mayo 4, 2024

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#4 Tiempos

DESPACHO DE BEBIDAS | Columna de Juan Jesús Priego

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LETRAS minúsculas

Solía decir Gilbert K. Chesterton (1874-1936) que no había en la literatura universal palabras más bellas que éstas: despacho de bebidas. Pero como cada vez que lo decía se burlaban de él, el polemista inglés tuvo necesariamente que explicarse. En una taberna, dijo, el rico habla con el pobre, el viejo con el joven, el ingeniero con el médico, y todos discuten acerca del bien común, o de lo que cada uno cree, piensa o considera que debiera ser el bien común. Al conversar entre ellos se contradicen, se explayan y se alteran, pero cada uno concibe planes, traza proyectos y murmura sugerencias. La taberna es el lugar donde los hombres se tratan como iguales. Y porque la igualdad es una bella cosa, también lo es la palabra que la simboliza. Ahora bien, ¿puede haber algo más democrático que una taberna? «Por eso –concluye Chesterton- la decadencia de las tabernas no es sino la manifestación de la decadencia general de las democracias».

En tiempos de nuestro escritor, una taberna no era un lugar al que se iba solamente a beber, es decir, a embriagarse, sino adonde se iba, ante todo, a discutir: era un espacio público, como el ágora de los griegos o el mercado de los medievales. En estos espacios «abiertos» (léase democráticos), el ciudadano se enteraba de todo y contribuía a crear eso que llamamos hoy opinión pública. ¿No dijo Jürgen Habermas, muchos años después de Chesterton, que la opinión pública había nacido, de hecho, en los cafés? ¿Y qué diferencia hay, al menos en Europa, entre un despacho de bebidas y un café? «El café –dice George Steiner, pensando en los cafés europeos de principios de siglo y no en los norteamericanos de hoy, donde te llevan la cuenta mucho antes de que le hayas dado a tu bebida el primer sorbo- es un lugar para la cita y la conspiración, para el debate intelectual y para el cotilleo, para el flâneur [es decir, para el vagabundo y el vago] y para el poeta o el metafísico con su cuaderno. Está abierto a todos».

En síntesis, que lo que Chesterton quiso decir fue que, puesto que la gente ya no solía reunirse a charlar amigablemente con sus conciudadanos, la democracia se hallaba en un estado de salud realmente grave. Y el tiempo demostró que tenía mucha más razón de los que se reían al escucharlo, pues una de las características de nuestra época es la desaparición de los espacios democráticos (de las tabernas, diría genéricamente Chesterton), ya que la gente se encuentra poco entre sí y discute aún menos acerca de los problemas que les son comunes. La plaza es un lugar que atraviesa de prisa, y el café una sala semioscura en la que prefiere hablar en voz baja, si no es que estarse en silencio consultando los mensajes de su teléfono u hojeando con desgana revistas ilustradas. En otras palabras, si hoy la democracia está en peligro es porque antes lo ha estado la conversación. Los cafés y las tabernas han cedido su lugar de honor a los antros, lugares éstos donde se hace de todo, menos conversar; y las consecuencias de esto, claro está, han sido desastrosas…

Pero sigamos nuestro asunto. De entre las múltiples causas de esta muerte de la socialidad de que se quejaba Chesterton habría que destacar por lo menos dos. Una de ellas es la arquitectura. Los espacios posmodernos han sido

construidos para caminarlos de prisa y sin detenerse.
Los modernos centros
comerciales -según observó agudamente Zygmunt Bauman- son moles arquitectónicas en las que está prohibido mirarse, amistarse, conversar o simplemente saludarse. «Los inmensos centros de compra –dice citando al sociólogo noruego Nils Christie- brindan algunas oportunidades para los encuentros, pero son demasiados grandes como para encontrarse con las viejas amistades; demasiado ajetreados y atestados, nunca permiten las pláticas prolongadas».

Este hecho –que no haya lugares que congreguen a la gente para la ociosa conversación- ha resultado sumamente funesto no sólo para el carácter de los individuos (que se les ha corroído, como constata con amargura Richard Sennett en uno de sus libros), sino también para la democracia, porque ésta, para funcionar como debe, necesita gente informada y participativa: gente, en una palabra, que se preocupe de algo más que de la caída inexorable de su pelo o de la prolifración de barros y espinillas en el óvalo opaco de su rostro.

El segundo factor lo constituyen los medios de comunicación. Según constató desde hace mucho tiempo Edgar Morin, los mass media privilegian historias en las que los héroes son hombres y mujeres sin compromisos políticos o religiosos y a los que parece no preocuparles nada, salvo su propia –y bien egoísta- felicidad. Escribió así en El espíritu del tiempo, acaso su libro más olvidado: «Los deberes públicos, el Estado, la Patria, la Religión, el Partido aparecen raramente en el cine occidental, o bien lo hacen como fatalidades exteriores o como problemas que pueden ser solucionados por el amor; la película es el encuentro de un hombre y una mujer solos». En efecto, así es. En tales historias –y las vemos en todos los canales y casi en todos los cines- el entorno no existe, la sociedad ha sido escamoteada para no dejar en el encuadre más que a un par de enamorados a los que no les importaría mucho que el universo, a dos pasos de ellos, volara en pedazos.

Rifiriéndose al concepto de ciudadanía, escribió el intelectual francés Éric Cobast: «Es ésta una atención, un interés por los asuntos públicos. En efecto, cuando hablamos de crisis de la ciudadanía, a menudo nos limitamos a hablar de un déficit de participación electoral, mientras que sin duda habría también que preguntarse por el grado de politización de los ciudadanos, es decir, por su nivel de familiaridad con los debates públicos». Chesterton, en fin, tenía razón: si no nos importan los otros, tampoco podrá importarnos nada lo que le pase al mundo y mucho menos a la democracia. Puesto que el hombre ya no se junta a charlar amigablemente con sus semejantes, algo muy grave está a punto de suceder –o quizá esté sucediendo ya-. Se quiera o no, la sociofobia privada acaba siempre convirtiéndose en catástrofe pública.

Lee también: La autoestima del mexicano | Columna de Juan Jesús Priego

#4 Tiempos

El peor torneo de la historia | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

Los torneos cortos en el futbol mexicano han traído cambios interesantes en la estadística, desde un sin fin de campeones, tres bicampeonatos (Pumas, León y Atlas) así como muchos títulos de goleo.

Pero la cosa no termina ahí, vale la pena voltear al fondo de la tabla para revisar los peores equipos en los torneos cortos.

El peor equipo de cada torneo, lo tendremos que buscar en la parte baja de la tabla, y aún así, nos tenemos que ir con equipos que sumaron cuando mucho 10 puntos al finalizar el certamen. Por ejemplo Tijuana que en el Clausura 2020, terminó con 9 puntos, pero recordemos que en ese torneo, no se completaron las fechas por la pandemia.

El primer equipo en tener esa marca fue Veracruz, que en el Invierno 96 termina el campeonato con solo 9 puntos. Posteriormente, en el Invierno 98, dos equipos compartieron el último lugar, Toros Neza y Puebla, cerraron la competencia con tan solo 8 unidades.

Del lado de los de casa, San Luis firmó su peor torneo corto en el Apertura 2022, cuando solo pudo hacer 9 puntos después de cumplirse las fechas.

Querétaro ha finalizado dos veces como el peor equipo del torneo, el Apertura 2003 y el Apertura 2012, logró solo 7 puntos.

El ya mencionado Puebla ostenta dos récords en este rubro, el primero es el de haber terminado también dos torneos como último, el Invierno 98 con 8 puntos y el presente Clausura 2024 con solo 5, mismos que le dan el galardón del peor equipo de la historia de los torneos cortos.

Por su parte, el Veracruz, es el equipo que más veces ha quedado en último lugar, con tres ocasiones, en el Invierno 96 cerró con 10 unidades, el Apertura 2019 sumó solo 8 puntos y el Clausura 2019 el equipo del puerto había logrado 6 puntos en la cancha, pero le fueron retirados en la mesa sancionados por FIFA, con lo que a pesar de tener 6 unidades, cerraron el torneo con 0 y desafiliación.

En fin, mucho podemos hablar de la calidad del torneo mexicano, podríamos llamarlo competitividad o torneo mediocre, pero lo que no nos debe quedar duda es que en este Clausura 2024, Puebla firmó el peor torneo corto de la historia del futbol mexicano.

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#4 Tiempos

Calzone, hamburguesas y taquito… ¡Ufff! | Columna de Luis Miguel Dorador

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Un fin de semana sin celular

Este fin de semana pasaron muchas cosas… 

Lo primerito fue que luego de muchas dudas sobre el continuar los estudios de preparatoria o dirigirse completamente a la educación basada en el arte de la danza, logramos un acuerdo mi Ratita bailaora y yo. Continuar la prepa y continuar con la danza pero ahora en una oportunidad de participar en la revista musical de su escuela y eso, aunque parece sencillo es algo que me alegra mucho el corazón porque las generaciones que nos siguen deben tomar sus decisiones y nosotros como padres apoyarlos en todo lo que nos sea posible, a sabiendas de que el propósito más grande de cualquier papá o mamá es formar a los hij@s para que alcancen su libertad cuando sean mayores de edad, dándoles las herramientas necesarias para lograr sus objetivos sin hacer a un lado el fin más importante que es encontrar la felicidad.

Lo logramos Ratita, ¡felicidades!

Todo este tema lo platicamos en una agradable terraza que tiene la Bella Italia en la segunda planta de este delicioso lugar donde compartimos un carpaccio de res para cerrar la noche con un calzone al horno de leña que disfrutamos de momento a momento sin perder el hilo de la conversación.

El viernes, aprovechando que no hubo clases por ser el último del mes de abril, mi soldadito de oro y yo nos organizamos para ver una saga muy interesante y entretenida que es “Maze Runner” y logramos completar la trilogía además de disfrutar entre una y otra de unas hamburguesas de Carl´s Junior que sin duda son de las mejores en el mundo de las hamburguesas de franquicia de comida rápida.

¡Gracias Chompir!

El sábado ya tenía agendada una reunión con amig@s por el cumpleaños de uno de los más destacados creadores de contenidos de redes digitales del grupo y nos juntamos para cantar, comer (el guacamole quedó espectacular) y disfrutar de un sábado con un clima excepcionalmente agradable al grado que nos dimos la oportunidad de darnos un chapuzón a la luz de la luna que especialmente ese día estaba hermosísima.

¡Gracias TB Group!

¿Dos arriba, dos abajo o de plano, una arriba y una abajo?

Los domingos son fabulosamente atractivos para mi porque el hecho de cocinar paella siempre me provoca felicidad, no solo por el hecho de poder llevar a la boca de alguien algo preparado por mis manos, sino porque conforme pasa el tiempo son más y más personas que están conociendo mi receta y sus comentarios de satisfacción son una de las mejores recompensas que un cocinero puede recibir, además del gusto de entregar pedidos a amigos de toda la vida que en auto propio, por su propio pie o hasta en uber llegan a recoger sus órdenes para disfrutar en casa con familia.

¡Gracias a Tod@s porque tod@s lo hacemos posible #SoyPaella!

Un domingo se hace más agradable cuando en lugar de “debate” dedicas tu tiempo a disfrutar de la caída del sol… ese momento en que las horas bajan y se oculta el sol para dar paso a la luna en estas noches cálidas. Entonces te ataca el hambre y que mejor lugar para echar taquito que La Fragua en donde no importa de qué pidas tus tacos; pastor, costilla o bistec español, siempre que lo acompañes de una michelada tendrás oportunidad de platicar sobre tantos temas y disfrutar de la compañía que hace de un domingo normal un día extraordinario.

Al llegar a casa no podía quedarme con la curiosidad y empecé a ver el dichoso segundo debate de l@s candidat@s presidenciales y no hubo mejor arrullo para conciliar el sueño que un programa tan aburrido y sin propuesta que eso.

Así que a descansar rico y prepararse para esta semana que se verá interrumpida por la celebración del 1ro. de mayo como cada año.

¡¡¡Ánimo que ya casi es viernes!!!

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#4 Tiempos

Primera matehualense en obtener título universitario | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

En enero de 1923 el Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí se convertía en Universidad Autónoma de San Luis Potosí tratando de iniciar una nueva vida académica organizando sus actividades de manera autónoma y decidiendo su destino sin intervención del estado. Si bien, esos primeros pasos de vida autónoma no fueron fáciles y además fueran obstaculizados y postergados hasta la década de los cincuenta cuando puede decirse que la universidad adquiere su absoluta autonomía. Esa fecha queda registrada como el inicio de la hoy Universidad Autónoma de San Luis Potosí que continuaba el trabajo académico del Instituto Científico. Para entonces se empezaba a hacer común observar mujeres en sus aulas de estudios profesionales, su número no era tan abundante; aunque para entonces ya se habían titulado unas cuantas mujeres en la carrera de medicina y en leyes, como hemos tratado en anteriores entregas en esta columna.

Ante esta situación, la presencia de mujeres provenientes del interior del estado era más extraña aún

, por el esfuerzo que requería el trasladarse a la capital del estado para ingresar a realizar estudios, sobre todo de corte profesional. Con todo, las mujeres potosinas de los diversos municipios del estado comenzaron a tener presencia en las aulas universitarias.

De las primeras mujeres en ingresar a la recién “creada” Universidad Autónoma de San Luis Potosí sería la matehualense Sara Cárdenas Orozco que en 1923 ingresaba a la preparatoria de la Universidad potosina a cursar el bachillerato en ciencias biológicas con la intención de poder ingresar en su oportunidad a estudiar medicina en la misma universidad. De esta manera Sara Cárdenas se convertiría en la primera matehualense en ingresar a la universidad.

Sara Cárdenas, se convertía además en la primera matehualense en cursar cursos superiores de física, matemáticas y biología y la primera en cursar materias experimentales de ciencias. De esta forma trabajaría en el histórico Gabinete de Física que tengo bajo mi resguardo y que forma parte del patrimonio cultural de la ciudad de San Luis Potosí.

Sus estudios preparatorios los realizaría de 1923 a 1926. Por entonces se cursaban en la preparatoria materias de aritmética y algebra, geometría plana, trigonometría rectilínea, física teórica, física experimental, cosmografía, nociones de mecánica, química general, química orgánica, nociones de mineralogía, geografía general, nociones de geología, botánica, histología, zoología, nociones de anatomía, fisiología humana, lógica, psicología moral, histología general, raíces griegas y latinas, dibujo, inglés , francés, literatura general y lengua castellana.

Los cuales aprobaría a satisfacción Sara Cárdenas. En 1926 ingresaba a estudiar medicina y cursaría hasta el quinto año de la carrera en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, para trasladarse a la ciudad de México y proseguir en la Escuela Nacional de Medicina la carrera de medicina en 1930. Realizó sus prácticas hospitalarias en el Hospital Civil “Dr. Miguel Otero” de San Luis Potosí y el internado en el Hospital General de la Ciudad de México, siendo ya estudiante de la Escuela Nacional de Medicina.

Sara Cárdenas Orozco nació en Matehuala, San Luis Potosí el 24 de octubre de 1903, sus padres eran comerciantes en Matehuala, y al parecer cambiarían su estancia a San Luis Potosí, con el fin de que sus hijos pudieran continuar estudios y posteriormente a la Ciudad de México.

Como muchas de sus compañeras médicas, perteneció a la Asociación de Médicas Mexicanas, asociación que fue impulsada por médicas potosinas.

Sara Cárdenas Orozco cursó y aprobó en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y en la Escuela Nacional de Medicina las materias que cubrían íntegramente la carrera de médico cirujano, convirtiéndose, con toda seguridad, en la primera médica matehualense.

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Opinión