#4 Tiempos
Material para ficción | Columna de Andrea Lárraga
Mosaico de plumas
Los maestros son un grupo mayoritario de seres que han decidido trascender mediante la transferencia de conocimiento. Dichos seres habitan en las aulas de las escuelas. No importa si se encuentran en las óptimas condiciones para entrenar a sus alumnos. Solo un sector muy pequeño cumplirá con el objetivo de trascender en la vida de los alumnos. La mayoría quedará en el limbo de la memoria de los pupilos. Esos profesores, al igual que, los alumnos se dedicarán a calentar el asiento los casi 200 días del ciclo escolar. Dentro de esta humanidad existen unos seres que calientan la silla, pero logran quedarse en la memoria de sus pupilos y no por sus grandes conocimientos. Los maestros que hacen de la clase su propio talk show.
Nunca me había detenido en pensar en ellos. Esos seres gustan de tomar el tema de clase como un pretexto para responder lo no preguntado; ¿Cómo se llaman sus hijos? ¿Qué estudian sus hijos? ¿Es soltero o casado? ¿Su hijo se ha subido a un elefante? ¿Tenía una banda de rock cuando era joven? Esas dudas que interrumpen el sueño, noche tras noche, se responden en casa sesión. Creo que todas las vidas son dignas de ser contadas. Cada historia es material para la ficción. Pienso en las maestras recién divorciadas que sacan el odio por el género masculino en cada respuesta sobre temas sociales del momento. Recuerdo más a una profesora por su separación que por sus clases de inglés. En los tiempos que dejaba de lado su móvil era capaz de producir un discurso digno de una presentación de Jenni Rivera. ¿Se imaginan una historia feminista donde una mujer sale adelante sin el padre de sus hijos? Claro que no sorprendería pues algo que distingue a la sociedad mexicana es la carencia de la figura paterna. Pero si incorporamos un poco de zombis y la maestra se convirtiera en una heroína al estilo de alguna saga juvenil. Quizá eso no convence, pero si al divorciarse se encuentra con un millonario que es adicto al sexo. Su vida podría ser adaptada al cine y sí, ganar un poco más que sueldo de docente.
Nunca le encontré sentido a la clase sobre Platón donde terminé conociendo el pasado rockstar de mi profesor. Un pasado que incluía la milicia chilena, la escuela de artes y una fotografía con una gorra prestada. Sé que un par de detalles hacen amena la clase, pero saber la primera comida que le invitó a su esposa es totalmente intrascendente. A menos que el banquete de Platón tenga algo que ver con los ravioles. Pero, pensando como un emprendedor la idea de tomar su vida de rockstar para una novela que cuenta la aventura de un héroe podría funcionar con un buena portada y publicidad. De Platón a Wembley: siguiendo las sombras. Una historia que cuente como la filosofía convirtió a profesor Alexis en el nuevo Freddy Mercury. Los verdaderos filósofos agradecerían el interés a la disciplina por parte de miles de jóvenes que sueñan tocar sus covers de Hombres G más allá del festival estudiantil.
Estos maestros siempre serán bienvenidos en la vida de los alumnos jóvenes. A nadie le interesa la química, ni la biología y mucho menos la literatura cuando tienes 17 años, eres inocente y te quieres comer el mundo mientras bebes un par de four lokos. Es por ello que, el cambalache de escuchar la vida intrascendente de un profesor por media hora de clase es una oferta única e irresistible.
Así, el propósito de tu profesor al compartir su pasado contigo era darte material para escribir la novela que te acerque al Nobel de literatura. Un premio que desde 1990 no se graba con la palabra México. Está bien, no imaginemos cosas chingonas, pero quizá una beca jóvenes creadores gracias a la imprescindible vida de tu maestro sea un buen motivo para escribir.
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#4 Tiempos
ALL HALLOWS’ EVE – O la estrategia de marketing toda cutre que lanzó al estrellato a un payaso asesino | Columna de Guille Carregha
CRITICACIONES
Originalmente no iba a ver esta película, pero a ALGUIEN que está haciendo un reto de películas de terror en octubre se le olvidó bajar la película correcta a tiempo. Así que tuve que ver algo que estaba más fácilmente disponible. (Originalmente iba a ver Ghost Stories de 2017, por si acaso estaba la duda).
Y cuando digo “lo que había”, me refiero a una película que no estaba ni remotamente en mi lista de deseos. De esas que encuentras mientras haces zapping en el fondo de Netflix o, peor, en una carpeta olvidada de tu disco duro. Pero bueno, ya estaba ahí, frente a la pantalla, listo para la acción (o el sufrimiento), esperando que al menos fuera algo decente. Spoiler: no lo fue.
La verdad sí está medio culera.
Ok, vamos directo al grano. A veces, las películas malas tienen cierto encanto, un “so bad it’s good”, pero en este caso no. No. Esto es simplemente malo. Pero no del malo entretenido; es del malo que te hace cuestionarte tus decisiones de vida. Y claro, todos cometemos errores, pero yo pagué por esto… en tiempo, que es lo más valioso que tengo. Y, sinceramente, no creo que lo recupere jamás.
Básicamente, el director agarró dos de sus cortos de terror, los metió en una licuadora narrativa, añadió un chorrito de excusa barata de historia alrededor de los cortos y nos sirvió este batido de… cosas. Se le reconoce su esfuerzo de autopromoción, pero, híjole, qué cosa tan fea.
Primero lo bueno: hay un esfuerzo. ¡Un aplauso para el esfuerzo! Hacer cine no es fácil, lo entiendo. Pero si tu película se siente como esos proyectos escolares que entregas corriendo porque no te dio tiempo, tal vez deberías haberla dejado en el cajón un rato más. Lo que tenemos aquí es un ejemplo clásico de un director que dice: “Tengo estos dos cortos viejitos… ¿y si los pego con cinta adhesiva y les pongo un poquito de trama entre medias?”. Y así lo hizo. El resultado es una obra que apenas se sostiene en pie y cojea por el campo de batalla del cine con todo el estilo de una silla rota.
Claramente se ve que todo se grabó con una papa de esas de feria a modo de cámara, porque era lo que había, y aunque me alegra que el director se haya lanzado a hacerlo, no hay mucho que salvar de la producción.
No voy a mentir, he visto proyectos grabados con cámaras de bajo presupuesto que se ven bastante bien, pero en este caso, parece que la elección fue una cámara handycam del año 2002… ¿o tal vez de 1999? Honestamente, es difícil decirlo porque la calidad de imagen es tan baja que casi puedo contar los píxeles. Me sentí como si estuviera viendo un video casero de mis primos de cuando íbamos a la playa hace años.
Ahora, lo bueno. Los efectos especiales, sorprendentemente, son geniales. Es como si todo el presupuesto de la película hubiera sido absorbido por el departamento de efectos. Los despedazamientos y gore (en general) se ven bastante bien, lo cual es un mérito cuando todo lo demás está cayéndose a pedazos a su alrededor. Si solo hicieran un reel de efectos sin el resto de la película, estaría bastante satisfecho.
Pero luego están las actuaciones… Ay, Dios mío, las actuaciones. Si pudieran actuar tan bien como actúan los directivos de la FCC cuando te quieren convencer de que su plan de estudios, ese nuevo que DEFINITIVAMENTE no se sacaron de la manga en un mes, la película sería una obra maestra. Pero no. Están para el catre. Los diálogos parecen sacados de una página de Wikipedia de “frases genéricas de terror”.
¿Has visto esos momentos en que los actores parecen estar leyendo sus líneas directamente de una hoja de papel? Pues eso es exactamente lo que pasa aquí, pero multiplicado por diez. Imagina una escena dramática en la que alguien supuestamente está asustado por su vida, pero lo único que obtienes es una interpretación digna de un maniquí. Las palabras salen de sus bocas como si estuvieran recitando la lista de la compra. “Oh no, un monstruo. Qué miedo. Corre.” Honestamente, creo que hasta yo podría haberle puesto más sentimiento.
Y los diálogos… uff. Si has visto una película de terror, ya los has escuchado. Es como si el guionista hubiera buscado en Google: “frases típicas de películas de terror” y copiara las primeras diez que encontró. Nada original, nada que se quede contigo. Solo una larga sucesión de palabras vacías.
Lo peor es que ninguna historia llega a ningún lado. ¿El clímax? ¿El giro inesperado? Ni en sueños. Solo es un “oye, ¿no te daría miedo que un payaso loco te persiguiera?” Y… ya. Ahí termina la trama. Ni más, ni menos.
La historia que “une” a los cortos es un chiste. La idea se resume en un “alguien metió un VHS (en 2013, CUANDO TODAS LAS CASAS TENÍAN UN VCR A MANO)”. Y eso es, quizá, el peor aspecto de todo esto. Nada tiene sentido, incluso si apagas el cerebro, y no lleva a absolutamente nada. ¡NADA!
No sabemos si la idea es que un director amateur está haciendo promoción regalándole sus cortos cutres a los niños en Halloween, o si debemos de creer que lo grabado aquí se supone que es ¿real? En ninguna de las dos acepciones hay sentido alguno, pero tampoco sabría decir cuál es el peor approach de los dos. Cringe.
Si crees que las películas necesitan un argumento coherente, este no es tu lugar. Todo se siente como si estuvieras en una pesadilla mal estructurada, en la que de repente te encuentras con un tipo vestido de payaso, pero no pasa mucho más. No hay desarrollo, no hay crecimiento de personajes, no hay historia en sí. Solo miedo vacío. “Boo, soy un payaso y te voy a atrapar.” Fin.
Si eso no fuera suficiente, la película ni siquiera se molesta en establecer reglas claras. Un minuto el payaso es solo un tipo raro con maquillaje barato, y al siguiente puede teletransportarse. ¿Por qué? No lo sé, la película tampoco.
Ah, la vieja confiable del “no necesitamos lógica”. Este payaso pasa de ser un tipo inquietante que podrías ver en una fiesta infantil fallida a ser un ente cósmico que literalmente desafía las leyes del espacio y el tiempo. Y no es broma. En un punto, te das cuenta de que es una entidad tan aterradora que hasta los extraterrestres le tienen miedo. ¿Cómo llegamos aquí? No tengo ni idea. El director tampoco parece saberlo, pero aquí estamos.
BTW, uno de los cortos trata de ver por 20 minutos a un tipo disfrazado de extraterrestre que entra a la casa de una morra y se pone a bailar porque… pues porque sí. Así, sin más. Como si fuera la escena eliminada de una comedia absurda que alguien decidió meter en una película de terror. No hay contexto, no hay razón, solo un tipo bailando sin gracia. Lo peor es que no hay ninguna intención de que sea gracioso. Lo es, claro, pero de una manera tan involuntaria que te preguntas si fue planeado así o si simplemente estaban improvisando con las cámaras encendidas.
En conclusión: qué cosa más fea. Un inicio espantoso para mi reto de ver películas. Si esta es la primera, no quiero imaginar lo que viene después.
¿Qué más puedo decir? No todas las películas son joyas ocultas, y esta es prueba viviente de eso. Hay una línea muy delgada entre “cine independiente interesante” y “esto fue una pérdida de tiempo”, y esta película saltó de cabeza a la segunda categoría. Pero bueno, al menos ya puedo decir que la vi. ¿Yay?
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#4 Tiempos
De la enfermería a las letras, Juana Meléndez
EL CRONOPIO
Al abrirse la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí en 1955, planteó como parte de sus objetivos el formar profesionalmente a los profesores de la propia universidad, en especial quienes participaban en la formación de los bachilleres. De esta forma las carreras, como filosofía y letras españolas, se vieron favorecidas con el ingreso de un buen número de estos profesores universitarios, entre los que se encontraban varias profesoras entre ellas Juana Meléndez Granados que se convertía, siendo profesora, en alumna de letras de la Facultad de Humanidades de la UASLP.
Al desaparecer la Facultad de Humanidades en 1962, había concluido sus estudios de letras españolas; así que sería una de las únicas tituladas en esa extinta Facultad que deja coartada la formación en humanidades de un buen número de estudiantes potosinos.
La formación de Juana Meléndez la inició en la carrera de enfermería con especialidad en obstetricia, a pesar de su inclinación a las letras, como sucedía con muchas mujeres que fincaban su formación profesional, por presiones familiares, en su caso de su padre que impuso su ingreso a enfermería. Se tituló en 1934 y ejerció hasta 1945.
Al fundarse la revista Estilo, y su famoso Taller de Estilo, encontramos colaborando a Juana Meléndez que al mismo tiempo colaboraría en la Revista de la Facultad de Humanidades y en la revista Letras Potosinas. Participó en el ciclo de charlas de los Jueves Literarios que Rosario Oyarzun promovió en el Instituto Potosino de Bellas Artes y que fueron publicados en los cuadernos del mismo nombre que se difundieron.
Entre las colaboraciones que los miembros de Estilo harían con la revista Cuadrante se encuentra la participación de Juana Meléndez que presenta su poemario, que llevaría a referirse a Juana Meléndez en la revista Estilo en el artículo “en el cauce del sueño” de 1958:
¿Quién es Juana Meléndez de Espinosa? Difícil es decirlo: los valores de la provincia se ahogan en una injusta sombra; pero en el caso de esta poetisa, la sombra habrá de rasgarse, porque Juana Meléndez de Espinosa merece positivamente un lugar entre las poetisas mexicanas.
Su participación en Talleres literario fue determinante para inspirar a otras mujeres a seguir el rumbo de las letras, como el caso de Gabriela D’Arbel, de quien ya hemos tratado en esta columna. En su momento fue integrante del pionero Taller Literario de la Casa de la Cultura de San Luis Potosí que coordinaba el escritor ecuatoriano Miguel Donoso Pareja.
Como muestra de la importancia del trabajo de Juana Meléndez como narradora, ensayista y poeta, la Academia Potosina de Ciencias y Artes que inició el auge formativo en ciencias y letras en San Luis Potosí, entre ello la formación de la propia Facultad de Humanidades donde se formara Juana Meléndez, dedicó el número inaugural de sus publicaciones en 1970 a Juana Meléndez con la publicación de una de sus obras: esta dura nostalgia. De esta forma la Academia inauguraba un vehículo de divulgación literaria y representaba un reconocimiento a la basta producción de Juana Meléndez.
Juana Meléndez Granados nació en San Luis Potosí el 27 de octubre de 1914 y falleció a la edad de 92 años el 19 de octubre de 2007 en la ciudad de Irapuato, Guanajuato. Su obra literaria llena de orgullo a las letras potosinas y debe de ser conocida a través de su lectura por la población.
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#4 Tiempos
Enfrentamiento celestial entre San Luis y Santos | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
El enfrentamiento entre San Luis y Santos Laguna ha sido un capítulo interesante en la historia del fútbol mexicano, repasemos un poco la evolución de este enfrentamiento.
Orígenes.
La historia del futbol en San Luis se remonta a 1957, cuando el club fue fundado. Sin embargo, su participación en la Primera División ha sido intermitente. Santos Laguna, por otro lado, ha tenido una trayectoria más estable y exitosa desde su fundación en 1983.
A lo largo de los años, se han disputado varios partidos memorables entre ambos equipos. Pero cabe mencionar que ambas ciudades han tenido diferentes clubes representativos por eso vale la pena recordar el primer enfrentamiento y el último de estas dos entidades.
29 de agosto de 1957: San Luis 2 – 1 Laguna
El primer partido de la historia entre dos equipos representativos de estas regiones, se dió en la temporada 57-58, donde San Luis vence en el Estadio 20 de Noviembre al Laguna con dos anotaciones de Manuel “el Gato” Ramírez, esto en el debut de la segunda división.
28 de abril de 2024: Santos 0 – 3 San Luis
Este encuentro marcó un hito importante para San Luis, ya que logró una victoria contundente sobre uno de sus rivales más difíciles. Fue un partido donde el equipo potosino mostró gran solidez defensiva y eficacia en ataque, los goles de Yan Phillipe, Franck Boli y Sébastien Salles-Lamonge, ofrecieron una contundente victoria pero inservible ya que ambos equipos estaban eliminados en ese torneo .
De los últimos 10 partidos que han disputado estos dos equipos, el resultado favorece a los de Torreón, 6 victorias para Santos, 2 para San Luis y 2 empates. Resaltando el 4-1 en favor de Santos el 28 de agosto de 2022 en el TSM, y el ya mencionado 0-3 en favor de San Luis en el mismo estadio.
Este fin de semana se volverán a encontrar, dos equipos con un presente muy distinto, mientras San Luis es el rival más complicado en su casa, pelea por salir del fondo de la tabla. Santos solo ha logrado un empate en este torneo en cancha ajena y fue en la jornada 5 visitando a León. Sin embargo, su último encuentro fue bien jugado frente a Toluca, al que venció 2-0 en el TSM.
Partido fácil no es para ninguno de los equipos, ambos necesitan puntos, y el rival luce complicado. Aún así, creo que la balanza se puede ir del lado de casa, ojalá y San Luis, pueda mantener ese paso de invicto en casa, que alegrías son las que se necesitan en esa cancha.
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