#4 Tiempos
Ruth González, el Senado y el 2027 | Apuntes de Jorge Saldaña
APUNTES
Ruth González Silva hizo una campaña estatal y quizás haga otra dentro de tres años.
La de los últimos noventa días, venida de menos a más, alcanzará para que su partido logre más posiciones, se mantenga como la primera fuerza política del estado y hasta alcanza para ser el punto de partida de cara a la sucesión sexenal del gobernador, Ricardo Gallardo.
Y es que, Culto Público: El dos mil 24 en su dos de junio, esconde al dos mil 27.
Hijos de mis conclusiones aventuradas, durante el periodo de campañas, que concluyen hoy a la media noche, los números respecto a las fórmulas del senado fueron cuidados con celo.
Y cómo no iban a serlo, si de eso depende la posición que juegue San Luis en los próximos tres años con el gobierno federal.
Aunque mediciones se tuvieron a diario según me confiaron algunas fuentes, solo fueron dos casas encuestadoras las que midieron y publicaron resultados para las posiciones de la Cámara Alta.
Grupo Reforma en mayo, que le concedió una ventaja de 19 puntos a la fórmula verde, y ayer la de Consulta Mitofsky que calcula ya una irreversible ventaja de por lo menos 13 puntos a favor de la fórmula Ruth González y Gilberto Hernández Villafuerte.
Ni Reforma ni Mitofsky se jugarían el prestigio haciendo un “jaimenarvaez” y aunque seguramente los números publicados tienen su “copetito” (por aquello de la propaganda) siguen siendo referencias confiables y los resultados del conteo, se anticipa, serán muy parecidos a los que hoy conocemos.
La batalla por la medalla de plata, segundo lugar, repechaje o primera minoría, la disputan Verónica Rodríguez de la coalición Fuerza y Cora, y Rita Ozalia (también Rodríguez) de Morena, que están “tablas” en los números, o lo que es lo mismo, en un empate técnico con los “más menos” del margen de error que todas las encuestas serias consideran.
Pero regresemos al análisis de la campaña de Ruth González porque son varios puntos los que se deben destacar:
Fue una candidata que remontó, que vino desde atrás en las preferencias y niveles de conocimiento, a alcanzar, rebasar y tener un margen irreversible a seis días de la jornada electoral.
Que la campaña de Ruth no fue ni de trámite ni de bajadita. Todo lo contrario. Tuvo que lidiar con la muy compleja construcción de candidaturas, unas coligadas con Morena, otras no. Equilibrar esa fórmula y apoyar a la “Claudia es verde” pero también subir a los templetes combinados de “Claudia es Morena” seguramente no fue una tarea ni sencilla ni para principiantes.
Su campaña fue de las muy pocas que entendieron la evolución en la forma de hacer campañas, que logró adaptarse y logró construir un equipo ordenado, desarrollar una narrativa y una propuesta de valor; no es raro ni gratuito que casi todas y todos los candidatos se “subieran” a la campaña de la abanderada verde.
Son los resultados de votos verdes de Ruth González los que se van a contrastar con los votos guindas y por lo tanto será la manera en que será visto el estado por Claudia Sheinbaum, o en otras palabras, a quién le deberá el triunfo en territorio potosino, y aunque Morena logre una importante aportación, a partir de un triunfo verde las dirigencias y delegaciones también podrían cambiar de pantone.
Ganando por mayoría el escaño en el Senado, Ruth González Silva en automático se apunta a la lista como posible candidata a gobernadora para el 2027. Hay que recordar que dentro de tres años habrá elecciones en por lo menos 11 estados y que por principio de género serán 6 para mujeres y 5 para hombres o viceversa. Con Ruth González en el senado y José Guadalupe Torres Sánchez en la secretaría general de gobierno, el Verde de San Luis tendría sus dos cartas listas para competir la gubernatura que viene.
¿Escribí entonces un destape de Ruth González y Torres Sánchez como posibles sucesores de Ricardo Gallardo? Pues sí.
Como otro punto que se me escapaba para el análisis posterior es que de acuerdo a las mediciones, las que constantes y que no fueron publicadas, cada punto que fue ganando Ruth, fue directamente proporcionales a los fue perdiendo Morena.
De los segundos lugares hay poco que decir, está muy cerrada la carrera entre Verónica Rodríguez y Rita Ozalia.
A Verónica le pueden jugar a favor los votos que logre en la capital, sobre todo en los distritos de mayor participación panista, sin embargo al interior, aunque en todos los municipios tenga adeptos, en los más importantes su coalición no verá triunfos, y en muchos ni siquiera segundos lugares.
Es el caso de Matehuala, de Rioverde (que todo el PAN ganador se fue del lado del candidato de MC por lo que se espera un apretado triunfo de los naranjas, seguido de los verdes y en tercero la coalición).
Vero tampoco tiene candidato ganador en Valles, y se cometió el error de respaldar a un caso perdido (en todos los sentidos) como Tecmol, que aunque sume votos, no cuentan, causando un impacto negativo en las cifras de la presidenta del PAN en funciones de candidata.
Tampoco tiene la fórmula de Verónica Rodríguez mucho que esperar de Villa de Reyes, ni Tamazunchale, ni Xilitla, ni muchos otros de la huasteca que se me escapan de la memoria y otros en los que han surgido candidatos hasta independientes con grandes probabilidades de triunfo.
Claro, en ninguno quedará en cero la formula al senado del PRIAN, sin embargo con un escenario de derrota en dos terceras partes del territorio, lo único que queda es que el “efecto Xóchitl” (que anda flaco por cierto) la capital le sume lo suficiente para que en primera minoría el PAN tenga una senadora.
Sobre su asunto jurídico y la misteriosa acta de la sesión en la que no fue votada para ser candidata, así como del proceso jurídico que aun no concluye, solo agregaré que el tema sigue su curso y que incluso si llega a la curul senatorial, una sentencia judicial podría arrebatársela por no respetar ni los estatutos ni las formas ni las cuotas ciudadanas para convertirse en candidata. Eso ya lo sabremos con el tiempo.
De Rita Ozalia Rodríguez sé que se reunió hace muy poco con la candidata Claudia Sheinbaum y creo que desaprovechó el spot que grabaron juntas. No obstante, la candidata se encuentra tranquila, puede entrar en primera minoría si las cosas se acomodan a su favor con el efecto “Claudia todo Morena” y de no ser así, tampoco le angustia pues sabe que será cobijada por la que muy seguramente será la próxima presidenta de México, que es su amiga.
Culto Público, mucho más hay que decir de la elección, por eso a partir de hoy estaré escribiendo y grabando mi opinión y pronósticos de los candidatos a diputados federales, locales y municipales todos los días de aquí al sábado.
Nos vemos y nos leemos muy pronto.
Jorge Saldaña
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#4 Tiempos
Tamtoc, cuna del calendario mesoamericano | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
En el año 2005 se llevó a acabo el proyecto arqueológico Tamtoc en la huasteca potosina, donde se localizó una gran lápida esculpida en bajo y alto relieve en el fondo de un estanque que se conecta a un canal que desemboca en la llamada Laguna de los Patos. Junto a la lápida se encontró cerámica a manera de ofrenda cuyos análisis indicaron que correspondían a tradiciones alfareras asociadas a la costa del Golfo de México del periodo 900 años antes de Cristo a 650 años antes de Cristo.
Análisis posteriores indicaron que esa lápida conocida como Monumento 32, así como la escultura femenina asociada corresponde al periodo Preclásico tardío con inicio en 350 antes de Cristo. El monolito en cuestión está labrado con un mensaje simbólico que no se asemeja a ninguna otra muestra de arte mesoamericano.
Una vez colocado en su posición original y con estudios sobre su orientación con la ayuda de herramientas de la arqueoastronomía se encontró que la orientación implica una peculiar división del año, la cual define la temporada de iluminación del monolito por los rayos solares. La conclusión actual, por parte de los investigadores, es que Tamtoc es una de las ciudades donde tempranamente se utilizó el calendario mesoamericano.
En Tamtoc se desarrollaron importantes rituales vinculados a la vida y la fertilidad, que concurren en la noción de la cosmogonía mesoamericana y por extensión en la cosmovisión. Resultados que tras largos años de análisis son dado a conocer por uno de los involucrados en los estudios astronómicos de la ciudad de Tamtoc, Jesús Galindo Trejo, en una reciente publicación de los Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.
Las primicias de este descubrimiento nos las compartió Jesús Galindo en el 2007 en lo que fue la primera charla del ciclo Noches de Museo que organizamos en el entonces Museo de Historia de la Ciencia de San Luis Potosí. Dieciocho años después, publica sus resultados aportando a la historia de uno de los más antiguos pueblos originarios del país situada en la huasteca potosina y que marca esa cosmovisión huasteca reflejada en el Monumento 32, que es uno de los monumentos importantes de ese sitio arqueológico.
Parte de los cálculos astronómicos que realizó Jesús Galindo nos los reservamos, como nos lo pidiera entonces, hasta que sean publicados.
Jesús Galindo Trejo es Licenciado en Física y Matemáticas por la Escuela Superior de Física y Matemáticas del IPN. Realizó estudios de Posgrado en la Facultad de Ciencias de la UNAM. Obtuvo el doctorado en Astrofísica Teórica en la Ruhr Universitaet Bochum en la República Federal de Alemania. Fue Investigador Titular en el Instituto de Astronomía de la UNAM durante más de 20 años en las áreas de Plasmas Astrofísicos y Física Solar. Actualmente es Investigador Titular en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Su actividad de investigación se centra principalmente en la Arqueoastronomía de Mesoamérica. Es miembro del SNI. Pertenece a la Unión Astronómica Internacional. Ha realizado investigación Arqueoastronómica en Malinalco, en el Templo Mayor de Tenochtitlan, en Teotihuacan, en Oaxaca, en la Huaxteca, en Baja California y en algunos sitios de la Región Maya.
Sus inicios en la arqueoastronomía se remontan a fines de la década de los ochenta, cuando participó en nuestro programa de divulgación científica Domingos en la Ciencia de San Luis Potosí, charlas en las que nos hablaba todavía de sus investigaciones sobre física solar y nos adelantaba sus inquietudes en iniciar estudios de arqueoastronomía en el sitio de Malinalco cuando conoció al cronista de Malinalco, quien le señaló que en la historia de ese pueblo había aspectos que podrían estar conectados con la disciplina astronómica. Asimismo, su participación en el proyecto coordinado por la doctora Beatriz de la Fuente, del Instituto de Investigaciones Estéticas, sobre pintura mural prehispánica, lo interesó en la cosmogonía de los antiguos mexicanos.
En una entrevista para la revista ¿cómo ves?, Galindo aseguró que el acercamiento al estudio de las antiguas civilizaciones del país lo ha llevado a acercarse a las 60 lenguas de México, porque de esta manera “se puede penetrar en la mentalidad de aquellos que hace más de 500 años construyeron sociedades y levantaron templos, legados actualmente ignorados por muchos mexicanos”.
También lee: Antonio Castro Leal, su papel por la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
Meditación sobre el azar | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
-Dudé de Dios –dijo el hombre visiblemente apenado-. Creo, según he oído decir, que es el único pecado que no tiene perdón. Pero es que estaba al borde del colapso…
El hombre se mesaba los cabellos, se secaba el sudor, lloraba más que gemía.
-Incluso hasta llegué a blasfemar. Dije a Dios cosas que no me hubiese atrevido a decir ni siquiera al peor de mis contrarios. ¿Verdad que para esto no hay perdón?
Yo me limitaba a dejarlo hablar. A todas luces se veía que lo necesitaba. Era necesario que lo dijera todo, que se desahogara. ¿Para qué, pues, interrumpirlo?
-Cuando me dijeron que ya no había trabajo para mí, creí que nunca perdonaría a Dios. ¿Por qué me había dado cuatro hijos si ya no iba a poder mantenerlos? Hoy, claro está, veo las cosas desde otra luz, pero en aquellos días de incertidumbre y desasosiego… ¡Quería morirme! Y, lo que es peor, quería que también mis hijos se murieran. ¿Comprende usted que les deseé la muerte?
Pensé en esos cuatro niños a los que yo no conocía. ¿Sabrían alguna vez que su padre, en un momento de desesperación, pensó lo que acababa de decirme? Pero no, no lo sabrán. Los pensamientos de su padre quedarán guardados para siempre en el silencio de Dios. ¡Que no lo sepan, que su padre no se lo diga nunca! Hay sinceridades que matan.
¡Y pensar que era necesario que yo perdiera aquel trabajo para poder tener el que ahora tengo! Cuando pienso en esto, me lleno de vergüenza. Sí, era necesario vivir esa pena para conocer la satisfacción que ahora experimento. Mis hijos, hoy, están mucho mejor que antes, y me digo a mí mismo: «¡Qué bueno que perdí aquel empleo!».
Sonreí. Porque siempre he creído que la palabra azar es una palabra bastarda que no debió acuñarse nunca. ¿Quién la inventó y qué quiso decir con ella? ¿Que el mundo se mueve como un barco sin timón? ¡Casualidad! ¿Quién es el tonto que cree en las casualidades? La palabra azar no debería existir en el vocabulario cristiano, pero, ya que existe, habría que darle el significado que le daba, por ejemplo, Anatole France (1844-1924): «Azar: aquello que Dios hace cuando no quiere poner su nombre».
A estas alturas de mi vida he llegado a la conclusión de que ni siquiera los libros que caen en nuestras manos lo hacen por casualidad. A veces pienso que, si nos los encontramos en el estante de una librería cualquiera, es porque Dios ha querido decirnos algo a través de ellos.
Y de los encuentros, ¿qué decir? Que es Dios quien nos envía a estas personas que no buscábamos por una razón que generalmente desconocemos pero que forma parte de su misterioso querer. «El destino, al igual que todo lo humano –dijo una vez el escritor argentino Ernesto Sábato (1911-2011)-, no se manifiesta en abstracto, sino que se encarna en alguna circunstancia. Ni el amor, ni los encuentros verdaderos, ni siquiera los profundos desencuentros, son obras de las casualidades, sino que nos están misteriosamente reservados. ¡Cuántas veces en la vida me ha sorprendido cómo, entre las multitudes de personas que existen en el mundo, nos cruzamos con aquellas que, de alguna manera, poseían las tablas de nuestro destino como si hubiéramos pertenecido a los capítulos de un mismo libro! Nunca supe si se los reconoce porque ya se los busca o se los busca porque ya bordeaban los aledaños de nuestro destino» (Conferencia en la Feria del Libro de Sevilla, 2002).
También ahora, como en los tiempos de Moisés, sólo nos es permitido ver a Dios «de espaldas», es decir, cuando ya ha pasado. Únicamente entonces podemos decir como aquel hombre de quien acabo de contar la historia: «¡Y pensar que era necesario que yo perdiera aquel trabajo para poder tener el que ahora tengo!». Siempre es hasta después cuando se comprende por qué ocurrieron ciertas cosas que en su momento nos parecieron horrorosas, ininteligibles e insoportables.
En un libro sobre Jesucristo (El Jesús desconocido), Donald Spoto hace la siguiente reflexión: «El azar no implica necesariamente falta de propósito; lo que llamamos caos quizá no sea desorden, sino un claro signo de las limitaciones de nuestra comprensión… La experiencia humana valida este enfoque. En nuestra historia individual, ¿no vemos un momento aparentemente accidental o fortuito, a posteriori, como sumamente significativo e incluso como el comienzo de una nueva etapa de la vida? Si yo no hubiera asistido a tal escuela en tal momento, por ejemplo, no habría tenido ese excelente maestro, seguido ese importante curso ni trabado esa duradera amistad. Si nuestros padres no se hubieran conocido en tal momento, nunca jamás lo habrían sido. Si no hubiéramos asistido a tal reunión, no habríamos conocido al amor de nuestra vida ni iniciado una carrera importante. No es exagerado afirmar que los elementos más importantes de la vida del amor dependen tanto de lo que podríamos llamar accidente significativo como deliberación. El novelista y dramaturgo francés Georges Bernanos lo expresó muy bien: Lo que llamamos azar tal vez sea la lógica de Dios».
Vistas así las cosas, aun cuando me halle en cama y afiebrado –y quiera morirme de pura pesadumbre-, debo poder decirme a mí mismo con convencimiento y seguridad:
-Sí, quizá sea necesario que hoy no salga de casa. Si Dios me tiene encerrado aquí, por alguna razón será. ¿Iba hoy a atropellar a un caminante distraído en la avenida, o es que un camión carguero iba a arrollarme a mí? En efecto, tal vez sea éste el motivo por el que no debo salir. Después de todo, es muy posible…
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#4 Tiempos
Las dos mujeres de Truman. Palabras con cicuta
Apuntes
Hay autores que escriben un solo amor con distintos nombres. Truman Capote lo hizo con los de Nancy Clutter y Holly Golightly: la muchacha asesinada y la mujer que huye. Dos rostros de la misma herida.
Nancy era todo lo que el mundo aprueba: pureza, promesa, familia. Una adolescente que hacía listas, organizaba fiestas y creía que el bien era una costumbre diaria. Holly, en cambio, era todo lo que el mundo juzga: libre, contradictoria, caprichosa, superviviente. Todo sinónimo de “libre y espontánea”.
Ambas están solas frente a una sociedad que las define, una desde la muerte y otra desde el deseo.
Yo creo que Capote estuvo enamorado de una mujer que fue las dos. Una que lo deslumbró por su bondad y lo desarmó por su caos. En Nancy encontró la integridad que él nunca tuvo; en Holly, la libertad que siempre le fue negada. Una mujer que cocinaba con delantal los domingos, pero que podía desaparecer una semana sin explicar por qué. La amaba por lo que lo salvaba y por lo que lo destruía.
En A sangre fría, Capote mira a Nancy como si aún pudiera rescatarla. La describe con ternura casi maternal, pero también con una envidia melancólica: ella no sabía lo que era la vergüenza ni el exceso. En Desayuno en Tiffany’s, en cambio, elige no salvar a Holly. La deja ir. Le permite el privilegio que Nancy nunca tuvo: seguir viva aunque nadie la entienda.
Quizá esa fue la forma en que Truman se reconcilió con su propia culpa. Escribir a la que murió como víctima y a la que se fue como promesa. Una purificada por la muerte, la otra condenada a vivir
. Entre ambas, Capote puso su propia alma: la de un niño que soñaba con el orden de Nancy y despertaba con el desorden de Holly.No se puede amar a dos mujeres tan distintas sin romperse un poco. Pero Capote lo hizo. Amó la pureza que se deja matar y la libertad que se mata sola.
Y quizá, como tantos de nosotros, entendió demasiado tarde que una y otra eran la misma. Que la vida te puede matar por ser buena o por querer ser libre. Y que entre esas dos muertes —la literal y la simbólica— se esconde el precio de vivir como uno quiere.
Punto.
Y aquí estoy yo, leyendo a Truman y sintiendo que me contó la historia antes de que ocurriera. Porque yo también quise que Holly fuera Nancy: que se quedara, que colgara su vestido brillante y se sentara a esperar el desayuno. Pero ella eligió la noche, otro hombre, otra ciudad.
Yo sigo aquí, recogiendo los platos, preguntándome si alguna vez alguien puede amar a una mujer así sin terminar escribiendo sobre su ausencia.
Quizá eso somos los que escribimos: los que convertimos el abandono en literatura.
Los que seguimos hablando con las Holly que quisimos que fueran Nancy, aun sabiendo que la vida —como en Capote— siempre acaba a sangre fría.
Yo soy Jorge Saldaña.
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