#4 Tiempos
¿Encarcelar a expresidentes? Una misión imposible | Columna de Enrique Domínguez
Cuentas claras
La posibilidad de llevar a juicio a personajes de oscura reputación en estos tiempos es una labor que requiere mucho tesón, lograr hacer justicia se vuelve cada día más difícil, sobre todo si personajes encumbrados hicieron todo lo posible por saquear al país mediante actos de trampa, engaños y simulaciones. En el argot de lo moral encajaría como acto deshonesto.
Antes de emprender algo que redunde en beneficios económicos es menester emplear el sistema de justicia para un bien personal, la complicidad de legisladores es una tarea que involucra a un grupo de beneficiarios, para ello es necesario emitir leyes que sean novedosas e interesantes para la población y por otro lado a través de la simulación permitir actuar de manera libre para el robo descarado de bienes que le corresponden a la nación.
Es necesario ser un conocedor de las leyes, analizar la manera idónea para proteger a corruptos evitando futuros llamamientos a pagar por el daño y de esta manera actuar de manera inmoral.
Las prácticas que se mantienen y se ligan, son por lo general:
El soborno
Una práctica usual, es decir el pago por la prestación de un bien o servicio a quien concede esa posibilidad: “Si aceptas mi cotización recibirás dinero, privilegios, y/o bienes”. Hay casos muy sonados como la empresa brasileña Odebrecht que involucró de tal manera a grandes jerarcas de varios países, que incluso provocaron la caída de presidentes, México tiene estancada esa investigación.
Licitaciones
Es común que en las obras principalmente del estado, los concursantes propongan en teoría una propuesta que mantenga los lineamientos establecidos en una convocatoria. Establecer la mejor oferta siempre será el punto de más peso para otorgar la obra, servicio y/o concesión. Sin embargo, esto no sucede así, hay muchos casos, como el NAIM, la CFE, PEMEX, Salud, Transportes, etc., en que el presupuesto inicial es muy inferior al que se establece meses después. Cito el ejemplo de la barda perimetral del ex NAIM, en un inicio, el costo era de mil 547 millones de pesos, pero tras cuatro convenios modificatorios el muro se encareció hasta llegar a 2 mil 930 millones de pesos, lo que significó un aumento de 89 por ciento.
Contratos
La esencia del contrato es un acuerdo generalmente escrito, por el que dos o más partes se comprometen de manera recíproca a respetar y cumplir una serie de condiciones. El acto deshonesto se comete cuando las condiciones se adecuan de tal modo que la desventaja sea para el gobierno.
Un ejemplo muy claro es la pérdida significativa en perjuicio del estado, en el caso de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el suministro de gas a través de ductos con 12 empresas, se establece que cualquier causa de fuerza mayor que impida a esa empresa continuar la construcción, le obliga a CFE a pagar una pena como si estuviera recibiendo el gas sin recibirlo. La CFE tiene una serie de penas, y tan solo en 2018 pagó 5 mil millones de pesos, por lo que este año, de no negociarse los contratos, pagaría 16 mil millones de pesos. Además, también se obtuvo un préstamo por 16 mil millones de dólares, la CFE tendrá que pagar cerca de 70 mil millones de dólares en 25 años. Se han pagado desde 2015, 62 mil millones de pesos.
El contrato de Etileno Siglo XXI, desarrollado en Coatzacoalcos durante el gobierno de Felipe Calderón, consiste en que Pemex entrega etanol a la empresa Braskem (filial de Odebrecht e Idesa), para su procesamiento. Es una especie de política industrial inversa, se subsidia con dinero público a empresas de otros países y se afecta a las nacionales. La paraestatal pierde casi 2 mil millones de pesos cada año, sin considerar los gastos de administración.
Paraísos Fiscales
Un paraíso fiscal es un territorio cuyo régimen tributario es especialmente favorable para los no residentes que se domicilien a efectos legales en el mismo. Los expertos sitúan el inicio del proceso de aparición de los paraísos fiscales en los años sesenta, si bien no fue hasta los años ochenta cuando se consolidaron como destino relevante del flujo internacional de capitales.
Según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), los países que pueden ser considerados como paraísos fiscales comparten cuatro factores identificativos:
La legislación no impone impuestos o estos son solo nominales. Hay falta de transparencia.
Las leyes o las prácticas administrativas no permiten el intercambio de información para propósitos fiscales con otros países con relación a contribuyentes que se beneficien de los bajos impuestos.
Se permite a los no residentes beneficiarse de las ventajas impositivas, aun cuando no desarrollen su actividad de forma efectiva en dicho país.
No solo las islas Caimán, las islas Seychelles o Suiza mantienen ese calificativo, hay al menos 30 países que tienen esas posibilidades. Como dato curioso hay que decir que, generalmente, los paraísos fiscales se enmarcan en países pequeños en cuanto a extensión y población.
Lavado de dinero
El concepto de lavado de dinero es la actividad que se desarrolla para encubrir el origen de fondos que fueron obtenidos mediante actividades ilegales. El objetivo del lavado (también conocido como blanqueo) es que el dinero aparezca como el fruto de una actividad económica o financiera legal.
Quien lava dinero, por lo tanto, pretende legitimar los fondos procedentes del narcotráfico, la corrupción, el fraude fiscal, el contrabando, la venta de armas o los secuestros, entre otras actividades, para que dicho dinero pueda insertarse y circular en el sistema financiero.
Un ejemplo claro de lavado de dinero en nuestro país, más allá de la disputa política, es “la Estafa Maestra”, que reveló algunas estrategias de cómo se lleva a cabo la corrupción en México. Se trata de una operación que llevaba varios años en marcha, el origen fue el informe de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) sobre las cuentas públicas del gobierno federal en 2013 y 2014. La investigación encontró que se asignaron contratos de forma irregular para la realización de servicios en al menos once dependencias como las secretarías de Desarrollo Social, Comunicaciones y Transportes, el Banco Nacional de Obras y Petróleos Mexicanos entre otras. En algunos casos, los contratos no se cumplieron y en otros, el costo real fue menor al presupuesto asignado originalmente.
Uno de los modos empleados es el uso de universidades públicas para desviar recursos. Y para concretarlo se aprovecha un resquicio en la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público que en uno de sus artículos permite a dependencias públicas y universidades asignar contratos de manera directa, sin licitación o concurso.
El procedimiento es el siguiente: se contrata a estas dependencias educativas para que realicen algún servicio para el que no están capacitadas o no tienen personal para desarrollarlo. De esta manera, las universidades se ven obligadas a subcontratar a una o varias empresas que tampoco pueden hacer el trabajo. Entonces piden los servicios de otra hasta llegar a la que realmente tiene la capacidad de cumplir. Pero lo hace a un precio menor al original, a veces equivalente al 10% del recurso asignado. Hubo casos donde se repitieron hasta ocho veces esos pasos y en todos, cada empresa se queda con una parte del dinero.
De esta manera, según la ASF, en 2015 se extraviaron 540 millones de pesos de la Sedesol. Ese año, los secretarios eran Rosario Robles, primero, y José Antonio Meade.
Empresas Fantasma
Está íntimamente relacionada con el lavado de dinero; las empresas fantasmas se les denomina de esta forma porque no se dedican precisamente a realizar operaciones comerciales, lo que significa que no aparecerán en ningún directorio comercial, no tienen venta al público ni cuentan con inventarios. Son “empresas” o personas físicas que no poseen ningún tipo de activo real ni tampoco ejecutan operaciones comerciales reales. Aunque están legalmente constituidas son creadas con el único objetivo de facilitar la evasión fiscal y la corrupción. “En la actualidad, las empresas legalmente constituidas ya no falsean facturas, sino simulan la venta de bienes o la prestación de servicios”. Las operaciones que realizan son inexistentes, siendo esta la razón por la que se les considera ‘fantasma’.
El fallido estado de derecho
Se aglutinan los tres poderes del estado para corromper el sistema de justicia. Se modifican las leyes de tal manera que una actividad deshonesta no pueda ser castigada, se nombran fiscales anticorrupción para proteger de cualquier instancia al corruptor y su periodo puede alargarse, incluso excediendo los 10 años. Eso garantiza la tranquilidad, entorpeciendo trámites y gestionando su influencia para evitar que un “colega” sea detenido, incluso señalado.
En 1994, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari durante su gestión (1988–1994), modificó la ley para quitar la condición de grave al delito de corrupción y con esto generar la era de las grandes estafas al país, para que los políticos corruptos no sufrieran consecuencias de cárcel, así como la ejecución de órdenes de extinción de dominio (el estado no puede incautar bienes que se hayan obtenido de manera ilícita desde 1994 hasta 2018).
La idea de juzgar a expresidentes no tiene sentido, además es necesario tener un marco jurídico adecuado, lo cual incluye reforma del artículo 35 constitucional y sus leyes reglamentarias. A pesar de esa modificación hay que recordar que las leyes no pueden ser retroactivas (no pueden aplicarse a periodos anteriores). Por ello, los expresidentes no pueden ser juzgados con penas que ameriten su encarcelamiento aún siendo tipificados en la Constitución como delitos graves.
Enriquecerse en menoscabo de la economía destruyendo instituciones fue la práctica que caracterizó a esa élite que se dedicó a engañar y anteponer los intereses personales a las necesidades reales del país quitando beneficios en obras de interés social y desarrollo de infraestructura.
La impunidad es uno de los principales desvaríos del sistema de justicia, es difícil condenar y hacer pagar al que comete actos corruptos. Decepcionante resulta entender que, aquellos que han saqueado y robado permanezcan en paz con la idea de no haber cometido algo Ilegal, amparados en modificaciones constitucionales para proteger y brindar una vida generosa, llena de lujos y frivolidades.
Ver en la cárcel a un personaje deshonesto de la élite oligarca del país es una tarea casi imposible, pues durante su gestión siempre se trabajó de manera sistemática para evitar ser condenados en lo futuro.
La estructura para cometer desfalcos, fraudes, asesinatos, desviaciones, componendas y vejaciones involucran a un conjunto de personajes incluyendo a empresarios, periodistas, legisladores, jueces, miembros de la alta esfera gubernamental, incluso organismos nacionales e internacionales.
Actualmente se ha legislado para revertir esa actuación dolosa en retirar el denominativo de “Delito no grave” a la corrupción, como lo es el uso de programas sociales con fines electorales, enriquecimiento ilícito, ejercicio abusivo de funciones, delitos en materia de hidrocarburos (huachicoleo) y además a: la Delincuencia organizada, homicidio doloso, violación, secuestro, trata de personas y delitos violentos cometidos con armas de fuego, abuso sexual en agravio de menores, violencia sexual en agravio de menores, feminicidio, robo a casa habitación, robo a transporte de carga, desaparición forzada, desaparición cometida por particulares y delitos contra la Ley de Armas de Fuego.
Las prisiones ahora están abarrotadas, en muchos casos, existen personas con presunción de inocencia y personas sin sentencia, víctimas de un sistema de justicia fallido.
En nuestro país el dinero corrompe para evitar la cárcel, quien no lo posea será víctima de la indefensión y en muchos casos la tortura existe para obtener incriminaciones artificiales.
Es común en esa élite que insiste en permanecer controlando el poder existan traiciones y la única manera de librarse de ellos es matando o pudriendo en la cárcel a quien no conviene a sus intereses con la fabricación de delitos que sí están calificados como graves.
“El ladrón pudiente paga para evitar la cárcel, el ladrón desventurado paga para sobrevivir en ella”.
Fuentes:
http://www.ciudadanosobservando.org.mx
http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina
También lea: La bajeza moral de la Señora Wallace al amparo de un corrupto sistema judicial | Columna de Enrique Domínguez
#4 Tiempos
Centenario del concierto de Sonido 13 en el Teatro de la Paz | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Para el mes de febrero de 1925, Julián Carrillo y sus alumnos tenían todo listo para interpretar por primera vez a nivel mundial música en fracciones de tono en un concierto programado en el Teatro Principal de la Ciudad de México, que promocionaba como el concierto en el cual: “por primera vez en el mundo se oirán en un concierto composiciones musicales con dieciseisavos, octavos y cuartos de tono, elementos conquistados por México en el año de 1895”.
En ese concierto se estrenaría la obra de Carrillo: “Preludio a Colón” que inauguraba la entrada a un nuevo universo musical; participarían también sus alumnos con composiciones en fracciones de tono basado en la teoría de Sonido 13 con obras de Soledad Padilla, Elvira Larios y Rafael Adame.
El domingo 15 de febrero de 1925 se tocaba por primera vez en el mundo música basada en la teoría musical de Sonido 13 desarrollada por el potosino Julián Carrillo. Después de este histórico concierto se programaba una gira nacional para dar a conocer el nuevo sistema musical, la cual iniciaría en la tierra natal de Julián Carrillo, San Luis Potosí, anunciándose la llegada del maestro al estado potosino y siendo recibido en Ahualulco, su lugar de nacimiento, en el mes de septiembre de 1925.
El gran concierto de Sonido 13 se efectuaría en el Teatro de la Paz el 13 de septiembre de 1925 para después recorrer la mayor parte del país. El concierto, al igual que aquel concierto inaugural en el Teatro Principal, tenía el carácter de demostración de las nuevas teorías y despedida al mismo tiempo, pues Julián Carrillo iría a radicar por un tiempo a Nueva York.
Carrillo fue declarado Huésped de Honor de la ciudad de San Luis Potosí y fue entusiastamente homenajeado por los artistas, estudiantes, y en general el pueblo potosino, como demostración de su sincero aprecio, como rezaba la nota periodística de Acción, el periódico de esa época en San Luis.
Producto de su visita a San Luis a ofrecer el concierto de Sonido 13 por primera vez en San Luis, el 24 de julio de 1925 se formó el Comité de los 13 pro Julián Carrillo con el objetivo de hacer promoción y organizar los festejos, el cual quedó formado por las siguientes personalidades potosinas: presidente, Juan H. Sánchez; vicepresidente, Lic. Manuel Rodríguez Martínez; tesorero, Juan Silos; secretario, Francisco Salazar; y vocales, señorita profesora Guadalupe Moreno, Rodrigo de G. Arriaga, señorita profesora Esther de Santiago, profesor Lino Gómez, José T. Nevares y Manuel R. Flores.
De los arreglos efectuados por este Comité se logró que el concierto en San Luis Potosí se realizara como prólogo a las fiestas patrias con el fin de que ese año tuvieran un esplendor inusitado . La fiesta se pretendía que fuera doblemente memorable: evocadora de nuestras viejas tradiciones y demostrativa de las actuales glorias.
Carrillo dictaría una serie de conferencias sobre el Sonido 13 como preámbulo al gran concierto; su llegada a San Luis fue apoteótica, después de un cuarto de siglo regresaba a tierras potosinas para iniciar su gira nacional. La recepción que se dispuso en los andenes de la estación de ferrocarril fue grandiosa, a pesar de las inclemencias del tiempo. Distinguidas damas y honorables caballeros lo acompañaron desde la estación al Palacio del Ayuntamiento donde fue declarado huésped de honor.
El Teatro de la Paz sería el escenario del magno concierto de Sonido 13, el 13 de septiembre de 1925, donde se colocaría, en la entrada del recinto, una placa al Sonido 13 que sería retirada años después. Como instrumentistas microtonales participaron: Luis González y González, Manuel C. Ascencio, Luis G. Galindo, Rafael G. Adame, José M. Torres, Gerónimo Baqueiro Foster, Santos Carlos y José López Alavez (compositor de la popular Canción Mixteca).
En los coros participaron: María Sebastiana Ahedo, María García Ganda, Elvira Larios, Cecilia Larios, Soledad Padilla, María del Refugio Lomely, Guadalupe Solís, Anita Valderrama, Josefina Carlos, Marcelina Carlos, Amalia Tamayo, María de los Ángeles Ortiz, Josefina Buendía, Celia Jiménez, y los señores: Luis G. Galindo, Rafael G. Adame, Manuel C. Ascencio, Santos Carlos, Gerónimo Baqueiro Foster, Enrique Rodríguez, Tomás Ponce Reyes, José María Flores, Manuel León Mariscal, Antonio Hernández Montoya, José López Flores, Vicente T. Mendoza (famoso investigador de música popular mexicana) y José López Alavés autor de la célebre canción mixteca.
Seis años después, el 13 de septiembre de 1931 se volvió a celebrar un concierto de Sonido 13 dirigido por Carrillo y con obras clásicas de Mozart y Schubert, en el Teatro de la Paz donde se presentaba por primera vez la Orquesta Sinfónica de la Unión Filarmónica Potosina.
También lee: Gustavo López, presentación de su libro He aquí al hombre | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
Elogio de la literatura | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
¡Qué tristes son los personajes de Iván Bunin (1870-1953), qué tristes casi todos sus cuentos! Hay en ellos un no sé qué, una nostalgia que embelesa al lector desde el momento en que toma el libro y que no lo abandona sino muchos días después de que lo deja.
Acabo de leer, precisamente hoy, la pequeña antología de sus relatos breves que publicó en 1924 la vieja editorial Calpe y cierro el libro con un suspiro que no sé si será de pena o de dolor. El escritor ruso lo sabe; por lo menos él no se engaña: la vida del hombre está llena de desamparo, de abandono, de tristeza.
El personaje de uno de estos relatos, al ver llegar a su casa a un amigo al que no veía desde hacía mucho tiempo –desde el tiempo en que combatieron juntos en la guerra de Crimea- lo saluda con los brazos extendidos, avanza hacia él y le dice lleno de júbilo: «¡Kovalev! ¿Estás vivo?». ¡Dios mío, qué pregunta! Así nos deberíamos saludar todos, pues la verdad es que nadie sabe si mañana aún estará aquí. A nuestro saludo habitual habría que agregarle una coma para que suene más sincero; no preguntar: «¿Cómo estás?», sino: «¿Cómo, estás?».
Entonces los amigos se abrazan, se besan según la usanza rusa y encienden el samovar mientras afuera, en la estepa, los elementos se enfurecen y la nieve cae sepultándolo todo. «Yakov Petrovich estaba de muy buen humor; pero en el fondo de su alma había nostalgia. Al día siguiente era Navidad…, y él estaba solo. ¡Gracias a Dios que Kovalev no lo había olvidado!». En realidad, Kovalev era el único que no había olvidado a este pobre viejo, pues todos a su alrededor o habían muerto o simplemente habían desaparecido de su vida sin dejar rastro.
¡De cuántas desapariciones puede ser testigo un hombre en el curso de una vida! Sí: envejecer es haber asistido a muchas muertes. «Todo ha pasado y ha desaparecido –dice Yakov Petrovich al amigo recién llegado, al único amigo que le queda-. ¡Cuántos parientes y compañeros tuve! ¡Todos están ahora bajo tierra!».
Sin que él se diera cuenta, el tiempo había pasado. ¿A qué hora crecieron los demás, en qué momento fueron haciéndose mayores y tomando cada uno su propio camino? ¡Huyeron como de puntillas, sin decir adiós! Y ahora, si no fuera por este viejo amigo que aún se acordaba él, Yakov Petrovich tendría que pasar las fiestas de Navidad como había pasado casi todas las horas de su ya larga existencia: solo.
En otro relato del mismo volumen un caballero se encontró por el camino a un anciano que comía en silencio y sin más compañía que los árboles y las piedras. Le preguntó:
«-¿Y tu mujer?
»-Hace seis años que murió –dijo el anciano.
»-¿Y tus hijos?
»-Tuve seis.
»-¿Viven?
»-No; todo han muerto.
»Y de nuevo calló –cuenta el hombre del caballo-, masticando con cuidado la patata. Mientras él estaba sentado y con los ojos bajos, yo examinaba su cara y pensaba: “¡Nunca conseguiré penetrar el misterio de su taciturna tristeza!”».
(Apenas termino de leer esta frase, me pongo de pie y busco entre mis libros la Antología del cuento triste que publicaron hace ya muchos años Augusto Monterroso y Bárbara Jacobs; sólo quería comprobar una cosa: que hubiera en el libro por lo menos un cuento de Iván Bunin. Me digo a mí mismo mientras reviso el volumen: «Si no hay aquí, entre estas 600 páginas, un solo relato de este autor, pensaré que la selección ha sido hecha a la ligera ». Pero no. Ahí estaba, en efecto, el nombre de Iván Bunin; los recopiladores habían elegido uno de sus cuentos más famosos: El caballero de San Francisco. ¡Menos mal!).
En otro de sus relatos aparece un tal Basilio Chkut, y de él dice nuestro autor lo que sigue: «Era alto, ancho de hombros y encorvado. Toda su figura muestra aún el vigor de la estepa. ¡Pero qué triste está su cara! Ya está cerca de la tumba, pero jamás escuchará una palabra cariñosa».
¡Dios mío –pensé al cerrar el libro-, cuánta gente se va de este mundo sin haber escuchado jamás una palabra de afecto! Nunca hubo para ellos una sonrisa, una palmada en el hombro, una declaración de amor. Nada. ¿Qué hacen los que se mueven a su alrededor que parecen estar mudos? ¡Apenas si reparan en ellos! Y me pregunto: «¿He dicho a los que me son queridos cuánto importan para mí? ¿Se lo he dicho, o me he limitado a dejarles la tarea de que ellos por sí mismos lo adivinen?».
Antes de apagar la luz de mi cuarto –ya es noche cerrada, como siempre: no tengo otra hora para leer- pongo sobre el buró el libro de Iván Bunin y le acaricio las tapas en señal de gratitud. No fue, la de esta madrugada, una lectura infructuosa. Me recordó que cerca, muy cerca de mí, hay gente que aunque no me diga nunca nada, espera que abra la boca y les diga una palabra que les alegre el corazón. ¿Por qué nunca le he dicho a esta gente cuánto la quiero? ¡Sería demasiado injusto que se marcharan de este mundo sin que lo supieran de mi propia boca!
Y, finalmente, mientras apago la luz, sonrío satisfecho. Hoy la literatura me ha enseñado algo: que las gentes sufren porque están solas y que el tiempo pasa. Pero, ¿es que no lo sabía? Sí, lo sabía, pero aún no se me había ocurrido tomar las medidas pertinentes al caso.
¿Que no sirve de nada la literatura? ¿Que no sirve de nada? Vuelvo a sonreír, pensado en lo equivocados que están lo que esto dicen, cierro los ojos y me quedo dormido. ¡Ah, si no fuera por la literatura, qué poco sabríamos de nosotros mismos!
También lee: La relación glacial | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
#4 Tiempos
Fantasmas y oportunidad | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Este domingo San Luis abre el Alfonso Lastras frente a Tijuana, y no es un choque cualquiera, para los potosinos es una prueba de carácter, de identidad, de si realmente están vivos en este torneo o sólo repitiendo errores bajo otro sol. Para Tijuana, la visita es de las incómodas, estos partidos lejos de casa suelen desnudar sus fisuras, y enfrente estará un equipo que ya aprendió a morder cuando tiene que hacerlo.
San Luis llega golpeado por la irregularidad. Ha ganado partidos fuera de casa, pero también ha perdido otros en los que se dejó intimidar por rivales que no parecían tener mucho; juegos en los que el pulso se va, la concentración se diluye y los goles encajados parecen inevitables. Esa vulnerabilidad ha sido la constante, una defensa que tiembla, un mediocampo que se pierde cuando faltan ideas y delanteros que dependen demasiado de la inspiración aislada o del error ajeno.
Tijuana, por su parte, no es un paseo. Ha mostrado destellos de buen fútbol, ha sumado resultados decentes, pero también ha dejado ver que le cuesta imponerse fuera de casa cuando el rival presiona alto o lo obliga a construir desde atrás. Su equilibrio se tambalea si el marcador no le favorece pronto, y su carácter depende mucho de momentos puntuales de inspiración.
El historial entre ambos juega en favor de los fronterizos: más victorias, más empates, pocas derrotas. San Luis ha ganado escasas veces contra Tijuana, tanto de local como visitante, y eso pesa no sólo en la estadística, sino en la mente. Saber que enfrente hay un rival que te ha dominado más veces de las que quisieras recordar añade presión extra, obliga a estar mejor preparado, más concentrado y sin margen para regalar minutos.
La noticia que sacude el ambiente es el regreso de Vitinho al Alfonso Lastras. El brasileño, que dejó huella en San Luis por su desparpajo y verticalidad, vuelve ahora vestido de visitante. Su sola presencia añade una dosis de morbo, la afición potosina lo recuerda como una chispa capaz de encender partidos en segundos, y este domingo podría ser precisamente la amenaza que complique al equipo que alguna vez lo arropó. Su regreso no es un detalle menor, es un recordatorio de lo que San Luis tuvo y dejó ir.
Y la urgencia se siente en la grada, los aficionados ya no apuestan por promesas, quieren resultados. Si San Luis no se aferra a la localía, no sale con intensidad y no demuestra identidad desde el primer minuto, este partido puede volverse otro de esos en los que la ilusión apareció en la previa, pero el gol nunca llegó, o llegó demasiado tarde.
Este domingo no sólo se juega un partido, también se reencuentran viejos fantasmas. Si San Luis logra que la vuelta de Vitinho sea anécdota y no sentencia, tendrá mucho ganado. Pero si se deja arrastrar por la nostalgia y la fragilidad que lo persigue, Tijuana podría salir de nuevo airoso del Lastras. La diferencia entre fiesta y tormenta se definirá en noventa minutos.
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