#4 Tiempos
Ojo con San José de Buenavista (Ahí está el “bisne”) | Columna de Jorge Saldaña
Dentro del Plan del Centro de Población Estratégico está incluido un mega proyecto inmobiliario, del cual son socios el padre y tío de Pablo Zendejas, secretario particular del alcalde Xavier Nava, lo que constituye un claro conflicto de intereses
TERCERA LLAMADA.
Con mucho cautela, la administración municipal había mantenido por debajo del radar el proyecto inmobiliario denominado “Fraccionamiento Campestre” que los hermanos Zendejas, Eduardo y José, presentaron ante el Implan desde agosto del año pasado, el cual contempla fraccionar poco menos de 100 hectáreas en la que, se presume, será la verdadera Zona Diamante de la capital potosina, donde hoy está la comunidad de San José de Buenavista, a espaldas de la colonia Villa Magna y los residenciales Alto Lago y Horizontes y que está incluido dentro del el nuevo Plan del Centro de Población Estratégico, el cual podría votarse la próxima semana .
La cautela o el dolo (o ambos) por mantener muy de bajo perfil el proyecto se debe al evidente conflicto de intereses que existe entre los desarrolladores y el presidente municipal, Xavier Nava Palacios, que mantiene como secretario particular a Pablo Zendejas, el hijo y sobrino de los inversores inmobiliarios y eslabón incómodo de un desarrollo que, mientras exista el vínculo, podrá ser señalado de irregular o corrupto.
No se puede insultar a la inteligencia de los potosinos con la salida fácil de que Pablo Zendejas no es empleado del Implan o que no hay relación en conflicto por no haber lazos sanguíneos con los involucrados. Nadie es tan ingenuo como para imaginar que Xavier Nava y su primer círculo, además de los encargados técnicos de elaborar el Plan de Desarrollo, desconoce que el padre de Zendejas se encuentra a la espera de una votación que le permitirá concretar un proyecto multimillonario.
Tampoco es sostenible que el proyecto haya nacido ayer, o que los terrenos se hubiesen adquirido apenas. El Fraccionamiento Campestre lleva años cocinándose, y si bien es cierto que los Zendejas no son los únicos inversionistas, sí son el apellido que pone en riesgo su factibilidad.
El Ayuntamiento no puede con un señalamiento más de ese tamaño. Suficiente tiene ya con los intereses cruzados que existen con el Grupo México al que –según el propio personaje asegura– en ocasiones representa el tío político del alcalde y ex gobernador, Horacio Sánchez Unzueta. Son 600 Hectáreas (nada más) en un “sistema” que contempla más de 2 mil casas habitación en una zona “multi-nomenclatura”, es decir, con varias densidades permitidas en su uso de suelo. Un negocio de más de mil 500 millones de dólares que se contemplan autorizar en un alzar de brazos.
Del interés político intrínseco por autorizar a los desarrolladores encabezados por Carlos López Medina en la zona pétrea de la Sierra de San Miguelito mejor ni hablemos, pues aún disminuido en sus expectativas (esperaban la autorización de más de 2 mil hectáreas y según parece no les autorizarán más de 280) Es un negocio de 5 mil millones de pesos.
De regreso a San José de Buenavista, su servidor no es bueno para hacer bien las cuentas pero, concediendo que quedando a salvo las donaciones, espacios de urbanización, y la muy baja densidad que les pretenden autorizar (menos que H1, que se denomina “Residencial Campestre”) por lo menos serán 20 las hectáreas libres para desarrollar un concepto que, dicho sea de paso, sería la envidia del Club Campestre de Golf, con mejores vistas, mayor plusvalía, menor densidad, y con un potencial mejor conexión tanto al nuevo desarrollo de IMMSA, como a las vialidades programadas por sus socios de grupo Valorán que pretenden conectar precisamente esa zona, atravesar toda la ciudad, unir el mega proyecto de la vía alterna a la Zona Industrial (el de Avenida Juárez para aumentar de valor los terrenos, digo, de pasada) llegar al eje 140 cruzando por el tramo de la sierra que pretenden autorizar y finalmente enlazar rumbo a la carretera 57.
Qué hermoso. Todo se alinea para tres personajes ligados políticamente, en mayor o menor medida al alcalde y a sus ambiciones electorales.
Ni modo de dejar fuera la jiribilla política ¿qué no se trata todo del poder? Ya lo preguntó Michel Foucault: ¿acaso su desconfianza no muestra que incluso ellos mismos suponen que el Poder es algo que existe con su origen por un lado, su naturaleza, por el otro, y, por último, sus manifestaciones? Para esos algunos que no interrogan el poder y se limitan a describir sus efectos ignorando la naturaleza de sus causas.
No, no es casual la alineación. Las oligarquías históricas involucradas en el crecimiento de la ciudad están jugando a las cartas.
Vaya momento para ser regidor de la capital. En los próximos días esas 15 almas, que se supone honrosamente representan a toda la ciudadanía, tendrán en sus brazos, se levanten o no, el timón del futuro potosino.
No es poco ni menor, Culto Público, el aprobar un Plan que regirá el desarrollo de una ciudad que intercambia cerros por casas o zonas de recarga acuífera por lotes en avenidas con camellón.
Ya veremos el honor o la vergüenza que tendrán que colgarse de por vida este cuerpo edilicio al que la historia escogió para semejante responsabilidad.
Muy a pesar de los esfuerzos –que hay que reconocerlos aunque trabajo cueste– del secretario General, Sebastián Pérez, por convencer con pasión a los no tan mansos (ni tan mensos) regidores por aprobar el plan con los mejores y más nobles argumentos (no es sorna ni mi sarcasmo socarrón), los cañonazos de dinero no se han hecho esperar.
Los inversionistas, desarrolladores interesados en sus proyectos, mal harían en no procurar tener una votación afirmativa, aunque eso signifique corromper conciencias y están haciendo su labor.
Son 10 votos, tres cuartas partes del cabildo, los necesarios para hacer historia, buena o mala, futuro o condena, luz verde al porvenir o al precipicio, negocio o desgracia. La apuesta está en la mesa.
Como ejemplo, y con gran pesar lo escribo, está el de mi amigo Jaime Uriel Waldo Luna, a quien se dice ya “arreglaron” económicamente para tener su voto a favor del Plan a contra corriente de sus compañeros regidores panistas, que hasta ayer por la noche estaban seguros de votar en contra del documento así como se encuentra.
No veo cómo se pueda “Construir Confianza” si se da la espalda a los ciudadanos y se ignoran los gravísimos conflictos de interés amarrados a un negocio multimillonario de los papás del particular del alcalde.
Es como si Octavio Pedroza, en su momento, hubiera autorizado la construcción de un edificio encima de la Glorieta Bocanegra nada más porque los constructores fueran los tíos del propio Waldo ¿Verdad que eso no ocurrió “Waldini”?. Ya veremos el sentido de su voto para que se revele la verdad. Esa siempre sale a flote. Por lo pronto a Waldo nadie lo localiza, al parecer (ojalá que no) se encuentra aislado por covid. Al menos eso dice. Vamos a creerle.
El resto de los regidores, en su brazo votador, en el ángulo que lo utilicen ese día histórico en que se vote un plan de ordenamiento que no solamente dicta los lineamientos urbano-inmobiliarios, sino todas las condiciones indispensables para que sea posible vivir en esta ciudad de los jardines los próximos años, llevan pues en ese grado que tome el sentido de su brazo, a cada familia, a cada ciudadano, a cada niño, cada oportunidad y a casi un millón de esperanzas de un buen porvenir.
Para hacerse ricos no es que los elegimos. Tampoco para hacer más ricos a los que ya lo son. Voten por San Luis, que no es poca cosa ni asunto de calenturas políticas. ¿De qué les va a servir el dinero para hacer una campaña si lo obtienen producto de dar un voto inmoral y envenenado?
El crecimiento que están por aprobar, sobra decir, significa para algunos, miles de millones de pesos. Una fortuna difícil de terminar en varias generaciones. No es que les de malas ideas pero, ¿se van a entregar por una ida al cine y unos tacos? Nooo ¡Quieranse y dense a respetar! Como dice mi abuelita.
Ya para terminar debo reconocer, mención aparte merece la apuesta alta, tensa y osada que emprendió Sebastián Pérez (vaya…) en bajar las pretensiones originales de los grupos más poderosos, y ya lo dijimos, orgánicos de esta ciudad. Reducir de 2 mil hectáreas a 280 a los desarrolladores del poniente no debió ser un asunto terso.
Tampoco debe ser fácil decir que no a la ambiciosa nomenclatura H1 que tiene, por ejemplo, el club de Golf La Loma, y bajar el número de viviendas que se pudieran permitir al fraccionamiento de los señores Zendejas. Es decirle “no”, al papá del chico más cercano al patrón. Es decirle que no a los señores que “apostaron” parte de su fortuna en la campaña. Es decirle que no, bueno que sí, pero “nada más poquito”.
A Horacio pues, ni qué decir, a él no le pudieron regatear ni un gramo. Proyecto México va completo.
Aún con la reducción, significativa en apariencia, cada negocio es por donde se vea una poderosa máquina de fabricación de riqueza. Todos ganan. Todos… ellos, claro está.
En fin, la moneda está en el aire, y si este gobierno quiere presumir pronto un nuevo Plan de Ordenamiento así como lo tienen, tendrán que convencer con las razones correctas, a 10 de sus regidores. A 5 ya los tienen en contra, pero los dados de la democracia siguen rodando.
Ah… y por supuesto, Xavier tiene que despedir a Pablo Zendejas. No hay de otra.
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#4 Tiempos
Gente que se rindió | Columna de Carlos López Medrano
Mejor dormir
Sobran maneras de identificar a quienes han sido derrotados por la vida. Basta con observar al que no responde a los buenos días soltados por un desconocido, rocas impermeables ante un bello gesto. O al que, en el elevador, presiona con ansia el botón de cerrar la puerta, apenas por ganar un par de segundos, como si el destino que lo espera —ay, el trabajo— fuese algo más que una condena.
Se rinden también quienes ya no se detienen a disfrutar las curiosidades ofrecidas por las calles: la estampa de un borrego pegada en un poste, una hoja seca con forma de corazón, un perro rascándose el lomo con la ayuda de una banca. Poco queda de espíritu en quienes llevan semanas, quizá meses, sin alzar la vista al cielo para contemplar las estrellas por la noche o descubrir, como niños, las formas caprichosas de las nubes.
Hemos perdido a los que olvidan vacacionar al menos una vez al año. No se trata del dinero, que al final siempre encuentra su acomodo; basta con cruzar la esquina para pasarlo en grande si uno sabe cómo acomodar las piernas. También se pierden los que llevan demasiado tiempo sin brindar, como si faltaran motivos, cuando cualquier pretexto sirve para alzar la copa y desbordarse en espuma, aunque sea por el estreno de un tapete en la cocina. Y sabemos que estamos ante un alma en coma cuando alguien deja de celebrar la Navidad. Porque, cariño, aunque la ilusión se haya marchado, hay que forzarse a poner el árbol con luces y esferas. Así es como comienza el ascenso.
Sobre todo, alguien está derrotado cuando deja de arreglarse. Cuando sale al supermercado en pijama o se olvida de la ducha. El pudor es síntoma de amor propio y de cortesía hacia los demás. Soy muy importante como para ser visto en fachas por el vecino, debería pensar uno. Pero mal vamos si ni siquiera eso te detiene. Un hombre conserva su dignidad mientras se afeita o da forma a su bigote; sé que sigo en pie de lucha cuando me miro al espejo y trato componer lo que ya no tiene compostura.
Es un fantasma quien ha perdido el pulso amoroso. Quien ha dejado de coquetear y no intenta ya ninguna aventura. El que no suelta un piropo a su pareja, quien no imagina una nueva vida con la mesera o la cajera en el supermercado, muy lejos de aquí, donde nadie nos juzgue, donde nadie nos diga que hacemos mal; alejados del mundo, donde no haya leyes ni nada.
Está muerto en vida quien no se cree merecedor del amor y el deseo, quien descuidado su cuerpo como si no tuviera nada bello que preservar.
He topado tantas veces con estos derrotados. Se les percibe en la mirada, en el vacío que se abre paso hacia la negrura. Gente que se rindió. Banderas blancas —lavadas con llanto— tras tantas decepciones y reveses. Los ves derrumbados en el transporte público, indiferentes incluso a las injusticias más obvias, conformes con lo que hay, sin hervidura de sangre (otro síntoma de la debacle: dejar de ceder el asiento a mujeres y ancianos; desprovisto de galantería, un ideal perdido). Son piltrafas resignadas, oxidadas allí donde un día hubo fuentes y jardines.
Y, con todo, me consuela saber que hay remedio para un buen número de estos casos. Los suficiente como para creer que merece la pena luchar por la resurrección. Porque, al final, se trata de un arte: el arte de remontar. Y de entender que nadie lo hará por ti. Nadie ayudará con la parte que más cuenta, la más difícil. Y no desanimarse por ello, al contrario, encontrar ahí un estímulo para imponerse ante la adversidad.
Como Richard Dadier le decía a su esposa en Blackboard Jungle: Sí, me han golpeado, pero no estoy derrotado. Hay una gran diferencia. No estoy derrotado, y no voy a rendirme. Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado, frase de Hemingway.
El truco está en la determinación. Seguir el consejo de San Agustín: ser mejores que los tiempos malos. Una fe que baja el humo a los demonios. Levantarse un round más tras notar que el lloriqueo te dejó seco. Eres ya tu propia tierra firme.
Contacto:
Twitter: @Bigmaud
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#4 Tiempos
Del semi desierto potosino a misiones espaciales | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
A principios del siglo XX y durante su primera mitad, hubo una emigración importante de familias del altiplano potosino a los Estados Unidos. Varios matrimonios comenzaron a formar sus familias en los Estados Unidos mientras trabajan para subsistir e incluso apoyar a familiares que quedaban en México, en especial en esa región del semi desierto potosino. Uno de esos matrimonios fueron los padres de Dorothy Ruiz Martínez que de Matehuala emigraron a Texas, donde Dorothy nacería.
En su niñez sus padres la trajeron a Matehuala a casa de sus abuelos donde vivió toda su niñez y parte de su adolescencia, porque la situación de sus padres no era muy estable. Estudió secundaria en la escuela Francisco Zarco, entre otras cuestiones se caracteriza por dar buena enseñanza en matemáticas, es una de las características que tiene esta región comparada con el resto del estado y del país. De esa escuela ha salido mucha gente destacada en matemáticas para posteriormente trasladarse a Texas a continuar sus estudios en busca de mejores opciones de preparación en los temas que ya le habían llamado la atención desde su vida en Matehuala. El área aeroespacial le había llamado la atención cuando, en 1986, le tocó ver en la televisión el accidente del transbordador Challenger, lo que la hizo interesarse por su actual profesión.
Su formación básica en Matehuala le permitió desarrollarse en un lugar donde se suele ser muy competitivo como es en Estados Unidos, donde después de estudiar la preparatoria, Dorothy Ruiz ingresara a la Universidad de Oklahoma y posteriormente a la Universidad de Texas, conocida como A&M a estudiar ingeniería espacial. Al titularse hizo, en 1998, una pasantía académica por medio del programa de Langley Aerospace Research Summer Scholars del centro de investigaciones de NASA Langley lo que le permitió tener su primer acercamiento a lo que sería su carrera profesional.
Tuvo la oportunidad de entrar a varios de los proyectos de la NASA cuando empezaba su formación y eso le ha permitido ingresar a varias áreas relacionadas todas con ingeniería espacial que fue donde se interesó en formarse, pero además dentro de esos proyectos ha estado en contacto con otras agencias aeroespaciales como la Rusa, donde trabajó un tiempo.
Dotothy Ruíz Martínez es una ingeniera aeroespacial que actualmente trabaja para National Aeronautics and Space Administration (NASA), la agencia del gobierno estadounidense más importante del programa espacial, donde realiza actividades como control de misiones de vuelo . El trabajo de Dorothy Ruíz consiste en enlazar comunicaciones entre la tierra y los astronautas que se encuentran en un satélite espacial.
De sus primeros trabajos en el área aeroespacial fungió como instructora de astronautas y de operadores de vuelo en el sistema de control y propulsión para el Transbordador Espacial, de ahí pasó al área de Operaciones de Misiones Espaciales como Ingeniera de Planificación de Actividades Espaciales en Tiempo Real (RPE). Ha participado en la planificación total de actividades espaciales de 12 misiones espaciales del transbordador, contribuyendo desde la tierra con otros ingenieros y científicos, en el ensamblaje final de la Estación Espacial Internacional.
Dorothy Ruiz dice con orgullo:
“Los nopales, representan la región del desierto del altiplano donde crecí, pero también son parte de mi historia de vida y de mis tradiciones en familia. Mi bisabuela removía las espinas y cortaba las pencas de los nopales en trocitos con una destreza y rapidez incomparables y luego los cocinaba muy al estilo ranchero (de la región donde ella creció en los ejidos de La Puerta de Aguilar y San Miguel, en el municipio de Doctor Arroyo). Esa manera de cocinar los nopales fue traspasado a mi abuela y después a mí.
En el 2011 propuse un proyecto de investigación en la NASA junto con otro colega para estudiar el nopal opuntia y sus posibles usos en la Estación Espacial Internacional. En este proyecto también invitamos a un colaborador científico de México. El proyecto fue aprobado e hicimos la investigación, pero nunca fue mandado al espacio. Aun así, espero un día retomar este proyecto y, que fregón sería, mandar nopales a la luna y a Marte”.
Dorothy Ruiz es un ejemplo de inspiración para jóvenes mujeres que quieren desarrollarse en áreas que en principio no consideran socialmente para mujeres. Su desempeño y formación es digno de alabarse.
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#4 Tiempos
Tiempo de mejora | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Hoy, San Luis enfrenta a Puebla, un equipo que viene con sed de revancha, justo después de dar un muy buen partido en Monterrey, donde salieron vivos con un punto. San Luis, por su parte, tuvo su primer tropiezo en casa en la era Torrent, una dolorosa derrota frente a Tigres que jugó bien y, a pesar de sus errores, pudo controlar el partido y salir con los 3 puntos del Lastras.
En el trámite, parece un partido no tan complicado, tomando en cuenta los últimos torneos de cada equipo, pero las realidades cambian y cada encuentro es una nueva oportunidad. Hay que poner atención a Puebla, equipo al que es más peligroso enfrentar en la jornada 2 que en la 15. Pero hablemos de lo visto en el Lastras.
San Luis perdió en los primeros 90 minutos del torneo su principal fortaleza del campeonato anterior, su invicto en casa. Pero además cometió el único error que no había hecho antes: una expulsión, la de Yan Phillipe fue la primera tarjeta roja de un equipo de Torrent en Liga MX. Lo del brasileño fue un partido para el olvido.
En la zona baja, la ausencia de Cata y de Chávez fue bien cubierta, pero falta coordinación. Tanto Piccini como Águila y Cruz son defensas que pueden sacar el partido, siempre y cuando atiendan en todo momento y se coordinen. Dos goles a balón parado en el mismo partido es imperdonable en jornadas avanzadas.
Por la lateral derecha, Galdames bien, a secas, un jugador que normalmente no veíamos defender, ahora tuvo que cargar con el recuerdo de Chávez y correr toda la banda. Lo hizo bien, pero se nota que necesita acostumbrarse a esa posición.
El verdadero problema de San Luis, al menos en ese partido, fue la zona ofensiva: un equipo perdido, de poca creatividad en la última zona. En pocas palabras, no hubo delanteros. Vitinho volvió a ser ese jugador que conduce mucho y define poco. Murillo tan solo flotó en la cancha y no tuvo oportunidades. Villal solo estuvo dentro unos minutos, y de Yan Phillipe, mejor no hablamos.
Es preocupante el panorama ofensivo del equipo, teniendo la salida de Boli, la ausencia (espero temporal) de Bonatini y la confianza en un Yan que no ha demostrado ser solución en los partidos que tiene con la camiseta de San Luis. Es criticable que no se haya reforzado aún en esa zona, que se haya dicho que se jugará con jóvenes y sigan los mismos. Algo tendrán que resolver para no tener ese problema.
Confío en que el cuerpo técnico tiene propuestas, confío en que saben bien lo que están enviando a la cancha. Espero que no estén solo intentando, y más bien estén proponiendo. Creo que Torrent y su cuerpo técnico tienen la capacidad y la experiencia para saber si algo hace falta en este cuadro, si es necesario reforzar de forma inteligente lo que pueden tener en el terreno de juego.
El partido de hoy es complicado por la presión del torneo anterior, por haber perdido en el arranque y porque, en el papel, Puebla parece un equipo a modo. Si esta noche San Luis no saca puntos de su visita al Cuauhtémoc, la presión comenzará a subir en un equipo que hasta el momento poco la ha sentido. Sí o sí, es tiempo de mejora.
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