Deportes
Sabrina Solís: la potosina figura del bádminton que ya apunta a los Juegos Olímpicos de París
Máxima figura mexicana de este deporte, la atleta contó la historia de cómo el cáncer de su padre la llevó a esta disciplina
Por: Bernardo Vera
El bádminton es un deporte de raqueta que se diferencía del otras disciplinas debido a que se juega con un volante –comúnmente conocido como “gallito”– y se practica bajo techo. Su complejidad radica en la rapidez con que se juega. En esta disciplina la potosina Sabrina Solís Martínez es la máxima figura mexicana de este deporte.
Sabrina fue seleccionada en los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2014 y en ese mismo año consiguió el oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en dobles femeninos. En 2018 volvió a los Centroamericanos, donde obtuvo oro en mixtos, plata en dobles femeninos y bronce en individuales femeninos. Actualmente es la número 119 del ranking de la Federación Mundial de Badminton (BWF por sus siglas en inglés) donde también consiguió el oro en 2018 y 2020 en individuales femeninos, así como el oro en 2020 en dobles mixtos. Además, en mayo iniciará el ciclo para competir en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Solís Martínez descubrió el bádminton luego de que su padre animó a probar varios deportes, como la gimnasia, natación y voleibol, todos bajo techo: “Cuando tenía alrededor de ocho años, nos empezó a entrenar porque no podíamos estar expuestos al sol. Él tenía cáncer de piel y debíamos cuidarnos mucho. En todas las otras disciplinas no me aguantaban, era medio ‘intensilla’, al año de entrenar bádminton empezamos a salir a competencias nacionales”.
Sabrina ve en el bádminton un deporte acorde a su intensidad como atleta, puesto que forja en potencia, agilidad y explosividad. Pero también en lo mental, ya que en cada partido aprende de las emociones de su rival, independientemente del resultado.
“Mi papá me pegó esa conexión y esa diversión por el deporte, hasta que después de un año y siete meses, me escogieron para la selección juvenil y fui a un Panamericano Junior en Brasil. Desde ese entonces fue que me di cuenta que estaba hecha para este deporte, y de ahí en adelante siguieron los resultados”. mencionó
El padre de Sabrina falleció dos años después de esa competencia. No obstante, con el acompañamiento de su familia continuó su carrera y su preparación. Desde ese momento su trayectoria despuntó, tras formar parte de la selección juvenil, y debutar en 2018 con la selección mayor de este deporte: el inicio de su etapa profesional, pero también uno de los pasos emocionales más difíciles de su carrera, según contó Sabrina.
“Terminó mi etapa juvenil con los Juegos Olímpicos de la Juventud y no tuve ni tres meses de que estaba seleccionada para los Juegos Centroamericanos en Barranquilla 2018. Fue un salto muy rápido, la responsabilidad es diferente. Tienes que pensar como adulto y yo era la más chica del del equipo, y concentrarme seis meses con gente que ya está acostumbrada, eso fue fue lo difícil. Al principio te pega que la madurez de ellos es diferente. Yo creo que eso fue lo más fuerte que me ha pasado. Sin embargo, pude manejarlo y en Barranquilla me fue excelente. Tuvimos oro, plata y bronce, entonces yo creo que el resultado fue el esperado”.
Luego de haber pasado por juegos juveniles, centro y panamericanos, además de la selección mayor, la ambición deportiva más cercana para Sabrina Solís es llegar a los juegos olímpicos, razón por la que ya se prepara para el ciclo que iniciará en los próximos meses de cara a París 2024: “Empieza en mayo y termina en mayo del siguiente año, dura exactamente un año. Estamos preparados para entrarle a todo el ciclo, todo el año y clasificar a esos juegos tan deseados.”
Sabrina Solís dijo que busca inspirar a todas las mujeres que luchan por sus propias metas y obtener el éxito en cualquier ámbito de su vida, al aportar a través de lo que ha cosechado en su trayectoria como badmintonista. Pero sobre todo, Sabrina busca influir en la vida de las niñas, a quienes envió un mensaje de superación.
“Con todo lo que he logrado soy un ejemplo y seguiré siendo un ejemplo para todas las niñas que vienen en la siguiente generación. Que sepan que sí se puede lograr, hoy en día se apoya mucho a la mujer y se puede compaginar el deporte con la salud mental, la salud integral, e incluso con los estudios. Sí se puede, soy un ejemplo de eso, y siempre estaré apoyando a todas las niñas de San Luis y de México que me están siguiendo en toda mi carrera. Tienen el respaldo de que cualquier obstáculo que tengan, aquí estoy para cualquier consejo que necesiten”, finalizó.
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#4 Tiempos
El pasado vestido de visitante | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Hay noches que no necesitan presentación, porque desde que amanece, el aire se siente distinto. Hoy es una de esas. San Luis juega en casa y enfrente no tiene a cualquiera: tiene al Monterrey, uno de los planteles más poderosos del país, pero sobre todo, tiene enfrente al pasado vestido de visitante. Domenec Torrent, aquel técnico que se fue dejando una sensación de proyecto inconcluso, regresa al Alfonso Lastras. Y no lo hace solo: lo acompaña Sergio Ramos, leyenda del fútbol mundial, que hoy pisa el mismo césped que tantas veces fue testigo del esfuerzo potosino. Es viernes, sí, pero de esos que huelen a domingo, a noche grande, a historia por escribirse.
El San Luis llega con cosas por ajustar, sí, pero también con certezas. La estructura que propuso Abascal en su debut tuvo orden, supo competir. La presión en bloque medio, la disciplina para cerrar líneas de pase y la paciencia para esperar el error del rival no son casualidades, son decisiones. San Luis sabe que no puede ganar desde la nómina, pero sí puede competir desde el plan. Y eso es algo que este equipo ha aprendido a hacer. Tiene jugadores con criterio, como Salles-Lamonge, que puede inventar algo cuando el partido parece trabado. Tiene futbolistas como Rodrigo Dourado, que saben cómo hacer que el rival se incomode, cómo romper el ritmo desde una barrida o una cobertura. Y tiene juventud con hambre, como Román Torres, que cada vez se siente más cómodo en este rol de vertical, rápido, incómodo.
Del otro lado está Monterrey, que viene golpeado por una derrota sorpresiva ante Pachuca, pero que no deja de ser uno de los equipos con más talento individual en toda la liga. Con nombres que pesan en cualquier cancha: Tecatito, Berterame, Jesús Gallardo, Maxi Meza, Alvarado… y ahora, el propio Ramos. Un central con décadas de experiencia al más alto nivel, un tipo que probablemente haya jugado partidos más difíciles en una semana que muchos de sus compañeros en un año. Su presencia no sólo impone desde lo físico; impone desde lo mental. Es un líder que ordena, que corrige, que exige. Hoy, esa jerarquía se pondrá a prueba en una cancha que, aunque pequeña en comparación con los grandes estadios europeos, sabe hacerse sentir.
Y ahí está el meollo del asunto. El partido no se va a jugar sólo en lo táctico. Se va a jugar también en las emociones. Torrent vuelve a la ciudad donde muchos lo consideraban el arquitecto de un equipo en crecimiento. Lo hará desde el banquillo contrario, pero con una libreta llena de apuntes sobre cómo se juega en esta cancha, sobre cómo respira la afición, sobre cómo reaccionan los jugadores locales en ciertas situaciones. Su regreso tiene algo de morbo y mucho de expectativa. ¿Qué tan bien conoce a su exequipo? ¿Podrá utilizar esa información para desnivelar? ¿O será la motivación del grupo potosino lo que incline la balanza?
El partido pinta para cerrarse rápido en la mitad del campo. San Luis no va a regalar espacios. Monterrey tampoco va a lanzarse como loco. La clave estará en quién tenga más paciencia. En quién logre imponer su ritmo. En quién sepa leer los momentos. Si los locales logran contener los primeros intentos rayados y mantener el cero, la confianza irá creciendo. Si Monterrey golpea temprano, entonces cambiará todo el escenario.
No hay partido fácil en esta liga. Pero hay partidos que se sienten diferentes. Y este lo es. Porque tiene historia reciente, porque tiene narrativa, porque tiene regreso y debut, porque tiene al Alfonso Lastras latiendo más fuerte. Y porque hoy, más que nunca, la gente de San Luis quiere creer que este equipo puede plantarse ante cualquiera. Que puede competir, que puede ganar. Que puede hacer historia, incluso si es apenas la jornada dos.
Esta noche el balón rodará con intensidad. Y con él, rodará también la memoria. Porque quizá con el tiempo, alguien recuerde que un viernes cualquiera de julio, en San Luis Potosí, se jugó un partido que no parecía importante… pero terminó siéndolo todo.
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#4 Tiempos
El tormentoso futuro y sus pronósticos | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Se llega al inicio del torneo y como siempre, la ilusión, el deseo y un poco de esperanza regresan a los campamentos del fútbol mexicano.
Ya con algunas semanas de partidos amistosos, preparación de pretemporada y contrataciones interesantes, arrancamos con la idea de pronosticar el futuro de San Luis en la liga.
La mecánica es simple, ir jornada tras jornada sumando (cuando lo amerite) los puntos que puede obtener el equipo, para al final hacer una suma e intentar predecir si es suficiente como para pelear por un lugar en la liguilla o no, así que comencemos.
Jornada 1: León (Derrota) 0 puntos
Jornada 2: Monterrey (Derrota) 0 puntos
Jornada 3: Chivas (Derrota) 0 puntos
Jornada 4: Cruz Azul (Derrota) 0 puntos
Jornada 5: Puebla (Empate) 1 punto
Jornada 6: Querétaro (Victoria) 4 puntos
Jornada 7: Toluca (Empate) 5 puntos
Jornada 8: Tijuana (Victoria) 8 puntos
Jornada 9: Santos (Victoria) 11 puntos
Jornada 10: América (Empate) 12 puntos
Jornada 11: Pachuca (Empate) 13 puntos
Jornada 12: Mazatlán (Victoria) 15 puntos
Jornada 13: Atlas (Victoria) 18 puntos
Jornada 14: Pumas (Derrota) 18 puntos
Jornada 15: Necaxa (Victoria) 21 puntos
Jornada 16: Juárez (Victoria) 24 puntos
Jornada 17: Tigres (Derrota) 24 puntos
24 puntos representan una real posibilidad de jugar play in y con ello pensar en llegar a la liguilla. Sin embargo, el pronóstico habla de un arranque muy complicado llegando a sumar alguna unidad hasta la jornada 5, lo cual preocupa para la estabilidad del equipo y su nuevo cuerpo técnico. Un torneo que luce complicado y de adaptación para el director técnico y una base muy consolidada de jugadores que conocen muy bien la liga.
Por el bien del fútbol en San Luis, esperemos que la bola ruede a su favor, que renazca el buen toque de balón y se demuestre que con poco se puede competir, no queda más que esperar y en unos meses hacemos el recuento de lo logrado contra este complicado pronóstico, que comience la fiesta del fútbol mexicano, una vez más.
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#4 Tiempos
El sabor uruguayo del futbol potosino | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
El futbol potosino ha tenido muchos rostros, muchas etapas y muchas nacionalidades que han dejado su huella. Pero si hay una que ha sabido ganarse el respeto en la cancha y el cariño en la tribuna, es la uruguaya. No hablo solo de entrega, hablo de carácter, de identidad, de jugadores que supieron ponerse el equipo al hombro cuando San Luis más lo necesitaba.
Hoy que el nombre de Juan Manuel Sanabria suena con fuerza por razones fuera del césped, vale la pena recordar a los uruguayos que eligieron a San Luis, que se partieron el alma con esta camiseta, y que con su futbol dejaron una marca imborrable.
Sanabria, quien hasta hace poco fue capitán, referente, y para muchos el nuevo símbolo del Atlético de San Luis, rechazó irse al América. ¿Por qué? Eso solo lo sabe él. Pero mientras unos dudan, otros lo hubieran dado todo por una oportunidad así. Y sin embargo, eligió a San Luis. Eso dice mucho.
Marcelo Guerrero, aquel mediocampista ofensivo que llegó en los años dorados del primer San Luis en Primera. El “Colo” no era un crack mediático, pero tenía talento en los pies y visión en la cabeza. Fue clave en el subcampeonato del Clausura 2006. Ese torneo, donde estuvimos a nada de ser campeones, tuvo mucho del futbol uruguayo. Mucho de Marcelo.
Sebastián Abreu, el “Loco”, pasó brevemente por San Luis pero dejó su sello. Llegó con la fama de goleador nato y aunque no tuvo su mejor etapa, su presencia bastó para sacudir vestidores. Un delantero con personalidad, de esos que no se esconden. Un verdadero referente del futbol uruguayo que, aunque por corto tiempo, defendió los colores potosinos.
Más recientemente, Facundo Waller, otro charrúa que entendió lo que significa este equipo. Su paso por San Luis no solo fue destacable, fue vital. Contundente, técnico, siempre con una actitud ejemplar. Fue de los pocos que en temporadas grises mantuvo el nivel. Un volante moderno, de ida y vuelta, que mostró garra y calidad.
Pero no todos los nombres quedaron grabados en los reflectores. Algunos fueron más discretos, pero no menos importantes. José Enrique García, volante de contención, fue uno de esos gladiadores silenciosos a inicios de los 2000. Siempre cumplidor, sin lujos pero con un orden táctico que todo técnico valora.
Andrés Silva, central uruguayo que también pasó por San Luis en esa época, destacaba por su fortaleza física y su agresividad defensiva. No era un defensa sutil, pero sí un tipo al que no le temblaban las piernas en los partidos complicados. Le tocó vivir años de transición en el club, pero siempre rindió.
Uno que sí fue diferente fue Lorenzo Unanue, que llegó en los años 80, cuando San Luis todavía tenía una identidad más modesta pero una gran ambición. Unanue era fino, creativo, y marcó diferencia en una liga que no siempre apreciaba el talento extranjero. Fue de los grandes uruguayos que se puso esta camiseta, y su huella permanece en quienes lo vieron jugar.
A lo largo de las décadas, han sido los jugadores charrúas quienes más han entendido el código del fútbol en esta tierra: sacrificio, dignidad, talento sin soberbia. Y entre todos ellos, hay un nombre que no se discute: Nery Castillo, el más grande jugador uruguayo que ha pisado una cancha en San Luis.
Nery jugó en el Atlético Potosino durante los años más vibrantes del fútbol en la capital. Era extremo, rápido, elegante. Pero más que sus cualidades técnicas, lo que hacía diferente a Castillo era su entrega. El estadio Plan de San Luis rugía cuando tomaba la pelota. Marcaba diferencias, no solo con goles, sino con personalidad. Fue ídolo, fue referente y fue parte fundamental de una etapa que marcó a toda una generación. Su legado va más allá de la cancha: sembró en San Luis una identidad, una conexión con Uruguay que permanece hasta hoy.
El fútbol potosino no tiene la vitrina de otros equipos, pero sí tiene historia. Y en esa historia, los uruguayos han sido piezas importantes. Jugaron, ganaron, perdieron, sudaron esta camiseta como si fuera suya de nacimiento. Por eso, cuando uno ve a un jugador uruguayo en San Luis, ya sabe que algo bueno puede pasar. Porque si algo saben hacer los charrúas, es dejarlo todo en la cancha. Y a veces, eso es más importante que cualquier fichaje.
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