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SLP, top 10 en robo de motocicletas en México; se roban 5 diariamente
El estado pasó de cero robos de motocicletas en el 2015, a 142 casos al mes en este año; San Luis Potosí es líder en el Bajío en este delito
Por: El Saxofón
San Luis Potosí es líder en la región Bajío y séptimo lugar a nivel nacional en robo de motocicletas. En el primer semestre de 2019 han sido robadas 855 unidades, que en muchos casos han sido utilizadas para cometer otro tipo de delitos.
El estado con mayor número de motocicletas robadas es el Estado de México con 3 mil 607 unidades; le sigue en segundo lugar Jalisco con 2 mil 071; en tercer lugar, se ubica la Ciudad de México con 1 mil 250; en cuarto lugar, está Michoacán con 965; en quinto Tabasco con 965, en sexto puebla con 918 y en séptimo San Luis Potosí con 855 unidades robadas entre enero y junio del presente año.
En la región Bajío, San Luis Potosí va a la cabeza, seguido de Querétaro, donde en los últimos seis meses se ha denunciado el robo de 509 motos, mientras que en Aguascalientes han sido hurtadas 407 y en Zacatecas 148. En Guanajuato, las autoridades locales no reportan ni un solo robo de motocicleta, en los datos que entregan al SESNSP.
En el no tan lejano 2015 cada mes se robaban en promedio 75 vehículos. Todos coches de cuatro ruedas. En ese año, las motocicletas aún no despertaban el interés de la delincuencia en San Luis Potosí, ese año no se denunció ningún robo de motocicleta.
Cuatro años después, la realidad ha cambiado diametralmente, en promedio se roban 315 vehículos cada mes, y de estos, al menos 142, casi la mitad, son motocicletas.
El robo de vehículos fue en ascenso desde el primer año de Juan Manuel Carreras en la gubernatura del estado. En 2016 el promedio de denuncias por robo de vehículos fue de 126 al mes y a partir de agosto de ese año inició el robo de motocicletas. Entre enero y julio no fue robada ni una sola de estas unidades, pero en agosto se robaron 48; en septiembre 50, en octubre 39, en noviembre 24 y una cantidad similar en diciembre.
La escalada en el robo de vehículos fue advertida desde el primer momento por la prensa y en respuesta las autoridades dispusieron la implementación de diversos operativos para inhibir el robo y recuperar las unidades.
A la fecha, el delito no ha sido inhibido y la “recuperación” de unidades consiste en el hallazgo de estas en estado de abandono y ya desvalijadas durante los rondines de vigilancia que hacen las diversas corporaciones.
Ocasionalmente es recuperada alguna unidad tras una persecución, o también ocasionalmente se detiene a algún presunto robacoches. En promedio, en una semana se recuperan 35 vehículos robados, la mayoría de ellos, ya desvalijados.
En el caso de las motocicletas, su recuperación es más rara. La mayoría de las unidades no vuelven a ser vistas por sus propietarios. Hasta la fecha, se desconoce la cantidad de motocicletas recuperadas, pues los partes informativos de las autoridades solo señalan el número de “vehículos automotores” recuperados, pero no revelan cuántos son “Coches de cuatro ruedas” y cuántos son motocicletas.
De todos es sabido que el robo de motocicletas está relacionado con la comisión de otros delitos, que van desde el homicidio hasta el robo en sus diversas modalidades.
Desde diciembre de 2017, la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE) informó que se implementaría un operativo orientado a la revisión de este tipo de automotores, y efectivamente, operativos similares siguen siendo aplicados por las diversas corporaciones policiacas, desde las policías municipales de San Luis y Soledad, hasta la policía Estatal y la Ministerial, se aseguran unidades, que en ocasiones se encuentran abandonadas, otras veces se detiene a los tripulantes, pero el delito sigue a la alza: en diciembre de 2017 se robaron 72 motocicletas, para diciembre de 2018 la delincuencia se apoderó de 176 unidades.
Según un reporte de Notimex, la agencia informativa del Estado Mexicano, «En los últimos seis años, el robo de motocicletas registró un aumento de 300 por ciento, y la marca Italika encabeza esta lista, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS)».
“Según la AMIS, en el último reporte de robo a noviembre de 2018, el organismo que agrupa a las aseguradoras que operan en el país indicó que se robaron tres mil 811 motocicletas aseguradas de la marca Italika de 111 a 250 centímetros cúbicos (cc), lo que representó un aumento de 24.6 por ciento en comparación con el mismo periodo del año previo”.
En 2017 el robo de vehículos alcanzó un promedio mensual de 193 unidades robadas cada mes. Crecieron también las unidades arrebatadas con violencia a sus propietarios. En ese año los ladrones de vehículos ya cumplían con una cuota de unas 48 motos al mes.
Para el 2018 el promedio de robo de vehículos alcanzó las 308 unidades al mes y el hurto de motocicletas alcanzó las 128.91 unidades al mes.
En 2019 el robo de autos y motocicletas se ha consolidado en San Luis Potosí, las cifras fluctúan mes con mes, pero el promedio sigue al alza. La media son 142 motos robadas al mes, y 173 coches de cuatro ruedas.
Las autoridades de seguridad, desde el Secretario de Seguridad Pública, Jaime Pineda, el vocero Oviedo y hasta el gobernador del estado siguen argumentando que la incidencia delictiva es reflejo de la realidad nacional, y que San Luis Potosí no ha alcanzado los niveles de otros estados. Sin embargo, no quieren admitir que comparada con la realidad de hace cuatro años, cuando inició la actual administración, la delincuencia ha ganado suficiente terreno y no hay avisos, hasta ahora, de que las autoridades lo puedan recuperar.
#4 Tiempos
La IA, periodismo, y la coartada perfecta | Apuntes de Jorge Saldaña
““Vivimos bajo tormentas de datos que no construyen verdad sino ruido”. La información, desanclada de la confianza, se vuelve atmósfera. Y en atmósfera turbia, cualquiera puede gritar “fuego” y llamar a los bomberos, o “deepfake” y zafarse de la comisión de un delito”
Por: Jorge Saldaña
Hay épocas en las que la tecnología acelera más rápido que la ley en una carrera en pista sinuosa, de esas con curvas tan cerradas que hasta el volante tiembla.
Estamos ahí. La inteligencia artificial (IA) ya es capaz de imitar una voz al grado de confundir a tu mamá, de injertar un rostro en un cuerpo ajeno con precisión perfecta, de producir un “comunicado oficial” con sellos y sintaxis idénticos a los originales. Qué peligroso.
No obstante, lo que de veras me quita el sueño (y eso que soy dormilón) no es solo lo que la IA puede fabricar, sino lo que su misma sombra puede desmentir, es decir, que lo verdadero sea tirado a la basura señalándolo a la ligera como “irreal”.
Dicho en pocas palabras: sí temo a la mentira hecha con IA, pero temo más que la IA se vuelva la coartada perfecta para negar la verdad. ¿Me explico?
Pienso en un audio que exhibe una extorsión, en una foto que capta a un político con un criminal, en un contrato auténtico que documenta un desvío.
Con la reforma aprobada en San Luis Potosí (con tan solo 10 días de análisis) que tipifica el “uso indebido” de IA para provocar alarma, alterar la paz social, o dañar la imagen de un tercero, creo que nos pone a todos, pero aún más a los que nos dedicamos al periodismo, en un altísimo riesgo de que la primera reacción del involucrado no sea la responder al fondo, sino señalar al mensajero: “Eso lo creó la IA”, y entonces deberá ser el reportero, y no el delincuente exhibido, el que deberá de demostrar que su evidencia no es sintética o artificial, o se va al bote.
Invertimos la carga de la prueba: del hecho al emisor; del culpable al periodista.
No exagero: Artículo 19 ya advirtió lagunas de precisión en conceptos como “alarma pública” o “paz social” (que son ambiguos y propensos a la interpretación) y un riesgo de discrecionalidad que podría alcanzar desde la crítica política hasta la edición creativa.
Es cierto, la iniciativa del diputado Héctor Serrano, incorpora exclusiones para fines periodísticos, académicos, artísticos y de parodia “siempre que no exista dolo y se indique expresamente ese carácter”. Bien intencionado, sí. ¿Suficiente? No, porque el campo de juego queda resbaladizo y no hay árbitro judicial ni peritos especialistas en el tema.
Las modificaciones al Código Penal producto de la iniciativa de regulación a la IA, no define con precisión cómo demostrar el dolo, qué es alarma y, sobre todo, quién y cómo lo acredita.
Byung-Chul Han lo dijo en su libro Infocracia, (que me gusta mucho citar): “vivimos bajo tormentas de datos que no construyen verdad sino ruido”. La información, desanclada de la confianza, se vuelve atmósfera. Y en atmósfera turbia, cualquiera puede gritar “fuego” y llamar a los bomberos, o “deepfake” y zafarse de la comisión de un delito.
Nuestro tiempo es el de la sospecha permanente, la duda como política de Estado.
El tema me recuerda a Orson Welles que lo anticipó en 1938 con La guerra de los mundos: una ficción radial que, contada como boletín, desató pánico.
Hoy no necesitamos actores; bastan modelos generativos, un par de clics y un algoritmo de difusión.
Imaginen —no es ciencia ficción— un boletín “verosímil” de la Sedena ordenando toque de queda; una “conferencia” de la presidenta aceptando una invasión o un “video” de un presunto homicida de un estudiante de Estomatología confesando un delito… (saben a lo que me refiero).
¿Qué tal que el homicida alega que el video que se filtró fue hecho con Inteligencia Artificial? ¿Se va a perseguir al medio que lo difundió? En una de esas, hasta el homicida sale libre…¿Ya me entiende, Culto Público a lo que me refiero, me preocupa, y me da comezón?
La IA escribe el guion; las redes, el miedo.
Ahora bien: San Luis Potosí ya legisló. ¿Hacía falta? Sí. Pero… ¿Así? ¿Tenemos la suficiente fortaleza académica, experiencia profesional y capacidades para fundamentar una legislación sobre esta materia que nos va ganando la carrera? ¿No será esto un acelerón en plena curva?
El que esto escribe, aprendiz de reportero, alcanza a ver al menos tres riesgos que no podemos ignorar:
1) La coartada perfecta del poderoso.
Frente a una investigación sólida, la respuesta fácil será: “es IA”. Si la norma deja ambigüedades, el periodista puede terminar litigando su autenticidad en vez de publicar, y esto puede generar un efecto inhibidor, una autocensura preventiva por miedo a ser acusado de crear “realidades sintéticas”.
2) La puerta trasera de la censura.
Cuando “alarma social” o “paz pública” no tienen parámetros verificables, cualquier pieza incómoda puede ser encuadrada como “desestabilizadora”. Hoy se promete que no; mañana basta un fiscal con prisas o un juez con miedo o a modo.
3) La prueba imposible.
En la práctica forense, demostrar que algo no fue generado por IA requiere peritajes especializados, sellos de procedencia, cadenas de custodia digitales. No los tenemos para temas como la IA ¿Quién los hará? ¿Con qué estándares? ¿Con qué independencia? Si no definimos eso, la balanza se inclina contra el informador.
Ante ello, creo que necesitamos definiciones más concretas, cerradas y taxativas, lo mismo que una “mente culpable” o como dicen los abogados una Mens rea probada, exigir dolo específico: intención de provocar alarma…me-di-ble y no de “sensación” de la misma.
Además, si alguien alega que una pieza es sintética o fabricada, que lo acredite con peritajes de laboratorios independientes (no “peritos de parte” -que además no hay en SLP- a modo).
Los periodistas también tenemos que tener garantías reales y no meramente declarativas.
Efectivamente hay una exclusión en la iniciativa aprobada para el ejercicio del periodismo, arte, academia y sátira, sin embargo, ¿quién garantiza que opere en los hechos, cuando alguien -como dije arriba- nada más porque sienta calor le llame a los bomberos…?
No se trata de negar el dilema —que es brutal y de múltiples aristas—, sino de evitar que la cura mate al paciente. Porque, paradójicamente, la IA que nos amenaza con fabricar mundos, también puede servir para validarlos.
A ver, para Usted mi Culto Público, le comparto dos escenarios de pesadilla y uno de esperanza:
Un “Falso con consecuencias reales”: Un “comunicado” apócrifo de Protección Civil que ordene evacuar colonias. Pánico, saqueos, accidentes. Nadie herido por la IA; todos por la estampida.
Un “Verdadero desmentido como falso”: Un video auténtico que documenta un abuso policial. Los responsables gritan “deepfake”, “IA”, un juez timorato concede medidas cautelares, y el reportero enfrenta proceso. La evidencia muere antes que el delito.
Uno de esperanza: que la norma haga lo que promete: perseguir mentiras sintéticas dañinas, proteger a víctimas (como las 400 estudiantes de Zacatecas) y blindar la crítica. Se puede, si se afina y lo hacemos de forma acompañada y profesional. No a la ligera.
La delgada línea entre vigilar y castigar —permítanme el guiño— no debería cruzarse hacia castigar al que vigila. La prensa, con sus errores y excesos que a veces tenemos (no me subo al púlpito ni tiro la primera piedra), sigue siendo el semáforo en una avenida oscura: si se apaga “por seguridad”, lo que viene no es orden, sino una carambola con trágicas consecuencias.
Cierro con una imagen. La IA es el Orson Welles de nuestros tiempos: puede narrar invasiones que no existen y desmentir revoluciones que sí ocurrieron. La diferencia será si, en San Luis, ponemos reglas claras, peritos que sepan, y un principio simple grabado en piedra: a la verdad no se le pone grillete; a la mentira, sí.
Insisto, si lo hacemos bien, con profesionalismo y sin miedo, quizá esta vez la radio hablando de marcianos no provoque pánico, sino lucidez.
Mañana será el diputado de Morena Carlos Arreola (qué casualidad) el que anuncie el desarrollo inmediato de foros con ciudadanos, académicos, especialistas, periodistas, abogados y otros grupos para discutir, plantear y afinar la iniciativa aprobada. Aunque lo convoque Arreola, ni modo, me apunto.
Nota: Esta columna no fue redactada con IA, sino con MIR (Mi Ignorancia Regular).
Hasta la próxima.
Yo soy Jorge Saldaña.
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Ciudad
Se dispara la violencia familiar en vacaciones; SSPC refuerza prevención
Juan Antonio Villa dijo que los domingos por la tarde son los días que concentran más reportes
Por: Redacción
A unas semanas del inicio formal de las fiestas decembrinas, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) advirtió que los casos de violencia familiar tienden a incrementarse durante este periodo, especialmente después de que los niños salen de vacaciones.
El titular de la dependencia, Juan Antonio Villa Gutiérrez, señaló que cada año se registra un repunte en llamadas de auxilio relacionad as con agresiones dentro del hogar , en gran parte provocado por el consumo de bebidas alcohólicas y otras sustancias.
Villa Gutiérrez explicó que, aunque este comportamiento es cíclico, la SSPC trabaja actualmente desde el área de Prevención del Delito para que mujeres, niñas, niños y ciud adanía en general aprendan a identificar conductas violentas que a menudo se normalizan, como la violencia psicológica o económica.
“El objetivo es inhibir en lo posible el incremento de la violencia familiar”, afirmó el secretario.
El funcionario señaló que no existe una zona específica donde se concentren los reportes, pues la incidencia varía; sin embargo, detalló que los domingos por la tarde suelen ser los momentos con mayor número de denuncias, nuevamente influido por el consumo de alcohol.
La SSPC aseguró que mantendrá operativos y vigilancia reforzada durante las semanas previas y posteriores a las vacaciones decembrinas.
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Destacadas
Propuesta de sueldos policiacos en SLP reducirá actos de corrupción: SGG
La iniciativa sobre los salarios de elementos municipales se presentará antes de fin de año
Por: Redacción
J. Guadalupe Torres Sánchez, secretario general de Gobierno de San Luis Potosí, informó que las autoridades estatales continúan en el análisis y recaudación de información de la iniciativa legislativa para que los policías de los 59 municipios reciban un sueldo mínimo de 15 mil pesos. Esta medida busca brindar mayores garantías a los elementos de seguridad, reducir actos de corrupción e incluso evitar que se filtre información a grupos de la delincuencia organizada.
Para lograr dicha homologación, Torres Sánchez explicó que se han llevado a cabo mesas de seguridad en distintos municipios, donde se dialoga con presidentas y presidentes municipales para conocer su estado de fuerza
y los salarios actuales de los uniformados.Sobre estas reuniones, el secretario señaló que existe una gran disparidad salarial, pues algunos municipios pagan siete mil u ocho mil pesos mensuales, cantidad que consideró insuficiente para garantizar una vida digna.
Por último, Torres Sánchez indicó que la intención es presentar la iniciativa ante el Congreso del Estado antes de que concluya el año, con el fin de que el Poder Legislativo cuente con el tiempo necesario para su análisis.
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