diciembre 10, 2023

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#4 Tiempos

El laberinto del amor, en La Ciencia en el Bar | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

Desde el altruismo hasta el egoísmo, el amor puede ser interpretado de muy diversas formas. Un concepto universal relativo a la afinidad o armonía entre seres que lleva a ser definido de formas diversas según los puntos de vista, ya sea desde el artístico, científico, filosófico, religioso, cuyas emociones asociadas pueden ser tanto dolorosas como placenteras.

Este complejo tema que inevitablemente está asociado con nuestra vida diaria y que afecta nuestro desarrollo personal y social. Su relación con el medio presenta varias manifestaciones en torno a las personas, así se habla de amor autopersonal, amor incondicional, amor filial, amor fraternal, ya sea amistad, amor romántico o confluente, amor sexual, amor platónico, amor a los animales o a las plantas, amor hacia algo abstracto o inanimado, amor hacia un dios o divinidad, amor universal….

Así, este complejo sentimiento y estado de la mente, será el tema de la primera sesión del ciclo treinta y seis de La Ciencia en Bar, que se llevará a cabo el miércoles 6 de septiembre en punto de las ocho de la noche en la Cervecería San Luis que se ubica en la Calzada de Guadalupe número 326. La entrada es libre. La charla de esta primera sesión del nuevo ciclo se intitula: El Laberinto del Amor y será impartida por el Dr. Enrique Caballero.

Hace un poco más de diecisiete años inició en San Luis Potosí la serie de pláticas denominadas La Ciencia en el Bar, como un lugar privilegiado para promover el debate ciudadano entre científicos, artistas y el gran público. Este programa fue pionero en el país de este tipo de ambientes y una agradable forma de llevar el conocimiento científico a espacios públicos. Como consecuencia, fue originándose a lo largo del país toda una serie de eventos de formato similar, inspirados por la experiencia potosina, y se crearon sesiones en bares y cafeterías, denominadas de varias formas, desde bares de ciencia hasta cafés científicos.

Con el objetivo de festejar los cincuenta años del inicio de actividades formales de la física en San Luis Potosí y compartirlo con el gran público, se organizó el programa “La Ciencia en el Bar”. Los resultados trascendieron el objetivo inicial y ahora se presenta no sólo como la primera experiencia mexicana, sino como una forma alternativa de divulgación de la ciencia, estableciéndose como un lugar privilegiado de debate ciudadano en los temas de ciencia y en especial en aquellos temas emerg entes como las nanociencias y la nanotecnología

, así como en temas controversiales. En La Ciencia en el Bar encontramos ciencia, arte, música, cerveza y algo más.

La Ciencia en el Bar ha resultado un lugar propicio y la respuesta del público a temas relacionados con temas controversiales ha sido positivo y, estos temas han resultado adecuados para posicionarse en un punto medio del espectro de participación del público, que era uno de los objetivos perseguidos.

En este caso, queremos aunar esfuerzos entre especialistas tanto del campo científico, como humanístico y artístico para analizar los retos que las ciencias nos presenta desde cada uno de los puntos de vista del saber, aprovechando a la vez el contacto con el público para recibir sus inquietudes, sus preguntas y sus propuestas.

Los ponentes seleccionados son especialistas, realizan investigación en el tema que exponen y manejan un adecuado proceso de comunicación ante público no especializado, lo que garantiza un buen nivel de las sesiones. Además de temas de ciencias, en las sesiones, por citar algunos, se han tratado aspectos como el calentamiento global y sus repercusiones a nuestro ambiente, así como reflexiones del papel que puede jugar la sociedad en combinación con el trabajo del científico. Se discutió la situación del futuro del entonces planeta Plutón, previo a la decisión que la comunidad mundial de astrónomos tomaría en su reunión internacional. Esta sesión fue impartida por uno de los astrónomos mexicanos más relevantes, quien asistiría a dicha reunión. En la sesión de La Ciencia en el Bar, los asistentes votaron, de acuerdo a la plática, por el futuro del planeta y dicha decisión fue llevada a la reunión internacional, donde finalmente se decidió retirar el carácter de planeta a Plutón.

Los invitamos a vivir esta experiencia y participar en la construcción del conocimiento a través de su participación en estos ciclos culturales de la ciencia en el bar que inicia su ciclo treinta y seis con el tema el laberinto del amor.

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Pesadilla | Columna de Arturo Mena “Nefrox”

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TESTEANDO

 

Se acabó el sueño, y terminó en pesadilla, la luna de miel se convirtió en tragedia y el América le dio una de las noches más tristes a la historia del futbol potosino, en el partido más trascendente de la franquicia hasta el momento, nos regresaron a nuestra realidad, simplemente San Luis no existió.

Buscar culpables es muy fácil, a toro pasado podemos poner mil argumentos, y probablemente todos sean válidos, alineación, falta de personalidad, suerte, lo complicado de la cancha, superioridad en nóminas, carencias evidentes de todo el torneo, en fin, todo parece ingrediente de un contundente 0-5 para la visita.

Pero demos vuelta a la página de lo que parece una eventual eliminación en semifinales, San Luis firmó una buena temporada, un torneo que despide a un equipo que se mantuvo durante varias jornadas peleando el liderato, un grupo que a pesar de las carencias, demostró buen futbol y que no es presa fácil para cualquier equipo. San Luis volvió al panorama nacional y le pinto la cara a varios rivales a lo largo del torneo.

Estamos hablando de un equipo que va en búsqueda de su consolidación, a pesar de ser un equipo catapulta, en donde las figuras se van, hoy parece haber encontrado un nivel bastante aceptable. La palabra clave en este momento es sin duda continuidad.

Es muy probable que el próximo sábado se termine la temporada, una semifinal que parece definida y un torneo que se acaba para San Luis, hay que repensar lo que sigue, corregir errores y reforzar áreas clave, entre las que destaco portería y centro delantero, muy probablemente se vayan jugadores y otros puedan llegar a reforzar, pase lo que pase, hoy se necesita unión, no abandonar y cerrar filas para el proyecto. No olvidemos que este equipo es muy joven, y que en poco tiempo ha dado muy buenos resultados, no tiremos la toalla, recapitulemos y volvamos a empezar, pero no desde el principio, sino aprendiendo de todo lo que estos torneos en primera, ya nos han enseñado.

Venga San Luis, con orgullo potosino.

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#4 Tiempos

Te adoré, te perdí, ya ni modo: Aguas del Poniente | Apuntes de Jorge Saldaña

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APUNTES

 

Por darle rienda suelta a mis antojos, dice Vicente (Fernández y no Rangel) por no tener conciencia de mí mismo (y las miles de almas que viven de “su agua”), ayer la empresa junto concesión, empezó a entregarse.

No pasaron los años y si acaso pasarán 19 días y 500 noches (aproximadamente) para que, lo que hoy recauda el “Chato López” (disculpa a la juez, quise decir: Don Carlos López Medina) de las miles de tomas de agua desde la glorieta rumbo a la plaza y la plaza incluida, las colonias de Las Lomas y club de golf incluido, pasen a ser recibidos por las manos del municipio.

¿Por fin? No.

No es “Por fin”.

Chato no se deshace de una deuda ni tampoco se hace el desentendido.

Ni modo, hay que decir como es: Me consta que las negociaciones llevan al menos dos años y un día, como dijo Pimpinela, y el “o me voy o te vas” del Buki, no es momentáneo.

“Si te hago tanto mal, pues mejor déjame tranquilo” -dijo el Chato Buki Solís- a la ciudad y hasta a sus condóminos, por que dijo que a él “a esto lo metieron” (refiriéndose al tema del agua).

Tiene razón en parte. Las condiciones en aquellos dosmiles de Jorge Lozano no son las mismas que hoy. Si Chato quería hacer todo eso que hizo, tenía que asegurar infraestructura y tecnología para dar agua (obvio cobrándola).

¿Y la deuda?

La deuda se tiene que pagar, porque esto no es de “dame un beso y dime adiós”.

“Me preguntaron que si te extrañaba y sin dudar le contesté que sí” dijo Carin León pero… “es un poco tarde porque cambió de dueño ya tu dirección (sic)”.

Interapas no puede y no pudo. De la noche a la mañana no se puede dejar de dotar agua miles de familias (y mire Usted Culto Público, qué familias…) por lo tanto, el acuerdo es el siguiente:

En un trabajo de “entrega y recepción” (que es como un divorcio); van a ver quién se queda con los perros.

La empresa AguasdelPoniente (no me la corrijas Anita) hará cuentas de los Pozos, la tratadora, la infraestructura, los tubos y hasta las llaves, que pasarán a ser propiedad municipal.

También harán cuentas, y si no me equivoco (como con alguna de mis mi ex) los contribuyentes seguirán teniendo el (odioso lugar común que no es tan común) del vital líquido. Pero con una diferencia entre tu yo: que el dinero va a caer en arcas municipales y no en arcas chatoLopezcas.

Todo lleva trámite ¡Ni modo!

Nadie nos queríamos quedar sin poca.

Madre de la gracia de Escalerillas (así se llama el Ejido) podrá contar con un pozo de inmediato que además… era de ellos hace años.

Yo no te pido la Luna dice Galindo (al estilo Daniela Romo) pero no quiero que no quede ni un espacio entre tu yo para darte tu libertad, dice El Chato.

El tema, ya en serio, resolvió en dos años un conflicto que ahorcaba y que apretaba en muchos niveles.

Chato “regalará” su infraestructura. Municipio recibirá ya dividendos de los buenos y la Dirección de Aguas que está por crearse, se acerca mucho al futuro de Interapas.

Adiós y “que te vaya bonito y ojalá se acaben tus penas ..que te den lo que no pude darte” dijo Chente. Y les queda a tres partes, nosotros incluidos.

A mí no hagan caso, y “aléjate de mí que en nada te convengo” es la humilde opinión de este bohemio de afición en esta mañana de viernes.

A mi amigo Enrique y a mi estimado Carlos: les recomiendo una canción: “si te duele, finge que no” (es de las Flans)

Pronto regreso (sigo en puntos suspensivos)

Jorge Saldaña.

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Algo sobre piratas | Columna de Guille Carregha

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Criticaciones

 

Hace poco empecé a ver el anime de piratas conocido como One Piece, tal vez en un futuro escriba unas cuantas columnas sobre esta serie, alguna reseña, alguna crítica por ahí, dependerá en gran medida si siento que tengo algo que decir al respecto. Nunca había sido mucho de ver cosas sobre el tema de la piratería, pero debo aceptar que sido una experiencia relativamente grata hasta ahora. O sea, me he divertido bastante, pero así que tú digas “amar, amar” la serie, pues no. La verdad es que, a veces, me siento extraño porque parece que el ver más de veinte episodios de esta serie debería convertirme en un fanático rabioso incapaz de decir algo más que “One Piece, best serie ever”, pero supongo que en algún momento de la vida adquirí anticuerpos para ese virus. Como dije, lo estoy disfrutando, más no he alcanzado a sentir el amor incondicional que sienten todos los demás miembros de este fandom que les obliga a cortar lazos fraternales si alguien “no disfruta correctamente” a la serie que resume a su personalidad entera.

Ahora, para quienes no sepan qué es One Piece, se trata de un anime de piratas con más de 1000 episodios (con la promesa implícita de que llegaremos a tal vez 3000 o más episodios, siempre y cuando un meteorito no acabe con la humanidad antes) que lleva siendo emitido casi sin interrupción desde 1999. A grandes rasgos, la serie se enfoca específicamente en los Sombreros de Paja, una de tantas tripulaciones de piratas en un mundo en el que absolutamente toda la conversación social, política, económica y cultural gira alrededor del tema de la piratería. El día a día de quienes viven en este universo es un “Piratas. ¿Cómo nos afectarán hoy?” Pero esa es una conversación para otro día. Lo importante es que el grupo de monigotes a los que seguimos en modo “ámalos que estos son tus protagonistas y los vas a ver por más de 22806 minutos (asumiendo que no te saltas los rellenos, pero sí los openings)”, a pesar de ser piratas, entes considerados históricamente como parte del crimen organizado, son enmarcados narrativamente como diferentes a los demás.

Es decir, aunque tal pareciera que cualquier otro sujeto en el mundo de esta serie que profese ser “pirata” a los cuatro vientos se sienta orgulloso de destruir ciudades, robarles bienes materiales a los civiles, matar gente nada más porque sí o ser la persona más cruel y sin corazón que el mundo jamás haya visto, – nivel cualquier persona que tomó la decisión de no ser pirata, o les teme o decide ignorarlos por el bien de mantener su vida – los protas de One Piece son del tipo pirata bueno. En otras palabras, a lo largo de sus viajes, no se dedican a disfrutar de un buen “observar cómo la vida se escurre de los ojos de un hombre en tus brazos” o “experimentar con cuánto dolor puede soportar un cuerpo humano antes de perder su alma”, ni siquiera el consabido “darle un nuevo significado a la palabra violación” a donde quiera que vayan por las que tantos criminales se han convertido en leyendas amadas por países y generaciones enteras *inserte aquí chiste sobre Pancho Villa*, sino que prefieren tener aventuras más clasificación A, para todas las edades. De hecho, lo más común es que, a cualquier lugar al que vayan, se desvivan por ayudar a los habitantes con sus problemas y los defiendan de “los verdaderos villanos”.

Generalmente, los villanos con los que luchan son, a veces, otras tripulaciones de piratas dedicadas al mal de manera independiente, pero, en su mayoría, se trata de organizaciones gubernamentales o empresariales cuyo principal objetivo es controlar a la población, limitar el uso de recursos naturales o, simple y llanamente, esclavizar a quien sea que se les ponga en frente en “pro del progreso”. Lo que terminan haciendo los Sombreros de Paja a lo largo de su viaje es, usualmente, desestabilizar estas estructuras de poder para que los habitantes de tal o cual lugar sean capaces de acceder a cosas como agua, una paga adecuada por sus labores, entretenimiento, libertad – a “saber qué es realmente la felicidad”, podría decir un escritor de cuentos para niños relativamente cursi. Nunca lo hacen por beneficio propio, en plan “si los ayudamos nos dan dinero y fama”. Simplemente ven una injusticia, dicen, eso no está chido, y entran a los guamazos (porque, pues, es una de esas series en donde todo se resuelve con un “el que pegue más fuerte es el que tiene la razón” y en el 90% de los casos, el prota es quien pega más fuerte).

Y tampoco es que siempre alcancen estos objetivos a través de medios cien por ciento legales. Si es verdad que evitan matar a sus enemigos, porque eso estaría muy mal, pero a fin de cuentas, siguen siendo piratas y se escudan un poco en la definición paraguas de este término para poder vivir la vida bajo los principios que consideran adecuados. Así que, sí, hay ocasiones en las que hacen cosas como “comer hasta reventarse en un restaurante sin tener el dinero para pagarle a los dueños por la comida” o “tomar prestados ropajes y vehículos adecuados para el hábitat en el que se encuentran sin la intención de regresarlos”, pero suelen hacerlo con moderación y por pura necesidad (de la trama o intrínseca – a veces ambas). Es común que tomen solo lo que necesitan para, efectivamente, poder derrocar al poder absoluto que ha convertido la vida de todos en un eterno sufrimiento, a quienes convirtieron a la población en masas de ansiedad y tristeza, incapaces de poder siquiera tomar decisiones acerca de su tiempo libre o de su vida en sí.

Como es de esperar en una serie de este tipo, la piratería buena suele triunfar sobre la mala. No se trata nada más de ir en contra de lo establecido nada más porque sí, sino para mejorar la calidad de vida de todos. Lo normal, a fin de cuentas, es que se le celebre a los Sombreros de Paja sus esfuerzos, perdonándoles sus deslices en la escala de la legalidad e, incluso, celebrando su innata piratería como algo que, utilizado de la manera correcta, puede ayudar a mejorar el mundo y darle un mensaje a quienes creen que tienen el poder absoluto sobre los demás.

Pero, citando a la filósofa Onika Tanya Maraj-Petty en su aportación al artículo editado por Electric And Musical Industries en 2011, “¿Dónde Están Las Morras?” (Guetta, 2011): “Anyways, why I’d start my verse like that?”

¿Se enteraron que Sony lanzó hace unos días un comunicado en donde le informaba a sus usuarios que, a partir del 31 de diciembre, la compañía Warner-Discovery tenía el poder de borrar archivos de video que miles de usuarios habían comprado y descargado? No estamos hablando de borrarlos del servidor de Sony, anunciando que tenían tantos días para descargarlos si no los querían perder, sino borrarlos directamente de los discos duros de los usuarios. Literalmente, temporadas enteras de reality shows en los que varios individuos invirtieron su dinero y descargaron a sus consolas, desaparecerán por completo sin que puedan evitarlo. Discovery se va a meter a las bibliotecas de estas personas y va a borrar todo rastro de los archivos que todos pensaban (erróneamente) que les pertenecían. Aparentemente es una situación que tiene que ver con licencias y cese de derechos de distribución y otros términos legales inventados por la industria del entretenimiento para “proteger los derechos de autor” de los CEOs de corporaciones multimillonarias, lo cual podría ser completamente entendible (aunque cuestionable) si se tratare de borrar estas series de algún servicio de streaming o anunciar que a partir de tal fecha ya no se va a vender tal o cual serie. Pero no. Es literal una compañía diciendo “Nel, eso es mío y ya no te lo presto. Ah, ¿pensabas que lo habías comprado? Oh, no. Me pagaste para que te lo prestara indefinidamente. Eso es mío y ya no te lo quiero prestar. Adiós.”

Y, obviamente no habrá reembolsos o vouchers o algo. Solo archivos de vídeo desapareciendo los equipos electrónicos de miles de personas, siendo borrados para siempre, mientras ellos solo pueden observar.

Ojalá hubiera alguna forma alternativa de preservar este tipo de videos, de asegurarse de contar con esos archivos digitales aún pasada esa fecha.

Ojalá.

Sea como sea, me dieron ganas de ver las Pirates of the Caribbean. No sé por qué.

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