#4 Tiempos
Elecciones: una marimba que se toca con los dados | Apuntes de Jorge Saldaña
APUNTES
Ya huele a elecciones, ya se oyen sus campanas. Es la marimba que se toca con un lanzar de dados. Es el mercado de las ilusiones del todo por el todo para los ilusionados de lo público. A partir de la alargada e incierta (¿?) elección de candidato presidencial de Morena, las corcholatas ruedan empujando en un efecto híbrido entre dominó y malabar a los protagonistas de todos los estados y de todos los partidos.
San Luis Potosí no escapa a la inercia malabaresca, pero mucho menos a su tradición de ser maíz del que se cuece a parte con sorpresas candidateables, alianzas por arriba y por debajo, retornos extraños, estrenos municipales y giros inesperados.
Gabino Morales y Leonel Serrato lo dijeron derechito y “desdenantes”: van a buscar Senaduría y alcaldía capitalina respectivamente. Leonel, ex candidato por Morena y Verde en años separados por tres calendarios completos, ya soltó la caña de pescar para el 2024. Quiere tercera chance con el logo de ambos con los que ya jugó por separado.
En la “jugada” va de la mano Gabino Morales, que busca como recompensa al trabajo que comenzó de romántico brigadista voluntario, un empujoncito hasta el senado.
El martes Salió Rita Ozalia Rodríguez ( ella que casi nunca sale) a decir medio entre líneas y medio forzado, que su partido puede ir solo en la próxima elección. Es decir, que pueden ir con el Verde, o sin el Verde, las dos cosas y es que ese es justamente el plan Serrato-Morales: apostar a que la alianza federal, ya muy cantada, entre Morena, Verde y PT, beneficie a Gabino, y en el caso de no ir juntos en lo local, de cualquier forma el Verde, tenga gallo por abajo con su ex secretario y amigo verde: Leonel.
Pero no todo es tan simple en el escenario que imaginaron, el Partido Verde Potosino (léase el proyecto con el mismo nombre que el apellido del gobernador potosino) no necesita para nada en lo local aliarse con Morena.
Las “cuotas” para presidentes municipales y 15 diputaciones locales que se tendrían que compartir en ese escenario con el partido que fundó el presidente, serían injustificadamente caras.
Y la razón más importante: ¿Le interesa al Partido Verde de Ricardo Gallardo ganar la capital potosina en 2024?
En el análisis superfluo, parecería argumento suficiente que ganar el municipio más grande sería sinónimo de conducir y compartir presupuestos, obra y proyectos en la segunda mitad del sexenio de Ricardo, ok… es cierto, pero si pensamos un poco más allá, la segunda y tercer pregunta a continuación, elaboran un poco el acertijo.
¿Para qué quiere Ricardo Gallardo gobernar la capital con un candidato emanado de su proyecto con todos los retos que una ciudad del tamaño de la nuestra enfrenta?
Los pronósticos indican que sería sometido, lo quiera o no, a un desgaste directo durante los tres años más importantes de su mandato, lo colocaría en una posición de contraste negativo ante sus opositores y no solamente estaría en riesgo de perder la capital, sino la posibilidad de continuar con su proyecto político en el estado.
Es decir, a Ricardo convendría más “perder” capital potosina y en 2027, volver a ganar el gobierno para su equipo (y ahora si por supuesto la capital del mismo)
Además viene la tercer pregunta: ¿A quién lanzaría el Verde a la capital? ¿A su papá, a su secretario general, Guadalupe Torres, a Sonia Mendoza, a Leonel Serrato, a Eloy Franklin o a Ignacio Segura su gran Amigo? La decisión no es nada fácil, sobre todo porque…al escoger a uno, en automático se haría de 4 agraviados…y todos son sus cercanos amigos.
Sí. Hay muchos más puestos a repartir, es evidente, pero por lo menos para los mencionados arriba, las posibilidades se reducen, todos están ya “sobre calificados” para una regiduría o como para aceptar una diputación Local.
¿Y el resto de sus aliados políticos? ¿Y Juan Carlos Valladares qué nota va a tocar en el “tin-tan” de la marimba de los dados? (Se las dejo de tarea)
Por arriba de la mesa, en alianza abierta, es prácticamente es imposible pensar una reunión Rojo y Verde. Ya se vieron en esta semana que los recorridos por Pozos en chalecos rojos en Domingo de Pilas, se parecen mucho a la entrega de programas alimentarios donde predominó el color verde. Las fotos lo dicen todo.
Acordar por debajo de la mesa un apoyo estructural (nada nuevo bajo el sol) para que logre una reelección el alcalde Galindo es posible, al fin y al cabo ya saben cómo entenderse (y también “desentenderse”) y se conocen los modos y las formas de gobernar juntos.
La opción de ese acuerdo estructural no es imposible, pero (otra vez pensando en un 2027) quizás hasta un panista (no Galindo) pudiera ser beneficiario de un acuerdo de ese tipo.
Total, que “recupere” el PAN (ayudado por el Verde en estructura) la capital…pero solo durante tres años (los más difíciles) y la vuelva a perder. Ya en 2027 regresa Verde con todo, y por todo, con Pozos en la mano, con Villa de Reyes en la otra, con Soledad, como siempre, y con la gran mayoría de las alcaldías trabajando de su lado.
Y el ¿PRI? Ah, en el PRI se registraron dos planillas para renovar su dirigencia y… uffffff se me acabó el espacio.
Luego sigo con este tema porque los calores y bochornos (de diferente origen) tienen a quien esto emplea más pegajoso que jingle de Movimiento Ciudadano, que por cierto estrenó por fin y luego de más de un año de “ya meritos” una Coordinación Operativa Municipal en la figura de Sebastián Pérez.
Resumen rápido del divertido evento “nanananana” naranja:
Sebastián Pérez se presentó agradecido y como un “crítico” de los “Partidos Tradicionales”…
Nada más que se le olvidó que trabajó para la cúpula nacional del PRD, que su tío, amigo e invitado a su toma de protesta, Fernando Pérez Espinoza “Calolo” fue presidente del PRI y que el ahora Coordinador Estatal de del MC en San Luis, es Marco Gama ex presidente del PAN.
Soltó el nuevo coordinador New Orange, que San Luis capital se quedó sin opciones políticas y que no existe una verdadera y honesta que quiera ser gobierno y que estaba muy mal que se usaran los puestos públicos como trampolín político.
Fantástico.
Como parte de su equipo, se presentó a la experta en temas del Centro Histórico, Diana Estrada Harris (Ex coordinadora de vinculación del Consejo Consultivo del CH con Horacio Sánchez Únzueta y de familia directa con apellido Nava)
También se presentó a Pablo Zendejas, ex secretario particular de Xavier Nava.
También se presentó a Adriana Urbina, ex funcionaria de aquella administración en la que fue secretario general el propio Sebastián Pérez.
Entre sus invitados se contó con la presencia del ex director de Desarrollo Social, Oscar Valle Portilla, ex candidato de Morena al séptimo distrito.
No dudo que hay buenas intenciones, y que la absoluta falta de brújula de la geografía ideológica partidista, se valide hoy estar en un instituto político y mañana en otro. Hoy en un proyecto y mañana en otro pero…
Si nos ponemos pursitas, pues ni como conciliar tanta y tanta “pluralidad” pasados Navistas-Horacistas, morenistas temporales, ex priistas, ex panista, ex ciudadanos, medio derechistas, (con una descripción pública de “católicos y panistas de hueso colorado”) y al mismo tiempo sean tan progre.
Mi amiga Adriana Marvelly me dijo en el evento que yo estaba haciendo “caras” en cada parte del discurso. Sorry amiga, no lo pude evitar. No obstante, ahí está el beneficio de la duda por la coincidencia generacional.
No nos vayan a decepcionar o a querer meter el dedo con atole en la boca y mañana presentar a un impresentable, a ese que le decimos “Xavi BB” porque entonces seré el primero en decirles farsantes.
Pero bueno…las playeras estaban bonitas, decían “Alegría”.
Hasta la próxima porque desde hace como tres párrafos se me había acabado el espacio.
Atentamente,
Jorge Saldaña
También lee: Municipio Pozos ¿a cambio de qué? | Apuntes de Jorge Saldaña
#4 Tiempos
Fantasmas y oportunidad | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Este domingo San Luis abre el Alfonso Lastras frente a Tijuana, y no es un choque cualquiera, para los potosinos es una prueba de carácter, de identidad, de si realmente están vivos en este torneo o sólo repitiendo errores bajo otro sol. Para Tijuana, la visita es de las incómodas, estos partidos lejos de casa suelen desnudar sus fisuras, y enfrente estará un equipo que ya aprendió a morder cuando tiene que hacerlo.
San Luis llega golpeado por la irregularidad. Ha ganado partidos fuera de casa, pero también ha perdido otros en los que se dejó intimidar por rivales que no parecían tener mucho; juegos en los que el pulso se va, la concentración se diluye y los goles encajados parecen inevitables. Esa vulnerabilidad ha sido la constante, una defensa que tiembla, un mediocampo que se pierde cuando faltan ideas y delanteros que dependen demasiado de la inspiración aislada o del error ajeno.
Tijuana, por su parte, no es un paseo. Ha mostrado destellos de buen fútbol, ha sumado resultados decentes, pero también ha dejado ver que le cuesta imponerse fuera de casa cuando el rival presiona alto o lo obliga a construir desde atrás. Su equilibrio se tambalea si el marcador no le favorece pronto, y su carácter depende mucho de momentos puntuales de inspiración.
El historial entre ambos juega en favor de los fronterizos: más victorias, más empates, pocas derrotas. San Luis ha ganado escasas veces contra Tijuana, tanto de local como visitante, y eso pesa no sólo en la estadística, sino en la mente. Saber que enfrente hay un rival que te ha dominado más veces de las que quisieras recordar añade presión extra, obliga a estar mejor preparado, más concentrado y sin margen para regalar minutos.
La noticia que sacude el ambiente es el regreso de Vitinho al Alfonso Lastras. El brasileño, que dejó huella en San Luis por su desparpajo y verticalidad, vuelve ahora vestido de visitante. Su sola presencia añade una dosis de morbo, la afición potosina lo recuerda como una chispa capaz de encender partidos en segundos, y este domingo podría ser precisamente la amenaza que complique al equipo que alguna vez lo arropó. Su regreso no es un detalle menor, es un recordatorio de lo que San Luis tuvo y dejó ir.
Y la urgencia se siente en la grada, los aficionados ya no apuestan por promesas, quieren resultados. Si San Luis no se aferra a la localía, no sale con intensidad y no demuestra identidad desde el primer minuto, este partido puede volverse otro de esos en los que la ilusión apareció en la previa, pero el gol nunca llegó, o llegó demasiado tarde.
Este domingo no sólo se juega un partido, también se reencuentran viejos fantasmas. Si San Luis logra que la vuelta de Vitinho sea anécdota y no sentencia, tendrá mucho ganado. Pero si se deja arrastrar por la nostalgia y la fragilidad que lo persigue, Tijuana podría salir de nuevo airoso del Lastras. La diferencia entre fiesta y tormenta se definirá en noventa minutos.
También lee: El eterno | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
#4 Tiempos
De conformidad con Armani | Columna de Carlos López Medrano
Mejor dormir
Le debo mucho a personas de las que ni siquiera recuerdo el nombre. Hace quince, quizá veinte años, leí un artículo sobre Giorgio Armani en una revista de la que no retengo ni el título ni el autor. Lo único que llevo clavado en el pecho es el párrafo inicial que aún conservo como recorte y que cada tanto acude a mi memoria por dejarme una lección sencilla e invaluable: la de resistir.
El texto decía:
Cuarenta y tantos años y te va… «bien». Ese sentimiento es tan común para muchos hombres. Es una sensación que les da escalofríos en el alma cuando se ven al espejo, porque es el momento en que se dan cuenta de que deben guardar en un cajón sus antiguas ambiciones juveniles. Es la hora de conformarse con lo que se tiene.
Pero Armani decidió que no se conformaría. En julio de 1975…
Es lo único que tengo de aquel artículo, y ha sido suficiente. Ahí estaba lo esencial: no renunciar a los ideales. El autor evocaba el carácter de Armani, esa estrella tardía que rozaba los cuarenta mientras seguía a la sombra; trazando para Cerruti, elogiado a medias, con algunos cumplidos y atenciones, aunque bajo el nombre de otro. Condenado al taller ajeno y volver vacío a casa.
Muchos habrían sido felices con lo que Armani tenía por entonces. No estaba nada mal. Una profesión estable, buena paga, un lugar en la industria, sin riesgos, cierta tranquilidad. Sé feliz con tu trabajo. Si se lo proponía, podría llevar una vida manejable, moderadamente satisfactoria.
Pero para los espíritus de primera línea la conformidad es intolerable. Armani sabía que dentro de sí había algo más, y se decidió a buscarlo. Tuvo la fortuna de un fino soporte: su querido Sergio Galeotti. Los primeros pasos de un visionario precisan de alguna confirmación, un guiño que eche para adelante en tiempos de flaqueza. Galeotti representó eso para él.
Al cabo de un tiempo, ese hombre que parecía llegar tarde acabó por adelantarse a todos. Armani se convirtió en el diseñador italiano más famoso de su época, un emblema del estilo europeo. También un magnate y un símbolo. Su apellido se volvió sinónimo de calidad y seducción.
Mucho aprendí de aquel ejemplo. Un volantazo siempre es posible, incluso cuando el calendario insiste en dictar lo contrario, por mucho que las circunstancias se empeñen a adjudicar espacio en un rincón. He vuelto a esas líneas en mis horas de duda para recordarme que no hay límite de edad para dar la batalla, y que nadie la dará por nosotros. Después he encontrado historias semejantes, de hombres y mujeres que, en sus cuarenta, cincuenta, setenta o más allá decidieron no resignarse y se levantaron de la mesa para reclamar lo que aún podían ser, imponiéndose ante un pa norama sin emoción.
De Armani supe más tarde otras cosas. Cada que me adentraba venía mayor fascinación. Trazó para mí un ideal: ir arreglado y rodeado de bellas mujeres. Morir entonces con lentitud, con la gracia de una hoja que cae en una danza admirable. Su apego a la limpieza, heredado de su madre (desde niño tuvo un paño entre las manos para borrar lo que está mal con el mundo); su capacidad de desprenderse de lo que sobra, de lo chillón, de lo que hace ruido. «Hay que descartar todo lo demasiado llamativo», repetía, «y buscar algo más sutil, más silencioso». Así eran sus trajes, bondadosos en su ligereza, como una segunda piel que no aplastaba a quien la vestía. Supo que la comodidad era una expresión de la libertad. Las tres camisas que llevaba en la maleta.
El tono de su piel recordaba a la pulpa de una naranja madura recién abierta, un resplandor cítrico rodeado siempre de gente guapa, como si la belleza tuviera que escoltarlo. Acqua di Giò fue el primer perfume que convirtió en universal lo exclusivo. Alberto Morillas atrapó en un frasco la luz de un mediodía frente al mar, y Armani supo reducirlo en una frase: lo más importante es ser normal.
Él y sus modelos eran un brillo en medio de la decadencia de la civilización, un lujo popular que los pasajeros de un autobús vislumbraban al pasar frente a un anuncio o al mirar una película de Richard Gere. Supo ser el verano en una piscina, un yate cargado de aceitunas y también un rascacielos con pisos de mármol. Como revés a un verso de aquel poema español del siglo XV «Edechas a la muerte de Guillén Peraza», con Armani no se veían pesares, sino placeres.
Los maniquíes sueñan con portar piezas de Armani y ser acomodados por él en un escaparate, con la calma de un pintor impresionista. Diseños que juegan con los ojos, el anhelado capricho de llevar sus telas, que al final él resumía en su atuendo ligero, camiseta, pantalón, chaqueta, el peinado echado para atrás y esa sonrisa simétrica, flecha del estilo que entra por las fosas nasales. Gracias sus propuestas más de uno se animó a ser un yuppie es vez de caer en las sucias garras del jipismo.
En el delirio de mis comparaciones, pensaba en cierto diseñador estadounidense de cara atomizada como una extensión de Burger King, ahí donde Armani era una vuelta al Mediterráneo. Como Giorgio, desprecio a la gente que se aprovecha de la ingenuidad de la gente para alcanzar el éxito o, en última instancia, llegar al poder.
El mundo bien pueda dividirse en conformistas e inconformes. Los primeros se abandonan al asiento torcido de la rutina en cuanto les parece tolerable (y no les va tan mal); los segundos viven con el aguijón de no estar nunca en su sitio, y por eso se levantan y vuelven a intentarlo en su despecho. No siempre logran lo que persiguen, pero su combate en sí mismo ya es una inspiración. Giorgio Armani contaba que el mayor legado de sus padres fue un «sentido de dignidad», junto con la tenacidad y fortaleza mental suficiente para resistir en los momentos difíciles. Ropajes aparte, la historia de aquel hombre que, cumplidos los cuarenta, se lanzó a por todas, constituye un regalo de buen moño para quienes aún creemos que nunca es tarde para empezar de nuevo.
Contacto
Correo: yomiss@gmail.com
Twitter: @Bigmaud
También lee: Personas como espejos | Columna de Carlos López Medrano
#4 Tiempos
Gustavo López, presentación de su libro He aquí al hombre | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Una introspección reconstruyendo su propia génesis a través de la palabra Gustavo López Hernández escribe He aquí al hombre, su libro de poemas que recorre sus sentimientos forjados a lo largo de su vida artística y cotidiana. Si el designio del cometa es el regreso el designio de Gustavo López es transcurrir. Transcurrir que describe en su libro, si bien personal, de gozo universal, pues su palabra se disfruta y nos hace reflexionar sobre nuestro propio transcurrir.
Su libro He aquí el hombre, será presentado en la librería Gandhi que se encuentra en el edificio Ipiña en Plaza de Fundadores, el día 12 de septiembre en punto de las seis de la tarde, contando con la participación de la poetiza Fabiola Amaro y un servidor.
Gustavo López es un referente en la música popular mexicana y en especial la denominada folclórica, que tuvo su momento de brillantez en los setenta y ochenta en ese México que se apuraba en formar músicos y cantantes que rescataran nuestras raíces musicales y dieran frescura con nuevas obras a ese arte lirico que mezcla la música y la palabra.
López Hernández participó en la formación de ese tipo de grupos musicales, como el caso del grupo “CADE” que difundía el folklor mexicano y a experimentar con composiciones que mezclan ese folklor con otros elementos musicales. Funda, en compañía de otros jóvenes el Centro para el Estudio del Folklor Latinoamericano (CEFOL). Este Centro fue el crisol en la formación de compositores interpretes y músicos que refrescaron el ambiente musical mexicano. Figuras como Eugenia León, Marcial Alejandro, Guadalupe Pineda, Roberto Morales, entre muchos otros, emergieron de ese Centro.
Gustavo López lleva en la sangre la vena musical de su tierra juchiteca donde nació y de donde fue a la ciudad de México a fincar su formación. Estudiando la preparatoria y posteriormente Letras Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México, estudios que combinaba con los de música, haciendo algunos estudios en la Escuela Superior de Música.
El célebre grupo de música folclórica latinoamericana, Los Folkloristas, lo tuvo como uno de sus miembros desde 1978 y hasta 1982. Desde entonces se le conoce como un compositor cuyas obras han sido estrenadas en los mejores escenarios mexicanos y sus canciones se han convertido en refrentes de la nueva música mexicana.
Como artista, también ha incursionado con éxito en la pintura, donde su obra se ha presentado en exposiciones individuales y colectivas en Oaxaca y Ciudad de México, así como fuera del país como fue su exposición en Puerto Rico.
Su impronta en la cultura de su estado ha quedado, además de su trabajo musical y pictórico, en la ilustración y creación de obra en el libro Oaxaca Recóndita de Wilfrido C. Cruz que editara el Instituto de Educación Pública de Oaxaca.
En agosto de 2024 publica su primer poemario He Aquí al Hombre, bajo el sello de Laberinto Ediciones, el cual ha estado promocionando en diversas sedes del país, y que ahora llega a San Luis Potosí, con la presentación del libro el viernes 12 de septiembre a las 18:00 horas en la librería Gandhi de Plaza de las Fundadores.
También lee: José Rafael Campoy padre del pensamiento moderno mexicano | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
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