#4 Tiempos
Un amor de sándwich | Columna de Carlos López Medrano
Mejor dormir
Hace ya algunos años, una película mexicana de cuestionable factura, y cuyo nombre conviene no rebuscar, mostraba la historia de dos jóvenes que compartieron un lapso de veinticuatro horas tras conocerse fortuitamente en la fuente de un callejón perdido. Uno enamorándose, la otra dudando sobre el porvenir con su pareja de antaño.
El varón se esmeraba por cautivar a la chica, una española que no conocía a fondo la Ciudad de México. Hacía cosas fuera de la norma. La llevaba por la noche a un área restringida del bosque de Chapultepec. Grababa con ella una pieza en violonchelo para posteriormente confeccionar un sample de recital. La invitaba al enésimo speakeasy… la película gira en torno a sus esfuerzos por alcanzar lo extraordinario y, de esta manera, ser memorable para ella. El protagonista lo consigue a medias: la visitante pasa un día para el recuerdo, pero al final se despide y vuelve con su novio de toda la vida.
Desconfío de las relaciones sostenidas por la pirotecnia, por la necesidad de la épica, de la constante movilidad, de viajar como una huida carente de fondo, de estar en las postrimerías todo el tiempo, como si el filo de la navaja fuera lo que mantiene en funcionamiento a su amor. Y no, creo que no: en última instancia, el amor debería bastar por sí solo y persistir aún en el minimalismo, en la intimidad hasta el hueso, en una habitación sin mayor distracción que los dos.
Congeniar sin estimulantes externos. Superar el aburrimiento y la prueba de los silencios compartidos. Cualquier pareja la pasa bomba en una tarde con vistas al mar, en el pueblo mágico, en la cena de gala; la prueba de fuego es ir al mercado, la mañana en la alcoba cuando no hay mucho que hacer ni decir. Quienes empatan en tal circunstancia, y la pasan bien y se quieren, pueden estar seguros de poseer un vínculo especial. El día olvidable es una de las cumbres del amor.
Las mejores relaciones posibles, uno se da cuenta más tarde que temprano, son aquellas en las que no es necesario forzar la marcha. En las que el cariño fluye y no sientes que estás a prueba cada día, cada hora, cada minuto, teniendo que hacer maniobras para ser validado y respetado por la otra persona. Alcanzar una complicidad, apreciar la parte más frecuente del ser amado, aquella que el 95 por ciento del día respira y deambula por ahí sin mucho que añadir. Entender que no todo se reduce a la frase ingeniosa, al fantochismo, a la hazaña, sino que lo bello reside igualmente en la rutina, en leer juntos en el jardín.
Aquella película mexicana trataba de emular la magia de Before Sunrise (1995). Sin embargo, los creadores parecían ignorar que el encanto de aquel flechazo entre Jesse y Celine no estaba propiamente en la extravagancia, sino en una cadencia, en un compás, en ilustrar la maravilla de encajar con alguien, tal como Richard Linklater retrata en postales de plena normalidad. Ir al parque, sentir las campanas, hacer piojito. Comer en un restaurante cualquiera, jugar al pinball. Caminar sin rumbo y platicar con alguien que sabe escuchar.
Graham Greene lo describe bien en esa notable novela llamada El final del affair. El personaje de Sarah, en plena revuelta espiritual, revela su mayor deseo: estar con el hombre que la vida ha apartado de ella. Y no para tirarse de un parapente o ir de Safari a una región de África. «Quiero comer sándwiches con él», dice, «quiero estar tomando una copa en un bar con él» . Eso es bastante cuando se quiere a alguien, cualquier extra te aleja de lo esencial. «Quiero un amor corruptible y humano y normal», añade después.
En otro capítulo, Bendrix, el hombre al que Sarah aludía, lamenta no gozar la cotidianidad que ella, la amante, tiene con su marido. Tras ser descubierto, se lo confiesa «Contigo, ella hacía la compra y cocinaba y se iba a dormir, conmigo solo podía hacer el amor».
El romance como carrera de fondo es una constante en la obra de Greene. En El tercer hombre da cuenta de su predilección por lo duradero antes que por la erupción volcánica: «No tenía una cara bonita, ése era el problema. Era una cara para vivir con ella un día tras otro. Una cara para toda la vida».
La primacía de lo templado. El amor que perdura no es el de puro vino y rosas y de explosión carnal que se desvanece, sino el que tiene un punto de resignación y que asume lo bueno y lo malo. Como católico, el escritor inglés entendía el valor de cargar con la cruz del otro. El deseo de la simple compañía.
Sería tonto oponerse a lo sublime, a la búsqueda de lo extraordinario, del ideal. Es absurdo renegar de fechas, celebraciones y citas especiales. De vacaciones memorables. Sin duda hay que tenerlas. Son chispas, fuegos que animan y que uno recuerda en la posteridad. Pero eso no se tiene siempre, son excepciones.
Apelar al vértigo es una carrera agotadora y sin sentido. Rafael Berrio lo cantaba en parafraseo carveriano en esa otra película que bebe de Before Sunrise (aunque con mayor gracia que la cinta mexicana), La reconquista (2016) de Jonás Trueba: «En el amor somos todos principiantes».
Vete a chiflar a otro lado con la expectativa en bandeja de plata. Hasta lo exquisito cansa, como diría un viejo príncipe. Lo que cuenta es alguien con quien sobrevivir al naufragio, al tedio que conforma la existencia y que al lado de la gente precisa ya no es tan insufrible y se convierte en un plano mejor. La gloria es la rutina con la persona adecuada. Alguien con quien pasar tu propio anochecer.
Ya de viejo, si llegas a serlo, o en temporadas difíciles, comprenderás la importancia de estar a gusto con alguien que apenas se mueve, que ya no puede tirar maromas y que no se subirá a un iceberg contigo. Que estará ahí, transparente, y que con un arqueo de ceja te endulzará el desayuno. Yo, como Sarah, cambio el cuento de Disney (la carroza que termina en calabaza) por un amor de sándwich. Un sándwich genuino.
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#4 Tiempos
Tiempo de mejora | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Hoy, San Luis enfrenta a Puebla, un equipo que viene con sed de revancha, justo después de dar un muy buen partido en Monterrey, donde salieron vivos con un punto. San Luis, por su parte, tuvo su primer tropiezo en casa en la era Torrent, una dolorosa derrota frente a Tigres que jugó bien y, a pesar de sus errores, pudo controlar el partido y salir con los 3 puntos del Lastras.
En el trámite, parece un partido no tan complicado, tomando en cuenta los últimos torneos de cada equipo, pero las realidades cambian y cada encuentro es una nueva oportunidad. Hay que poner atención a Puebla, equipo al que es más peligroso enfrentar en la jornada 2 que en la 15. Pero hablemos de lo visto en el Lastras.
San Luis perdió en los primeros 90 minutos del torneo su principal fortaleza del campeonato anterior, su invicto en casa. Pero además cometió el único error que no había hecho antes: una expulsión, la de Yan Phillipe fue la primera tarjeta roja de un equipo de Torrent en Liga MX. Lo del brasileño fue un partido para el olvido.
En la zona baja, la ausencia de Cata y de Chávez fue bien cubierta, pero falta coordinación. Tanto Piccini como Águila y Cruz son defensas que pueden sacar el partido, siempre y cuando atiendan en todo momento y se coordinen. Dos goles a balón parado en el mismo partido es imperdonable en jornadas avanzadas.
Por la lateral derecha, Galdames bien, a secas, un jugador que normalmente no veíamos defender, ahora tuvo que cargar con el recuerdo de Chávez y correr toda la banda. Lo hizo bien, pero se nota que necesita acostumbrarse a esa posición.
El verdadero problema de San Luis, al menos en ese partido, fue la zona ofensiva: un equipo perdido, de poca creatividad en la última zona. En pocas palabras, no hubo delanteros. Vitinho volvió a ser ese jugador que conduce mucho y define poco. Murillo tan solo flotó en la cancha y no tuvo oportunidades. Villal solo estuvo dentro unos minutos, y de Yan Phillipe, mejor no hablamos.
Es preocupante el panorama ofensivo del equipo, teniendo la salida de Boli, la ausencia (espero temporal) de Bonatini y la confianza en un Yan que no ha demostrado ser solución en los partidos que tiene con la camiseta de San Luis. Es criticable que no se haya reforzado aún en esa zona, que se haya dicho que se jugará con jóvenes y sigan los mismos. Algo tendrán que resolver para no tener ese problema.
Confío en que el cuerpo técnico tiene propuestas, confío en que saben bien lo que están enviando a la cancha. Espero que no estén solo intentando, y más bien estén proponiendo. Creo que Torrent y su cuerpo técnico tienen la capacidad y la experiencia para saber si algo hace falta en este cuadro, si es necesario reforzar de forma inteligente lo que pueden tener en el terreno de juego.
El partido de hoy es complicado por la presión del torneo anterior, por haber perdido en el arranque y porque, en el papel, Puebla parece un equipo a modo. Si esta noche San Luis no saca puntos de su visita al Cuauhtémoc, la presión comenzará a subir en un equipo que hasta el momento poco la ha sentido. Sí o sí, es tiempo de mejora.
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#4 Tiempos
Desde el tintero de Jorge Saldaña
GUERRA FRÍA NO TAN FRÍA
La próxima elección gubernamental tiene prisa por llegar y los apuros nunca son elegantes.
Conseguir certezas desde ahora es imposible, y por más nerviosos que hayan iniciado los protagonistas en potencia del 27, el ansia no se puede compensar con la eliminación de rivales.
Las incertidumbres se pisan los talones y este arranque del 2025 parece un finales del 2026.
Tan no fueron menores las fricciones de fin de año entre los dos jugadores mas importantes de la elección que sigue, que apenas a una quincena de haber comenzado el año, el vaivén de ataques es más que evidente.
No fue casualidad la filtración, a ojos vistos y a todas luces (dos odiosos lugares comunes) que hizo el Instituto de Fiscalización respecto a las observaciones del gobierno de la capital.
No es casual tampoco que se esté usando a los voceros de organismos industriales para quejarse de supuestos aumentos en sus prediales (¿se les olvida que sus propiedades producen utilidades y que, en contraste con las casas habitación las industrias ganan millones, y usan más que nadie los servicios municipales?)
La mala estrategia de la secretaría de finanzas para comunicar el cobro por tres años de la tarjeta de circulación para los propietarios de vehículos fue el detonante numero uno para los desencuentros y la búsqueda de culpables. (Por cierto ya rodaron cabezas en la dirección de ingresos de Finanzas).
No parece muy maduro dejar que el temperamento de las decisiones públicas lo dirija la liturgia del “amén” del “like” y la “comunión” del comentar y compartir en redes sociales, pero en apariencia esas cosas influyen.
Y de que alguien comanda y fomenta esos temperamentos, téngalo usted por seguro.
¿Qué ganan?
Innecesariamente las dos fuerzas políticas más visibles se están auto-destruyendo. Están pensando más como futuros contendientes que como actuales mandatarios. Uno en la capital, otro en todo el estado.
Se aceleraron o por lo menos es lo que están demostrando.
Por mucho que no se diga o se matice, la realidad de los escenarios es que hay órdenes en dos proyectos para estarse debilitando uno contra otro. Siendo tan temprano, para la batalla electoral del 2027 van a llegar exhaustos, parafraseando a Sun Tzu.
Cualquiera de sus enemigos, visibles o agazapados, estará encantado. No hay mejor manera de asegurar una victoria que hacer que dos de tus enemigos peleen entre ellos.
Hay dos opciones, dejar que las cosas escalen y transitar dos años inmersos en el pleito de “yo lo hago bien tu lo haces mal” aderezando con estrategias de desvío de atención mediática provocando una polarización, o de plano hacer una tregua de al menos un año, cruzar los próximos 12 meses (que serán complicados en materia de recursos) sin pleitos, tocar la campana para subir al ring hasta, por lo menos, el 2026. Digo, es sugerencia.
DOS JUNTAS Y UNA ADVERTENCIA
Varios de los presidentes municipales que estuvieron presentes en la reunión convocada por el gobierno del estado para tratar temas de seguridad coinciden en que no fue una reunión de trabajo tersa.
Tanto el gobernador, como el secretario general y el secretario de seguridad pública les leyeron la cartilla “muy clarito y en voz alta” a los alcaldes del interior.
Les dieron, por decir lo menos un jalón de orejas y poco faltó para que hubiera manotazos firmes en la mesa.
No es para menos. En un diagnóstico general, las fuerzas municipales sobre todo del interior del estado, hacen apenas lo que pueden, son prácticamente civiles armados sin ninguna capacitación ni recursos ni patrullas ni más nada. Policías que actúan a como “Dios les da a entender” o que de plano ya no distinguen la línea que divide a la autoridad con la delincuencia.
Ante este escenario el gobierno puso las cosas en claro y advirtió que de no invertir, alinearse y capacitarse, los municipios tendrán que hacerse cargo de sí mismos y sin Yolanda Maricarmen.
El estado no va a estar solapando los acuerdos oscuros de los alcaldes ni los van a estar rescatando cuando las cosas ya no tienen remedio.
El propio gobernador, como todos los del país, tiene un compromiso por el cual responder ante la presidenta Sheinbaum, que tal como lo dijo en su discurso del Zócalo de la CDMX el domingo pasado, se va a cooperar y colaborar, pero jamás subordinar a los Estados Unidos y en ello va empeñada una estrategia de seguridad que rompa con las acusaciones Trumpistas respecto a que en México mandan los líderes del narco.
Desde el municipio más pequeño hasta el estado más grande, deberá mostrar que es el Estado de Derecho lo que prevalece, por eso ya se reunió con gobernadores y lo mismo hará con todos los alcaldes del país. Que nadie lo dude, el tema se llama mantener a raya al crimen de los municipios, tarea bastante compleja.
LA OTRA JUNTA
Antes de que terminara el 2024, se juntaron para tomar acuerdos el gobernador Gallardo, el alcalde Galindo, el secretario Torres Sánchez y el diputado Héctor Serrano. El tono fue de cooperación y colaboración. ¿Qué pasó entre esa reunión y el inicio de año? Nadie lo sabe, la teoría que circula es que se rompieron acuerdos, la incógnita es saber de parte de quién y por qué.
LAS PRAGMÁTICAS DEL GABINETE
Mucho se habla en el palacio de gobierno sobre la reciente llegada de un grupo, en su mayoría mujeres, que en últimas fechas se han acomodado en las direcciones, subdirecciones, y cargos administrativos de muchas o casi todas las dependencias. Este grupo se caracteriza por estar comandado en parte por la secretaria de finanzas y otra por parte de Miguel Cavazos, secretario técnico del gabinete de quien por cierto se dice, es por el momento el asesor más escuchado y atendido por el gobernador.
El grupo viene trabajando como en equipo desde el sexenio de Peña Nieto, y luego en los estados donde mantiene influencia la cúpula del Partido Verde. Se distinguen por ser pragmáticos, eficientes y directos, no obstante el gabinete original y los personajes que han acompañado a Ricardo por más de una década cada vez se sienten más desplazados sobre todo porque son los que tienen la temperatura y diagnóstico de la realidad local. Cosa que a los foráneos poco les importa.
El gobernador es sensible, hábil y muy inteligente, ojalá vuelva a escuchar a los suyos y no solamente a los que le dicen que todo está bien y que si alguien opina diferente es porque es un enemigo. Digo, el maniqueísmo no debe caber en un gobierno maduro.
AVISADOS ESTÁN
Por si alguien se la perdió, le comento la pifia, locura, disparate y balazo en el pie que se dieron en el municipio bebé de Villa de Pozos: luego de que se revelara que se autorizaron más de 6 millones de su presupuesto para viáticos, salieron a “componer” (con sarcasmo) el asunto, y el tesorero declaró que no era para viajes, sino para una especie de caja chica de gastos, permítame la carcajada jajajajajajajaja.
Es decir, que admiten que el presupuesto no será para viáticos y tal cual están reconociendo que lo tienen ahí para desviarlo en gastos de los que nadie sabrá pero… lo justificarán como si fueran viajes. ¿Qué honestos por decirlo o qué deshonestos por hacerlo? Decida Usted, mi Culto Público.
HASTA ENCONTRARLA
Nada justifica que Daniela Martell no esté con su familia. No importan ni las circunstancias ni las líneas de investigación que se dieron a conocer por pregunta expresa de la prensa. Daniela, según lo poco que se sabe, hizo un viaje largo desde una casa en Villa Magna para luego tomar la carretera 57 donde se perdió su rastro. Los juicios, prejuicios o su estilo de vida deben quedar fuera. La prioridad es encontrarla a salvo. La marcha de ayer martes fue muy emotiva y justificada. La comunicación de la Fiscalía con la familia es permanente. Esperemos resultados pronto.
Es todo por ahora desde el tintero de su servidor.
Hasta la próxima.
Jorge Saldaña
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#4 Tiempos
Cary Grant en la regadera | Columna de Carlos López Medrano
Mejor dormir
Uno de los deberes más grandes y nobles de un padre con sus hijos consiste en tener una colección notable de libros, discos y películas dispuestos en casa. Lo he constatado muchas veces: quienes han crecido rodeados de estas reliquias suelen guardar un nervio especial en su interior y destacan desde edad temprana por encima de aquellos que han sido privados de ellas. No hace falta una bóveda enciclopédica ni torres de elepés. Bastan seis o siete títulos bien elegidos para elevar el espíritu de un hombre.
El arte de la educación estética comienza por el ejemplo. Conviene entonces dejar la carnada a la vista: un estante sencillo, donde el papá o la mamá, de tanto en tanto, tome un libro al azar, lo hojee con donaire y lo devuelva a su sitio con una sonrisa. El niño, en su esquina, advierte el ritual y comprende, sin que nadie se lo explique, que ahí hay un llamado valioso. Las asignaturas de apreciación literaria en la secundaria jamás lograrán eso, por más que un burócrata amargado diseñe un programa de estudios de acuerdo con una metodología envenenada por sus aversiones.
El oído se rinde a rutinas similares. Un escuincle potenciará su talento cuando, desde su cuarto, escuche un concierto de Tchaikovski o el rumor de los Beatles filtrándose desde la sala. Canciones que a fuerza de repetición conformarán su educación sentimental (años después habrá de recordar aquel día en que esos viejunos le comenzaron a gustar tras una fiesta con familiares de provincia).
Hubo ayeres en las que el acceso al arte era limitado, una bendita limitación. Lo que había en casa lo marcaba todo. Los jefes de familia actuaban como comisarios del gusto y su curaduría definía el carácter noble y sensible de los menores. Ahora, en cambio, nos perdemos en el espejismo de un acceso ilimitado a oferta audiovisual, gobernados más bien por la dictadura del algoritmo. Una caterva dirigida hacia la nada, a disposición de la mugre lanzada por un ejecutivo en Los Ángeles.
La tendencia contra la tradición. Varias millas separan al joven que consume las series de tendencia para tener tema de charla en el próximo convivio , de aquel otro que, en una tarde aburrida, esculca el librero familiar y descubre entre el polvo Las aventuras de Sherlock Holmes y el cuento de El príncipe rana. Este último lee por curiosidad un párrafo, luego una página, luego otra más. Una serie de distintivos matices se apoderan de él, frente a una muchedumbre que remacha la frase de moda. Tomar la senda menos transitada hará toda la diferencia, diría Robert Frost.
Un pequeño milagro ocurre cuando un adolescente esculca las pertenencias de sus padres y picado por la curiosidad tira un vistazo a All About Eve y Charada, tales vestigios que le suenan de algún lado, tal vez mencionados por su abuela en un desayuno remoto. Al ponerlas en marcha, frente a sus ojos se revela un mundo desaparecido: un ritmo, una atmósfera, la elegancia de una época que parecía extinguida, pero que, gracias a él, renace por un día más, por una vida más. Así ocurre con los herederos de quienes se empeñaron en salvar, contra todo pronóstico, los días en que el mundo era mejor.
Con suerte, ese niño que un día se fascinó con lo viejo verá cómo le crecen las canas y, llegado el momento, tendrá hijos que, igualmente hastiados de las novedades chirriantes, descubrirán a Cary Grant y lo adoptarán como referente de percha. Y entre los rincones de la casa hallarán, quizá, El marinero de Gibraltar, olvidado en una repisa, la novela —regalada por quién sabe quién— que, sin saber cómo, encenderá en ellos el deseo de escribir.
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