octubre 10, 2025

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#4 Tiempos

Cien años de radiofonía en San Luis Potosí | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

En 1923 sucedieron en San Luis Potosí varios acontecimientos de relevancia en el ámbito de la cultura, educación, ciencia y política, asuntos que hemos tratado ya en estas secciones y otros que estaremos tratando en las próximas entregas. En esta ocasión recordamos la introducción de la radio en San Luis Potosí, que se fue fraguando a lo largo de la primera parte de ese año de 1923 y que tendría su punto culminante en el mes de septiembre con la transmisión pública de un concierto desde la casa de Francisco de Paula Cabrera.

Francisco de P Cabrera que se distinguía como un joven muy activo en los negocios y un estudiosos en asuntos de electricidad adquiriría en Estados Unidos todos los aparatos y maquinaría indispensables para instalar en San Luis Potosí una estación transmisora de radiofonía. Para entonces Cabrera ya contaba con una estación receptora en su casa donde escuchaba constantemente conciertos dados en varias poblaciones de Estados Unidos y las primeras transmisiones que se realizaban en México. La idea de Francisco P. Cabrera era trasmitir desde su casa una serie de conciertos con artistas potosinos que se pudieran escuchar en todos los lugares donde pusieran contar con un pequeño receptor que proporcionaría a sus suscriptores contando con el apoyo de la sucursal en esta ciudad de la Compañía Telefónica Mexicana que estaba situada en la calle de Zaragoza número 35.

En las pruebas de instalación de la estación realizadas desde la cada de Cabrera se organizaron algunos conciertos con la asistencia de una gran cantidad de público, tanto en su casa como en el salón de la Compañía Telefónica donde se recibía por lo pronto la señal de radio que se escuchó con toda precisión.

La intención de Francisco de P. Cabrera era utilizarla como un medio de difusión cultural, enfocado principalmente a la transmisión de conciertos de manera periódica en los que puedan tomar parte los más distinguidos artistas de la localidad, de esta forma la transmisión de los conciertos sería en vivo y serían organizados en la casa de Cabrera. Dentro de las pruebas preliminares de transmisión se aprovecho también para difundir conferencias como el caso del escritor español Eugenio Noel que se encontraba de visita en la ciudad.

Las pruebas de transmisión, como indicamos, se recibían en la compañía telefónica donde podían congregarse quienes deseaban escuchar estos experimentos novedosos en San Luis, mientras pudieran contar con sus propios receptores. Uno de los conciertos de prueba de la nueva estación de radio de Francisco P. Cabrera se realizó el 27 de agosto de 1923 donde se promocionaba “Concierto de “Radio” que transmitirá la Estación F.P.C. de 9 a 11 p.

m.”

El 11 de septiembre de 1923 se realizaría la inauguración de la primera estación de radio en San Luis Potosí. Desde su casa situada en la calle de Zaragoza en la capital potosina, el radioexperimentador Francisco P. Cabrera puso en los oídos de los radio adictos del país su primer gran programa destinado a divulgar entre los potosinos las maravillas de la radiotelefonía.

En dicha audición tomó parte el notable compositor Manuel M. Ponce. La emisión de Cabrera fue captada en las poblaciones potosinas y en las ciudades de Tampico, Guadalajara, Monterrey, Saltillo y Mérida.

De esta manera sería la segunda estación de radio instalada en provincia junto con la estación de Monterrey. En aquel histórico concierto que inauguraba la radio en San Luis, participarían las señoritas Dolores García y Concha González, la señora esposa del Ing. Luis E. Reyes, y los señores Roberto Estrada Dávalos, José González y el notable pianista Héctor Castañeda quien acababa de llegar de Estados Unidos. El concierto fue rematado con canciones mexicanas. El Ing. Reyes finalizó el programa pronunciando un pequeño discurso sobre lo que significa el maravilloso invento de la radio y la importancia que tenía para San Luis la Estación Transmisora de Francisco P. Cabrera.

Ese mes de septiembre se realizaría unas horas antes también una transmisión de radio de carácter científico desde Laguna Seca, en Charcas San Luis Potosí, con motivo del Eclipse Total de Sol donde los científicos del Observatorio Astronómico Nacional transmitían los pormenores técnicos durante el eclipse a los diferentes campamentos científicos para su observación.

Así, San Luis Potosí ha contado con estaciones de radio desde hace cien años convirtiéndose en una de las primeras ciudades con contar con este importante desarrollo científico que por cierto tuviera sus raíces como primicia mundial en 1886, con el desarrollo de la comunicación inalámbrica por el potosino Francisco Javier Estrada.

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#4 Tiempos

Las dos mujeres de Truman. Palabras con cicuta

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Apuntes

Hay autores que escriben un solo amor con distintos nombres. Truman Capote lo hizo con los de Nancy Clutter y Holly Golightly: la muchacha asesinada y la mujer que huye. Dos rostros de la misma herida.

Nancy era todo lo que el mundo aprueba: pureza, promesa, familia. Una adolescente que hacía listas, organizaba fiestas y creía que el bien era una costumbre diaria. Holly, en cambio, era todo lo que el mundo juzga: libre, contradictoria, caprichosa, superviviente. Todo sinónimo de “libre y espontánea”.

Ambas están solas frente a una sociedad que las define, una desde la muerte y otra desde el deseo.

Yo creo que Capote estuvo enamorado de una mujer que fue las dos. Una que lo deslumbró por su bondad y lo desarmó por su caos. En Nancy encontró la integridad que él nunca tuvo; en Holly, la libertad que siempre le fue negada. Una mujer que cocinaba con delantal los domingos, pero que podía desaparecer una semana sin explicar por qué. La amaba por lo que lo salvaba y por lo que lo destruía.

En A sangre fría, Capote mira a Nancy como si aún pudiera rescatarla. La describe con ternura casi maternal, pero también con una envidia melancólica: ella no sabía lo que era la vergüenza ni el exceso. En Desayuno en Tiffany’s, en cambio, elige no salvar a Holly. La deja ir. Le permite el privilegio que Nancy nunca tuvo: seguir viva aunque nadie la entienda.

Quizá esa fue la forma en que Truman se reconcilió con su propia culpa. Escribir a la que murió como víctima y a la que se fue como promesa. Una purificada por la muerte, la otra condenada a vivir

. Entre ambas, Capote puso su propia alma: la de un niño que soñaba con el orden de Nancy y despertaba con el desorden de Holly.

No se puede amar a dos mujeres tan distintas sin romperse un poco. Pero Capote lo hizo. Amó la pureza que se deja matar y la libertad que se mata sola.

Y quizá, como tantos de nosotros, entendió demasiado tarde que una y otra eran la misma. Que la vida te puede matar por ser buena o por querer ser libre. Y que entre esas dos muertes —la literal y la simbólica— se esconde el precio de vivir como uno quiere.

Punto.

Y aquí estoy yo, leyendo a Truman y sintiendo que me contó la historia antes de que ocurriera. Porque yo también quise que Holly fuera Nancy: que se quedara, que colgara su vestido brillante y se sentara a esperar el desayuno. Pero ella eligió la noche, otro hombre, otra ciudad.

Yo sigo aquí, recogiendo los platos, preguntándome si alguna vez alguien puede amar a una mujer así sin terminar escribiendo sobre su ausencia.

Quizá eso somos los que escribimos: los que convertimos el abandono en literatura.
Los que seguimos hablando con las Holly que quisimos que fueran Nancy, aun sabiendo que la vida —como en Capote— siempre acaba a sangre fría.

Yo soy Jorge Saldaña.

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#4 Tiempos

Antonio Castro Leal, su papel por la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

En los movimientos y propuestas por la autonomía universitaria en el país, son varios los potosinos que figuran como pioneros, algunos no muy mencionados en este proceso. Entre estas figuras encontramos a Valentín Gama y Cruz, Rafael Nieto Compeán, Manuel Nava Martínez y Antonio Castro Leal quien estaría involucrado en los dos más importantes movimientos por la autonomía universitaria, el caso potosino y el de la universidad nacional.

Antonio Castro leal, abogado de formación y literato por vocación nació en San Luis Potosí en la última década del siglo XIX, el 2 de abril de 1896 y como varios potosinos iría a la Ciudad de México a continuar sus estudios a principios del siglo XX, donde fincaría su formación intelectual en la Escuela Nacional Preparatoria adquiriendo una formación humanística que guiaría su vida profesional. Fue uno de los fundadores del proyecto conocido como Ateneo de la Juventud y la fundación de la Preparatoria Libre.

Ingresa a la Escuela Nacional de Jurisprudencia y cofundaría la Sociedad de Conferencias y Conciertos en 1916, a cuyos siete fundadores se les llamaría “los siete sabios”, junto a Vicente Lombardo Toledano, Manuel Gómez Morín, Teófilo Olea y Leyva, Jesús Moreno Baca, Alfonso Caso y Alberto Vázquez del Mercado. “Los siete sabios”, nombre que nació mas en tono de burla que de reconocimiento, se caracterizaban por ser un grupo lleno de inquietudes culturales y políticas, aficionados a la música, la literatura y cultura en general; jóvenes precoces de 19 y 20 años de edad que ya eran profesores universitarios.

El papel pionero de Valentín Gama, por la autonomía universitaria cuando asumió el rectorado de la entonces Universidad Nacional de México, ya lo hemos tratado en esta columna, pero por aquella época revolucionaria Antonio Castro Leal, figuraría entre los primeros mexicanos que impulsarían los proyectos de autonomía universitaria.

Su interés político se manifestaría en 1917, cuando con sus compañeros universitarios que integraban “los siete sabios” extendieron al Congreso de la Unión la primera solicitud de autonomía universitaria, como protesta ante la Constitución de ese año, que suprimía a la Secretaría de Educación Pública creando a cambio un Departamento Universitario que el Senado integró a la Secretaría de Gobernación; determinación que molestó a estudiantes y profesores y como parte de la protesta, Castro Leal y sus amigos de los siete sabios enviaban la solicitud de autonomía universitaria al Congreso de la Unión, de la cual nunca hubo respuesta.

Años después, Antonio Castro Leal, sería rector de la Universidad Nacional de México, siendo el segundo potosino en ocupar ese puesto y durante su rectorado se conseguiría como un gran triunfo histórico la autonomía universitaria transformándose la Universidad Nacional en Universidad Nacional Autónoma de México.

Por ese entonces la autonomía de la universidad potosina, que se considera la primera a nivel nacional en haber obtenido ese carácter con la iniciativa de Rafael Nieto, le había sido retirada y la recuperaría en parcialmente en 1935 siendo gobernador Idelfonso Turrubiartes. La completa autonomía y formación estructural académica de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la lograría el Dr. Manuel Nava con el apoyo del gobernador Ismael Salas en la década de los cincuenta del siglo XX, como apuntamos en la entrega anterior de esta columna. En este movimiento académico en San Luis, estaría participando de manera indirecta también Antonio Castro Leal como miembro de la Academia Potosina de Ciencias y Artes que impulsó el movimiento renovador de alta cultura que incidió en la moderna formación de la UASLP.

Antonio Castro Leal obtuvo los grados de licenciado y doctor en derecho por la UNAM y doctor en filosofía por la Universidad Georgetown en Washington, Estados Unidos. Durante algún tiempo se dedicó a la docencia como actividad principal dictando cátedra de literatura en la Escuela de Altos Estudios, en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, también impartió la cátedra de derecho internacional en la Escuela Nacional de Jurisprudencia.

Su papel en las instituciones educativas y culturales mexicanas fue muy importante teniendo un destacado papel protagónico, entre ellas la dirección del Instituto Nacional de Bellas Artes, entre muchas otras.

Su actividad literaria, otra de sus pasiones, la inicia en 1914 distinguiéndose como escritor, ensayista y crítico de las letras mexicanas. Escribió poesía usando el pseudónimo de “Miguel Potosí”. Castro Leal es uno de los muchos potosinos que escribieron su historia en el mundo de las letras y que figura como un protagonista por la autonomía universitaria en el país.

Antonio Castro Leal murió en la Ciudad de México el 7 de enero de 1981.

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#4 Tiempos

Siempre Autónoma… ¿o hasta la victoria siempre?

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APUNTES

 

Así “sin querer queriendo” me encontré una película que para mí es fabulosa: “13 días”. John Efe, era encantador… Fidel, un hombre que jamás se hincó ante el “imperio” mmmm… ¿De qué lado están ustedes? ¿“Team Fidel, que no se rinde pero tampoco se alinea”, o “Team John”?

La UASLP es como la Cuba de Fidel: No, ¿cómo cree presidente? Nosotros no tenemos nada en su contra, pero pues la hermana República de Rusia nos regaló unos misiles… ¿Qué haría usted?

Presidente… nuestra patria es autónoma, libre, independiente… no se meta, pero queremos el mismo derecho que usted a meternos en lo que nos dé la gana y golpearlo a contentillo… métase cuando a nosotros nos convenga… es nuestro derecho y hasta deber.

Presidente: vamos a lanzar nuestros misiles, pero no queremos hacerles daño… solo que usted nos hace daño y nos comportamos IGUAL que usted.

¿Autonomía? Claro. Que hermosa palabra. Caperucita pudo ser la más puta con el lobo, pero… fue decisión de ella (muy autónoma) señalar a quien ella consideró culpable… y mataron al lobo.

Deme una salida, presidente…

— Ok.

Eres a partir de hoy, autónomo. Pero bloqueado. Aceptas lo que te diga, pero dirás que no aceptaste. Hablo yo. No tú

… y te tienes que agachar, aunque tú tengas los misiles.

—Ganamos.

Hasta la próxima.

Yo soy Jorge Saldaña

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