Deportes
Los potosinos que llegaron al quinto partido de la Copa del Mundo
Carlos Muñoz y “El Abuelo” Cruz fueron, por diferentes motivos, referente del Mundial de México 1986
Por: Ana G Silva
En México se han realizado dos mundiales de futbol en 1970 y 1986, durante el segundo, San Luis Potosí tuvo dos representantes con la Selección Mexicana: Francisco “El Abuelo” Cruz y Carlos Muñoz, quienes formaron parte de la alineación que ha puesto por primera y única vez al tricolor en el quinto partido.
La Selección Mexicana, llevada de la mano de Bora Milutinović, formó parte del grupo B. En el primer partido, contra Bélgica, el equipo ganó 2-1; contra Paraguay empató a uno y con Irak ganó por la mínima obteniendo así el liderato. Durante el partido de octavos de final, México se enfrentó y venció 2-0 a Bulgaría, con lo que obtuvo por primera vez el pase al quinto partido, el cual se jugó contra Alemania y que desafortunadamente para el equipo de casa se perdió en penales con un marcador de 4-1.
Carlos Muñoz fue titular en esa Copa del Mundo en el mediocampo, disputó cuatro de los cinco partidos del Tri y destacó como jugador referente y uno de los favoritos del técnico Milutinović.
Francisco Cruz fue suplente; sin embargo, en el partido contra Alemania, que se jugó en Monterrey, ciudad donde radicaba y jugaba, durante todo el partido se escucharon cantos y gritos de los aficionados para apoyarlo y pedir que ingresara al campo de juego: “¡Sacaremos al Abuelo de la banca, sacaremos al Abuelo de la banca, sacaremos al Abuelo de la banca, lo sacaremos, sacaremos sí señor!”. “El Abuelo” Cruz entró y al poco tiempo marcó un gol, pero fue anulado por una supuesta falta de Hugo Sánchez. Al final, México quedó eliminado del Mundial en tanda de penales, en una de las eliminaciones más dolorosas.
Durante este Mundial sucedieron otros acontecimientos históricos para el futbol: el primero fue que México se convirtió en el primer país en celebrar dos veces la Copa del Mundo luego de que Colombia renunciará a ser la sede debido a que no cumplía con las exigencias de la FIFA respecto a los recintos. Otro momento fue en el partido de cuartos de final de Argentina contra Inglaterra donde Diego Armando Maradona anotó sus dos goles más famosos: uno que consiguió con la mano, la denominada “Mano de Dios”; minutos después el mismo jugador argentino burlaría a sus adversarios desde la mitad cancha consiguiendo el segundo tanto, uno de los mejores de la historia, conocido como “El Gol del Siglo”.
Otra de las anécdotas ocurridas durante el Mundial de México 86 fue que por primera vez en la historia de los mundiales, fue expulsado un entrenador, Cayetano Ré, técnico de Paraguay; además también ocurrió la expulsión más rápida en un partido mundialista, pues José Batista, jugador de Uruguay, recibió la tarjeta roja cuando tenía 56 segundos de partido.
LOS POTOSINOS
Francisco “El Abuelo” Cruz
El originario de Cedral se destacó por ser uno de los jugadores que logró ganarse el corazón de dos aficiones rivales: la de Monterrey y la de Tigres. Surgió de las fuerzas básicas del Club de Fútbol Monterrey, donde debutó en 1984 a los 18 años, rápidamente logró quedarse la titularidad en el equipo.
Cuatro años después fue cedido al Logroñés, equipo español, y en 1992 regresó a México para formar parte de Tigres, en 1995 pasó CF Atlante donde permaneció un año y regresó con el equipo de la UANL, para 1997 se fue al equipo búlgaro PFC CSKA Sofia y finalmente volvería al equipo con el que debutó y terminaría su carrera el primero de mayo del 2000.
Al inició de su regreso al club rayado, no fue bien recibido por los aficionados, sin embargo poco a poco se fue ganando su confianza.
Carlos Muñoz
Muñoz llegó a Tigres procedente del Atlético Potosino y con el equipo universitario se convirtió en una destacada figura del medio campo, pues permaneció en la escuadra por 13 años, de 1982 a 1995. Participó en 368 partidos del torneo de Liga y por mucho tiempo fue el segundo jugador con más juegos en la institución felina, sólo detrás de Boy.
Aunque Muñoz es un histórico de Tigres, en su palmarés no existe algún título con el equipo auriazul, pues llegó después del campeonato de Liga de la temporada 1981-92, y se fue antes del título de Copa del torneo 1995-96.
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#4 Tiempos
San Luis frente a Puebla: partido para valientes, no para excusas | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Si San Luis no puede ganarle a este Puebla, que viene tambaleando como boxeador en el último asalto, mejor que empiece a buscar excusas desde hoy. No es crueldad, es sentido común: el rival llega golpeado, con la moral baja y con una defensa que con cualquier ráfaga se desmorona. El que no sepa aprovechar eso, que se dedique a otra cosa.
El antecedente del cuadro camotero es el bochornoso 7-0 contra Tigres, un resultado que no sólo evidenció las carencias defensivas, sino que dejó claro que, cuando se desconectan, el desastre es inmediato. Y aun así, Puebla sigue vivo en la Leagues Cup; un respiro que, aunque breve, les da algo de motivación extra para no hundirse del todo en la Liga MX. Ojo, un equipo que todavía compite en dos frentes no se tira al piso tan fácil, y esa doble agenda puede darle un giro inesperado a un partido que, en el papel, muchos ya ven como trámite para San Luis.
Los potosinos, sin embargo, no llegan con la mesa servida. Apenas el fin de semana pasado, contra Cruz Azul, volvieron a mostrar que las buenas intenciones no alcanzan si el fútbol no es constante. Un partido en el que por momentos parecían competir de igual a igual, pero se diluyeron cuando había que apretar. Si quieren que el discurso post-Leagues Cup no quede como humo, este viernes es el momento para respaldarlo.
En la previa, una noticia que, al menos, les quita una piedra del zapato: la anulación de la expulsión a João Pedro. El delantero podrá estar disponible tras la revisión que borró la roja injusta del juego pasado. Su presencia es vital no sólo por lo que aporta al ataque, sino por la sensación de que, con él en el campo, San Luis tiene una referencia que obliga a los rivales a estar atentos.
Pero la realidad es que este encuentro en el Cuauhtémoc se juega en varios niveles: para Puebla, la oportunidad de lavarse un poco la cara después de ser humillado y de responder ante su gente. Para San Luis, el examen perfecto para demostrar que sabe ganar cuando las condiciones están a su favor. Porque si no pueden sacar tres puntos ante un equipo que viene arrastrando la cobija, entonces el resto del torneo pinta para seguir en esa tierra de nadie que ya conocen demasiado bien, no lo suficientemente malos para dar pena, pero tampoco lo suficientemente buenos para ilusionar a nadie.
Ganar este partido no sería una hazaña; sería apenas cumplir con lo que se espera de un club que dice aspirar a más. Y si no lo logran, entonces el discurso optimista de las últimas semanas quedará reducido a lo que tantas veces hemos escuchado en San Luis: palabras bonitas para adornar otra temporada gris.
En el fútbol, hay partidos que definen un campeonato, y otros que definen una actitud. Este viernes, en Puebla, San Luis no está jugando por la cima, pero sí por algo igual de importante: la credibilidad. Y si la pierden aquí, ya no habrá árbitro, VAR ni anulación de roja que los salve.
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#4 Tiempos
Victoria tardía y la misma deuda pendiente | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
San Luis salió de la Leagues Cup con una sonrisa que, si se mira de cerca, es más una mueca de alivio que un gesto de orgullo. Sí, le ganaron 2-0 a Minnesota United y firmaron su primera victoria en tiempo regular en este torneo. Pero, ¿de qué sirve cerrar bien cuando todo el torneo fuiste invisible? La historia no se escribe con epílogos bonitos, sino con capítulos consistentes, y San Luis no tuvo ni trama ni constancia.
El triunfo, adornado por el cabezazo de João Pedro y el buen gol de Sebastián Pérez Bouquet, se siente más como el premio de consolación que te dan en la feria por no haberle atinado a nada en el juego de tiro al blanco. Andrés Sánchez, eso sí, atajó lo que tenía que atajar y firmó su primer cero en el torneo, pero hasta en eso queda la sensación de que llegó tarde la reacción.
Pero no hay que olvidar: este equipo viene de un Clausura 2025 para el olvido, con un horrible lugar 15 que exhibió todas sus carencias. La llegada de Guillermo Abascal inyectó algo de orden y discurso, pero el fútbol sigue siendo tan intermitente como una lámpara con falso.
Ahora, regresan a la Liga MX con un reto mayúsculo: demostrar que este chispazo en Leagues Cup no fue otro espejismo. El calendario no espera y Cruz Azul será su primer examen serio. Si repiten los vicios de siempre defensa frágil, mediocampo sin ideas y delanteros desconectados, la liga los volverá a poner en su lugar.
En resumen: ganaron, sí. Recuperaron confianza, tal vez. Pero mientras San Luis siga viviendo de partidos aislados y no de un proyecto sólido, cada victoria será apenas un paréntesis entre largos párrafos de mediocridad. Y la afición potosina, que no se traga cuentos, seguirá esperando el día en que su equipo no sólo cierre bien, sino que empiece, siga y termine igual de fuerte.
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#4 Tiempos
El Porvenir de Gerli y la eterna lucha barrial | Columna de Arturo Mena “Nefrox”
TESTEANDO
Aquella noche en el barrio de Gerli, en la provincia de Lanús en Buenos Aires, el aire parecía teñido de historia: me acerqué al portón del Club Atlético El Porvenir, en Blanco Encalada 400, rodeado de otras instituciones barriales que comparten el paisaje. Entrar al predio es respirar un siglo de pasión llevada por vecinos, familias y generaciones.
Me recibió el viejo estadio Gildo Francisco Ghersinich cuyo césped guarda las huellas de aquellos fundadores anarquistas de 1915 con sus tablones, su cemento y esa capacidad para aliviar el alma de casi 14,000 simpatizantes. Imaginar su fundación y primeros ascensos, las historias de lucha para conseguir una cancha propia y su gloria en la B intermedia y profesional es entender por qué El Porvenir no es solo un club: es un refugio.
Me tocó conocer a Fede, hincha de toda la vida que cuenta cómo resistieron desde el ascenso hasta el triunfo en la Primera D en mayo de 2023, pasando por aquella legendaria victoria en Copa Argentina frente a Lanús, un símbolo del ascenso que sueña con ser grande de nuevo. Esta es la magia del fútbol íntimo, el fútbol romántico de los clubes de barrio: esfuerzo colectivo, identidad barrial y orgullo poblado de relato y sudor.
Pero la visita también mostró grietas profundas: la dirigencia que encabeza Enrique Merelas (presidente por más de cuatro décadas) no esquiva el conflicto. El Porvenir enfrenta una crisis institucional que pone en riesgo todo ese legado comunitario. En febrero de 2025, la AFA suspendió la afiliación del club tras una denuncia presentada por el intendente Julián Álvarez ante Personas Jurídicas, acusando al municipio de intentar intervenir en la entidad. La intención habría sido deslindar el control sobre El Porvenir, excluyéndolo de todos los subsidios y dejando al Porve a su suerte.
La respuesta del club no fue tímida: se presentó una denuncia penal contra Álvarez por abuso de autoridad, discriminación, violencia institucional y filtración de información confidencial, denunciando marginación y persecución institucional. Las pintadas amenazantes aparecidas en los alrededores del estadio contra Merelas intensificaron la tensión, y la dirigencia llamó a socios y vecinos a defender su autonomía.
Afortunadamente, en marzo la AFA levantó la desafiliación preventiva: El Porvenir pudo volver a competir en la Primera C, debutando oficialmente el 18 de marzo ante Club Mercedes, tras semanas de incertidumbre. Pero aún pesa sobre el club un futuro incierto y una dirigencia cuestionada por aquellos que entienden que 44 años al frente de una institución no pueden justificarse con tradición si dejan estancamiento y despoblación de sueños.
En mi paso por la sede sentí esa contradicción: el club late con fuerza colectiva, con un barrio que lo respeta y lo habita, mientras que en los despachos internos se libra una batalla política que podría definir si El Porvenir se preserva como corazón barrial o se apaga por políticas ajenas.
Este club resume lo mejor y lo más complicado del fútbol argentino: su capacidad de emocionar desde lo modesto y lo comunitario, sin más hierro que la camiseta blanca y negra heredada del Sunderland argentino, y sin más ambición que resistir como espacio de encuentro. Pero también muestra cómo la política pretende apoderarse del alma de los clubes y puede quebrar ese romance que lo hace único.
Mi visita a Gerli me dejó el eco de cantos que nacen en gradas humildes y el pulso firme de gente que no se rinde. Ojalá los clubes de barrio, como El Porvenir, sigan siendo faros de pasión y memoria, y ojalá sus dirigentes internos y externos entiendan que la máxima autoridad no es el poder político, sino el cariño del socio y la voz del barrio.
Ojalá un día en México, entendiéramos un poco del fútbol de barrio.
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