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La cuarta ola de covid en SLP es por Ómicron: Andreu Comas
El líder investigador de la UASLP adelantó que aunque la variante es menos letal, debido a su alto nivel de transmisión puede generar un problema de salud muchos más importante
Por: Ana G. Silva
Durante la rueda de prensa de la Secretaría de Salud del 3 de enero, se informó que en cinco días el estado registró un total de mil 264 casos nuevos de coronavirus, en donde la zona metropolitana tiene el mayor crecimiento. Ante esto Andreu Comas García, líder investigador del tema covid-19 en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), comentó que la cuarta ola por este virus “ya inició en San Luis Potosí”.
El experto dijo que esta ola está predominando en la Zona Centro y el Altiplano y esto se debe a las vacaciones de navideñas, la visita de paisanos, pues existe un brote en el sur de Estados Unidos y a la falta de medidas restrictivas de México con los foráneos que ingresan en el territorio. Agregó que este incremento de contagios empezará esta o la siguiente semana a notarse en la Huasteca y la Zona Media.
Andreu Comas señaló que la cuarta ola “sin lugar a duda, es derivada de la variante Ómicron”, por lo que esta semana la UASLP comenzará con los estudios pertinentes para demostrarlo, por lo que indicó que la población debe seguir de manera más estricta las medidas sanitarias:
“Hay que recordar que será un incremento importante, porque aunque sea una variante aparentemente menos agresiva que las demás, hay que tomar en cuenta algo, si la hospitalización es menor, digamos cuatro veces menor que con otras variantes, pero el contagio es 10 veces mayor pues aún así vamos a tener un problema del doble de preocupante; entonces debemos empezar a usar mejores cubrebocas, evitar reuniones y eventos masivos, si tengo síntomas me tengo que aislar y hacerme la prueba, y avisar a mis contactos”.
Comas García detalló que se espera que la nueva ola sea muy similar a la tercera en hospitalizaciones y mortalidad, no obstante, habría un número de casos mayor: “se espera cifra récord en todos los estados del país y la única manera de que no pase eso es que se dejaran de hacer muestras, porque lo que nos ha enseñado esta variante es que se contagia con mucha facilidad, magnitud y eficiencia”.
El experto indicó que fue una buena medida por parte del gobierno estatal, a cargo de Ricardo Gallardo, aplazar el regreso a clases presenciales por 15 días más y se retomará en línea, pues, destacó, el estado se encuentra en una fase de crecimiento de contagios y aunado a eso, la gente regresa de vacaciones y hay un frente frío; no obstante, aclaró, que para que la medida funcione va a depender de la población si sigue las medidas sanitarias:
“Aislamiento, no salir a fiestas o prolongue sus vacaciones, porque si esto ocurre simplemente este retraso no va a funcionar y vamos a tener un número importante de casos, recordemos que la mayoría los casos que se han dado no han sido en las escuelas y lo que no queremos es que inicien las clases y se suspendan porque los maestros se contagiaron en las casas y no hay disponibilidad de maestros o que los alumnos se están infectando, es una buena medida pero es de responsabilidad social”.
Por último, Andreu Comas subrayó que San Luis Potosí debería de tener un cambio de semáforo a amarillo, sin embargo, esa será decisión de la autoridad federal:
“En otras ocasiones la autoridad federal se ha negado a cambiar el semáforo por ejemplo a rojo, justamente cuando había ganado el gobernador Gallardo, tanto el equipo del gobernador electo como del gobernador saliente (Juan Manuel Carreras) pidieron a la federación el cambio a rojo, pero no ocurrió, debe haber un cambio de semáforo pero entendemos que este semáforo ahora es una cuestión más política que epidemiológica”.
También lee: SLP inició 2022 con 91% más contagios de covid que en el 2021
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La IA, periodismo, y la coartada perfecta. Apuntes de Jorge Saldaña.
““Vivimos bajo tormentas de datos que no construyen verdad sino ruido”. La información, desanclada de la confianza, se vuelve atmósfera. Y en atmósfera turbia, cualquiera puede gritar “fuego” y llamar a los bomberos, o “deepfake” y zafarse de la comisión de un delito”
Por: Jorge Saldaña
Hay épocas en las que la tecnología acelera más rápido que la ley en una carrera en pista sinuosa, de esas con curvas tan cerradas que hasta el volante tiembla.
Estamos ahí. La inteligencia artificial (IA) ya es capaz de imitar una voz al grado de confundir a tu mamá, de injertar un rostro en un cuerpo ajeno con precisión perfecta, de producir un “comunicado oficial” con sellos y sintaxis idénticos a los originales. Que peligroso.
No obstante, lo que de veras me quita el sueño (y eso que soy dormilón) no es solo lo que la IA puede fabricar, sino lo que su misma sombra puede desmentir, es decir, que lo verdadero sea tirado a la basura señalándolo a la ligera como “irreal”.
Dicho en pocas palabras: sí temo a la mentira hecha con IA, pero temo más que la IA se vuelva la coartada perfecta para negar la verdad. ¿Me explico?
Pienso en un audio que exhibe una extorsión, en una foto que capta a un político con un criminal, en un contrato auténtico que documenta un desvío.
Con la reforma aprobada en San Luis Potosí (con tan solo 10 días de análisis) que tipifica el “uso indebido” de IA para provocar alarma, alterar la paz social, o dañar la imagen de un tercero, creo que nos pone a todos, pero aún más a los que nos dedicamos al periodismo, en un altísimo riesgo de que la primera reacción del involucrado no sea la responder al fondo, sino señalar al mensajero: “Eso lo creó la IA”, y entonces deberá ser el reportero, y no el delincuente exhibido, el que deberá de demostrar que su evidencia no es sintética o artificial, o se va al bote.
Invertimos la carga de la prueba: del hecho al emisor; del culpable al periodista.
No exagero: Artículo 19 ya advirtió lagunas de precisión en conceptos como “alarma pública” o “paz social” (que son ambiguos y propensos a la interpretación) y un riesgo de discrecionalidad que podría alcanzar desde la crítica política hasta la edición creativa.
Es cierto, la iniciativa del diputado Héctor Serrano, incorpora exclusiones para fines periodísticos, académicos, artísticos y de parodia “siempre que no exista dolo y se indique expresamente ese carácter”. Bien intencionado, sí. ¿Suficiente? No, porque el campo de juego queda resbaladizo y no hay árbitro judicial ni peritos especialistas en el tema.
Las modificaciones al código penal producto de la iniciativa de regulación a la IA, no define con precisión cómo demostrar el dolo, qué es alarma y, sobre todo, quién y cómo lo acredita.
Byung-Chul Han lo dijo en su libro Infocracia, (que me gusta mucho citar): “vivimos bajo tormentas de datos que no construyen verdad sino ruido”. La información, desanclada de la confianza, se vuelve atmósfera. Y en atmósfera turbia, cualquiera puede gritar “fuego” y llamar a los bomberos, o “deepfake” y zafarse de la comisión de un delito.
Nuestro tiempo es el de la sospecha permanente, la duda como política de Estado.
El tema me recuerda a Orson Welles que lo anticipó en 1938 con La guerra de los mundos: una ficción radial que, contada como boletín, desató pánico.
Hoy no necesitamos actores; bastan modelos generativos, un par de clics y un algoritmo de difusión.
Imaginen —no es ciencia ficción— un boletín “verosímil” de la Sedena ordenando toque de queda; una “conferencia” de la Presidenta aceptando una invasión o un “video” de un presunto homicida de un estudiante de estomatología confesando un delito…(saben a lo que me refiero).
¿Qué tal que el homicida alega que el video que se filtró fue hecho con Inteligencia Artificial? ¿Se va a perseguir al medio que lo difundió? En una de esas, hasta el homicida sale libre…¿Ya me entiende, Culto Público a lo que me refiero, me preocupa, y me da comezón?
La IA escribe el guion; las redes, el miedo.
Ahora bien: San Luis Potosí ya legisló. ¿Hacía falta? Sí. Pero…¿Así? ¿Tenemos la suficiente fortaleza académica, experiencia profesional y capacidades para fundamentar una legislación sobre esta materia que nos va ganando la carrera? ¿No será esto un acelerón en plena curva?
El que esto escribe, aprendiz de reportero, alcanza a ver al menos tres riesgos que no podemos ignorar:
1) La coartada perfecta del poderoso.
Frente a una investigación sólida, la respuesta fácil será: “es IA”. Si la norma deja ambigüedades, el periodista puede terminar litigando su autenticidad en vez de publicar, y esto puede generar un efecto inhibidor, una autocensura preventiva por miedo a ser acusado de crear “realidades sintéticas”.
2) La puerta trasera de la censura.
Cuando “alarma social” o “paz pública” no tienen parámetros verificables, cualquier pieza incómoda puede ser encuadrada como “desestabilizadora”. Hoy se promete que no; mañana basta un fiscal con prisas o un juez con miedo o a modo.
3) La prueba imposible.
En la práctica forense, demostrar que algo no fue generado por IA requiere peritajes especializados, sellos de procedencia, cadenas de custodia digitales. No los tenemos para temas como la IA ¿Quién los hará? ¿Con qué estándares? ¿Con qué independencia? Si no definimos eso, la balanza se inclina contra el informador.
Ante ello, creo que necesitamos definiciones más concretas, cerradas y taxativas, lo mismo que una “mente culpable” o como dicen los abogados una Mens rea probada, exigir dolo específico: intención de provocar alarma…me-di-ble y no de “sensación” de la misma.
Además, si alguien alega que una pieza es sintética o fabricada, que lo acredite con peritajes de laboratorios independientes (no “peritos de parte” -que además no hay en SLP- a modo).
Los periodistas también tenemos que tener garantías reales y no meramente declarativas.
Efectivamente hay una exclusión en la iniciativa aprobada para el ejercicio del periodismo, arte, academia y sátira, sin embargo, ¿quién garantiza que opere en los hechos, cuando alguien -como dije arriba- nada más porque sienta calor le llame a los bomberos…?
No se trata de negar el dilema —que es brutal y de múltiples aristas—, sino de evitar que la cura mate al paciente. Porque, paradójicamente, la IA que nos amenaza con fabricar mundos, también puede servir para validarlos.
A ver, para Usted mi Culto Público, le comparto dos escenarios de pesadilla y uno de esperanza:
Un “Falso con consecuencias reales”: Un “comunicado” apócrifo de Protección Civil que ordene evacuar colonias. Pánico, saqueos, accidentes. Nadie herido por la IA; todos por la estampida.
Un “Verdadero desmentido como falso”: Un video auténtico que documenta un abuso policial. Los responsables gritan “deepfake”, “IA”, un juez timorato concede medidas cautelares, y el reportero enfrenta proceso. La evidencia muere antes que el delito.
Uno de esperanza: que la norma haga lo que promete: perseguir mentiras sintéticas dañinas, proteger a víctimas (como las 400 estudiantes de Zacatecas) y blindar la crítica. Se puede, si se afina y lo hacemos de forma acompañada y profesional. No a la ligera.
La delgada línea entre vigilar y castigar —permítanme el guiño— no debería cruzarse hacia castigar al que vigila. La prensa, con sus errores y excesos que a veces tenemos (no me subo al púlpito ni tiro la primera piedra), sigue siendo el semáforo en una avenida oscura: si se apaga “por seguridad”, lo que viene no es orden, sino una carambola con trágicas consecuencias.
Cierro con una imagen. La IA es el Orson Welles de nuestros tiempos: puede narrar invasiones que no existen y desmentir revoluciones que sí ocurrieron. La diferencia será si, en San Luis, ponemos reglas claras, peritos que sepan, y un principio simple grabado en piedra: a la verdad no se le pone grillete; a la mentira, sí.
Insisto, si lo hacemos bien, con profesionalismo y sin miedo, quizá esta vez la radio hablando de marcianos no provoque pánico, sino lucidez.
Mañana será el diputado de Morena Carlos Arreola (qué casualidad) el que anuncie el desarrollo inmediato de foros con ciudadanos, académicos, especialistas, periodistas, abogados y otros grupos para discutir, plantear y afinar la iniciativa aprobada. Aunque lo convoque Arreola, ni modo, me apunto.
Nota: Esta columna no fue redactada con IA, sino con MIR (Mi Ignorancia Regular).
Hasta la próxima.
Yo soy Jorge Saldaña.
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Estado anticipa monto para la UASLP en 2026: Gallardo
El monto, que se incluirá en la Ley de Egresos, será equivalente al de este año mientras se define el convenio universitario
Por: Redacción
El gobernador Ricardo Gallardo Cardona informó que la Secretaría de Finanzas del Estado ya tomó previsiones para garantizar el recurso que corresponderá a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) en 2026, y adelantó que dicha cantidad será integrada desde ahora en la Ley de Egresos que enviará al Congreso del Estado.
Gallardo explicó que, aunque el convenio anual entre la UASLP y el Gobierno del Estado se firma hasta enero, esta vez se decidió anticipar el monto estimado para evitar desfases como los ocurridos este año, cuando los tiempos entre la firma del convenio y la aprobación del presupuesto no coincidieron y generaron presiones financieras para la institución.
El mandatario señaló que Finanzas partirá del mismo monto asignado este año —refiriéndose a los recursos que se destinan al inicio del ejercicio— mientras la universidad y la Federación definen la cifra exacta en su próximo convenio. Con esto, precisó, los legisladores tendrán que ajustar el presupuesto para asegurar que la cantidad prevista quede protegida en la Ley de Egresos 2025, que corresponde al ejercicio fiscal del próximo año.
Gallardo afirmó que el objetivo de esta previsión es que la UASLP arranque 2026 sin complicaciones, sin necesidad de solicitar recursos prestados durante los primeros meses del año, como ha sucedido históricamente debido a la demora en la llegada del recurso federal y estatal.
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FGESLP requiere 5 mdp para echar a andar Fiscalía de Búsqueda
María Manuela García dijo que el monto servirá para contratar personal y fortalecer prospecciones
Por: Redacción
Tras entregar su informe anual de labores ante la Comisión Primera de Justicia del Congreso del Estado, la fiscal María Manuela García Cázares reconoció que la Fiscalía General del Estado de San Luis Potosí enfrenta “muchos retos”, entre ellos el más urgente: transformar la actual Unidad de Desaparecidos en una Fiscalía Especializada, como lo exige la Ley General.
La fiscal destacó que todas las áreas han estado enfocadas en judicializar carpetas y atender los casos más sensibles denunciados por la ciudadanía, aunque admitió que el avance aún es insuficiente frente a la demanda existente.
En materia financiera, García Cázares confirmó que la institución solicitará una ampliación presupuestal para 2025, derivada precisamente de los costos que implica la creación de la nueva Fiscalía de Desaparecidos: más personal, más material, más prospecciones y mayor capacidad operativa.
La ampliación solicitada asciende a 5 millones de pesos como mínimo.
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