octubre 17, 2024

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#4 Tiempos

La potosina que fue Dama de Palacio de la emperatriz Carlota | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

A principios de los 1840’s llegó a San Luis Potosí el Lic. Ignacio Aguilar y Marocho que jugaría un papel importante en la educación en San Luis Potosí, siendo uno de los primeros profesores de física que hubo en la ciudad, en el Colegio Guadalupano Potosino; combinaba el cultivo de las letras haciéndose conocer en público por algunas poesías líricas, con los temas de ciencias y en particular la física y matemáticas y, por supuesto su desempeño en el bufete en el ejercicio de la abogacía. En entregas anteriores hemos presentado parte de su labor en San Luis Potosí, este personaje estaría ligado a San Luis al conformar su familia con la potosina Josefa Aguirre.

Josefa Aguirre, conocida entre sus íntimos como pepita, era oriunda de Matehuala, San Luis Potosí, perteneciente a una familia de clase media cuyo padre era Benito Aguirre Diez y su madre Petra de la Torre Villaseñor. En Matehuala recibiría su instrucción, dirigida a asuntos del hogar como era costumbre en esa época, así estudiaría primeras letras, algunas nociones de aritmética y el catecismo del padre Ripalda y por supuesto aprendió a coser, bordar y algunas otras tareas domésticas que tenía, éstas sí, que realizar a la perfección.

En 1842 contrae matrimonio con el Lic. Ignacio Aguilar y Marocho, trasladándose a San Luis Potosí, posteriormente a Morelia y a la Ciudad de México, lugares en los que se desempeñó profesionalmente el Lic. Aguilar. Josefa fue madre de casi una decena de hijos y más tarde, al morir su padre en 1859, se hizo cargo de su hermano más pequeño Amado. Si bien doña Petra, su madre, les apoyaba, era ella quien administraba el hogar y atendía a los niños pues Ignacio se encontraba muy ocupado o de viaje.

Aguilar y Marocho formó parte de la comisión que le ofreciera a Maximiliano de Habsburgo el trono de México. Esta posición política llevaría a la familia Aguilar y Marocho Aguirre a ser una de las familias de cierta influencia política durante el segundo imperio, ocupando Ignacio Aguilar cargos plenipotenciarios importantes en el extranjero y en particular la posibilidad de que Josefa Aguirre formara parte de la corte de la emperatriz Carlota al ingresar en el exclusivo grupo de setenta damas mexicanas como Dama de Palacio de la emperatriz Carlota.

Las Damas contaban con una habitación en el Castillo de Chapultepec

, entre otras labores, acompañaban a la Emperatriz en sus paseos diarios, debían asistir a las fiestas a las que concurriera la Emperatriz, así como acompañarla en sus viajes.

Las dificultades para combinar la vida familiar y sus obligaciones como Dama de Palacio, la llevó a decidir viajar a Europa con algunos de sus hijos y reunirse con su marido en Roma. Vivieron durante los siguientes años en Madrid y en Francia y en 1867 regresan a Veracruz. Su regreso no fue en las mejores condiciones debido a la situación que vivió el segundo imperio en ese año, cuando se presenta el asedio a Querétaro y el posterior fusilamiento de Maximiliano.

El final del Segundo Imperio dio término al sueño de Pepita de salir de la oscuridad doméstica. Josefa Aguirre de Aguilar y Marocho logró formar parte de la corte de la Emperatriz Carlota y vivir de cerca los acontecimientos políticos que sucedían en el país, situación no común para la mujer mexicana, la mayoría de las cuales pasaban su vida en torno a las labores del hogar. Es significativo que Pepita Aguirre haya figurado en la vida pública en un corto tiempo, situación por demás difícil para el resto de las mujeres mexicanas.

He recibido, señor Ministro, el nombramiento de Dama de Palacio con que Su Majestad, la Emperatriz Carlota, se ha dignado distinguirme. Mi corazón abunda de tal manera en sentimientos de amor y gratitud que experimento por la honrosa distinción de que en lo personal he sido objeto esta misma mañana. Me despido de usted desde el retiro y obscuridad de que jamás habría salido si Su Majestad la Emperatriz no me hubiese tendido su mano protectora.

Su más cordial servidora.

Josefa Aguirre de Aguilar y Marocho

21 de junio de 1864

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#4 Tiempos

Mi primer acercamiento al cine de terror | Columna de Guille Carregha

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CRITICACIONES

 

A raíz de la cantidad inhumana de películas horribles del género de terror que consumo cada año como si fueran Sabritones gratuitos en una fiesta universitaria aburrida o parte de mi dosis de medicamentos semanales para mantener con vida a este cuerpo decadente, es hasta un poco irónico recordar cómo es que no fue sino hasta los 16 años que me atreví a ver mi primer película de terror. Previo a ese fatídico día en el que una de las pantallas de Cinépolis me convenció de dedicarle mi existencia a consumir con gusto los bodrios más insoportables del género jamás grabados por la humanidad, pasé al menos una década de mi vida evitando a como diera lugar cualquier película que pudiese caer dentro de esta categoría. Los resultados variaban, pero el intento se hacía.

Quiero decir, no me encontraba viviendo en una simulación de vida en la que simplemente no se presentaran oportunidades de ver a algún asesino sobrenatural matar adolescentes cachondos de uno en uno a través de una pantalla o no conociera a nadie con el interés de creer que los efectos de pantalla verde de mediados de los 80 eran creíbles. Sencillamente estaba yo en una cruzada contra el mundo para activamente hacer como que ese género no existía. Esto incluía, por supuesto, la valiente decisión de evitar el pasillo denominado como “terror” en cualquier video centro al que accedía para evitar espantarme a mí y a mi antipática imaginación.

Y deja tú hablar de películas de terror. Incluso si tenía a mal escuchar alguna historia de terror toda pitera y mal contada a la luz de una fogata por algún niño con problemas de dicción y clara falta de presencia o carisma, terminaba siendo incapaz de dormir durante la subsecuente noche. Tan fácil como decir “y entonces vieron al chupacabras y se murieron”, sin dar nada de contexto o descripción o algo de utilidad, y mi cabeza ya estaba generando una cantidad brutal de pesadillas imaginarias en mi mente que se encargarían de arrebatarme el sueño por uno o dos días.

Ahora, esta aversión al terror en general no apareció de la nada o sin provocación alguna. Se generó a raíz de un evento traumático que me arrebató de la capacidad de escuchar “es una película sobre un monstruo que se esconde en una canasta de mimbre para matar gente” y que las pocas neuronas en mi cerebro se encendieran con la revelación de que es la idea más maravillosa jamás concebida, convirtiendo en “ver esa mierda” en el principal objetivo de mi vida. Todo comenzó en 1992, cuando teniendo yo 4 años aproximadamente, obtuve acceso a un canal de televisión llamado Multivisión.

Aún a pesar de que no recuerdo exactamente la cantidad obscena de los títulos de las caricaturas con las que rellené mi cerebro y personalidad a esa edad, recuerdo especialmente que una de mis series favoritas en ese entonces era la serie animada de Beetlejuice. Ahora, debemos recordar que, una vez más, tenía 4 años en aquel entonces, por lo que la idea de que existiera una película live action con el mismo nombre en la cual se basaba esta serie era completamente ajena a mí. En aquel momento de la vida asumía que lo único que existía en la tele eran las caricaturas y, a veces, los anuncios que las interrumpían. Eso era todo. Cualquier otro elemento me parecía foráneo e inimaginable.

Tampoco sabría decir qué era exactamente lo que me llamaba la atención tanto de esa serie como para ser de las pocas caricaturas de aquella época de las cuales aún guardo pequeños clips en mi memoria. De la mayoría de sus contemporáneas solo queda algún recuerdo del diseño de los personajes principales o, a lo mucho, unos cuantos segundos de la canción del intro enterrados entre alguna de las neuronas que me servían para encontrarle sentido al álgebra hace 20 años. Y, sin embargo, de la serie animada de Beetlejuice

recuerdo con cariño incluso las voces de sus protagonistas, lo raros que me parecían los elementos en 3D que utilizaban de vez en cuando en el opening y los capítulos, y alguno que otro chiste – sobre todo los que pretendía entender para sentirme parte del grupo.

Tal era mi amor por los personajes de la serie que, aproximadamente un año después, en una de las tantas visitas al Video Centro de mi infancia, encontré que estaba a la renta un VHS con el título de Beetlejuice sobre la carátula, misma que presentaba una fotografía de unos individuos que parecía estaban disfrazados de los personajes principales de la serie animada que justo había estado viendo antes de salir de la casa. Sin dudarlo, le pedí a mis padres que, en vez de mis consabidas compilaciones de episodios de [inserte aquí caricatura clásica de principio de los 90’s], me rentaran esa cinta que había encontrado. Por cuestiones de no difamar a nadie, quiero pensar que hubo cierta reticencia de su parte por rentarle esa película a alguien de mi edad, pero pasó hace tantísimo tiempo que he olvidado algunos de estos detalles. Pero digamos que sí lo hicieron. Vamos a decir que fueron lo suficientemente responsables para cuestionarme.

Aún así, regresamos a casa con la cinta en nuestras manos.

Ni bien habíamos llegado a la casa, mi versión de ahora 5 años subió en lo que se dice en chinga hacia el cuarto de la televisión para empezar a ver lo que prometía ser el episodio perdido de mi serie. A decir verdad, no tengo la más mínima idea de cuánta película alcancé a ver antes de sucumbir al terror completo. Solo recuerdo vivamente estar sentado de espaldas a la televisión gritando a todo pulmón mientras mi mamá corría a apagar la televisión.

Han pasado años desde aquel fatídico día, años en los que he podido ver la película de Beetlejuice de principio a fin por lo menos tres veces sin haber despertado mi trauma infantil en algún momento. Sigo sin saber exactamente qué fue lo que rompió mi psique de cinco años, aunque he creído encontrar un par de escenas que pudieron haber sido las culpables de crearme una necesidad imperiosa de evitar cualquier tipo de historia de fantasmas, monstruos, aparecidos o similares por el resto de mi vida. Claramente, aquella necesidad se vio superada eventualmente con el pasar de los años, pero creo que jamás seré capaz de determinar con precisión el momento en que perdí la compostura y me convertí en un amasijo de lágrimas que necesitaba ser salvado por sus padres.

Pero eso sí, a qué no adivinan a partir de qué momento tuvimos PIN parental en la televisión y se me cuestionaba acerca de cualquier tipo de contenido audiovisual que consumía. A ver. A que no adivinan.

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La académica que incide en las comunidades rurales y remotas | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

Graves problemas, presenta la zona de la huasteca sur, su condición social y de desarrollo con comunidades originarias y comunidades de aquellas poblaciones donde se presentan problemas de salud pública, entre otros impactan fuertemente en su desarrollo. El uso del conocimiento y la generación de conocimiento orientado a enfrentar estos problemas, son uno de los objetivos que se ha planteado el trabajo educativo, académico y de investigación de Pilar Suárez Rodríguez que realiza en Tamazunchale como profesora investigadora de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

Alejada de los temas académicos recurrentes en las instituciones de educación superior ha incursionado en aquellos que tienen una visión útil en aquellas regiones de la huasteca, teniendo en cuenta la idiosincrasia de la población con ese grado de multicultural que manifiesta. Su formación en ciencia le ha permitido transitar entre temas científicos que pudieran clasificarse como transdisciplinares, que van de las humanidades a la ciencia.

Ese desarrollo de conocimiento ha tratado de aplicarlo a ese complejo entramado de problemas sociales que presenta la sociedad donde ahora despliega su tarea académica. Dentro de su formación, una vena importante de su interés académico lo ha sido la enseñanza de las ciencias y, en especial la educación informal, donde se incluyen actividades de divulgación de la ciencia a través de las cuales incide en la educación de la población para el uso de ese conocimiento que generan los especialistas que colaboran con Pilar Suárez. Así se despliega ese uso de la ciencia con responsabilidad social que debería ser uno de los aspectos que deberían de cubrirse en nuestro medio.

Su formación así lo indica, licenciada en electrónica física, con una maestría en metalurgia e ingeniería de materiales, y un doctorado en física educativa. Variedad de temas que de cierta forma enriquecen sus trabajos de investigación y principalmente su orientación a generar conocimiento con responsabilidad social. Su perfil académico indicado en el portal de su institución lo manifiesta: Mas de 30 años como docente en diferentes niveles educativos, desde nivel medio superior al Posgrado. Diseño e implementación actividades de apropiación social de la ciencia en la población y fomento de vocaciones científicas en estudiantes desde la primera infancia. Ha impartido cursos en varios países.  Ha participado activamente en la organización de eventos como ferias de ciencia, concursos, conferencias, talleres, cursos. Asesor de estudiantes en concursos nacionales e  internacionales.  Trabaja activamente en la aplicación de la ciencia a la solución de problemas comunitarios. Coordinadora del “Teacher Fellowship” y “Equipos temáticos & Experta en educación STEM” en la Red Interamericana de Educación Docente de la Organización de Estados Americanos.

Participación activa en asociaciones profesionales sobre educación en Ciencias en América.

Algunos de sus proyectos de investigación, también nos dan la muestra de su importante trabajo, de importancia nacional e internacional y primordiales para aquellas regiones huastecas del estado: Establecimiento del cultivo de cacao a través de sistemas agroforestales, su producción, y comercialización en la Huasteca Sur; Optimización del cultivo, producción, y comercialización de Cacao en la Finca Reyna Liz, El Guadal parroquia Alto Tambo, Canton San Lorenzo, Provincia de Esmeraldas, Ecuador; Red Interamericana de Educación Docente de la OEA; Diseño y validación de un instrumento para la identificación de ideas previas en estudiantes rurales de escuelas en Antioquia; Desarrollo de habilidades cognitivas de orden superior; Conservación de loros a través de nidos artificiales; Análisis de Variables Climatológicas Incidentes en Sistemas de Energías Renovables en la Región Huasteca, entre otros.

De esta forma Pilar Suárez se ha destacado en despertar vocaciones entre la niñez y juventud potosina, así como en liderar actividades de divulgación científica en las comunidades de la huasteca sur, impulsando y colaborando con las más importantes actividades en esa disciplina en la entidad.

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#4 Tiempos

#Crónica | El Reteto 2024; la ñoñería tiene nuevo campeón

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Comedia, ciencia, invitados especiales y un resultado tan emocionante como controversial; así fue la tercera edición de este evento en San Luis Potosí

Por: Bernardo Vera

Este fin de semana pasado, El Reteto Pro tuvo su edición 2024, en la que el título retenido por Gabo Pozos pasó de manos. Entre charlas de ciencia contadas por seis comediantes y divulgadores, la noche del 12 de octubre tuvo un espacio para la ñoñería y las risas libres de bullying.

Cerca de las 9 de la noche de este sábado, la ubicación secreta –el Teatro del IMSS– recibió a los más de 200 nerds, frikis y amantes de la ciencia y el conocimiento. Transcurrió alrededor de media hora para que Axel Tejada, organizador de este evento, apareciera en el escenario y hacer un ejercicio de risa con el público, explicar las reglas e indicaciones de esta edición, para luego dar inicio a las presentaciones de ocho minutos de cada uno de los participantes.

La noche abrió con Marino Chavez, divulgador originario del Estado de México, con el tema “¿Para qué chingados sirve la raíz cuadrada en la vida cotidiana?”. Una presentación que, aunque con mucha solidez informativa, tuvo poca preparación escénica, pero sirvió para romper el hielo y poner al público en modo ñoño.

Bevella, comediante de San Luis Potosí, siguió con el tema de “¿Qué pedo con los árboles robot?”, quien no usó una presentación en Power Point, pero tuvo una exposición más dinámica, con un amplio dominio del escenario y que supo conectar al público con el humor habitual de su personaje en “Las Princetz”.

Javier Villalvazo, comediante originario de Chiapas, fue el invitado sorpresa de la noche, quien habló sobre “¿Por qué la música nos gusta tanto?”; aunque enfrentó estragos técnicos, supo compensarlos en la la conexión con el público. 

Lumara La Bióloga, comediante y divulgadora de Guadalajara, continuó la noche con “¿Cuál es la Importancia Social y Económica en el mundo, de la franquicia Pokémon?” Ella reconoció que antes de saber del tema, no conocía absolutamente nada de Pokemon, pero después de este evento tiene toda la intención de salir a atrapar todas las esferas del Dragón.

La expectativa estaba muy alta con la presencia de Rafa Carbajal, divulgador y tiktoker duranguense. Él prosiguió con “¿Por qué los humanos somos supersticiosos?”, quien reconoció ser la primera ocasión que realizaba una participación en stand-up. Pese a ello, solo le tomó un minuto para ganarse la risa y el aplauso de la gente.

Gabo Pozos, comediante de San Luis Potosí y ganador de la edición anterior, subió a defender su título con el tema “¿Qué madre es eso de los fractales?”. Una exposición que interactuó con el público y sacó las últimas carcajadas antes de decretarse el veredicto.

Luego de unos minutos, el público pudo votar de manera electrónica mediante un código QR, y tras anunciarse que los tres finalistas eran Lumara la Bióloga, Javier Villalvazo y Rafa Carbajal, se eliminó toda posibilidad de mantener el título en la entidad potosina.

El ganador de la noche fue Javi Villalvazo. Sin embargo, la eliminación de Rafa Carbajal como ganador del título, generó polémica entre las y los asistentes, acusando fraude y reprochando al jurado. Villalvazo, por su parte, agradeció a San Luis Potosí por la realización del evento, a las y los asistentes… y por supuesto, a Beyonce.

Rafa Carbajal dijo que pese al resultado, se trató de una decisión del público, y felicitó al ganador de esta edición, pues Javier le ayudó a pulir y mejorar su presentación.

Gabo Pozos, por su parte, prometió y hasta amenazó con recuperar el título y arrebatárselo a Villalvazo.

Axel Tejada adelantó que este “WrestleMania de la Ciencia” estará disponible en el canal de You Tube de Rafa Carbajal. Además, adelantó que la siguiente edición podría llegar a Guadalajara, y la participación de Villalvazo, Rafa Carbajal y el campeón Gabo Pozos, crea una alta expectativa de lo que se espera para 2025.

Antes de concluir el evento, las y los participantes se tomaron fotos con el público, y no se fueron hasta que el últimos de los ñoños tuvo su selfie con los participantes. 

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