#4 Tiempos
Satán | Columna de Juan Jesús Priego

LETRAS minúsculas
Satán significa adversario, enemigo, acusador (Cfr. Apocalipsis 12,7ss). Todo su trabajo y todo su afán se reduce a apuntar con el dedo, señalar los defectos, gritar los pecados y desconfiar de la bondad. Todo gesto le parece sospechoso y toda piedad interesada.
«-¿No te has fijado en mi siervo? ¡No hay nadie como él en la tierra; es un hombre cabal, recto, que teme a Dios y se aparta del mal! -exclama el Altísimo lleno de orgullo al contemplar desde el cielo las virtudes de Job.
»-Ah, ¿pero es que Job teme a Dios gratuitamente? –responde el adversario con un dejo de cinismo-. ¿No has levantado tú una valla en torno a él, a su casa y a todas sus posesiones? Has bendecido la obra de sus manos, y sus rebaños hormiguean por el país. Pero extiende tu mano y toca sus bienes: ¡verás si no te maldice a la cara!» (Job 1, 1-11).
«¡Qué chiste! –dice Satán al Señor-. Así cualquiera te bendice. Job es el hombre más afortunado del mundo –es el Carlos Slim de estos tiempos modernos que los postreros llamarán jurásicos-, ¿y no quieres que se muestre agradecido contigo? ¡Claro que está agradecido! Pero porque lo proteges de sus enemigos y le has dado riquezas a manos llenas. Mas quítaselo todo y ya verás el cambio que se opera en él. ¡Apuesto a que te costará reconocerlo!».
Juan, el visionario, escribió así de él en el libro del Apocalipsis:
Ya está aquí la salvación y el poder
y el reinado de nuestro Dios,
ya está aquí la autoridad de su Mesías.
Ha sido precipitado el acusador de nuestros hermanos,
el que día y noche los acusaba en presencia de nuestro Dios (12,10).
Sí, de día y de noche nos acusa, diciendo, por ejemplo:
-¿El padre Juan Jesús? ¡Pobre hombre! Míralo, Dios, míralo bien. No es tan bueno como muchos creen. Está lleno de soberbia y maldad. ¿Has leído en su corazón? ¡Qué canalla es! ¡Anda, mándale una parálisis, detenle la mano y ciérrale la boca para que lo compruebes! Y mira también a Manuel, y a María, que ahora leen uno de sus libros. Quieren parecer piadosos porque leen literatura católica. ¡Ah, como ni no supiera yo la clase de pensamientos que…!
Su actitud fundamental es la desconfianza: en los gestos más heroicos no ve sino cálculos interesados y dobles intenciones; para él, la vida es una comedia cuya verdadera trama se lleva a cabo no sobre las tablas, sino detrás del telón. «Hay que desconfiar de todo y de todos», nos dice al oído. «Aquel que te sonríe desde la acera de enfrente, ¿sabes tú por qué lo hace? ¿Adivinas lo que quiere de ti, o por l o menos lo sospechas? ¡Nadie se muestra simpático con los demás sólo porque sí!». Ni siquiera se le ocurre que pudiera existir lo que los psicólogos y los filósofos han llamado gratuidad, esa hermosa virtud que nos impele a hacer las cosas por el puro placer de realizarlas. («¿Ah, pero es que Job teme a Dios gratuitamente?»).
En una de las páginas de su Diario, Julien Green hizo una certera descripción de la mirada demoníaca; escribió así el 10 de febrero de 1959: «Es triste pensar que a menudo vemos la vida como la ve el demonio: con una lucidez atroz. El demonio ve con claridad, pero ve sin amor. Cuanto hay de radiante o de santo, él no lo ve, o lo oculta, o lo odia. Nos hace ver a aquel hombre y nos dice: “¡Míralo! Mira cómo se atraganta cuando come; ¿no parece una bestia? Es de una glotonería atroz. Se cree bueno, pero está lleno de pensamientos impuros. Para hacer una prueba, escucha cómo habla de los recientes escándalos. Es un hipócrita y un egoísta”. Y acaso todo eso sea verdad, pero hay otras muchas cosas además de éstas que nos negamos a ver , que veríamos si estuviéramos más atentos».
De día, de noche, a todas horas, Satán acusa en nuestro interior a los demás haciéndonoslos parecer siempre viles, siempre inferiores. Es él quien nos incita a ver de las personas el lado sombrío y de los acontecimientos sólo el aspecto oscuro. Se goza en cultivar en nosotros la desconfianza, el horror y el pesimismo.
Pero eso no es todo: también se complace en acusarnos a nosotros mismos delante de nuestra propia conciencia. «Eres vil, un cerdo. ¿Crees que alguien podría quererte siendo el que eres? ¡Pobre animal! Lo único que provocas es asco. Y, ahora, observa los movimientos de esa persona que está frente a ti. ¿Crees que en realidad tiene prisa, como dice? ¡Mentira! La verdad es que huye de ti: no quiere verte. Ahora mira a aquella otra: es bella y, además, rica. ¿Has observado que belleza y riqueza casi siempre caminan de la mano? Allí donde hay riqueza, allí podrás encontrar casi siempre a su gemela. Tú, en cambio, eres pobre y feo. ¿Y no se te ha ocurrido nunca reclamarle a Dios por haberte hecho como te hizo? A los otros, todo se lo dio; a ti, todo te lo negó. ¡Anda, maldice a Dios en su cara y muérete de una vez!».
«La acción del Enemigo –escribió una vez el cardenal Carlo Maria Martini (1927-2012) en uno de sus libros- es la de apagar los deseos, acusarnos, apagar todo lo bueno que hay en nuestro interior. Tenemos, pues, que aprender a reconocerlo, porque está enfurecido contra nosotros. Siempre nos hace ver nuestros lados negativos, nuestros errores y nuestras incapacidades. Contra su acción, Jesús recomienda lo siguiente: no hacer caso ni dentro de nosotros, ni en la comunidad, ni en el grupo, a las voces de derrotismo y de pesimismo, que son las voces del demonio».
Cuando me siento inferior (o siento que los demás son inferiores a mí); cuando creo que no valgo nada (o que son los otros los que nada valen); cuando ya no espero nada de la vida, ni de los demás, ni de mí, ni de Dios; cuando pienso que lo mejor sería morirme de una vez (o que mi vecino debería morirse cuanto antes), no lo dudemos: es él, Satanás, quien nos está dirigiendo la palabra…
Lee también: Teoría y práctica de la infelicidad | Columna de Juan Jesús Priego
#4 Tiempos
Las dos mujeres de Truman. Palabras con cicuta
Apuntes
Hay autores que escriben un solo amor con distintos nombres. Truman Capote lo hizo con los de Nancy Clutter y Holly Golightly: la muchacha asesinada y la mujer que huye. Dos rostros de la misma herida.
Nancy era todo lo que el mundo aprueba: pureza, promesa, familia. Una adolescente que hacía listas, organizaba fiestas y creía que el bien era una costumbre diaria. Holly, en cambio, era todo lo que el mundo juzga: libre, contradictoria, caprichosa, superviviente. Todo sinónimo de “libre y espontánea”.
Ambas están solas frente a una sociedad que las define, una desde la muerte y otra desde el deseo.
Yo creo que Capote estuvo enamorado de una mujer que fue las dos. Una que lo deslumbró por su bondad y lo desarmó por su caos. En Nancy encontró la integridad que él nunca tuvo; en Holly, la libertad que siempre le fue negada. Una mujer que cocinaba con delantal los domingos, pero que podía desaparecer una semana sin explicar por qué. La amaba por lo que lo salvaba y por lo que lo destruía.
En A sangre fría, Capote mira a Nancy como si aún pudiera rescatarla. La describe con ternura casi maternal, pero también con una envidia melancólica: ella no sabía lo que era la vergüenza ni el exceso. En Desayuno en Tiffany’s, en cambio, elige no salvar a Holly. La deja ir. Le permite el privilegio que Nancy nunca tuvo: seguir viva aunque nadie la entienda.
Quizá esa fue la forma en que Truman se reconcilió con su propia culpa. Escribir a la que murió como víctima y a la que se fue como promesa. Una purificada por la muerte, la otra condenada a vivir
. Entre ambas, Capote puso su propia alma: la de un niño que soñaba con el orden de Nancy y despertaba con el desorden de Holly.No se puede amar a dos mujeres tan distintas sin romperse un poco. Pero Capote lo hizo. Amó la pureza que se deja matar y la libertad que se mata sola.
Y quizá, como tantos de nosotros, entendió demasiado tarde que una y otra eran la misma. Que la vida te puede matar por ser buena o por querer ser libre. Y que entre esas dos muertes —la literal y la simbólica— se esconde el precio de vivir como uno quiere.
Punto.
Y aquí estoy yo, leyendo a Truman y sintiendo que me contó la historia antes de que ocurriera. Porque yo también quise que Holly fuera Nancy: que se quedara, que colgara su vestido brillante y se sentara a esperar el desayuno. Pero ella eligió la noche, otro hombre, otra ciudad.
Yo sigo aquí, recogiendo los platos, preguntándome si alguna vez alguien puede amar a una mujer así sin terminar escribiendo sobre su ausencia.
Quizá eso somos los que escribimos: los que convertimos el abandono en literatura.
Los que seguimos hablando con las Holly que quisimos que fueran Nancy, aun sabiendo que la vida —como en Capote— siempre acaba a sangre fría.
Yo soy Jorge Saldaña.
También lee: Siempre Autónoma… ¿o hasta la victoria siempre?
#4 Tiempos
Antonio Castro Leal, su papel por la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
En los movimientos y propuestas por la autonomía universitaria en el país, son varios los potosinos que figuran como pioneros, algunos no muy mencionados en este proceso. Entre estas figuras encontramos a Valentín Gama y Cruz, Rafael Nieto Compeán, Manuel Nava Martínez y Antonio Castro Leal quien estaría involucrado en los dos más importantes movimientos por la autonomía universitaria, el caso potosino y el de la universidad nacional.
Antonio Castro leal, abogado de formación y literato por vocación nació en San Luis Potosí en la última década del siglo XIX, el 2 de abril de 1896 y como varios potosinos iría a la Ciudad de México a continuar sus estudios a principios del siglo XX, donde fincaría su formación intelectual en la Escuela Nacional Preparatoria adquiriendo una formación humanística que guiaría su vida profesional. Fue uno de los fundadores del proyecto conocido como Ateneo de la Juventud y la fundación de la Preparatoria Libre.
Ingresa a la Escuela Nacional de Jurisprudencia y cofundaría la Sociedad de Conferencias y Conciertos en 1916, a cuyos siete fundadores se les llamaría “los siete sabios”, junto a Vicente Lombardo Toledano, Manuel Gómez Morín, Teófilo Olea y Leyva, Jesús Moreno Baca, Alfonso Caso y Alberto Vázquez del Mercado. “Los siete sabios”, nombre que nació mas en tono de burla que de reconocimiento, se caracterizaban por ser un grupo lleno de inquietudes culturales y políticas, aficionados a la música, la literatura y cultura en general; jóvenes precoces de 19 y 20 años de edad que ya eran profesores universitarios.
El papel pionero de Valentín Gama, por la autonomía universitaria cuando asumió el rectorado de la entonces Universidad Nacional de México, ya lo hemos tratado en esta columna, pero por aquella época revolucionaria Antonio Castro Leal, figuraría entre los primeros mexicanos que impulsarían los proyectos de autonomía universitaria.
Su interés político se manifestaría en 1917, cuando con sus compañeros universitarios que integraban “los siete sabios” extendieron al Congreso de la Unión la primera solicitud de autonomía universitaria, como protesta ante la Constitución de ese año, que suprimía a la Secretaría de Educación Pública creando a cambio un Departamento Universitario que el Senado integró a la Secretaría de Gobernación; determinación que molestó a estudiantes y profesores y como parte de la protesta, Castro Leal y sus amigos de los siete sabios enviaban la solicitud de autonomía universitaria al Congreso de la Unión, de la cual nunca hubo respuesta.
Años después, Antonio Castro Leal, sería rector de la Universidad Nacional de México, siendo el segundo potosino en ocupar ese puesto y durante su rectorado se conseguiría como un gran triunfo histórico la autonomía universitaria transformándose la Universidad Nacional en Universidad Nacional Autónoma de México. Por ese entonces la autonomía de la universidad potosina, que se considera la primera a nivel nacional en haber obtenido ese carácter con la iniciativa de Rafael Nieto, le había sido retirada y la recuperaría en parcialmente en 1935 siendo gobernador Idelfonso Turrubiartes. La completa autonomía y formación estructural académica de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la lograría el Dr. Manuel Nava con el apoyo del gobernador Ismael Salas en la década de los cincuenta del siglo XX, como apuntamos en la entrega anterior de esta columna. En este movimiento académico en San Luis, estaría participando de manera indirecta también Antonio Castro Leal como miembro de la Academia Potosina de Ciencias y Artes que impulsó el movimiento renovador de alta cultura que incidió en la moderna formación de la UASLP.
Antonio Castro Leal obtuvo los grados de licenciado y doctor en derecho por la UNAM y doctor en filosofía por la Universidad Georgetown en Washington, Estados Unidos. Durante algún tiempo se dedicó a la docencia como actividad principal dictando cátedra de literatura en la Escuela de Altos Estudios, en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, también impartió la cátedra de derecho internacional en la Escuela Nacional de Jurisprudencia.
Su papel en las instituciones educativas y culturales mexicanas fue muy importante teniendo un destacado papel protagónico, entre ellas la dirección del Instituto Nacional de Bellas Artes, entre muchas otras.
Su actividad literaria, otra de sus pasiones, la inicia en 1914 distinguiéndose como escritor, ensayista y crítico de las letras mexicanas. Escribió poesía usando el pseudónimo de “Miguel Potosí”. Castro Leal es uno de los muchos potosinos que escribieron su historia en el mundo de las letras y que figura como un protagonista por la autonomía universitaria en el país.
Antonio Castro Leal murió en la Ciudad de México el 7 de enero de 1981.
También lee: Manuel Nava, médico, humanista impulsor de la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
Siempre Autónoma… ¿o hasta la victoria siempre?
APUNTES
Así “sin querer queriendo” me encontré una película que para mí es fabulosa: “13 días”. John Efe, era encantador… Fidel, un hombre que jamás se hincó ante el “imperio” mmmm… ¿De qué lado están ustedes? ¿“Team Fidel, que no se rinde pero tampoco se alinea”, o “Team John”?
La UASLP es como la Cuba de Fidel: No, ¿cómo cree presidente? Nosotros no tenemos nada en su contra, pero pues la hermana República de Rusia nos regaló unos misiles… ¿Qué haría usted?
Presidente… nuestra patria es autónoma, libre, independiente… no se meta, pero queremos el mismo derecho que usted a meternos en lo que nos dé la gana y golpearlo a contentillo… métase cuando a nosotros nos convenga… es nuestro derecho y hasta deber.
Presidente: vamos a lanzar nuestros misiles, pero no queremos hacerles daño… solo que usted nos hace daño y nos comportamos IGUAL que usted.
¿Autonomía? Claro. Que hermosa palabra. Caperucita pudo ser la más puta con el lobo, pero… fue decisión de ella (muy autónoma) señalar a quien ella consideró culpable… y mataron al lobo.
Deme una salida, presidente…
— Ok.
Eres a partir de hoy, autónomo. Pero bloqueado. Aceptas lo que te diga, pero dirás que no aceptaste. Hablo yo. No tú
… y te tienes que agachar, aunque tú tengas los misiles.
—Ganamos.
Hasta la próxima.
Yo soy Jorge Saldaña
También lee: Gobierno y UASLP: sus enemigos se saborean los bigotes | Apuntes de Jorge Saldaña
-
Destacadas1 año
Con 4 meses trabajando, jefa de control de abasto del IMSS se va de vacaciones a Jerusalén, echando mentiras
-
Ciudad3 años
¿Cuándo abrirá The Park en SLP y qué tiendas tendrá?
-
Ciudad4 años
Tornillo Vázquez, la joven estrella del rap potosino
-
Destacadas4 años
“SLP pasaría a semáforo rojo este viernes”: Andreu Comas
-
Estado2 años
A partir de enero de 2024 ya no se cobrarán estacionamientos de centros comerciales
-
Ciudad3 años
Crudo, el club secreto oculto en el Centro Histórico de SLP
-
#4 Tiempos3 años
La disputa por el triángulo dorado de SLP | Columna de Luis Moreno
-
Destacadas3 años
SLP podría volver en enero a clases online