#4 Tiempos
Tiburcio Cadena: De mocito a millonario | Columna de Jorge Saldaña

TERCERA LLAMADA.
¿Quién es Tiburcio Cadena Gutiérrez? Es el protagonista de la miserable y dolorosa historia de un hombre confundido por el miedo, la carencia y la ira. Un hombre que en sus 50 años intentó llenar sus vacíos emocionales con dinero, para reparar sus carencias existenciales a través de paliativos con precio. Un hombre que quiso tener dinero para tener algo, para dejar de no tener nada.
Un mocito con traumas de la señora Gallegos que se convirtió en soldado, en reportero mediano y finalmente en funcionario igualmente traumado y corrupto.
Son por lo menos 17 millones de pesos los que en tres años pudo robar Tiburcio Cadena en la administración municipal de Xavier Nava, a través de contratos a medios de comunicación inexistentes a los que pagó con dinero público para convertirlo en recursos privados.
La forma fue hasta burda: mandó hacer, de menos, de los que consta y dejaron evidencia, diez portales de internet. Siete fueron hechos el mismo día, en el mismo servidor, con los mismos datos, con el mismo proveedor. Otros tres ya existían. Uno que fue construido para la Coparmex, pero que fue desviado de su origen en 2019, y otro que se ofreció al municipio de Soledad desde el 2015.
Cada portal cuenta con sus prestanombres respectivos (son ladrones, pero no estúpidos), cobraron con puntualidad durante 2 años y 5 meses entre 30 mil y 80 mil pesos al mes, es decir, un promedio de 50 mil pesos por portal (seguramente a repartir con los prestanombres y factureros) durante todo el tiempo en que Tiburcio Cadena, el mocito con carencias y sin relleno, se desempeñó como director de comunicación social del Ayuntamiento capitalino.
450 mil pesos mensuales (menos moches a los proveedores simulados), multiplicado por 29 meses, resultan en un total de poco más de 13 millones de pesos, cuatro veces más de lo que ganará el propio presidente Nava durante los 36 meses de su mandato.
Si el presupuesto fuera pollo (sin connotación política) Xavier Nava se comió una alita mientras Tiburcio se atragantó la pechuga, el pescuezo, rabadilla, pico, plumas y hasta las menudencias. De esa hambre que no se quita.
Por si fuera poco, el mocito que nunca dejó de serlo, contrató un intangible que le pareció perfecto: los servicios de un locutor que comenzó recibiendo 50 mil pesos mensuales de iguala en 2018, aumentó a 88 el mismo año, en pocos meses subió a 166 (el doble de lo que cobraba suena a “una para ti y una para mí”), luego cobró todo el 2020 más de 100 mil cada treinta días y terminó en febrero de este 2021 con dos facturas idénticas de 1 millón 330 mil pesos con días de diferencia.
Cuestionado en plática informal, el locutor aludido me comenta a manera de defensa y duda razonable: “¿Y cómo sabes que de todas yo recibí el dinero?”
Tiene razón el locutor. Sin tener las facultades de Santiago Nieto, es imposible saber cómo se triangularon los recursos de cuentas privadas a otras. Quizás solamente se compraron las facturas y el dinero, ya con los respectivos impuestos descontados, iban a parar a alguna cuenta de Tiburcio o se convirtieron en irrastreable efectivo.
Del contrato por locución “incuantificable e intangible (como obra de arte)” en los casi tres años de “Te” Cadena al mando, se cobraron exactamente 4 millones de pesos.
(Como referencia un dato duro: Pepe Lavat, locutor reconocido internacionalmente y artista del doblaje en México, en paz descanse, cobraba en 2015, no más de 7 mil pesos por una campaña completa).
Las cuentas: 13 millones de pesos a través de contratos simulados en portales anónimos, más 4 millones de pesos por contratos de voz, suman 17 millones de pesos… solamente.
Nada mal para un mocito que se convirtió en millonario.
Por eso alcanza para comprar terreno y proyecto en Horizontes, por eso alcanza para depa y carro nuevo, por eso alcanza para inversión en Pozos. 17 millones para darse gustos propios con dinero ajeno, ojalá alcance para muchos muchos años de defensa jurídica y vida sin empleo.
Pero quien esto escribe ni juzga ni culpa, Culto Público (será trabajo de las fiscalías y contralorías) eso sí, tampoco justifico, pero entiendo de la condición humana y de los dolores tempranos y cognitivos de un hombre, y me conduelo hasta el punto del llanto de su miserable historia.
En la etapa quizás más dolorosa de la misma, Tiburcio se ganaba un pan con agua limpiando mierda de los perros, sirviendo café, barriendo y fregando los pisos al son de un tronar de dedos y recogiendo los juguetes de los hijos de sus empleadores. Fue el mocito (ni a Mozo llegó) de la entonces la familia Gallegos de Ayala, de entonces y ahora, de excelente posición social. Ahí se construyó el sueño de Tiburcio y se engendró su resentimiento.
Soñó en que un día sería patrón y no empleado, pero de ahí pasó a recoger mierda, barrer y fregar pisos al tronar de los dedos enlistado en la Secretaría de la Defensa Nacional, de donde no pasó de soldado raso, de los que obedecen a gritos y agachan la cabeza, de los que tienen que seguir siendo mozos y lavar los excusados. No cambió el tragar pan y agua, solo cambió de correa.
Luego pasó por el periodismo local sin pena ni gloria, que se recuerde ocupó sillas en el Sol de San Luis cuando su principal fuente de información era “Calolo” y, finalmente, se “consagró” como jefe de información en el Canal 7, propiedad, entre otros, de Luis Mahbub, su entonces patrón, al que sirvió también con infidelidad recibiendo aparte de su sueldo los respectivos “chayotes” gubernamentales de los que aunque renegaba diciendo: “yo gano bien y no los ocupo”, los recibía gustoso y hasta acudía a domicilio por su sobre (no de perro) manejando su destartalada Jeep Liberty negra con factura de aseguradora.
Hoy Tiburcio, el mocito, maneja una poderosa Suburban blanca como analgésico a sus carencias. Fue al único que la administración de Xavier Nava le autorizó un vehículo de lujo, porque el alcalde, el secretario y hasta el tesorero se mueven en vehículos sedán muy modestos.
En lo personal compadezco mucho a Tiburcio Cadena y su historia. Lamento y sufro en ajeno el ver la caricatura en la que se convirtió, me conduelo de ser testigo de una historia de aparentes éxitos usados como cascarón de un hombre dolorido, lastimado y resentido, que ni con todo el dinero que pudo haber robado le alcanza para comprar el alivio de sus privaciones tempranas ni cambiar su destino de obedecer, someterse y limpiar mierda. No importa el nombre de su encargo.
De lo aquí dicho, como siempre, tengo pruebas contundentes y por eso reto al multi aludido a defenderse y más allá: si Xavier Nava ignoró durante casi tres años las ladronadas de su jefe de comunicación, entonces que lo obligue a dar la cara o que se atenga a ser llamado corrupto por solapar a un ídem (¿De qué otra forma se le llamaría?).
Desde aquí, reto a Tiburcio Cadena a que explique en su oficina o en la mía, en el patio de la UAM o en la Plaza de Armas o donde el guste, el día que quiera y a la hora que le acomode a responder en vivo para todos los ciudadanos (auténticos dueños del dinero que manejó a su antojo TC):
¿Quién o quiénes son los propietarios y cuánto se le pagó durante su gestión a las siguientes páginas?
www.aldeapolitica.com
www.revistaroi.com
www.sonarpolitico.com
www.buenasnuevas.mx
www.cuarteycincogrados.com
www.enblancoynegro.mx
www.lanoticia.mx
www.reporterosanluis.com
www.vocerosanluis.com
www.lasdeldia.mx
¿Quién facturaba por cada una?
¿Por qué tienen exactamente las mismas notas y fotos?
¿Cómo se explica que fueron creadas en su mayoría el mismo día, bajo los mismos datos, en el mismo servidor?
¿Cuál fue la justificación para pagarles entre 30 y 80 mil pesos mensuales a páginas que no alcanzan siquiera el nivel de tráfico para ser rankeadas por Google?
¿Quién cobraba por ellas?
¿Qué tienen que ver contigo las contadoras Torres? ¿Son dueñas de www.monithor.mx? Tu deberías de saberlo, ¿no? ¿Quién cobra entonces?
¿Quién las creó y cómo se explica que tras la elección dejaron de funcionar y hace apenas unas horas pudieron ser “bajadas” de la red?
¿Por qué Michelle Jasmin Aayadi Garcín cobró 32 mil pesos mensuales como proveedora municipal hasta septiembre de 2020?
¿Quién es Michelle Jasmin Aayadi Garcín (a quien conociste en el Canal 7) y qué relación guarda contigo? ¿Quién cobra y administra la página www.lanoticia.mx ?
¿Ya no es oficialmente proveedora municipal? (pregúntale al tesorero como lo hice yo para que te lo confirme como a mí).
¿Quién es Cristina Gardea? ¿Por qué está en la nómina de comunicación social ganando casi 40 mil pesos si nadie la conoce?
¿No es la misma Cristina Gardea, la representante de la empresa consultora MKF de Marco Sifuentes el publicista político de Guadalajara?
¿A cambio de qué se le ha pagado a la mencionada señorita Gardea con la nómina del ayuntamiento?
¿No es Marco Sifuentes y su consultora, MKF (no KNG no te confundas) el autor de “Motivos para seguir” y de los conceptos de la campaña de Xavier Nava en su empeño electoral por Morena? ¿No es el autor de “San Luis suena fuerte”?
¿Pagaste con dinero público la campaña de Xavier Nava? ¿Usaste los 1.2 millones de pesos que se le contrató a la consultora desde el Interapas? ¿Se los estás pagando en abonos a través de una nómina secreta a la misteriosa Cristina Gardea?
¿Por qué al personal que contrataste en el municipio, ex compañeras tuyas del Canal 7, las cambiaste a Servicios Municipales? ¿Las quieres esconder?
¿Cuánto te costó y bajo qué esquema compraste el terreno en Horizontes de más de 250 metros cuadrados y su lujoso proyecto?
¿Dónde está tu 3 de 3 actualizada así como la de tu pareja Montserrat, funcionaria de Comunicación Social del Gobierno del Estado?
¿Pueden demostrar el origen de su fortuna o tienen algo qué esconder?
Tiburcio: Llévate los archivos, los contratos, las facturas, tus estados de cuenta y cállame la boca si todo lo que he dicho es mentira. Te reto –repito- a que limpies públicamente tu honra por el bien propio y de tu familia. Te espero cuando quieras, en las condiciones que quieras a que públicamente respondas. Quedo al pendiente. Nunca a tus órdenes.
Qué chistoso, Culto Público, que por lo menos un trío de personajes “Xavieristas” “los niños sin hambre”, los “tan honestos y buenos”, tengan tan poco crédito en la tarjeta de su libertad. Tanto que se quejaron de los anteriores y del resto de los mortales, instalados en el trono de la moralidad, que es dramático ver cómo hoy están tan cerca de vivir a salto de mata como ladrones.
¿Vas a hacer algo Xavier Nava? ¿Estabas enterado? Si lo estabas, con mucha pena te informo que te comieron el mandado, pero si no lo estabas pues pregúntale, verás que será insostenible en su encargo (a menos que todavía le debas algo a don Luis Mahbub…).
Al tiempo. Por lo pronto, es todo, Culto Público, y estaré informando con puntualidad respecto al asunto aquí expuesto.
También lee: Gabino y la comezón | Columna de Jorge Saldaña
#4 Tiempos
Fantasmas y oportunidad | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Este domingo San Luis abre el Alfonso Lastras frente a Tijuana, y no es un choque cualquiera, para los potosinos es una prueba de carácter, de identidad, de si realmente están vivos en este torneo o sólo repitiendo errores bajo otro sol. Para Tijuana, la visita es de las incómodas, estos partidos lejos de casa suelen desnudar sus fisuras, y enfrente estará un equipo que ya aprendió a morder cuando tiene que hacerlo.
San Luis llega golpeado por la irregularidad. Ha ganado partidos fuera de casa, pero también ha perdido otros en los que se dejó intimidar por rivales que no parecían tener mucho; juegos en los que el pulso se va, la concentración se diluye y los goles encajados parecen inevitables. Esa vulnerabilidad ha sido la constante, una defensa que tiembla, un mediocampo que se pierde cuando faltan ideas y delanteros que dependen demasiado de la inspiración aislada o del error ajeno.
Tijuana, por su parte, no es un paseo. Ha mostrado destellos de buen fútbol, ha sumado resultados decentes, pero también ha dejado ver que le cuesta imponerse fuera de casa cuando el rival presiona alto o lo obliga a construir desde atrás. Su equilibrio se tambalea si el marcador no le favorece pronto, y su carácter depende mucho de momentos puntuales de inspiración.
El historial entre ambos juega en favor de los fronterizos: más victorias, más empates, pocas derrotas. San Luis ha ganado escasas veces contra Tijuana, tanto de local como visitante, y eso pesa no sólo en la estadística, sino en la mente. Saber que enfrente hay un rival que te ha dominado más veces de las que quisieras recordar añade presión extra, obliga a estar mejor preparado, más concentrado y sin margen para regalar minutos.
La noticia que sacude el ambiente es el regreso de Vitinho al Alfonso Lastras. El brasileño, que dejó huella en San Luis por su desparpajo y verticalidad, vuelve ahora vestido de visitante. Su sola presencia añade una dosis de morbo, la afición potosina lo recuerda como una chispa capaz de encender partidos en segundos, y este domingo podría ser precisamente la amenaza que complique al equipo que alguna vez lo arropó. Su regreso no es un detalle menor, es un recordatorio de lo que San Luis tuvo y dejó ir.
Y la urgencia se siente en la grada, los aficionados ya no apuestan por promesas, quieren resultados. Si San Luis no se aferra a la localía, no sale con intensidad y no demuestra identidad desde el primer minuto, este partido puede volverse otro de esos en los que la ilusión apareció en la previa, pero el gol nunca llegó, o llegó demasiado tarde.
Este domingo no sólo se juega un partido, también se reencuentran viejos fantasmas. Si San Luis logra que la vuelta de Vitinho sea anécdota y no sentencia, tendrá mucho ganado. Pero si se deja arrastrar por la nostalgia y la fragilidad que lo persigue, Tijuana podría salir de nuevo airoso del Lastras. La diferencia entre fiesta y tormenta se definirá en noventa minutos.
También lee: El eterno | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
#4 Tiempos
De conformidad con Armani | Columna de Carlos López Medrano
Mejor dormir
Le debo mucho a personas de las que ni siquiera recuerdo el nombre. Hace quince, quizá veinte años, leí un artículo sobre Giorgio Armani en una revista de la que no retengo ni el título ni el autor. Lo único que llevo clavado en el pecho es el párrafo inicial que aún conservo como recorte y que cada tanto acude a mi memoria por dejarme una lección sencilla e invaluable: la de resistir.
El texto decía:
Cuarenta y tantos años y te va… «bien». Ese sentimiento es tan común para muchos hombres. Es una sensación que les da escalofríos en el alma cuando se ven al espejo, porque es el momento en que se dan cuenta de que deben guardar en un cajón sus antiguas ambiciones juveniles. Es la hora de conformarse con lo que se tiene.
Pero Armani decidió que no se conformaría. En julio de 1975…
Es lo único que tengo de aquel artículo, y ha sido suficiente. Ahí estaba lo esencial: no renunciar a los ideales. El autor evocaba el carácter de Armani, esa estrella tardía que rozaba los cuarenta mientras seguía a la sombra; trazando para Cerruti, elogiado a medias, con algunos cumplidos y atenciones, aunque bajo el nombre de otro. Condenado al taller ajeno y volver vacío a casa.
Muchos habrían sido felices con lo que Armani tenía por entonces. No estaba nada mal. Una profesión estable, buena paga, un lugar en la industria, sin riesgos, cierta tranquilidad. Sé feliz con tu trabajo. Si se lo proponía, podría llevar una vida manejable, moderadamente satisfactoria.
Pero para los espíritus de primera línea la conformidad es intolerable. Armani sabía que dentro de sí había algo más, y se decidió a buscarlo. Tuvo la fortuna de un fino soporte: su querido Sergio Galeotti. Los primeros pasos de un visionario precisan de alguna confirmación, un guiño que eche para adelante en tiempos de flaqueza. Galeotti representó eso para él.
Al cabo de un tiempo, ese hombre que parecía llegar tarde acabó por adelantarse a todos. Armani se convirtió en el diseñador italiano más famoso de su época, un emblema del estilo europeo. También un magnate y un símbolo. Su apellido se volvió sinónimo de calidad y seducción.
Mucho aprendí de aquel ejemplo. Un volantazo siempre es posible, incluso cuando el calendario insiste en dictar lo contrario, por mucho que las circunstancias se empeñen a adjudicar espacio en un rincón. He vuelto a esas líneas en mis horas de duda para recordarme que no hay límite de edad para dar la batalla, y que nadie la dará por nosotros. Después he encontrado historias semejantes, de hombres y mujeres que, en sus cuarenta, cincuenta, setenta o más allá decidieron no resignarse y se levantaron de la mesa para reclamar lo que aún podían ser, imponiéndose ante un pa norama sin emoción.
De Armani supe más tarde otras cosas. Cada que me adentraba venía mayor fascinación. Trazó para mí un ideal: ir arreglado y rodeado de bellas mujeres. Morir entonces con lentitud, con la gracia de una hoja que cae en una danza admirable. Su apego a la limpieza, heredado de su madre (desde niño tuvo un paño entre las manos para borrar lo que está mal con el mundo); su capacidad de desprenderse de lo que sobra, de lo chillón, de lo que hace ruido. «Hay que descartar todo lo demasiado llamativo», repetía, «y buscar algo más sutil, más silencioso». Así eran sus trajes, bondadosos en su ligereza, como una segunda piel que no aplastaba a quien la vestía. Supo que la comodidad era una expresión de la libertad. Las tres camisas que llevaba en la maleta.
El tono de su piel recordaba a la pulpa de una naranja madura recién abierta, un resplandor cítrico rodeado siempre de gente guapa, como si la belleza tuviera que escoltarlo. Acqua di Giò fue el primer perfume que convirtió en universal lo exclusivo. Alberto Morillas atrapó en un frasco la luz de un mediodía frente al mar, y Armani supo reducirlo en una frase: lo más importante es ser normal.
Él y sus modelos eran un brillo en medio de la decadencia de la civilización, un lujo popular que los pasajeros de un autobús vislumbraban al pasar frente a un anuncio o al mirar una película de Richard Gere. Supo ser el verano en una piscina, un yate cargado de aceitunas y también un rascacielos con pisos de mármol. Como revés a un verso de aquel poema español del siglo XV «Edechas a la muerte de Guillén Peraza», con Armani no se veían pesares, sino placeres.
Los maniquíes sueñan con portar piezas de Armani y ser acomodados por él en un escaparate, con la calma de un pintor impresionista. Diseños que juegan con los ojos, el anhelado capricho de llevar sus telas, que al final él resumía en su atuendo ligero, camiseta, pantalón, chaqueta, el peinado echado para atrás y esa sonrisa simétrica, flecha del estilo que entra por las fosas nasales. Gracias sus propuestas más de uno se animó a ser un yuppie es vez de caer en las sucias garras del jipismo.
En el delirio de mis comparaciones, pensaba en cierto diseñador estadounidense de cara atomizada como una extensión de Burger King, ahí donde Armani era una vuelta al Mediterráneo. Como Giorgio, desprecio a la gente que se aprovecha de la ingenuidad de la gente para alcanzar el éxito o, en última instancia, llegar al poder.
El mundo bien pueda dividirse en conformistas e inconformes. Los primeros se abandonan al asiento torcido de la rutina en cuanto les parece tolerable (y no les va tan mal); los segundos viven con el aguijón de no estar nunca en su sitio, y por eso se levantan y vuelven a intentarlo en su despecho. No siempre logran lo que persiguen, pero su combate en sí mismo ya es una inspiración. Giorgio Armani contaba que el mayor legado de sus padres fue un «sentido de dignidad», junto con la tenacidad y fortaleza mental suficiente para resistir en los momentos difíciles. Ropajes aparte, la historia de aquel hombre que, cumplidos los cuarenta, se lanzó a por todas, constituye un regalo de buen moño para quienes aún creemos que nunca es tarde para empezar de nuevo.
Contacto
Correo: yomiss@gmail.com
Twitter: @Bigmaud
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#4 Tiempos
Gustavo López, presentación de su libro He aquí al hombre | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Una introspección reconstruyendo su propia génesis a través de la palabra Gustavo López Hernández escribe He aquí al hombre, su libro de poemas que recorre sus sentimientos forjados a lo largo de su vida artística y cotidiana. Si el designio del cometa es el regreso el designio de Gustavo López es transcurrir. Transcurrir que describe en su libro, si bien personal, de gozo universal, pues su palabra se disfruta y nos hace reflexionar sobre nuestro propio transcurrir.
Su libro He aquí el hombre, será presentado en la librería Gandhi que se encuentra en el edificio Ipiña en Plaza de Fundadores, el día 12 de septiembre en punto de las seis de la tarde, contando con la participación de la poetiza Fabiola Amaro y un servidor.
Gustavo López es un referente en la música popular mexicana y en especial la denominada folclórica, que tuvo su momento de brillantez en los setenta y ochenta en ese México que se apuraba en formar músicos y cantantes que rescataran nuestras raíces musicales y dieran frescura con nuevas obras a ese arte lirico que mezcla la música y la palabra.
López Hernández participó en la formación de ese tipo de grupos musicales, como el caso del grupo “CADE” que difundía el folklor mexicano y a experimentar con composiciones que mezclan ese folklor con otros elementos musicales. Funda, en compañía de otros jóvenes el Centro para el Estudio del Folklor Latinoamericano (CEFOL). Este Centro fue el crisol en la formación de compositores interpretes y músicos que refrescaron el ambiente musical mexicano. Figuras como Eugenia León, Marcial Alejandro, Guadalupe Pineda, Roberto Morales, entre muchos otros, emergieron de ese Centro.
Gustavo López lleva en la sangre la vena musical de su tierra juchiteca donde nació y de donde fue a la ciudad de México a fincar su formación. Estudiando la preparatoria y posteriormente Letras Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México, estudios que combinaba con los de música, haciendo algunos estudios en la Escuela Superior de Música.
El célebre grupo de música folclórica latinoamericana, Los Folkloristas, lo tuvo como uno de sus miembros desde 1978 y hasta 1982. Desde entonces se le conoce como un compositor cuyas obras han sido estrenadas en los mejores escenarios mexicanos y sus canciones se han convertido en refrentes de la nueva música mexicana.
Como artista, también ha incursionado con éxito en la pintura, donde su obra se ha presentado en exposiciones individuales y colectivas en Oaxaca y Ciudad de México, así como fuera del país como fue su exposición en Puerto Rico.
Su impronta en la cultura de su estado ha quedado, además de su trabajo musical y pictórico, en la ilustración y creación de obra en el libro Oaxaca Recóndita de Wilfrido C. Cruz que editara el Instituto de Educación Pública de Oaxaca.
En agosto de 2024 publica su primer poemario He Aquí al Hombre, bajo el sello de Laberinto Ediciones, el cual ha estado promocionando en diversas sedes del país, y que ahora llega a San Luis Potosí, con la presentación del libro el viernes 12 de septiembre a las 18:00 horas en la librería Gandhi de Plaza de las Fundadores.
También lee: José Rafael Campoy padre del pensamiento moderno mexicano | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
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