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#Entrevista | La contrarrevolución cultural, un libro en contra del progresismo y el socialismo
El consultor Raúl Tortolero presentará en San Luis Potosí su texto en el que busca “defender los valores tradicionales de occidente”
Por: Ana G Silva
Raúl Tortolero, consultor político mexicano y ex secretario de Comunicación del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, presentó su libro “La contrarrevolución cultural: frente al Marxismo Posmoderno”, que recopila varios artículos en los cuales habla sobre la necesidad de iniciar un movimiento internacional en defensa de los valores tradicionales de occidente “que se ven amenazados por el pensamiento único, hegemónico y totalitario del marxismo posmoderno y del progresismo”, a los cuales califica como una subcultura. El libro ha sido presentado en 9 países y en las próximas semanas Raúl Tortolero estará en San Luis Potosí dando a conocer su nueva obra.
La Orquesta conversó con el autor quien comentó que su libro ha tenido una buena aceptación sobre todo de los jóvenes, pues “saben que el progresismo intenta atacar la familia, la religión en busca imponer el socialismo blando, por lo que es necesario emprender una contrarrevolución cultural”:
“Contrarrevolución porque nos oponemos tanto al anticristianismo que inicia con la revolución francesa, sobre todo la revolución China, donde se pretendía abolir las tradiciones y costumbres, esto tuvo como consecuencia 15 millones de muertes y estas dos revoluciones han tenido mucha influencia en hispanoamérica”.
Al cuestionarlo sobre si consideraba que esto era un ataque a los progresistas o socialistas, Tortolero respondió que en realidad es una defensa ante los ataques de estos movimientos, pues hay ejemplos como en México donde las personas han vandalizado iglesias o templos, en Chile han quemado iglesias, en Bogotá interrumpieron una misa y causaron escándalo; es decir que no hay respeto a sus creencias y libertad de culto y hay un ataque sistemático a las religiones.
Raúl Tortolero dijo que el progresismo vende el aborto como si fuera un derecho humano que es “un grave error, ya que el derecho humano es a la vida, el aborto es un asesinato aunque lo quieran ver como un derecho reproductivo”, dijo; además, agregó que otro tema sería la imposición de patrones LGBT a los menores de edad, por poner un ejemplo “Disney tratando de imponer el 50 por ciento de sus personajes que sean de la comunidad LGBT y no hay ninguna razón para que los traten de adoctrinar para que actúen con patrones homosexuales, en lugar de que ellos puedan decidir cuando sean mayores de edad y no a los cuatro años cuando ven Disney”.
Tortolero señaló que otra defensa es contra el socialismo blando, el cual tiene el mejor ejemplo con el presidente Andrés Manuel López Obrador, que hace un llamamiento a los proletarios para adoctrinar (o sea odiar a los oligarcas y burgueses), encabezar una revolución y finalmente imponer una dictadura del proletariado.
“Ahora ya no se toma al poder con las armas, sino en las urnas, pero empiezan a hacer reformas tramposas y romper las leyes y se quedan en el poder como sucede en Venezuela, Nicaragua, como lo hizo Evo Morales en Bolivia, como lo hizo Rafael Correa en Ecuador, como lo está planeando López Obrador, con la ‘revocación de mandato’ que más bien es una ratificación de mandato”.
El autor afirmó que el socialismo blando utiliza el mega asistencialismo, es decir, que intentan ubicar a ciertas personas que llaman vulnerables, les dan cheques y así intentan generar una lealtad al partido del gobierno para que puedan usarla a nivel electoral, compran la voluntad de la gente con apoyos o asistencialismo, generan una nueva base social electorera que les sirve como grupo de choque o ir ganando las elecciones.
Raúl dijo que se debe plantear una guerra contra la izquierda posmodernista desde la nueva derecha hispanoamericana, que tiene características diferentes de la derecha tradicional, por ejemplo, la vieja derecha ponía a la economía al centro del discurso y en la nueva derecha pone los valores ante todo, la cual tiene 7 defensas que son: la defensa de la fe, de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, de la familia natural, de la propiedad privada, de la patria (opuesto al globalismo progresista), la defensa de las libertades y de los derechos universales.
“Combatimos al marxismo posmoderno recibiendo una contrarrevolución cultural en la que hacemos un llamamiento para que podamos producir contenido en defensa de estos valores, no es una lucha con armas, sino que las armas son la conciencia y la información. Nuestra contrarrevolución cultural tiene que estar ubicada en el terreno de lo jurídico, lo financiero, lo económico, de lo artístico y lo deportivo”.
Sobre su opinión si considera que la derecha ha perdido su esencia conservadora, Raúl Tortolero lo confirmó y detalló que es un fenómeno que se está dando en todo el continente donde algunos actores políticos dicen defender los valores, pero ahora se presentan como “liberprogres”.
“Por desgracia como el supremasismo LGBT, el supremansismo ecologista, el supremansismo indigenista, el supremasismo feminista y el supremansismo negro y son las nuevas banderas del marxismo posmoderno, en el marxismo clásico el sujeto revolucionario era del proletario, ahora los pobres son un sujeto más, los demás sujetos son los supremasistas. Son supremacistas porque son radicales, en el caso de las supremacistas femeninas consideran que las otra mujeres son esclavas, porque ellas se liberaron de muchas cosas, y las que no siguen su ideología son esclavas de Dios, de la religión, del papa, del matrimonio, de sus esposos, del patriarcado, pero eso las lleva a su destrucción anímica y moral, porque no es nada bueno comportarse de esa manera y hay que preguntarse a nivel filosófico qué queda después de no tener todos estos valores”.
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#4 Tiempos
La IA, periodismo, y la coartada perfecta | Apuntes de Jorge Saldaña
““Vivimos bajo tormentas de datos que no construyen verdad sino ruido”. La información, desanclada de la confianza, se vuelve atmósfera. Y en atmósfera turbia, cualquiera puede gritar “fuego” y llamar a los bomberos, o “deepfake” y zafarse de la comisión de un delito”
Por: Jorge Saldaña
Hay épocas en las que la tecnología acelera más rápido que la ley en una carrera en pista sinuosa, de esas con curvas tan cerradas que hasta el volante tiembla.
Estamos ahí. La inteligencia artificial (IA) ya es capaz de imitar una voz al grado de confundir a tu mamá, de injertar un rostro en un cuerpo ajeno con precisión perfecta, de producir un “comunicado oficial” con sellos y sintaxis idénticos a los originales. Qué peligroso.
No obstante, lo que de veras me quita el sueño (y eso que soy dormilón) no es solo lo que la IA puede fabricar, sino lo que su misma sombra puede desmentir, es decir, que lo verdadero sea tirado a la basura señalándolo a la ligera como “irreal”.
Dicho en pocas palabras: sí temo a la mentira hecha con IA, pero temo más que la IA se vuelva la coartada perfecta para negar la verdad. ¿Me explico?
Pienso en un audio que exhibe una extorsión, en una foto que capta a un político con un criminal, en un contrato auténtico que documenta un desvío.
Con la reforma aprobada en San Luis Potosí (con tan solo 10 días de análisis) que tipifica el “uso indebido” de IA para provocar alarma, alterar la paz social, o dañar la imagen de un tercero, creo que nos pone a todos, pero aún más a los que nos dedicamos al periodismo, en un altísimo riesgo de que la primera reacción del involucrado no sea la responder al fondo, sino señalar al mensajero: “Eso lo creó la IA”, y entonces deberá ser el reportero, y no el delincuente exhibido, el que deberá de demostrar que su evidencia no es sintética o artificial, o se va al bote.
Invertimos la carga de la prueba: del hecho al emisor; del culpable al periodista.
No exagero: Artículo 19 ya advirtió lagunas de precisión en conceptos como “alarma pública” o “paz social” (que son ambiguos y propensos a la interpretación) y un riesgo de discrecionalidad que podría alcanzar desde la crítica política hasta la edición creativa.
Es cierto, la iniciativa del diputado Héctor Serrano, incorpora exclusiones para fines periodísticos, académicos, artísticos y de parodia “siempre que no exista dolo y se indique expresamente ese carácter”. Bien intencionado, sí. ¿Suficiente? No, porque el campo de juego queda resbaladizo y no hay árbitro judicial ni peritos especialistas en el tema.
Las modificaciones al Código Penal producto de la iniciativa de regulación a la IA, no define con precisión cómo demostrar el dolo, qué es alarma y, sobre todo, quién y cómo lo acredita.
Byung-Chul Han lo dijo en su libro Infocracia, (que me gusta mucho citar): “vivimos bajo tormentas de datos que no construyen verdad sino ruido”. La información, desanclada de la confianza, se vuelve atmósfera. Y en atmósfera turbia, cualquiera puede gritar “fuego” y llamar a los bomberos, o “deepfake” y zafarse de la comisión de un delito.
Nuestro tiempo es el de la sospecha permanente, la duda como política de Estado.
El tema me recuerda a Orson Welles que lo anticipó en 1938 con La guerra de los mundos: una ficción radial que, contada como boletín, desató pánico.
Hoy no necesitamos actores; bastan modelos generativos, un par de clics y un algoritmo de difusión.
Imaginen —no es ciencia ficción— un boletín “verosímil” de la Sedena ordenando toque de queda; una “conferencia” de la presidenta aceptando una invasión o un “video” de un presunto homicida de un estudiante de Estomatología confesando un delito… (saben a lo que me refiero).
¿Qué tal que el homicida alega que el video que se filtró fue hecho con Inteligencia Artificial? ¿Se va a perseguir al medio que lo difundió? En una de esas, hasta el homicida sale libre…¿Ya me entiende, Culto Público a lo que me refiero, me preocupa, y me da comezón?
La IA escribe el guion; las redes, el miedo.
Ahora bien: San Luis Potosí ya legisló. ¿Hacía falta? Sí. Pero… ¿Así? ¿Tenemos la suficiente fortaleza académica, experiencia profesional y capacidades para fundamentar una legislación sobre esta materia que nos va ganando la carrera? ¿No será esto un acelerón en plena curva?
El que esto escribe, aprendiz de reportero, alcanza a ver al menos tres riesgos que no podemos ignorar:
1) La coartada perfecta del poderoso.
Frente a una investigación sólida, la respuesta fácil será: “es IA”. Si la norma deja ambigüedades, el periodista puede terminar litigando su autenticidad en vez de publicar, y esto puede generar un efecto inhibidor, una autocensura preventiva por miedo a ser acusado de crear “realidades sintéticas”.
2) La puerta trasera de la censura.
Cuando “alarma social” o “paz pública” no tienen parámetros verificables, cualquier pieza incómoda puede ser encuadrada como “desestabilizadora”. Hoy se promete que no; mañana basta un fiscal con prisas o un juez con miedo o a modo.
3) La prueba imposible.
En la práctica forense, demostrar que algo no fue generado por IA requiere peritajes especializados, sellos de procedencia, cadenas de custodia digitales. No los tenemos para temas como la IA ¿Quién los hará? ¿Con qué estándares? ¿Con qué independencia? Si no definimos eso, la balanza se inclina contra el informador.
Ante ello, creo que necesitamos definiciones más concretas, cerradas y taxativas, lo mismo que una “mente culpable” o como dicen los abogados una Mens rea probada, exigir dolo específico: intención de provocar alarma…me-di-ble y no de “sensación” de la misma.
Además, si alguien alega que una pieza es sintética o fabricada, que lo acredite con peritajes de laboratorios independientes (no “peritos de parte” -que además no hay en SLP- a modo).
Los periodistas también tenemos que tener garantías reales y no meramente declarativas.
Efectivamente hay una exclusión en la iniciativa aprobada para el ejercicio del periodismo, arte, academia y sátira, sin embargo, ¿quién garantiza que opere en los hechos, cuando alguien -como dije arriba- nada más porque sienta calor le llame a los bomberos…?
No se trata de negar el dilema —que es brutal y de múltiples aristas—, sino de evitar que la cura mate al paciente. Porque, paradójicamente, la IA que nos amenaza con fabricar mundos, también puede servir para validarlos.
A ver, para Usted mi Culto Público, le comparto dos escenarios de pesadilla y uno de esperanza:
Un “Falso con consecuencias reales”: Un “comunicado” apócrifo de Protección Civil que ordene evacuar colonias. Pánico, saqueos, accidentes. Nadie herido por la IA; todos por la estampida.
Un “Verdadero desmentido como falso”: Un video auténtico que documenta un abuso policial. Los responsables gritan “deepfake”, “IA”, un juez timorato concede medidas cautelares, y el reportero enfrenta proceso. La evidencia muere antes que el delito.
Uno de esperanza: que la norma haga lo que promete: perseguir mentiras sintéticas dañinas, proteger a víctimas (como las 400 estudiantes de Zacatecas) y blindar la crítica. Se puede, si se afina y lo hacemos de forma acompañada y profesional. No a la ligera.
La delgada línea entre vigilar y castigar —permítanme el guiño— no debería cruzarse hacia castigar al que vigila. La prensa, con sus errores y excesos que a veces tenemos (no me subo al púlpito ni tiro la primera piedra), sigue siendo el semáforo en una avenida oscura: si se apaga “por seguridad”, lo que viene no es orden, sino una carambola con trágicas consecuencias.
Cierro con una imagen. La IA es el Orson Welles de nuestros tiempos: puede narrar invasiones que no existen y desmentir revoluciones que sí ocurrieron. La diferencia será si, en San Luis, ponemos reglas claras, peritos que sepan, y un principio simple grabado en piedra: a la verdad no se le pone grillete; a la mentira, sí.
Insisto, si lo hacemos bien, con profesionalismo y sin miedo, quizá esta vez la radio hablando de marcianos no provoque pánico, sino lucidez.
Mañana será el diputado de Morena Carlos Arreola (qué casualidad) el que anuncie el desarrollo inmediato de foros con ciudadanos, académicos, especialistas, periodistas, abogados y otros grupos para discutir, plantear y afinar la iniciativa aprobada. Aunque lo convoque Arreola, ni modo, me apunto.
Nota: Esta columna no fue redactada con IA, sino con MIR (Mi Ignorancia Regular).
Hasta la próxima.
Yo soy Jorge Saldaña.
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Ciudad
Se dispara la violencia familiar en vacaciones; SSPC refuerza prevención
Juan Antonio Villa dijo que los domingos por la tarde son los días que concentran más reportes
Por: Redacción
A unas semanas del inicio formal de las fiestas decembrinas, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) advirtió que los casos de violencia familiar tienden a incrementarse durante este periodo, especialmente después de que los niños salen de vacaciones.
El titular de la dependencia, Juan Antonio Villa Gutiérrez, señaló que cada año se registra un repunte en llamadas de auxilio relacionad as con agresiones dentro del hogar , en gran parte provocado por el consumo de bebidas alcohólicas y otras sustancias.
Villa Gutiérrez explicó que, aunque este comportamiento es cíclico, la SSPC trabaja actualmente desde el área de Prevención del Delito para que mujeres, niñas, niños y ciud adanía en general aprendan a identificar conductas violentas que a menudo se normalizan, como la violencia psicológica o económica.
“El objetivo es inhibir en lo posible el incremento de la violencia familiar”, afirmó el secretario.
El funcionario señaló que no existe una zona específica donde se concentren los reportes, pues la incidencia varía; sin embargo, detalló que los domingos por la tarde suelen ser los momentos con mayor número de denuncias, nuevamente influido por el consumo de alcohol.
La SSPC aseguró que mantendrá operativos y vigilancia reforzada durante las semanas previas y posteriores a las vacaciones decembrinas.
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Destacadas
Propuesta de sueldos policiacos en SLP reducirá actos de corrupción: SGG
La iniciativa sobre los salarios de elementos municipales se presentará antes de fin de año
Por: Redacción
J. Guadalupe Torres Sánchez, secretario general de Gobierno de San Luis Potosí, informó que las autoridades estatales continúan en el análisis y recaudación de información de la iniciativa legislativa para que los policías de los 59 municipios reciban un sueldo mínimo de 15 mil pesos. Esta medida busca brindar mayores garantías a los elementos de seguridad, reducir actos de corrupción e incluso evitar que se filtre información a grupos de la delincuencia organizada.
Para lograr dicha homologación, Torres Sánchez explicó que se han llevado a cabo mesas de seguridad en distintos municipios, donde se dialoga con presidentas y presidentes municipales para conocer su estado de fuerza
y los salarios actuales de los uniformados.Sobre estas reuniones, el secretario señaló que existe una gran disparidad salarial, pues algunos municipios pagan siete mil u ocho mil pesos mensuales, cantidad que consideró insuficiente para garantizar una vida digna.
Por último, Torres Sánchez indicó que la intención es presentar la iniciativa ante el Congreso del Estado antes de que concluya el año, con el fin de que el Poder Legislativo cuente con el tiempo necesario para su análisis.
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