mayo 4, 2024

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#4 Tiempos

LA FATIGA | Columna de Juan Jesús Priego

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LETRAS minúsculas.

Cuando salí del consultorio –eran casi las dos- todavía retumbaban en mis oídos las palabras del médico:
-Lo que usted necesita es descanso. ¿Por qué no vive la vida con más sosiego, con un poco de tranquilidad? Créame: hay que aprender a decir que no.

Además, piense en esto y trate de no olvidarlo: las personas que hoy exigen de usted que haga esto, lo otro y lo de más allá, fatigándolo en exceso, ni siquiera irán a su funeral cuando usted caiga muerto: eso es casi seguro. Ellos estarán en su casa quitadísimos de la pena, en tanto que usted…, en tanto que usted ya no estará.

Que no irían a mis funerales esos señores, ya me lo sabía yo. Llegado el caso, dirían: «¡Oh, ni siquiera me enteré que había fallecido nuestro amigo el padre. ¡Ay, tan bueno que era el pobrecillo!». O bien: «¡Pero cómo! ¿En verdad ha
muerto? ¿Cómo, cuándo, dónde, por qué? ¡Ay, si no saliera mañana mismo a Querétaro a finiquitar un asunto pendiente, seguro que lo acompañaría aunque fuera un rato al velatorio! Mas ya ve usted: cuando tiene uno que conducir, no se debe desvelar»… Sí, eso dirán, o alguna otra cosa por el estilo. ¡Los muy canallas!

¿Así que esos dolores tan constantes de cabeza, de nuca, de sienes, no eran otra cosa que fatiga? ¡Y yo que ya pensaba lo peor! La palabra tumor varias veces había hecho su aparición en mi pensamiento. ¡Vaya, al menos la cosa no era tan grave, después de todo!

Pero, por otra parte, ¿cómo descansar? Reconozco que en mi casa nunca nadie se preocupó en enseñarme este arte tan necesario y al mismo tiempo tan difícil. Ahora comprendía que algo esencial había faltado a mi educación.
Tan pronto como llegué al lugar en el que vivo, me puse a buscar entre mis libros uno que pudiera decirme cómo había que hacerlo de la mejor manera.

¿Durmiendo?, ¿caminando a paso lento por un jardín?, ¿oyendo música de Bach o practicando ejercicios de relajación? En mi búsqueda apresurada no encontré más que un viejo libro escrito por el psicólogo francés Marcel Eck cuyo título era: Trabajo y fatiga mental. Lo tomé del estante, le quité el polvo que se le había pegado en los cantos –tan olvidado estaba el pobre- y me puse a leerlo. Al cabo de media hora de lectura ininterrumpida creí haber entendido algo:

«Uno se fatiga por exceso de trabajo –escribía el doctor Eck-, pero a veces se fatiga uno también por el trabajo que no hace y quisiera hacer, o bien por aquel que siendo necesario no se puede o no quiere hacerse… El hecho de no poder actuar puede ser más fatigante que obrar: ¿no hay una fatiga de la espera?

Sin negar el agotamiento debido a la fatiga de un trabajo continuado, es necesariotener en cuenta la fatiga debida a la inadaptación de una existencia a sus tendencias más profundas».

¡Existe la fatiga del trabajo, pero existe también la fatiga del que no trabaja en lo que quiere, la fatiga de la insatisfacción, y ésta es más abrumadora que la otra! En mi caso, creo poder decir que en aquella época mis frecuentes dolores de cabeza se debían a lo siguiente: durante meses y años había estado guardando en una pequeña libreta citas, pensamientos e ideas que me habría gustado utilizar en algunos escritos míos. Había incluso esbozado esquemas y ordenado los capítulos de los libros que querría escribir. Pero pasaban y pasaban los días sin que pudiera llevar a la práctica ni uno solo de mis proyectos. ¡Era todo tan decepcionante! En mi mente había muchos trabajos casi terminados, pero ¡ay! sólo en la mente, porque apenas me ponía a escribir una o dos líneas cuando ya estaba sonando el teléfono para recordarme que tenía tal compromiso y tal otro para esa misma tarde.

-Padre, recuerde que quedó en que nos veríamos a las una.

-Sí, lo recuerdo. ¡A la una nos vemos!

-Padre, ¿se acuerda de que me recibirá a las dos?

-Sí, a las dos.

-Padre, no se le olvide que la Misa de funeral será a las tres.

-Sí, a las tres.

Y yo me quería morir de pesadumbre. Pues, ¿cómo escribir en semejantes condiciones? Escribir requiere tiempo.

Muchos de mis amigos creen que soy capaz de terminar un capítulo en una sola sentada: en diez minutos, o acaso en
menos tiempo aún. ¡Dios mío, si ellos supieran!…

De manera que tenía en la mente diez o quince cosas por escribir y no tenía tiempo para hacer ninguna. A veces me sentía tan poseído por el tema que pensaba que sólo era necesario sentarme para que las palabras fluyeran y diesen forma a lo que me traía entre manos. Pero no tenía tiempo para sentarme, y el tema bailoteaba en mi cabeza por semanas enteras. Era entonces cuando empezaban mis dolores de cabeza, es decir, la fatiga. La fatiga no por lo que hacía, sino por lo que no alcanzaba a hacer y era importante para mí.

No, descansar no es –como a menudo se piensa- echarse a la cama y rascarse el ombligo: es hacer, como dice el doctor Eck, lo que nos ordenan nuestras tendencias más profundas, lo que nadie más que nosotros podría hacer, lo que simple y sencillamente no puede delegarse.

En una carta dirigida a su médico de cabecera (el famosísimo doctor René Biot), Jean Guitton (1901-1999) escribió lo siguiente poco antes de morir: «El cansancio no proviene de lo que se hace. Lo que se hace, si se hace a fondo, con
pasión y con toda el alma, no cansa nunca. Lo que cansa es el pensamiento de lo que no se hace». ¡Vaya descubrimiento! ¡Feliz novedad! Y todo esto pude descubrirlo gracias a mis recurrentes migrañas, que desaparecían como por arte de magia a la hora bendita de tomar la pluma. ¿Escribir es entonces terapéutico?

No sé para otros; para mí sí que lo es. Y, por tanto, debo hacerlo, cueste lo quecueste, sin pena de vivir con una cabeza sobre mis hombros tan dolorosa como una cruz.

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#4 Tiempos

El peor torneo de la historia | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

Los torneos cortos en el futbol mexicano han traído cambios interesantes en la estadística, desde un sin fin de campeones, tres bicampeonatos (Pumas, León y Atlas) así como muchos títulos de goleo.

Pero la cosa no termina ahí, vale la pena voltear al fondo de la tabla para revisar los peores equipos en los torneos cortos.

El peor equipo de cada torneo, lo tendremos que buscar en la parte baja de la tabla, y aún así, nos tenemos que ir con equipos que sumaron cuando mucho 10 puntos al finalizar el certamen. Por ejemplo Tijuana que en el Clausura 2020, terminó con 9 puntos, pero recordemos que en ese torneo, no se completaron las fechas por la pandemia.

El primer equipo en tener esa marca fue Veracruz, que en el Invierno 96 termina el campeonato con solo 9 puntos. Posteriormente, en el Invierno 98, dos equipos compartieron el último lugar, Toros Neza y Puebla, cerraron la competencia con tan solo 8 unidades.

Del lado de los de casa, San Luis firmó su peor torneo corto en el Apertura 2022, cuando solo pudo hacer 9 puntos después de cumplirse las fechas.

Querétaro ha finalizado dos veces como el peor equipo del torneo, el Apertura 2003 y el Apertura 2012, logró solo 7 puntos.

El ya mencionado Puebla ostenta dos récords en este rubro, el primero es el de haber terminado también dos torneos como último, el Invierno 98 con 8 puntos y el presente Clausura 2024 con solo 5, mismos que le dan el galardón del peor equipo de la historia de los torneos cortos.

Por su parte, el Veracruz, es el equipo que más veces ha quedado en último lugar, con tres ocasiones, en el Invierno 96 cerró con 10 unidades, el Apertura 2019 sumó solo 8 puntos y el Clausura 2019 el equipo del puerto había logrado 6 puntos en la cancha, pero le fueron retirados en la mesa sancionados por FIFA, con lo que a pesar de tener 6 unidades, cerraron el torneo con 0 y desafiliación.

En fin, mucho podemos hablar de la calidad del torneo mexicano, podríamos llamarlo competitividad o torneo mediocre, pero lo que no nos debe quedar duda es que en este Clausura 2024, Puebla firmó el peor torneo corto de la historia del futbol mexicano.

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#4 Tiempos

Calzone, hamburguesas y taquito… ¡Ufff! | Columna de Luis Miguel Dorador

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Un fin de semana sin celular

Este fin de semana pasaron muchas cosas… 

Lo primerito fue que luego de muchas dudas sobre el continuar los estudios de preparatoria o dirigirse completamente a la educación basada en el arte de la danza, logramos un acuerdo mi Ratita bailaora y yo. Continuar la prepa y continuar con la danza pero ahora en una oportunidad de participar en la revista musical de su escuela y eso, aunque parece sencillo es algo que me alegra mucho el corazón porque las generaciones que nos siguen deben tomar sus decisiones y nosotros como padres apoyarlos en todo lo que nos sea posible, a sabiendas de que el propósito más grande de cualquier papá o mamá es formar a los hij@s para que alcancen su libertad cuando sean mayores de edad, dándoles las herramientas necesarias para lograr sus objetivos sin hacer a un lado el fin más importante que es encontrar la felicidad.

Lo logramos Ratita, ¡felicidades!

Todo este tema lo platicamos en una agradable terraza que tiene la Bella Italia en la segunda planta de este delicioso lugar donde compartimos un carpaccio de res para cerrar la noche con un calzone al horno de leña que disfrutamos de momento a momento sin perder el hilo de la conversación.

El viernes, aprovechando que no hubo clases por ser el último del mes de abril, mi soldadito de oro y yo nos organizamos para ver una saga muy interesante y entretenida que es “Maze Runner” y logramos completar la trilogía además de disfrutar entre una y otra de unas hamburguesas de Carl´s Junior que sin duda son de las mejores en el mundo de las hamburguesas de franquicia de comida rápida.

¡Gracias Chompir!

El sábado ya tenía agendada una reunión con amig@s por el cumpleaños de uno de los más destacados creadores de contenidos de redes digitales del grupo y nos juntamos para cantar, comer (el guacamole quedó espectacular) y disfrutar de un sábado con un clima excepcionalmente agradable al grado que nos dimos la oportunidad de darnos un chapuzón a la luz de la luna que especialmente ese día estaba hermosísima.

¡Gracias TB Group!

¿Dos arriba, dos abajo o de plano, una arriba y una abajo?

Los domingos son fabulosamente atractivos para mi porque el hecho de cocinar paella siempre me provoca felicidad, no solo por el hecho de poder llevar a la boca de alguien algo preparado por mis manos, sino porque conforme pasa el tiempo son más y más personas que están conociendo mi receta y sus comentarios de satisfacción son una de las mejores recompensas que un cocinero puede recibir, además del gusto de entregar pedidos a amigos de toda la vida que en auto propio, por su propio pie o hasta en uber llegan a recoger sus órdenes para disfrutar en casa con familia.

¡Gracias a Tod@s porque tod@s lo hacemos posible #SoyPaella!

Un domingo se hace más agradable cuando en lugar de “debate” dedicas tu tiempo a disfrutar de la caída del sol… ese momento en que las horas bajan y se oculta el sol para dar paso a la luna en estas noches cálidas. Entonces te ataca el hambre y que mejor lugar para echar taquito que La Fragua en donde no importa de qué pidas tus tacos; pastor, costilla o bistec español, siempre que lo acompañes de una michelada tendrás oportunidad de platicar sobre tantos temas y disfrutar de la compañía que hace de un domingo normal un día extraordinario.

Al llegar a casa no podía quedarme con la curiosidad y empecé a ver el dichoso segundo debate de l@s candidat@s presidenciales y no hubo mejor arrullo para conciliar el sueño que un programa tan aburrido y sin propuesta que eso.

Así que a descansar rico y prepararse para esta semana que se verá interrumpida por la celebración del 1ro. de mayo como cada año.

¡¡¡Ánimo que ya casi es viernes!!!

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#4 Tiempos

Primera matehualense en obtener título universitario | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

En enero de 1923 el Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí se convertía en Universidad Autónoma de San Luis Potosí tratando de iniciar una nueva vida académica organizando sus actividades de manera autónoma y decidiendo su destino sin intervención del estado. Si bien, esos primeros pasos de vida autónoma no fueron fáciles y además fueran obstaculizados y postergados hasta la década de los cincuenta cuando puede decirse que la universidad adquiere su absoluta autonomía. Esa fecha queda registrada como el inicio de la hoy Universidad Autónoma de San Luis Potosí que continuaba el trabajo académico del Instituto Científico. Para entonces se empezaba a hacer común observar mujeres en sus aulas de estudios profesionales, su número no era tan abundante; aunque para entonces ya se habían titulado unas cuantas mujeres en la carrera de medicina y en leyes, como hemos tratado en anteriores entregas en esta columna.

Ante esta situación, la presencia de mujeres provenientes del interior del estado era más extraña aún

, por el esfuerzo que requería el trasladarse a la capital del estado para ingresar a realizar estudios, sobre todo de corte profesional. Con todo, las mujeres potosinas de los diversos municipios del estado comenzaron a tener presencia en las aulas universitarias.

De las primeras mujeres en ingresar a la recién “creada” Universidad Autónoma de San Luis Potosí sería la matehualense Sara Cárdenas Orozco que en 1923 ingresaba a la preparatoria de la Universidad potosina a cursar el bachillerato en ciencias biológicas con la intención de poder ingresar en su oportunidad a estudiar medicina en la misma universidad. De esta manera Sara Cárdenas se convertiría en la primera matehualense en ingresar a la universidad.

Sara Cárdenas, se convertía además en la primera matehualense en cursar cursos superiores de física, matemáticas y biología y la primera en cursar materias experimentales de ciencias. De esta forma trabajaría en el histórico Gabinete de Física que tengo bajo mi resguardo y que forma parte del patrimonio cultural de la ciudad de San Luis Potosí.

Sus estudios preparatorios los realizaría de 1923 a 1926. Por entonces se cursaban en la preparatoria materias de aritmética y algebra, geometría plana, trigonometría rectilínea, física teórica, física experimental, cosmografía, nociones de mecánica, química general, química orgánica, nociones de mineralogía, geografía general, nociones de geología, botánica, histología, zoología, nociones de anatomía, fisiología humana, lógica, psicología moral, histología general, raíces griegas y latinas, dibujo, inglés , francés, literatura general y lengua castellana.

Los cuales aprobaría a satisfacción Sara Cárdenas. En 1926 ingresaba a estudiar medicina y cursaría hasta el quinto año de la carrera en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, para trasladarse a la ciudad de México y proseguir en la Escuela Nacional de Medicina la carrera de medicina en 1930. Realizó sus prácticas hospitalarias en el Hospital Civil “Dr. Miguel Otero” de San Luis Potosí y el internado en el Hospital General de la Ciudad de México, siendo ya estudiante de la Escuela Nacional de Medicina.

Sara Cárdenas Orozco nació en Matehuala, San Luis Potosí el 24 de octubre de 1903, sus padres eran comerciantes en Matehuala, y al parecer cambiarían su estancia a San Luis Potosí, con el fin de que sus hijos pudieran continuar estudios y posteriormente a la Ciudad de México.

Como muchas de sus compañeras médicas, perteneció a la Asociación de Médicas Mexicanas, asociación que fue impulsada por médicas potosinas.

Sara Cárdenas Orozco cursó y aprobó en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y en la Escuela Nacional de Medicina las materias que cubrían íntegramente la carrera de médico cirujano, convirtiéndose, con toda seguridad, en la primera médica matehualense.

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