#Si Sostenido
Aleix Sanmartín: el hombre detrás de AMLO, Alfredo del Mazo y Marcelo Ebrard
“Andrés Manuel no es el peligro para México del slogan del 2006”
Por: Luis Moreno Flores
Aleix Sanmartín es uno de los estrategas más solicitados por la clase política mexicana. Los nombres de sus clientes dan muestra de su capacidad, pues a ninguno de ellos parece importarle con qué partido trabajó antes, sino su visión y dominio del entorno. De Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard y Alejandro Encinas a Manlio Fabio Beltrones y Alfredo del Mazo, sin olvidarse pasar por la derecha encarnada en Ernesto Cordero, son solo algunos de sus proyectos. Curtido en campañas de personajes tan icónicos como José Luis Rodríguez Zapatero, Tabaré Vázquez, Ricardo Martinelli, Gustavo Petro…
Después de haberse apuntado un triunfo en la elección más complicada de la historia del PRI (la del Estado de México) y a menos de un año de que tenga lugar la votación más espectacular del México democrático (en la que seguro será protagonista), Aleix interrumpió por unos minutos su luna de miel para darle a La Orquesta los pasos exactos que debe seguir López Obrador o el PRI si quieren la presidencia. Además, dejó entrever su futuro profesional.
La Orquesta: En el Estado de México hay un ganador que es Alfredo del Mazo, pero, como asesor político, ¿consideras que debemos entenderlo como un triunfo del PRI o una elección que fortalece a Morena?
Aleix Sanmartín: Trabajé en la campaña de Alfredo del Mazo como asesor por lo cual mis opiniones están completamente sesgadas. Hay un claro ganador electoral de la contienda que es Alfredo del Mazo, con todas las salvedades que ahora podemos analizar.
Si la elección del Estado de México se entiende como una elección previa a la presidencial, si la entendemos en clave nacional, evidentemente Morena está fortalecido, esos es evidente, porque partió con una candidata que tenía niveles bajos de reconocimiento que, aunque no le dio para ganar, sí tuvo un resultado extraordinario, sin embargo, el ímpetu, el acelerador que tuvo Morena en el Estado de México no se debe a Delfina, se debe a la fuerza que arrastra Andrés Manuel López Obrador, que permite agarrar a una aspirante prácticamente desconocida y ponerla a tres puntos de ganar. Morena sale fortalecido en un contexto nacional.
LO: ¿Qué aprenden el PRI y Morena de esta elección?
AS: No soy quien para decir qué aprenden, pero creo que lo que debería rescatar el PRI es entender que no hay elecciones fáciles, en todos los gobiernos van a tener que ganarse día a día la confianza de los ciudadanos. Hay bastiones históricos del PRI que ahora se han vuelto relativos, tendrán que salir al terreno de juego a fajarse, algo que era absolutamente impensable tan solo hace seis años.
¿Qué aprende Morena? Aprende que tiene que presentar candidatos serios: si Morena hubiera tenido un perfil más preparado en el Estado de México, con mayor trayectoria y con más confianza que Delfina, quien merece todo mi respeto pero no tenía el tirón que podían haber tenido otros candidatos; si, por ejemplo, Morena hubiera tenido a Juan Zepeda, no me cabe la menor duda que sería el gobernador electo.
Morena aprende que debe presentar candidatos más sólidos, a lo mejor provenientes del mundo universitario, empresarial o del mundo de la cultura, pero con solidez y reconocimiento.
Segundo, Morena debe aprender, y no es Morena sino Andrés Manuel, que no es la primera vez que entra en una elección presidencial arriba en las encuestas. No es la primera vez que desdeña alianzas con partidos, grandes o pequeños, de izquierda: Recuerdo en el 2006 cómo despreció al Partido Social Demócrata de Patricia Mercado y que tuvo un millón de votos que hubieran convertido a Andrés Manuel en presidente hace 12 años.
Andrés puede ser presidente de la República haciendo alianzas con los partidos de izquierda tradicionales, con el PT, Movimiento Ciudadano y por supuesto con el PRD. Si lo hace es presidente, pero si va a una elección solo con Morena le van a faltar algunos puntos que están ahí y debe tomar para no tener que hacer unos últimos quince días de campaña basados en reclamos. Tener la batalla, como decía Sun Tzu, ganada antes de ser comenzada.
LO: Además de las alianzas, ¿qué más tiene que hacer López Obrador para ganar la elección?
AS: Andrés tiene que hacer tres cosas: generar una amplia alianza con los partidos, obviamente jamás querría al PAN, está bien, entendemos el contexto histórico, incluso personal, pero tiene posibilidad de aliarse con los partidos de izquierda: Movimiento Ciudadano es un partido fundamental a nivel nacional, pero sobre todo en Jalisco, donde Andrés Manuel no tiene nada, nada es nada. Alfaro y los alcaldes del área metropolitana de Jalisco, ahí tiene posibles aliados que le darían un montón de votos, votos que además no son solo de izquierda, son mucho más ciudadanos, progresistas quizá, pero también relacionados con los empresarios, no es la izquierda tradicional que odia a la industria, son gente proveniente de clases medias.
Por otro lado tienes al PT que, aunque sea pequeñito te da medio punto a nivel nacional, y el PRD es fundamental. Para eso tienes que querer ganar, porque el PRD te va a pedir una alianza en la Ciudad de México donde ellos pongan al candidato, “si quieres ser presidente tienes que dar algo”, no puedes decir “quiero ser presidente, tú me apoyas y la Ciudad de México es para mí también”, ¿así cómo? Esta alianza le asegura a López Obrador casi el 80% de la probabilidad de ser presidente.
Siguiente tema, que lo estaba haciendo muy bien hasta que se mete en campaña. Sonreír a los empresarios. Debe dar tranquilidad a los industriales mexicanos: presentar un programa económico solvente, avalado por economistas de carácter nacional e internacional, un programa que se pueda ejecutar sin darle miedo a los empresarios: que busque bancarizar más sectores de la población, generar una distribución de la riqueza compatible con los beneficios de los empresarios, que luche en contra del fraude fiscal, que haga que la gente pague impuestos… una serie de medidas económicas a nivel nacional con un carácter fuerte de izquierda, pero que diga claramente lo que va a hacer.
Hay modelos progresistas en América Latina como Chile o en Ecuador con Rafael Correa donde hubo un crecimiento económico brutal o como con Evo que tuvo avances tremendos o modelos socialdemócratas como los de Zapatero en España, hay mucho referentes de la izquierda donde se conjuga el crecimiento económico con la redistribución de la riqueza y que tranquilizan a los empresarios en los mercados internacionales y dan certeza.
Tercero. Esto no se puede decir con palabras, esto se da día a día con los hechos: evidenciar que es una persona que huye de modelos autoritarios o totalizantes como el de Venezuela, que apuesta por la libertad de prensa y los derechos humanos.
En un país como México, que ha tenido tantos años de autoritarismo y que tiene el foco rojo de los periodistas a nivel mundial por la cantidad de muertes, tú no puedes ponerte a regañar a los periodistas en las entrevistas, me parece mucho más inteligente demostrar que eres una persona demócrata, que eres una persona que entiendes el papel fundamental de los medios de comunicación independientes y que respetas, aunque no compartas las opiniones que viertan sobre ti. Así se ganan más votantes que peleando con los periodistas y demostrando que no respetas a quien no comparte tu opinión.
LO: ¿Qué tiene que hacer el PRI, que por ahora no tiene candidato, para ganar la elección presidencial?
AS: Lo primero es eso: tener un candidato, porque es imposible que la gente vote si no tienes uno. Hoy solo piensan en votar por el PRI los que pertenecen a su voto duro, pero a estas alturas ya deberíamos saber quién es el candidato o por lo menos algunas pistas, como en el PAN, donde vemos tres, será alguno de esos, pero no va a ser alguno más. Morena sabemos claramente quién va a ser el candidato. En el PRI unos días hablan de Narro (José), otros hablan de Osorio (Miguel Ángel), otros de Luis Videgaray. Es complicado que alguien más allá del votante tradicional, vote por un partido si no tiene a un candidato.
Técnicamente qué tendrían que hacer: aprovechar la pauta publicitaria que tiene para poder posicionar un tema o posicionar la figura y valores del candidato que vaya a lanzar, pero ese es un tema más técnico.
Políticamente debe demostrar que es un partido que, con sus errores y sus defectos, sí apuesta por la lucha contra la corrupción. Vas a decir “¿cómo es posible?”, yo te digo: si están los ex gobernadores en la cárcel, simplemente es por eso, ¿es que antes no había corrupción?, no creo, corrupción ha habido siempre, la diferencia es que ahora se les mete a la cárcel. Debe lanzar a ese discurso y dar muestras claras y fuertes contra la corrupción, decir “no se puede controlar el que la gente robe, pero lo que usted sí puede hacer es meter a la gente a la cárcel cuando roba”. Debe hacer una política fuertemente basada en “el que la hace la paga”.
Con un candidato que se demuestre que tiene un compromiso fuerte contra la corrupción y definiendo un buen programa para continuar con las reformas a lo mejor tiene suerte y gana.
LO: ¿Podemos profundizar en el punto de las reformas?
AS: Es importante definir una segunda línea en la agenda de transformación de México, es decir, si en el primer mandato de retorno del PRI fueron las grandes reformas, ahora ¿qué va a haber? No sabemos cuál es la nueva promesa de valor, ¿por qué un ciudadano tiene que darle otra oportunidad al PRI?
El PRI necesita decirle a los ciudadanos para qué se hicieron las reformas, tienen que decir en qué va a consistir la segunda parte de estas.
¿Sabes cómo va a perder el PRI? Si la promesa de valor es “vótame para que Andrés Manuel no tumbe las reformas”, entonces está perdido, porque la gente no las percibe como la gran cosa. A lo mejor es que falta algo más por hacer, si dices eso tal vez te la compran, pero si me dices que te vote a ti para que no quiten la reforma energética, va a estar difícil que confíe.
Requieren una promesa de valor nueva “¿qué falta? ¿Dónde hay que ahondar en la reforma fiscal, en la educativa? ¿Cuál es la segunda parte de este relato del PRI?”.
LO: A quién prefieres como cliente: López Obrador, Osorio Chong, Narro o Margarita Zavala.
AS: A Andrés Manuel lo tuve en el año 2012, lo conozco perfecto. A Margarita Zavala la quiero mucho y me encantaría trabajar con ella. Osorio me parece que es un gran candidato y al doctor Narro no lo conozco en persona.
En este momento me encantaría Margarita Zavala, porque tiene todo para ganar: es una mujer y hacen falta mujeres en política, tiene experiencia, es aguerrida, tiene el voto del PAN pero sabe hacer alianzas y podría ir con el PRD en algún momento. Tiene mucho potencial para crecer.
LO: A propósito del PAN ¿qué te parece el spot “un peligro para México”, acuñado por el equipo de Calderón en 2006 contra López Obrador?
AS: Hoy en día, no creo que funcione.
LO: Aún tiene repercusiones.
AS: ¿Si? Andrés va primero en las encuestas. No veo que Andrés Manuel sea el peligro que el slogan del 2006 parecía pegar y no creo que la gente lo compre demasiado. Aunque hay que recordar que Andrés Manuel es su peor enemigo. Todavía es posible que se genere un “cállate chachalaca”, Que mande a la chingada al presidente o cualquier de esas cosas.
#4 Tiempos
Ingeniero Labarthe, pionero de la cartografía geológica en México | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Hace sesenta y cinco años, en el mes de mayo, el Ing. Eugenio Pérez Molphe impulsaba el proyecto para la creación de un Instituto de Geología en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, que sería presentado por el Ing. Rubén Ortiz Díaz Infante, Director de la Escuela de Ciencias Químicas, un par de meses después en julio de 1960 se formalizaba la propuesta al Consejo Directivo Universitario de a UASLP, la cual sería aprobada iniciando así las actividades del Instituto de Geología y Metalurgia, como fue llamado en un ´principio, siendo nombrado el Ing. Pérez Molphe como su director.
El proyecto de inicio de la formación en Geología en San Luis se venía gestado dos años atrás, motivada entre otros factores, por la celebración del Año Geofísico Internacional donde estaban participando algunos universitarios potosinos, entre ellos el Dr. Gustavo del Castillo, que recibió en 1957 a investigadores que realizarían algunos experimentos geológicos en el marco de esta celebración.
En 1958 con motivo del Año Geofísico Internacional estuvieron en San Luis Potosí el doctor en geología Robert P. Mayer de la universidad de Wisconsin y el ingeniero geodesta Hermilio Cepeda del Departamento de Oceanografía de la UNAM, con el objeto de realizar experimentos geológicos a fin de determinar la velocidad con que se transmite el movimiento de la tierra, para lo que buscaban una mina abandonada para emplear un sismógrafo a fin de poder colocarlo a considerable profundidad, seleccionando para ello al mineral de Cerro de San Pedro. Para realizar sus mediciones se haría una explosión de dinamita en el Cerro del Mercado en Durango y mediante comunicación por radio con Cerro de San Pedro se trataba de registrar en el sismógrafo el evento.
En 1959 el Ing. Luis S. Jiménez López presidente de la Comisión Nacional de Fomento Minero en el Estado de San Luis Potosí, en un análisis minucioso sobre el panorama minero en México, declaraba que el país necesitaba más ingeniero geólogos, señalando la necesidad de una nueva dinámica en los campos de exploración y explotación de minerales cuyo factor propicie el justo y adecuado aprovechamiento de este núcleo de profesionales.
En esos años, terminaba sus estudios de ingeniería geológica el potosino Guillermo Labarthe Hernández en la Universidad Nacional Autónoma de México, titulándose en la licenciatura como ingeniero geólogo en 1958, año en que contraería matrimonio y regresaría posteriormente a San Luis Potosí.
Guillermo Labarthe Hernández nacería en San Luis Potosí en febrero de 1934, a principios de los sesenta se incorporaría al Instituto de Geología de la UIASLP que contaba con un número mínimo de profesores y sus actividades se orientarían al apoyo a la docencia y el impulso de la carrera de geología en la UASLP que iniciaba actividades en 1961 a la que se incorporarían alumnos que ya estudiaban ingeniería en la UASLP y que reorientaban su vocación a la geología.
El vínculo del Ing. Labarthe con la UNAM se reflejaría al realizar los primeros trabajos de cartografía en colaboración con esa institución que propició se titularan los primeros geólogos de la UASLP
un par de años después en lo que fue la primera generación de ingenieros geólogos, la cual estuvo formada por Arturo Elías, Jorge Fraga y Manuel Mendiola, que recibieron sus títulos en 1963.El Instituto de Geología de la UASLP sería el tercer instituto de investigación creado en la UASLP y el segundo que se formaba en el país. Si bien, sus primeros años estuvo enfocado principalmente en el apoyo a la docencia se establecían las raíces que propiciarían se realizaran se manera intensa actividades de investigación a mediados de los setenta.
En el mes de noviembre de 1962 salió a la luz pública la revista “Geología y Metalurgia”, con temas técnico-científicos de interés y que posteriormente, hacia 1977 daría lugar a la serie de boletines publicados como “Folletos Técnicos del Instituto de Geología”. En 1979 el Ing. Guillermo Labarthe Hernández era nombrado director del Instituto de Geología y se iniciaba un intenso trabajo de cartografía geológica siendo un esfuerzo pionero en el país.
En 1976 inicia los trabajos formales de investigación en cartografía geológica del Estado enfocando esfuerzos en la Zona Media y Altiplano del estado de San Luis Potosí, dirigidos por el Ing. Labarthe; estos trabajos serían los primeros que se realizaban en México. Los cuales sirvieron para definir los acuíferos de la zona de San Luis Potosí y Villa de Reyes. Por lo que al perforarse los pozos se sabía que tipo de rocas estaban en el subsuelo gracias al trabajo de cartografía realizado. En cuanto a recursos minerales, los depósitos de caolín que existen en la zona suroeste del estado fueron descubiertos por la cartografía realizada.
Todos estos recursos, acuíferos y minerales están encajonadas en rocas volcánicas, tema que sería parte de la especialización del Ing. Labarthe del que era un experto. La zona de San Luis fue una zona volcánica, y los estudios han ayudado a comprender la evolución de la corteza.
El Ing. Labarthe falleció iniciando el mes de mayo dejando un importante legado para la geología mexicana y en especial la potosina, siendo uno de sus pioneros y el iniciador de la cartografía geológica moderna.
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#4 Tiempos
Entre tangas, roscas y tamales | Columna de León García Lam
VOLUTA
En una nota del Universal publicada el último del año 2024 una comerciante de la Ciudad de México afirmó: “ya no se venden los calzones rojos y amarillos, se está perdiendo la tradición” y al parecer sí, la euforia por las tangas rojas ha perdido el interés de las nuevas generaciones chilangas que ya no creen en el amor, ni en las tradiciones o no tienen dinero para pagarlas. Sin embargo, en estados como Jalisco, las ventas de ropa interior se dispararon hasta el cielo y un dato llamó mi atención: para este año 2025, los consumidores tapatíos buscaron vorazmente los calzones amarillos. ¿Qué nos querrá decir este indicador popular?
Hace unos días, en una cápsula trasmitida por Radio Universidad (de SLP) se escuchó, en la voz de mi querido amigo Jonathan Gamboa, una explicación genealógica acerca de las tradiciones de fin de año: comer lentejas, hacer maletas y meterse debajo de la mesa son tradiciones que provienen de culturas bien lejanas en el tiempo y en el espacio. Entonces ¿por qué las aceptamos con tanta facilidad? No sé si usted lo note, querida culta lectora de La Orquesta, pero las tradiciones del fin de año o del año nuevo pretenden controlar el futuro incierto que tenemos enfrente: que las doce gotas de la felicidad, que las cabañuelas y los borregos de la buena fortuna, pero ¿qué tienen en común todas estas “tradiciones” a las cuales también llaman “rituales”?
Pues bien, yo que empleo parte de mi valioso tiempo en buscarle chichis a las lombrices, creo que lo que es común a una buena parte de estas tradiciones de Año Nuevo es el juego de esconder o revelar algo que está dentro. Me explico, la tradición de salir a la calle con una maleta requiere guardar dentro de la maleta elementos de lo que se desea atraer. La tradición de meterse debajo de una mesa es, de alguna manera, situarse dentro del centro de la abundancia que es la mesa. Sin embargo, el mejor ejemplo es la rosca de reyes:
¿Cómo debe ser la tradicional rosca de reyes? Unas personas afirman que la tradicional rosca lleva un monito, otras dicen que debe llevar 3 monitos y hay quien piensa que la mera tradicional rosca de reyes debe esconder además de los monitos, dedales y anillos. No hay manera de fijar una norma estandarizada. Lo que sí es interesante es la forma de la rosca. ¿Usted sabe cómo se llama la forma geométrica de una rosca? Se llama toro y algún otro día le contaré sobre sus propiedades matemáticas que son formidables. Me gusta pensar que, si la rosca es una representación del año, entonces el tiempo es algo que da vuelta, regresa al mismo lugar y en su interior, al igual que los tamales, esconde sorpresas insospechadas.
Estimada y culta lectora de La Orquesta: yo espero que las sorpresas de su año 2025, sean las mejores.
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#4 Tiempos
Votar entre la razón y la emoción | Columna de León García Lam
VOLUTA
Eso me dijo mi papá:
-Mira Leontino, que lo que guardas en la cabeza no sea lo mismo que guardas en el corazón.
Como muchas cosas que me dijo, no le puse suficiente atención, pero ahora ese mensaje ha logrado escarbar entre todos los recuerdos y salir a flote otra vez.
Interesante: la frase de mi papá tiene razón, pero también tiene emoción. Hace uso de dos recursos -muy humanos- a la vez y los junta y los enreda torciéndolos, pero nunca dejan de ser razón por un lado y emoción por el otro. La frase significa además que la razón tiene su lugar en el cuerpo, sus formas, sus métodos y la emoción los suyos propios. Esto viene muy a cuento con la época de elecciones en la que nos encontramos.
Como una especie de vicio raro, leo con pulsión desmedida todas las columnas de opinión que mi escaso tiempo me permite. Leí, por ejemplo, la columna de mi amigo Octavio Mendoza (Astrolabio) que trata acerca de las complejas motivaciones del votante: a la mera hora, ahí escondido detrás de una cortina de plástico, el elector tacha la opción que durante meses dijo que no iba a elegir. Si un votante hace eso, no pasa nada, es como una gota de agua rebelde que lucha contra las olas del mar. La cosa se pone buena, cuando esto mismo no lo hace uno sino 5 millones de votantes. Entonces, las alarmas se encienden, los encuestadores se arrancan los pelos y se desatan los programas de opinión, que a mí me encantan, tratando de explicar lo que antes parecía imposible.
Sí, efectivamente, las masas actúan caprichosamente. No razonan. Solo actúan motivadas por sentimientos básicos como el odio, el miedo, el rencor, la venganza o el gusto. Eso motivó a millones de personas a votar hace seis años y sentimientos similares moverán a millones de personas a votar este domingo.
Por otro lado, si lo pensamos bien (lo razonamos) ¿de qué sirve ir a votar? Alguien va a ganar de todos modos y quien gane no hará que el mundo, el país, el Estado, el municipio cambien. Todos sabemos que las campañas se hacen de puras promesas que ni siquiera se piensan cumplir. Como un signo más del apocalipsis, la calidad de los candidatos de todos los partidos empeora cada elección y se nos presentan cada vez más incultos, cínicos y simplones y si seguimos pensando así, no solo se nos quitarán las ganas de votar sino de vivir.
Ambas situaciones que he presentado aquí: votar motivado por el rencor y no salir a votar porque “no sirve para nada”, significan hacer de tripas corazón, o sea poner la pasión en la cabeza y la razón en el corazón y así todo se descompone.
Para que la democracia funcione se requiere que la motivación de votar sea algo que está por encima de nuestros intereses personales: nuestros hijos, nuestra comunidad, nuestro entorno. Salir a votar no puede ser un asunto de la razón, menos aún de las razones personales, sino de la pasión ciudadana, del amor por la patria, por la matria, por la familia. El resultado aquí no es lo que importa, sino nuestra obligación a participar.
¿Por quién votamos? Aquí debe entrar la razón desapasionada. Votar por rencor o votar por conveniencia personal no sirve para elegir al mejor gobernante. Lo que se requiere, en ese momento justo de estar a solas con nuestra boleta y el crayón en la mano es razonar fría y calculadoramente el sentido de nuestro voto.
Es el corazón quien levanta del sillón al elector, lo saca de la comodidad de su casa y lo lleva a la casilla. Ya estando en la mampara, la razón toma la mano del votante y lo hace elegir si no la mejor, la menos mala de las opciones que tenemos. Después de que le marcan el dedo con la famosísima tinta indeleble (por cierto, invento mexicano) queda en el votante, una extraña satisfacción de haber cumplido de la mejor manera posible.
Yo creo que vamos bien, si tomamos en cuenta que la democracia se tarda unos 400 años en dar resultados.
Querida culta lectora de La Orquesta, que tenga felices votaciones este domingo
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