#4 Tiempos
Los abusos de Eduardo Medina Mora | Columna de Enrique Domínguez
Cuentas claras
Mientras que los jueces se empeñen en otorgar amparos mediante truculentas justificaciones, difícilmente veremos en nuestro país la sed de justicia que como mexicanos requerimos para vivir en un lugar armonioso y en paz.
Eduardo Tomás Medina-Mora Icaza, sin duda un personaje brillante, ha navegado en las altas esferas del poder en su trayectoria que data de 2000 hasta la fecha, iniciando como titular del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), de 2000 a 2005; Secretario de Seguridad Pública (SSP), de 2005 a 2006; Procurador General de la República (PGR) 2006 a 2009; Embajador de México en Reino Unido de 2009 a 2013, Embajador de México en Estados Unidos de América de 2013 a 2015 y ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de 2015 a la fecha.
Aunque en un principio el Partido Acción Nacional se negaba a aceptar la designación de Eduardo Medina-Mora como Ministro de la SCJN, finalmente el cabildeo resultó exitoso y fue aprobado por el Senado junto con el PRI y el PVEM.
El manejo en la cúpula del poder y su cercanía con Juan Collado (Abogado de Carlos Salinas de Gortari), Enrique Peña Nieto, Carlos Romero Deschamps, Diego Fernández de Cevallos y el mismo Carlos Salinas de Gortari lo hacen ver como un fiel exponente del antiguo régimen haciendo prevalecer ante todo la protección de tan tristemente ilustres personajes que tanto dañaron al país.
Las leyes están para cumplirse y hacerlas valer, sin embargo, estas se han modificado y solo generan la certidumbre de los poderosos para establecer la impunidad como objetivo y librar cualquier situación que vulnere su libertad. No es de extrañar que habiendo realizado desfalcos y saqueado al país, los principales actores no pisen la cárcel o, si lo hacen las condenas son cortas y exonerados, en los casos más graves siguen el proceso en libertad, la justicia ante tales actos no pueda ser expedita y aplicarse como uno quisiera, desenmascarando y llevando a juicio a criminales, corruptos y asesinos.
Existen jueces que no obstante ganar sueldos inimaginables para el grueso de la población se rigen por la imperiosa necesidad de empoderarse y fortalecerse económicamente por la obtención de sumas millonarias para hacer un manejo de la ley que en muchas ocasiones vulnera la idea de justicia.
Amparos, inconstitucionalidad, controversias e interpretaciones son una constante para el actuar “a modo”.
La ley es una paradoja, siempre habrá recursos para escudriñar algún hueco legal y garantizar la impunidad de poderosos y ejecutar todo el peso de la ley a los más vulnerables.
Existen abusos en la Ley de Amparo y permite que se prolongue la violación de los derechos durante toda la vida del juicio, y en ocasiones, que el daño se haga irreparable.
Urge modificar leyes protectoras de ladrones, el sistema de justicia mexicano es vago e injusto, el dinero mueve las mentes que con sigilo asombroso siempre buscarán una justificación para defender al criminal probado.
El acto corrupto en México se ejerce con el consentimiento de las leyes, éstas se modifican para ajustarse a la transa maquinada sin la posibilidad de que el autor se vea inmerso en delito alguno.
A diferencia de otros tiempos, la transa y la estafa se generan por un sistema que involucra a funcionarios, jueces, empresarios, medios y ejecutores, no es algo realizado en solitario, se protegen entre ellos y generan complicidades cuidándose las espaldas y callar cualquier voz, acto o declaración para aprehender a alguien.
A continuación se citan algunos casos que de manera innegable merece la pena recordar y conocer a detalle, para determinar cómo algunos jueces rompen el ideal de tener a un México limpio de corrupción.
- El 24 de marzo de 2019 – Alejandro Dzib Sotelo, Juez Quinto de Distrito en Materia Civil de la CDMX, ordenó el pago de renta a 4 plataformas a la empresa Oro Negro, argumentando que los recortes presupuestales ejercidos en 2017 no era una razón justificada para la terminación anticipada de contratos de arrendamiento. (El 13 de junio de 2019 esta misma empresa fundada y dirigida por Gonzalo Gil White y José Antonio Cañedo White, hijo y sobrino de Francisco Gil Díaz, exsecretario de Hacienda se declaró en quiebra). Esta empresa se vio beneficiada por contratos millonarios en la gestión de Emilio Lozoya.
- El 31 de octubre de 2018 – Jorge Holder Gómez, Juez Decimoquinto de Distrito del Estado de Veracruz, ordenó la liberación del Ex fiscal de Veracruz, Luis Ángel Bravo Contreras, preso por el delito de desaparición forzada, argumentando que la desaparición de personas no es un delito grave. Ahora, desde enero de 2019, Jorge Holder Gómez ocupa el cargo de magistrado de circuito con un sueldo mayor a los 350 mil pesos mensuales.
- El 8 de octubre de 2018 – Jorge Holder Gómez también concedió el amparo y protección de la justicia federal al ex titular de la Secretaría de la Función Pública José Nabor Nava Holguín acusado de desaparición forzada.
- El 20 de junio de 2019 – Rosa María Cervantes Mejía, Juez Decimosegundo de Distrito de Amparo en Materia Penal de la CDMX, suspendió por tiempo indefinido la orden de aprehensión por el delito de lavado de dinero en contra de Alonso Ancira (Involucrado en la compra ilegal de la planta Agro Nitrogenados a PEMEX por 273 millones de USD), por tanto, la Fiscalía General de la República (FGR) No podrá detenerlo por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita.
- El 12 de junio de 2019 – Rosa María Cervantes Mejía, también otorgó la suspensión definitiva en contra de la orden de aprehensión de Mario Marín (El “gober” precioso) por el delito de tortura en perjuicio de la periodista Lydia Cacho.
- El 14 de febrero de 2019 – El Magistrado Presidente Juan Carlos Cruz Razo y los Magistrados: Armando Cruz Espinosa y Adriana Escorza Carranza a través de un recurso de amparo solicitado por grupo Hidrosina, encabezado por Jorge Gabriel, William Jorge y Paul Karam. “Rechazaron el congelamiento de cuentas” con el texto referido en el expediente 61/2019: para el efecto que se ordene la suspensión del bloqueo, inmovilización y suspensión de las operaciones de las cuentas bancarias y contratos financieros y bancarios de los quejosos.
- El 30 de octubre de 2018 – Manuel Camargo Serrano, Juez Sexto de Distrito por el Estado de México, canceló la vinculación a proceso al ex gobernador Roberto Borge por el delito de lavado de dinero.
- El 22 de enero de 2019 – Patricia Marcela Díaz Cerda, Juez Quinto de Distrito de Amparo en Materia Penal de la CDMX, concedió la suspensión de amparo a Eduardo León Trauwitz (ex gerente de servicios de PEMEX) contra la orden de aprehensión, detención, localización, citación, búsqueda, presentación o arresto.
- El 2 de abril de 2019 – Antonio González, Juez Federal, Falló a favor de Elba Esther Gordillo en el amparo 858/2018 para la cancelación de aseguramiento de bienes, declarando inexistente el delito y por no haber un asunto activo en contra de Gordillo ni existe la posibilidad de acción penal contra ella. De esta manera recuperó sus autos, obras de arte y cuentas bancarias.
- El 23 de abril de 2019 – Enrique Velázquez Martín, Juez de Control del Tercer Circuito Judicial ordenó la liberación de Alexis “El Chofo”, presunto jefe de plazas del Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), poco tiempo después le costó la vida al policía que lo había detenido de nombre Juan Carlos Hernández Ornelas.
- 23 de mayo de 2019 – El Juez Cuarto de Distrito en Materia Administrativa ordenó al Senado pagar 3.5 millones de pesos al Magistrado Juan Manuel Terán por no haber sido ratificado en el Cargo por la cámara de Senadores en el 2011.
- El 20 de junio de 2019 – La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró inconstitucional que la Fiscalía General de la República investigue cuentas bancarias sin una orden judicial.
- El 9 de marzo de 2019 – María Elena Cardona Ramos, Juez de Distrito Especializada en el Sistema Penal Acusatorio dejó en libertad a Alexis “El Alexis” y a Ricardo Israel “El Perki” de la unión Tepito y de esta manera se les negó la prisión preventiva.
- El 2 de febrero de 2019 – Ricardo Paredes Calderón, Magistrado del Quinto Tribunal Unitario en Materia Penal, amparó a Padrés contra un monto de 100 millones de pesos.
- El 30 de octubre de 2019 – La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) amparó a Enrique Peña Nieto y su gabinete por el caso de desvío de 250 millones de pesos al PRI, dicho acuerdo fue firmado por Eduardo Medina Mora en contra de cualquier orden de aprehensión, arraigo, citatorios y averiguaciones.
- El 29 de mayo de 2019 – Luz María Tlapa, Juez Octavo de Distrito en Amparo Penal de la CDMX, suspendió provisionalmente la orden de aprehensión 487/209 en contra de Emilio Lozoya Austin.
- El 30 de mayo de 2019 – Erik Zabalgoitia Novales, Juez Decimocuarto de Distrito de Amparo en Materia Penal otorgó una suspensión provisional ante cualquier orden de captura en contra de Marielle Helene Eckes y Gilda Susana Lozoya Austin.
- El 8 de febrero de 2019 – Aurelio Damián Magaña, Juez Primero de Distrito con sede en Naucalpan, Estado de México, le otorga una suspensión definitiva a Carlos Romero Deschamps ante cualquier orden de aprehensión.
- El 22 de junio de 2019 – Gabriel Regís López, Juez Decimosexto de Distrito en Materia Administrativa le Concedió la suspensión provisional con el amparo 901/2019 al bloqueo de algunas cuentas bancarias de Emilio Lozoya Austin.
- El 12 de Junio de 2019 – El Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) Alberto Pérez Dayán, ordenó que las remuneraciones de los servidores públicos para el año 2019 no sean fijadas
Es importante considerar que mientras exista el abuso, la trampa y la corrupción en los impartidores de justicia difícilmente podremos observar un real cambio.
“Exijamos la restructuración de la Suprema Corte de Justicia”.
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#4 Tiempos
La decadencia de la risa | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
Ya a finales del siglo XIX, Eça de Querioz (1845-1900), el famoso novelista portugués, se quejaba de lo poco que nos reímos los modernos, lamentándose de que lo que él llamó «la risa antigua» estuviera en vías de franca desaparición. «Nosotros –escribió en un ensayo muy poco conocido-, hijos de este siglo serio, perdimos el don divino de la risa. ¡Ya nadie ríe! Casi ya nadie sonríe siquiera, porque lo que queda de la antigua sonrisa, fina y viva, tan celebrada por los poetas del siglo XVIII, o de la sonrisa lánguida y húmeda que encantó al romanticismo, apenas es un entreabrir lento y helado de los labios que, por el esfuerzo con que se contraen, parecen muertos o de hierro».
Sí, cada vez reímos menos, y, como dije en otra ocasión, si en algo aventajamos a los hombres y mujeres de otras épocas es en nuestra seriedad, que no es meditativa ni religiosa, sino triste, culpable y mortecina: una seriedad, para decirlo ya, muy parecida a la de los cadáveres.
Sigue diciendo el novelista: «Nunca más he vuelto a oír esa carcajada magnífica de mi infancia. Lo que hoy se escucha es a veces una sonrisa cascada, seca, dura, áspera, corta, que sale a través de una resistencia, como arrancada por unas cosquillas, y que bruscamente muere, dejando los rostros mudos y fríos. ¡He aquí la risotada de nuestro siglo!».
La alegría, hoy, ha acabado convirtiéndose en un lujo; y, si no me cree usted, si mi afirmación le parece exagerada, pregunte a sus vecinos si son felices para que obtenga un centenar de respuestas como ésta: «¿Feliz yo? ¡Cómo se le ocurre, estimado señor!». Y se pondrán a hablarle del trabajo –tan mal pagado-, del cambio climático, de la delincuencia organizada o del estrés. ¡Y conste que hoy tenemos casi todo aquello de los que nuestros antepasados carecieron! Las cajas de música de mi infancia tocaban sólo una canción, y, para colmo, había que darles cuerda; las cajas de música de los muchachos de hoy tocan –o al menos pueden hacerlo- hasta 20 o 30 000 canciones, pero no por eso el corazón de estos muchachos se ha vuelto más alegre, más musical. ¡Qué rostro más avejentado pasean por las autopistas de la vida! ¿Sonreír? No, gracias. La verdad es que ni siquiera se les ocurre.
«Nadie ríe –continúa Eça de Queiroz-, y nadie quiere reír. Tenemos todos el indefinible sentimiento de que la risa estridente y clara desentona con la atmósfera moral de nuestro tiempo». Y se pregunta: «¿De dónde proviene esta desoladora decadencia de la risa? Habría que componer un estudio sobre la Psicología de la taciturnidad contemporánea».
Algún día, si no cambio de parecer, escribiré esa psicología de la tristeza que invita a hacer a sus lectores el autor de La ciudad y las sirenas. Dicho tratado deberá responder a las siguientes preguntas: 1. «¿Por qué estamos hoy tan endiabladamente tristes?»; 2. «¿Quién nos ha robado el mes de abril?»; 3. «¿Por qué razón nos hemos vuelto tan huraños y tan antipáticos?», etcétera.
Que esto es así –es decir, que hoy estamos los hombres más tristes que nunca- lo dicen incuso autores bastante enterados de los problemas de nuestra época. He aquí, por ejemplo, lo que escribió el doctor Luis Rojas Marcos en un libro que apareció en las librerías casi cien años después de que lo hiciera ese ensayo de Eça de Quieroz que hemos venido citando; el libro en cuestión se titula La pareja rota y dice así en una de sus páginas:
«Desde finales de los años sesenta ha brillado la generación del yo, el culto al individuo, a sus libertades y a su cuerpo, y la devoción al éxito personal. La dolencia cultural que padecemos desde entonces es el narcisismo, aunque según dan a entender estudios recientes, la comunidad de Occidente está siendo invadida ahora por un nuevo mal colectivo: la depresión. La prevalencia del síndrome depresivo está aumentando en los países industrializados, y las nuevas generaciones son las más vulnerables a esta aflicción. Así, la probabilidad de que una persona nacida después de 1955 sufra en algún momento de su vida de profundos sentimientos de tristeza, apatía, desesperanza, impotencia o autodesprecio, es el doble que la de sus padres y el triple que la de sus abuelos. En Estados Unidos y en ciertos países europeos, concretamente, sólo un 1 por 100 de las personas nacidas antes de 1905 sufrían de depresión grave antes de los setenta y cinco años de edad, mientras que entre los nacidos después de 1955 hay un 6 por 100 que padece de esta afección».
¡Dios mío, lo doble de tristes que nuestros padres y lo tripe de ansiosos que nuestros abuelos! ¡Pero si tenemos todo lo que ellos no tuvieron!…
¿Cuáles son las causas de tanta tristeza? Eça de Queiroz aventura la siguiente respuesta: «Yo pienso que la risa acabó porque la humanidad se entristeció. Y se entristeció a causa de su inmensa civilización…, pues cuanto más culta es una sociedad, más triste es su faz. Hemos perdido la simplicidad y, con ella, la risa». Y termina diciendo al lector: «¿Quieres un humilde consejo? Abandona tu laberinto, entra de nuevo en la naturaleza, no te compliques con tantas máquinas, no te sutilices con tantos análisis; vive una buena vida de padre próvido que trabaja la tierra, y reconquistarás, con la salud y con la libertad, el don augusto de reír».
Así termina el famoso novelista. Pero no, no nos convence el consejo, ni creo que se consiga mucho abandonando el laberinto (y, por lo demás, ¿quién podría hacerlo?). Según yo, lo que nos ha quitado «el don augusto de reír» no es el exceso de civilización, sino nuestra falta de religión. ¡Ah, si de veras creyéramos en un Dios que nos protege y nos cuida, cómo nos reiríamos de nuestros pequeños problemas! Es decir, reiríamos. Veríamos entonces las cosas desde esa lejanía sin la cual la risa es imposible. ¿No se ha dicho muchas veces que la risa nace del distanciamiento, de ver las cosas desde cierta altura? Pues bien, si esto es así, sólo Dios y los que creen en Él pueden reír de veras con esa explosión de regocijo que conoció Eça de Quieroz cuando era niño, es decir, cuando los hombres aún tenían fe…
También lee: La miseria del sexo | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
#4 Tiempos
El primer poeta potosino, Pedro de los Santos | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Si bien desde los primeros años de la fundación existieron poetas en San Luis y se cultivó este género, como lo hemos tratado en anteriores entregas, estos personajes serían españoles avecindados en la ciudad; el primer poeta nacido en el siglo XVII en estas tierras en la ciudad de San Luis Potosí sería Pedro de los Santos.
Pedro de los Santos. Este personaje es uno de los nacidos en San Luis Potosí, nacería a mediados del siglo XVII; en 1699 era colegial de San Ildefonso y Familiar y Maestresala del virrey don Juan Ortega Montañés.
Emigraría muy joven a la ciudad de México, al parecer estudiaría también en la Real y Pontifica Universidad de México pues en su Romance aparece el título de Bachiller.
Su Romance es el único poema que se le conoce, fue escrito en 1700 y publicado en 1702 conociéndosele con el título de Romance en elogio a San Juan de Dios en las fiestas que hizo México por su canonización. Poema que tendría el segundo lugar en el certamen poético por la canonización de San Juan de la Cruz, que describió el Pbro. Br. Juan Antonio Ramírez Santibañez; donde se apunta: “El segundo lugar, se le dio al que puede tener plaza de Músico suave, pues tira gajes de cantor en el palacio de Apolo y ser Maestresala de las Musas, al Bachiller donde Pedro de los Santos, maestre de la sala del Exmo. Sr. Dr. Don Juan de Ortega Montañés, del Consejo de su majestad, arzobispo de México, segunda vez Virrey, Gobernador, Capitán General de esta Nueva España y Presidente de su Real Audiencia”.
El Padre Peñalosa asegura que en su poema “no faltan, en el romance, algunas características de la poesía barroca, entonces en pleno apogeo, como la hipérbole, las alusiones mitológicas, la bimembración distribuida en dos versos o tal cual detalle de la luz y de color; pero sin el poderío y la plasticidad, sin el ingenio y la audacia de la verdadera y grande poesía barroca”.
Al decir del Padre Peñalosa una copia fotostática de su romance se encuentra en el Archivo Histórico de San Luis Potosí.
En su romance, los últimos versos dicen:
la misma tormenta corre
haciendo que el aire ocupe
mejor sagrada saeta
del Ave de culpa inmune.
Con ella el piélago vence,
con ella el viento confunde
y no admira que con ella
el mismo Puerto salude.
Con ella pone en Granada
columnas que no caduquen
a las injurias del tiempo,
pues su caridad las sube.
Mereciendo mayor palma,
Porque puso en servidumbre
Al mar, no con armas fieras,
Sino con palabras dulces.
También lee: Alcalde Mayor de San Luis, primer editor de Sor Juana Inés de la Cruz | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
#4 Tiempos
La miseria del sexo | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
Sucede en un cuento de Arthur Schnitzler (1862-1931), el escritor austriaco. Una vez, un joven fue invitado a asistir a un duelo en calidad de padrino de un militar de cierto rango que, al ver ofendido su honor, retó a muerte a un caballero de la alta sociedad vienesa abofeteándolo con su guante. Qué razones había para lavar con sangre esa mancha real o imaginaria, no lo sabemos, pues éstas no quedan muy claras en el relato, aunque todo parece indicar que había unas faldas de por medio, y que estas faldas eran nada menos que las de la esposa del militar.
Como decimos, el padrino nada sabía de los motivos que impulsaron al teniente Loiberger a tomar tan drástica determinación, pero tampoco quiso averiguarlas. ¿Para qué? Como se dice, cada uno sabe dónde le aprieta el zapato; y, además, ¿para qué negar que en aquellos tiempos remotos la gente se mataba entre ella por los motivos más banales y fútiles? «El hecho –dice el narrador de esta historia, es decir, el padrino- de que en ciertos círculos tuviera que contarse con la posibilidad o incluso con la inevitabilidad de los duelos, ya sólo esto, créame, daba a la vida social una cierta dignidad o, al menos, un cierto estilo. Y a las personas de estos círculos, incluso a las más insignificantes o ridículas, les prestaba la apariencia de una continua disposición a la muerte, aun cuando a usted esta expresión le parezca, utilizada en este contexto, demasiado rimbombante».
Digámoslo ahora con nuestras palabras: en aquellos tiempos, batirse a muerte con adversarios verdadero o ficticios era una moda tan extendida, sobre todo entre las clases superiores, que nuestro joven narrador ni siquiera se extrañó cuando el teniente Loiberger solicitó amablemente su padrinazgo. Además, ¿no era ésta la séptima u octava vez que un caballero ofendido le pedía exactamente la misma cosa? Sin embargo, es necesario abreviar, y lo haremos diciendo cuanto antes que el muerto, allí, fue precisamente el señor Loiberger, que cayó al suelo con cierta elegancia y sin demasiados aspavientos a causa de una bala que vino a incrustársele a la altura del corazón. Se llevó la mano al pecho, lanzó un suspiro hondo, se tendió en la hierba como quien se dispone a permanecer en esa postura un tiempo muy largo y murió en el acto.
Una autoridad municipal dio fe del deceso –también sin demasiados aspavientos- y el día transcurrió como de costumbre, cual si en realidad nada grave hubiese acontecido. Sin embargo, un problema quedaba sin resolver, y era que la viuda, que vivía en la capital, es decir, en Viena, debía enterarse de la muerte de su marido. ¡Claro, era necesario decírselo, y cuanto antes mejor! ¿Y quién iba a encargarse de tan desagradable tarea? El padrino, naturalmente, que para eso estaba. Y allá va nuestro narrador. Frau Agathe, la esposa del señor Loiberger, lo recibe amablemente y lo hace pasar al recibidor. En realidad nunca en su vida había visto ella a este hombre, pero no le parece feo y hasta le invita una copa…
¡Dios mío, qué bella era Frau Agathe! Su rostro resplandecía como una hoguera encendida. Ahora bien, ¿para qué ponerse a hablar ahora, precisamente ahora, de cosas tan tristes como son las que se refieren a la muerte? Ya lo haría después; por el momento era preciso beber otra copa y disfrutar el momento. Frau Agathe se veía incluso feliz. ¿Para qué romper el hechizo? Entonces el visitante se puso a hablar con la joven viuda –ella aún no sabía que lo era- de cosas que nunca sabremos. Y tanto hablaron y hablaron, y tanto se gustaron el uno al otro que pronto, sin que nadie supiera cómo ni cuándo, ya estaban los dos tomados de la mano en la alcoba de ella. ¡Oh, no se habían reunido allí para entregarse a la práctica de ejercicios piadosos! Y pasó el tiempo. Cuando el visitante despertó por fin, pudo recordar como entre sueños que había venido a esta casa a cumplir una misión. ¿Cuál era ésta? Trataba de recordarlo. ¡Ah, sí, decirle a Frau Agathe que su marido había muerto en la vecina ciudad de Ischl, en el transcurso de un duelo, precisamente!… Aún no salía completamente de su modorra cuando oyeron ambos a lo lejos un ruido de pasos. Quien llegaba era el doctor Mülling, amigo de la familia, para preguntar a la señora si ya se había enterado de la triste noticia. Cuando la supo, la mujer se deshizo en llanto y pidió ver cuanto antes el cuerpo de su marido.
«Desde entonces –cuenta el narrador- no me dirigió ni una palabra… Efectivamente, aquella misma tarde partió sola y a la mañana siguiente condujo el cadáver a Viena. Al otro día tuvo lugar el entierro al que, por supuesto, asistí… Muchos años después nos encontramos en una reunión social. Mientras tanto se había casado de nuevo. Nadie que nos hubiera visto hablar habría adivinado que nos unía una profunda vivencia común. Pero, ¿realmente nos unía? Yo mismo habría podido considerar aquella estival y tranquila, misteriosa y, con todo, feliz hora como un sueño que sólo yo había soñado: tan clara, tan sin recuerdos, tan inocentemente profundizó su mirada en la mía».
Y así acaba esta historia, que no ha hecho más que confirmar mis sospechas, a saber: que la relación sexual, por sí sola, no puede unir a dos seres que no se aman. Hoy es común, o casi, afirmar que las relaciones sexuales son como el termómetro del amor, de manera que nada puede esperarse de dos seres que no saben -o no pueden- hacerse gozar el uno al otro. Hay quien dice, además, que para enamorarse de una persona antes hay que haberse acostado con ella. Pero esto es falso, pues las cosas, por lo regular, suceden exactamente al revés. Así como los milagros no producen la fe, sino que es más bien la fe la que produce los milagros, así habría que decir también que las relaciones sexuales no producen el amor, sino que, a lo más, cuando éste ya existe sólo lo alimentan. Los que no se amaban antes de ir juntos a la cama, no se amarán más cuando hayan regresado de ella, y hasta es posible en algunos casos que terminen queriéndose menos. Los cuerpos podrán acoplarse todo lo que quieran, pero, si las almas están lejos, entonces no hay nada que hacer.
Me decía hace poco un joven hablándome de su novia, con la que tenía ya estas relaciones y con quien acababa de romper: «Quizá deje más material para el recuerdo una tarde viendo juntos el crepúsculo que una relación sexual». Claro, claro. ¿Podría decirse mejor? He aquí la miseria del sexo.
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