diciembre 1, 2025

Conecta con nosotros

#4 Tiempos

A todos diles que sí, pero no les digas cuándo | Columna de Jorge Saldaña

Publicado hace

el

Tercera llamada

 

Cada tono de mensaje es como un latigazo en el lomo. No es Coppel, no es Elektra, no es la comadre de la tanda, vamos, ni los mensajes de sus colaboradores más aturdidos molestan tanto. Los que llaman con la insistencia de recaudador enfadado son los hombres más poderosos de San Luis, los que pagaron u operaron en la campaña, los que se sienten acreedores “fila uno” del poder municipal, ellos son los que no dejan descansar a Xavier Nava con la misma pregunta: ¿Para cuándo?.

La pregunta tiene varios núcleos en el predicado, así como complementos directos dependiendo del interlocutor desesperado, es decir, unos preguntan para cuándo los negocios, otros que para cuándo las firmas de cambio de uso de suelo, y los más inquinosos, que para cuándo los “resultados”, pero por resultados se refieren a puras venganzas.

Es lógica la desesperación de los no pagados, a la naturaleza le toma crear un ser humano completito, único e irrepetible, casi el mismo tiempo que lleva “gobernando” Xavier Nava esta ciudad, con la diferencia que este no ha podido dar a luz ni un solo acuerdo o acto de gobierno más allá de las promesas y los anuncios. En los hechos no hay cambio significativo alguno, ni para bien como lo prometió, y sí para mal… como prometió evitar.

Por eso sus mecenas electorales están impacientes, para empezar porque las promesas de distraer y satisfacer a los potosinos con sangre de un sacrificio político público, como la idea de ver a su antecesor, Ricardo Gallardo Juárez, en un procedimiento penal, no ha pasado de ser una herramienta propagandística efímera con pocas posibilidades reales de que sean ejecutadas, sobre todo si se considera que de todo aquello que se queja Nava de los Gallardo es justamente de lo mismo que peca su administración.

Por esa razón, el grupo Televisa detuvo un reportaje pagado en más de un millón de pesos por la administración municipal y programado para transmitirse el martes pasado en el horario estelar de sus noticieros. “Hay que esperar porque no tiene sustento”, expresó en un memorándum un ejecutivo de la televisora nacional que paró la transmisión de un compendio de las demandas que el Ayuntamiento ha presentado en contra de la anterior administración. Hasta su narrativa de la queja permanente se ha agotado.

Y es que hay cosas, Culto Público, que el gobierno de Nava no dice, por ejemplo: en el caso de la “obra pagada no ejecutada” de Fray Diego de la Magdalena, han omitido informar que la rehabilitación de esa calle no se ejecutó porque, entre otros, el hoy director de Obras Públicas, Marco Uribe Ávila, interpuso el recurso jurídico en contra de la licitación de la obra y fue un ordenamiento legal el que suspendió su ejecución.

Es decir, ellos la detuvieron legalmente como estrategia de campaña y ahora se sorprenden como gobierno porque no se ejecutó. La empresa que ganó la licitación, al no tener certeza del proceso, regresó el recurso al municipio, la parte que no se ejecutó, y eso es todo.

Pero vamos más allá, un caso similar ocurrió ya en la administración navista con la compra de medicamentos. La empresa que ganó la licitación al final no firmó el contrato por razones hasta ahora desconocidas y en consecuencia no entregó ni prestó el servicio. ¿Podemos decir “medicamentos pagados nunca recibidos”? Pues tampoco, la licitación simplemente se repitió y se asignaron los recursos al ganador de la segunda puja. ¿Demandará el siguiente gobierno a Xavier Nava por eso? todo eso no lo dicen, ¿verdad que no?

Otro caso por el que la administración batió los tambores para anunciar una demanda contra su antecesor es el de la contratación de una empresa para cubrir atención médica a los empleados del Interapas.

De acuerdo al abogado litigante del asunto, Gustavo Barrera López, el delito está en que se pagó a la empresa por un servicio para el cual no contaba con instalaciones adecuadas. Gravísimo, ¿cierto?

Pero qué pensaría usted, Culto Público, si le digo que la mayoría de las aseguradoras automotrices no tienen talleres para reparar su auto y que subrogan ese servicio para darle a usted la atención.

Lo mismo con los seguros médicos, ¿usted cree que Allianz o Seguros del Potosí son los dueños de los hospitales? Por supuesto que no, pero tienen firmados convenios con los mismos para que a usted le den el servicio aunque usted le paga a la aseguradora.

De la misma forma ocurrió en el Interapas. Se pagó un servicio y además se prestó dicho servicio, ¿o usted cree que los empleados no hubieran puesto el grito en el cielo a la primera que no los atendieran? ¿Conoce algún caso de empleados del Interapas al que se le haya negado la atención médica?

Los Navistas dicen que además fue muy caro y que la empresa se gastó sus ingresos en negocios sospechosos.

Bueno, pues entonces tendremos que pensar si es caro o barato la contratación por un millón 600 mil pesos la asesoría del abogado Gustavo Barrera para prestar sus servicios al interapas por interponer una sola denuncia (le anexo contrato, y monto en oficio de Interapas para esta contratación) y más allá, tendremos que revisar si el abogado se gasta ese millón en una casa, un vehículo, en comprar trajes o en adquirir unas botellas de amargo licor, porque bajo la lógica en que miden, pues también tendrían que ser sospechosos los destinos que el abogado dé a sus ingresos.

Eso tampoco lo dicen.

Ahora bien, las denuncias están ya interpuestas, y si la autoridad, tanto local como federal (tengamos fe), actúa alejada de criterios políticos y encuentra ilícitos en las mencionadas u otras acciones de la anterior administración, pues que se actúe en consecuencia y se castigue a los culpables. ¿Cuál es el problema? ¿De qué se preocupan? ¿Por qué la necesidad de decir por cielo, mar y tierra que el procurador Alejandro Gertz Manero será obediente a sus solicitudes de castigo, justificado o no, al exalcalde? ¿Por qué usar la manipulación mediática en un tema jurídico de fiscalización que ni siquiera está en sus manos?

Será que tienen compromisos que no pueden cumplir en los hechos, o que saben bien que la zanahoria de las demandas contra Gallardo Juárez no llegará nunca al hocico del burro, y que tarde o temprano se va a derrumbar el telón distractor de sus verdaderos intereses: cambiar el uso de suelo de los terrenos de Minera México, declarar toda la Sierra de San Miguelito Área Natural Protegida con excepción de, por supuesto, 2 mil hectáreas que son de interés de la empresa Reserva San Luis y finalmente negociar con los dobles folios “encontrados” casualmente en el último año en terrenos que abarcan la zona de mejor plusvalía en el Periférico Poniente, hacia Mexquitic de Carmona. Esa es la consigna, por eso las llamadas, por eso la presión, por eso el mal genio.

Y solo como consejo, cuando le pregunten al alcalde, ponga atención Culto Público, y verá que u omite su respuesta, o asegura que el “Ayuntamiento no tiene ningún proyecto de fraccionar la Sierra de San Miguelito” y no miente, porque las que tienen el interés son las empresas de sus financiadores.

Ojo, mucho ojo, la administración Xavierista a todos dijo que sí… pero no les dijo cuándo, así como en la canción.

Se me acaba el espacio. A la próxima, muchos Bemoles. Lo prometo.

También lee: Mafafa lagartija, coqueta y locuaz | Columna de Jorge Saldaña

#4 Tiempos

Consideraciones sobre la amabilidad | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

Publicado hace

el

LETRAS minúsculas

 

Tenía Víctor Hugo, el gran escritor francés, veintisiete años de edad cuando publicó, en 1829, El último día de un condenado, novela o largo relato en el que se pone a describir los pensamientos íntimos, las agitaciones interiores y los estados de ánimo que se apoderan de un hombre que pronto -muy pronto- va a tener que morir. La justicia ha señalado ya el día y la hora en que deberá tener lugar la ejecución; todo, pues, está listo…

Pero, no: ¡no todo está listo! Puede que lo esté el cadalso, puede que lo esté el verdugo, pero este hombre todavía no está listo. ¡Aún no sabe por qué debe morir! «Soy joven, estoy sano y fuerte –gime en el calabozo-. La sangre circula libremente por mis venas; todos mis miembros obedecen a todos mis caprichos; estoy robusto de cuerpo y de mente, preparado para una larga vida. Sí, todo esto es verdad; y, sin embargo, padezco una enfermedad, una enfermedad mortal, provocada por la mano del hombre».

Afuera, en la calle, todos ríen y se gozan: el calor del sol es bueno, la vida es bella. ¡Ah, tienen razón al mostrarse tan alegres! Para ellos hay futuro. ¿Cómo no sonreír cuando a la noche sigue el día, cuando se espera vivir muchas noches y muchos días? En cambio él… ¡Quizá no haya para él ni otra noche ni otro día!

Llama la atención, sin embargo, cómo es que este hombre se da cuenta de que no le queda mucho tiempo: ¡por la amabilidad del personal penitenciario! ¿De cuándo acá se mostraban tan amables estos monstruos de indiferencia? ¿De cuando acá? «El camarero de guardia acaba de entrar en mi calabozo, se quita el gorro, me saluda, pide perdón por molestarme y me pregunta, suavizando en lo posible su voz ruda, lo que deseo para el desayuno. Me entran escalofríos. ¿Será hoy?».

Es decir, ¿será hoy cuando tenga que ser ejecutado? Tanto refinamiento, tanta delicadeza le parecen francamente sospechosos. Hasta hace poco todos le hablaban a gritos, brutalmente, pero hoy se descubren la cabeza para saludarlo y hasta ejecutan ante él respetuosas reverencias. Sí, es posible que sea hoy. El condenado, entonces, se pone a temblar. Es que no era normal, no era normal en absoluto que…

Pero las cosas se complican todavía más cuando, de pronto, la reja del calabozo se abre y aparece en el marco de la puerta una figura pequeña, de largos bigotes negros, y amable hasta la falsedad. «Sí, es hoy –piensa el condenado al ver a este individuo ejecutando todas las ceremonias de la cortesía-. El mismo director de la prisión ha venido a visitarme. Me pregunta lo que me gustaría o podría serme de utilidad; incluso hasta expresó el deseo de que no tuviera quejas de él o de sus subordinados; se interesó por mi salud y por cómo había pasado la noche. ¡Al salir me llamó señor! ¡Sí, es hoy!».

Y admírese usted: los pensamientos del condenado resultaron ser ciertos; su intuición no lo engañó. Era hoy, precisamente cuando debía morir. No se equivocaba.

¿Por qué los humanos dejamos la amabilidad y la cortesía para el último momento? Al parecer, sólo los muertos –o los que están a punto de serlo- logran conmovernos. «¡Cómo admiramos a los maestros que ya no hablan y que tienen la boca llena de tierra! –exclama el personaje único de La caída

, el famoso monólogo de Albert Camus (1913-1960)-. El homenaje se les ofrece entonces con toda naturalidad, ese homenaje que, tal vez, ellos habían estado esperando que les rindiésemos durante toda su vida… Observe usted a mis vecinos, si por casualidad sobreviene un deceso en el edificio en el que usted vive. Los inquilinos dormían su vida insignificante y, de pronto, por ejemplo, muere el portero. Inmediatamente se despiertan, se agitan, se informan, se apiadan».

¡Los hombres sólo somos corteses con los muertos! He aquí lo que el Nóbel francés quiso decir. Pero no sólo lo dice él. He aquí, por ejemplo, lo que Máximo Gorki (1868-1936), el escritor ruso, escribió en su autobiografía: «¡Las misas de difuntos son las más bellas de toda la liturgia! ¡Hay en ellas ternura y piedad para los hombres! ¡Nuestros semejantes no compadecen sino a los muertos!».

Está bien, está bien, así es. Y, sin embargo –me digo-, he aquí un método para cultivar la cortesía: ver en el otro, ese que ahora está junto a mí, un condenado a muerte -¡que lo es, sólo que él no lo sabe, o lo ignora, o no quiere pensar en ello!- y tratarlo como si mañana ya no fuera a estar aquí; tratarlo, en una palabra, con las mismas atenciones que el carcelero dispensó al condenado a muerte en el relato de Víctor Hugo. ¡Ah, si nos viéramos como somos, es decir, como mortales, qué dulces seríamos en nuestras relaciones, y qué corteses!

Dice Aliosha a Lisa en Los hermanos Karamazov, la novela de Fiodor Dostoyevski (1821-1881): «Hay que tratar muy a menudo a las personas como si fueran niños, y a veces como si fueran enfermos». No está mal, no está del todo mal. ¿Con qué delicadeza no trataríamos a una persona si supiéramos que quizá hoy mismo va a morirse? ¿Y cómo estar seguros que no será hoy el día en que morirá? Por eso, más vale ser amables con él.

Otra cita más; ahora la he tomado de Sobre héroes y tumbas, la novela de Ernesto Sábato (1911-2011), el escritor argentino: «¿Sería uno tan duro con los seres humanos si se supiese la verdad que algún día se han de morir y que nada de lo que se les dijo se podrá ya rectificar?».

Todos los hombres son mortales, Juan es hombre, luego Juan es mortal. El silogismo nos sale bien; en el fondo, los hombres no somos tan ilógicos como parecemos a primera vista. Sólo que no siempre sacamos de nuestros razonamientos todas las consecuencias pertinentes al caso.

También lee: Jesús duerme en la popa | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

Continuar leyendo

#4 Tiempos

“México, esta niebla que arde” | Apuntes de Jorge Saldaña

Publicado hace

el

APUNTES

Culto Público, si no han leído la novela “Niebla Ardiente” de la muy joven escritora, Laura Baeza, les recomiendo hacerlo como desde ayer

Tuve la oportunidad de conocer a Laura personalmente hará unos cuatro años, ¿Qué les digo? Una de esas circunstancias alineadas que convergieron en el segundo piso de la librería Gandhi del centro, la de los Arcos Ipiña.

Fue en un taller breve de escritura creativa previo a la presentación formal de su libro, el que les recomiendo. Si conocerla fue una circunstancia, convivir con ella e intercambiar casualidades fue de plano como regalo de estrella fugaz.

Fui de los selectos y afortunados que en grupo terminamos sentados con ella en “La Oruga y la Cebada” en el Callejón San Francisco, conversando sobre lo que duele y lo que salva, entre un par de cervezas y una cena sencilla.

Ella me firmó su libro con una frase que ahora, en este 25 de noviembre, regresó a mi atormentada cabeza: “A Jorge, que siempre nos una el deseo por hallar algo más en esta realidad tan rara…con todo cariño, Laura Baeza”. El momento de por sí, ya era una realidad rara.

A la distancia, empiezo a creer que su frase fue más que optimismo, y es más un deber moral, y es que su ficción (vuelta a releer en estos días) se parece demasiado a México.

No es “spoiler” (o como se diga) pero “Niebla Ardiente” detalla el regreso de su protagonista Esther a México pensando en encontrar a su hermana Irene, quien había desaparecido hace años, y a quien creía muerta, cuando de la nada, un primero de enero en un reportaje que vio en la televisión, Esther la reconoce en una marcha y se lanza en su búsqueda.

Pero la novela, la primera de Laura (y creo que premiada) realmente no comienza allí. Comienza donde casi todas las historias de violencia en este país empiezan: en los pasillos de la burocracia, en los que los papeles cuentan más que las personas.

Esther aparece en un México reconocible para cualquiera: expedientes mutilados, archivos “perdidos”, oficinas donde la verdad siempre llega después de que las secretarias coman sus gorditas grasosas y funcionarios que usan el futuro para encubrir lo que nunca harán.

Es en esa atmósfera donde la desaparición deja de ser un crimen y se convierte en un proceso. Como alguien escribió: los países se definen por cómo recuerdan; México, al parecer, se define en cómo olvida.

En medio de esa maquinaria oxidada, Esther descubre a un policía. No es un héroe: es un hombre cansado que simplemente no rompe las reglas pero las dobla para que la realidad duela un poco menos. Ese personaje era como algo que escribió una pensadora feminista de la que en este momento no recuerdo su nombre “la dignidad aparece cuando alguien no mira hacia otro lado”.

En fin, siguiendo con la novela y nuestra realidad, este policía mira. Acompaña. Abre una grieta. Y sin embargo, ni siquiera es lo suficientemente poderoso para luchar contra un país donde las fosas clandestinas actúan como el archivo nacional.

La comparativa y reflexión con la novela va porque hoy es 25 de noviembre y México sigue siendo esa tierra donde la violencia parece que no importa, sino que se repite. Casi 2 feminicidios cada día. 3,284 mujeres asesinadas en 2024. 89% de impunidad. Una agresión física cada siete minutos. Más de 10 millones de mujeres violentadas digitalmente. En San Luis Potosí, 24,000 víctimas por cada 100,000 mujeres.

Uno quisiera creer que estos números son de un país lejano, pero no. Están aquí, sobre las mismas banquetas que caminamos todos los días. Ese es el verdadero crimen de México: haber entrenado a la gente para no sorprenderse.

Sí, no se debe negar que mucho se ha hecho pero poco alivia (hoy casi todos los gobiernos e instituciones hablan de esto, pero mañana la rutina sigue).

Sí, con la llegada de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta de México, llegaron todas…excepto las que no alcanzaron a llegar porque les truncaron la vida.

El nuestro, es un país donde buscar es amor—y protesta.

Igual que como ocurre en la novela de Laura, que no describe un país imaginado sino nuestro México. Uno donde las hermanas encuentran hermanas, donde las madres encuentran hijas, donde las mujeres salvan mujeres. Un país donde todavía hay justicia, pero casi siempre fuera de los edificios públicos.

Y así como Esther enfrenta la niebla, miles enfrentan la opacidad del Estado día tras día: ventanas cerradas, sistemas incompatibles, versiones contradictorias, funcionarios que deletrean la palabra “protocolo” como si lanzaran un hechizo contra la verdad.

México es hogar de una burocracia tan grande que hasta la violencia tiene formularios que completar.

Tras varios años de no recordar la anécdota con la escritora, hoy vuelvo a esa dedicatoria: “encontrar algo más en esta extraña realidad…”

Ese “algo más” no es una esperanza ingenua. Es algo que se parece más a la obligación de nunca acostumbrarse, “la memoria es la única defensa contra la repetición del horror”.

Por esa razón, espero, que por cada mujer desaparecida o mujer luchando por no desaparecer, o lidiando contra cualquier tipo de violencia, recordemos que la niebla espesa arde. Y que si arde, es porque la herida está abierta.

Hasta la próxima. Jorge Saldaña.

También lee: La IA, periodismo, y la coartada perfecta | Apuntes de Jorge Saldaña

Continuar leyendo

#4 Tiempos

Diego José Abad ilustre formador de potosinos | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

Publicado hace

el

EL CRONOPIO

 

El majestuoso edificio central de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí que fuera construido en el siglo XVII y alojara a la Compañía de Jesús se convertiría en un edificio característico de la educación en San Luis Potosí. En ese edificio funcionaría el Colegio de San Ignacio de la Compañía de Jesús orientado principalmente a la educación de primeras letras; posteriormente se establecería en dicho edificio el Colegio Guadalupano Josefino instaurado por Gorriño y Arduengo siendo el primer establecimiento de educación secundaria o superior en San Luis, dando paso posteriormente, al reinstaurarse la República al Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí que se convertiría en el primer establecimiento en obtener la autonomía universitaria dando paso así, en el mismo edificio, a la actual Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

De los profesores ilustres que tendría el Colegio de San Ignacio de San Luis Potosí, se encuentra Diego José Abad, uno de los impulsores del pensamiento moderno en México y que tuviera influencia del jesuita Rafael Campoy, también profesor en San Luis Potosí y de quien tratamos en anterior entrega de El Cronopio en La Orquesta.

La física, o filosofía natural, formaba parte del cuerpo de temas de la filosofía en los cursos que de ella se realizaban en Nueva España y se dedicaba una parte a la lectura de temas de física, principalmente la aristotélica. De esta forma existirían manuscritos sobre la física como parte de cursos de filosofía, situación que se haría común, al ser redactados apuntes para los diversos cursos que se ofrecerían en Nueva España. La mayoría de esos textos se encuentran perdidos, pero existen las referencias que aseguran su presencia, los cuales fueron escritos, en su mayoría, por sacerdotes y frailes que pertenecían a diferentes órdenes religiosas.

Diego José Abad, puede considerarse el más profundo de los jesuitas innovadores; su Curso fue muy influyente, es bastante completo y se ven por todas partes las influencias modernas. Este curso, que ya no lleva el nombre de Cursus Philosophicus

, sino simplemente el de Philosophia, aparece en un manuscrito del Colegio de San Pedro y San Pablo de México, cuyo contenido se enseñó desde 1754 hasta 1756.

Comprende la lógica, la física y la metafísica. Es el primer intento de asimilar (y no simplemente de atacar, como hasta entonces se hacía las más de las veces) las ideas modernas

. En particular, se refiere a Gassendi y los atomistas, y trata de conciliar el atomismo con el hilemorfismo aristotélico. Intenta hacer lo mismo con Descartes, opuesto al gassendismo.

Habla de la necesidad de construir la física con ayuda de la experimentación y la matemática. Acepta el atomismo en el campo físico, mas no en el metafísico. Dice que muchas ideas aristotélicas sobre el cielo han sido abandonadas por los escolásticos después del descubrimiento del telescopio, mediante el cual se han podido ver las manchas del Sol. Lo mismo en cuanto a la noción del vacío, después de los experimentos de Torricelli, Otón de Gericke y Roberto Boyle. Cita a Maignan, y mucho a Descartes en cuestiones de filosofía del hombre. Aunque las más de las veces defiende la tradición, ya se muestra abierto a integrar ideas de la filosofía moderna.

Fue profesor del Colegio de jesuitas de San Luis Potosí donde enseñó gramática a los potosinos y donde fincó su formación filosófica sin rechazar las ideas del pensamiento moderno, pero con una posición crítica.

Diego José Abad nació en Jiquilpan en 1727 y tras la expulsión de los jesuitas moriría en Bolonia en 1779.

Si se interesan en ubicar su obra en el ambiente cultural y científico de la Nueva España pueden consultar nuestro artículo: Manuscritos y libros Novohispanos y Mexicanos de Física y Filosofía Natural, en la dirección:

https://www.researchgate.net/publication/391327380_Manuscritos_y_libros_Novohispanos_y_Mexicanos_de_Fisica_y_Filosofia_Natural

También lee: Francisco Gándara, primer ingeniero higromensor potosino | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

Continuar leyendo

Opinión

Pautas y Redes de México S.A. de C.V.
Miguel de Cervantes Saavedra 140
Col. Polanco CP 78220
San Luis Potosí, S.L.P.
Teléfono 444 2440971

EL EQUIPO:

Director General
Jorge Francisco Saldaña Hernández

Director Administrativo
Luis Antonio Martínez Rivera

Directora Editorial
Ana G. Silva

Periodistas
Bernardo Vera

Sergio Aurelio Diaz Reyna

Diseño
Karlo Sayd Sauceda Ahumada

Productor
Fermin Saldaña Ocampo

 

 

 

Copyright ©, La Orquesta de Comunicaciones S.A. de C.V. Todos los Derechos Reservados