octubre 7, 2025

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#4 Tiempos

Centenario del compositor matehualense Rodolfo Mendiolea | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

Rodolfo Mendiolea Cerecero fue un compositor matehualense cuyos boleros tuvieron importante fama en el escenario musical de México en la década de los cuarenta del siglo XX.

El pasado 5 de diciembre se cumplió el centenario de su natalicio; Rodolfo Mendiolea nació el 5 de diciembre de 1921 en Matehuala, San Luis Potosí. A los veinticuatro años ya era un compositor conocido y sus canciones eran muy populares, de melodía clara, armoniosamente dulce con letras capaces de hacer percibir un deleite y excitar sentimientos nobles. Mendiolea poseía inspiración y personalidad contemplativa afecto a las abstracciones filosóficas y un esfuerzo por aplicar a la canción popular un sentido de moral.

Para entonces se conocían su blues “una canción más” y los boleros “A dónde irán”, “Sentimiento” y “Penar”, así como la canción tango “Consejo”, un tango original desprovisto del olor a tragedia y arrabal.

Como ejemplo de su característica abstracción filosófica se encuentra un disco muy raro que encontrara “Micro” un columnista sobre acetatos raros que encontró el disco ¿A dónde va mi cuerpo?, donde Rodolfo Mendiolea, es el compositor de las letras y la música y en el cual participa Marko san Román quien es la voz principal, que se hace acompañar del Quinteto Soul Magic, que está formado por sopranos, contraltos y otras voces muy educadas. De acuerdo con “Micro”, “es como una mezcla de canción popular, de protesta, contestataria, con elementos propios de musicales teatrales, baladas y ciertos destellos de ópera… Siempre con letras tremendamente poderosas, espirituales, místicas y existenciales. Los arreglos son cosa aparte, toda una orquesta detrás, grandilocuentes, complejos y rebuscados. Una verdadera obra maestra de lo pretencioso, no me gustaría decir fallido o absurdo porque me encanta. Evidentemente con los años se vuelve en una obra de humor involuntario, pero más allá de eso en verdad creo que tiene un valor enorme, es una creación sin igual que en todo momento podemos sentir la pasión con la que se creó”.

La obra citada nos recuerda su célebre bolero “A dónde irán las almas”, que estrenaría en Matehuala cantada por María López en el Teatro Othón. Después del estreno partiría a la Ciudad de México donde se desempeñó como periodista y donde daría a conocer sus canciones.

Escribió canciones y música para películas como la isla de la pasión de Emilio Fernández en 1942 o la canción que bonito que bonito en carabina 30-30.

Rodolfo Mendiolea se daba a conocer en el medio artístico y desempeñándose como periodista y músico, incursionó en la radio cuando llegó la oportunidad de escribir argumentos para las estaciones de radio. En 1943 se transmitió el programa radiofónico solteras y divorciadas escrito y dirigido por Mendiolea con las actuaciones de Velia Vegar y Maber en Radio Mil que se presume era cómico. Estuvo desempeñándose también en la XEW y, en 1960 en servicios informativos como Instantáneo de TV, comentarios a la noticia con Rodolfo Mendiolea.

En 1955 fue nombrado presidente de la Sociedad de Autores y Compositores de la Música. De él son también las obras “San Luis Potosí” (marcha con letra del potosino José Sabre Marroquín), “Siento que te quiero”, “Nada pido” y otras.

El 2 de julio de 2016 murió en la Ciudad de México. Distinguido compositor, periodista, y escritor. Su bolero a dónde irán, trasciende y los camelenses tuvieron la fortuna de escucharlo por primera vez.

 

Yo quisiera saber a dónde irán a dar/ las tristezas del mundo,/ los cantos y los sueños./ A dónde irán también/ todos nuestros lamentos,/ nuestros tristes juramentos/ quien sabe a dónde irán./ A dónde irán las almas,/ las almas que han sufrido,/ las almas que han tenido/ por infierno esta vida./ Sólo el amor sincero/ sí tiene a dónde ir;/ él va con Dios al cielo/ donde nunca podrá morir.

Lee también: El médico potosino que introdujo la imprenta | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

#4 Tiempos

Las dos mujeres de Truman. Palabras con cicuta

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Apuntes

Hay autores que escriben un solo amor con distintos nombres. Truman Capote lo hizo con los de Nancy Clutter y Holly Golightly: la muchacha asesinada y la mujer que huye. Dos rostros de la misma herida.

Nancy era todo lo que el mundo aprueba: pureza, promesa, familia. Una adolescente que hacía listas, organizaba fiestas y creía que el bien era una costumbre diaria. Holly, en cambio, era todo lo que el mundo juzga: libre, contradictoria, caprichosa, superviviente. Todo sinónimo de “libre y espontánea”.

Ambas están solas frente a una sociedad que las define, una desde la muerte y otra desde el deseo.

Yo creo que Capote estuvo enamorado de una mujer que fue las dos. Una que lo deslumbró por su bondad y lo desarmó por su caos. En Nancy encontró la integridad que él nunca tuvo; en Holly, la libertad que siempre le fue negada. Una mujer que cocinaba con delantal los domingos, pero que podía desaparecer una semana sin explicar por qué. La amaba por lo que lo salvaba y por lo que lo destruía.

En A sangre fría, Capote mira a Nancy como si aún pudiera rescatarla. La describe con ternura casi maternal, pero también con una envidia melancólica: ella no sabía lo que era la vergüenza ni el exceso. En Desayuno en Tiffany’s, en cambio, elige no salvar a Holly. La deja ir. Le permite el privilegio que Nancy nunca tuvo: seguir viva aunque nadie la entienda.

Quizá esa fue la forma en que Truman se reconcilió con su propia culpa. Escribir a la que murió como víctima y a la que se fue como promesa. Una purificada por la muerte, la otra condenada a vivir

. Entre ambas, Capote puso su propia alma: la de un niño que soñaba con el orden de Nancy y despertaba con el desorden de Holly.

No se puede amar a dos mujeres tan distintas sin romperse un poco. Pero Capote lo hizo. Amó la pureza que se deja matar y la libertad que se mata sola.

Y quizá, como tantos de nosotros, entendió demasiado tarde que una y otra eran la misma. Que la vida te puede matar por ser buena o por querer ser libre. Y que entre esas dos muertes —la literal y la simbólica— se esconde el precio de vivir como uno quiere.

Punto.

Y aquí estoy yo, leyendo a Truman y sintiendo que me contó la historia antes de que ocurriera. Porque yo también quise que Holly fuera Nancy: que se quedara, que colgara su vestido brillante y se sentara a esperar el desayuno. Pero ella eligió la noche, otro hombre, otra ciudad.

Yo sigo aquí, recogiendo los platos, preguntándome si alguna vez alguien puede amar a una mujer así sin terminar escribiendo sobre su ausencia.

Quizá eso somos los que escribimos: los que convertimos el abandono en literatura.
Los que seguimos hablando con las Holly que quisimos que fueran Nancy, aun sabiendo que la vida —como en Capote— siempre acaba a sangre fría.

Yo soy Jorge Saldaña.

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#4 Tiempos

Antonio Castro Leal, su papel por la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

En los movimientos y propuestas por la autonomía universitaria en el país, son varios los potosinos que figuran como pioneros, algunos no muy mencionados en este proceso. Entre estas figuras encontramos a Valentín Gama y Cruz, Rafael Nieto Compeán, Manuel Nava Martínez y Antonio Castro Leal quien estaría involucrado en los dos más importantes movimientos por la autonomía universitaria, el caso potosino y el de la universidad nacional.

Antonio Castro leal, abogado de formación y literato por vocación nació en San Luis Potosí en la última década del siglo XIX, el 2 de abril de 1896 y como varios potosinos iría a la Ciudad de México a continuar sus estudios a principios del siglo XX, donde fincaría su formación intelectual en la Escuela Nacional Preparatoria adquiriendo una formación humanística que guiaría su vida profesional. Fue uno de los fundadores del proyecto conocido como Ateneo de la Juventud y la fundación de la Preparatoria Libre.

Ingresa a la Escuela Nacional de Jurisprudencia y cofundaría la Sociedad de Conferencias y Conciertos en 1916, a cuyos siete fundadores se les llamaría “los siete sabios”, junto a Vicente Lombardo Toledano, Manuel Gómez Morín, Teófilo Olea y Leyva, Jesús Moreno Baca, Alfonso Caso y Alberto Vázquez del Mercado. “Los siete sabios”, nombre que nació mas en tono de burla que de reconocimiento, se caracterizaban por ser un grupo lleno de inquietudes culturales y políticas, aficionados a la música, la literatura y cultura en general; jóvenes precoces de 19 y 20 años de edad que ya eran profesores universitarios.

El papel pionero de Valentín Gama, por la autonomía universitaria cuando asumió el rectorado de la entonces Universidad Nacional de México, ya lo hemos tratado en esta columna, pero por aquella época revolucionaria Antonio Castro Leal, figuraría entre los primeros mexicanos que impulsarían los proyectos de autonomía universitaria.

Su interés político se manifestaría en 1917, cuando con sus compañeros universitarios que integraban “los siete sabios” extendieron al Congreso de la Unión la primera solicitud de autonomía universitaria, como protesta ante la Constitución de ese año, que suprimía a la Secretaría de Educación Pública creando a cambio un Departamento Universitario que el Senado integró a la Secretaría de Gobernación; determinación que molestó a estudiantes y profesores y como parte de la protesta, Castro Leal y sus amigos de los siete sabios enviaban la solicitud de autonomía universitaria al Congreso de la Unión, de la cual nunca hubo respuesta.

Años después, Antonio Castro Leal, sería rector de la Universidad Nacional de México, siendo el segundo potosino en ocupar ese puesto y durante su rectorado se conseguiría como un gran triunfo histórico la autonomía universitaria transformándose la Universidad Nacional en Universidad Nacional Autónoma de México.

Por ese entonces la autonomía de la universidad potosina, que se considera la primera a nivel nacional en haber obtenido ese carácter con la iniciativa de Rafael Nieto, le había sido retirada y la recuperaría en parcialmente en 1935 siendo gobernador Idelfonso Turrubiartes. La completa autonomía y formación estructural académica de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la lograría el Dr. Manuel Nava con el apoyo del gobernador Ismael Salas en la década de los cincuenta del siglo XX, como apuntamos en la entrega anterior de esta columna. En este movimiento académico en San Luis, estaría participando de manera indirecta también Antonio Castro Leal como miembro de la Academia Potosina de Ciencias y Artes que impulsó el movimiento renovador de alta cultura que incidió en la moderna formación de la UASLP.

Antonio Castro Leal obtuvo los grados de licenciado y doctor en derecho por la UNAM y doctor en filosofía por la Universidad Georgetown en Washington, Estados Unidos. Durante algún tiempo se dedicó a la docencia como actividad principal dictando cátedra de literatura en la Escuela de Altos Estudios, en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, también impartió la cátedra de derecho internacional en la Escuela Nacional de Jurisprudencia.

Su papel en las instituciones educativas y culturales mexicanas fue muy importante teniendo un destacado papel protagónico, entre ellas la dirección del Instituto Nacional de Bellas Artes, entre muchas otras.

Su actividad literaria, otra de sus pasiones, la inicia en 1914 distinguiéndose como escritor, ensayista y crítico de las letras mexicanas. Escribió poesía usando el pseudónimo de “Miguel Potosí”. Castro Leal es uno de los muchos potosinos que escribieron su historia en el mundo de las letras y que figura como un protagonista por la autonomía universitaria en el país.

Antonio Castro Leal murió en la Ciudad de México el 7 de enero de 1981.

También lee: Manuel Nava, médico, humanista impulsor de la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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#4 Tiempos

Siempre Autónoma… ¿o hasta la victoria siempre?

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APUNTES

 

Así “sin querer queriendo” me encontré una película que para mí es fabulosa: “13 días”. John Efe, era encantador… Fidel, un hombre que jamás se hincó ante el “imperio” mmmm… ¿De qué lado están ustedes? ¿“Team Fidel, que no se rinde pero tampoco se alinea”, o “Team John”?

La UASLP es como la Cuba de Fidel: No, ¿cómo cree presidente? Nosotros no tenemos nada en su contra, pero pues la hermana República de Rusia nos regaló unos misiles… ¿Qué haría usted?

Presidente… nuestra patria es autónoma, libre, independiente… no se meta, pero queremos el mismo derecho que usted a meternos en lo que nos dé la gana y golpearlo a contentillo… métase cuando a nosotros nos convenga… es nuestro derecho y hasta deber.

Presidente: vamos a lanzar nuestros misiles, pero no queremos hacerles daño… solo que usted nos hace daño y nos comportamos IGUAL que usted.

¿Autonomía? Claro. Que hermosa palabra. Caperucita pudo ser la más puta con el lobo, pero… fue decisión de ella (muy autónoma) señalar a quien ella consideró culpable… y mataron al lobo.

Deme una salida, presidente…

— Ok.

Eres a partir de hoy, autónomo. Pero bloqueado. Aceptas lo que te diga, pero dirás que no aceptaste. Hablo yo. No tú

… y te tienes que agachar, aunque tú tengas los misiles.

—Ganamos.

Hasta la próxima.

Yo soy Jorge Saldaña

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