mayo 12, 2024

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#4 Tiempos

Las plazas en el olvido | Columna de Carlos López Medrano

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MEJOR DORMIR

 

Texto galardonado con mención honorífica en el Premio Estatal de Periodismo 2023 dentro de la categoría de Difusión Cultural.

Este año, La Orquesta ha sido honrada con 4 galardones del Premio Estatal de Periodismo, para celebrarlo, publicaremos de nueva cuenta esos trabajos que fueron reconocidos por nuestros y nuestras colegas del medio. Esperamos que los disfruten.

 

Return me to my Native Element:
Least from this flying Steed unrein’d, (as once
Bellerophon, though from a lower Clime)
Dismounted, on th’ Aleian Field I fall
Erroneous there to wander and forlorne.
—John Milton, “Paradise Lost”.

Me gustan los centros comerciales que se quedaron perdidos en el tiempo. Son construcciones de otras décadas que siguen en pie, aunque ya pocos las visiten. Las plazas desplazadas.

La modestia de su oferta no puede competir contra las grandes infraestructuras. Esos continentes modernos cargados de plétora, servicios automatizados e islas. Lo típico que deparan proyectos de grupos empresariales aliados con arquitectos gafapasta que hicieron una especialidad en Europa. Es fácil entrar y salir de ellos sin sentirse diferente a los demás.

En las plazas viejas estás en cambio un poco en tu hogar. En confianza. No tienen el ruidero de las mil voces (el revés monstruoso del sonido del mar que suena en las conchas) y carecen de engreimientos. Estos sitios semiabandonados tienen la atmósfera de un museo fuera de horas pico. Si acaso algún paso suena a lo lejos. Un oasis contra el ajetreo y la ráfaga de la multitud.

Hay, sobre todo, cortinas bajadas, descuentos desesperados e infructuosos, botes de basura al 10% de capacidad, cartulinas fluorescentes de se traspasa que tienen años ahí. Un policía con reumas que solo podría vigilar un lugar semejante, donde hay poco incentivo para el robo. El cuadro de una entidad que se desmorona a paso de calendario y que por lo mismo ve transcurrir las horas a ritmo de vals.

La supervivencia de estas construcciones antiguas es auspiciada por unos pocos negocios. Son la resistencia. La flama débil es flama al fin. Los dueños de las tiendas hacen casi un servicio social hasta que la esperanza claudica, los fondos quiebran y toman la triste decisión de cerrar.

 

¿Qué puedes encontrar en los mercados de ayer?

 

  • Agencias de viaje en la que ya no se planta nadie, salvo gente apacible que cada año requiere que alguien planifique sus sueños. Muros cubiertos de anuncios de aerolíneas que ya no operan. Viaje a Los Ángeles con TaesaMexicana de Aviación: el placer de volar sin límitesAviacsa, la línea aérea de México. Contrate usted un paquete Iusacell para ser atendido por una de nuestras operadoras.
  • Del otro lado una librería donde no hay novedad, pero si buscas con esmero encontrarás a autores proscritos del mercado: la risa de Álvaro de Laiglesia, alguna edición carcomida de Caldwell. También libros didácticos, mapas de cartón y figuras de fomi que las profesoras de primaria dejaron de usar hace unos cuantos cursos.
  • Boutiques de ropa a las que las cadenas departamentales comieron el mandado hace veinticinco años (su cruz llegará en bolsas de Zara). Aun así, es posible curiosear y hallar marcas que no habrá en ningún otro rincón del mundo. Emprendimientos de lugareños que estudiaron en un centro de diseño y montaron un par de pasarelas en el bar de un amigo. Sombreros Martina Quesada Style. Camisas Raffaelo Cartucci. Cinturones Mambofino. Algún rastro de talento se percibe en un remache, en un borde, en un agujero.
  • El estudio fotográfico de la comarca que exhibe retratos de muestra. Gente que pasó a mejor vida o cuya piel, actualmente invadida de arrugas, dista de tener la lozanía congelada en la foto infantil que le requirieron para la credencial de la escuela. Un cartel de Jack Nicholson en tiempos de mejor… imposible dotó al establecimiento de vigencia allá por 1997.
  • Perfumerías que tienen lotes de fragancias descatalogadas. Bóvedas de aromas irrecuperables gracias a las cuales puedes comprar la vieja formulación del Grey Flannel y así saber cómo olía Carlos Berlanga (y los pantanos de Centla). Vitrinas que son un viaje al pasado donde el Lapidus Pour Homme de Martin Gras era tendencia y cuando había ebullición por el Magnetic de Gabriela Sabatini. Señorita, deme un Jacques Bogart para revivir al abuelo.
  • Del área de comida poco queda. Habrá una cafetería donde no pondrán tu nombre en un vaso; en cambio, la empleada te recordará durante toda la semana. Un pollo frito con papas a la francesa con el tono del aceite reciclado. Y permanece una heladería, siempre una heladería, el Atlas que sostiene a la plaza vete tú a saber cómo.

 

Ante tal panorama, hay una constante tensión para el visitante: salir sin comprar despierta el sentimiento de culpa. El local está desierto y en el semblante del dependiente notas que cifra en ti la ilusión de conseguir la venta del día. La presión es máxima, conque lo mejor es durar un máximo de dos minutos ahí si no piensas adquirir nada. De este modo evitarás las expectativas incómodas. Es tan fácil romper un corazón.

Para remediar la falta de movimiento, los administradores de las plazas recurren a remodelaciones que resultan insuficientes para ganar la contienda. La mayoría de los cambios son meramente cosméticos (recubrimiento de pintura, cambios de piso, si acaso la apertura de otra sección). El público termina indiferente tras una bulla inicial más amparada en la curiosidad que otra cosa. Están alienados por transnacionales que dan uniformidad al estilo.

Las manitas de gato son un esfuerzo enternecedor que en última instancia delata, con bombo y platillo, la decadencia. Una nueva entrada o un nuevo domo en el techo son signos de que la ruina es irremediable. No hay dinero para intentarlo todo de nuevo. Toca crear una agenda de espectáculos que atraiga a clientela que de otro modo no asistiría a las instalaciones. Un espectáculo infantil se entremezcla con un concurso de repostería musicalizado por un violinista que suelta versiones del maestro Manzanero. El coctel produce empacho.

Aun así, las plazas viejas tienen alma. Son testigos de una época y ahí está su arma secreta. La razón por la que guardan magnetismo. Son el diseño de un futuro que nunca llegó. Te acercan, como Miniso es incapaz, a una soriée con Barbara Hutton. Las historias se desbordan en sus pasillos irradiando una calidez que los vuelve el polo opuesto de los espacios liminales. La fuente sin agua cautiva junto a las plantas artificiales donde pasea un grupo de hormigas.

Piensa entonces en el centro comercial que te produce estas vibraciones. Cada persona tiene uno que asocia a su más tierna juventud. Quizá sea Plaza Fiesta o Plaza Inn. Escudriña las fichas hemerográficas que guardas en la cabeza y entrégate al ensueño. Paraíso es tu memoria, decía Rafael Tovar y de Teresa, deudor de aquella sentencia proustiana: los verdaderos paraísos son los que hemos perdido.

Así que asigna la distinción al sitio que corresponda. Yo tengo unos cuantos. Plaza Tangamanga en San Luis Potosí. Villasunción en Aguascalientes. Plaza del Valle en Oaxaca. Centro Comercial Interlomas en Huixquilucan. Tramos de Plaza Fiesta San Agustín en Monterrey. Plaza Crystal en algún rincón de Puebla. En especial, Pabellón Polanco en Ciudad de México, cuyo auge y caída coincidieron con mi tempo vital.

Todos esos lugares tienen una parte de ti. Están poblados de tus fantasmas.

Los cafés y palomitas que tomaste con un viejo amor. Las revistas que leíste en el Sanborns mientras tus padres pagaban la cuenta (no tenías ningún asunto del cual preocuparte). Los discos que comprabas en una tienda en la que ahora se venden juguetes y tecnología. Los rincones donde dejaste la mocedad y que fueron refugio de seres queridos que ya fallecieron, pero cuya presencia te acompaña cada que entras de nuevo a esa plaza derruida que está dejada a su suerte. La que carece de estrenos en pos de ofrecer una recompensa mayor: una parte de lo que fuiste.

Su supervivencia es inviable en el largo plazo. Así provecha mientras puedas. Visítalas de vez en cuando y dales un soplo vida. Acompáñalas como se hace con un anciano. No las dejes morir solas. Ellas siempre han estado ahí para ti. Y te necesitan… no muchos te necesitan. El último grito de la moda es una nimiedad en comparación al susurro de un recuerdo que luego se te derrama por los ojos.

 

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#4 Tiempos

Campañas calurosas | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES

De acuerdo al juego de la lotería, ¿qué tan pobres debemos ser los mexicanos para que nos den semejante y despiadada cobija?

Hijos de “cuando calienta el sol aquí en la plaza”: Es viernes de festejar a las que nos dieron su vida su amor y su espacio, como diría la clásica melodía diezdemayera, pero también es viernes de apuntes que se entregan ahora, justo cuando ya bajó el sol.

Esta entrega, si me lo permite usted, esta integrada por seminotas o “semitonos”por Bemoles, pues. Para poder abordar temas variados, como canasta de taquitos en sudor: hay de todo.

Viene Claudia Sheinbaum

En exclusiva le adelantamos que la aspirante a la presidencia por Morena vendrá la capital potosina entre el 15 y 25 de mayo como parte de su gira de cierres de campaña.

Muy probablemente el escenario para su masivo sea el estadio 20 de Noviembre (al que habrá que valorar minuciosamente por la seguridad tanto de la aspirante como de los 15 mil asistentes que se esperan). Esta será muy seguramente la última vez que pise SLP en su calidad de candidata, y será ocasión para que sus aliados candidatos, tanto verdes como guindas, se comporten a la altura porque tendrán que compartir evento tanto los que van juntos, como los que no van revueltos.

Encuestas

Respecto a las preferencias electorales al Senado de la República, estos días circularon dos encuestas, la del periódico Reforma, que fue la que tuvo mayor penetración, y la de Arias y asociados.

La primera coloca al Partido Verde, con una ventaja de casi 20 puntos respecto de la formula de la alianza PRIAN, misma que está empatada según el estudio, con la fórmula de Morena. Lejos el PT.

Otra encuesta que circuló fue la de Arias y asociados, en la que también ponen un primer lugar al Verde, en segundo al PRIAN y en tercero, pero con una marcada diferencia, a la fórmula de Morena.

Hay que destacar en el análisis de estos ejercicios demoscópicos que la fórmula verde de Ruth y Gilberto comenzó esta carrera en tercer sitio, y que por cada punto que perdió la fórmula de Morena, de Rita y Nacho, como la de Verónica y Jaime, fueron los mismos que ganaron los del verde, que remontaron y aplicaron aquel viejo adagio “Caballo que alcanza gana”.

Para este caso, ya el caballo los alcanzó y los rebasó por casi 20 puntos. Al menos en este momento.

Pero… no solo de encuestas vive el hombre.

Y es que hay que recordar que la movilización que los políticos llaman del “día D” también cuenta (cuánta soberbia como para comparar una elección al desembarco del 44, pero bueno)

Lo mismo que la suerte que han corrido algunos candidatos a alcaldes y diputados locales, que han dado la sorpresa y que están moviendo las preferencias.

En todo caso, y desde la humilde opinión de este espacio, la elección del senado se convertirá en una de tercios, y es justo ahí donde se encuentra la apuesta más grande y que explico en el siguiente Bemol:

“No es lo mismo me río en el baño, que me baño en el río”.

Hay que revisar el lugar donde se esconde el diablo, es decir, los detalles: no es lo mismo que llegue al senado en primer lugar la fórmula del Verde a que llegue en primer lugar Morena, aunque ambos sean aliados de Sheinbaum.

Tampoco es lo mismo que la mayor cantidad de votos que se aporten para la candidata presidencial sean del Verde, a que sean de Morena.

Este par de “pequeños detalles” alteran tableros tiros largos de frente al próximo sexenio federal y por supuesto, rumbo a la elección del 2027 en San Luis Potosí.

Aunque el Plan C sea un éxito, serán ese par de consideraciones, las que definan en la realidad “quién ganó” en San Luis.

¿Y Verónica Rodríguez?

Aunque lo niegue tres veces antes de que cante el gallo de la pasión, o digan una y mil veces una verdad a medias, la realidad es que la candidata, mi amiga, y su supuesto (subrayado y con negritas) “enemigo” Xavier Azuara, saben perfectamente que la asamblea permanente del PAN del 22 de enero, fue un tremendo desastre,

y que ella ni siquiera fue votada por sus compañeros panistas.

Pero sobre todo, saben que tarde o temprano el CEN nacional o local, tendrá que entregar por una u otra vía el acta en la que consta que David Azuara fue vencido por Santiago Zamanillo y que en el caso del Senado, se burlaron los derechos de una empresaria, Imelda Martínez, a la que invitaron para simular una cuota ciudadana.

Al final de cuentas, seguramente repondrán el proceso y seguirán siendo candidatos tanto Vero como David (si es que no antes el tribunal de la sala de MTY los tumba) pero ¿a qué precio? ¿Será que se prefiere ganar a pesar de lo que sea, a perder con dignidad?

Con claridad hay que decir que el asunto no está cerrado y que la fórmula sigue en la jugada.

Superar el empate técnico con Morena es su misión en estos últimos 20 días de campaña, y convertirse en primera minoría (que es como ganar perdiendo) es el único escenario en el que Verónica Rodríguez podría asegurar su escaño en el senado. Ya veremos si Morena se deja. Hay que recordar aquel refrán: “lo que mal empieza, mal acaba”

Morales

Paseando por el muy seco parque de Morales se me ocurrió que una estrategia retorcida para polarizar, apretar los números, influir en la percepción, abrir la caja de Pandora de las especulaciones y sacar taco de raja política electoral, sería la de ocasionar un escenario de enfrentamiento abierto entre el gobierno estatal y el gobierno municipal (el de Galindo con licencia, no con el de Daniela que es de “te lo encargo tantito”)

Lo que no se me ocurrió, ni me pude contestar es ¿a quién beneficiaria dicho enfrentamiento y como para qué?

Yo creo que ni Ricardo el gobernador, ni Galindo el alcalde con licencia, tienen ni tiempo ni ganas de distraerse en afrentas o infiernillos de caja de cerillos.

Más paseo

En el mismo paseo, pero ya rumbo a la colonia Polanco (como por Nereo Rodríguez Barragán) también se me ocurrió en contraparte, que la elección podría cambiar de matiz y de rumbo, si se deja ver la posibilidad, real o ficticia, de un rompimiento entre el grupo de Sonia con el grupo del partido que la propone.

Lo bueno que ninguno de los escenarios fueron reales. Prometo ya no pasear tanto y ponerme a trabajar.

Para terminar, una duda:

¿Por qué razón se cambió al suplente del candidato al V distrito federal, Daniel Guillén?

Desde hace unos pocos días, su nuevo suplente es Eloy Franklin Sarabia, actual dirigente del partido que, por cierto, tiene un gusto exquisito en el uso de sus calcetines.

Si alguien sabe la respuesta, que me la diga.

Hasta la próxima mi muy querido y Culto Público.

Jorge Saldaña.

También lee: Agua de limón, de jamaica y Claudia Sheinbaum | Crónica de Jorge Saldaña

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#4 Tiempos

Tres tipos en el estadio | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

Siempre es bueno recordar que se dijo que hay tres tipos de asistentes a un estadio cuando ahí se practica el futbol.

Primero hay que señalar al más importante, el aficionado, ese que va al estadio pagando un boleto, ese que va a disfrutar (o a enojarse, depende sea el caso) mientras muy probablemente toma alguna bebida y come algún banquete de tribuna, el aficionado grita, se emociona, se enoja, celebra pero sobre todo convive, se vuelve uno con la masa y puede intentar ser crítico aunque muchas veces solo alcanza el estatus de criticón. El aficionado es el más importante porque es el motor del espectáculo, sin el aficionado que paga un boleto, no podría esto existir.

Después viene el hincha, ese que va al estadio sintiéndose el jugador número 12, tienen sus rituales e incluso se sienten tan protagonistas que piensan que los triunfos llegan gracias a su “awante”, el hincha no escatima en aliento, canta, brinca, ondea banderas y exige a otros que hagan lo mismo, como si dejando de brincar fuera lo necesario para perder un partido. El hincha no entiende razones, solo quiere ganar, no le importa como, solo quiere celebrar los goles que muchas veces ni ve, está tan preocupado por alentar que se pierde la mayoría de las jugadas.

Por último está el conocedor, ese que prefiere estar en las cabeceras del estadio para intentar entender el parado de los dos equipos, ese que es metódico y estudioso, ese que se pone a adivinar el siguiente cambio o el porque el equipo rival juega con doble nueve y nosotros con linea de 5. Contrario al aficionado, el conocedor descifra las cabriolas en le ballet, mientras el aficionado solo aplaude, este las califica. El conocedor está más allá del bien y el mal, no se enoja, analiza, no grita, conversa del campo y cuando cae un gol, se limita al aplauso o a tan solo negar con su cabeza.

Ojo con estos, los tres son entes separados, no se pueden mezclar, sin embargo, una misma persona puede experimentar dos o hasta las tres personalidades en diferentes tiempos de un partido, al final, el corazón no se gobierna, y estalla a la menor provocación.

Esto que usted acaba de leer, es uno de los tantos pensamientos que alguna vez compartió Cesar Luis Menotti, el flaco campeón del mundo en 1978 que volvió a ser artífice del campeonato de 2022.

Se fue un grande, tal vez el más grande de la historia moderna del futbol argentino, Menotti deja un legado lleno de anécdotas, frases, enseñanzas y sobre todo, amor y pasión por el futbol, aplausos de pie, para el flaco, ovación completa para Don Cesar Luis Menotti.

También lee: El peor torneo de la historia | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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#4 Tiempos

Mentiras, engaños y sonrisas digitales: la farsa de “What Jennifer Did” | Columna de Guille Carregha

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CRITICACIONES

 

Netflix, aquel bastión de buen gusto e interés por mantener la calidad y lo artístico de las producciones audiovisuales, aquella compañía que sigue empeñándose en darle trabajo a Zack Snyder y Luis Estrada porque son excelentes cineastas, acaba de lanzar OTRO documental de crimen real hace poco. Novedosa, la jugada, lo sé. Especialmente para Netflix. La diferencia, además de la falta de calidad en la investigación (a la cual ya nos tienen acostumbrados a este punto), es la inclusión obscena y forzada de fotografías de la criminal en cuestión generadas vilmente por una Inteligencia Artificial. Y ni siquiera se trata de imágenes de eventos que nadie estuvo ahí para capturar, sino de tres fotografías de Jennifer Pan sonriendo. Y ya. No “sonriendo en un lugar específico que es importante para conocer el contexto de…”. No. Solo “sonriendo.”

Así que, tras haberme tragado los 90 minutos de algo que podía haber sido un video de YouTube de 29 minutos, procederé a despotricar en contra de este documental utilizando palabras que DEFINITIVAMENTE si escribí usando mis dedos para presionar cada una de las siguientes teclas.

Este 2024, Netflix nos presenta otra joya del género del crimen real con What Jennifer Did. Y, por supuesto, nada dice “verdad” como una sonrisa generada por inteligencia artificial, ¿verdad? Sí, porque si hay algo en lo que confiamos en esta vida, es en la autenticidad de las imágenes creadas por computadora. ¡Por supuesto, Netflix, gracias por recordarnos que la realidad es solo una ilusión!

¡Ah, la vida de Jennifer Pan, un melodrama hecho realidad! Se nos presenta como una joven que simplemente quiere encajar en el molde de la normalidad, pero oh, cómo le duele que la manipulen. Es como una tragedia griega, solo que con un toque de modernidad y un montón de mentiras.

Jennifer anhelaba la normalidad, pero la vida le tenía reservada una montaña rusa de emociones y manipulaciones. ¡Pobrecita! ¿Quién no querría vivir una vida normal, sin la constante presión de ser algo que no eres? Pero, por supuesto, sus padres eran unos tiranos emocionales que la controlaban y la manipulaban, especialmente cuando descubrieron su romance con un narcotraficante. ¡Cómo se atrevieron a interponerse en el amor verdadero de Jennifer!

El dolor de Jennifer era palpable mientras luchaba por liberarse del yugo de la opresión parental. ¿Cómo podía ser feliz si no podía seguir su corazón y estar con el amor de su vida, un traficante de drogas? ¡Es inhumano! Su corazón anhelaba la libertad, pero sus padres la mantenían encerrada en una jaula de expectativas y juicios.

Así que, obviamente, lo único que se podía hacer era mandar matar a los papás. ¡Claro, cómo no! Cuando la vida te da limones en forma de padres estrictos y narcotraficantes prohibidos, ¿qué más se puede hacer? ¿Dialogar? ¿Buscar ayuda profesional? ¡Por favor! La única solución lógica era conspirar para acabar con la vida de quienes se interponían en su camino hacia la felicidad. Es el clásico “matar o ser matado”, ¿verdad? ¡Qué dulce ironía!

Y mientras la trama se desarrolla y los detectives desenmarañan el ovillo de mentiras de Jennifer, nos encontramos preguntándonos si realmente podemos confiar en cualquier cosa que veamos en este documental. Si Netflix se atrevió a fabricar esas imágenes tan simplonas, ¿qué más no pudo haber falseado? ¿Los detectives entrevistados son actores pagados, o son los detectives reales del caso? ¿Son estas imágenes reales o simplemente un sueño digital? ¿Estamos viviendo en “The Matrix” y nadie nos dijo?

Pero antes de que nos quedemos demasiado envueltos en esta comedia de errores, llega el momento de la sentencia.

Jennifer, la estrella de la función, finalmente enfrenta las consecuencias de sus actos.
Y aunque la justicia puede ser ciega, parece que tiene una vista bastante clara cuando se trata de tratar con una mujer que trama el asesinato de sus propios padres. ¡Ah, la dulce ironía!

Ahora que hemos explorado la superficie de este oscuro drama, es hora de sumergirnos en las aguas turbias de la desconfianza. ¿Qué podemos realmente creer en este mundo de imágenes falsificadas y testimonios contradictorios? ¿Es What Jennifer Did una ventana a la verdad o simplemente una ilusión diseñada para mantenernos pegados a nuestras pantallas?

Las preguntas abundan mientras examinamos cada detalle de la vida de Jennifer Pan. ¿Cómo pudo llevar a cabo sus engaños con tanta facilidad? ¿Y quiénes son los verdaderos culpables detrás de esta farsa? ¿Son los sicarios meros peones en el juego retorcido de Jennifer o hay más en juego de lo que parece? Cada respuesta parece conducirnos a más incertidumbre, más confusión y más desconfianza en todo lo que creíamos saber.

A medida que nos adentramos más en las profundidades de What Jennifer Did, nos encontramos confrontados con una pregunta fundamental: ¿qué es real y qué es ficción? Las imágenes generadas por IA nos recuerdan constantemente que la línea entre la realidad y la fantasía es cada vez más borrosa. ¿Podemos confiar en lo que vemos? ¿O estamos siendo manipulados por una narrativa cuidadosamente construida?

La duda se apodera de nosotros mientras navegamos por las aguas turbulentas de este drama criminal. ¿Son las palabras de Jennifer confiables o son solo más mentiras diseñadas para engañarnos aún más? ¿Y qué pasa con los testimonios de los testigos? ¿Son verdaderamente imparciales o están teñidos por prejuicios y agendas ocultas?

En resumen, What Jennifer Did es un recordatorio vívido de que la realidad puede ser más extraña que la ficción. Desde las mentiras más simples hasta los planes más elaborados, este documental nos muestra hasta dónde puede llegar la depravación humana cuando se siente acorralada. Pero antes de que te sumerjas en este océano de engaños y desesperación, permíteme ofrecerte un consejo: ¡no lo hagas! ¿Por qué perder tu tiempo con imágenes generadas por IA y una historia que podría ser tan real como un unicornio volador? Ahorra tu energía para algo más digno, como ver crecer el césped o contar las baldosas del baño. Tu cordura te lo agradecerá.

Vaya, qué cansado es ser una persona creativa que decidió activamente dedicarse a algo como, no sé, escribir, y tener que pensar cada una de las palabras de las oraciones que escribes. Sin duda, una cosa más cansada, no hay. Pero, por suerte, siempre se siente la inyección de adrenalina que te da el saber que tú hiciste todo sin ayuda de ninguna máquina. Gracias, Netflix, por enseñarnos este tipo de valiosas enseñanzas.

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