahora en su modalidad de itinerante. La sesión se llevará a cabo este miércoles 31 de mayo e punto de las ocho de la noche en Cervecería San Luis, que se encuentra ubicada en la Calzada de Guadalupe número 326. La charla se titula: La vaquita marina ¿en peligro de extinción?

Las medidas para la conservación de especies y de medio ambiente, como los decretos de reservas ecológicas, suelen verse limitadas si no son acompañadas por infraestructura y apoyo económico, como ha sucedido con la Reserva de la Biósfera del Alto Golfo de California, establecida desde 1993 con el objetivo de “Conservar y proteger los ecosistemas representativos de la región, la biodiversidad, los procesos evolutivos, los hábitats de reproducción, desove, migración y alimentación de especies marinas de importancia ecológica y comercial y, sobre todo, las especies endémicas y/o en peligro de extinción como la vaquita y la totoaba”.

Los esfuerzos de la Reserva de la Biósfera del Alto Golfo de California se han visto obstaculizados debido al insuficiente presupuesto federal destinado; la limitada disponibilidad de servidores públicos como inspectores, personal técnico, personal operativo; artes de pesca propias de la región; vedas y decisiones externas que impactan en el manejo de los recursos naturales.

Desde un enfoque científico poco se sabe sobre la vaquita marina, por lo que se requiere realizar estudios para conocer a plenitud aspectos como su edad de maduración sexual, longevidad, ciclo de reproducción sexual, entre otros. La información que se dispone, son estimaciones realizadas con especies similares o en estudios sobre ejemplares atrapados en redes.

¿Cómo se encuentra el estudio sobre la vaquita marina? Lo podremos entender con la información que nos proporcione Mariana Dorantes durante la charla de La Ciencia en el Bar. Mariana Dorantes estudió la licenciatura en Biofísica en la UASLP y realizó su maestría en ciencias del mar y de la tierra en el Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada, Baja California (CICESE), donde existen las áreas de estudio sobre ecología y biotecnología marina. Actualmente realiza su doctorado en Ciencias Interdisciplinarias en el Laboratorio de Biofísica Molecular de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

Los esperamos este miércoles 31 de mayo a la ocho de la noche en lo que será la quinta charla del trigésimo quinto ciclo de La Ciencia en el Bar, con el tema la vaquita marina ¿en peligro de extinción?, a efectuarse en Cervecería San Luis, Calzada de Guadalupe 326.

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#4 Tiempos

Final deslucida | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

Tigres y Chivas empatan en un aburrido encuentro: un 0 a 0 que no deja tranquilo a ninguno, pero que llena de ilusión a los de Guadalajara por levantar la 13.

Sin embargo, cuidado. Tigres ha sido un equipo de un gol; en cada una de las fases superadas (tomando también el repechaje) Tigres solo ha necesitado superar por un gol a sus rivales, justo la cantidad de goles que necesita el domingo para ser campeón.

Por su parte Chivas, jugó bien, un encuentro en donde necesitaban no perder, pensando en rematar brillantemente en su estadio, hasta el momento parece que la jugada le va a salir a los de Guadalajara, un solo gol es suficiente, pero los seguidores del rebaño quieren ser contundentes.

Es de preocuparse el nivel de ambas ofensivas: tanto los del norte como los de occidente, defraudaron no solo en este encuentro, sino en la liguilla con sus delanteros, del lado de Chivas los goles han caído de zonas diferentes a la ofensiva; por su parte los Tigres, salvando a Córdova, el resto de sus delanteros no han marcado gran diferencia.

Emblemático resulta el caso de Ibáñez, un jugador que la rompió en San Luis y Pachuca, y hoy está completamente perdido en la ofensiva felina; parece como si la camiseta de los Tigres le pesara, como si Nico no pudiera jugar su futbol.

Habrá que esperar, este empate a 0 deja poco sabor en la ida, deseando que la alegría venga en la vuelta, un estadio que estará a reventar por la nación Chiva, un estadio que los de occidente desean se convierta en un carnaval. Pero atentos, Tigres y su deslucido futbol, puede ser el fenómeno del golecito: así, con tan solo una mínima anotación, podría arruinar lo que en papel parece la fiesta de la nación rojiblanca. Cuidado Chivas, y que la final final, sí sea emocionante.

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Opinión