#4 Tiempos
Soy potosino, pero qué lindo es Culiacán | Columna de Felipe Donato
El Che Pachón
Después de los sucesos por todos ya conocidos en Culiacán, capital de Sinaloa, bien vale la pena realizar un pequeño análisis de si la decisión del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, de dejar en libertad al Hijo del “Chapo”, fue o no la correcta.
Vayamos pues a los hechos: existen por lo menos dos versiones donde se habla de cómo fue la detención de Ovidio Guzmán. En una de ellas se menciona que una patrulla del Ejército y la Guardia Nacional (GN) realizaban un patrullaje de reconocimiento, cuando de un domicilio fueron atacados a balazos, por lo que respondieron a la agresión, logrando detener al mencionado sujeto para luego trasladarlo a la Fiscalía General del Estado para interrogarlo y posteriormente trasladarlo a la Ciudad de México.
La segunda versión señala que este sujeto, también apodado como “El Ratón”, se encontraba comiendo en un conocido restaurante de mariscos junto a otras personas, cuando de repente fue sorprendido por las fuerzas del orden. Se le pidió que no opusiera resistencia, y al no encontrar salida, optó por entregarse, para luego llevarlo a un búnquer blindado dentro de la Fiscalía.
SE DESATÓ EL INFIERNO
No pasó ni una hora cuando la gente de Ovidio, al darse cuenta de la detención de su líder, reaccionaron de manera violenta con una coordinación y una sincronización casi perfecta:
1.- un grupo se traslada al penal y libera a por lo menos 40 reos.
2.- otro grupo se traslada a la Fiscalía y pide que suelten a su jefe.
3.- un comando se dirige a las instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), para amenazar a los militares.
4.- y este fue el golpe más fuerte de esta organización a las fuerzas federales. Varios vehículos llenos de gente armada se dirigieron a la unidad habitacional donde rodearon el lugar, y por radio lanzaron la amenaza “si no lo sueltan va a valer ver…”.
Esta información fue dada a conocer al presidente de la República. Sus consejeros le comentaban “señor, estamos en desventaja, si no lo soltamos va a haber una masacre de proporciones inimaginables, no contamos con mucha ayuda de las corporaciones locales y si mandamos refuerzos tanto de la Guardia Nacional, como del Ejército, la Marina, o de la Policía Federal (PF), tardarían horas en llegar a esta ciudad y estas personas no están jugando, hablan muy en serio, pero usted tiene la ultima palabra”, le habrían dicho los integrantes del gabinete de seguridad.
Lo demás ya es por todos conocido, el presidente dio la orden: “Libérenlo, no podemos permitir que se pierdan decenas de vidas”.
AHORA, QUE FUE LO QUE FALLÓ EN ESTE OPERATIVO
De acuerdo al Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfredo Durazo Montaño, quienes llevaron a cabo esta captura no calcularon la respuesta que tendría este grupo delincuencial, además de que no se pidió la autorización de sus mandos superiores.
VIENEN LAS PREGUNTAS
¿Dónde quedaron los datos de inteligencia de las corporaciones de la federación? ¿No sabían del poderío armamentístico, de comunicaciones y logístico que tiene este cártel? ¿Por qué no se envió a los grupos de élite de las fuerzas armadas para efectuar esta misión que se considera como de alta prioridad (de estos soldados y marinos se sabe han sido quienes capturaron a Osiel Cárdenas Guillén, líder del Cártel del Golfo, o la captura de el propio “Chapo Guzmán”, incluso de liquidar a Arturo Beltrán Leyva, alias el “barbas”, o la detención de su hermano Alfredo Beltrán, alias el “Mochomo”).
LA PELEA SIEMPRE FUE DESIGUAL
Durante todos los enfrentamientos que sostuvieron los militares, estos se dieron en condiciones desfavorables en todos los sentidos.
1.- en muchos videos que circulan por la red los integrantes del Cártel de Sinaloa presumían los AK- 47, Kalashnikov o mejor conocidos como cuernos de chivo. Los poderosisimos Barret calibre .50, las ametralladoras M2 o Browning calibre .50, que se vieron empotradas en varias camionetas de los sicarios, y por si esto fuera poco, también salieron a relucir hasta bazucas, con las cuales se puede derribar un helicóptero o inutilizar un tanque de guerra, mientras que del lado de los soldados solo se pudo ver que tenían su fusil G-3 y en algunos casos, su nueva ametralladora FX-5 o mejor conocida como serpiente de fuego.
ANTE TODO ESTO, ¿LOS INTEGRANTES DEL GABINETE DEBEN RENUNCIAR?
La respuesta es de inmediato, pues es inadmisible que no se hayan tomado todos los protocolos necesarios para este tipo de situaciones, en pocas palabras, este operativo lo hicieron con las patas, pues hasta un Boy Scout hubiera hecho mejor trabajo.
¿SE EQUIVOCÓ ENTONCES EL PRESIDENTE AL ORDENAR LA LIBERACIÓN DE ESTE PERSONAJE?
La respuesta podría ser muy subjetiva, pues para aquellos que exigen mano dura contra los criminales, al costo que sea, no importa que vaya a correr más sangre. El presidente actuó mal y se equivocó, pero para los militares que vieron amenazadas a sus familias y en general, la población que vivió momentos de terror y de angustia, la actuación fue la correcta.
¿DEBE CAMBIAR LA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD?
Por supuesto que sí, es verdad que los “fuchi guacála” y “acusalos con tu mamá” no están dando resultados, tampoco es una solución hacer que arda el país y se genere un caos generalizado.
¿ENTONCES CUÁL ES LA SOLUCIÓN? ¿SI SE VE LEJANO EL DÍA EN QUE TODOS PODAMOS VIVIR EN PAZ?
La verdad es difícil tener una respuesta a este problema tan complejo, lo único que podemos hacer como sociedad es seguir luchando cada quien en su trinchera, para que este país avance y con ello las nuevas generaciones puedan vivir sin miedo y puedan ser felices, felices, felices.
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#4 Tiempos
Consideraciones sobre la amabilidad | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
Tenía Víctor Hugo, el gran escritor francés, veintisiete años de edad cuando publicó, en 1829, El último día de un condenado, novela o largo relato en el que se pone a describir los pensamientos íntimos, las agitaciones interiores y los estados de ánimo que se apoderan de un hombre que pronto -muy pronto- va a tener que morir. La justicia ha señalado ya el día y la hora en que deberá tener lugar la ejecución; todo, pues, está listo…
Pero, no: ¡no todo está listo! Puede que lo esté el cadalso, puede que lo esté el verdugo, pero este hombre todavía no está listo. ¡Aún no sabe por qué debe morir! «Soy joven, estoy sano y fuerte –gime en el calabozo-. La sangre circula libremente por mis venas; todos mis miembros obedecen a todos mis caprichos; estoy robusto de cuerpo y de mente, preparado para una larga vida. Sí, todo esto es verdad; y, sin embargo, padezco una enfermedad, una enfermedad mortal, provocada por la mano del hombre».
Afuera, en la calle, todos ríen y se gozan: el calor del sol es bueno, la vida es bella. ¡Ah, tienen razón al mostrarse tan alegres! Para ellos hay futuro. ¿Cómo no sonreír cuando a la noche sigue el día, cuando se espera vivir muchas noches y muchos días? En cambio él… ¡Quizá no haya para él ni otra noche ni otro día!
Llama la atención, sin embargo, cómo es que este hombre se da cuenta de que no le queda mucho tiempo: ¡por la amabilidad del personal penitenciario! ¿De cuándo acá se mostraban tan amables estos monstruos de indiferencia? ¿De cuando acá? «El camarero de guardia acaba de entrar en mi calabozo, se quita el gorro, me saluda, pide perdón por molestarme y me pregunta, suavizando en lo posible su voz ruda, lo que deseo para el desayuno. Me entran escalofríos. ¿Será hoy?».
Es decir, ¿será hoy cuando tenga que ser ejecutado? Tanto refinamiento, tanta delicadeza le parecen francamente sospechosos. Hasta hace poco todos le hablaban a gritos, brutalmente, pero hoy se descubren la cabeza para saludarlo y hasta ejecutan ante él respetuosas reverencias. Sí, es posible que sea hoy. El condenado, entonces, se pone a temblar. Es que no era normal, no era normal en absoluto que…
Pero las cosas se complican todavía más cuando, de pronto, la reja del calabozo se abre y aparece en el marco de la puerta una figura pequeña, de largos bigotes negros, y amable hasta la falsedad. «Sí, es hoy –piensa el condenado al ver a este individuo ejecutando todas las ceremonias de la cortesía-. El mismo director de la prisión ha venido a visitarme. Me pregunta lo que me gustaría o podría serme de utilidad; incluso hasta expresó el deseo de que no tuviera quejas de él o de sus subordinados; se interesó por mi salud y por cómo había pasado la noche. ¡Al salir me llamó señor! ¡Sí, es hoy!».
Y admírese usted: los pensamientos del condenado resultaron ser ciertos; su intuición no lo engañó. Era hoy, precisamente cuando debía morir. No se equivocaba.
¿Por qué los humanos dejamos la amabilidad y la cortesía para el último momento? Al parecer, sólo los muertos –o los que están a punto de serlo- logran conmovernos. «¡Cómo admiramos a los maestros que ya no hablan y que tienen la boca llena de tierra! –exclama el personaje único de La caída , el famoso monólogo de Albert Camus (1913-1960)-. El homenaje se les ofrece entonces con toda naturalidad, ese homenaje que, tal vez, ellos habían estado esperando que les rindiésemos durante toda su vida… Observe usted a mis vecinos, si por casualidad sobreviene un deceso en el edificio en el que usted vive. Los inquilinos dormían su vida insignificante y, de pronto, por ejemplo, muere el portero. Inmediatamente se despiertan, se agitan, se informan, se apiadan».
¡Los hombres sólo somos corteses con los muertos! He aquí lo que el Nóbel francés quiso decir. Pero no sólo lo dice él. He aquí, por ejemplo, lo que Máximo Gorki (1868-1936), el escritor ruso, escribió en su autobiografía: «¡Las misas de difuntos son las más bellas de toda la liturgia! ¡Hay en ellas ternura y piedad para los hombres! ¡Nuestros semejantes no compadecen sino a los muertos!».
Está bien, está bien, así es. Y, sin embargo –me digo-, he aquí un método para cultivar la cortesía: ver en el otro, ese que ahora está junto a mí, un condenado a muerte -¡que lo es, sólo que él no lo sabe, o lo ignora, o no quiere pensar en ello!- y tratarlo como si mañana ya no fuera a estar aquí; tratarlo, en una palabra, con las mismas atenciones que el carcelero dispensó al condenado a muerte en el relato de Víctor Hugo. ¡Ah, si nos viéramos como somos, es decir, como mortales, qué dulces seríamos en nuestras relaciones, y qué corteses!
Dice Aliosha a Lisa en Los hermanos Karamazov, la novela de Fiodor Dostoyevski (1821-1881): «Hay que tratar muy a menudo a las personas como si fueran niños, y a veces como si fueran enfermos». No está mal, no está del todo mal. ¿Con qué delicadeza no trataríamos a una persona si supiéramos que quizá hoy mismo va a morirse? ¿Y cómo estar seguros que no será hoy el día en que morirá? Por eso, más vale ser amables con él.
Otra cita más; ahora la he tomado de Sobre héroes y tumbas, la novela de Ernesto Sábato (1911-2011), el escritor argentino: «¿Sería uno tan duro con los seres humanos si se supiese la verdad que algún día se han de morir y que nada de lo que se les dijo se podrá ya rectificar?».
Todos los hombres son mortales, Juan es hombre, luego Juan es mortal. El silogismo nos sale bien; en el fondo, los hombres no somos tan ilógicos como parecemos a primera vista. Sólo que no siempre sacamos de nuestros razonamientos todas las consecuencias pertinentes al caso.
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#4 Tiempos
Se acabó el Clausura 2025 | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Llegó a su fin el torneo de la Liga MX con un nuevo campeón, el Toluca destronó al América y se sienta en la cima. Ahora es momento de hacer cuentas, de esas que sirven para alimentar la estadística.
En total, en el Clausura 2025, se jugaron 170 partidos: 153 de temporada regular y 17 de liguilla.
En la jornada 9 se dio el resultado más abultado del campeonato, un 5-0 que le propinó Toluca a Querétaro en la bombonera. En contraparte, 12 partidos terminaron con un empate a 0, incluyendo el partido de ida de la final entre América y Toluca.
El equipo más goleador fue Toluca, con 51 tantos entre torneo regular y liguilla, a diferencia de Querétaro que fue el que menos anotó con tan solo 10 en toda la fase regular.
Algunos de los récords que se rompieron en este Clausura 2025 destacan al Toluca anotando 5 goles en dos partidos, primero ante Querétaro en la jornada 9 y después frente a Necaxa en la jornada 11.
Jhon Kennedy de Pachuca logró anotar en cuatro partidos consecutivos en casa, alcanzando a Edwin Cardona en 2019.
Atlas logró una remontada 4-3 después de ir perdiendo 0-3 ante Tijuana, algo que igualó a América en 2016 ante Cruz Azul, por cierto, este partido entre Atlas y Tijuana fue uno de los dos con más anotaciones del torneo.
Para cerrar con los números, el promedio de asistencia a los partidos fue de 23,783, mientras que la mejor asistencia fue el partido entre Monterrey y San Luis, en la jornada 8, con 50,023 aficionados, esto gracias a la expectativa del debut de Sergio Ramos. Del otro lado, el partido con menos asistentes fue el Pumas vs Mazatlán con tan solo 8,845 espectadores, esto provocado por jugar al mismo tiempo que se llevaba a cabo el Super Bowl 59.
Por último, en temas financieros, se presume que el campeón del futbol mexicano recibe aproximadamente 78 millones de pesos más la clasificación a la Copa de campeones de Concacaf y un considerable aumento en los bonos de patrocinadores tanto propios como de la liga.
Se fue un torneo, y aunque todavía quedan por lo menos dos partidos más que interesan a los aficionados locales (Cruz Azul vs Vancouver y América vs LAFC), la liga llegó a su fin y por ahora vivimos la emoción del futbol de estufa, hagan sus apuestas y esperemos que el próximo torneo vuelva a emocionar.
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#4 Tiempos
Micrometría y la paz del espíritu en la Ciencia en el Bar | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Braulio Gutiérrez Medina es un investigador del Instituto Potosino de Ciencia y Tecnología, IPICyT, que realiza trabajo de investigación en biofísica, biomateriales bionanotecnología, siendo especialista en técnicas de Microscopia óptica, que incluyen herramientas de pinzas ópticas y fluorescencia.
Sobre estos temas estará participando con una plática en La Ciencia en el Bar que ha titulado, La Micrometría y la Paz del Espíritu; sugerente título que nos remite a asuntos de medición en sistemas biológicos los cuales tienen tamaños micrométricos y nanométricos y en los que se requiere para su estudio de mediciones de microscopía con luz para muy pequeños tamaños.
La charla se llevará a cabo el jueves 29 de mayo a las ocho de la tarde noche en La Cervecería San Luis, ubicada en la Calzada de Guadalupe número 326, con entrada libre. La charla forma parte del ciclo treinta y nueve de esta serie que corresponde a diecinueve años de actividades. La Ciencia en el Bar es un programa pionero en el país y ha sido replicado en varias partes del país, generando escenarios de interacción entre la comunidad científica nacional y el gran público.
Este jueves, es una buena oportunidad para escuchar al Dr. Braulio Gutiérrez y conocer parte de su trabajo de investigación que realiza en el IPICyT. El Dr. Braulio Gutiérrez es un físico egresado de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México en 1997 y realizó sus estudios de doctorado en Física en la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos en 2004 y un Posdoctorado en Biofísica en la Universidad de Stanford en 2009. Ha recibido los premios Jorge Lomnitz Adler 2018 del Instituto de Física-UNAM y Academia Mexicana de Ciencias en el 2018, y el premio George E. Brown, Jr. UC MEXUS en 2010. Cuenta con un par de patentes, entre ellas método para obtener imágenes tridimensionales usando un microscopio de campo brillante otorgado en 2021.
Con la técnica de pinzas ópticas que ha desarrollado el Dr. Braulio Gutiérrez, ha logrado entender un poco más el funcionamiento de pequeñas proteínas de las células, llamadas motores moleculares, que funcionan como mensajeros al interior de la célula.
En una entrevista que concedió el Dr. Gutiérrez detalló el desarrollo de sus pinzas ópticas: “Construimos un instrumento de pinzas ópticas, que se basa en un microscopio óptico con el cual podemos observar muestras biológicas y micropartículas. Un microscopio óptico utiliza lentes para formar una imagen amplificada de la muestra de interés. La lente más importante del microscopio es el objetivo que se encuentra inmediato a la muestra. Al microscopio le acoplamos un haz láser que hacemos pasar a través del lente objetivo, con lo cual logramos tener el láser enfocado sobre la muestra. Este láser es el que captura y manipula nano-objetos como las proteínas llamadas cinesinas”.
Por lo regular las charlas de La Ciencia en el Bar se realizan en día miércoles, en esta ocasión se realizará el jueves que es día 29 de mayo. Los esperamos este jueves a las ocho de la noche en La Cervecería San Luis y disfrutar la charla del Dr. Braulio Gutiérrez sobre Micrometría y la Paz del Espíritu.
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