enero 21, 2025

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#4 Tiempos

Un paseo y un cuento muy lejos de México | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES

 

Todavía “Yolanda” por ese “Breve espacio en que no estás”, pero ni modo: Ni la muerte, ni los impuestos…ni los partidos de la selección perdonan.

Fundadores a media capacidad pero la esperanza en cada asistente con cupo lleno. Pantallas, balones, una carnita (carnitita) asada que no prendía, pero que agarró fuego en las redes. México ganó con un “menos uno”.

Hay tiempo para caminar por el centro. En la mente las fachadas recién pintadas, el retiro de ambulantes, la limpieza y el esperado ordenamiento, el sacudir las cobijas aunque descobijen.

Paseo frente a Del Sol, frente a Leos Peña, frente al Grillito Cantor, paso por la Antigua Exposición y de largo por el Baratero de León, Dumbo, 3 hermanos, la Surtidora, La Zapatilla Roja y todo el mestizaje de negocios históricos junto a las nuevas tiendas.

En mi paseo se confirma la evidencia: por fin le entraron políticamente al rechazo del chantaje permanente de los Antorchos, Pueblos Libres y demás organizaciones, cualquiera que sea su tamaño, que tuvieron por décadas sometidas a las administraciones municipales. Se ve diferente el panorama en un tramo del pasaje Hidalgo y se ve que avanzan.

No será de un día para otro, piensa quien esto escribe, mientras decide el sabor de las nieves que a “gritovenden” casi frente al Palacio de Gobierno, mango, limón, chocolate o picafresa son las opciones.

Aprovechando el edificio de Madero 100, y mi nieve de picafresa (que todos saben aclara la mente) reparo en los más de 7 mil millones de pesos extra que tendrá el gobierno estatal para el próximo año y que, anunció, los convertirá en 15 mil millones de pesos para infraestructura y obra pública.

Ni Marcelo de los Santos como gobernador tuvo un aumento presupuestal de ese tamaño aún con su amigo Fox en la presidencia, ni cuando fue alcalde le entró de lleno al ordenamiento de ambulantaje en el centro…

Entre mi divagar y la inundación gustativa del sabor de mi nieve refrescante, alcanzo a escuchar la voz de un hombre, ni tan joven ni tan viejo, ni tan desaliñado, ni tan elegante. Está contando un cuento y aunque poca gente se le acerca, desde donde estoy lo escucho.

Como el cuento no me pareció que fuera ni sobre el ejército ni sobre la Virgen de Guadalupe, y dudo mucho se tengan derechos de autor, me atrevo a parafrasearlo para mi Culto Público, porque se me hizo locuaz, desordenado, juguetón y entretenido.

Si algo tiene que ver con alguna realidad, lo desconozco (para que conste).

Es la historia de un planeta muy lejano que se llama País. En ese planeta todos sus habitantes se dedican a hacer un pastel, uno solo, interminable e inacabado a pesar de sus siglos de historia, la preparación en sí misma, es la base y fin de su historia económica, política y social. Medio y fin, camino y destino.

La organización del planeta País, tiene todo tipo de extraños personajes: abejas que trabajan como burros, burros como borregos, lobos, lobos-ovejas, zorros, zorros-mapaches, buitres, pericos, panteras, gatos (ayudantes de las panteras) gnomos, búhos, búhos-gnomos, guacamayas, leñadores, panaderos, lecheros, harineros, legionarios, focas, focas-legionarias y unos pocos que tienen huevos (hay que recordar que se dedican entre todos a hacer pastel).

No es que cada especie se dedique a algo en específico o único, todos hacen de todo. Unos a las materias primas, otros a transformarlas, otros a transportarlas, otros a transformarlas, otros a venderla y otros a administrarla.

Si a caso, se pueden contar por separado a los legionarios y a las focas-legionarios, que tenían por primer encargo cuidar las fronteras del planeta, salvaguardar el territorio donde se producen las materias primas, ayudar en desastres gastronómicos, como derrames y sacudidas y mantener a raya a otros astros.

Son ellos los únicos que pueden portar tenedores y cuchillos, que últimamente además usan para contener el negocio sucio de las panteras y sus gatos, que refinando harina y otras hierbas, transportándola y vendiéndola, han encontrado la forma de generar una economía alterna, pero sangrienta, porque, como buenos felinos, son t erritoriales y salvajes.

En esta era (cada era dura como 600 años) País, el planeta, está gobernado por “Blanquicéfalo”, que ha prometido construir un cuarto piso en el histórico e innacabado pastel.

Unos lo apoyan, otros lo detestan.

Los panaderos por ejemplo (que se sienten por su oficio los únicos aptos para tener la receta del pastel) se han llegado a aliar con los zorros y los zorros-mapaches, que construyeron el tercer piso del mismo en una era anterior, para intentar frenar a “Blanquicéfalo”.

No han podido, pero lo mismo sacuden avisperos, atormentan a las abejas, manipulan a los burros y los siguen los borregos. Como muchos de ellos tienen bodegas de recursos, rebanadas depositadas en cajas fuertes y mucho betún en sus cuentas, las usan para convencer a búhos grandes y a búhos-gnomos, que se encargan,a través de los pericos, de divulgar lo que últimamente revelan las Guacamayas.

Entre tanto, “Blanquicéfalo” ha optado por confiar cada vez más en los legionarios, les ha encargado la seguridad del planeta, perseguir panteras (aunque a algunas han soltado) pero sobre todo, les ha encargado la administración y control tanto de las charolas que viajan vía aérea, como la construcción de vías férreas para el transporte de los habitantes del polo sur, el cuidado de las materias primas, la administración de las entradas y salidas de los materiales al planeta y así, cada vez más responsabilidades en las que se maneja mucho, pero mucho betún.

El mismo dulce betún que por mayoría, País quitó de de las manos a panaderos y zorros. Mismo dulce betún que a cualquiera embarra y nunca empalaga, y sí… legionarios y focas se están embarrando. Ya probaron la dulzura y abundancia del betún. Ya no les preocupa tanto la harina refinada ni la persecución de panteras y gatos. Las rebanadas y rebanadas que hoy tienen bajo su torpe manoteo parece ser ya su motivación principal, aunque no de todos –hay que decirlo-.

A los leñadores, amigos de todos los que estén contra el cuarto piso del pastel, les urge ejercer su oficio.

En general el planeta está en calma, para bien o para mal, “Blanquicéfalo” ha cumplido con su cambio de era, reparte el pastel, no deja (casi) que nadie más que los de su confianza metan mano y a todos los extraños personajes de su planeta les ha dado algo a probar.

Faltan 200 años al país de extraños personajes para decidir si continúan con el cuarto piso del pastel, o regresan a la receta de antes, pero mientras tanto el riesgo es mayúsculo y es justamente el engolosinamiento peligroso de los legionarios y focas junto a la traición de las panteras.

Con cuchillo y tenedor en mano, no es tan fácil se les pueda arrebatar su adictivo néctar que han paladeado, y que con o sin cuarto piso, defenderán a capa y espada.

¿Quién tendrá los huevos? A ver si no se nos quema todo el pastel… y es el único que tenemos.

Se acaba la extraña historia y se acaba también mi nieve. No hay moraleja ni final, fue una historia más de algún alma encerrada en las mazmorras de sus tormentos escuchadas en un paseo en el centro.

Locuaz e inverosímil relato, piensa quien esto escribe mientras que el hombre ni tan joven ni tan viejo, ni tan elegante ni tan desaliñado que contó el cuento, se retira con él.

Ojalá le vaya bien a México…y en el partido de mañana también.

Hasta la próxima, hijos de mis ficciones. Excelente fin de semana.

Atentamente,

Jorge Saldaña.

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#4 Tiempos

Gente que se rindió | Columna de Carlos López Medrano

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Mejor dormir

 

Sobran maneras de identificar a quienes han sido derrotados por la vida. Basta con observar al que no responde a los buenos días soltados por un desconocido, rocas impermeables ante un bello gesto. O al que, en el elevador, presiona con ansia el botón de cerrar la puerta, apenas por ganar un par de segundos, como si el destino que lo espera —ay, el trabajo— fuese algo más que una condena.

Se rinden también quienes ya no se detienen a disfrutar las curiosidades ofrecidas por las calles: la estampa de un borrego pegada en un poste, una hoja seca con forma de corazón, un perro rascándose el lomo con la ayuda de una banca. Poco queda de espíritu en quienes llevan semanas, quizá meses, sin alzar la vista al cielo para contemplar las estrellas por la noche o descubrir, como niños, las formas caprichosas de las nubes.

Hemos perdido a los que olvidan vacacionar al menos una vez al año. No se trata del dinero, que al final siempre encuentra su acomodo; basta con cruzar la esquina para pasarlo en grande si uno sabe cómo acomodar las piernas. También se pierden los que llevan demasiado tiempo sin brindar, como si faltaran motivos, cuando cualquier pretexto sirve para alzar la copa y desbordarse en espuma, aunque sea por el estreno de un tapete en la cocina. Y sabemos que estamos ante un alma en coma cuando alguien deja de celebrar la Navidad. Porque, cariño, aunque la ilusión se haya marchado, hay que forzarse a poner el árbol con luces y esferas. Así es como comienza el ascenso.

Sobre todo, alguien está derrotado cuando deja de arreglarse. Cuando sale al supermercado en pijama o se olvida de la ducha. El pudor es síntoma de amor propio y de cortesía hacia los demás. Soy muy importante como para ser visto en fachas por el vecino, debería pensar uno. Pero mal vamos si ni siquiera eso te detiene. Un hombre conserva su dignidad mientras se afeita o da forma a su bigote; sé que sigo en pie de lucha cuando me miro al espejo y trato componer lo que ya no tiene compostura.

Es un fantasma quien ha perdido el pulso amoroso. Quien ha dejado de coquetear y no intenta ya ninguna aventura. El que no suelta un piropo a su pareja, quien no imagina una nueva vida con la mesera o la cajera en el supermercado, muy lejos de aquí, donde nadie nos juzgue, donde nadie nos diga que hacemos mal; alejados del mundo, donde no haya leyes ni nada.

 

Está muerto en vida quien no se cree merecedor del amor y el deseo, quien descuidado su cuerpo como si no tuviera nada bello que preservar.

 

He topado tantas veces con estos derrotados. Se les percibe en la mirada, en el vacío que se abre paso hacia la negrura. Gente que se rindió. Banderas blancas —lavadas con llanto— tras tantas decepciones y reveses. Los ves derrumbados en el transporte público, indiferentes incluso a las injusticias más obvias, conformes con lo que hay, sin hervidura de sangre (otro síntoma de la debacle: dejar de ceder el asiento a mujeres y ancianos; desprovisto de galantería, un ideal perdido). Son piltrafas resignadas, oxidadas allí donde un día hubo fuentes y jardines.

Y, con todo, me consuela saber que hay remedio para un buen número de estos casos. Los suficiente como para creer que merece la pena luchar por la resurrección. Porque, al final, se trata de un arte: el arte de remontar. Y de entender que nadie lo hará por ti. Nadie ayudará con la parte que más cuenta, la más difícil. Y no desanimarse por ello, al contrario, encontrar ahí un estímulo para imponerse ante la adversidad.

Como Richard Dadier le decía a su esposa en Blackboard Jungle: Sí, me han golpeado, pero no estoy derrotado. Hay una gran diferencia. No estoy derrotado, y no voy a rendirme. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado, frase de Hemingway.

El truco está en la determinación. Seguir el consejo de San Agustín: ser mejores que los tiempos malos. Una fe que baja el humo a los demonios. Levantarse un round más tras notar que el lloriqueo te dejó seco. Eres ya tu propia tierra firme.

Contacto:

Twitter: @Bigmaud
Correo: [email protected]

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#4 Tiempos

Del semi desierto potosino a misiones espaciales | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

A principios del siglo XX y durante su primera mitad, hubo una emigración importante de familias del altiplano potosino a los Estados Unidos. Varios matrimonios comenzaron a formar sus familias en los Estados Unidos mientras trabajan para subsistir e incluso apoyar a familiares que quedaban en México, en especial en esa región del semi desierto potosino. Uno de esos matrimonios fueron los padres de Dorothy Ruiz Martínez que de Matehuala emigraron a Texas, donde Dorothy nacería.

En su niñez sus padres la trajeron a Matehuala a casa de sus abuelos donde vivió toda su niñez y parte de su adolescencia, porque la situación de sus padres no era muy estable. Estudió secundaria en la escuela Francisco Zarco, entre otras cuestiones se caracteriza por dar buena enseñanza en matemáticas, es una de las características que tiene esta región comparada con el resto del estado y del país. De esa escuela ha salido mucha gente destacada en matemáticas para posteriormente trasladarse a Texas a continuar sus estudios en busca de mejores opciones de preparación en los temas que ya le habían llamado la atención desde su vida en Matehuala. El área aeroespacial le había llamado la atención cuando, en 1986, le tocó ver en la televisión el accidente del transbordador Challenger, lo que la hizo interesarse por su actual profesión.

Su formación básica en Matehuala le permitió desarrollarse en un lugar donde se suele ser muy competitivo como es en Estados Unidos, donde después de estudiar la preparatoria, Dorothy Ruiz ingresara a la Universidad de Oklahoma y posteriormente a la Universidad de Texas, conocida como A&M a estudiar ingeniería espacial. Al titularse hizo, en 1998, una pasantía académica por medio del programa de Langley Aerospace Research Summer Scholars del centro de investigaciones de NASA Langley lo que le permitió tener su primer acercamiento a lo que sería su carrera profesional.

Tuvo la oportunidad de entrar a varios de los proyectos de la NASA cuando empezaba su formación y eso le ha permitido ingresar a varias áreas relacionadas todas con ingeniería espacial que fue donde se interesó en formarse, pero además dentro de esos proyectos ha estado en contacto con otras agencias aeroespaciales como la Rusa, donde trabajó un tiempo.

Dotothy Ruíz Martínez es una ingeniera aeroespacial que actualmente trabaja para National Aeronautics and Space Administration (NASA), la agencia del gobierno estadounidense más importante del programa espacial, donde realiza actividades como control de misiones de vuelo

. El trabajo de Dorothy Ruíz consiste en enlazar comunicaciones entre la tierra y los astronautas que se encuentran en un satélite espacial.

De sus primeros trabajos en el área aeroespacial fungió como instructora de astronautas y de operadores de vuelo en el sistema de control y propulsión para el Transbordador Espacial, de ahí pasó al área de Operaciones de Misiones Espaciales como Ingeniera de Planificación de Actividades Espaciales en Tiempo Real (RPE). Ha participado en la planificación total de actividades espaciales de 12 misiones espaciales del transbordador, contribuyendo desde la tierra con otros ingenieros y científicos, en el ensamblaje final de la Estación Espacial Internacional.

Dorothy Ruiz dice con orgullo:

Los nopales, representan la región del desierto del altiplano donde crecí, pero también son parte de mi historia de vida y de mis tradiciones en familia. Mi bisabuela removía las espinas y cortaba las pencas de los nopales en trocitos con una destreza y rapidez incomparables y luego los cocinaba muy al estilo ranchero (de la región donde ella creció en los ejidos de La Puerta de Aguilar y San Miguel, en el municipio de Doctor Arroyo). Esa manera de cocinar los nopales fue traspasado a mi abuela y después a mí.

En el 2011 propuse un proyecto de investigación en la NASA junto con otro colega para estudiar el nopal opuntia y sus posibles usos en la Estación Espacial Internacional. En este proyecto también invitamos a un colaborador científico de México. El proyecto fue aprobado e hicimos la investigación, pero nunca fue mandado al espacio. Aun así, espero un día retomar este proyecto y, que fregón sería, mandar nopales a la luna y a Marte”.

Dorothy Ruiz es un ejemplo de inspiración para jóvenes mujeres que quieren desarrollarse en áreas que en principio no consideran socialmente para mujeres. Su desempeño y formación es digno de alabarse.

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#4 Tiempos

Tiempo de mejora | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

Hoy, San Luis enfrenta a Puebla, un equipo que viene con sed de revancha, justo después de dar un muy buen partido en Monterrey, donde salieron vivos con un punto. San Luis, por su parte, tuvo su primer tropiezo en casa en la era Torrent, una dolorosa derrota frente a Tigres que jugó bien y, a pesar de sus errores, pudo controlar el partido y salir con los 3 puntos del Lastras.

En el trámite, parece un partido no tan complicado, tomando en cuenta los últimos torneos de cada equipo, pero las realidades cambian y cada encuentro es una nueva oportunidad. Hay que poner atención a Puebla, equipo al que es más peligroso enfrentar en la jornada 2 que en la 15. Pero hablemos de lo visto en el Lastras.

San Luis perdió en los primeros 90 minutos del torneo su principal fortaleza del campeonato anterior, su invicto en casa. Pero además cometió el único error que no había hecho antes: una expulsión, la de Yan Phillipe fue la primera tarjeta roja de un equipo de Torrent en Liga MX. Lo del brasileño fue un partido para el olvido.

En la zona baja, la ausencia de Cata y de Chávez fue bien cubierta, pero falta coordinación. Tanto Piccini como Águila y Cruz son defensas que pueden sacar el partido, siempre y cuando atiendan en todo momento y se coordinen. Dos goles a balón parado en el mismo partido es imperdonable en jornadas avanzadas.

Por la lateral derecha, Galdames bien, a secas, un jugador que normalmente no veíamos defender, ahora tuvo que cargar con el recuerdo de Chávez y correr toda la banda. Lo hizo bien, pero se nota que necesita acostumbrarse a esa posición.

El verdadero problema de San Luis, al menos en ese partido, fue la zona ofensiva: un equipo perdido, de poca creatividad en la última zona.

En pocas palabras, no hubo delanteros. Vitinho volvió a ser ese jugador que conduce mucho y define poco. Murillo tan solo flotó en la cancha y no tuvo oportunidades. Villal solo estuvo dentro unos minutos, y de Yan Phillipe, mejor no hablamos.

Es preocupante el panorama ofensivo del equipo, teniendo la salida de Boli, la ausencia (espero temporal) de Bonatini y la confianza en un Yan que no ha demostrado ser solución en los partidos que tiene con la camiseta de San Luis. Es criticable que no se haya reforzado aún en esa zona, que se haya dicho que se jugará con jóvenes y sigan los mismos. Algo tendrán que resolver para no tener ese problema.

Confío en que el cuerpo técnico tiene propuestas, confío en que saben bien lo que están enviando a la cancha. Espero que no estén solo intentando, y más bien estén proponiendo. Creo que Torrent y su cuerpo técnico tienen la capacidad y la experiencia para saber si algo hace falta en este cuadro, si es necesario reforzar de forma inteligente lo que pueden tener en el terreno de juego.

El partido de hoy es complicado por la presión del torneo anterior, por haber perdido en el arranque y porque, en el papel, Puebla parece un equipo a modo. Si esta noche San Luis no saca puntos de su visita al Cuauhtémoc, la presión comenzará a subir en un equipo que hasta el momento poco la ha sentido. Sí o sí, es tiempo de mejora.

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Opinión

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