#4 Tiempos
Lo del agua ya hizo agua | Apuntes de Jorge Saldaña
APUNTES
¿Quién enterró un cuchillo en el jardín? El año pasado no llovió y este no se ve nublado, en el Valle del Tangamanga y en general la Zona metropolitana, de acuerdo a los que saben, está sobre explotado el subsuelo y el agua que está disponible, de plano está mal distribuída.
Pero ahí no termina el lamento, las presas mas grandes o están heridas como la de San José, o de plano se desangran, como la de El Realito.
Culto Público, hijos de mis ritos ancestrales: sugiero (a falta de soluciones más veloces) empezar a ensayar la Danza a Tlaloc dos horas al día y salir a ejecutarla los potosinos todos juntos cada domingo por las tarde.
Si nos resulta y llueve el año entero (además de colonias inundadas y bonitos encharcamientos) igual y para 2024 podríamos contar nuevamente con una cantidad –digamos- más o menos suficiente de H2O.
“Teme a los idus de marzo” decían los romanos según Shakespeare, y parece que siempre tuvieron razón.
La situación no es para menos, el acueducto de El Realito está roto, asunto que no es novedad, pero que hoy hasta parece irrelevante porque los irresponsables de Conagua (pazguatos y lerdos, pero únicos con las facultades sobre todos y cada uno de los cuerpos de agua) apenas avisaron que en menos de 70 días no habrá en la presa una gota de agua que transladar por el acueducto, roto o no, y por lo tanto viene la crisis.
El antecedente más cercano a una situación así fueron las carencias extremas que se vivieron en Nuevo León y que vimos de lejos, ahora tocará sentirla en carne propia y pronto.
Empecemos las “rogativas” como usan en España o de plano peregrinemos a lugares sagrados, ofrendemos comida, maíz, flores, pan e imploremos.
¿Y la autoridad?
Seamos muy claros al respecto: es el gobierno federal el único responsable, como está plasmado en la Ley de aguas, de todos y cada uno de los cuerpos de agua, es decir, bajo su responsabilidad está el manejo y mantenimiento de la presa, no hay más.
La novedad de la Conagua, a través de su titular, es que apenas advirtió al gobernador del estado, Ricardo Gallardo y al alcalde de la capital, Enrique Galindo, en representación de los municipios también de Cerro de San Pedro y Soledad, que desde noviembre del año pasado la presa tiene fugas producto de daños estructurales.
No se va a caer la cortina (espantosa por cierto) pero toda el agua se tendrá que desfogar hasta que la presa quede vacía y entonces se puedan hacer reparaciones por 60 millones de pesos, pero eso no es lo importante o imposible, el tema de fondo es que esas reparaciones se llevarán por lo menos 10 meses y eso si empiezan mañana… pero no, tienen “calculado” comenzar en dos meses más.
He escuchado voces y opiniones turbias que seguramente se repetirán hasta el cansancio y subirán de volumen en el punto más álgido de la crisis.
“Que Gallardo (el gobierno) deje de hacer la Arena Potosí y que resuelva el problema” gritan con mayúsculas en las redes y circulan como si tuvieran la solución en el mismo lugar que su teléfono celular.
A ver… no pequemos ni de ingenuos ni de absurdos, como me han explicado (y eso que soy corto de entender) y como se puede consultar con cualquier abogado en primero de leyes o hasta en google, es la CONAGUA y solamente la CONAGUA la que tendrá que reparar la presa con recursos federales, y lo más importante: no es un tema de recursos, el gobierno federal no está apurado por no tener dinero para reparar El Realito, el gobierno del Estado no tendría problema en pagar las reparaciones y si fuera el caso tampoco los gobiernos municipales -repito – ese no es el problema.
El dinero no genera agua. Ni 60 ni 100 ni 200 millones de pesos hacen que 10 meses transcurran en 24 horas.
Entrados en el tema también le comparto que los gastos de rep aración del acueducto, por más de 150 millones, están corriendo a cargo de la empresa Aquos ¿Y qué diferencia habrá si no hay agua qué trasladar? Podría costar mil millones y servir exactamente para lo mismo.
¿Plan emergente?
Sí, ya se está ejecutando y tanto el gobernador como el alcalde le llamaron “medidas drásticas” que consisten primero en dejar de pagar a la empresa Aquos (sea quien sea) los más de 20 millones de pesos mensuales que les “abonamos” a través de la CEA por su participación del 51 por ciento en la construcción del acueducto, y los entre 10 y 12 millones de pesos que paga el Interapas, producto de los pagos que usted y yo hacemos cada bimestre en las cajas del organismo, mismos que se van enteritos para pagar el líquido que recibimos (se supone que recibiríamos mil litros por segundo, nos mandan la mitad y la mitad de esa se desperdicia en fugas pero aún así…pagamos).
Ni modo, se acabó el contrato y ya vendrán las estrategias jurídicas pero ¿qué cree? Eso tampoco nos da agua.
Le quitarán más temprano que tarde a Aguas del Poniente la concesión, es cierto y anunciado, pero ese acto por sí mismo tampoco inyecta agua a la red.
La medida que sí puede paliar la escasez extrema, es la de la mano dura que ya está “cantada”: Todo pozo púbico, privado o los muchos que se han encontrado clandestinos, serán tomados por la ciudad y “soporten”.
Ahí van a sufrir lo mismo los particulares dueños de clubes deportivos, grandes plazas comerciales, hoteles, auto lavados, desarrolladores y hasta asociaciones que lucran abiertamente con pozos que explotan con o sin derecho.
A nadie se le va a expropiar un metro de propiedad, pero sí se va a tomar control de todos los pozos que no estén conectados o dirigidos a atender a la población que es y debe ser la prioridad para cualquier nivel de gobierno.
Como ciudadanos no podemos, ni debemos caer en pánico como si se tratara de aquel susto desmedido de la escasez de rollos de papel higiénico en la pandemia, pero sí habrá que tomar medidas preventivas y sobre todo solidarias para, en la crisis que viene, poder contar con “el vital líquido” (creo que está justificado el odioso lugar común)
En resumen, si Calderón, Marcelo, Fox, Toranzo, Carreras y Juanito el de las manzanas hicieron negocio y tranza, que vayan a la cárcel… pero eso tampoco nos da agua, tampoco que le quiten la concesión al Chato ni que le dejen de pagar tanto la CEA como Interapas a Aquos. No hay medida jurídica, política o económica que lo haga.
Solo nos resta la Danza y las ofrendas.
Ahora que si a usted le gusta ser solidario y tomarse la molestia de ser empático socialmente, también se puede ahorrar y racionar, por lo menos nos permitirá transitar y pasar el trago tan seco y amargo.
Lo único bueno de la crisis que viene, es que se recomendará bañarse en pareja.
Me retiro, Culto Público que voy tarde a mi ensayo de la Danza a Tláloc (los invito).
Atentamente,
Jorge Saldaña.
BEMOLES
SAN LUIS EN PRIMAVERA
Hoy por la tarde en Palacio Municipal se presentará el programa de San Luis en Primavera en su segunda edición. Les adelanto que habrá artistas y eventos para todos los gustos y que si el primero fue bueno, este deberá ser todavía mejor. Ya me vi en Mijares, bailando con los Ángeles Azules, cantando las de Napoleón o Rockeando con Kenny Avilés y Xava Drago. De los otros 700 eventos, les cuento en la siguiente entrega. #BuenCartel
¿Y EL MUSEO DEL VIRREINATO?
El museo está solo, no hay ni gente ni empleados, ni director ni programación ni eventos ni nada. La última persona interesada en este espacio, Ricardo Aguilar Martínez, fue despedido de la Secretaría de Cultura. Contaré pronto esa historia. Por lo pronto, una lástima para todos los potosinos que ese espacio sea hoy un desperdicio. #PeroAhíSiguen
También lee: El póker de la movilidad potosina | Columna de Jorge Saldaña
#4 Tiempos
Clásico de la 57: pasión al filo del cuchillo | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Hoy se juega en Querétaro el Clásico de la 57, un duelo que siempre viene cargado de tensión, orgullo y, por desgracia, un trasfondo que no se puede ignorar: la sombra de la violencia. Este enfrentamiento no es un simple partido de fútbol, es un espejo incómodo de lo que todavía está pendiente en nuestro balompié.
El recuerdo de la batalla campal entre Querétaro y Atlas sigue vivo. Esa tarde oscura, con imágenes que dieron la vuelta al mundo, dejó claro que la pasión puede convertirse en caos en cuestión de segundos. Y no fue un hecho aislado: en otras ocasiones también hemos visto enfrentamientos en las gradas del Alfonso Lastras, peleas que interrumpieron partidos, además de aquel episodio en Torreón en el que el sonido de las detonaciones generó un pánico colectivo que terminó por vaciar un estadio entero. Lo que debería ser fiesta, demasiadas veces se ha convertido en pesadilla.
El problema no es exclusivo de México. Apenas esta misma semana, en Argentina, un partido internacional quedó marcado por escenas dantescas: aficionados golpeados, perseguidos y obligados a escapar del propio lugar que debería haber sido su refugio. El encuentro tuvo que ser suspendido y la violencia dejó un saldo de heridos, detenidos y un continente entero preguntándose cómo es posible que sigamos repitiendo las mismas historias de siempre.
Con ese telón de fondo se juega hoy este Clásico de la 57. En la cancha, Gallos Blancos y Atlético de San Luis se disputan algo más que tres puntos: se juegan la credibilidad de una rivalidad que merece ser recordada por goles y no por golpes . La exigencia es doble: para los equipos, que deben entregar un partido digno; y para las tribunas, que están obligadas a demostrar que se puede alentar sin cruzar la línea del salvajismo.
Porque la verdad es dura: si después de lo vivido en Querétaro hace unos años todavía no entendemos, si después de tantas escenas vergonzosas en México seguimos tolerando barras que se comportan como pandillas, entonces lo que pasó en Argentina podría repetirse aquí en cualquier momento.
El Clásico de la 57 debe ser una advertencia. Que la intensidad se quede en la cancha, que la rivalidad se mida en goles, que la pasión no vuelva a confundirse con barbarie. Si hoy la historia vuelve a torcerse hacia el lado equivocado, no habrá espacio para el asombro: sería simplemente la consecuencia de haber aprendido nada.
Este clásico es una puerta: o se abre para dejar pasar el fútbol en su forma más pura, o se entreabre para que se cuele de nuevo la violencia. Y lo que ocurra esta noche dirá mucho más de nosotros como país que de los once contra once que se atrevan a pisar la cancha.
También lee: San Luis frente a Puebla: partido para valientes, no para excusas | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
#4 Tiempos
La abogada y el diablo | Apuntes de Jorge Saldaña
APUNTES
De no ser porque al empresario Miguel Maya Romero le fueron a ofrecer poner una de sus cafeterías al interior de lo que iba a convertirse en el centro comercial Santa Fe, en los terrenos que rentó la Universidad Autónoma de San Luis Potosí a la empresa VEM, e hizo público en sus medios el proyecto, a la UASLP le hubiera pasado de noche que le estaban por dar gato por liebre.
Se desató el infierno. Por algo a Miguel Maya Romero le dicen, los que lo quieren, “El diablo” (su WhatsApp es 666 y ya…bien raro).
Desde la muy humilde opinión de este aprendiz de reportero fueron dos errores fatales los que cometieron los promotores de Santa Fe: invitar a Maya solo a rentar un local, y no a invertir en el negocio completo.
El segundo error es haber entregado, al dueño de dos medios, el dossier, renders, planos, números y el “kit” completo del proyecto.
Hasta que estos materiales “cautiva inversionistas” fueron públicos en los medios miguelescos, la comunidad universitaria, sus más altos funcionarios y el Consejo Directivo, cayeron en cuenta que VEM les había vendido un unicornio que resultó ser un burro con brillantina.
Las especificaciones del Santa Fe publicadas estaban enfocadas al lucro, objetivo muy distante a lo que aprobó el Consejo Directivo Universitario por la confianza que le tienen al rector, Alejandro Zermeño Guerra.
Y es que con esa buena fe a la rectoría, nadie imaginó que el equipo jurídico de la Universidad resultara tan laxo, distraído e incompetente como para que en más de un año de haber firmado el contrato de arrendamiento (a precios muy inferiores a los del mercado, pero bueno…) no se hubiera dado cuenta que el unicornio rebuznaba.
En lugar de centro deportivo, canchas de pádel, gimnasio, pista para correr, estacionamientos para estudiantes y otras instalaciones dirigidas a la comunidad, se estaba gestando y vendiendo un centro comercial con tienda ancla, agencia de autos, restaurantes y cadenas comerciales.
Ante la presión social y mediática que provocó la discrepancia entre el proyecto original y el exhibido, el que tuvo que sacar el pecho y llevarse el desgaste fue el propio doctor Zermeño, que tuvo que pedir cuentas a su equipo jurídico encabezado por la abogada general de la universidad, Urenda Navarro Sánchez (a la que tengo el enorme gusto de no conocer).
En la revisión, el convenio resultó más poroso que un estropajo de Ixtle.
(Por cierto que el documento, al que solo Navarro Sánchez y muy pocos colaboradores de su oficina tenían acceso, casualmente se filtró a los mismos medios propiedad del villano de las pastorelas).
La filtración tuvo consecuencias. Por un lado, las enormes goteras jurídicas de la redacción del instrumento, urgieron a la Universidad cancelar el trato justificadamente acudiendo a las únicas condiciones que podrían protegerlos, que fueron el nulo avance de la obra y el agotamiento de los plazos.
En otras palabras, la falta de liquidez de los empresarios los salvaron; que si no, ya hubiera centro comercial, agencia de autos y café Chaires.
Por el otro lado, y ya circulando el convenio, se pudo saber que a la empresa VEM no le pidieron ni los requisitos más indispensables; no verificaron su experiencia (que no tiene) ni sus capacidades financieras (que tampoco tiene).
Con las cartas destapadas, el rector admitió que se sintió engañado (así lo declaró a éste medio y a otros). Pero… ¿engañado por quién?
¿Por la empresa? ¿O por su abogada general, que no cuidó a la institución, le escondió los detalles del poroso contrato y les generó un feroz enjambre jurídico en contra del que aún no salen?
Derivado de todos los yerros encontrados, se hizo inminente para la UASLP la cancelación del trato, provocando que Fabián Espinoza, el representante de la empresa al que se le cayó el negocio, denunciara penalmente al propio rector, a Miguel Maya y hasta a los periodistas de sus medios, asunto que hasta donde se sabe, sigue su curso.
Vamos dos a cero: Un contrato jurídicamente descuidado puso en el filo de la navaja a la institución, y provocó en reacción que denunciaran al líder de la comunidad universitaria, que sin necesidad, deberá defenderse por la vía penal (ojalá el rector contrate a un abogado o abogada externos… digo).
Tres a cero: En respuesta, la UASLP (léase la licenciada Navarro Sánchez) interpuso una tibia demanda mercantil (que no es lo mismo que una denuncia) en contra de la empresa. Sin embargo, la demanda la presentó la abogada hasta junio pasado. Es decir, meses después de la tormenta. Mientras tanto ni se ha recuperado el terreno, ni pueden hacer nada con él.
¿Estaría muy ocupada la abogada?
Quizás sí, promoviendo una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia, en contra del Instituto de Fiscalización Superior del Estado, contra el que debate la competencia de éste para auditar recursos propios de la UASLP.
Hace unos días, la controversia fue desechada por la SCJN por ser “notoriamente (no-to-ria-men-te) improcedente”. Cuatro-cero.
Por si se lo preguntaba, Culto Público, quien dió a conocer la promoción de la controversia, así como su penoso resultado, también fueron los medios propiedad de MMR, príncipe de las tinieblas.
(Yo creo que nadie les pasó el número de expediente en cuestión y le atinaron sus reporteros de pura suerte…)
Se le conoce al rector de la universidad, Alejandro Zermeño -y coincido- como un hombre íntegro, decente, bien intencionado, prudente, y capaz.
Lo que asombra es su paciencia y tolerancia con funcionarios como Urenda Navarro Sánchez, que si nos damos cuenta, es quien ha estado detrás de casi todos los conflictos que ha enfrentado la actual rectoría.
¿Cuándo terminará la goliza jurídica contra la institución? ¿No hay cambios? ¿Alguien tiene pacto con el diablo?
Hasta la próxima.
Yo soy Jorge Saldaña.
También lee: Factor Rosa Icela, Factor Galindo | Apuntes de Jorge Saldaña
#4 Tiempos
Salvador Gallardo Dávalos: médico, humanista y promotor cultural | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Con la proyección del potosino Manuel José Othón como uno de los máximos poetas mexicanos, el movimiento literario en San Luis Potosí a principios del siglo XX fue intenso y de suma importancia; las escuelas literarias seguían siendo las reuniones entre los jóvenes interesados en la literatura y su formación profesional se complementaba con estudios profesionales en el Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí, principalmente en la carrera de leyes donde confluirían un número importantes de hombres de letras que figuraron en el escenario nacional, con grande aplauso, por mencionar un par de esos personajes: Ramón López Velarde, Artemio de Valle Arizpe, entre muchos otros, como hemos tratado ya en anteriores entregas de esta columna de El Cronopio.
No solo en leyes se formaron esos literatos, en la preparatoria del Instituto donde coincidían todos ellos o la mayoría de ellos, serían las raíces que en otras carreras como la de medicina continuarían su gusto por la literatura, en especial la poesía, combinándola con su formación médica, como el fue el caso del rioverdense Salvador Gallardo Dávalos.
Salvador Gallardo Dávalos nació el 9 de julio de 1893 en Rioverde, San Luis Potosí, donde estudiaría sus primeras letras para luego ingresar a la preparatoria del Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí, allí, en ese ambiente bohemio e intelectual que exponían un buen número de jóvenes interesados en la literatura despertó la vena poética de Salvador Gallardo que a la larga se convertiría en un prestigioso médico y excelente poeta que dejaría huella por su labor humanística y cultural en la región del bajío, principalmente en Aguascalientes donde contribuiría al desarrollo cultural de esa ciudad con su labor en la corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana de aquella ciudad.
Al salir de la preparatoria del Instituto Científico de San Luis, ingresó a estudiar medicina en el mismo Instituto potosino para posteriormente continuar sus estudios médicos en la Escuela Médico Militar de la Ciudad de México, siguiendo la huella de sus compañeros de estudio en el Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí que también habían emigrado a estudiar en la capital, como Jesús Silva Herzog, compañero de estudios de preparatoria de Salvador Gallardo y además su primo.
El padre de Salvador Gallardo era médico y para entonces había desarrollado una importante labor en Rioverde, distinguiéndose como director del hospit al del pueblo que ahora lleva su nombre al igual que una de las calles de Rioverde. Salvador seguiría así la huella formativa de su padre. Dejaría el ejército y seguiría su labor como médico y su labor dentro de la corriente estridentista de las letras como fueron sus comienzos literarios.
Con el apoyo de Silva Herzog que fuera subsecretario de Cultura en 1933, Salvador Gallardo ingresa como médico a la Secretaría de Educación en la Ciudad de México, antes de irse a radicar a Aguascalientes y realizar una intensa labor educativa y cultural como promotor cultural y catedrático de la Universidad Autónoma de Aguascalientes y de la Escuela Normal.
Su labor pública incluyó su participación en la Liga de Escritores y Artista Revolucionarios, miembro titular de la corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana en Aguascalientes, y fundador de la Asociación Cultural Aguascalentense, además de senador de la República por el estado de Aguascalientes.
Dentro de sus obras dedicadas a su tierra natal, se encuentra Cantos a San Luis Potosí publicada en 1942, con la que ganaría uno de los Juegos Florales de San Luis Potosí.
Salvador Gallardo Dávalos moriría el 30 de octubre de 1981, dejando una importante huella en pro de la cultura de la provincia mexicana. Tras su muerte se estableció en 1982 el Premio Literario Salvador Gallardo Dávalos de la Casa de la Cultura de Aguascalientes, dejando un legado que continúa su descendencia, su hijo Salvador Gallardo Topete y su nieto poeta y filósofo Salvador Gallardo Cabrera.
De Salvador Gallardo un fragmento de “Canciones bajo la lluvia”
En las tardes invernales
la lluvia la luz tamiza
y cada rayo de irisa
como en danzas espectrales;
la brisa con sus puñales
nos espera en cada esquina,
y la lluvia es bailarina,
que en las tardes invernales,
-con sus velos de neblina-
danza “danza de puñetas”.
También lee: Emma Roldan, la diva potosina del cine y la televisión | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
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