Deportes
El deporte blanco en tiempos de COVID-19 | Columna de Jesus Alejandro Tello

GAME, SET AND MATCH.
La mayoría de las actividades humanas pararon hace unos meses desde el inicio de la pandemia de COVID-19, ocasionada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2. No quedó exento el deporte blanco. Una emergencia sanitaria de tal calado (tal vez solo comparable con la pandemia de influenza de 1918-1920, aunque con circunstancias diferentes de todo tipo) obliga, sí o sí, a poner la salud pública por encima de cualquier otro aspecto. No es poca cosa que el acumulado de casos ascienda a más de 23 millones, con más de 800 mil muertes de manera global, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
De ahí que el tenis profesional haya tenido que parar el desarrollo de la temporada 2020 a las pocas semanas de haber empezado. El primer torneo que canceló su edición de este año fue el Masters de Indian Wells, uno de los más importantes para los circuitos varonil y femenil, luego de los Grand Slam. Este torneo que se juega a inicios de marzo, nunca en su historia había sido suspendido; y fue algo muy repentino, al grado de que muchos de sus participantes estaban aterrizando en California cuando apenas se enteraban de lo sucedido.
Sin embargo, el Abierto de Miami, de igual importancia que Indian Wells, mantenía esperanza de llevarse a cabo. Sin embargo, las autoridades locales decretaron el estado de emergencia, lo que llevó a la suspensión del torneo, que tenía estipulado disputarse hacia finales de marzo.
De ahí en adelante la ruta natural fue la misma que la mayoría de las actividades humanas no esenciales: los torneos de tenis se suspendieron. Las autoridades sanitarias de diversos países pronosticaban que la pandemia sería corta, por lo que los torneos que estaban calendarizados hacia finales de mayo en adelante mantenían su agenda, en espera de que el nuevo coronavirus cediera ante las medidas sanitarias recomendadas.
Pero los contagios de COVID-19 no pararon, al contrario (si bien en Europa se logró controlar de manera más efectiva, en América cada día se confirmaban más y más casos, al punto de que hoy en día ésta última tiene cuatro veces más contagios que la primera, y es la región más azotada en el mundo). De tal manera que los torneos siguieron siendo cancelados. Para beneplácito de quienes seguimos el tenis, Roland Garros anunció que movería su edición 2020 hacia finales de septiembre. Sin embargo, una mala noticia fue la cancelación definitiva de Wimbledon: este año no habría actividad en La Catedral del Tenis.
Pero como una verdad es que la humanidad no perecerá por la pandemia en la que nos encontramos, es imperativo que las diversas actividades humanas vuelvan al punto en donde fueron suspendidas, eso sí, con las medidas sanitarias propias de la nueva normalidad. Por lo que el tenis profesional volvió a las pistas con el Masters de Cincinnati el pasado 22 de agosto, en medio de las polémicas que no terminarán en torno a la pandemia y las actividades humanas: casos sospechosos entre jugadores, protocolos para garantizar la seguridad sanitaria de los mismos protagonistas de la raqueta, y también quienes se bajaron del torneo por temor a contagiarse (lo cual es muy razonable en medio de esta situación atípica).
Cabe mencionar que este Masters no se está jugando en la ciudad que le da su nombre, sino en Nueva York, en el USTA Billie Jean King National Tennis Center, sede del Abierto de los Estados Unidos, mismo que se jugará en su periodo regular entre el 31 de agosto y el 13 de septiembre del año en curso.
El Abierto de los Estados Unidos es, regularmente, el cuarto y último torneo de Grand Slam del año tenístico; sin embargo, esta vez será el tercero con el cambio de Roland Garros hacia finales de septiembre.
Sin duda, es una buena noticia que el deporte blanco vuelva a sus actividades profesionales. Pero no hay que perder de vista que lo más importante es que se garantice a las y los tenistas las condiciones necesarias para proteger su salud y la de sus personas cercanas. En la medida que eso pueda garantizarse, también se está garantizando la salud pública.
Tiebreak
Escribo estas nuevas líneas de Game, Set and Match luego de un año y medio en que había dejado de escribirlas. Agradezco la invitación de mi amigo Luis Alberto Moreno para retomar esta columna que vio sus inicios en este mismo medio durante un agosto de 2014. Si bien ha tenido un par de pausas desde entonces, el gusto por el tenis la sigue manteniendo a flote.
Nos leemos pronto.
#4 Tiempos
Fantasmas y oportunidad | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Este domingo San Luis abre el Alfonso Lastras frente a Tijuana, y no es un choque cualquiera, para los potosinos es una prueba de carácter, de identidad, de si realmente están vivos en este torneo o sólo repitiendo errores bajo otro sol. Para Tijuana, la visita es de las incómodas, estos partidos lejos de casa suelen desnudar sus fisuras, y enfrente estará un equipo que ya aprendió a morder cuando tiene que hacerlo.
San Luis llega golpeado por la irregularidad. Ha ganado partidos fuera de casa, pero también ha perdido otros en los que se dejó intimidar por rivales que no parecían tener mucho; juegos en los que el pulso se va, la concentración se diluye y los goles encajados parecen inevitables. Esa vulnerabilidad ha sido la constante, una defensa que tiembla, un mediocampo que se pierde cuando faltan ideas y delanteros que dependen demasiado de la inspiración aislada o del error ajeno.
Tijuana, por su parte, no es un paseo. Ha mostrado destellos de buen fútbol, ha sumado resultados decentes, pero también ha dejado ver que le cuesta imponerse fuera de casa cuando el rival presiona alto o lo obliga a construir desde atrás. Su equilibrio se tambalea si el marcador no le favorece pronto, y su carácter depende mucho de momentos puntuales de inspiración.
El historial entre ambos juega en favor de los fronterizos: más victorias, más empates, pocas derrotas. San Luis ha ganado escasas veces contra Tijuana, tanto de local como visitante, y eso pesa no sólo en la estadística, sino en la mente. Saber que enfrente hay un rival que te ha dominado más veces de las que quisieras recordar añade presión extra, obliga a estar mejor preparado, más concentrado y sin margen para regalar minutos.
La noticia que sacude el ambiente es el regreso de Vitinho al Alfonso Lastras. El brasileño, que dejó huella en San Luis por su desparpajo y verticalidad, vuelve ahora vestido de visitante. Su sola presencia añade una dosis de morbo, la afición potosina lo recuerda como una chispa capaz de encender partidos en segundos, y este domingo podría ser precisamente la amenaza que complique al equipo que alguna vez lo arropó. Su regreso no es un detalle menor, es un recordatorio de lo que San Luis tuvo y dejó ir.
Y la urgencia se siente en la grada, los aficionados ya no apuestan por promesas, quieren resultados. Si San Luis no se aferra a la localía, no sale con intensidad y no demuestra identidad desde el primer minuto, este partido puede volverse otro de esos en los que la ilusión apareció en la previa, pero el gol nunca llegó, o llegó demasiado tarde.
Este domingo no sólo se juega un partido, también se reencuentran viejos fantasmas. Si San Luis logra que la vuelta de Vitinho sea anécdota y no sentencia, tendrá mucho ganado. Pero si se deja arrastrar por la nostalgia y la fragilidad que lo persigue, Tijuana podría salir de nuevo airoso del Lastras. La diferencia entre fiesta y tormenta se definirá en noventa minutos.
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Ciudad
La Carrera Panamericana, SLP y su 75 aniversario
La competencia automovilística llega a la capital potosina por cuarta edición consecutiva, en la que la ciudad ha dejado huella a la memoria de esta carrera
Por: Redacción
A lo largo de la historia de la Carrera Panamericana, una de las competencias automovilísticas más emblemáticas de México y del mundo, San Luis Potosí ha tenido un papel significativo tanto en su ruta como en la representación deportiva, convirtiéndose en un punto clave del automovilismo clásico y de resistencia en el país.
Desde su instauración en 1950, su cancelación en 1955 y su renacer en 1988, la entidad potosina ha sido escenario de esta competencia en diferentes etapas, tanto intermedias como final, particularmente en los últimos cuatro años.
Pero… ¿qué es la Carrera Panamericana?
Es una competencia automovilística tipo rally de velocidad en carretera, que recorre diferentes puntos de la república mexicana, a través de carreteras federales, especialmente la famosa Carretera Panamericana (Carretera Federal 45 en México).
Comenzó en 1950 como una carrera de velocidad y una forma de celebrar la finalización del tramo mexicano de la Carretera Panamericana, y se realizó hasta 1954 de manera continua, hasta que fue suspendida en 1955 por cuestiones de seguridad.
Sin embargo en 1988 volvió a realizarse, aunque no como una carrera profesional de resistencia, sino como un rally histórico con autos clásicos.
Firmas internacionales como Ferrari, Porsche, Mercedes Benz y otras han tenido presencia en esta competencia, con diferentes categorías como Turismo de Producción, Turismo Mayor, Sport Mayor y Menor, Original Panam, Histórica A, B, C y Exhibición.
En San Luis Potosí destaca la participación ininterrumpida por cuarta ocasión en esta contienda, al ser el último punto intermedio, y previo a su conclusión en el estado de Zacatecas. Mientras que en la edición 2024 fue el punto de meta, en la que el potosino Ricardo Cordero se coronó campeón de esta edición .
Actualmente, el piloto potosino es hexacampeón de la Panamericana, tras ganar en las ediciones 2017, 2019, 2020, 2021, 2022 y 2024. En todas ellas ha competido con “El Malditillo”, un Studebaker Champion 1953 de la categoría Turismo Mayor, con el que espera ganar la Panamericana en ocho ocasiones y romper el récord de Pierre de Thoisy, piloto francés que ganó esta carrera en siete ocasiones, también sobre un Studebaker de las mismas características.
La edición 38 de la Carrera Panamericana arrancará el próximo 9 de octubre y tendrá ocho etapas, arrancando en Chiapas y pasando por Oaxaca, Puebla, Ciudad de México, Querétaro, Morelia y Guanajuato, para llegar a San Luis Potosí el 15 de octubre y concluir en Zacatecas al día siguiente. Una edición que además de fomentar el turismo deportivo se convierte en una experiencia de adrenalina, pasión y tradición para sus competidores y aficionados.
También lee: San Luis Capital será sede de la Carrera Panamericana en su 75 aniversario
#4 Tiempos
El eterno | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Guillermo Ochoa es un portero que se convirtió en bandera. Desde que debutó con el América en 2004, sus guantes parecían hechos para noches grandes: títulos de liga, protagonismo inmediato y el aura del “nuevo guardián” del arco mexicano. Tardó en dar el salto a Europa, y aún así, demostró sus ganas de crecer a pesar de los sacrificios, con una carrera que, aunque irregular en lo colectivo, lo mantuvo vigente en la élite del futbol internacional durante más de una década.
En Francia defendió al Ajaccio, donde se convirtió en ídolo de un club pequeño que sobrevivía gracias a sus atajadas imposibles. Después vinieron pasos por Málaga y Granada en España, donde la lucha contra el descenso lo expuso constantemente, pero también lo catapultó con actuaciones memorables frente a equipos como el Barcelona o el Real Madrid. Más tarde, Bélgica, con el Standard de Lieja, donde recuperó la estabilidad, disputó competencias europeas y volvió a tener el brillo de arquero confiable.
De ahí regresó a México, otra vez al América, como referente y capitán. Sin embargo, su ambición lo llevó a un último desafío en Italia con la Salernitana, donde las críticas fueron severas y el equipo terminó hundido en la tabla. Ese episodio marcó un antes y un después: Ochoa ya no era visto como el mismo arquero que tapaba lo imposible en los mundiales, sino como un veterano que comenzaba a pagar factura ante la exigencia de un futbol mayor.
Con la Selección Mexicana, su legado es indiscutible
. Fue cinco veces mundialista y protagonista en Brasil 2014 y Rusia 2018, con actuaciones que dieron la vuelta al mundo. Se le aplaudió como salvador, pero también se le cuestionó su influencia en el vestidor y el hecho de que, durante años, cerrara el camino a nuevas generaciones de arqueros.Hoy el futuro de Ochoa es una incógnita. Con 39 años cumplidos, se habla de un posible regreso a la Liga MX, donde tendría el respaldo de la afición y un lugar asegurado en el escaparate. También existe la posibilidad de un destino exótico, en ligas de menor exigencia pero con cheques generosos. El problema es que cada paso que dé será juzgado no como una nueva aventura, sino como el epílogo de una carrera que marcó época.
El verdadero reto de Guillermo Ochoa ya no está bajo los tres palos, sino frente al espejo. Su historia se escribió entre América, Ajaccio, Málaga, Granada, Standard de Lieja y Salernitana; su leyenda se forjó con la Selección. Pero ahora, cuando el tiempo le recuerda que no hay reflejo eterno, deberá decidir si se despide como un gigante que supo irse en lo alto o como un ídolo que se aferró demasiado al recuerdo de sus mejores atajadas.
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