diciembre 31, 2025

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#4 Tiempos

La bajeza moral de la Señora Wallace al amparo de un corrupto sistema judicial | Columna de Enrique Domínguez

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Cuentas claras

 

Sin duda uno de los graves problemas que vivimos en nuestro país, está enmarcado por la inseguridad, la violencia y la corrupción, estas, permanecen ligadas y generan un sistema de justicia putrefacto que suele ser injusto en muchos casos, sobretodo, incriminando a inocentes.

En gestiones del sistema de justicia la simulación se manifiesta como una constante, donde las vejaciones, torturas físicas, psicológicas, métodos viles para obligar confesiones, la prisión de familiares, el incumplimiento de tratados internacionales como los derechos humanos y el caso omiso a los llamados de la comunidad internacional.

Estamos en un país donde los golpes, las violaciones sexuales, infringir dolor, no dejar marcas como golpes en genitales, métodos de asfixia, inhalación de gases, privación del sueño, confinamiento y aislamiento, celdas frías y pistolas eléctricas suelen ser una constante.

Resulta indignante escuchar y leer relatos de las víctimas que describen horrores para confesar crímenes que no cometieron, personas que son dañadas viviendo angustia todo el tiempo, el futuro es algo imposible de dilucidar, la esperanza no existe, señalamientos y evidencias falsas, se fabrican culpables y se da voz a personas que carecen de autoridad moral para hacer declaraciones completamente falaces, sesgadas y sin un afán de investigar lo que señalan por parte de quien difunde la noticia.

Es difícil para nosotros imaginar y, aun así, tener una visión sensible y empática de la situación, no es posible inmiscuirse de tal manera que uno pueda entender, aunque sea en mínima parte ese sufrimiento.

Los medios se encargan de enarbolar esa ira, pues en su mayoría, solo se dan a la tarea de dar voz a quien aparenta poseer dignidad y un poder emanado de actores corruptos; satanizando y crucificando sin una mínima gota de sensibilidad para ir más allá de declaraciones irresponsables y desvergonzadas. Desvirtuar y generar sensacionalismo vende, anteponen lo económico y se olvidan del sufrimiento de los desamparados y vulnerables.

Otorgar la voz también conlleva una responsabilidad y es evidente que se desecha todo aquello que no vaya con una línea que intenta sanar la sed de justicia que profesa el pueblo mexicano. Sin importar llevarse entre las patas a las víctimas articulando y fabricando culpables.

Más grave aún resulta dar voz a quien se corona como artífice de la justicia y tener la perversidad de utilizar a su hijo, para dar rienda suelta a lo más bajo y ruin en complicidad con el sistema de justicia mexicano.

El 11 de julio de 2005 Hugo Alberto Wallace Miranda estuvo en su casa, recibió una llamada de su madre, luego otra que le alteró visiblemente, subió a su recámara y media hora después, sale de su departamento, al día siguiente se le buscó sin resultados, el día 13 de Julio se ponía la primera denuncia y lo que sigue es uno de los eventos más terribles para la vida de muchas personas.

En la fabricación de culpables están involucrados funcionarios de alto nivel, se inculpa a inocentes y se juega con la sensibilidad de la audiencia a través de medios que se prestan a este juego.

Con un historial donde la trampa se manifiesta de manera continua, con reto a la autoridad, pasar por encima de la ley y haber permanecido en la cárcel por homicidio en grado de tentativa, la Sra. María Isabel Miranda de Wallace se erige como una víctima ante la opinión pública y un personaje abominable para corromper el sistema de justicia, en complicidad con personajes tristemente célebres como: Genaro García Luna (Ex Secretario de Seguridad Pública, Ex titular de la AFI, entre otros), Iñaki Blanco Cabrera (Ex procurador general de Justicia de Guerrero en el periodo del caso de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa), Luis Cárdenas Palomino (ex colaborador de la Secretaría de Seguridad Pública federal de México), Humberto Castillejos Cervantes (Ex asesor en la Procuraduría General de la República y muy cercano a Enrique Peña Nieto)

La fabricación de culpables, el montaje y la actuación de escenas policiacas forman parte de la simulación como característica innata de los gobiernos en los que participaron dichos personajes.

En el supuesto secuestro de Hugo Alberto Miranda Torres, también se interrelaciona el ataque a la Ex Líder comunitaria de Guerrero: Nestora Salgado¹ a quien le fueron fabricados casos de secuestro, detenciones arbitrarias e ilegales al igual que los casos de Florence Marie Louise Cassez Crepin, las 3 indígenas hñahñü: Teresa, Alberta y Jacinta, además de la desaparición forzada de 43 estudiantes en Ayotzinapa².

Si bien, en aquel entonces, las luminarias de los medios se encendieron para dar una amplia luz a la difusión del supuesto secuestro de Hugo Alberto Wallace, Hijo de Isabel Miranda de Wallace, que, por cierto, hasta la fecha no ha podido ser comprobado.

Un gran movimiento se gestó, declaraciones falsas por parte de María Isabel Miranda Torres (Isabel Miranda de Wallace y/o Isabel Torres) en colaboración de autoridades y manipulación de los hechos, se fueron conformando expedientes con diferentes testimoniales que abarcaban hechos inverosímiles que se generan a partir de una fotografía sustraída del departamento que en aquel entonces rentaba Juana Hilda González Lomelí en la calle de Perugino número 6 interior 4 en la colonia Extremadura Insurgentes en la ciudad de México; dicha fotografía fue utilizada para incriminar a quienes aparecían en ella, no solo eso, también a familiares cercanos como una medida para obligar confesiones mediante tortura, tal es el caso de César Freyre Morales, su hermana Julieta Freyre Morales, su Madre Rosa María Morales, Jacobo Tagle Dobín, Brenda Quevedo Cruz, Su madre, Enriqueta Cruz Gómez, los hermanos Albert y Tony Castillo Cruz, Jael Malangón Uscanga y su esposa Paola Patricia Díaz Romero.

Sin tener pruebas, de inmediato Isabel Miranda Torres “la Wallace”, pronto se dio a la tarea de emplear espectaculares (Negocio al que se dedicaba a través de su empresa Showcase Publicidad), colocando fotografías de los presuntos secuestradores. En primer lugar, aparece César Freyre Morales, inicia su campaña de odio, con entrevistas pagadas, cabe mencionar que ninguna organización defensora de derechos humanos se manifestó, a pesar de que se violaba la presunción de inocencia. Se ofrecían recompensas de 250,000 pesos, pronto aparecería el rostro de Jacobo Tagle Dobín, Albert Castillo Cruz y Brenda Quevedo Cruz.

No se debe dejar de soslayar que la empresa Showcase Publicidad opera con amparos, cuyas estructuras espectaculares están sobredimensionadas, en azoteas, adosadas e invasión en la vía pública.

En sus declaraciones Isabel Miranda Torres “La Wallace” empezó a emplear apodos, para fortalecer la idea de que se trataba de un grupo delictivo. Esta idea nace de establecer entre los miembros de una organización, vínculos que atenúan un historial mediante el uso de apodos, una manera de retratar una característica especial por alguna habilidad dando a entender a la opinión pública de que se trata de una organización con gran historial de delitos.

Poco tiempo después del supuesto secuestro de Hugo Alberto, la simulación de “eficiencia policial” encabezada en aquel entonces por Genaro García Luna intenta ganar adeptos, pero pronto habría de caerse el teatro.

 

LUCES Y REFLECTORES A LA CAPTURA DE ISRAEL VALLARTA Y FLORENCE CASSEZ*

La totalidad de los siguientes párrafos fue tomada de una investigación realizada por Aristegui Noticias

“El 9 de diciembre de 2005: Un equipo de la extinta Agencia Federal de Investigaciones (AFI) ingresa al rancho Las Chinitas, en la carretera México-Cuernavaca, para detener a una banda de secuestradores llamada Los Zodiaco (de la cual Florence Cassez supuestamente fue miembro) y liberar a tres de sus víctimas. El operativo es transmitido por televisión abierta”, como consta en Aristegui Noticias.

“10 de febrero de 2006: El entonces director de la AFI, Genaro García Luna, reconoce en el programa Punto de Partida que la detención de los presuntos plagiarios fue una recreación y que Cassez y su novio, Israel Vallarta, habían sido detenidos desde un día antes del montaje televisivo.

Días después de transmitirse el programa, dos de las presuntas víctimas, Cristina Ríos y su hijo Cristian, ampliaron su declaración y aseguraron reconocer la voz de Cassez”, dice también Aristegui Noticias.

“25 de abril de 2008: Cassez es sentenciada a 96 años de prisión por el secuestro de cuatro personas, asociación delictuosa y posesión de arma de fuego”, agrega Aristegui Noticias”.

Tiempo después el 4 de junio de 2008 el secuestro de Fernando Martí Haik cobra relevancia y de inmediato dos bandas son acusadas de manera simultánea por parte del gobierno Local y Federal, estableciendo una simulación, si bien, es evidente que el joven Martí fue asesinado, aun hay duda si realmente los secuestradores detenidos son realmente responsables.

Desde la sociedad civil y su organización “Alto al secuestro” Isabel Miranda Torres “La Wallace” se pronunció En el caso Ayotzinapa, Las indígenas Hñahñü, Teresa, Alberta y Jacinta (Quienes habían supuestamente secuestrado a agentes de la Agencia Federal de Investigaciones AFI), El secuestro y asesinato del joven Fernando Martí, entre muchos otros.

“Alto al secuestro” organización civil creada por Isabel Miranda Torres “La Wallace” gana con la existencia de secuestros, estableciendo una especie de extorsión a gobiernos estatales, utilizando una herramienta que genera indicadores para medir la incidencia de secuestros, visita a los gobernadores y 2 o 3 meses después, por arte de magia los índices bajan. No olvidemos que su cercanía a Genaro García Luna y a los hoy extintos Ricardo Martínez Chávez y José Luis Santiago Vasconcelos.

 

¿Quién era Ricardo Martínez Chávez?

La totalidad de los siguientes párrafos fue tomada de una investigación realizada por ABC Noticias

“Ricardo Martínez Chávez fue nombrado jefe del área de investigación de secuestros por parte de la Procuraduría General de la República (PGR), precisamente 1 día antes del presunto secuestro de Hugo Alberto. Era abogado y trabajador particular de Alejandro Iglesias Rebollo, dueño de los negocios Cadillac, Farenheit, Royal, Playboy y Astrodome, ubicados en la Ciudad de México, quien es investigado por delitos de trata de menores y mujeres” como dice una investigación de ABC Noticias”.

“El litigante encubría a Iglesias Rebollo en operativos, alertándolo de desalojar sus bares para evitar investigaciones, según reportes de prensa”, como igualmente dice la investigación de ABC noticias2.

“También, defendió a funcionarios involucrados con el fallido operativo de la discoteca New’s Divine de la capital del país donde, por una estampida, fallecieron 12 personas en junio del 2008 y litigó por 14 inculpados de trata de personas del bar Cadillac”, aparece en ABC Noticias.

“En su historial destaca la amenaza que realizó a un juez que dictó formal prisión a sus 14 acusados y la amenaza que realizó a las bailarinas del Cadillac, a quienes dijo que iba a boletinar para que no consiguieran trabajo en todo el país”, suma la investigación de ABC Noticias.

““Las mujeres no son víctimas, se prostituyen porque así lo quieren”, exclamó en su momento.

Por increíble que parezca, fue abogado de Isabel Miranda de Wallace”, dice textualmente ABC Noticias.

Ricardo Martínez Chávez fue asesinado el 4 de enero de 2017, en Nuevo Laredo, Tamaulipas. Una ráfaga, de más de doscientos disparos, lo interceptó en un auto oficial junto con otros tres agentes ministeriales a las 10: 30 de la noche.

 

Alto al secuestro, la falsedad y violaciones a los derechos humanos

La organización “Alto al Secuestro” a través de Isabel Miranda Torres “La Wallace”, se maneja hasta la fecha con impunidad, pues ha sido cómplice, juez y parte, ha emitido declaraciones que obstaculizan y alteran la actuación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y evitó la salida anticipada de 74 internos que llevan más de 20 años presos en Atlacholoaya, Morelos.

Ha promovido a través de su organización amparos, impidiendo la aplicación de protocolos para determinar si las víctimas han sido torturadas.

Se ha involucrado en instancias que no son de su competencia y se maneja con tal desparpajo que hasta califica, sentencia y culpa sin evidencia a presuntos criminales.

La señora Isabel Miranda de Wallace se maneja de manera siniestra, pendenciera y tenebrosa, su personalidad es una mentira en si, como ejemplo se detalla lo siguiente:

  • Acta falsa de carta de no antecedentes penales con sellos alterados del gobierno del Distrito Federal
  • “Actas falsas donde se establece doble identidad con el acta de nacimiento como Hugo Alberto Miranda Torres ante el Servicio de Administración Tributaria de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, bajo la clave MITH691012T64, mientras que su registro como Hugo Alberto Wallace Miranda es WAMH6910123V8. Lo único real es la fecha de nacimiento”, como dice un texto de Los Ángeles Press.
  • Actas falsas una, con nombre de Isabel Torres y la otra como María Isabel Miranda Torres en una de ellas nació en 1949 y en la otra nació en 1951
  • Acta de defunción tramitada en 2013 (8 años después de la supuesta muerte de su hijo) cuya causa fue: “insuficiencia respiratoria aguda, asfixia mecánica por estrangulación, y asfixia por comprensión toracoabdominal”. La juez 18 del Registro Civil, Marsella Lizeth de la Torre Martínez, dio fe al acta. Tiempo después, Miranda tuvo que dar de baja esta acta por su carácter ilegal, al no existir un cadáver real ni un certificado de defunción. Cabe destacar que la Dra. Blanca Crespo Arellano fue quien emitió el acta y la juez 18 del Registro Civil, Marsella Lizeth de la Torre Martínez, dio fe al acta. Tiempo después, “La Wallace” tuvo que dar de baja esta acta por su carácter ilegal, al no existir un cadáver real ni un certificado de defunción.
  • María Isabel Miranda Torres declara muerto a su hijo en 3 ocasiones por diferentes tipos de muerte:
    • Por un balazo
    • Por Asfixia
    • Por cercenamiento con una sierra eléctrica.

Es difícil hasta la fecha poder determinar su verdadero nombre, por un lado, está María Isabel Miranda Torres y por otro Isabel Torres, pero, reconocida en el ámbito mediático como Isabel Miranda de Wallace, sobre todo con dos actas de nacimiento, cuya fecha de nacimiento es diferente, por un lado, establece que nació en el año de 1949 y por el otro en 1951.

EVIDENCIA

El departamento donde supuestamente se le quitó la vida a Hugo Alberto fue inspeccionado de manera meticulosa y no se encontró ni rastros ni evidencia alguna, el inmueble fue rentado por Isabel Miranda Torres “La Wallace”, seis meses después la PGR realiza otra inspección y de la “nada” hallan bajo la alfombra una licencia de Hugo Alberto. Se encuentra un

cabello y dentro de la coladera una minúscula mancha de sangre, en la cual peritos realizan una prueba de ADN y el resultado es:

  • Positivo para el parentesco que se determina por la unión entre Enrique del Socorro Wallace e Isabel Miranda Torres, pero correspondían a una persona del sexo femenino.
  • Al hacerles ver ese argumento científico, simplemente señalaron que fue un error de dedo.
  • La licencia hallada estaba vencida, ¿Cómo es posible que no se tuviera la licencia vigente? Si ésta había sido renovada el mismo mes de su vencimiento.
  • Según Isabel Miranda Torres “La Wallace”, su hijo fue secuestrado en el departamento de Juana Hilda Lomelí por un grupo dirigido por César Freyre. Todavía según esta versión, falleció en la madrugada del 12 de julio de 2015 de una golpiza; sus agresores descuartizaron el cuerpo en el baño con una sierra eléctrica –comprada horas antes en un Wal-Mart– y arrojaron sus restos al azar.
  • Sin embargo, la defensa sostiene que el baño colinda con el cubo de luz del edificio; nadie escuchó el motor de la sierra eléctrica que supuestamente fue utilizada a las 8 de la mañana. El 13 de julio, peritos de la SIEDO, ahora Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), ingresaron a la vivienda y no encontraron rasgos de sangre. Salieron del departamento, dejando la puerta abierta durante dos semanas.
  • Isabel Miranda Torres “La Wallace” mintió ante la justicia estadunidense, al aseverar que su hijo no tenía ningún antecedente penal.
  • A raíz de una petición emitida en 2008 por la Corte Federal de Distrito para el Distrito Norte de Illinois, que analizaba la petición para la extradición de Quevedo, la Agencia Federal de Investigación mandó una copia de la causa penal 196/2001, en la que se señaló a Hugo “penalmente responsable en la comisión del delito de contrabando, condenándolo a tres meses de prisión”.
  • Existe una fotografía donde aparece Hugo Alberto vendado y muerto, sin embargo, un perito de la delegación Benito Juárez establece que el individuo que aparece no puede estar muerto pues se presenta rigidez en el cuello.

DETENIDOS

Hasta este momento hay tres personas confesas, con declaraciones televisadas y expuestas después de una incesante tortura cuyos testimonios no concuerdan.

Cesar Freyre tardó 4 años en confesar después de 20 torturas, con su madre Rosa María Morales y a su hermana Julieta Freyre en la cárcel por 1 año y medio por falsas acusaciones, una semana después Julieta muere por un derrame cerebral dejando a dos menores de edad. se le impuso una condena de 131 años y 20 mil 987 días de multa por secuestro, delincuencia organizada y portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército.

Jacobo Tagle detenido el 4 de diciembre de 2010, lleva 8 años en prisión sin sentencia, torturado de manera brutal, víctima de violación, utilización inmisericorde de la pistola taser, “piquete” en las órbitas de los ojos entre varios métodos empleados.

llegaron los custodios y me sometieron. Me despojaron de la ropa y me dejaron por más de veinte días esposado de pies y manos al banco del escritorio. El frío en ese lugar era insoportable. Y en el mes de noviembre de 2012, los oficiales llegaron, como de costumbre, a golpearme, a darme toques y usando de nuevo el gas lacrimógeno. Me esposaron y, al final de todo, me introdujeron un tolete por el ano que me desgarró por dentro y, no sólo físicamente, también me desgarró el alma, mi dignidad y mi autoestima. De nuevo, me dijeron que era la despedida que me mandaba “mi madrina, la señora Wallace”. JTD

Es de señalar que a Jacobo Tagle se le practicó el protocolo de Estambul que se emplea para determinar si fue víctima de tortura, el resultado, positivo.

Juana Hilda, Arraigada desde el 13 de enero de 2006, fue torturada y abusada sexualmente por los agentes ministeriales Fermín Ubaldo Cruz y Braulio Robles Zúñiga, el 6 y 8 de febrero de 2006, para que se incriminara. Antes, su hermano había sido golpeado severamente y hospitalizado. Fue sentenciada a 78 años y nueve meses de prisión y cuatro mil 292 días de multa.

También dentro de esta simulación, quienes no se han declarado culpables pese a las torturas interpuestas se encuentran:

Brenda Quevedo torturada en dos ocasiones con violencia sexual por agentes ministeriales, entre ellos Braulio Robles Zúñiga y Osvaldo Jiménez Juárez, lleva más de 11 años en prisión sin sentencia.

Jael Malangón Uscanga detenido de manera arbitraria e ilegal 12 años en prisión sin sentencia, se le “sembró” evidencia para ser aprehendido y fue arraigado junto con su esposa por 90 días, posteriormente se le incriminó en otro secuestro para fundamentar que la supuesta banda tenía otras actividades ilícitas y de esta manera calificar el presunto secuestro de Alberto Miranda Wallace como un hecho de crimen organizado. Ha sido torturado en varias ocasiones y atacado bajo la consigna de que “No es personal, pero me pagan bien por hacerlo”.

Albert Castillo Cruz, Víctima de tortura, detenido arbitraria e ilegalmente el 7 de marzo de 2006 lleva 12 años preso con una sentencia a 93 años y seis meses de prisión y se le impuso una multa de siete mil 775 días, por secuestro y delincuencia organizada.

Fui flanqueado por sombras anómalas, fui devorado por las fauces de la apatía social, he sido azotado por los látigos de la corrupción y condenado a usanzas de la inquisición. Sin vivirlo, no sería capaz de vislumbrar la grandeza de mi creador, quien día a día me demuestra que mi ímpetu, la fortaleza que me mantiene impertérrito ante el dragón de siete cabezas es infinito; porque él soy yo, y yo soy él; no importan las calamidades que acompañen, la condena, aquí estoy, de pie, lleno hasta el fin de los tiempos, domino mi camino, dueño de mi destino, para decirles que soy un hombre inocente.”

Tony Castillo Cruz, Torturado detenido de manera arbitraria e ilegal se presentó voluntariamente ante la autoridad al saber que su hermano estaba detenido, deseaba aclarar que no participaron en el presunto secuestro, que la acusación era falsa y que solo eran conocidos de César Freyre Morales. Tony Castillo, fue sentenciado a 93 años y seis meses de prisión y se le impuso una multa de siete mil 775 días, por secuestro y delincuencia organizada.

Valdría la pena leer el comunicado de la Asociación Canadiense por el derecho y la Verdad (ACVD) En la que se hace un análisis de las declaraciones obtenidas bajo tortura,

http://www.m-x.com.mx/2016-07-12/en-el-caso-wallace-se-fabricaron-culpables-con-base-en-torturas-asegura-estudio-de-ong-canadiense/

 

¿Hugo Alberto está vivo?

Laura Domínguez (La mejor amiga) tuvo múltiples encuentros con Hugo Alberto en 2007 misma fecha de su declaración, Fue amenazada y no corroboró su información.

Hugo Alberto Miranda Torres ante el SAT de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público permanece vigente clave MITH691012T64, mientras que su registro como Wallace Miranda es WAMH6910123V8.

Ante la Dirección General del Registro Nacional de Población e Identificación Personal de la Secretaría de Gobernación. El CURP de Wallace Miranda, con fecha de inscripción del 13 de septiembre de 1999, lleva la clave WAMH691012HMCLRG01, y la entidad del registro dice México; mientras que el de Miranda Torres con fecha de inscripción en el 24 de febrero de 2010, cinco años después de su supuesta muerte, tiene la clave MITH691012HDFRRG05 y la inscripción fue en el Distrito Federal.

la tarjeta de crédito de Hugo Alberto fue utilizada 9 días después de su muerte para hacer una compra en Liverpool. Su madre NUNCA pidió el video de la tienda para saber quién había hecho la compra. Las tarjetas de Hugo NUNCA fueron canceladas.

UNA BURLA A LA SOCIEDAD

Mientras Genaro García Luna recibe la medalla al mérito por el presidente colombiano Juan Manuel Luna Santos, en reconocimiento a la lucha de Felipe Calderón contra el crimen organizado, Isabel Miranda Torres “La Wallace” recibe el Premio Nacional de Derechos Humanos 2010, de manos del entonces presidente de México Felipe Calderón Hinojosa resaltando su labor en el combate al secuestro y a las víctimas, como “prueba indiscutible del enorme poder que tiene la ciudadanía”.

Se le da voz en diferentes medios como, Radio Fórmula, Uno TV, Televisa, TV azteca, Aristegui noticias, Excelsior, El Universal, entre muchos otros, con la manipulación y una falsa bandera de víctima.

¿Qué gana Isabel Miranda con el falso secuestro de su hijo?

La ambición y la sed de poder es tal, que el encumbramiento y utilizar a su hijo por una causa personal es en beneplácito a su codicia a obtener beneficios económicos por su cercanía a esa asquerosidad del corrupto sistema de justicia que tenemos en nuestro país, beneficiaria de apoyos económicos y quizá también de las recompensas con aliados inmiscuidos en el coto de poder.

Tráfico de influencias, poder económico, político y social es lo que gana, en su momento contendió por parte del PAN a la jefatura de gobierno de la ciudad de México.

Diatribas a la opinión pública, amenazando e intentando callar a quienes luchan y evidencian las injusticias.

La autora del libro: El falso Caso Wallace, Guadalupe Lizárraga, ha sufrido dos intentos de secuestro, amenazas por parte de Isabel Miranda Torres.

Ámbar Treviño Pérez, Abogada defensora fue detenida, acusada de falsificación de documentos, responsabilidad profesional y delincuencia organizada con finalidad de cometer secuestro. Meses después fue exonerada.

Los acosos son constantes hacia Luis Miguel Ipiña Doña, Escritor vasco, autor de “cárcel de mujeres”, Enriqueta Cruz Gómez Madre de Brenda Quevedo, Giel Meza, Activista de derechos humanos, María Guadalupe Vicencio Sánchez, Activista que increpó a Isabel Miranda, Anabel Hernández, Periodista, José Reveles, Periodista, Patricia Barba Ávila, Periodista radiofónica, Entre muchos otros casos.

En un falso secuestro, donde no hay ni cuerpo, ni cadáver, ni arma, ni sierra, ni huellas dactilares, existen pruebas contundentes de tortura, de violaciones flagrantes a los derechos humanos, acusaciones falsas sin coherencia cronológica, contradicción en declaraciones es muy importante hacer justicia y liberar de inmediato a las víctimas de este ser abominable llamado Isabel Miranda Torres “La Wallace”.

Hasta el día de hoy, la periodista Guadalupe Lizárraga ha tenido acercamientos con el nuevo gobierno siendo recibida por la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, El Subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas y el Procurador Alejandro Gertz Manero quien el 12 de diciembre de 2018, dio la instrucción de que se abriera el expediente para la investigación penal del caso Wallace “con las normativas más estrictas de la institución, sin dejar ninguna fisura”, tal como habían sido las indicaciones de la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero y también se desearía como lo indicó en su momento, que Israel Vallarta debería tener el mismo trato que Florence Cassez.

En conclusión: Una mentalidad sociópata, daña el tejido social, pisotea y se le dan las facilidades para actuar de manera impune. Esta señora merece un castigo ejemplar y pagar por los daños generados, no es venganza lo que se pide, solo es justicia.

Agradezco las facilidades otorgadas por Guadalupe Lizárraga y el apoyo de losangelespress.org para la elaboración de este artículo con el fin de informar a la opinión pública.

Fuentes:

¹ https://laorquesta.mx/quien-es-nestora-salgado-columna-de-enrique-dominguez/

² https://laorquesta.mx/ayotzinapa-crimen-de-estado-columna-de-enrique-dominguez/

https://www.jornada.com.mx/2018/12/13/politica/017n1pol

https://www.abcnoticias.mx/tenia-negro-historial-mando-abatido-en-nuevo-laredo/71966

http://www.losangelespress.org/detenciones-y-torturas-directas-de-isabel-miranda-para-sostener-caso-wallace/

http://www.losangelespress.org/presos-con-mas-de-20-anos-en-prision-denuncian-consigna-en-morelos/

http://www.losangelespress.org/doble-identidad-de-hugo-alberto-wallace-miranda-activa-en-hacienda/

http://brendalibre.blogspot.com/p/hugo-alberto-wallace_19.html

http://www.losangelespress.org/pgr-abre-expediente-para-investigacion-penal-por-falso-caso-wallace/

 

#4 Tiempos

“Yo no olvido al año viejo” Por: Jorge Saldaña.

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Amigos (y Culto Público, hoy la lista va extendida aunque muchos pertenecen a las dos)

La vida es un “viene, viene”.

A unas horas de que termine el 2025, comparto con ustedes que me han acompañado, una breve reflexión.

En esta ocasión desde una calma y claridad especial, escribo desde algunos recuerdos, seguro también que desde muchos olvidos, lo mismo que de pequeños éxitos y fracasos por los que he transitado este año que fenece, y que he convertido según yo en aprendizajes.

Todos estos (y los que olvido) los quiero compartir con ustedes, y si de algo sirven, pues qué mejor.

Este 2025 no fue de certezas, pero sí de enseñanzas de las que se quedan tatuadas.

Aprendí a no creer en los “yo nunca te haría eso”, lo mismo que a desconfiar de mis “nunca diría eso”.

Aprendí que nunca acabamos de conocer a los demás ni a nosotros mismos, y que no sabemos quienes somos cuando nos acompaña el miedo, el poder o la prisa.

Aprendí que a veces las cosas no pasan como uno las piensa, pero definitivamente sí como uno las siente.

Sentir si es real, el dolor que sentimos o hacemos sentir existe, y por lo tanto, hay que ser cuidadosos y empáticos en dos vías: en la de no permitir heridas, ni en cometerlas.

El tiempo no regresa, las cosas que ya pasaron, no vuelven (bendita entropía), pero los demás fuegos si deben ser aliviarlos. Lo merecemos. Se los deseo.

Aprendí este año que por pesos y absurdos malos entendidos, hay quien te patea hasta el parentesco, cambiando así, de por vida, los próximos encuentros: que de lo que pudieron ser fiestas y abrazos, pasarán a ser funerales y pésames. Lamento mucho la pérdida, pero aprecio más el cambio.

Siempre será mejor saber quién es quién, y con quien no volver a contar jamás.

También aprendí que prestar dinero a los amigos no es malo, lo malo es prestarlo a quienes en realidad nunca fueron tus amigos, esos que no vuelven, ni mucho menos devuelven…

(Los pueden distinguir porque suelen ser los más fanfarrones) ¿Te suena Daniel Díaz Félix?

La ganancia es que por unos pesos te deshaces de ellos para siempre, te dejan de hablar y te agachan la mirada. No tendrán cara de pedirte jamás y eso también suma.

Aprendí en este camino que hay tres posibles explicaciones sobre el amigo que te cuestiona sobre cuánto tienes:

Que debe ser muy pobre, o que por mucho que tenga, internamente nunca ha conocido la satisfacción de lo suficiente, o hay algo que te envidia que jamás podrá comprar.

Lo compadezco, lo abrazo y le deseo valores y experiencias de las que llenan el alma y no las cuentas.

Ahí mismo, aprendí que la vida simple es un lujo: dormir tranquilo, no dar explicaciones, no intentar demostrar nada, reír sin público, escribir para uno, y estar en paz con la propia conciencia y la honestidad intelectual.

También aprendí a no mencionar a quien no merece mención. Punto.

Entre otras duras pruebas, aprendí (y sigo aprendiendo) que es muy complejo tener a dos amigos arriba del ring, porque moverse un milímetro en esa delgada cuerda floja que separa una esquina de otra, puede interpretarse como traición o deslealtad, por lo tanto, decidí hacer lo que me corresponde: no traicionarme a mi mismo… y nada más. Por mi, que suene la campana el día que quieran.

Otra cosa de las que caí en cuenta este año es que a veces las cosas que parecen salir mal, al final resultan salir bien, por ejemplo: aprendí que algo tan inocuo como aplaudir en unos tacos me expulsó violenta y dolorosamente de una historia, pero a la distancia el resultado fue maravilloso, porque en esa historia nunca fui querido, ni protagonista.

Al mismo tiempo, los aplausos taqueriles rompieron hechizos del pasado, y el eco de aquel aspaviento me colocó en un camino de Damasco.

En resumen, el gesto al principio castigado, resultó ser una de las mejores cosas que he hecho en mi vida. (Igual fue pura suerte).

Este año también aprendí a tomar decisiones, que aunque parecen menores, me son importantes.

Prometí por ejemplo, que seguiré sin usar jamás herramientas como Tinder y similares. No quiero ofrecerme como vínculo disponible en catálogo portátil.

Respeto y no juzgo a quien usa esas herramientas, pero les deseo de todo corazón que en su permanente búsqueda de novedad (y no de verdaderos vínculos) no caigan en el vicio de las primeras citas, es decir, las de la satisfacción inmediata y desechable.

No les vaya a pasar lo que a las flores, que por lo efímero de sentirse deseadas por toda la colmena, y atender a todas las abejas, al final terminan vacías, solas y marchitas.

Aprendí de igual forma a vivir los duelos, pero también a soltarlos. A reconocer mis sombras sin dejar que me gobiernen.

Aprendí que hay gente que se queda, que baja a tu sótano sin juzgar y que eso vale más que mil palabras.

El año se va. Yo me quedo, pero más liviano, más consciente y con ganas genuinas de lo que viene.

Porque, como dije al principio, la vida siempre viene…siempre.

Viene en el siguiente respiro, en el siguiente amanecer, en el siguiente segundo, en el siguiente suspiro, en la siguiente elección, en la siguiente columna, en el siguiente semáforo, en mañana, en el día primero…siempre viene y viene… y solamente una vez se va.

Pero mientras tanto -mientras no se va- los invito con el aprecio que tengo a todas y todos, a dejar que venga, y así como llegue, la convirtamos momento a momento en experiencia, en aprendizaje, en oportunidad de metamorfosis, en crecimiento, en nuevo comienzo, en perdón, en risa, en dolor del que transforma, o en suspiro del que alivia.

Les deseo que en 2026, con todo lo que traiga, dejemos más huellas que cicatrices.

Les deseo que todo lo bueno los alcance, que lo necesario los encuentre y lo bonito siempre se quede.

La vida viene,
Perdonar es seguir;

Con todo cariño:

Jorge Saldaña.

(PD: No hay explicaciones, reclamos, devoluciones ni debates, si lo leyó fue bajo su propio riesgo)

Hasta el próximo año y Feliz año. 😉

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#4 Tiempos

Otro año de mi vida | Columna de Carlos López Medrano

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Mejor dormir

 

Volví al gimnasio y luego dejé de ir. Desde la noche de un hotel en Querétaro, envié un último mensaje para intentar conectar con una chica, y después no volví a acercarme en absoluto. Ha sido un año de desprenderme con facilidad, de aprender a alejarme de aquellos lugares en los que uno debe esforzarse demasiado para obtener algo que debería caer con la naturalidad de una hoja seca en otoño.

Me invitaron a un seminario sobre migración impartido por un sociólogo de la Universidad de Beirut; escuché con atención durante dos horas y, al final, no supe qué preguntar ni anotar, simplemente me fui.

Después de una cita fallida entré al cine a ver Parthenope, de Sorrentino, uno de los míos, y quedé cautivado. Me remitió a aquellas películas que de niño veía de madrugada en Canal Once y que forjaron buena parte de mi educación sentimental: filmes que avanzaban con un tempo peculiar, casi distraído, y que te hacían desear estar lejos, con esa gente y en esas pinceladas de conversación. La considero una de las películas de mi vida; varios de sus fragmentos regresan a mí de vez en cuando, como ocurre con las obras definitivas. Estaba ya todo previsto con esa otra mujer cuyo nombre empezaba con las mismas letras, aunque entonces no lo supiera.

Fantaseé con la idea de ir a lugares a los que no fui y me sorprendí visitando otros que jamás imaginé conocer. Supe de los Zo’é, una tribu del Pará brasileño en la que las mujeres tienen varios maridos. Un amigo, exiliado nicaragüense, me habló de sucesos paranormales, y sobre todo de lo difícil que resulta lidiar con estadounidenses como parte de su trabajo. Ese mismo día tuve la única cita de mi vida en la que no sentí el menor interés por besar a la contraparte.

Quedé deslumbrado por un caballo llamado Calven Cool en un evento de equitación, aunque un poco menos que por la belleza de la mujer que lo montaba. Probé más vinos que nunca. Mis favoritos, sin orden en específico: el Xolo Nebbiolo del Valle de Guadalupe; el Saperavi de Moldavia; un Josh Cellars Reserve de North Coast; el Pradorey Reserva 2019 de Finca La Mina; un tinto Pesquera Reserva 2020; un Félix Callejo 2018 (el mejor, tal vez); un Gran Valtravieso Reserva 2015; un Cru Garage Nebbiolo 2020; un Taparacá Gran Reserva 2015, abierto en el momento exacto por mi amigo Luis Ángel; un Sirius 2019; The Prisoner Red Blend; el Mas La Plana Cabernet Sauvignon y un Marqués de Murrieta Reserva. Constelación púrpura.

Compré una edición estadounidense de El gran Gatsby, con un fotograma de Robert Redford y Mia farrow como portada (en la adaptación cinematográfica de Jack Clayton de 1974). Cada vez que tengo una edición de esa novela entre las manos leo el inicio y el final: una de las mejores aperturas y, sobre todo, uno de los mejores cierres de la literatura estadounidense. Y así vamos, botes contra la corriente, arrastrados sin cesar hacia el pasado.

Coqueteé, al fin, con la comida del mar, con resultados irregulares. Bien: ceviche negro en Manzanillo (entré al puerto y me regalaron una medalla); carpaccio de salmón en San Miguel de Allende; tostada de atún fresco con base de hummus en Al-Ándalus. Mal: taco de marlín ahumado. Fatal: un trozo de pato frito, que no es comida de mar. Hay que estar realmente mal para comerse a un animal tan simpático como el pato.

Un amigo me contó su aspiración de abandonar su trabajo como director corporativo para volverse cantante. Caminé bajo el sol de Amealco hasta encontrar una taquería llamada Chayan, aunque no pedí nada. Vi una película en la que uno de los personajes dice: «Cambia de cara o te quedarás fea y sola en tu rincón». Fui feliz deambulando por San Ángel; el Templo del Carmen quizá sea mi lugar favorito de la Ciudad de México. Vi un lápiz colgado en una galería de arte contemporáneo.

Visité por fin Veracruz, uno de los estados que me faltaban. Conocí gente entrañable en Coatepec; una de ellas me regaló un chile habanero que guardé en el bolsillo hasta mi regreso a casa. En esas calles con olor a café —el cursi cliché resultó cierto— un gato negro iluminó mi noche con sus ronroneos mientras se restregaba en mis piernas. Comí en un poblado de menos de cinco mil habitantes y me enfermé del estómago. Débil, con náuseas, caminé por Córdoba buscando algo que me ayudara, pero acabé comiendo tacos árabes de cerdo.

Fui a la UNAM un 14 de febrero y añoré la vitalidad y facilidad romántica de aquellos muchachos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, un aura entrañable, aunque ya solo dispuesta a lo lejos, sin dejarse tocar.

Usé un extinguidor por primera vez. Tuve un déjà vu en una zona residencial de Campeche, como si hubiera vivido ahí de niño, aunque era la primera vez que pisaba ese lugar. Acabé con el cuerpo raspado tras una capacitación de seguridad en un campo militar, en la que conocí personas bastante simpáticas de otras ciudades. Tomé un negroni mientras veía pasar una cucaracha en la cantina El Tío Pepe, en el Centro Histórico.

Vi por segunda vez al Liverpool ganar la Premier League. Conocí a Luis Pérez Sabido, autor de la letra de «Yo sé que volverás», en un entrañable local de dueños cubanos en Mérida. Tomé vino japonés y recorrí de noche el Museo de las Culturas con colegas y la ayuda de lámparas de celular. Probé un licor japonés llamado Shibitakojo Kuro Kirishima Genshu que me resultó mucho mejor que el sake, pero que no me atreveré a pronunciar en un bar.

Las habitaciones de Médica Sur me parecieron superiores a las de muchos hoteles. Coincidí con alguien a quien no veía desde hacía años; como aquella última vez, nos cruzamos por azar en una ciudad inmensa entre millones de habitantes, pero esta vez ya no nos saludamos. Encontré una nota tirada en la calle: «$150 de bistec, ¼ de chuleta ahumada, ½ de jitomate (6)». La reunión de Oasis me sacó del retiro de conciertos; fui a la segunda fecha y pensé que, aunque lo creamos, nunca nos alejamos tanto de la adolescencia.

Estado de ánimo: fastidiado. A menudo me sesentendido por días de otras personas y de lo que importa.

Unos admiradores de Pulp me invitaron a escuchar el nuevo álbum en un sitio especializado y recordé cuánto me gustaba esa banda; su concierto de 2012 en el Palacio de los Deportes sigue en mi top cinco de eventos musicales. Pedí un coctel malo con sabor chícharo solo porque se llamaba como mi canción favorita de Bob Dylan: «Simple Twist of Fate». Una amiga dedicada a la medicina me habló de su road trip universitario por Francia y España y de su deseo de repetirlo algún día.

Recuperé mi reloj favorito gracias a un relojero avezado que tardó un año en encontrar la refacción de un reloj ya descontinuado que nunca se vendió en México. Me reencontré con una compañera de secundaria después de veinte años;

quizá pasen otros veinte antes de volver a verla (o ni eso). Caminé por Iztacalco, Tláhuac e Iztapalapa por primera vez, con esa atmósfera tan aparte. Me faltan Milpa Alta y Magdalena Contreras para cerrar el circuito de la Ciudad de México, aunque no llevo ansias.

Un amigo de San Luis y su hija vinieron de visita y comimos como si el tiempo no hubiera pasado, aunque claramente sí lo había hecho. En Coyoacán, una chica me dijo que sus abuelos se conocieron cerca de ahí. Luego fuimos a uno de mis Sanborns favoritos. El pastel que comí en mi cumpleaños llegó desde San Luis de parte con la persona que me mantiene conectado por allá.

Falleció mi abuelo materno; siempre llevaré conmigo su nobleza y hedonismo. Vinimos a estar sentados y tomar una copa. Llevó una vida buena y tranquila. Me conmoví leyendo la autobiografía del papa Francisco y me desarmé al releer la contundencia del Credo católico, que no repasaba desde que era niño.

Hablé de jazz —esa vieja amante a la que había oxidado— con una gran conocedora del tema. Recordé mis primeros contactos con el género, hace más de veinte años, con el Kind of Blue de Miles Davis y el Blue Train de John Coltrane, que marcaron al jazz como algo definitivamente nocturno y azul para mí.

Titular de una vieja revista encontrada en San Fernando: «El peligroso acto de tragar espadas». Hubo una sola canción de los Stones a la que recurrí con constancia: «Fool to Cry». Fui jurado en una cata de vinos españoles, aunque las quince copas me supieron casi iguales porque apenas salía de una gripe prolongada.

Platiqué sobre música con un grupo de guatemaltecos mientras nos guarecíamos de la tormenta bajo una pequeña estructura de lámina, una versión chabacana de Lifeboat o Extraños en un Tren. Canté «Romance te puedo dar» en un karaoke con japoneses. Vi un par de veces a Ana, a quien aprecio, aunque no lo muestre de forma alguna. No tengo mucho por ofrecer.

Inicié el año en San Luis Potosí. En una pared leí: «Sal del bucle, cierra el círculo». Una muchacha punk me regaló un pin en el Bizarro Café. Le pedí a un peluquero que no me cortara mucho el cabello y me lo cortó mucho. Un chef de la costa del Pacífico me animó a comer un taco de lengua, algo a lo que hasta entonces me había negado rotundamente por darme repelús. El sabor fue maravilloso, pero intuí que fue por una preparación muy especial que no sé si encuentre en otro lado.

Pensé que debería filmarse una película nocturna en el Club France. Fui a bares con una mujer que no bebía. Encontré una carta intensa entre las páginas de un libro que hace mucho no abría; al leerla me sorprendí al no recordar el nombre de la autora y lamenté que no viniera firmada. Llegué tarde a un evento de L’Oréal.

Una desconocida en la calle me regaló una bolsa de tela luego de que se me rompiera la bolsa de papel en la que llevaba unos aguacates y estos cayeran dramáticamente al suelo. Fue uno de los mayores actos de bondad que recibí el año y reconocí nuevamente ese aire de misericordia que hay en las mujeres mexicanas. En los peores momentos siempre ha habido una mujer dispuesta a ayudarme.

Escuché sobre todo Beatles, boleros y canciones románticas, convencido de que los Beatles son una banda latina. Regalé un poemario que no fue valorado. Una piña, la última foto de un celular que perdí y que de manera infructuosa (y absurda) intenté rescatar al otro día en Iztacalco.

En medio de una reunión, me desencajé al enterarme de la muerte de Diane Keaton, esa mujer que muchos hombres buscamos y que, cuando se va —cuando se vuelve inalcanzable o simplemente desaparece—, queda adherida a la memoria para el resto de los días. Pensé entonces en la escena de las langostas de Annie Hall, un pequeño tratado sobre los amores irrecuperables: aquellos que creemos haber dejado atrás, pero que en realidad siguen ahí, acompañándonos, discretos y persistentes, como una forma añeja del recuerdo.

Fui a san Miguel de Allende después de más de veinte años; vi a un perro con las cejas pintadas, compré una figura de San Miguel Arcángel y me dio un ataque de tos antes de una reunión de trabajo. Una muchacha sentada en una banca me recordó a alguien del pasado. Probé ron de Santa Lucía y un destilado danés llamado Empirical que me invitó Clover, la talentosa hija de mi amigo Oswaldo.

En Insurgentes Sur, un anciano con el rostro cubierto por un paliacate me gritó «ÁNIMO, GÜERO, ÁNIMO» con tal enjundia que me levantó la emoción perdida, lo cabizbajo.  Pensé que a menudo Dios se manifiesta a través de personas que están ahí afuera, aunque luego desaparezcan en la esquina.

Di un tour de 5 minutos por un museo a unos visitantes del exterior antes de que tuvieran que correr al aeropuerto para olvidarse de México. Una persona muy generosa preparó tinga para mí, entre otros detalles invaluables. Leí que en Año Nuevo los griegos untaban aceite en la frente a los niños deseándoles que vivieran tanto tiempo como los olivos.

En la Narvarte vi a un amigo más ilusionado que nunca. Otro amigo cumplió dos años con su novia y lo vi más ilusionado que nunca (y me regaló unas plumas que me inspiraron a volver a escribir). Y aquí estoy, con la esperanza de escribir más el próximo año.

 

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El Cronopio

Gonzalo Celorio, su relación con San Luis Potosí | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

Cerramos las entregas de El Cronopio del 2025, con el caso del ganador del Premio Cervantes 2025, el máximo galardón de las letras castellanas que fue otorgado a Gonzalo Celorio, escritor mexicano que se une a los seis mexicanos que han sido galardonados con este importantísimo premio. Octavio Paz (1981); Carlos Fuentes (1987); Sergio Pitol (2005); José Emilio Pacheco (2009); Elena Poniatowska (2013); y ahora Gonzalo Celorio, Reconocido por su “hondura reflexiva” y su defensa de la lengua española, el premio reconoce la obra de Celorio por su elegancia literaria, su lucidez crítica y su capacidad de explorar los matices de la identidad y la memoria. Pero también invita a mirar hacia atrás y recordar a los autores que antes que él, llevaron el español de México a la cima del mundo hispánico. El premio será entregado en abril del 2026 en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares en España.

La familia de Gonzalo Celorio está relacionada con San Luis Potosí, pues su padre al ser comisionado como inspector de timbres traslado a su familia a fines de la década de los treinta y principios de los cuarenta a radicar a San Luis Potosí, donde nacerían tres de los hermanos Celorio Blasco; Gonzalo Celorio nació en la Ciudad de México a donde fue su familia en ese peregrinar de trabajo del padre de Gonzalo, que lo llevó como trashumante a vivir en La Habana, Cuba donde nacieron sus primeros hijos, Estados Unidos, Guadalajara, San Luis potosí y México entre otras poblaciones.

La familia Celorio echaría ciertas raíces en San Luis, uno de los hermanos mayores de Gonzalo, Alberto Celorio, iría a radicar a Matehuala a regentear una tienda de sombreros y textiles propiedad de Santiago Vivanco, familia con la que tuvieron una relación muy cercana, y quien sería presidente Municipal de Matehuala en la década de los cincuenta.

La abundante biblioteca de Gonzalo Celorio inició al heredar una de las colecciones que su familia paterna comprara en San Luis Potosí, la enciclopedia juvenil ilustrada, lo que de cierta forma lo fue orillando al mundo de las letras.

Como parte de su formación, en los periodos vacacionales de estudios, entraba a trabajar con sus hermanos, de esta forma estaría en varias ocasiones viviendo en Matehuala,

mientras trabajaba en la tienda de su hermano Alberto.

Parte de esa vida relacionada a San Luis es narrada en la saga dedicada a sus orígenes y que publicara en la editorial Tus Quets, Tres lindas cubanas, los apostatas y la más reciente ese montón de espejos rotos.

Este año de 2025, ha sido un año de reconocimientos, pues además de haber sido nombrado ganador del premio Cervantes, recibió la Medalla José Vasconcelos, que se une a los Premios Xavier Villaurrutia en 2023; el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el 2020 en el campo de Lingüística y Literatura; El premio Mazatlán de Literatura en el 2014; el Premio Novela IMPAC-CONARTE-ITESM en 1999; y el premio Prix des Deux Océans (Biarritz 1977).

Gonzalo Celorio ha sido profesor de literatura en la Universidad Nacional Autónoma de México desde 1974, donde ocupa la cátedra “maestros del exilio español”. En 2019 fue elegido director de la Academia Mexicana de la Lengua y su obra ha sido traducida al inglés, francés, italiano, portugués, griego y chino.

Entre sus obras como ensayista y narrador se encuentran sus novelas Amor propio (1992), Y retiemble en sus centros la tierra (1999), y la trilogía “Una familia ejemplar”, formada por Tres lindas cubanas (2006), el metal y la escoria (2014) y los apostatas (2020), así como los ensayos El viaje sedentario (1994), México, ciudad de papel (1997), Ensayo de contraconquista (2001), cánones subversivos (2009) y Del resplandor de la lengua española (2016); Mentideros de la memoria (2022).

Reavivar su obre a través de la lectura es el mejor homenaje que podemos hacerle a este importante escritor mexicano que pone en alto las letras mexicanas y del que podemos recrear parte de la historia potosina en con sus obras de la saga familiar.

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