#Si Sostenido
Bolivia-México: hospitalidad humanitaria | Columna de Jorge Ramírez Pardo
Enred@rte
“Lo difícil es conocernos a nosotros mismos, lo fácil es hablar mal de los demás”.
Tales de Mileto.
NOTA PROLOGAL.- Al cierre de este escrito, hay noticias de que el ejército boliviano –quien manda con golpe de estado maquillado- ha matado durante las últimas horas a 8 simpatizantes de Evo Morales y ha detenido a cientos de jóvenes. Pero, también se informa de la posición de las Naciones Unidas contrapuesta a la de la OEA pro-golpista, y de los quechuas y aimaras que preparan la insurgencia. Urgen los buenos oficios, la vuelta a la legalidad sin derramamiento de sangre y con sentido de justicia.
***
Evo Morales, cómo dejar de quererte.
Cuando tus detractores, con visos racistas, neonazis, quisieran lapidarte y desmontar de un exabrupto tu comprometida trayectoria, ignoran el haber conseguido en tu mandato para tu país pasar de 63 a 30% de índice de pobreza y un crecimiento anual de 4 a 5 %.
México durante 6 lustros de mandatos neoliberales llevó al país al 60% de pobreza y a crecimiento de 0%.
Evo, la historia lo consigna.
El presidente mexicano Lázaro Cárdenas del Río (a quien se intentó derrocar al inicio de su mandato y se le tupió de calumnias -hoy denominadas face news-, sicariatos y fanatismos inducidos, criminalidad encapuchada y sabotajes) tuvo la atingencia de expropiar el petróleo y dar refugio a los exiliados a causa de la Guerra civil española; hospedar menonitas en Chihuahua e italianos en la Tierra caliente michoacana.
Cuánto bien económico y emocional como pueblo/nación hizo la expropiación petrolera a México, cuánto prestigio ante el mundo y hacia Latinoamérica. Ascendente y soporte finaciero, por cierto, desmontado y saqueado por gobiernos ¿mexicanos? neoliberales.
Por su parte, el refugio a exiliados españoles, enriqueció a México con académico para reforzar la labor del profesorado de la UNAM y el IPN; prohijar El Colegio de México, y las editoriales Fondo de Cultura Económica y Era. Ese exilio español, además, vino a reforzar un renacimiento cultural mexicano, entre muchos con estos talentos sumados:
- A la familia cinematográfica se sumaron, Luis Buñuel, Jomy García Ascot, María Luisa Elío, Luis Alcoriza, Emilio García Riera, José de la Colina,
- Los pintores/diseñadores: Miguel Prieto, Vicente Rojo, motores de la modernidad gráfica mexicana.
- Los niños cantores de Morelia
- Las pintoras Remedios Varo y Leonora Carrington (nacida inglesa)
- Al pinto/escultor Mathías Goheritz (nacido alemán), recuperador de la escultura monumental inhibida hasta entonces por las tallas escultóricas mexicas, olmecas y mayas.
- Intelectuales/filósofos: León Felipe, Eduardo Nicol, José Gaos, Rodolfo Sánchez Vázquez, Agustí Bartra, Juan Rejano
- Al promotor cultural quijotista Eulario Ferrer
Y una pléyade de emprendedores para modernizar empresas, procesos de producción y administración.
NO HAY AMOR EXENTO DE CICATRICES
“Quien sabe de dolor, todo lo sabe”.
Dante Aligheri.
Con tu llegada Evo, México afirma su constructiva tradición ancestral/histórica de refugio a exiliados, emigrados y perseguidos políticos. Ese talento humano exiliado/refugiado ha enriquecido a México.
- – Tina Modotti, miliciana y fotógrafa, nacida proletaria e hija de migrantes pobres, llega a México en 1926; entabló amistad con artistas como Antonieta Rivas Mercado, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Frida Kahlo. Produce, en su momento, fotos de un valor artístico testimonial del momento socio/cultural/político mexicano del cual también fue artífice.
- Francés.- En 1862, la creación del Segundo Imperio mexicano fue apoyada por integrantes de los ejércitos, francés, austríaco y belga; ello propició la permanencia en México de milicianos. Por entonces también, migrantes del poblado de Barcelonette fundaron la banca mexicana, fábricas de hilados de tejidos, y tiendas departamentales modernizadoras para la época. Patricio Redondo y Pepe Tapia, españolen en exilio, hacen escala en Francia y abrevan del propio Celestín Freinet su método de La pedagogía del tanteo, para traerlo a México.
- Alemán.- Guillermo Kahlo, fotógrafo y papá de Frida Kahlo; Franz Mayer, formó colecciones de arte mexicano y las donó al país; Walter Reuter, fotógrafo; Erich From, autor del clásico El arte de amar, entre 1957 y 1961 compaginó su actividad en la UNAM; Juan Brom, profesor en la UNAM durante más de 40 años, es autor del clásico “Para comprender la historia; Mariana Frenk-Westheim y Paul Westheim, críticos e historiadores de arte mexicano.
- Portugués.- El crítico e historiador de arte Antonio Rodríguez.
- Ruso/soviético.- Sergei Einsestein, entre 1930 y 1932 filmó en el país ¡Que viva México! E influyó con su estética la naciente denominada Época de oro del cine mexicano. León Trotski y Natalia Sedova dieron su aporte intelectual; Arcady Boytler, director de la película La mujer del puerto; Vlady, muralista, se incorporado al movimiento pinto/escultórico de La ruptura. En los 90 llegaron inmigrantes coreanos, rusos y de las ex-repúblicas soviéticas.
- Inglés.- Malcom Lowry escribió en México la novela Bajo el volcán (1947); ubica la trama en el año en que Cárdenas nacionalizó el petróleo de las compañías británicas y estadunidenses, en 1938; Sir Edward James, mecenas y creativo de orientación surrealista, edificador del singular Castillo de Xilitla en la Huasteca potosina.
- – Aaron Coplan compuso la melodía sinfónica Salón México; En 1954 intelectuales estadounidenses recibieron refugio en suelo mexicano, empujados por el macartismo. México es el país donde viven más estadounidenses fuera de los Estados Unidos y conforman el 75% de la inmigración de este país. En poblaciones de las costas de las Baja Californias mexicanas, Sonora y Sinaloa, y en San Miguel de Allende o Chapala la población estadounidense representa al 50% de los residentes.
- – El peruano Víctor Haya de la Torre, en 1924 funda en México el APRA movimiento político antiimperialista. Rómulo Gallegos, escritor venezolano, aportó al cine mexicano el argumento para Doña Bárbara. Ernesto Che Guevara argentino estuvo en la ciudad de México; Raquel Tibol, también argentina, acá se desarrolló como crítica e historiadora de arte mexicano. Gabriel García Márquez escribió en México Cien años de soledad. Durante la década de los 70 pasados, llegaron a México miles de chilenos, peruanos y colombianos solicitando protección y asilo a causa de las dictaduras instaladas en sus países. La historiadora Beatriz Gutiérrez Müller y la cantautora Natalia Lafourcade tienen ascendencia chilena; el golpe de estado de 1973 en Chile, atrajo a México a los cineastas Miguel Littin y Patricio Guzmán.
- Centroamericanos y caribeños.- Carlos Mérida, guatemalteco, llega en 1922 y aporta al muralismo líneas geometristas; su hija, Ana Mérida, nacida en México, funda con Guillermina Bravo la Academia de la Danza Mexicana; Rina Lazo muralista, también de Guatemala, colaboradora de Diego Rivera. En 1923 llega México el nicaragüense Augusto César Sandino, acá recibió influencia del anarcosindicalismo mexicano para la forja de su postura antiimperialista. En 1954, llegan guatemaltecos que huyen de la violencia provocada por un golpe de estado orquestado por la CIA. Los cubanos José Martí, Julio Antonio Mella, Fidel Castro. En los 80 llegaron numerosos inmigrantes cubanos. Arriban refugiados de las guerras civiles centroamericanas las décadas de 1970 y 1990, principalmente guatemaltecos, salvadoreños y nicaragüenses. En 2010, llegan 984 haitianos; se suman a 1200 ya radicados en México. Gerard Pierre Charles, poeta y académico se incorpora a la academia en la UNAM.
- Árabes de origen sirio, libanés, palestino e iraquí principalmente por motivos de asilo, arriban en distintos momentos; de ese ascendente son Carlos Slim Helú, el hombre más rico del mundo según Forbes, la cantante Susana Harp, el actor Mauricio Garcés y la actriz Salma Hayek
- Orientales.- Entre 1880 y 1930 llegan inmigrantes chinos, filipinos y japoneses a las Baja Californias mexicanas.
- Canadiense.- Alex Phillips, fotógrafo de cine mexicano, durante la denominada Época de oro; Arnold Belkin, muralista y singular recreador pictórico de la Revolución mexicana.
MÉXICO DE REFUGIO Y ENRIQUECIMIENTO MULTICULTURAL
Los procesos migratorios y de exilio son complejos y dolorosos. En la línea del tiempo, proclives al crecimiento cultural, profundas reflexiones proactivo/libertarias y ejercicio humanitario.
Bienvenido Evo, tu ser e historial en construcción nos enriquece.
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#4 Tiempos
Votar entre la razón y la emoción | Columna de León García Lam
VOLUTA
Eso me dijo mi papá:
-Mira Leontino, que lo que guardas en la cabeza no sea lo mismo que guardas en el corazón.
Como muchas cosas que me dijo, no le puse suficiente atención, pero ahora ese mensaje ha logrado escarbar entre todos los recuerdos y salir a flote otra vez.
Interesante: la frase de mi papá tiene razón, pero también tiene emoción. Hace uso de dos recursos -muy humanos- a la vez y los junta y los enreda torciéndolos, pero nunca dejan de ser razón por un lado y emoción por el otro. La frase significa además que la razón tiene su lugar en el cuerpo, sus formas, sus métodos y la emoción los suyos propios. Esto viene muy a cuento con la época de elecciones en la que nos encontramos.
Como una especie de vicio raro, leo con pulsión desmedida todas las columnas de opinión que mi escaso tiempo me permite. Leí, por ejemplo, la columna de mi amigo Octavio Mendoza (Astrolabio) que trata acerca de las complejas motivaciones del votante: a la mera hora, ahí escondido detrás de una cortina de plástico, el elector tacha la opción que durante meses dijo que no iba a elegir. Si un votante hace eso, no pasa nada, es como una gota de agua rebelde que lucha contra las olas del mar. La cosa se pone buena, cuando esto mismo no lo hace uno sino 5 millones de votantes. Entonces, las alarmas se encienden, los encuestadores se arrancan los pelos y se desatan los programas de opinión, que a mí me encantan, tratando de explicar lo que antes parecía imposible.
Sí, efectivamente, las masas actúan caprichosamente. No razonan. Solo actúan motivadas por sentimientos básicos como el odio, el miedo, el rencor, la venganza o el gusto. Eso motivó a millones de personas a votar hace seis años y sentimientos similares moverán a millones de personas a votar este domingo.
Por otro lado, si lo pensamos bien (lo razonamos) ¿de qué sirve ir a votar? Alguien va a ganar de todos modos y quien gane no hará que el mundo, el país, el Estado, el municipio cambien. Todos sabemos que las campañas se hacen de puras promesas que ni siquiera se piensan cumplir. Como un signo más del apocalipsis, la calidad de los candidatos de todos los partidos empeora cada elección y se nos presentan cada vez más incultos, cínicos y simplones y si seguimos pensando así, no solo se nos quitarán las ganas de votar sino de vivir.
Ambas situaciones que he presentado aquí: votar motivado por el rencor y no salir a votar porque “no sirve para nada”, significan hacer de tripas corazón, o sea poner la pasión en la cabeza y la razón en el corazón y así todo se descompone.
Para que la democracia funcione se requiere que la motivación de votar sea algo que está por encima de nuestros intereses personales: nuestros hijos, nuestra comunidad, nuestro entorno. Salir a votar no puede ser un asunto de la razón, menos aún de las razones personales, sino de la pasión ciudadana, del amor por la patria, por la matria, por la familia. El resultado aquí no es lo que importa, sino nuestra obligación a participar.
¿Por quién votamos? Aquí debe entrar la razón desapasionada. Votar por rencor o votar por conveniencia personal no sirve para elegir al mejor gobernante. Lo que se requiere, en ese momento justo de estar a solas con nuestra boleta y el crayón en la mano es razonar fría y calculadoramente el sentido de nuestro voto.
Es el corazón quien levanta del sillón al elector, lo saca de la comodidad de su casa y lo lleva a la casilla. Ya estando en la mampara, la razón toma la mano del votante y lo hace elegir si no la mejor, la menos mala de las opciones que tenemos. Después de que le marcan el dedo con la famosísima tinta indeleble (por cierto, invento mexicano) queda en el votante, una extraña satisfacción de haber cumplido de la mejor manera posible.
Yo creo que vamos bien, si tomamos en cuenta que la democracia se tarda unos 400 años en dar resultados.
Querida culta lectora de La Orquesta, que tenga felices votaciones este domingo
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#4 Tiempos
¿Existe la ciencia neoliberal? | Columna de León García Lam
VOLUTA
Una polarización creciente se ha cernido sobre el mundo y ha generado una guerra de trincheras por todas partes, que si la derecha, que si los conservadores, que si los musulmanes, que si metemos a la cárcel a los que le caen gordos a la tía Tatis, etcétera. Las multitudes se abalanzan a opinar. Usted no, por supuesto, estimada y culta lectora de La Orquesta. Usted y yo no caemos en esa trampa de la opinión sin ton ni son que nos polariza. Sin embargo, quisiera ofrecerle el humilde punto de vista de un antropólogo acerca de la polémica sobre ciencia e ideología. El nuevo CONACYT con H (CONAHCYT) ha acusado a sus antecesores de practicar una ciencia neoliberal y muchos científicos afirman que tal cosa no puede existir, pues la ciencia no tiene ideología.
Una de las grandes fortalezas de la ciencia —virtud que nunca se le ha visto a un diputado— es que es capaz de reconocer sus errores. La ciencia constantemente se inmola a sí misma sobre sus antecedentes. Es capaz de decirse y desdecirse. Esta virtud se basa en un principio de objetividad. La ciencia es capaz de desapasionarse. Es decir, puede reconocer un resultado, aunque este no sea el esperado o resulte adverso a las emociones, afectos o creencias de sus investigadores. Aquí se puede recordar al gran Lineo, quien empeñado en demostrar que en la naturaleza había un orden establecido por Dios, diseñó una clasificación de plantas que terminó por sentar las bases de la teoría evolutiva.
Por eso, la ciencia es capaz de observar objetivamente toda clase de fenómenos y por eso se dice con toda razón que los intereses científicos son ajenos a cualquier ideología.
Sin embargo, la ciencia no solo observa objetivamente átomos, moléculas, células, planetas o microbios. También observa seres humanos, lo cual significa dejar de lado el microscopio y usar el espejo para vernos a nosotros mismos. Las ciencias sociales observan no solo a otros seres humanos, sino a seres humanos que observan a otros seres humanos y esto genera una reflexión muy compleja.
Los colegas físicos, químicos o astrónomos están acostumbrados a una observación directa de los fenómenos que estudian. Los científicos sociales estamos habituados a considerarnos a nosotros mismos en la observación. Esto produce dos visiones científicas de la misma ciencia. Una que supone a la ciencia como una tarea objetiva, neutra y desinteresada y otra que cobra conciencia de cómo los intereses humanos guían a la investigación científica. Entonces para responder a la pregunta ¿existe la ciencia neoliberal? La respuesta llana es sí, sí existe. Hay intereses neoliberales fortaleciendo intencionalmente a ciertos temas científicos. Aun más: hay científicos con intenciones neoliberales practicando ciencia objetiva. Disculpe culta lectora de La Orquesta que dejé abandonado el tema de qué significa ser neoliberal para otra Voluta.
A pesar de la eficacia del método científico y su asombrosa capacidad para dar nos conocimientos objetivos, hay suficiente evidencia de que las ideologías de los estados nacionales, las religiones y los intereses económicos juegan un papel fundamental en la llamada ciencia de frontera . La película de Oppenheimer visualiza cómo es que los políticos (y las situaciones históricas por las que atraviesan) manipulan y controlan los avances científicos. Se puede afirmar que el interés científico por la física cuántica no proviene de un interés neutral, sino absolutamente político. No puede existir tal interés inocente o neutro por la ciencia, pues los intereses científicos son dirigidos por intenciones económicas y militares. Una vez reconocida la injerencia de otros aspectos no científicos en la ciencia, habrá que decir que no sólo se trata de acusar al capitalismo o al neoliberalismo como manipuladores del interés científico, sino que también el comunismo, el BRICS y el alter mundo dirige a sus científicos con los mismos intereses económicos y militares.
Las universidades, los centros de investigación, los laboratorios y hasta las bibliotecas responden a los intereses ideológicos de los estados. Abundan los ejemplos: la relación entre las agencias espaciales y los consejos de seguridad, los avances biomédicos, la inteligencia artificial, etcétera.
En otras palabras, la trinchera de discusión que en México se ha abierto intenta responder la pregunta, la ciencia mexicana ¿a quién debe responder? ¿A la sociedad? ¿Al Estado? ¿A sí misma? Si es el Estado quién financia las becas y las estancias de investigación ¿no debe ser entonces quien regule y quien determine los intereses a investigar? Si la ciencia es útil, ¿no debiera dirigirse sus investigaciones al servicio de la sociedad? Pero ¿en verdad la ciencia debe ser útil o debe promoverse la libertad de investigación con independencia de su utilidad? No lo sé.
Por un lado, está la ingenuidad, creer o querer creer que es posible una ciencia desinteresada y desvinculada de los intereses nacionales o globales; por otro, está el terrible pragmatismo que pone a la ciencia como una sirviente del Estado y peor, la constricción a todo espíritu creativo que desee investigar algo y que no responda a los parámetros de la caprichosa sociedad que la mantiene.
En mi opinión, de antropólogo, pero que no necesariamente coincide con mis colegas de profesión y formando parte del fenómeno del que me quejaba al principio, montando el caballo loco de la opinomanía, pienso que la solución es que nuestro sistema mexicano de investigación científica debiera ser lo suficientemente abierto para que coexistamos tanto aquellos investigadores que colaboran entusiastamente en los intereses que atañen al estado mexicano (y que logren por fin la vacuna Patria y los respiradores Écahtl), pero también aquellos que trabajan para intereses corporativos o empresariales y quienes hacemos ciencia artesanal (la cual explicaré en otra ocasión).
Estoy convencido de que, en la tolerancia a la diversidad de posturas y en que, en nuestro país TODAS tengan una posible expresión y posibilidad pública, está la clave ¿y usted qué opina?
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#4 Tiempos
Xantolo 2023, viejos dilemas a nuevas tradiciones | Columna de León García Lam
VOLUTA
Hace un año me llamaron para una entrevista por MG Radio. Jesús Aguilar me preguntó acerca de la importancia cultural del Xantolo, sin embargo sus preguntas poco me permitieron responder lo que con sinceridad pienso. Por ello, un año más tarde, escribo esta columna, para preguntarme y responderme lo que considero que debe ser preguntado y respondido acerca del famoso Xantolo.
Pregunta número 1: ¿Qué es el Xantolo y por qué se le considera tradición de San Luis Potosí?
No existe una tradición de día de muertos que se llame Xantolo, al parecer el término proviene del latín sanctorum (Sancta Sanctorum) y el término refiere a los objetos más sagrados de los templos judíos, vaya a usted a saber qué enredos ocurrieron para que se confundiera al sanctorum con xantolo. Lo que sí, es que en las cabeceras municipales (que no son indígenas) se impuso este nombre para llamarle al festival que organiza el municipio cada año: concurso de altar de muertos, concurso de comparsas, etcétera. Puedo asegurar, estimada y culta lectora de La Orquesta, que la fiesta de las cabeceras municipales, poco tiene de semejanza con lo que ocurre en las comunidades indígenas.
Pregunta número 2 ¿Entonces el Xantolo es una falsa tradición? ¿Cómo podemos conocer la verdadera tradición del día de muertos?
Tampoco existen las tradiciones falsas, sino más bien existen las tradiciones inventadas. Es muy común que todo aquello que se presenta como “tradicional” sirve como discurso para legitimar al poder en turno. Los gobiernos parten de crear mitos fundacionales tales como “respetar las raíces” o “preservar las tradiciones” y de ahí a la creación de rituales públicos, como desfiles, procesiones, actos solemnes, etcétera. Todos esas festividades son rituales sin religión, generalmente huecas y vacías, pero efectivas. ¿No le parece raro que esos mismos jóvenes que rechazan todo legado cultural estén encantados en celebrar -según ellos- la tradición del xantolo?
Pregunta número 3: ¿Cómo se vive el día de muertos en las comunidades indígenas?
Primero, se vive en comunidad. Segundo, la idea principal es compartir con los difuntos tamales, dulces, chocolate o atole. Las comparsas representan a los ancestros que vienen del otro mundo y llegan a la comunidad.
Ahora, le comparto la carta de una ciudadana que me escribió lo siguiente:
Estimado antrop. León García Lam
Quiero contarle lo que ocurre en mi colonia y saber qué opina usted: Mi vecina de junto pone un altar a la Santa Muerte y el día 2 de noviembre saca al esqueleto para organizarle mitote y jolgorio; lo mismo hace con San Juditas, baile con caguamas, mujeres borrachas y pleito. Yo pienso que todo esto está muy mal, porque esta señora confunde la devoción católica con algo parecido a la brujería o el satanismo.
Yo pongo altar de muertos, tradicional, como se ponía en el rancho de mi abuelita. En una mesa pongo los retratos de los que ya se fueron, con velas, agua y ofrendas para que los difuntos coman y beban, pues tienen sed. Esa es mi creencia católica y pienso que es la que está bien porque es la más tradicional.
El problema es que frente a los domicilios de nosotras, vive una señora, muy seria y recatada que es hermana protestante y dice de nosotras dos, que adoramos al diablo y a la muerte. Yo por más que le explico que lo que yo hago es muy diferente de lo que mi vecina de al lado hace, ella dice que somos igualmente adoradoras de satanás.
¿Usted qué opina Antrop. Lam? ¿Cuál es la verdadera tradición?
Mi respuesta es que, de ahora en adelante, hay que llamarle a todo esto “Xantolo”.
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