octubre 8, 2025

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#4 Tiempos

Una respetuosa reflexión a los opositores | Columna de Enrique Domínguez

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reflexión a los opositores

Cuentas claras

 

En un país de más de 125 millones de habitantes, es común que exista la discrepancia. Cualquier hecho contrario a nuestro pensamiento nos hace jerarquizar de inmediato la postura ideológica antes que cualquier estima, vulnerando con ello el acercamiento a personas que pueden tener coincidencias de otra índole, esta actuación habla de una cerrazón que nada tiene que ver con el don natural del afecto humano y solo nos hará enaltecer el odio como premisa fundamental en un país radicalizado.

El extremismo es un encuentro con la evolución de caminos que nos llevan a la independencia intelectual, vivimos en épocas de cambio, no por ello debemos dejar de ser sensibles a una realidad que nos pide a gritos ser considerada, evitando hacer un análisis introspectivo para determinar las causas de los males que nos aquejan como nación. No se trata de la idea estúpida del reclamo a priori de cualquier sutileza que enarbole los oídos y nos siga favoreciendo en nuestros vanos escrúpulos para asimilar esas bases y entablar una lucha diaria para el reclamo fácil.

Es triste decir que puede más un encabezado que una lectura entrelíneas de cualquier artículo para un correcto raciocinio de la realidad, a veces olvidamos que una pequeña minoría se resiste al cambio y con ello no quiero entablar el debate, pero sí vale la pena recordar a ese grupúsculo de empresarios, políticos y proveedores que ahora reclaman con vehemencia esos lindos manjares de privilegios que en otros tiempos disfrutaron dejando a un lado la ética y el principio elemental de la honestidad.

Es mezquino y completamente incongruente que prevalezca más la publicación visceral de un desdichado opositor doliente, que la realidad de una investigación arraigada por la curiosidad natural. Dicho en pocas palabras, puede más la información facilitada en una red social que el sentido común.

Responder a los reclamos sociales es necesario en un país que por décadas se olvidó de los marginados, de las comunidades apartadas sin la idea de ver por ellos, el racismo y el clasismo son solo una muestra de un estancamiento en el pasado marcado por el sectarismo y la conglomeración de ideas erróneas que datan de la época medieval.

Apelar por un país que sea sensible es extremadamente necesario, es muy importante olvidarse del círculo cercano y de los allegados, para saber que México no es ese mundo cerrado que creemos nos pertenece, México es más y requiere que la visión traspase fronteras para asimilar la realidad, la dolencia del marginado y evitar ser ignorante ante el problema ajeno.

Somos una sociedad compleja, albergamos tradiciones y ataduras que nos ligan a hacer prevalecer arraigos que difícilmente pueden ser modificados.

Rencores y resentimientos surgen de aquellos que se sienten derrotados, hay por su parte incertidumbre, existen dogmas que se mantienen y no son superados, por lo menos ahora. La violencia desatada en redes es constante, repetitiva, genera hastío junto con las réplicas, la falta de respeto y la descalificación de aquellos que discrepan.

En muchos casos se anteponen las ideas religiosas, sale a flote el racismo, el clasismo y la descalificación a quien piensa diferente, no es para menos, tener esa sensación de incredulidad, de duda y saberse derrotados no es una tarea fácil, es una especie de resignación, al igual que la muerte, solo requiere de tiempo, sin embargo, no faltan aquellos que hacen recordar la tragedia acontecida para sumirse en una profunda depresión a través de periodistas que, sin un ápice de ética, solo evidencian el tamaño de la paga obtenida de manera poco ortodoxa, hoy llamado “chayote”. Estos periodistas, a no ser que tengan un claro interés de hablar con la verdad, tal parece que sirvieron a un gobierno que solventó su voz para manipular conciencias.

Ahora en una especie de emboscada geopolítica, el fascismo y la ultraderecha se están manifestando, arraigando esos supuestos valores que cobija un espíritu conservador, dando énfasis a una cargada de derecha que antepone valores que a su juicio deben prevalecer. Para muestra basta observar el golpe de estado acontecido en Bolivia, Jeanine Áñez se erige como presidenta, la violencia se desata en su país, una emboscada a Evo Morales, frases completamente discriminatorias están incluidas en su discurso, el desprecio y malestar con los pueblos indígenas es una clara prueba de ello, con un apoyo del supremacismo militar, mano dura y una línea dictatorial pretenden adueñarse de un país que para muchos era un ejemplo, caracterizado por un crecimiento sostenido de la economía y una disminución sensible de la pobreza extrema.

¿Qué está pasando?

La evolución se está dando con un pensamiento que erradica por completo la sensibilidad y la empatía, hay reclamos viscerales llenos de odio para generar un vómito que solo deja entrever las carencias y desahogos efímeros pidiendo medidas coercitivas que generan con ello masacres y daños irreparables a civiles. Hay también quienes piden con vehemencia un golpe de Estado, atrincherarse y generar un mar de sangre para acabar con las consecuencias de gobiernos fallidos, castigadores y represores

.

La anteposición de intereses es lo que prevalece en un México donde los negocios turbios eran menester para continuar con las vejaciones, corruptelas e impunidad en la cual los gobiernos anteriores eran firmes participantes, estando involucrados en un mar de estiércol.

Aquel que se jacta de pertenecer a la élite por el simple hecho de sentirse acogido por un partidismo conservador solo es un deseo exacerbado de sentirse importante en una sociedad que está odiando a su propio país con el denuesto, la mentira y un deseo irracional de desgracia para enarbolar una sonrisa mezquina y poder gritar a los cuatro vientos: “Se los dije”.

Somos una sociedad que por lo general antepone principios religiosos para concebir una norma moral, estableciendo lo bueno y lo malo. No existe la libertad y la franqueza para tener un pensamiento libre de arraigo, se desarrolla con ello el juicio a personas solo por su apariencia, donde la calificación barata de asumir en primera instancia que no se pertenece a una clase por su aspecto físico y su condición, son aspectos deplorables e incalificables de nuestro limitado círculo social.

Sin el afán de generalizar y con la obviedad de que existen personas conservadoras, con un alto sentido de la ética, hay quienes se caracterizan, entre otras cosas, por la ingenuidad, sin la posibilidad de anteponer un momento de reflexión y análisis antes de emitir un juicio acerca de lo que se lee, se escucha o se ve.

La ingenuidad es en parte una rama inmisericorde de la ignorancia, recurrir a la información “fácil” es un deporte que se hace con gran facilidad, el prejuicio permanece en una mente incapaz de tener la sensibilidad suficiente como para tratar de crear un vínculo de comunicación, el egoísmo caracteriza a esos personajes que permanecen con una ceguera debida a tradiciones y herencias de una moral caótica incapaz de generar la autonomía que como seres humanos debemos de mantener.

La clase media se ha visto afectada al igual que las personas de bajos recursos, el modus vivendi se ha adaptado a las circunstancias, una clase media en este país es una clase pobre en otros países, ha tolerado la opresión, la pérdida del poder adquisitivo y la enorme corrupción, nos representa a una gran mayoría, está poco informada, sostiene una verdad basada en redes sociales como Facebook, Twitter o WhatsApp. Difícil resulta leer entre líneas, se establece una falsa verdad atribuyendo veracidad a algo que ni siquiera ha sido comprobado, se recurre a fuentes fáciles, o, en el peor de los casos, se antepone el interés personal del juicio vano para juzgar a los que no piensan igual, existe la ira, el enojo y el odio para llamar y dilapidar a los corrientes, morenos, nacos, pobres, jotos, prietos, feos, pueblerinos, comunistas, pendejos y subrayar la famosa frase: “Pensé que eras más inteligente”, cabe observar que: ¿la inteligencia se da solo por pensar de manera similar?

¿Dónde está ese pensamiento que se concibe como un don prodigioso de mantener esa autonomía a través de la luz natural de la razón?

La oposición fomenta la indiferencia y el egoísmo, alimentado por mensajes manipulados de fácil exposición en redes sociales para ser tragados y nunca digeridos, esta sociedad por lo general ama y se regodea en su propia ignorancia.

Vivir en un mundo perfecto resulta imposible, pero dar voz a una minoría que con cizaña solo enarbola el encono es una muestra de egoísmo fundamentado en la malicia que solo daña el tejido social de este lindo lugar llamado México.

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#4 Tiempos

Las dos mujeres de Truman. Palabras con cicuta

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Apuntes

Hay autores que escriben un solo amor con distintos nombres. Truman Capote lo hizo con los de Nancy Clutter y Holly Golightly: la muchacha asesinada y la mujer que huye. Dos rostros de la misma herida.

Nancy era todo lo que el mundo aprueba: pureza, promesa, familia. Una adolescente que hacía listas, organizaba fiestas y creía que el bien era una costumbre diaria. Holly, en cambio, era todo lo que el mundo juzga: libre, contradictoria, caprichosa, superviviente. Todo sinónimo de “libre y espontánea”.

Ambas están solas frente a una sociedad que las define, una desde la muerte y otra desde el deseo.

Yo creo que Capote estuvo enamorado de una mujer que fue las dos. Una que lo deslumbró por su bondad y lo desarmó por su caos. En Nancy encontró la integridad que él nunca tuvo; en Holly, la libertad que siempre le fue negada. Una mujer que cocinaba con delantal los domingos, pero que podía desaparecer una semana sin explicar por qué. La amaba por lo que lo salvaba y por lo que lo destruía.

En A sangre fría, Capote mira a Nancy como si aún pudiera rescatarla. La describe con ternura casi maternal, pero también con una envidia melancólica: ella no sabía lo que era la vergüenza ni el exceso. En Desayuno en Tiffany’s, en cambio, elige no salvar a Holly. La deja ir. Le permite el privilegio que Nancy nunca tuvo: seguir viva aunque nadie la entienda.

Quizá esa fue la forma en que Truman se reconcilió con su propia culpa. Escribir a la que murió como víctima y a la que se fue como promesa. Una purificada por la muerte, la otra condenada a vivir

. Entre ambas, Capote puso su propia alma: la de un niño que soñaba con el orden de Nancy y despertaba con el desorden de Holly.

No se puede amar a dos mujeres tan distintas sin romperse un poco. Pero Capote lo hizo. Amó la pureza que se deja matar y la libertad que se mata sola.

Y quizá, como tantos de nosotros, entendió demasiado tarde que una y otra eran la misma. Que la vida te puede matar por ser buena o por querer ser libre. Y que entre esas dos muertes —la literal y la simbólica— se esconde el precio de vivir como uno quiere.

Punto.

Y aquí estoy yo, leyendo a Truman y sintiendo que me contó la historia antes de que ocurriera. Porque yo también quise que Holly fuera Nancy: que se quedara, que colgara su vestido brillante y se sentara a esperar el desayuno. Pero ella eligió la noche, otro hombre, otra ciudad.

Yo sigo aquí, recogiendo los platos, preguntándome si alguna vez alguien puede amar a una mujer así sin terminar escribiendo sobre su ausencia.

Quizá eso somos los que escribimos: los que convertimos el abandono en literatura.
Los que seguimos hablando con las Holly que quisimos que fueran Nancy, aun sabiendo que la vida —como en Capote— siempre acaba a sangre fría.

Yo soy Jorge Saldaña.

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#4 Tiempos

Antonio Castro Leal, su papel por la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

En los movimientos y propuestas por la autonomía universitaria en el país, son varios los potosinos que figuran como pioneros, algunos no muy mencionados en este proceso. Entre estas figuras encontramos a Valentín Gama y Cruz, Rafael Nieto Compeán, Manuel Nava Martínez y Antonio Castro Leal quien estaría involucrado en los dos más importantes movimientos por la autonomía universitaria, el caso potosino y el de la universidad nacional.

Antonio Castro leal, abogado de formación y literato por vocación nació en San Luis Potosí en la última década del siglo XIX, el 2 de abril de 1896 y como varios potosinos iría a la Ciudad de México a continuar sus estudios a principios del siglo XX, donde fincaría su formación intelectual en la Escuela Nacional Preparatoria adquiriendo una formación humanística que guiaría su vida profesional. Fue uno de los fundadores del proyecto conocido como Ateneo de la Juventud y la fundación de la Preparatoria Libre.

Ingresa a la Escuela Nacional de Jurisprudencia y cofundaría la Sociedad de Conferencias y Conciertos en 1916, a cuyos siete fundadores se les llamaría “los siete sabios”, junto a Vicente Lombardo Toledano, Manuel Gómez Morín, Teófilo Olea y Leyva, Jesús Moreno Baca, Alfonso Caso y Alberto Vázquez del Mercado. “Los siete sabios”, nombre que nació mas en tono de burla que de reconocimiento, se caracterizaban por ser un grupo lleno de inquietudes culturales y políticas, aficionados a la música, la literatura y cultura en general; jóvenes precoces de 19 y 20 años de edad que ya eran profesores universitarios.

El papel pionero de Valentín Gama, por la autonomía universitaria cuando asumió el rectorado de la entonces Universidad Nacional de México, ya lo hemos tratado en esta columna, pero por aquella época revolucionaria Antonio Castro Leal, figuraría entre los primeros mexicanos que impulsarían los proyectos de autonomía universitaria.

Su interés político se manifestaría en 1917, cuando con sus compañeros universitarios que integraban “los siete sabios” extendieron al Congreso de la Unión la primera solicitud de autonomía universitaria, como protesta ante la Constitución de ese año, que suprimía a la Secretaría de Educación Pública creando a cambio un Departamento Universitario que el Senado integró a la Secretaría de Gobernación; determinación que molestó a estudiantes y profesores y como parte de la protesta, Castro Leal y sus amigos de los siete sabios enviaban la solicitud de autonomía universitaria al Congreso de la Unión, de la cual nunca hubo respuesta.

Años después, Antonio Castro Leal, sería rector de la Universidad Nacional de México, siendo el segundo potosino en ocupar ese puesto y durante su rectorado se conseguiría como un gran triunfo histórico la autonomía universitaria transformándose la Universidad Nacional en Universidad Nacional Autónoma de México.

Por ese entonces la autonomía de la universidad potosina, que se considera la primera a nivel nacional en haber obtenido ese carácter con la iniciativa de Rafael Nieto, le había sido retirada y la recuperaría en parcialmente en 1935 siendo gobernador Idelfonso Turrubiartes. La completa autonomía y formación estructural académica de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la lograría el Dr. Manuel Nava con el apoyo del gobernador Ismael Salas en la década de los cincuenta del siglo XX, como apuntamos en la entrega anterior de esta columna. En este movimiento académico en San Luis, estaría participando de manera indirecta también Antonio Castro Leal como miembro de la Academia Potosina de Ciencias y Artes que impulsó el movimiento renovador de alta cultura que incidió en la moderna formación de la UASLP.

Antonio Castro Leal obtuvo los grados de licenciado y doctor en derecho por la UNAM y doctor en filosofía por la Universidad Georgetown en Washington, Estados Unidos. Durante algún tiempo se dedicó a la docencia como actividad principal dictando cátedra de literatura en la Escuela de Altos Estudios, en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, también impartió la cátedra de derecho internacional en la Escuela Nacional de Jurisprudencia.

Su papel en las instituciones educativas y culturales mexicanas fue muy importante teniendo un destacado papel protagónico, entre ellas la dirección del Instituto Nacional de Bellas Artes, entre muchas otras.

Su actividad literaria, otra de sus pasiones, la inicia en 1914 distinguiéndose como escritor, ensayista y crítico de las letras mexicanas. Escribió poesía usando el pseudónimo de “Miguel Potosí”. Castro Leal es uno de los muchos potosinos que escribieron su historia en el mundo de las letras y que figura como un protagonista por la autonomía universitaria en el país.

Antonio Castro Leal murió en la Ciudad de México el 7 de enero de 1981.

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#4 Tiempos

Siempre Autónoma… ¿o hasta la victoria siempre?

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APUNTES

 

Así “sin querer queriendo” me encontré una película que para mí es fabulosa: “13 días”. John Efe, era encantador… Fidel, un hombre que jamás se hincó ante el “imperio” mmmm… ¿De qué lado están ustedes? ¿“Team Fidel, que no se rinde pero tampoco se alinea”, o “Team John”?

La UASLP es como la Cuba de Fidel: No, ¿cómo cree presidente? Nosotros no tenemos nada en su contra, pero pues la hermana República de Rusia nos regaló unos misiles… ¿Qué haría usted?

Presidente… nuestra patria es autónoma, libre, independiente… no se meta, pero queremos el mismo derecho que usted a meternos en lo que nos dé la gana y golpearlo a contentillo… métase cuando a nosotros nos convenga… es nuestro derecho y hasta deber.

Presidente: vamos a lanzar nuestros misiles, pero no queremos hacerles daño… solo que usted nos hace daño y nos comportamos IGUAL que usted.

¿Autonomía? Claro. Que hermosa palabra. Caperucita pudo ser la más puta con el lobo, pero… fue decisión de ella (muy autónoma) señalar a quien ella consideró culpable… y mataron al lobo.

Deme una salida, presidente…

— Ok.

Eres a partir de hoy, autónomo. Pero bloqueado. Aceptas lo que te diga, pero dirás que no aceptaste. Hablo yo. No tú

… y te tienes que agachar, aunque tú tengas los misiles.

—Ganamos.

Hasta la próxima.

Yo soy Jorge Saldaña

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