#4 Tiempos
El último tren de Leonel Serrato: Salgado Macedonio | Columna de Luis Moreno
HISTORIAS PARA PERROS CALLEJEROS.
La foto que publicó este fin de semana el todavía precandidato a la gubernatura por Morena, Leonel Serrato, levantó mucha controversia, pues en la instantánea aparece al lado de varios de los máximos representes del PRIAN al que tanto ha criticado: Octavio Pedroza, Enrique Galindo, Marco Gama, Marianela Villanueva y Yolanda Cepeda.
Aunque Leonel afirma que el saludo y la imagen se dieron en un acto de mera cordialidad, a la que llamó “potosinidad”, nada de esas buenas formas lo obligaba a, primero, registrar el momento y segundo a colgar la fotografía en sus redes sociales, por lo que deja todo para interpretar.
Ante mi fracaso para entender el beneficio pragmático que esta acción le podría traer a Leonel, consulté con amigos más avispados y lo único que concluimos fue que, como un felino malherido, Leonel saca las garras para defenderse hasta el último aliento de lo que considera una arbitrariedad por parte de Mario Delgado y el resto de la dirigencia nacional de Morena.
Que den a conocer el resultado de la encuesta, ha sido el rugido de Serrato desde que se supo que sería una mujer la que buscaría la gubernatura por Morena en este estado, y tiene razón, porque sin importar las modificaciones que se hagan, hay motivos para saber quién era la opción. Me he enterado por diversas fuentes que, en orden, el ejercicio demoscópico, al menos en sus tres primeros lugares, quedó de la siguiente forma:
- Leonel Serrato
- Juan Ramiro Robledo
- Primo Dothé
Con una muy marcada diferencia entre el 1 y 3 y poco más corta entre el 1 y 2. Pero a estas alturas, ¿de qué valdría tener esos datos? La respuesta es de mucho.
Si bien la decisión de tener una candidata parece inamovible, si nos enteramos de quién era el perfil masculino más calificado, él tendrá, por merito propio, la oportunidad de negociar con Mario Delgado qué es lo que quiere para iniciar la operación cicatriz: la candidatura a la alcaldía, la superdelegación, un ascenso o movimiento lateral en los tribunales, o cualquier otra cosa. Es lo justo dentro de los códigos de la vida interna de un partido.
Leonel ha sido enfático al decir que la dirigencia nacional de Morena trata como basura a San Luis Potosí y no lo dice porque sea una mujer o un hombre su candidato o candidata, no. Lo dice porque hoy siendo 1 de febrero somos el único estado en donde Morena no tiene candidatura a la vista, lo dice porque se ha permitido meter a perfiles penosos para la izquierda dentro de la posible nominación morenista como Mónica Rangel, priista de la ralea más pútrida por corrupta, traicionera e incapaz.
La cosa es sencilla: Leonel tiene razón en cada uno de sus gruñidos.
¿Es un desperdicio seguir dándole vueltas al tema? ¿Sería bueno que Leonel apague su parte perredista combativa presente en cada morenista y active su lado priista de disciplina también latente en todo partidario de Lopez Obrador? Tal vez, pero queda una última carta que no se ha destapado en la mesa y que es el verdadero motivo porque el que Morena aún no sabe quién lo representará en San Luis: el caso Félix Salgado Macedonio.
Desde hace semanas, posiblemente meses, la presión pública sobre Morena para que Félix Salgado no sea su candidato a gobernador debido a sus presuntos casos de acoso y abuso sexual ha sido tremenda: denuncias penales, declaraciones mediáticas y manifestaciones de grupos feministas, que se han endurecido aún más durante los últimos días.
En Guerrero, Morena va a ganar sí o sí, no hay vuelta atrás, las encuestas lo posicionan hasta con un 65% de intención de voto, contra el 15% del PRI que ocupa el segundo lugar, de ahí le sigue el PRD con menos del 10, el PT con un 5% y un tristísimo 3% que el PAN comparte con algún independiente. Por lo que la verdadera elección estuvo en quién iba a ser su candidato y para nadie es un secreto que Félix no era el favorito de Mario Delgado, pues, como varios columnistas nacionales lo han consignado, el gallo de Mario era Pablo Amilcar Sandoval, hermano de Irma Eréndira Sandoval, actual secretaria de la Función Pública, no obstante, al final se definieron por Félix porque él solo tenía la posibilidad de irse al PT y complicar la elección.
El peso de los señalamientos contra Salgado Macedonio no ha menguado con la nominación, tanto que aún está en duda, con todo y qué ayer fue ratificada, pero esto ¿qué tiene qué ver con San Luis? Bueno pues que si Félix no va, seguro pedirá su derecho para vetar candidatos y lo hará con Pablo Amilcar y con Luis Walton, sus dos rivales más importantes, y Morena, en un intento por lavarse la cara y contentar a la sociedad pondrá a una candidata, que puede ser Adela Román o Beatriz Mujica, quienes al igual que cualquiera que vaya por dicho partido en Guerrero, ganarán holgadamente.
De darse ese escenario en Guerrero, San Luis sufriría, de nuevo, un giro radical y tendría, al estar cubiertas las candidaturas de paridad de género a nivel federal, la posibilidad de poner un candidato varón, lo que regresa al ring de inmediato a Leonel Serrato y Juan Ramiro Robledo.
La apuesta suena compleja, como intentar marcar un gol de último minuto desde medio campo, pero existe.
Personalmente le doy la razón a Leonel en todos los reclamos que ha hecho durante los últimos días, pero más allá de echarle un ojo al tema Guerrero, no le veo por dónde, ojalá sus testarudez y caradurismo no lo conviertan en el Xavier Nava de Morena y el enojo no termine por cegarlo, pues estoy convencido de que Leonel puede, y va a ser, un gran alcalde o gobernador, el tema es que eso tal vez no sea hoy.
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#4 Tiempos
Las dos mujeres de Truman. Palabras con cicuta
Apuntes
Hay autores que escriben un solo amor con distintos nombres. Truman Capote lo hizo con los de Nancy Clutter y Holly Golightly: la muchacha asesinada y la mujer que huye. Dos rostros de la misma herida.
Nancy era todo lo que el mundo aprueba: pureza, promesa, familia. Una adolescente que hacía listas, organizaba fiestas y creía que el bien era una costumbre diaria. Holly, en cambio, era todo lo que el mundo juzga: libre, contradictoria, caprichosa, superviviente. Todo sinónimo de “libre y espontánea”.
Ambas están solas frente a una sociedad que las define, una desde la muerte y otra desde el deseo.
Yo creo que Capote estuvo enamorado de una mujer que fue las dos. Una que lo deslumbró por su bondad y lo desarmó por su caos. En Nancy encontró la integridad que él nunca tuvo; en Holly, la libertad que siempre le fue negada. Una mujer que cocinaba con delantal los domingos, pero que podía desaparecer una semana sin explicar por qué. La amaba por lo que lo salvaba y por lo que lo destruía.
En A sangre fría, Capote mira a Nancy como si aún pudiera rescatarla. La describe con ternura casi maternal, pero también con una envidia melancólica: ella no sabía lo que era la vergüenza ni el exceso. En Desayuno en Tiffany’s, en cambio, elige no salvar a Holly. La deja ir. Le permite el privilegio que Nancy nunca tuvo: seguir viva aunque nadie la entienda.
Quizá esa fue la forma en que Truman se reconcilió con su propia culpa. Escribir a la que murió como víctima y a la que se fue como promesa. Una purificada por la muerte, la otra condenada a vivir
. Entre ambas, Capote puso su propia alma: la de un niño que soñaba con el orden de Nancy y despertaba con el desorden de Holly.No se puede amar a dos mujeres tan distintas sin romperse un poco. Pero Capote lo hizo. Amó la pureza que se deja matar y la libertad que se mata sola.
Y quizá, como tantos de nosotros, entendió demasiado tarde que una y otra eran la misma. Que la vida te puede matar por ser buena o por querer ser libre. Y que entre esas dos muertes —la literal y la simbólica— se esconde el precio de vivir como uno quiere.
Punto.
Y aquí estoy yo, leyendo a Truman y sintiendo que me contó la historia antes de que ocurriera. Porque yo también quise que Holly fuera Nancy: que se quedara, que colgara su vestido brillante y se sentara a esperar el desayuno. Pero ella eligió la noche, otro hombre, otra ciudad.
Yo sigo aquí, recogiendo los platos, preguntándome si alguna vez alguien puede amar a una mujer así sin terminar escribiendo sobre su ausencia.
Quizá eso somos los que escribimos: los que convertimos el abandono en literatura.
Los que seguimos hablando con las Holly que quisimos que fueran Nancy, aun sabiendo que la vida —como en Capote— siempre acaba a sangre fría.
Yo soy Jorge Saldaña.
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#4 Tiempos
Antonio Castro Leal, su papel por la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
En los movimientos y propuestas por la autonomía universitaria en el país, son varios los potosinos que figuran como pioneros, algunos no muy mencionados en este proceso. Entre estas figuras encontramos a Valentín Gama y Cruz, Rafael Nieto Compeán, Manuel Nava Martínez y Antonio Castro Leal quien estaría involucrado en los dos más importantes movimientos por la autonomía universitaria, el caso potosino y el de la universidad nacional.
Antonio Castro leal, abogado de formación y literato por vocación nació en San Luis Potosí en la última década del siglo XIX, el 2 de abril de 1896 y como varios potosinos iría a la Ciudad de México a continuar sus estudios a principios del siglo XX, donde fincaría su formación intelectual en la Escuela Nacional Preparatoria adquiriendo una formación humanística que guiaría su vida profesional. Fue uno de los fundadores del proyecto conocido como Ateneo de la Juventud y la fundación de la Preparatoria Libre.
Ingresa a la Escuela Nacional de Jurisprudencia y cofundaría la Sociedad de Conferencias y Conciertos en 1916, a cuyos siete fundadores se les llamaría “los siete sabios”, junto a Vicente Lombardo Toledano, Manuel Gómez Morín, Teófilo Olea y Leyva, Jesús Moreno Baca, Alfonso Caso y Alberto Vázquez del Mercado. “Los siete sabios”, nombre que nació mas en tono de burla que de reconocimiento, se caracterizaban por ser un grupo lleno de inquietudes culturales y políticas, aficionados a la música, la literatura y cultura en general; jóvenes precoces de 19 y 20 años de edad que ya eran profesores universitarios.
El papel pionero de Valentín Gama, por la autonomía universitaria cuando asumió el rectorado de la entonces Universidad Nacional de México, ya lo hemos tratado en esta columna, pero por aquella época revolucionaria Antonio Castro Leal, figuraría entre los primeros mexicanos que impulsarían los proyectos de autonomía universitaria.
Su interés político se manifestaría en 1917, cuando con sus compañeros universitarios que integraban “los siete sabios” extendieron al Congreso de la Unión la primera solicitud de autonomía universitaria, como protesta ante la Constitución de ese año, que suprimía a la Secretaría de Educación Pública creando a cambio un Departamento Universitario que el Senado integró a la Secretaría de Gobernación; determinación que molestó a estudiantes y profesores y como parte de la protesta, Castro Leal y sus amigos de los siete sabios enviaban la solicitud de autonomía universitaria al Congreso de la Unión, de la cual nunca hubo respuesta.
Años después, Antonio Castro Leal, sería rector de la Universidad Nacional de México, siendo el segundo potosino en ocupar ese puesto y durante su rectorado se conseguiría como un gran triunfo histórico la autonomía universitaria transformándose la Universidad Nacional en Universidad Nacional Autónoma de México. Por ese entonces la autonomía de la universidad potosina, que se considera la primera a nivel nacional en haber obtenido ese carácter con la iniciativa de Rafael Nieto, le había sido retirada y la recuperaría en parcialmente en 1935 siendo gobernador Idelfonso Turrubiartes. La completa autonomía y formación estructural académica de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la lograría el Dr. Manuel Nava con el apoyo del gobernador Ismael Salas en la década de los cincuenta del siglo XX, como apuntamos en la entrega anterior de esta columna. En este movimiento académico en San Luis, estaría participando de manera indirecta también Antonio Castro Leal como miembro de la Academia Potosina de Ciencias y Artes que impulsó el movimiento renovador de alta cultura que incidió en la moderna formación de la UASLP.
Antonio Castro Leal obtuvo los grados de licenciado y doctor en derecho por la UNAM y doctor en filosofía por la Universidad Georgetown en Washington, Estados Unidos. Durante algún tiempo se dedicó a la docencia como actividad principal dictando cátedra de literatura en la Escuela de Altos Estudios, en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, también impartió la cátedra de derecho internacional en la Escuela Nacional de Jurisprudencia.
Su papel en las instituciones educativas y culturales mexicanas fue muy importante teniendo un destacado papel protagónico, entre ellas la dirección del Instituto Nacional de Bellas Artes, entre muchas otras.
Su actividad literaria, otra de sus pasiones, la inicia en 1914 distinguiéndose como escritor, ensayista y crítico de las letras mexicanas. Escribió poesía usando el pseudónimo de “Miguel Potosí”. Castro Leal es uno de los muchos potosinos que escribieron su historia en el mundo de las letras y que figura como un protagonista por la autonomía universitaria en el país.
Antonio Castro Leal murió en la Ciudad de México el 7 de enero de 1981.
También lee: Manuel Nava, médico, humanista impulsor de la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
Siempre Autónoma… ¿o hasta la victoria siempre?
APUNTES
Así “sin querer queriendo” me encontré una película que para mí es fabulosa: “13 días”. John Efe, era encantador… Fidel, un hombre que jamás se hincó ante el “imperio” mmmm… ¿De qué lado están ustedes? ¿“Team Fidel, que no se rinde pero tampoco se alinea”, o “Team John”?
La UASLP es como la Cuba de Fidel: No, ¿cómo cree presidente? Nosotros no tenemos nada en su contra, pero pues la hermana República de Rusia nos regaló unos misiles… ¿Qué haría usted?
Presidente… nuestra patria es autónoma, libre, independiente… no se meta, pero queremos el mismo derecho que usted a meternos en lo que nos dé la gana y golpearlo a contentillo… métase cuando a nosotros nos convenga… es nuestro derecho y hasta deber.
Presidente: vamos a lanzar nuestros misiles, pero no queremos hacerles daño… solo que usted nos hace daño y nos comportamos IGUAL que usted.
¿Autonomía? Claro. Que hermosa palabra. Caperucita pudo ser la más puta con el lobo, pero… fue decisión de ella (muy autónoma) señalar a quien ella consideró culpable… y mataron al lobo.
Deme una salida, presidente…
— Ok.
Eres a partir de hoy, autónomo. Pero bloqueado. Aceptas lo que te diga, pero dirás que no aceptaste. Hablo yo. No tú
… y te tienes que agachar, aunque tú tengas los misiles.
—Ganamos.
Hasta la próxima.
Yo soy Jorge Saldaña
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