julio 15, 2025

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#4 Tiempos

Recomposición social | Columna de Óscar Esquivel

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recomposición social

Desafinando

 

Cada ocasión que se tiene para reflexionar sobre cómo nos comportamos en sociedad, es un aliciente para transformar nuestro sentir en comunidad. Hoy en día existe una recomposición moderna de la sociedad, pareciese un fenómeno actual, en realidad a mi juicio, no lo es, se ha presentado durante todo tiempo y en todo lugar; en los grandes cambios el mundo ha desarrollado reformas sociales impuestas y autoimpuestas como raza humana que somos, y así continuará igual, somos hijos del mismo ADN viviendo en este globo llamando tierra. 

Cientos de culturas, pensamientos, ideologías, las líneas divisorias entre los estados, la posesión de la riqueza, y la penumbra de la pobreza, dividimos al ser humanos de acuerdo a sus características físicas, sus diferentes intelectos. Generaciones pasan y continuamos igual, en ocasiones infringiendo mayor ferocidad, señalando al más vulnerable.

La evolución de la sociedad se ha dado con la cimentación sobre cosas vagas, sobre muros de prejuicios, complicando así la buena convivencia, tan complicado es que parece un empeño en fortalecer el comportamiento social errático, nos han obligado a ver lo sencillo, lo simple en algo complicado, como si fueran matemáticas, queremos hacernos unos expertos en fórmulas que agilicen el crecimiento económico y social. 

Presumimos que lo sencillo no puede nunca llegar a ser preciso e importante, para algunos solo atrasa el desarrollo o el desenvolvimiento social, cada vez somos más vacíos y arrogantes.

“Aquel con mucho talento y un capacidad superior, hacen del hombre poco apto para la sociedad”: Chamfort.

Nunca en la historia tanta gente ha hecho tan poco por los demás.

Sumergidos en un intercambio de poderes, dinero, avaricia, desapego social, se nos va el tiempo de encontrar el camino, para terminar con la miseria, el abandono. 

En esta etapa convertida en hombres “modernos”, alteramos el equilibrio de la convivencia, la tolerancia, hemos dado pasos equivocados sin preocuparnos si podremos remediarlo.

“hoy día no hay sociedad; solo hay muchedumbre”: Valtour. 

OTRA VEZ, LA SALUD

No se puede entender, sin caer en la miserabilidad de juicio, que un puñado de notables funcionario y asesores, no pueda o no quieren enderezar el barco de la salud de los mexicanos, todo tipo de recetas mal escritas, miles de enfermos desesperados, tema recurrente en meses, alguien tendrá que pagar por tanta ineficiencia, ineptitud. 

Miles de medicamentos no están en los anaqueles de los hospitales, operaciones urgentes se detienen por falta de insumos hospitalarios, al grado que, en algunos casos se reciclan y van de paciente en paciente; en las enfermedades graves como el cáncer, se han interrumpido los tratamientos poniendo en riesgo la vida de quienes los necesitan.

Obligados están a responder muchas preguntas, pero la más importante sería ¿por qué, si se conocía que los medicamentos están en manos de monopolios mexicanos, no se recurrió comprar a laboratorios extranjeros desde hace un año? Ahora ya se van a comenzar, pero como somos una sociedad iracunda, se desgarran las vestiduras siempre señalando “son medicinas caducadas”,  “medicamentos prohibidos”, “no autorizados para su uso, en sus países de origen”.

Nada más fastidioso de escuchar a quienes apuestan al caos.

Los gobernadores del PRI tuvieron un acercamiento con el Presidente para tratar el tema del Insabi. Estos aceptaron firmar el acuerdo con la federación para echar andar el nuevo esquema del que fuera el Seguro Popular. Los gobernadores fueron “tundidos” en redes sociales por haber firmado la colaboración;  es de todos conocido que el INSABI nació como “cabra en el monte”, sin reglas, sin personal, sin un pisca de técnica administrativa, creo que los gobernadores tendrán una tarea titánica que resolver. En nuestro caso potosino, actuar con inteligencia y mostrar, eso sí, las habilidades técnicas de administración pública del gobernador Juan Manuel Carreras

seguro podría paliar el daño y garantizar un servicio médico decente a los más pobres del estado. 

Para muestra un botón: el Hospital Central debe seguir siendo un referente hospitalario y no hay de otra, se requiere de la federación para realizar esta tarea.

DESARROLLO INTERIOR

Los de la capital, los de la zona Media, los huastecos, todos somos potosinos. Se continúa recurriendo a no abrir los incentivos el tercer círculo de la proveeduría, aquellos que pueden ser proveedores, de los proveedores de las grandes empresas, el desarrollo económico continúa concentrándose en la Zona Metropolitana, con todos los beneficios, pero también las calamidades de una gran mancha urbana, desafortunadamente poco llega a Pymes de la transformación. 

En todo el estado de San Luis Potosí encontramos con una variedad de sitios naturales, de construcciones antiguas, como las haciendas ¿por qué no se toma el ejemplo de los estados como Yucatán para explotar turísticamente estos sitios? Además de su riqueza cultural, serían detonadores económicos, micro regionales, algunas ya dan servicios de hotelería boutique, otras de renta para eventos, mezcaleras, vinícolas etc. Para ello se requiere voluntad política y cambiar el pensamiento económico. Los esfuerzos son de la iniciativa privada con una efímera participación gubernamental, por ejemplificar, el proyecto de Armadillo de los Infante en tan solo diez años ha dado un vuelco sorprendente en la economía del lugar, con visión comunitaria se puede hacer grandes cosas.

Sin ir tan lejos, a solo unos minutos de la capital en el municipio de Villa de Zaragoza, cuenta con exhaciendas ya con servicios turísticos como la Enramada, otra exhacienda, como la ubicada en la cabecera municipal, podría convertirse en un sitio de atractivo turístico. Es de reconocer el  esfuerzo de la presidenta Paloma Bravo por rescatar el casco de hacienda, ya que se encuentra en litigio, esperamos que turismo estatal ponga de su parte para destrabar el caso y se le dé posesión al municipio. Sin una sinergia de la sociedad y el gobierno como este caso poco se podrá hacer. 

Una ruta por regiones de exhaciendas, mezcalerías, vinícolas como lo mencionamos anteriormente, sería sin duda y sin temor a la equivocación, el mejor detonante económico para todo el estado. Con buenos caminos, señalización adecuada, oferta variada, atendiendo la vocación económica regional como lo es la Huasteca con su caña, ruta del ron, piloncillo, azúcar, dulces, solo es cuestión que eliminar la flojera de pensar y accionar.

Teniendo la voluntad la esperanza será la columna que nos sostenga.

Nos saludamos pronto.

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#4 Tiempos

El experimento de Carrillo que abrió la puerta a un nuevo universo musical | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

El pasado 13 de julio se cumplieron ciento treinta años del trascendental experimento donde Julián Carrillo dividió el tono en dieciséis partes obteniendo lo que llamó el Sonido 13 que se agregaba a los doce sonidos conocidos hasta ese entonces, 1895 y al mismo tiempo expandía en noventa seis los sonidos en la octava musical. Carrillo abrió la puerta a un nuevo universo musical, y gracias a la genialidad de su autor logró convertirse en todo un sistema que a últimas fechas ha recobrado especial interés a nivel mundial.

A partir de ese experimento Carrillo desarrolló su teoría del Sonido 13 que revolucionaria el mundo de la música. Controvertidas teorías que causaron en el país, principalmente, a diferencia de otras partes del mundo, un rechazo a la figura y obra de Julián Carrillo que perdura de cierta manera a la fecha, desvirtuando la importancia de ese simple experimento que realizó con la ayuda del violín abocándose a dividir la cuarta cuerda del violín sucesivamente hasta los límites prácticos de ese proceso.

Uno de los puntos que suele criticársele a Julián Carrillo, es el del descubrimiento, por decirlo así, del microtonalismo, suele asegurarse que una gran cantidad de personajes trabajaban en ese aspecto y que habían logrado hacerlo, o bien que sistemas como el hindú y algunos otros tenían música microtonal. Por otro lado, suele cuestionarse también, que fuera justo el 13 de julio de 1895, sin que nadie lo viera y sin que en ese momento se registrara el acontecimiento, salvo, el dicho del propio Carrillo que menciona el descubrimiento y que recurre a uno de sus condiscípulos como testigo de dicho experimento.

Se tacha de chocante la crónica difundida por el propio Carrillo. Esta situación, suele desvirtuar el propio acontecimiento, pues el experimento como tal, fue más allá de su simple realización, abrió la posibilidad de la discusión teórica y experimental acerca del sistema musical en práctica; mientras otros personajes trataban de lograr los cuartos de tono, Carrillo logró los diesiceisavos de tono y desarrolló las respectivas teorías que le permitieron enriquecer, simplificar y purificar la música, construyó nuevos instrumentos únicos en el mundo, ideó un nuevo sistema de escritura musical, escribió música en sistema microtonal demostrando su posibilidad interpretativa y auditiva, e incorporó las importantes y poco estudiadas leyes de metamorfosis musical. Todo ello forma parte del llamado Sonido 13. Existen todas las evidencias contextuales para asegurar, no solo la posibilidad de realización de dicho experimento, sino, los factores necesarios para que una personalidad como la del entonces joven Carrillo, pudiera llegar a la conclusión de la división del tono en dieciséis partes iguales, dieciseisavos de tono.

En San Luis Potosí Carrillo fincaba esa inquietud con la acústica musical y preparaba el terreno para experimentar con el sonido y la dependencia de la frecuencia con sistema de ondas estacionarias como suceden al vibrar una cuerda cualquiera.

Un niño entusiasmado por la música, que comenzaba a manifestar un especial talento por la misma, en una clase donde de cierta forma se le permitía jugar con elementos a su alcance, soñando y desplegando su espíritu inquisidor, le abría la posibilidad de experimentar mediante el juego, moldeando su ingenio. De esta forma, al decir de su maestro de primeras letras Germán Faz en la Escuela número nueve de San Sebastián, Carrillo solía jugar con una de las cintas de su zapato, que entonces tenían un núcleo de resorte, haciéndola vibrar sosteniendo con la boca uno de sus extremos y con la mano el otro de ellos, produciendo sonidos que podía percibir, se moldeaba, como decíamos, el futuro investigador. Por cierto, su profesor comentaba muchos años después, ya cuando se propagaba intensamente las teorías del Sonido 13, que éste, de cierta forma, pudo haberse fraguado en esos regulares juegos con las cintas de su zapato que realizaba el niño Julián, mientras trascurrían las lecciones diarias de aritmética. En ese juego Carrillo podría observar que el sonido producido por la cuerda de su zapato dependía de la forma en que la tensionaba y de la longitud que controlaba con su mano, tal como lo haría con el violín, poco tiempo después, armando notas que deleitaban al oído.

El propio Julián Carrillo en sus escritos en el libro pláticas musicales que editó en 1923 en su volumen dos refiere detalles contextuales del experimento y el nombre del discípulo que ayudó en ese experimento:

“en el último lustro del siglo pasado y queriendo ver si era posible dividir el semitono, intenté con mi discípulo y amigo Eucario Rodríguez, de Guanajuato, un trabajo de experimentación y de una manera primitiva -supuesto que carecíamos de medios apropiados para ello- logramos, subdividiendo la cuerda de un violín con el filo de una navaja, oír entre las notas Sol y La de la cuarta cuerda dieciséis sonidos distintos perfectamente claros”.

El Sonido 13 es mas que este experimento, tiene una estructura compleja que Carrillo desarrollo y cuya epistemología se basa en tres axiomas derivados básicos que se centran en el compromiso o, los principios, de Simplificación, de Purificación y de Enriquecimiento, que Carrillo llamó postulados.

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#4 Tiempos

La decadencia de la risa | Columna de Juan Jesús Priego Rivera

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LETRAS mínúsculas

Ya a finales del siglo XIX, Eça de Querioz (1845-1900), el famoso novelista portugués, se quejaba de lo poco que nos reímos los modernos, lamentándose de que lo que él llamó «la risa antigua» estuviera en vías de franca desaparición. «Nosotros –escribió en un ensayo muy poco conocido-, hijos de este siglo serio, perdimos el don divino de la risa. ¡Ya nadie ríe! Casi ya nadie sonríe siquiera, porque lo que queda de la antigua sonrisa, fina y viva, tan celebrada por los poetas del siglo XVIII, o de la sonrisa lánguida y húmeda que encantó al romanticismo, apenas es un entreabrir lento y helado de los labios que, por el esfuerzo con que se contraen, parecen muertos o de hierro».

Sí, cada vez reímos menos, y, como dije en otra ocasión, si en algo aventajamos a los hombres y mujeres de otras épocas es en nuestra seriedad, que no es meditativa ni religiosa, sino triste, culpable y mortecina: una seriedad, para decirlo ya, muy parecida a la de los cadáveres.

Sigue diciendo el novelista: «Nunca más he vuelto a oír esa carcajada magnífica de mi infancia. Lo que hoy se escucha es a veces una sonrisa cascada, seca, dura, áspera, corta, que sale a través de una resistencia, como arrancada por unas cosquillas, y que bruscamente muere, dejando los rostros mudos y fríos. ¡He aquí la risotada de nuestro siglo!».

La alegría, hoy, ha acabado convirtiéndose en un lujo; y, si no me cree usted, si mi afirmación le parece exagerada, pregunte a sus vecinos si son felices para que obtenga un centenar de respuestas como ésta: «¿Feliz yo? ¡Cómo se le ocurre, estimado señor!». Y se pondrán a hablarle del trabajo –tan mal pagado-, del cambio climático, de la delincuencia organizada o del estrés. ¡Y conste que hoy tenemos casi todo aquello de los que nuestros antepasados carecieron! Las cajas de música de mi infancia tocaban sólo una canción, y, para colmo, había que darles cuerda; las cajas de música de los muchachos de hoy tocan –o al menos pueden hacerlo- hasta 20 o 30 000 canciones, pero no por eso el corazón de estos muchachos se ha vuelto más alegre, más musical. ¡Qué rostro más avejentado pasean por las autopistas de la vida! ¿Sonreír? No, gracias. La verdad es que ni siquiera se les ocurre.

«Nadie ríe –continúa Eça de Queiroz-, y nadie quiere reír. Tenemos todos el indefinible sentimiento de que la risa estridente y clara desentona con la atmósfera moral de nuestro tiempo». Y se pregunta: «¿De dónde proviene esta desoladora decadencia de la risa? Habría que componer un estudio sobre la Psicología de la taciturnidad contemporánea».

Algún día, si no cambio de parecer, escribiré esa psicología de la tristeza que invita a hacer a sus lectores el autor de La ciudad y las sirenas. Dicho tratado deberá responder a las siguientes preguntas: 1. «¿Por qué estamos hoy tan endiabladamente tristes?»; 2. «¿Quién nos ha robado el mes de abril?»; 3. «¿Por qué razón nos hemos vuelto tan huraños y tan antipáticos?», etcétera.

Que esto es así –es decir, que hoy estamos los hombres más tristes que nunca- lo dicen incuso autores bastante enterados de los problemas de nuestra época. He aquí, por ejemplo, lo que escribió el doctor Luis Rojas Marcos en un libro que apareció en las librerías casi cien años después de que lo hiciera ese ensayo de Eça de Quieroz que hemos venido citando; el libro en cuestión se titula La pareja rota y dice así en una de sus páginas:

«Desde finales de los años sesenta ha brillado la generación del yo, el culto al individuo, a sus libertades y a su cuerpo, y la devoción al éxito personal. La dolencia cultural que padecemos desde entonces es el narcisismo, aunque según dan a entender estudios recientes, la comunidad de Occidente está siendo invadida ahora por un nuevo mal colectivo: la depresión. La prevalencia del síndrome depresivo está aumentando en los países industrializados, y las nuevas generaciones son las más vulnerables a esta aflicción. Así, la probabilidad de que una persona nacida después de 1955 sufra en algún momento de su vida de profundos sentimientos de tristeza, apatía, desesperanza, impotencia o autodesprecio, es el doble que la de sus padres y el triple que la de sus abuelos. En Estados Unidos y en ciertos países europeos, concretamente, sólo un 1 por 100 de las personas nacidas antes de 1905 sufrían de depresión grave antes de los setenta y cinco años de edad, mientras que entre los nacidos después de 1955 hay un 6 por 100 que padece de esta afección».

¡Dios mío, lo doble de tristes que nuestros padres y lo tripe de ansiosos que nuestros abuelos! ¡Pero si tenemos todo lo que ellos no tuvieron!…

¿Cuáles son las causas de tanta tristeza? Eça de Queiroz aventura la siguiente respuesta: «Yo pienso que la risa acabó porque la humanidad se entristeció. Y se entristeció a causa de su inmensa civilización…, pues cuanto más culta es una sociedad, más triste es su faz. Hemos perdido la simplicidad y, con ella, la risa». Y termina diciendo al lector: «¿Quieres un humilde consejo? Abandona tu laberinto, entra de nuevo en la naturaleza, no te compliques con tantas máquinas, no te sutilices con tantos análisis; vive una buena vida de padre próvido que trabaja la tierra, y reconquistarás, con la salud y con la libertad, el don augusto de reír».

Así termina el famoso novelista. Pero no, no nos convence el consejo, ni creo que se consiga mucho abandonando el laberinto (y, por lo demás, ¿quién podría hacerlo?). Según yo, lo que nos ha quitado «el don augusto de reír» no es el exceso de civilización, sino nuestra falta de religión. ¡Ah, si de veras creyéramos en un Dios que nos protege y nos cuida, cómo nos reiríamos de nuestros pequeños problemas! Es decir, reiríamos. Veríamos entonces las cosas desde esa lejanía sin la cual la risa es imposible. ¿No se ha dicho muchas veces que la risa nace del distanciamiento, de ver las cosas desde cierta altura? Pues bien, si esto es así, sólo Dios y los que creen en Él pueden reír de veras con esa explosión de regocijo que conoció Eça de Quieroz cuando era niño, es decir, cuando los hombres aún tenían fe…

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#4 Tiempos

El tormentoso futuro y sus pronósticos | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

Se llega al inicio del torneo y como siempre, la ilusión, el deseo y un poco de esperanza regresan a los campamentos del fútbol mexicano.
Ya con algunas semanas de partidos amistosos, preparación de pretemporada y contrataciones interesantes, arrancamos con la idea de pronosticar el futuro de San Luis en la liga.

La mecánica es simple, ir jornada tras jornada sumando (cuando lo amerite) los puntos que puede obtener el equipo, para al final hacer una suma e intentar predecir si es suficiente como para pelear por un lugar en la liguilla o no, así que comencemos.

Jornada 1: León (Derrota) 0 puntos
Jornada 2: Monterrey (Derrota) 0 puntos
Jornada 3: Chivas (Derrota) 0 puntos
Jornada 4: Cruz Azul (Derrota) 0 puntos
Jornada 5: Puebla (Empate) 1 punto
Jornada 6: Querétaro (Victoria) 4 puntos
Jornada 7: Toluca (Empate) 5 puntos
Jornada 8: Tijuana (Victoria) 8 puntos
Jornada 9: Santos (Victoria) 11 puntos
Jornada 10: América (Empate) 12 puntos
Jornada 11: Pachuca (Empate) 13 puntos
Jornada 12: Mazatlán (Victoria) 15 puntos
Jornada 13: Atlas (Victoria) 18 puntos
Jornada 14: Pumas (Derrota) 18 puntos
Jornada 15: Necaxa (Victoria) 21 puntos
Jornada 16: Juárez (Victoria) 24 puntos
Jornada 17: Tigres (Derrota) 24 puntos

24 puntos representan una real posibilidad de jugar play in y con ello pensar en llegar a la liguilla. Sin embargo, el pronóstico habla de un arranque muy complicado llegando a sumar alguna unidad hasta la jornada 5, lo cual preocupa para la estabilidad del equipo y su nuevo cuerpo técnico. Un torneo que luce complicado y de adaptación para el director técnico y una base muy consolidada de jugadores que conocen muy bien la liga.

Por el bien del fútbol en San Luis, esperemos que la bola ruede a su favor, que renazca el buen toque de balón y se demuestre que con poco se puede competir, no queda más que esperar y en unos meses hacemos el recuento de lo logrado contra este complicado pronóstico, que comience la fiesta del fútbol mexicano, una vez más.

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Opinión

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