octubre 8, 2025

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#4 Tiempos

¿Cuáles son los cuerpos que se poseen por la masculinidad? | Columna de Paul Ibarra

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Desde mi clóset

 

A lo largo de la historia, en la ciencia ha existido una frenética necesidad por comprobar la hipótesis sobre la diferencia sexual. Tras la premisa darwiniana que sentencia a las especies a reproducirse de manera irrestricta para trascender, la masculinidad incluyó esta característica en su estructura orgánica. La reproductividad humana es una suerte de subdispositivo de la sexualidad para construir sentido y relaciones de poder. El hombre se reproduce a través de la cópula, qué, como acto performativo (Butler, 1990) implica la intervención de un cuerpo. Así pues, la penetración es un acto de dominación que produce la masculinidad. Introducir el pene dentro de una cavidad carnal se vuelve entonces una posibilidad para producir una propiedad. De esta manera el hombre tiene un ámbito de trascendencia. Cada cavidad humana penetrada es un logro, una condecoración que ratifica la pertenencia a la masculinidad.

En la antigua Grecia, los jóvenes efebos eran sodomizados por sus maestros a razón de transmitir los saberes, los cuales sólo podrían trascender de esta manera. La escritura que reclamaba la propiedad del cuerpo, dotaba al efebo de un poder no merecido para las mujeres, quienes eran incapaces de retener a la episteme. Las mujeres podían aspirar solo a producir doxa inmanente. Por lo que la reproducción del conocimiento requería la irrupción de un cuerpo par, otro hombre.

La requisa de la masculinidad por los cuerpos femeninos y aquellos feminizados ha sido un fenómeno histórico. Requisar mujeres o cuerpos feminizados ha llevado a la hoy conocida cultura de la violación. Un hombre sabe que tomar un cuerpo, irrumpirlo, intervenirlo con el falo, es una necesidad de interés público. Es necesario para el patriarcado hacer decomisos legítimos. En su epístola, Melchor Ocampo dijo que las principales dotes sexuales del hombre son la fuerza y el valor, por lo que debe dar dirección a la mujer, y este es un mandato confiado por la sociedad para si. Por lo que la praxis sexual requerida para la reproducción traspasa las barreras biológicas que la fecundación trae consigo.

Al respecto, el hecho de violar corresponde a un actividad trascendente de lo masculino. La violación, además implica una revelación doble, por una parte desvela la fragilidad de un cuerpo y por el otro es un acto profano de un territorio respetable pero impropio. Un hombre sabe que a las prostitutas no se les viola, ya que son un territorio propio, por lo menos en instantes, se arrienda. El esposo no viola a “su mujer” ya que es un espacio adquirido. Un sacerdote considera poseer cuerpos de infantes ya que son un lugar inmanente, que por la gracia de dios puede ser ocupado, conquistado y hasta convertido.

La lucha de los feminismos por visibilizar las agresiones sexuales contra las mujeres ha permitido nombrar esta violencia. Entonces, se podría definir a la violación como el acto de infringir la norma sociopatriarcal que regula la posesión de los cuerpos. ¿A quien pertenecen los cuerpos de las mujeres? Ya sea el esposo, el padre o el estado, la escrituración de los cuerpos femeninos está dada per se. Por lo que el significado de la violación es más amplio que la provista en la mayor parte de las regulaciones estatales en materia penal. Violar, además del abuso sexual en una práctica no consensuada de contacto genital o en una cavidad provista para ser penetrada, implica una revelación y un acto profano que reafirma el carácter endeble del cuerpo poseído.

Entonces, ¿deberían ser las agresiones sexuales hacia otros hombres consideradas una violación? ¿Los hombres pueden ser violados por el hecho de ser hombres? ¿Qué implicaciones tiene para un varón, que se asume como tal, una agresión sexual que implica la revelación de la vulnerabilidad de un cuerpo masculino? La masculinidad por sí misma es invulnerable. Es fuerte y trasciende en la medida en que se realiza. El éxito de la masculinidad depende de la capacidad del cuerpo encarnado para producirla. La violación es un acto que invierte la masculinidad. ¿La agresión de un cuerpo masculino, por otro similar, es un acto profano? Afirmar que un hombre ha sido violado resulta en una enunciación falaz en esencia. Desde mi particular punto de vista, a un hombre no se le viola por el hecho de ser hombre, sino en la medida que el cuasi sujeto masculino percibe la posibilidad de ocupar un cuerpo que considera inferior, débil, es decir, femenino. Argüir que la violación niega la masculinidad en si misma tiene implicaciones pragmáticas que no forman parte de la propia constitución masculina.

El contrato masculino es irrenunciable, inalienable e intransferible. Además de tener un carácter indivisible, no tiene cláusulas que posibiliten la cesión. La única posibilidad para la cesión de la potestad masculina es la destrucción, la muerte. La masculinidad no es inmanencia, por lo que deja de trascender cuando se esfuma. La primera carta a los Corintios 11:4-5 a la letra dice: “El hombre deshonra a su cabeza si se cubre la cabeza mientras ora o profetiza. En cambio, la mujer deshonra a su cabeza si ora o profetiza sin cubrirse la cabeza.” El hombre no está subordinado sino a la masculinidad, es decir, responde solo a la divinidad que le dijo en el Génesis que era el centro de todo en la Tierra. Un hombre es deshonrado en la medida en que deja de serlo, o renuncia a serlo. En cambio, la mujer, bajo el yugo, sin la capacidad de poseer, es territorio en disputa.

Lo anterior no implica solo hacer un análisis metafísico que anquilose el devenir genérico-sexual. Por el contrario, busca facilitar la comprehensión del proceso de socialización del concepto violación. Es por ello que considero necesario la asunción de un nuevo verbo para describir los fenómenos que implican las agresiones sexuales de los cuerpos con roles sociales de sexo masculinos que se identifican como hombres y con anatomía del macho de la especie. Lo anterior si y solo si se intenta escindir la experiencia corpórea propia de la violación entendida como el acto profano de revelar la vulnerabilidad de un territorio impropio.

La experiencia de una agresión sexual derivará en un proceso diverso sí se rompe con la ontología de la violación. Que, enmarcada dentro del sistema performativo del género, refiere a la deshonra, profanación y revelación de un territorio ocupado. Territorio que venera al propietario, y que existe por la benevolencia generosa masculina, que, de manera abnegada da de sí todo a quien le defiende. Tierra anhelada que de forma irresponsable puede ser invadida sin previo aviso debido a su sacralidad. Dicho esto, vale la pena hacer un análisis sesudo que evite imbricaciones que diluyan las experiencias subjetivas de los cuerpos agredidos, acosados u hostigados sexualmente. La diferencia sexual que posibilita la reproductividad va más allá del hecho biológico de la fecundación, derivado de un proceso pragmático que comienza con la penetración. Al ser el sexo un producto del género, tiene un carácter discursivo polisémico que le permite ductilidad ampliada. 

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#4 Tiempos

Las dos mujeres de Truman. Palabras con cicuta

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Apuntes

Hay autores que escriben un solo amor con distintos nombres. Truman Capote lo hizo con los de Nancy Clutter y Holly Golightly: la muchacha asesinada y la mujer que huye. Dos rostros de la misma herida.

Nancy era todo lo que el mundo aprueba: pureza, promesa, familia. Una adolescente que hacía listas, organizaba fiestas y creía que el bien era una costumbre diaria. Holly, en cambio, era todo lo que el mundo juzga: libre, contradictoria, caprichosa, superviviente. Todo sinónimo de “libre y espontánea”.

Ambas están solas frente a una sociedad que las define, una desde la muerte y otra desde el deseo.

Yo creo que Capote estuvo enamorado de una mujer que fue las dos. Una que lo deslumbró por su bondad y lo desarmó por su caos. En Nancy encontró la integridad que él nunca tuvo; en Holly, la libertad que siempre le fue negada. Una mujer que cocinaba con delantal los domingos, pero que podía desaparecer una semana sin explicar por qué. La amaba por lo que lo salvaba y por lo que lo destruía.

En A sangre fría, Capote mira a Nancy como si aún pudiera rescatarla. La describe con ternura casi maternal, pero también con una envidia melancólica: ella no sabía lo que era la vergüenza ni el exceso. En Desayuno en Tiffany’s, en cambio, elige no salvar a Holly. La deja ir. Le permite el privilegio que Nancy nunca tuvo: seguir viva aunque nadie la entienda.

Quizá esa fue la forma en que Truman se reconcilió con su propia culpa. Escribir a la que murió como víctima y a la que se fue como promesa. Una purificada por la muerte, la otra condenada a vivir

. Entre ambas, Capote puso su propia alma: la de un niño que soñaba con el orden de Nancy y despertaba con el desorden de Holly.

No se puede amar a dos mujeres tan distintas sin romperse un poco. Pero Capote lo hizo. Amó la pureza que se deja matar y la libertad que se mata sola.

Y quizá, como tantos de nosotros, entendió demasiado tarde que una y otra eran la misma. Que la vida te puede matar por ser buena o por querer ser libre. Y que entre esas dos muertes —la literal y la simbólica— se esconde el precio de vivir como uno quiere.

Punto.

Y aquí estoy yo, leyendo a Truman y sintiendo que me contó la historia antes de que ocurriera. Porque yo también quise que Holly fuera Nancy: que se quedara, que colgara su vestido brillante y se sentara a esperar el desayuno. Pero ella eligió la noche, otro hombre, otra ciudad.

Yo sigo aquí, recogiendo los platos, preguntándome si alguna vez alguien puede amar a una mujer así sin terminar escribiendo sobre su ausencia.

Quizá eso somos los que escribimos: los que convertimos el abandono en literatura.
Los que seguimos hablando con las Holly que quisimos que fueran Nancy, aun sabiendo que la vida —como en Capote— siempre acaba a sangre fría.

Yo soy Jorge Saldaña.

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#4 Tiempos

Antonio Castro Leal, su papel por la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

En los movimientos y propuestas por la autonomía universitaria en el país, son varios los potosinos que figuran como pioneros, algunos no muy mencionados en este proceso. Entre estas figuras encontramos a Valentín Gama y Cruz, Rafael Nieto Compeán, Manuel Nava Martínez y Antonio Castro Leal quien estaría involucrado en los dos más importantes movimientos por la autonomía universitaria, el caso potosino y el de la universidad nacional.

Antonio Castro leal, abogado de formación y literato por vocación nació en San Luis Potosí en la última década del siglo XIX, el 2 de abril de 1896 y como varios potosinos iría a la Ciudad de México a continuar sus estudios a principios del siglo XX, donde fincaría su formación intelectual en la Escuela Nacional Preparatoria adquiriendo una formación humanística que guiaría su vida profesional. Fue uno de los fundadores del proyecto conocido como Ateneo de la Juventud y la fundación de la Preparatoria Libre.

Ingresa a la Escuela Nacional de Jurisprudencia y cofundaría la Sociedad de Conferencias y Conciertos en 1916, a cuyos siete fundadores se les llamaría “los siete sabios”, junto a Vicente Lombardo Toledano, Manuel Gómez Morín, Teófilo Olea y Leyva, Jesús Moreno Baca, Alfonso Caso y Alberto Vázquez del Mercado. “Los siete sabios”, nombre que nació mas en tono de burla que de reconocimiento, se caracterizaban por ser un grupo lleno de inquietudes culturales y políticas, aficionados a la música, la literatura y cultura en general; jóvenes precoces de 19 y 20 años de edad que ya eran profesores universitarios.

El papel pionero de Valentín Gama, por la autonomía universitaria cuando asumió el rectorado de la entonces Universidad Nacional de México, ya lo hemos tratado en esta columna, pero por aquella época revolucionaria Antonio Castro Leal, figuraría entre los primeros mexicanos que impulsarían los proyectos de autonomía universitaria.

Su interés político se manifestaría en 1917, cuando con sus compañeros universitarios que integraban “los siete sabios” extendieron al Congreso de la Unión la primera solicitud de autonomía universitaria, como protesta ante la Constitución de ese año, que suprimía a la Secretaría de Educación Pública creando a cambio un Departamento Universitario que el Senado integró a la Secretaría de Gobernación; determinación que molestó a estudiantes y profesores y como parte de la protesta, Castro Leal y sus amigos de los siete sabios enviaban la solicitud de autonomía universitaria al Congreso de la Unión, de la cual nunca hubo respuesta.

Años después, Antonio Castro Leal, sería rector de la Universidad Nacional de México, siendo el segundo potosino en ocupar ese puesto y durante su rectorado se conseguiría como un gran triunfo histórico la autonomía universitaria transformándose la Universidad Nacional en Universidad Nacional Autónoma de México.

Por ese entonces la autonomía de la universidad potosina, que se considera la primera a nivel nacional en haber obtenido ese carácter con la iniciativa de Rafael Nieto, le había sido retirada y la recuperaría en parcialmente en 1935 siendo gobernador Idelfonso Turrubiartes. La completa autonomía y formación estructural académica de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la lograría el Dr. Manuel Nava con el apoyo del gobernador Ismael Salas en la década de los cincuenta del siglo XX, como apuntamos en la entrega anterior de esta columna. En este movimiento académico en San Luis, estaría participando de manera indirecta también Antonio Castro Leal como miembro de la Academia Potosina de Ciencias y Artes que impulsó el movimiento renovador de alta cultura que incidió en la moderna formación de la UASLP.

Antonio Castro Leal obtuvo los grados de licenciado y doctor en derecho por la UNAM y doctor en filosofía por la Universidad Georgetown en Washington, Estados Unidos. Durante algún tiempo se dedicó a la docencia como actividad principal dictando cátedra de literatura en la Escuela de Altos Estudios, en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, también impartió la cátedra de derecho internacional en la Escuela Nacional de Jurisprudencia.

Su papel en las instituciones educativas y culturales mexicanas fue muy importante teniendo un destacado papel protagónico, entre ellas la dirección del Instituto Nacional de Bellas Artes, entre muchas otras.

Su actividad literaria, otra de sus pasiones, la inicia en 1914 distinguiéndose como escritor, ensayista y crítico de las letras mexicanas. Escribió poesía usando el pseudónimo de “Miguel Potosí”. Castro Leal es uno de los muchos potosinos que escribieron su historia en el mundo de las letras y que figura como un protagonista por la autonomía universitaria en el país.

Antonio Castro Leal murió en la Ciudad de México el 7 de enero de 1981.

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#4 Tiempos

Siempre Autónoma… ¿o hasta la victoria siempre?

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APUNTES

 

Así “sin querer queriendo” me encontré una película que para mí es fabulosa: “13 días”. John Efe, era encantador… Fidel, un hombre que jamás se hincó ante el “imperio” mmmm… ¿De qué lado están ustedes? ¿“Team Fidel, que no se rinde pero tampoco se alinea”, o “Team John”?

La UASLP es como la Cuba de Fidel: No, ¿cómo cree presidente? Nosotros no tenemos nada en su contra, pero pues la hermana República de Rusia nos regaló unos misiles… ¿Qué haría usted?

Presidente… nuestra patria es autónoma, libre, independiente… no se meta, pero queremos el mismo derecho que usted a meternos en lo que nos dé la gana y golpearlo a contentillo… métase cuando a nosotros nos convenga… es nuestro derecho y hasta deber.

Presidente: vamos a lanzar nuestros misiles, pero no queremos hacerles daño… solo que usted nos hace daño y nos comportamos IGUAL que usted.

¿Autonomía? Claro. Que hermosa palabra. Caperucita pudo ser la más puta con el lobo, pero… fue decisión de ella (muy autónoma) señalar a quien ella consideró culpable… y mataron al lobo.

Deme una salida, presidente…

— Ok.

Eres a partir de hoy, autónomo. Pero bloqueado. Aceptas lo que te diga, pero dirás que no aceptaste. Hablo yo. No tú

… y te tienes que agachar, aunque tú tengas los misiles.

—Ganamos.

Hasta la próxima.

Yo soy Jorge Saldaña

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Opinión

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