octubre 10, 2025

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#4 Tiempos

Casarse con un músico. Ventajas y consejos | Columna de Dalia García

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Músico

Divertimentos

 

La relación codo a codo con un músico no es cualquier cosa. No es una convivencia normal por el simple hecho de que él no es una persona normal, pero seguramente muchas mujeres pueden confirmar esta tesis a partir de su relación con otros profesionistas.

Ser esposa de un músico tiene ventajas y desventajas —como todo en la vida, sí—, y estas pueden ser enumeradas con algo de precisión. Las ventajas aportan la tranquilidad que las desventajas alteran, pero estas últimas pueden pesar más que las primeras si no estamos lo suficientemente conscientes de la relación que estamos aceptando con un profesional de esa calaña.

Las principales ventajas de tener como esposo, o pareja sentimental, a un músico son las siguientes:

  1. Convives con un personaje alegre y noble, en la mayoría de los casos.
  2. Si te gusta la música que hace tu esposo, o el género musical que más lo influye, los silencios de tu casa serán pocos y la mayor parte del tiempo sonará buena música, cuestión indispensable contra el tedio, la depresión y otras enfermedades mentales.
  3. Estás con una persona sumamente sociable que suele caer muy bien a casi todos tus amigos.
  4. Es una persona obsesiva, quizá, pero solo con su trabajo. En casa suele ser bastante sencillo de tratar: pocas cosas le enfadan.

Conozco historias de divorcio en parejas en las que él es músico; y en varias de ellas, la profesión de la especie en cuestión terminó por ser el problema: trabaja por las noches, le gusta la fiesta, pone demasiada atención en su trabajo y poca en la vida de pareja, viaja mucho, pasa poco tiempo con la familia, y otros detalles que pocas veces se observaron en la relación antes de cometer matrimonio (como diría un amigo músico). En suma, es más fácil que las desventajas sorprendan —y no solo hablando de un músico— si no advertimos los puntos que ya incluía el contrato antes de firmarlo.

Entonces, mujeres que piensan casarse con un músico, es importante que tomen en cuenta cómo es la dinámica de trabajo de su pareja; además de, por supuesto, observar su temperamento, sus costumbres y esas cosas que reflejan la personalidad. Pero si ya están casadas con uno de ellos, aquí van algunos puntos salvavidas, de fácil acceso, que pueden desarrollar desde la comodidad de su hogar, pues lo más que requieren es un poco de tolerancia, respeto y voluntad para estar con la persona que eligieron:

Hágase a la idea de que escuchará mucha música en casa. Acéptelo, es la materia prima del trabajo de su esposo: en parte, eso pagará el recibo de luz o de agua, entre otras cosas. Si el volumen de lo que su esposo escucha es alto, pídale, con mucho tacto, que le baje.

El trabajo de su esposo es envidiable en algunos aspectos: viaja y hace turismo de forma gratuita, como un gaje de su oficio. Es una maravilla que, lamentablemente, no todos los trabajos incluyen. Trate de no frustrarse por el hecho de que su trabajo no le dé este tipo de ventajas; no piense que su esposo solo va a divertirse —aunque sí es así— y que es injusto que usted se quede en casa con el quehacer y la rutina. Además, es bueno que su esposo salga de viaje, así usted podrá disfrutar de la cama completa y no hará comida; serán también sus vacaciones y ambos se extrañarán —lo cual es muy bueno para contrarrestar la monotonía y el aburrimiento—.

Acompáñelo a los conciertos. Ese apoyo emocional es de las cosas que más valoran; aquí puede generar el mayor puntaje de su papel como esposa de un músico, lo que se traducirá en grandes beneficios para usted.

Muestre interés en sus composiciones, arreglos o interpretaciones. Cuando le pida una opinión al respecto, haga un esfuerzo por decir algo interesante y serio de su trabajo.

Si quiere saber más acerca de su trabajo y conocer más a sus amistades y colegas, involúcrese en su entorno musical, no será tan difícil que él acepte, ya que a los músicos les encanta ir acompañados a sus presentaciones o eventos, que les aplaudan y los feliciten al final de cada actuación, así sea en un elegante teatro, en una cervecería o en la plaza.

En general, aprenda a respirar profundo y a controlar sus momentos de ira. Entiendo que el día a día a con un músico pueda ser desesperante, pero es parte de la convivencia diaria con cualquier persona. En mi experiencia, estar casada con un músico ha sido una oportunidad para trabajar la paciencia y la simplicidad, además de una fuente de conocimiento, inspiración, creatividad y ánimo.

 

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#4 Tiempos

Las dos mujeres de Truman. Palabras con cicuta

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Apuntes

Hay autores que escriben un solo amor con distintos nombres. Truman Capote lo hizo con los de Nancy Clutter y Holly Golightly: la muchacha asesinada y la mujer que huye. Dos rostros de la misma herida.

Nancy era todo lo que el mundo aprueba: pureza, promesa, familia. Una adolescente que hacía listas, organizaba fiestas y creía que el bien era una costumbre diaria. Holly, en cambio, era todo lo que el mundo juzga: libre, contradictoria, caprichosa, superviviente. Todo sinónimo de “libre y espontánea”.

Ambas están solas frente a una sociedad que las define, una desde la muerte y otra desde el deseo.

Yo creo que Capote estuvo enamorado de una mujer que fue las dos. Una que lo deslumbró por su bondad y lo desarmó por su caos. En Nancy encontró la integridad que él nunca tuvo; en Holly, la libertad que siempre le fue negada. Una mujer que cocinaba con delantal los domingos, pero que podía desaparecer una semana sin explicar por qué. La amaba por lo que lo salvaba y por lo que lo destruía.

En A sangre fría, Capote mira a Nancy como si aún pudiera rescatarla. La describe con ternura casi maternal, pero también con una envidia melancólica: ella no sabía lo que era la vergüenza ni el exceso. En Desayuno en Tiffany’s, en cambio, elige no salvar a Holly. La deja ir. Le permite el privilegio que Nancy nunca tuvo: seguir viva aunque nadie la entienda.

Quizá esa fue la forma en que Truman se reconcilió con su propia culpa. Escribir a la que murió como víctima y a la que se fue como promesa. Una purificada por la muerte, la otra condenada a vivir

. Entre ambas, Capote puso su propia alma: la de un niño que soñaba con el orden de Nancy y despertaba con el desorden de Holly.

No se puede amar a dos mujeres tan distintas sin romperse un poco. Pero Capote lo hizo. Amó la pureza que se deja matar y la libertad que se mata sola.

Y quizá, como tantos de nosotros, entendió demasiado tarde que una y otra eran la misma. Que la vida te puede matar por ser buena o por querer ser libre. Y que entre esas dos muertes —la literal y la simbólica— se esconde el precio de vivir como uno quiere.

Punto.

Y aquí estoy yo, leyendo a Truman y sintiendo que me contó la historia antes de que ocurriera. Porque yo también quise que Holly fuera Nancy: que se quedara, que colgara su vestido brillante y se sentara a esperar el desayuno. Pero ella eligió la noche, otro hombre, otra ciudad.

Yo sigo aquí, recogiendo los platos, preguntándome si alguna vez alguien puede amar a una mujer así sin terminar escribiendo sobre su ausencia.

Quizá eso somos los que escribimos: los que convertimos el abandono en literatura.
Los que seguimos hablando con las Holly que quisimos que fueran Nancy, aun sabiendo que la vida —como en Capote— siempre acaba a sangre fría.

Yo soy Jorge Saldaña.

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Antonio Castro Leal, su papel por la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

En los movimientos y propuestas por la autonomía universitaria en el país, son varios los potosinos que figuran como pioneros, algunos no muy mencionados en este proceso. Entre estas figuras encontramos a Valentín Gama y Cruz, Rafael Nieto Compeán, Manuel Nava Martínez y Antonio Castro Leal quien estaría involucrado en los dos más importantes movimientos por la autonomía universitaria, el caso potosino y el de la universidad nacional.

Antonio Castro leal, abogado de formación y literato por vocación nació en San Luis Potosí en la última década del siglo XIX, el 2 de abril de 1896 y como varios potosinos iría a la Ciudad de México a continuar sus estudios a principios del siglo XX, donde fincaría su formación intelectual en la Escuela Nacional Preparatoria adquiriendo una formación humanística que guiaría su vida profesional. Fue uno de los fundadores del proyecto conocido como Ateneo de la Juventud y la fundación de la Preparatoria Libre.

Ingresa a la Escuela Nacional de Jurisprudencia y cofundaría la Sociedad de Conferencias y Conciertos en 1916, a cuyos siete fundadores se les llamaría “los siete sabios”, junto a Vicente Lombardo Toledano, Manuel Gómez Morín, Teófilo Olea y Leyva, Jesús Moreno Baca, Alfonso Caso y Alberto Vázquez del Mercado. “Los siete sabios”, nombre que nació mas en tono de burla que de reconocimiento, se caracterizaban por ser un grupo lleno de inquietudes culturales y políticas, aficionados a la música, la literatura y cultura en general; jóvenes precoces de 19 y 20 años de edad que ya eran profesores universitarios.

El papel pionero de Valentín Gama, por la autonomía universitaria cuando asumió el rectorado de la entonces Universidad Nacional de México, ya lo hemos tratado en esta columna, pero por aquella época revolucionaria Antonio Castro Leal, figuraría entre los primeros mexicanos que impulsarían los proyectos de autonomía universitaria.

Su interés político se manifestaría en 1917, cuando con sus compañeros universitarios que integraban “los siete sabios” extendieron al Congreso de la Unión la primera solicitud de autonomía universitaria, como protesta ante la Constitución de ese año, que suprimía a la Secretaría de Educación Pública creando a cambio un Departamento Universitario que el Senado integró a la Secretaría de Gobernación; determinación que molestó a estudiantes y profesores y como parte de la protesta, Castro Leal y sus amigos de los siete sabios enviaban la solicitud de autonomía universitaria al Congreso de la Unión, de la cual nunca hubo respuesta.

Años después, Antonio Castro Leal, sería rector de la Universidad Nacional de México, siendo el segundo potosino en ocupar ese puesto y durante su rectorado se conseguiría como un gran triunfo histórico la autonomía universitaria transformándose la Universidad Nacional en Universidad Nacional Autónoma de México.

Por ese entonces la autonomía de la universidad potosina, que se considera la primera a nivel nacional en haber obtenido ese carácter con la iniciativa de Rafael Nieto, le había sido retirada y la recuperaría en parcialmente en 1935 siendo gobernador Idelfonso Turrubiartes. La completa autonomía y formación estructural académica de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la lograría el Dr. Manuel Nava con el apoyo del gobernador Ismael Salas en la década de los cincuenta del siglo XX, como apuntamos en la entrega anterior de esta columna. En este movimiento académico en San Luis, estaría participando de manera indirecta también Antonio Castro Leal como miembro de la Academia Potosina de Ciencias y Artes que impulsó el movimiento renovador de alta cultura que incidió en la moderna formación de la UASLP.

Antonio Castro Leal obtuvo los grados de licenciado y doctor en derecho por la UNAM y doctor en filosofía por la Universidad Georgetown en Washington, Estados Unidos. Durante algún tiempo se dedicó a la docencia como actividad principal dictando cátedra de literatura en la Escuela de Altos Estudios, en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, también impartió la cátedra de derecho internacional en la Escuela Nacional de Jurisprudencia.

Su papel en las instituciones educativas y culturales mexicanas fue muy importante teniendo un destacado papel protagónico, entre ellas la dirección del Instituto Nacional de Bellas Artes, entre muchas otras.

Su actividad literaria, otra de sus pasiones, la inicia en 1914 distinguiéndose como escritor, ensayista y crítico de las letras mexicanas. Escribió poesía usando el pseudónimo de “Miguel Potosí”. Castro Leal es uno de los muchos potosinos que escribieron su historia en el mundo de las letras y que figura como un protagonista por la autonomía universitaria en el país.

Antonio Castro Leal murió en la Ciudad de México el 7 de enero de 1981.

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#4 Tiempos

Siempre Autónoma… ¿o hasta la victoria siempre?

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APUNTES

 

Así “sin querer queriendo” me encontré una película que para mí es fabulosa: “13 días”. John Efe, era encantador… Fidel, un hombre que jamás se hincó ante el “imperio” mmmm… ¿De qué lado están ustedes? ¿“Team Fidel, que no se rinde pero tampoco se alinea”, o “Team John”?

La UASLP es como la Cuba de Fidel: No, ¿cómo cree presidente? Nosotros no tenemos nada en su contra, pero pues la hermana República de Rusia nos regaló unos misiles… ¿Qué haría usted?

Presidente… nuestra patria es autónoma, libre, independiente… no se meta, pero queremos el mismo derecho que usted a meternos en lo que nos dé la gana y golpearlo a contentillo… métase cuando a nosotros nos convenga… es nuestro derecho y hasta deber.

Presidente: vamos a lanzar nuestros misiles, pero no queremos hacerles daño… solo que usted nos hace daño y nos comportamos IGUAL que usted.

¿Autonomía? Claro. Que hermosa palabra. Caperucita pudo ser la más puta con el lobo, pero… fue decisión de ella (muy autónoma) señalar a quien ella consideró culpable… y mataron al lobo.

Deme una salida, presidente…

— Ok.

Eres a partir de hoy, autónomo. Pero bloqueado. Aceptas lo que te diga, pero dirás que no aceptaste. Hablo yo. No tú

… y te tienes que agachar, aunque tú tengas los misiles.

—Ganamos.

Hasta la próxima.

Yo soy Jorge Saldaña

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Opinión

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