septiembre 17, 2025

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Cabo Tuna: el proyecto potosino que se adelantó a la NASA

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En 1957, los científicos potosinos soñaron con conquistar el espacio, pero la burocracia institucional frenó la vanguardia que pudo llegar a México a los cuernos de la investigación aeroespacial

Por: Sebastián Escorza

Imágenes tomadas del archivo de la UASLP.

San Luis Potosí fue el primer lugar en México donde se lanzó con éxito un cohete con fines de investigación científica. El acontecimiento tuvo lugar el 28 de diciembre de 1957 y marcó el prestigio de uno de los proyectos más intrépidos en la historia del estado, que tristemente ha quedado en el olvido: Cabo Tuna. Es importante mencionar que esta iniciativa potosina es anterior a la fundación de la NASA (1958) y contemporánea al lanzamiento del Sputnik 1 (4 de octubre de 1957). 

Cabo Tuna fue un proyecto de diseño, construcción y lanzamiento de cohetes, que se originó en el Instituto de Física de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), el cual se había creado un año antes. Estos experimentos tuvieron como sede los linderos de la carretera a Matehuala, aproximadamente a 14 kilómetros de la capital, posteriormente se trasladaron por diversos parajes desérticos del territorio potosino, hasta que finalmente encontraron su hogar en el municipio de Charcas.

Durante más de una década, Cabo Tuna representó la vanguardia de la investigación espacial en México, pero la falta de presupuesto y la burocracia lo frenaron. Ahora, solo permanece en el recuerdo de entusiastas de este campo y curiosos, amantes de las historias poco contada.

 

LOS INICIOS

El doctor José Refugio Martínez Mendoza, investigador de la UASLP y uno de los divulgadores de la ciencia más importantes del estado, quien además es autor del libro Cabo Tuna: una aventura aeroespacial en San Luis Potosí, narró para La Orquesta la historia del intento potosino por conquistar el espacio:

“Inició en 1957, en lo que estaba en formación el Instituto de Física de la Universidad, que tuvo a Gustavo del Castillo y Gama como fundador. Cabo Tuna fue uno de los primeros proyectos a desarrollar en el área experimental. Se trabajó en el diseño, construcción y lanzamiento de cohetes para involucrar a los estudiantes en trabajo experimental y que se pudiera organizar en un proyecto educativo”.

Martínez Mendoza reconoció que en esa época en cuestiones sociales México tenía un rezago “de unos 30 años con respecto de Europa y Estados Unidos”, mientras que en el campo de la instrumentación estaban al parejo, “San Luis Potosí se convertía en un pueblo importante. Aquí se construyó el primer laboratorio de radiación cósmica del país”.

Los estudiantes y científicos de Cabo Tuna construyeron cohetes de sondeo, los primeros intentos por lanzar estos modelos tuvieron lugar en noviembre de 1957, solo algunas semanas después de que la Unión Soviética pusiera en órbita el Sputnik 1. Las dos naves lanzadas ese día, y que utilizaban combustible sólido, explotaron sin cumplir con su objetivo. Como ya se contó antes, fue el 28 de diciembre de ese mismo año, cuando se consiguió hacer el primer lanzamiento exitoso.

Durante toda una década, Cabo Tuna continuó con sus investigaciones. Sus integrantes fueron invitados por gobierno y universidades mexicanas para realizar experimentos, e incluso se buscó aprovechar los cohetes para generar lluvias mediante la detonación de cargas en el seno de las nubes, así como apoyar la investigación en las altas capas de la atmósfera. 

 

LA BUROCRACIA, ENEMIGA DEL PROGRESO CIENTÍFICO

“Cabo Tuna abrió la puerta para que México entrar a la investigación espacial. Se creó la Comisión Nacional del Espacio Exterior, se intentó poner una base nacional y la idea era que estuviera en el municipio de Charcas, pero posteriormente, en los años 70 la comisión desapareció por decreto presidencial. Fue un tema de burócratas y no de científicos”.

En 1972 se lanzó el Filoctetes II, el último cohete emanado de Cabo Tuna.

José Refugio Martínez explicó que Cabo Tuna es, como otros, un ejemplo de desarrollos importantes en materia científica; sin embargo, señaló que en el país no hay una organización o políticas científicas adecuadas que permitan el desarrollo de proyectos de esta índole:

“Hemos visto la creación de espacios burocráticos que no trabajan en ciencias, sino que estorban a la ciencia. Querer centralizar, por lo regular, corrompe este tipo de proyectos (…) Por 2010 se creó la Agencia Espacial Mexicana, que es una oficina donde no sé qué se esté realizando, no se ve un trabajo claro”.

Al preguntarle sobre si, de no ser por estas trabas burocráticas, México estaría a la altura en investigación aeroespacial en comparación con otros países como Estados Unidos, José Refugio Martínez describió que China empezó con la investigación espacial mucho tiempo después que San Luis Potosí y ahora es una de las grandes potencias: “exactamente con los mismos pasos, pequeños cohetes, experimentación y ahora es una de las grandes potencias de la actualidad, esto tiene que ver con políticas nacionales, no digo que no se deban crear organismos, sino que estos deben estar al servicio del desarrollo científico”.

EL REGRESO DEL CABO TUNA

Por último, el doctor Martínez mencionó que el proyecto del Cabo Tuna, “se está retomando, no desde cero, sino desde una plataforma actual”. Pese a ello, afirmó que ahora que se busca revivir la iniciativa aeroespacial, los representantes de organismos gubernamentales se han acercado, “no tanto para apoyar, sino para la foto”.

“Desgraciadamente así es el asunto y se han construido cohetes que se hacen con las uñas, con iniciativa de individuos y personas, pero con muy poco apoyo institucional”.

Así, Cabo Tuna podría resurgir de las cenizas en el municipio de Charcas; no obstante, es necesario que se implementen políticas que ayuden a México a investigar en el campo aeroespacial.

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Las tres monedas | Cuento breve de Jorge Saldaña

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Lo afirmaban los muertos: Eran las ocho cuarenta de una noche tibia en Tequis. El incienso todavía flotaba como nube sobre el atrio, cuando Manuel Nava y sus hermanos salieron de misa. Llevaban el porte discreto de médicos de barrio, con la bata blanca doblada en el alma, la fe en los ojos y la dignidad en los pasos.

Del otro extremo de la plaza, tambaleándose entre el poder y el coñac, apareció Don Gonzalo N. Santos, recién salido de una cantina de Carranza. Traía en el aliento la insolencia de quien se sabe dueño de todo.

¡Doctor Nava! —vociferó el Alazán—, dirigiéndose específicamente a Manuel—. ¿Todavía me vas a recordar aquellas tres monedas que dices que te debo?

Se trataba de tres centenarios, oro puro que, en un encuentro anterior, se dice, había pedido de urgencia Gonzalo a Manuel.
Una deuda mínima para el de Tampamolón, pero bíblica para el doctor capitalino.
Tres monedas que se habían vuelto como las de Judas: no por el precio, sino por lo que se tomó como traición.

Manuel lo miró sin miedo, pero con la incomodidad de quien carga en los bolsillos una moral que pesa más que el oro.

No son las tres monedas, Don Gonzalo. Es la dignidad lo que se paga.

El cacique sonrió con cinismo:
“La moral es un árbol que da moras”, dijo, escupiendo la frase como si fuera acta notarial que le gustaba repetir en toda oportunidad.
Y se fue tambaleando, dejando atrás la deuda, a los Nava y medio siglo de historia.

Cuentan que en su testamento político, Don Gonzalo dejó escrito un mandamiento no para sus familiares, sino para sus herederos del poder: “Nunca paguen a los Nava. Y no permitan jamás que gobiernen San Luis.”

Y así se cumplió, pues que se sepa, ningún Nava ha gobernado ni la deuda ha sido saldada.

Se dice también que Don Carlos Jonguitud Barrios heredó la consigna testamentaria de Santos y fue quien instruyó que ese fragmento de la última voluntad del huasteco fuera advertido a cada gobernador entrante.

Medio siglo de inestabilidad electoral azotaron San Luis.
Salvador Nava ganó en 1991, pero le arrebataron la victoria.
Su yerno tomó el poder oficial por cuatro años y el poder no oficial por décadas. Años en los que, se dice, se olvidó, pero no se perdonó la deuda.

En 1992, la muerte llevó a Salvador Nava a la cantina celestial donde Don Gonzalo ya lo esperaba con vaso en mano. En la mesa, también estaba su hermano y ex rector Manuel.

Bienvenido, Salvador. De eso hablaba con tu hermano, de que aquí tampoco se pagan deudas.

Pero el doctor Salvador Nava, con la dignidad aún intacta, respondió:

No vine a cobrar monedas, Gonzalo. Vine a recordarte que el pueblo nunca olvida lo que se le debe.

En esa cantina de humo eterno, los Nava y el Alazán siguen discutiendo.
Uno defiende que las deudas son solo papel y oro; los otros, que las deudas de dignidad pesan más que el plomo.

Las monedas son caprichosas, como las amantes: se entregan un día y te abandonan al siguiente —ironiza Don Gonzalo.
No, Gonzalo. La dignidad es distinta: es una deuda que se multiplica en la memoria de los pueblos —responde Manuel, con la serenidad de quien cura ojos y también conciencias.

Así, se cuenta que cada vez que en San Luis una deuda con la universidad amenaza con ahogar sueldos, aulas y sueños, en esa cantina eterna alguien brinda y alguien se persigna.
Porque la historia, como el vino barato, siempre regresa con el mismo sabor amargo.

Las tres monedas siguen sin pagarse.
Y una comunidad entera, como un acreedor paciente, espera el día de cobrar intereses.

No. Ya no hay navismo. El último reducto fue un nieto descolorido y vergüenza para la ciudad.
Lo que sí hay son doctores, oftalmólogos y rectores, igualito que Manuel Nava el de la historia.

El cuento no tiene moraleja, pero cuando los números no cuadren y la dignidad se atragante, tal vez alguien rescate aquellas tres monedas y, como entonces, San Luis vuelva a la calle a pedir cuentas.

Porque en esta tierra, lo que no paga el poderoso, lo termina cobrando el pueblo.

Fin.

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Avanzan estudios para implementar teleférico en SLP

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El proyecto podría representar una solución clave para la movilidad en zonas de alta demanda estudiantil, aunque enfrenta retos presupuestales importantes

Por: Redacción

Araceli Martínez Acosta, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de San Luis Potosí dio a conocer que ya iniciaron los estudios relacionados con el proyecto del teleférico y que actualmente se encuentran a la espera de contar con el recurso económico necesario para su implementación. Adelantó que se trata de un proyecto costoso en términos presupuestales.

La funcionaria señaló que, desde principios de este año, a través de la Asociación Nacional de Autoridades de Movilidad (ANAM), se sostuvieron conversaciones con la entonces jefa de Gobierno y actual presidenta, Claudia Sheinbaum, para solicitarle la asignación de recursos a los estados, especialmente para temas de movilidad y transporte. Además, se buscó que dicho recurso fuera etiquetado específicamente para iniciativas que generen acciones y políticas públicas en beneficio de todos los estados del país.

“Es un tema de transporte, en este caso, y responde a la necesidad que tiene San Luis. Sobre todo, que vaya en función de la demanda. Se ha pensado en cabinas grandes, y los proyectistas con los que hemos estado trabajando son los mismos que implementaron el proyecto en la Ciudad de México, y que ya han colaborado con la doctora Claudia. Solo hay dos empresas en el país con la capacidad necesaria para llevarlo a cabo

“, detalló la funcionaria.

También adelantó que ya están listos para reunirse con el gobernador del estado, Ricardo Gallardo, con el fin de analizar y discutir a fondo el tema.

Finalmente, Acosta Martínez destacó los beneficios y avances que este proyecto podría traer a la ciudad: “En la ruta donde hemos realizado los estudios, sabemos que hay una población importante, especialmente estudiantil, que se beneficiaría enormemente. Muchos estudiantes acuden diariamente a la zona universitaria. Entonces, creo que el beneficio sería mayor. La idea es que exista un transbordo en la zona de transferencia”, explicó la funcionaria estatal.

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Tras reunión con Sheinbaum, avanzan proyectos de agua en SLP

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Ricardo Gallardo confirmó la visita de Conagua a Villa Hidalgo para evaluar baterías de pozos, así como un ducto desde El Peaje hasta los Filtros

Por: Redacción

Ricardo Gallardo Cardona, gobernador de San Luis Potosí, informó que durante la visita de la presidenta de la República Claudia Sheinbaum, abordaron temas estratégicos para garantizar el suministro de agua en la capital.

“Antes de que subiera al estrado, tuvimos un rato para platicar sobre el tema del agua. Ya la Comisión Nacional del Agua (Conagua) vendrá la siguiente semana a explorar la factibilidad de baterías de pozos en Villa Hidalgo”, explicó Gallardo.

El mandatario destacó que, con este proyecto, se espera cubrir prácticamente toda la demanda de agua en la ciudad. Además, adelantó que se trabajará en un ducto directo desde el Peaje hasta los Filtros

, una obra conjunta entre el gobierno estatal y federal que permitirá mejorar la distribución y eficiencia del suministro.

Gallardo subrayó que estas acciones forman parte de la coordinación continua con la Federación para garantizar agua suficiente y de calidad a las familias potosinas.

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Opinión

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