diciembre 13, 2025

Conecta con nosotros

Destacadas

Ser mujer trans en SLP: “Mi vida se ha vuelto la mejor”

Publicado hace

el

Vanessa, una de las primeras personas que hizo su cambio de identidad sexo genérica legal, nos cuenta cómo es enfrentarse a los prejuicios y la estigmatización de la sociedad potosina

Por: Ana G Silva

Vanessa Hernández es una mujer trans. Ella fue una de las primeras personas en San Luis Potosí, que gracias al decreto del 17 de mayo de 2019 en el que se modificó el Reglamento de la Ley del Registro Civil, pudo solicitar la corrección de su identidad sexo genérica en su acta de nacimiento, pero la lucha de Vanessa para ser reconocida plenamente como una mujer no ha terminado en lo legal, sino que es una batalla que libra todos los días.

Cuando tenía 24 años, después de mucho tiempo de reconocerse como un hombre gay, Vanessa, que en ese momento se identificaba como Josué, aceptó que en realidad es una mujer:

Lo mejor de ser Vanessa ha sido todo. Desde el instante que uno decide cambiar y ser la persona que es, es lo mejor, creo que desde que decidí enfrentarme a mi familia y a la sociedad y decir ‘no soy esa persona, ahora quiero ser Vanessa porque esa es la persona que siento que puedo hacer valer mi mejor lucha’ mi vida ha sido la mejor”.

Hace dos años ella y otra chica fueron becarías de un proyecto que es fondeado por Rise Up, el cual se encarga de empoderar a mujeres de todo el mundo, en este caso a las mujeres trans potosinas, a través del cambio de identidad por concordancia sexo genérica.

“El proyecto empezó hace dos años, hicimos un estudio de las distintas problemáticas de las mujeres trans en San Luis Potosí, cómo es la integración de ellas en la sociedad y cuál es el factor que les impide adentrarse por completo. Con este trabajo concluimos que lo que faltaba para empoderar a las mujeres trans era el cambio de identidad en lo legal de acuerdo a lo que ellas expresaban”.

El 17 de mayo del 2019, Día Mundial contra la Homofobia, Lesbofobia y Transfobia, el Registro Civil en San Luis Potosí modificó su reglamento y ahora cualquier persona goza de la posibilidad de hacer la corrección legal de su identidad sexo genérica. Un día antes también se aprobó el matrimonio igualitario.

Vanessa dijo que una de las desventajas del proceso es que es nuevo y tiene ciertas fallas: “es cuestión de implementar protocolos para que sea más ágil, es sumamente importante y eso lo vemos conforme se van a registrar las personas trans”, agregó que otras de las dificultades es hacer el cambio de identidad en otros documentos importantes como certificados de estudio que tienen el nombre anterior.

“La reforma para el cambio de identidad sexo genérica ha sido vital, creo que tener un nombre de acuerdo a lo que expresas y a lo que eres te empodera,

te hace una persona que va luchando por sus objetivos, te queda como experiencia y vas impulsado a los nuevos chicos y chicas que están en proceso de encontrarse y de saber que no todo está perdido, que somos un abanico de personas trans que siguen su línea”. Vanessa exhortó a todas las personas trans a hacer ese cambio si así lo consideran.

Vanessa relató que en algún momento de su vida dudó en realizar su transformación, ya que personas muy cercanas a ella no aceptaban su identidad:

Lo peor que viví siendo Josué fue el rechazo de mi mamá, que no daba cabida a esta nueva parte de mí. El hecho de estar haciendo comentarios transfobicos y fuera de lugar, siempre como una parte acusadora, me llenaban un poco de dudas, pero tenía que ir viendo el lado de que los papás no crecen en la misma época y aparte de ser una transformación para mí, lo fue para todos”.

La joven destacó que su madre terminó por “sobrellevarlo, no lo acepta, lo sobrelleva, pero fue a la mala, porque no le quedaba de otra”.

También comentó que ha vivido otros ataques transfóbicos en redes sociales por parte de las personas que se identifican como feministas TERF (Feministas Radicales Trans-Excluyentes): “me considero una mujer feminista, no concuerdo con lo que predican las chicas TERF, creo que se está luchando por algo y ellas discriminan a las mujeres trans por causas biológicas, creo que eso es rotundamente una falta de respeto, porque muchas escritoras citan que una mujer es una construcción que se va dando”.

Vanessa indicó que siempre ha sido bien recibida en las marchas feministas:

“Lo peor es que las personas a veces no entiendan que estás haciendo un cambio, que haya personas aferradas en querer estereotiparte o llamarte con algún pronombre masculino. Lo único que pedimos es empatía y respeto”.

Vanessa contó que le gustaría que las personas con transfobia entiendan que su vida es como la de cualquiera: “ser trans no te hace más ni menos persona, mi día es igual a todos: despertar, arreglarte, estar lista para el trabajo, después de eso ir al gimnasio, al café, con amigos, al cine, salir a caminar, salir a convivir con tu pareja, charla con la familia y dormir”.

También lee: Adiós a Josué, yo soy Vanessa. Cambiar oficialmente de sexo en SLP

Ciudad

Saldo blanco en Villa de Pozos en festejos de 12 de diciembre

Publicado hace

el

La coordinación entre Guardia Civil Municipal y Protección Civil garantizó actividades y celebraciones religiosas en orden 

 

Como parte de la vigilancia implementada durante las celebraciones del 12 de diciembre, el Gobierno Municipal de Villa de Pozos, a través de la Guardia Civil Municipal y la Dirección de Protección Civil, reportó saldo blanco gracias a los operativos preventivos y de supervisión desplegados en diversas zonas de la localidad, con el objetivo de salvaguardar la integridad de la ciudadanía.

 

La Dirección de Policía Vial de la Guardia Civil Municipal informó que, durante los recorridos de vigilancia, únicamente se desactivaron dos bailes callejeros, uno ubicado en las calles Ciriaco Cruz y Benito Juárez y otro en la calle 32 en la colonia Prados de San Vicente Segunda Sección, acciones que se llevaron a cabo de manera ordenada y sin incidentes.

 

Por su parte, la Dirección de Protección Civil destacó que, gracias a la presencia permanente de los elementos en templos y zonas de alta afluencia, así como a la pronta capacidad de respuesta, las celebraciones religiosas se desarrollaron con normalidad, en un ambiente de orden y sin riesgos para las y los asistentes.

 

El Gobierno Municipal de Villa de Pozos resaltó que la coordinación interinstitucional fue fundamental para garantizar la seguridad durante esta fecha de gran relevancia, al permitir que habitantes y visitantes celebraran el 12 de diciembre de manera tranquila y segura, siempre comprometidos con la prevención y el bienestar de la población.

Continuar leyendo

Ayuntamiento de SLP

Demanada contra el Ayuntamiento asciende a 300 mdp por caso RICH

Publicado hace

el

Galindo señaló que tras el accidente, el municipio actuó de inmediato sancionando al responsable del evento e inhabilitó a los organizadores

Por: Redacción

Enrique Galindo Ceballos, alcade de San Luis Potosí señaló que es lamentable que el caso Rich no haya tenido una pronta resolución para los involucrados y se haya tornado a los tribunales. El edil sostuvo que el Ayuntamiento ha tenido mesas de diálogo y ofreció acuerdos de reparación moral a las familias afectadas por los acontecimientos ocurridos en junio de 2024 en el mencionado centro nocturno, que resultaron en la muerte de dos jóvenes  y varios lesionados tras el colapso de un barandal del antro.
Galindo señaló que tras el accidente, el municipio actuó de inmediato: sancionó al responsable del evento, inhabilitó a los organizadores y modificó el Reglamento de Comercio tal como lo solicitaron los familiares. Sin embargo, dijo que actualmente enfrentan cinco demandas por daño moral que, en conjunto, ascienden a casi 300 millones de pesos.
El alcalde explicó que el dictamen recientemente ventilado —en el que la defensa jurídica del Ayuntamiento hace referencia a responsabilidades indirectas, no corresponde a un nuevo documento, sino a parte de la estrategia legal para proteger el patrimonio municipal dentro del proceso judicial en curso. “No es que haya un nuevo dictamen; es parte del ejercicio de defensa. Tuvimos que plantear la defensa en varios sentidos, y una de tantas líneas es esa”, aclaró.
Con información de Plano Informativo
Continuar leyendo

Destacadas

Una carta con crayolas para el alma | Apuntes de Jorge Saldaña

Publicado hace

el

APUNTES

Hace poco menos de veinte años, cuando la vida todavía tenía forma de casa compartida y de futuro en plural, aprendí una de esas lecciones que no se anuncian, no se presumen y casi nunca se cuentan. Me la dejó quien fue mi compañera excepcional —la persona que me acompañaba en la vida— junto con una década de recuerdos, una despedida sin rencores y una enseñanza que hoy, por primera vez, me atrevo a escribir.

Nunca he hablado de esto. No por falsa modestia, sino por una creencia muy firme: ayudar en silencio es la única forma honesta de ayudar. No quiero que esto suene a presunción ni a chantaje emocional. Es una crónica pero también un cuento verdadero, una anécdota que se quedó años esperando turno y que hoy les comparto a Ustedes mi Culto Público.

En los primeros años de nuestro matrimonio, una Navidad, el DIF Estatal la llamó —o ella llamó, no lo recuerdo bien— para preguntarle si quería hacerse cargo de una “cartita navideña” de un niño o niña de alguno de los albergues de San Luis Potosí. Dijo que sí. Me involucró de inmediato. Yo también dije que sí (Así funcionan las cosas cuando uno comparte la vida con alguien que tiene brújula moral)

La dinámica era sencilla: los niños escriben su carta; tú compras los regalos; alguien más se encarga de entregarlos.

Durante años fuimos el Santa Claus de infancias invisibles. Nadie lo sabía, nadie lo contaba. Los regalos solicitados eran modestos: muñecas, colores, carritos, tenis, peluches. A veces —con otra letra, más adulta— aparecían tallas de ropa o números de calzado. Las maestras metían mano, porque los niños no piden sudaderas o zapatos… pero las necesitan.

Y entonces llegó esa carta: Una hoja doblada a la mitad con un dibujo torcido que pretendía ser un arbolito de Navidad, y una frase que aún hoy me hace un nudo en la garganta:

“Me llamo Ana (no es su nombre)… tengo cinco años y en esta navidad quiero una bolsa de papitas…para mí sola.”

(Lo juro: cada vez que lo escribo, algo se me rompe un poco por dentro).

Aquí no hay sorpresa solamente.Hay culpa.Hay coraje.Hay rabia contra todos pero sobre todo contra uno mismo.Hay tristeza. Hay un espejo que desnuda.

Porque ante una niña que no ha podido tener en toda su vida una bolsa de frituras para ella sola, cualquier cosa es despilfarro.

Pensar en cualquier cuenta de restaurante, todos los excesos a los que luego uno se da el gusto. cualquier viaje innecesario o cualquier fanfarronería, pensar en todo lo que se tiene y andar ocupado como si eso fuera símbolo de éxito, mientras hay alguien que deposita su esperanza navideña en algo tan sencillo…

Ninguno de esos años conocimos a los niños. La institución se encargaba de entregar los regalos. Nos explicaron por qué: evitar vínculos. Muchos de esos niños cargan una herida de abandono. (Creo que esa herida es el requisito número uno para estar en un albergue…) Por lo tanto, conocer a alguien externo, generoso, tierno, y luego volver a perderlo, puede ser delicado, es decir el que llega… también se va.

Han pasado los años.Los agostos después de los julios. Los diciembres antes de los eneros.

No tuve crisis de cuarentón sin hijos (guiño, guiño), pero sí una crisis conmigo mismo: preguntas, silencios largos, rompecabezas sin imagen en la tapa. Los caminos de aquella mujer excepcional y los míos se separaron sin estruendo, sin terceros, sin odio. Un adiós que luego trajo muchas bienvenidas, unas largas, otras no tanto.

Pero la tradición siguió. Estoy seguro de que también del otro lado.

Solo, entre comillas, invité a otras familias: la de sangre y la otra, la del trabajo que con el tiempo se vuelve casa. Desde entonces nunca ha sobrado una cartita. Siempre hay más manos que papel.

Recuerdo que hubo una excepción triste: La de un amigo, de esos del chat de toda la vida, que estalló cuando le llevé la carta:
—Jorge, no tengo tiempo ni para mis hijos. No voy a ir a comprar una sudadera de “Lady Bug” para una niña que ni conozco. Diles que vengan a una de mis tiendas y que agarren lo que quieran.

Pensé, con tristeza: qué pobre es mi amigo.

Con todo lo que tiene, no le alcanza para regalar treinta minutos a una niña que no tiene nada… salvo un deseo dibujado con crayola. El que verdaderamente no tiene nada es él y de verdad me conduelo hasta la fecha.

Pero este año algo cambió: Por primera vez nos avisaron que nosotros (los “cartahabientes”) llevaríamos los regalos en persona . Pregunté por el tema de los vínculos. Me explicaron que las nuevas terapias permiten visitas cuidadas. Los niños no se apegan por un regalo.
—A diferencia de muchos adultos —pensé— que sí se venden por uno.

Llegamos y había 19 niñas y niños sentados en hilera sobre un escalón, esperando turno para romper la piñata.Tan pequeños.Tan vivos. Tuvimos todos que desempolvar de la garganta el “dale, dale, dale, no pierdas el tino”.

Antes, casi al entrar y verlos lo entendí de golpe: Mientras escuchaba el jalón de mocos o la voz entre cortada de alguno de mis compañeros, me di cuenta que los de la hilera en el escalón no estaban tristes…simplemente porque no saben que deberían estarlo.

Ellos no cargan su historia.La historia la cargamos nosotros, los de enfrente. Los extranjeros llenos de culpas.

Los que esperan turno por romper un jarrón que promete dulces, son las 19 almas más puras y energéticas de toda la colonia, quizá de toda la ciudad.

Y entonces nos incorporamos. Vi a Toño arrullar a un bebé dormido. A Charlie jugar a darle de comer a una muñeca. A Fermín repartir paletas y prender un pingüino bailarín.A Ana abrir un celular de juguete. A Adriana contar cuentos.

A mí me tocó jugar a las princesas… con una princesa. Una niña de cara luminosa que tenía la boca pintada de azul por una paleta enorme de esas mucho más grandes que sus pequeños dientes. Le pregunté su nombre varias veces. Nunca le entendí.

Entre otras cosas, me tocó llevar un cuento. Llevé tres de Oliver Jeffers: Cómo encontrar una estrella, Perdido y encontrado y De vuelta a casa. Historias simples que dicen lo que a los adultos nos cuesta décadas entender: que a veces nada está perdido; que volver a casa no siempre es regresar y que las estrellas no se esconden, solo que uno deja de mirar.

Mientras leía, entendí algo brutalmente sencillo: las respuestas que mis noches oscuras no me dieron durante años, estaban ahí, sentadas en un albergue.

El sentido de la vida no era una señal divina. Era un niño que vuelve a casa. Era levantar la vista. Era salir de casa, o de la cárcel interna, para dar un vistazo a los demás. En eso estábamos cuando una adulta nos interrumpió:

—¿Ya te dijo cómo se llama? —preguntó una maestra.
—Sí, pero no le entendí.
Se inclinó y me susurró:
—Se llama Flor… pero ella dice que se llama Flor del Campo.

Flor del Campo. Claro.

No era un nombre. Era una respuesta.

Los perdidos no están ahí. Estamos afuera. Las estrellas no están escondidas.
Y los que tenemos que volver a casa… somos nosotros. Entonces caí en cuenta que este año tuve la mejor cosecha: una Flor del Campo que me sanó el alma.

Gracias, Bárbara.
Gracias, Ximena.
Gracias a todos.

Jorge Saldaña.

También lee: Unicornio trasquilado | Apuntes de Jorge Saldaña

Continuar leyendo

Opinión

Pautas y Redes de México S.A. de C.V.
Miguel de Cervantes Saavedra 140
Col. Polanco CP 78220
San Luis Potosí, S.L.P.
Teléfono 444 2440971

EL EQUIPO:

Director General
Jorge Francisco Saldaña Hernández

Director Administrativo
Luis Antonio Martínez Rivera

Directora Editorial
Ana G. Silva

Periodistas

Diseño
Karlo Sayd Sauceda Ahumada

Productor
Fermin Saldaña Ocampo

 

 

 

Copyright ©, La Orquesta de Comunicaciones S.A. de C.V. Todos los Derechos Reservados