#4 Tiempos
Los torcidos caminos por andar | Apuntes de Jorge Saldaña
APUNTES
Culto Público, hijos de mi “caminante no hay camino, se hace camino al andar”:
En el San Luis adelantado, nos hemos concentrado en escenarios y personajes finales, en multiversos o realidades paralelas respecto a lo que es posible que venga para la elección del 2027.
No hemos puesto atención a todo lo que puede pasar en el camino y alrededor de la construcción final de los escenarios.
Ojo, todo es posible, pero no todo es igual de probable.
El escenario uno, (que además parece en este momento el multiverso más probable) es el de una elección de tercios, una en el que ganador necesita menos votos para lograr el triunfo.
En este escenario la protagonista es la senadora Ruth González, que logró una cantidad histórica de votos en el 24. Más de 500 mil, sufragios que no obtuvo ni el gobernador Ricardo Gallardo en el 21.
La senadora, lo que tiene que hacer en los casi dos años que faltan para la jornada electoral, es no perder ninguno de esos votos, o perder los menos que se pueda en el largo camino que aún falta por andar de aquí al primer domingo de junio del 27.
La táctica generalmente en estas condiciones, es hacer que la oposición se divida, que se arrebaten votos entre las otras dos opciones y no logren ni una ni otra, alcanzar a quien lleve la delantera, en este caso, y según las encuestas aceleradas del momento, la senadora y esposa del gobernador.
En este panorama, es evidente que no se contempla la alianza “cuatro te”, pues ya lo vino a decir fuerte y claro Luisa María Alcalde, que bajo ninguna condición Morena podría postular a un familiar directo de un gobernante, condición estatutaria guinda que poco les preocupa a los verdes en esta configuración política que tienen medida: Verde, Morena y PAN, cada quién por su lado. Es el escenario que mejor les conviene.
Decir que están abiertos al diálogo y que no se descarta la alianza, es precaución política para dejar abierta una ventana si es que las condiciones cambian. Por si se abre otro multiverso.
Mientras tanto, desde el Verde, la carta Ruth no la tienen tapada, el poker que juegan es abierto y prácticamente desde que ganó la elección, comenzó el proyecto Gallardista a construir una narrativa del tiempo de las mujeres y a sembrar la idea de que en San Luis se tendrá gobernadora.
No pierden oportunidad para decirlo, y por eso no cesan en sus esfuerzos, desde el partido, desde el senado, y desde las “Redes de Gestión” (Qué bien les acomodaron las siglas RG: Ruth González, RG: Ricardo Gallardo) que ejecutan mes con mes desplegando a todas las dependencias del estado para que la senadora pueda tramitar o resolver para sus representados asuntos de toda índole con el soporte del ejecutivo.
Tampoco desaprovechan evento alguno de entrega de programas sociales y otros, para invitar a la representante de la cámara alta, a estar presente, tenga foro para dar su mensaje a potosinos y recorra todas las regiones.
Hay que decir que por lo general, el discurso de la senadora es cuidadoso, habla de su trabajo legislativo y de las acciones del gobierno de su esposo contrastándolas con las del pasado (la “herencia maldita” para mayor referencia).
De esta forma, se protegen para que ningún mal pensado interprete sus actividades, gestiones y giras, como eventos anticipados de campaña. Todo está fríamente calculado.
Con todas estas acciones, el proyecto de continuidad Gallardista se fomenta, se refuerza, se fortalece y se alimenta, desde ahora aunque parezca adelantado, y sin descanso.
La razón para hacerlo, de acuerdo a una fuente muy cercana al primer círculo del mandatario Gallardo que me lo confió hace poco, es que en su momento, el proyecto Verde-Gallardo, pueda tener la mejor carta de negociación con la presidenta.
Para que cuando se sienten Claudia y Ricardo (creo que todos nos imaginamos a los dos personajes en una oficina de Palacio Nacional a solas, sentados frente a frente en un escritorio de brillante y fina madera) Gallardo pueda justificar ante Sheinbaum que es el Verde el único que puede ganar en San Luis… y que además pueden hacerlo solos, sin Morena.
En esas condiciones de negociación, y con una candidata para ellos invencible, la insistencia presidencial sería muy costosa:
¿A cambio de qué, presidenta, me puedes pedir ir juntos y bajar de la contienda a mi esposa si no te necesito para ganar?
¿Tienes, Claudia, algo que yo quiera a cambio?
Son preguntas que podría hacer Ricardo en el escritorio de madera fina.
Para plantearlo así, todo les tendría que salir bien, por nota y pensar que la presidenta no tiene elementos de negociación… esas cosas casi nunca suceden.
Pero, asumiendo que así fuera, entonces el proyecto de continuidad del Gallardismo, a través de una elección terciada, con una candidata muy fortalecida, y hasta una presidenta resignada a perder San Luis (siempre se ha dicho que a la federación poco le importa el estado potosino por lo poco que aporta electoralmente hablando) todo parecería sonar a que el Verde-Gallardo navega con viento de cola y mar en calma, que en el 27 van a tirar penalti sin portero y que traen poker de ases.
Sin embargo, este aprendiz de reportero se pregunta: De ser así, y concediendo que hasta el momento todo les ha salido bien, ¿Por qué entonces parecen estar alterados, nerviosos y preocupados por los posibles opositores?
Para responderme, debo decir que si algo me queda claro es que el gobernador no es ningún ingenuo ni es confiado, todo lo contrario, es creyente de la constancia y la perseverancia.
Sus lecturas políticas le alcanzan a ver varias jugadas adelante y por lo tanto sabe que no todo es tan simple como parece, que hay muchas circunstancias, condiciones, opositores a los que no se puede subestimar, obstáculos, amarres, desamarres y conflictos todavía por sortear en el trayecto. Es decir, no se fía de escenarios triunfalistas ni se echa a la hamaca.
Y es que la vida es así de caprichosa, Dios escribe torcido, no hay nada escrito, la única constante es el cambio y en las luchas por el poder se puede y debe esperar lo peor. (Agoté todos los lugares comunes que me se)
De mi se acuerda, pero no tardan, por ejemplo, en resurgir personajes como el “Batman” de Tanquián” (Gerardo Sánchez, para los que no saben que, igual que el personaje del murciélago, su único super poder es tener dinero, dicen que mal habido por cierto, gracias a su cercanía a Andy -que no quiere que le digan Andy- López Beltrán y a los contratos de Pemex que le procuró Adán Augusto López… ya escribiré a profundidad sobre el personaje).
Así como otros que, resentidos y derrotados como Xavier Nava Palacios, van a ser utilizados no para ser candidatos (ninguno tiene posibilidades y en la próxima entrega le explicaré por que) sino para ser incómodos, para intentar manipular la percepción pública con sus conocidos trucos y dinero, para denunciar y denostar todo lo que puedan y así según ellos, generar un entusiasmo de oposición, o un movimiento “anti-Gallardista”.
Ese es solo un ejemplo de lo que es muy posible que veamos en el camino, que será sinuoso y con pendiente para arriba.
Ufff… me falta escribir de Morena, de sus posibles candidatos, ahondar y desmenuzar a fondo a Batman de Tanquián y Xavi bb, también hay que analizar el factor Galindo y sus opciones, de Rosa Icela, del factor de género, de la capital y del resto de los escenarios a la gubernatura.
No es falta de espacio, pero ya me dio sueño y me puse la pijama. Mejor mañana continuamos ¿le parece?.
Hasta mañana.
Yo soy Jorge Saldaña
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#4 Tiempos
“México, esta niebla que arde” | Apuntes de Jorge Saldaña
APUNTES
Culto Público, si no han leído la novela “Niebla Ardiente” de la muy joven escritora, Laura Baeza, les recomiendo hacerlo como desde ayer
Tuve la oportunidad de conocer a Laura personalmente hará unos cuatro años, ¿Qué les digo? Una de esas circunstancias alineadas que convergieron en el segundo piso de la librería Gandhi del centro, la de los Arcos Ipiña.
Fue en un taller breve de escritura creativa previo a la presentación formal de su libro, el que les recomiendo. Si conocerla fue una circunstancia, convivir con ella e intercambiar casualidades fue de plano como regalo de estrella fugaz.
Fui de los selectos y afortunados que en grupo terminamos sentados con ella en “La Oruga y la Cebada” en el Callejón San Francisco, conversando sobre lo que duele y lo que salva, entre un par de cervezas y una cena sencilla.
Ella me firmó su libro con una frase que ahora, en este 25 de noviembre, regresó a mi atormentada cabeza: “A Jorge, que siempre nos una el deseo por hallar algo más en esta realidad tan rara…con todo cariño, Laura Baeza”. El momento de por sí, ya era una realidad rara.
A la distancia, empiezo a creer que su frase fue más que optimismo, y es más un deber moral, y es que su ficción (vuelta a releer en estos días) se parece demasiado a México.
No es “spoiler” (o como se diga) pero “Niebla Ardiente” detalla el regreso de su protagonista Esther a México pensando en encontrar a su hermana Irene, quien había desaparecido hace años, y a quien creía muerta, cuando de la nada, un primero de enero en un reportaje que vio en la televisión, Esther la reconoce en una marcha y se lanza en su búsqueda.
Pero la novela, la primera de Laura (y creo que premiada) realmente no comienza allí. Comienza donde casi todas las historias de violencia en este país empiezan: en los pasillos de la burocracia, en los que los papeles cuentan más que las personas.
Esther aparece en un México reconocible para cualquiera: expedientes mutilados, archivos “perdidos”, oficinas donde la verdad siempre llega después de que las secretarias coman sus gorditas grasosas y funcionarios que usan el futuro para encubrir lo que nunca harán.
Es en esa atmósfera donde la desaparición deja de ser un crimen y se convierte en un proceso. Como alguien escribió: los países se definen por cómo recuerdan; México, al parecer, se define en cómo olvida.
En medio de esa maquinaria oxidada, Esther descubre a un policía. No es un héroe: es un hombre cansado que simplemente no rompe las reglas pero las dobla para que la realidad duela un poco menos. Ese personaje era como algo que escribió una pensadora feminista de la que en este momento no recuerdo su nombre “la dignidad aparece cuando alguien no mira hacia otro lado”.
En fin, siguiendo con la novela y nuestra realidad, este policía mira. Acompaña. Abre una grieta. Y sin embargo, ni siquiera es lo suficientemente poderoso para luchar contra un país donde las fosas clandestinas actúan como el archivo nacional.
La comparativa y reflexión con la novela va porque hoy es 25 de noviembre y México sigue siendo esa tierra donde la violencia parece que no importa, sino que se repite. Casi 2 feminicidios cada día. 3,284 mujeres asesinadas en 2024. 89% de impunidad. Una agresión física cada siete minutos. Más de 10 millones de mujeres violentadas digitalmente. En San Luis Potosí, 24,000 víctimas por cada 100,000 mujeres.
Uno quisiera creer que estos números son de un país lejano, pero no. Están aquí, sobre las mismas banquetas que caminamos todos los días. Ese es el verdadero crimen de México: haber entrenado a la gente para no sorprenderse.
Sí, no se debe negar que mucho se ha hecho pero poco alivia (hoy casi todos los gobiernos e instituciones hablan de esto, pero mañana la rutina sigue).
Sí, con la llegada de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta de México, llegaron todas…excepto las que no alcanzaron a llegar porque les truncaron la vida.
El nuestro, es un país donde buscar es amor—y protesta.
Igual que como ocurre en la novela de Laura, que no describe un país imaginado sino nuestro México. Uno donde las hermanas encuentran hermanas, donde las madres encuentran hijas, donde las mujeres salvan mujeres. Un país donde todavía hay justicia, pero casi siempre fuera de los edificios públicos.
Y así como Esther enfrenta la niebla, miles enfrentan la opacidad del Estado día tras día: ventanas cerradas, sistemas incompatibles, versiones contradictorias, funcionarios que deletrean la palabra “protocolo” como si lanzaran un hechizo contra la verdad.
México es hogar de una burocracia tan grande que hasta la violencia tiene formularios que completar.
Tras varios años de no recordar la anécdota con la escritora, hoy vuelvo a esa dedicatoria: “encontrar algo más en esta extraña realidad…”
Ese “algo más” no es una esperanza ingenua. Es algo que se parece más a la obligación de nunca acostumbrarse, “la memoria es la única defensa contra la repetición del horror”.
Por esa razón, espero, que por cada mujer desaparecida o mujer luchando por no desaparecer, o lidiando contra cualquier tipo de violencia, recordemos que la niebla espesa arde. Y que si arde, es porque la herida está abierta.
Hasta la próxima. Jorge Saldaña.
También lee: La IA, periodismo, y la coartada perfecta | Apuntes de Jorge Saldaña
#4 Tiempos
Diego José Abad ilustre formador de potosinos | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
El majestuoso edificio central de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí que fuera construido en el siglo XVII y alojara a la Compañía de Jesús se convertiría en un edificio característico de la educación en San Luis Potosí. En ese edificio funcionaría el Colegio de San Ignacio de la Compañía de Jesús orientado principalmente a la educación de primeras letras; posteriormente se establecería en dicho edificio el Colegio Guadalupano Josefino instaurado por Gorriño y Arduengo siendo el primer establecimiento de educación secundaria o superior en San Luis, dando paso posteriormente, al reinstaurarse la República al Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí que se convertiría en el primer establecimiento en obtener la autonomía universitaria dando paso así, en el mismo edificio, a la actual Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
De los profesores ilustres que tendría el Colegio de San Ignacio de San Luis Potosí, se encuentra Diego José Abad, uno de los impulsores del pensamiento moderno en México y que tuviera influencia del jesuita Rafael Campoy, también profesor en San Luis Potosí y de quien tratamos en anterior entrega de El Cronopio en La Orquesta.
La física, o filosofía natural, formaba parte del cuerpo de temas de la filosofía en los cursos que de ella se realizaban en Nueva España y se dedicaba una parte a la lectura de temas de física, principalmente la aristotélica. De esta forma existirían manuscritos sobre la física como parte de cursos de filosofía, situación que se haría común, al ser redactados apuntes para los diversos cursos que se ofrecerían en Nueva España. La mayoría de esos textos se encuentran perdidos, pero existen las referencias que aseguran su presencia, los cuales fueron escritos, en su mayoría, por sacerdotes y frailes que pertenecían a diferentes órdenes religiosas.
Diego José Abad, puede considerarse el más profundo de los jesuitas innovadores; su Curso fue muy influyente, es bastante completo y se ven por todas partes las influencias modernas. Este curso, que ya no lleva el nombre de Cursus Philosophicus , sino simplemente el de Philosophia, aparece en un manuscrito del Colegio de San Pedro y San Pablo de México, cuyo contenido se enseñó desde 1754 hasta 1756.
Comprende la lógica, la física y la metafísica. Es el primer intento de asimilar (y no simplemente de atacar, como hasta entonces se hacía las más de las veces) las ideas modernas . En particular, se refiere a Gassendi y los atomistas, y trata de conciliar el atomismo con el hilemorfismo aristotélico. Intenta hacer lo mismo con Descartes, opuesto al gassendismo.
Habla de la necesidad de construir la física con ayuda de la experimentación y la matemática. Acepta el atomismo en el campo físico, mas no en el metafísico. Dice que muchas ideas aristotélicas sobre el cielo han sido abandonadas por los escolásticos después del descubrimiento del telescopio, mediante el cual se han podido ver las manchas del Sol. Lo mismo en cuanto a la noción del vacío, después de los experimentos de Torricelli, Otón de Gericke y Roberto Boyle. Cita a Maignan, y mucho a Descartes en cuestiones de filosofía del hombre. Aunque las más de las veces defiende la tradición, ya se muestra abierto a integrar ideas de la filosofía moderna.
Fue profesor del Colegio de jesuitas de San Luis Potosí donde enseñó gramática a los potosinos y donde fincó su formación filosófica sin rechazar las ideas del pensamiento moderno, pero con una posición crítica.


Diego José Abad nació en Jiquilpan en 1727 y tras la expulsión de los jesuitas moriría en Bolonia en 1779.
Si se interesan en ubicar su obra en el ambiente cultural y científico de la Nueva España pueden consultar nuestro artículo: Manuscritos y libros Novohispanos y Mexicanos de Física y Filosofía Natural, en la dirección:
También lee: Francisco Gándara, primer ingeniero higromensor potosino | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
Jesús duerme en la popa | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
“Al atardecer de ese mismo día, Jesús les dijo: ‘Crucemos a la otra orilla’. Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron a la barca, así como estaba. Había otras barcas junto a la suya. Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua. Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal. Lo despertaron y le dijeron: ‘¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?’. Despertándose, él increpó al viento y dijo al mar: ‘¡Silencio! ¡Cállate!’. El viento se aplacó y sobrevino una gran calma. Después les dijo: ‘¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?’. Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: ‘¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?’” (Marcos 4, 35-41).
Todavía hoy, cuando pareciera que hemos alcanzado el dominio total de la naturaleza, viajar por mar –no digo sobrevolándolo en un avión, sino cruzándolo en un barco- es una experiencia sobrecogedora. ¡Qué indefensa viaja nuestra embarcación por los caminos del océanoi¡! Y si durante la noche se desata una tormenta, tanto peor: aun el barco más grande no parece sino una cáscara de nuez. En 1912, los tripulantes del trasatlántico más lujoso y sofisticado del planeta creyeron que el mar, gracias al ingenio humano, estaba ya domesticado; sin embargo, no fue así, y debieron pronto de rendirse a la evidencia: el Titanic se hundía, y ellos con él y en él…
El mar era y sigue siendo el símbolo de lo indomesticable, de lo ingobernable, de lo terrible. Para los antiguos, el mar estaba poblado de monstruos horribles cuyo solo nombre helaba la sangre. Nosotros sabemos, más o menos, lo que son las olas, pero para los antiguos éstas eran el efecto del movimiento de las criaturas marinas. Ahora bien, si tal era el pensamiento de los antiguos, ¿qué de raro tiene que, ante el huracán, los discípulos se pusiesen a gritar, poseídos del pánico más espontáneo y sincero?
El mar es siempre terrible, sí, pero Dios es más grande que el mar. Únicamente Él puede calmarlo porque es el Señor de los elementos del mundo: “El Señor habló a Job desde la tormenta: ¿Quién cerró el mar con una puerta, cuando le puse un límite con puertas y cerrojos y le dije: ‘Hasta aquí llegarás y no pasarás; aquí se romperá la arrogancia de tus olas’ ”? (Job 38, 8-11).
Al crearlo, Dios puso al hombre un límite: “Podrás comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, pues, si lo haces, perecerás sin remedio” (Génesis 2, 16-17); y, al crear el mar, también le impuso un límite: “¡Hasta aquí llegarás! ¡De aquí no podrás pasar!”. Por eso, cuando Jesús calme la tormenta y las aguas se aquieten al puro mando de su voz, los discípulos se preguntarán unos a otros, maravillados: “¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!”.
Ahora bien, si sólo Dios puede apaciguar el mar, entonces… Entonces los discípulos, por así decirlo, empezaron a sacar conclusiones…
“Un día, al atardecer… Así comienza el relato. Conviene tener presente, pues, que es ya de tarde, y que la oscuridad añadirá un punto de dramatismo a la escena que seguirá, ya dramática de por sí. Según éste, no es sólo que la barca fuese zarandeada por la tempestad: es que el agua se estaba metiendo ya por todas partes.
¿Y Jesús qué hace, mientras tanto? No hace nada. Él, a lo que parece, no se daba cuenta de lo que pasaba, pues “estaba dormido sobre un almohadón”. Los discípulos lo despertaron, y hay en su ruego una pizca de ironía, como si le dijeran: “Oye, Señor, esto va a pique. ¿Podrías hacernos el grandísimo favor de despertarte?”.
“Jesús se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: “¡Silencio, cállate!”. El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo: “¿Por qué son tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?”. Oligópistoi: así lo llama; con esta palabra griega los reconviene. Hombres asustadizos, apocados, temblorosos: gelatinas vivientes. Oligópistoi: hombres sin fe.
Los Padres de la Iglesia, hombres muy sagaces en la interpretación de la Escritura, vieron en esta tormenta una imagen de las agitaciones del corazón humano y compusieron bellísimos sermones en torno a este asunto. En una de sus Meditaciones (n. 37) dice así, por ejemplo, San Agustín (354-430):
“¡Dios mío, mi corazón es como un ancho mar siempre agitado por las tempestades: haz que encuentre en ti la paz y el descaso. Tú has increpado al viento y al mar para que se calmaran, y a tu voz se han apaciguado; ven a poner paz en las agitaciones de mi corazón, a fin de que todo en mí sea sosiego y tranquilidad, para que pueda poseerte a ti, mi único bien… Oh Dios mío, que mi alma, libre de pensamientos tumultuosos, se esconda a la sombra de tus alas. Que encuentre junto a ti un lugar de refrigerio y de paz, y toda transportada de gozo pueda cantar: ‘Ahora puedo dormir y descansar en paz’… Mi alma no puede gozar de paz y seguridad, Dos mío, si no es bajo la protección de tus alas. Que ella permanezca, pues, en ti y sea abrasada con tu fuego”.
Ya se trate, pues, de agitaciones interiores, ya de percances exteriores, lo importante es esto: que Jesús y nosotros viajamos en la misma barca, y que aunque nos esté permitido algunas veces gritar, no nos lo está, por ningún motivo, desesperar. Aunque parezca que duerme, Dios vela por los suyos; en consecuencia –como ha dicho alguien-, cuando uno está “embarcado” con Jesús no hay nada que temer.
“Jesús permanece cerca de los suyos y éstos pueden contar con su ayuda cercana a pesar de todas las apariencias en contra… Así pues, el peligro para los creyentes está en olvidarse de que están en camino y que Jesús les acompaña en el trayecto” (Joseph Imbach).
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