octubre 9, 2025

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#4 Tiempos

¿Qué es la inmunidad de rebaño? | Columna de Andreu Comas García

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La Ciencia de la Salud

 

Con la actual pandemia de COVID-19, pero sobre todo con la llegada de las vacunas hay un término que se ha mencionado constantemente en los medios de comunicación, este es la inmunidad de rebaño (también llamada colectiva o de grupo o de hiato).

La primera vez que se utilizó el término de inmunidad de rebaño fue en 1923 por G.S. Wilson en la revista científica llamada Journal of Hygiene. Este concepto fue acuñado gracias a observaciones primero veterinarias hechas por Potter en 1917 y luego por lo observado durante la Primera Guerra Mundial.

En el caso particular de humanos, la primera vez que se utilizó este término fue en 1924 por Sheldon Dudley durante el estudio de la epidemia de difteria en Londres. Pero no fue sino hasta las décadas de 1950 y 1960 que este término se popularizó gracias a la llegada de nuevas vacunas.

La inmunidad de rebaño es un fenómeno estadístico que se utiliza en epidemiología y en matemáticas que nos sirve para determinar cuándo deja de ser transmisible un patógeno en una población determinada, por lo tanto, es un término poblacional no individual. Este concepto involucra a dos tipos de participantes, el primero son los individuos susceptibles y el segundo son los individuos inmunes/recuperados.

Cuando llega un patógeno nuevo a una población (como ahora ocurrió con el SARS-CoV-2) ninguno de las personas tiene en su sistema inmune células de memoria que los puedan proteger. Es decir, todos los individuos de esa población tienen la posibilidad de infectarse, que por cierto no es lo mismo infectarse que enfermarse, pero eso será tema de otra columna.

Por lo tanto, al principio de la infección no hay inmunidad colectiva y el patógeno se dispersa fácilmente por toda la población y va contagiando a los que alcanza. Sí no se cuenta con una vacuna contra ese patógeno, la único que podemos hacer es aislar a los casos para volver mas lento el contagio y así ganar tiempo para que no colapse el sistema de salud y para que se pueda desarrollar una vacuna.

Conforme la gente se va infectando, estas van pasando de ser susceptibles a inmunes por que generan anticuerpos (o fallecen) y entonces durante cierto tiempo ese nuevo patógeno no puede infectar a los inmunes. Con el paso del tiempo, van incrementando la proporción de personas inmunes y va disminuyendo la de los susceptibles. Por lo tanto, entre más inmunes tengamos, más difícil será para el patógeno encontrar a alguien que pueda infectar y, por lo tanto, la epidemia pierde velocidad

.

La inmunidad de rebaño es como sí las personas que ya se infectaron (que sobrevivieron e hicieron inmunidad) y/o los infectados se convierten en escudos o en barreras que le dificultan al patógeno infectar a personas susceptibles. Vaya, se reduce la probabilidad de que el patógeno encuentre a alguien sin protección y por lo tanto reduce la probabilidad de se infecten más susceptibles.

Ahora, ¿Qué proporción de una población tienen que ser inmune para que se reduzca la probabilidad de que el patógeno pueda infectar susceptibles?, para que esta pregunta se pueda contestar hay que explicar el fenómeno de número reproductivo básico (R0).

El R0 es el número de personas que un infectado puede contagiar en una población 100% susceptible. En el caso del SARS-CoV-2, este número se calculado entre 2 y 3. Es decir, una persona con SARS-CoV-2 puede contagiar entre 2 y 3 personas durante todo su periodo infeccioso.

Sí se conoce el R0, entonces podemos calcular la cantidad de personas que requieren tener inmunidad (ya sea por vacunación o infección natural) para poder parar la infección a nivel poblacional. Por ejemplo, en el caso de sarampión es del 95% de la población, para polio este número es del 80% y en el caso de SARS-CoV-2 va del 60%-67%.

Finalmente hay dos maneras de alcanzar la inmunidad, esto es por que alguien se infecta o porque alguien se vacuna. Lo ideal, lo ideal es que la inmunidad de rebaño se alcance por vacunación masiva y no por infección natural masiva. En la siguiente columna explicaré porque debe de ser por vacunación y no por infección natural. Para esto utilizaré la experiencia de Manaos en Brasil.

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#4 Tiempos

Las dos mujeres de Truman. Palabras con cicuta

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Apuntes

Hay autores que escriben un solo amor con distintos nombres. Truman Capote lo hizo con los de Nancy Clutter y Holly Golightly: la muchacha asesinada y la mujer que huye. Dos rostros de la misma herida.

Nancy era todo lo que el mundo aprueba: pureza, promesa, familia. Una adolescente que hacía listas, organizaba fiestas y creía que el bien era una costumbre diaria. Holly, en cambio, era todo lo que el mundo juzga: libre, contradictoria, caprichosa, superviviente. Todo sinónimo de “libre y espontánea”.

Ambas están solas frente a una sociedad que las define, una desde la muerte y otra desde el deseo.

Yo creo que Capote estuvo enamorado de una mujer que fue las dos. Una que lo deslumbró por su bondad y lo desarmó por su caos. En Nancy encontró la integridad que él nunca tuvo; en Holly, la libertad que siempre le fue negada. Una mujer que cocinaba con delantal los domingos, pero que podía desaparecer una semana sin explicar por qué. La amaba por lo que lo salvaba y por lo que lo destruía.

En A sangre fría, Capote mira a Nancy como si aún pudiera rescatarla. La describe con ternura casi maternal, pero también con una envidia melancólica: ella no sabía lo que era la vergüenza ni el exceso. En Desayuno en Tiffany’s, en cambio, elige no salvar a Holly. La deja ir. Le permite el privilegio que Nancy nunca tuvo: seguir viva aunque nadie la entienda.

Quizá esa fue la forma en que Truman se reconcilió con su propia culpa. Escribir a la que murió como víctima y a la que se fue como promesa. Una purificada por la muerte, la otra condenada a vivir

. Entre ambas, Capote puso su propia alma: la de un niño que soñaba con el orden de Nancy y despertaba con el desorden de Holly.

No se puede amar a dos mujeres tan distintas sin romperse un poco. Pero Capote lo hizo. Amó la pureza que se deja matar y la libertad que se mata sola.

Y quizá, como tantos de nosotros, entendió demasiado tarde que una y otra eran la misma. Que la vida te puede matar por ser buena o por querer ser libre. Y que entre esas dos muertes —la literal y la simbólica— se esconde el precio de vivir como uno quiere.

Punto.

Y aquí estoy yo, leyendo a Truman y sintiendo que me contó la historia antes de que ocurriera. Porque yo también quise que Holly fuera Nancy: que se quedara, que colgara su vestido brillante y se sentara a esperar el desayuno. Pero ella eligió la noche, otro hombre, otra ciudad.

Yo sigo aquí, recogiendo los platos, preguntándome si alguna vez alguien puede amar a una mujer así sin terminar escribiendo sobre su ausencia.

Quizá eso somos los que escribimos: los que convertimos el abandono en literatura.
Los que seguimos hablando con las Holly que quisimos que fueran Nancy, aun sabiendo que la vida —como en Capote— siempre acaba a sangre fría.

Yo soy Jorge Saldaña.

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#4 Tiempos

Antonio Castro Leal, su papel por la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

En los movimientos y propuestas por la autonomía universitaria en el país, son varios los potosinos que figuran como pioneros, algunos no muy mencionados en este proceso. Entre estas figuras encontramos a Valentín Gama y Cruz, Rafael Nieto Compeán, Manuel Nava Martínez y Antonio Castro Leal quien estaría involucrado en los dos más importantes movimientos por la autonomía universitaria, el caso potosino y el de la universidad nacional.

Antonio Castro leal, abogado de formación y literato por vocación nació en San Luis Potosí en la última década del siglo XIX, el 2 de abril de 1896 y como varios potosinos iría a la Ciudad de México a continuar sus estudios a principios del siglo XX, donde fincaría su formación intelectual en la Escuela Nacional Preparatoria adquiriendo una formación humanística que guiaría su vida profesional. Fue uno de los fundadores del proyecto conocido como Ateneo de la Juventud y la fundación de la Preparatoria Libre.

Ingresa a la Escuela Nacional de Jurisprudencia y cofundaría la Sociedad de Conferencias y Conciertos en 1916, a cuyos siete fundadores se les llamaría “los siete sabios”, junto a Vicente Lombardo Toledano, Manuel Gómez Morín, Teófilo Olea y Leyva, Jesús Moreno Baca, Alfonso Caso y Alberto Vázquez del Mercado. “Los siete sabios”, nombre que nació mas en tono de burla que de reconocimiento, se caracterizaban por ser un grupo lleno de inquietudes culturales y políticas, aficionados a la música, la literatura y cultura en general; jóvenes precoces de 19 y 20 años de edad que ya eran profesores universitarios.

El papel pionero de Valentín Gama, por la autonomía universitaria cuando asumió el rectorado de la entonces Universidad Nacional de México, ya lo hemos tratado en esta columna, pero por aquella época revolucionaria Antonio Castro Leal, figuraría entre los primeros mexicanos que impulsarían los proyectos de autonomía universitaria.

Su interés político se manifestaría en 1917, cuando con sus compañeros universitarios que integraban “los siete sabios” extendieron al Congreso de la Unión la primera solicitud de autonomía universitaria, como protesta ante la Constitución de ese año, que suprimía a la Secretaría de Educación Pública creando a cambio un Departamento Universitario que el Senado integró a la Secretaría de Gobernación; determinación que molestó a estudiantes y profesores y como parte de la protesta, Castro Leal y sus amigos de los siete sabios enviaban la solicitud de autonomía universitaria al Congreso de la Unión, de la cual nunca hubo respuesta.

Años después, Antonio Castro Leal, sería rector de la Universidad Nacional de México, siendo el segundo potosino en ocupar ese puesto y durante su rectorado se conseguiría como un gran triunfo histórico la autonomía universitaria transformándose la Universidad Nacional en Universidad Nacional Autónoma de México.

Por ese entonces la autonomía de la universidad potosina, que se considera la primera a nivel nacional en haber obtenido ese carácter con la iniciativa de Rafael Nieto, le había sido retirada y la recuperaría en parcialmente en 1935 siendo gobernador Idelfonso Turrubiartes. La completa autonomía y formación estructural académica de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la lograría el Dr. Manuel Nava con el apoyo del gobernador Ismael Salas en la década de los cincuenta del siglo XX, como apuntamos en la entrega anterior de esta columna. En este movimiento académico en San Luis, estaría participando de manera indirecta también Antonio Castro Leal como miembro de la Academia Potosina de Ciencias y Artes que impulsó el movimiento renovador de alta cultura que incidió en la moderna formación de la UASLP.

Antonio Castro Leal obtuvo los grados de licenciado y doctor en derecho por la UNAM y doctor en filosofía por la Universidad Georgetown en Washington, Estados Unidos. Durante algún tiempo se dedicó a la docencia como actividad principal dictando cátedra de literatura en la Escuela de Altos Estudios, en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, también impartió la cátedra de derecho internacional en la Escuela Nacional de Jurisprudencia.

Su papel en las instituciones educativas y culturales mexicanas fue muy importante teniendo un destacado papel protagónico, entre ellas la dirección del Instituto Nacional de Bellas Artes, entre muchas otras.

Su actividad literaria, otra de sus pasiones, la inicia en 1914 distinguiéndose como escritor, ensayista y crítico de las letras mexicanas. Escribió poesía usando el pseudónimo de “Miguel Potosí”. Castro Leal es uno de los muchos potosinos que escribieron su historia en el mundo de las letras y que figura como un protagonista por la autonomía universitaria en el país.

Antonio Castro Leal murió en la Ciudad de México el 7 de enero de 1981.

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#4 Tiempos

Siempre Autónoma… ¿o hasta la victoria siempre?

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APUNTES

 

Así “sin querer queriendo” me encontré una película que para mí es fabulosa: “13 días”. John Efe, era encantador… Fidel, un hombre que jamás se hincó ante el “imperio” mmmm… ¿De qué lado están ustedes? ¿“Team Fidel, que no se rinde pero tampoco se alinea”, o “Team John”?

La UASLP es como la Cuba de Fidel: No, ¿cómo cree presidente? Nosotros no tenemos nada en su contra, pero pues la hermana República de Rusia nos regaló unos misiles… ¿Qué haría usted?

Presidente… nuestra patria es autónoma, libre, independiente… no se meta, pero queremos el mismo derecho que usted a meternos en lo que nos dé la gana y golpearlo a contentillo… métase cuando a nosotros nos convenga… es nuestro derecho y hasta deber.

Presidente: vamos a lanzar nuestros misiles, pero no queremos hacerles daño… solo que usted nos hace daño y nos comportamos IGUAL que usted.

¿Autonomía? Claro. Que hermosa palabra. Caperucita pudo ser la más puta con el lobo, pero… fue decisión de ella (muy autónoma) señalar a quien ella consideró culpable… y mataron al lobo.

Deme una salida, presidente…

— Ok.

Eres a partir de hoy, autónomo. Pero bloqueado. Aceptas lo que te diga, pero dirás que no aceptaste. Hablo yo. No tú

… y te tienes que agachar, aunque tú tengas los misiles.

—Ganamos.

Hasta la próxima.

Yo soy Jorge Saldaña

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Opinión

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