#4 Tiempos
La verdad, la verdad nadie la tiene | Columna de Oscar Esquivel
Desafinando
En un mundo convulso lo mejor es mantener la paz, una que nos haga sentir lo verdaderamente humanos, nuestro comportamiento ante esta crisis de salud mundial, nos mantiene en altibajos emocionales, más en enojo y menos felices, frustraciones profesionales, ansiedades con esquizofrenia exacerbada, que se observa principalmente en la política, tanto día en cuarentena salieron los fantasmas del pasado entre las ventanas que muchos no quisimos abrir, para ver aquello que disloco la convivencia natural de la sociedad.
En una lucha por el poder, todo es asimétrico, desvirtuado verdades e imponiendo razones sin justificar, cada quien con su verdad. Algunos por edificar transformaciones “profundas” asegurando que sus métodos es lo mejor para el país, ignorando la democracia, la misma utilizada para obtener el poder después de tanto y tanto batallar con las fuerzas más recalcitrantes, obscuras, corruptas de los últimos treinta y seis años, parecieran emular como copia las mismas actitudes. La Presidencia de la República está en manos de una izquierda renuente a dar el paso a la consolidación de la democracia participativa fuera de lo electoral, provocando descontento generalizado, sobre todo, la clase media quien los llevo en definitiva al poder, pero esto no quiere decir que el despertar de muchas conciencias, en algunas cosas tengan la razón.
Eliminar privilegios arcaicos de apoyar en demasía a grupos económicos y particulares, quitar las dispensas de no pagar miles de millones de pesos de impuestos, programas sociales que iban a dar a los bolsillos de los políticos, cada seis años aparecen nuevos millonarios, fomentar el periodismo libre y no a modo, en resumen los grupos económicos de la comunicación, se unieron a la gran andanada de envenenar a la sociedad de infundios, deseos de muerte, golpes de estado, romper con el federalismo para dividir al territorio mexicano. Todos esto ocurre mientras el país como en todo el mundo sufre la peor pandemia de la historia contemporánea, hasta hoy más de 4.3 millones de contagiados, 300 mil muertos, el enemigo hoy es el coronavirus, covid 19 o SARS-CoV -2, como se le quiera llamar, es un solo enemigo, y quien lleva la coordinación de salud para contrarrestar el mal, es el gobierno federal, y entre ellos un hombre destacado el subsecretario López Gatell, quien desde comienzos de año se dio a la lucha para enfrentar la enfermedad, su logro más asertivo ha sido la concentración de todos los involucrados en el país , y esto no quiere decir que no existan controversias y enconos, pero los resultados están a la vista, la información continua con transparencia y sobretodo bastante prudencia, han logrado un significativo avance en materia de salud, aún cuando parezca fuera de lugar, es un ensayo democrático de mucho éxito.
Desafortunadamente las descalificaciones llevan a generar odio; la polarización ha politizado la desgracia, se renuncia a la política como vinculo de debate objetivo y de unidad ante la muerte, al tratar de irrumpir en el gobierno de AMLO, en realidad irrumpen la paz pública, desmoronan la esperanza, con tal de ganar votos en las aún muy lejanas elecciones ¿cuáles serán los resultados de la batalla ante la sociedad? Sin duda habrá vencedores y vencidos, uno el Doctor Gatell, dos la sociedad y tres los servidores de la salud, los perdedores, serán aquellos promotores del Apocalipsis, los políticos que dejaron ver su bajo nivel intelectual y ético arengando a medios de comunicación ha promocionar desatender las recomendaciones de salud y la cicatería encomendada de algunos comunicadores, sobre todo nacionales, a descalificar sin fundamentos aquello logrado en la guerra contra el Covid 19.
Si fueran tiempos del moche seguramente los muertos serían dos, el presidente y su vecino, así de sórdidos.
Un tema a parte, el Gobierno del Estado plante a la posibilidad de endeudar al estado por 700 millones de pesos, el argumento, apuntalar los servicios de salud y apoyo a empresas (sociales) se entiende Mi PYMES, si en verdad así ocurriera ¿Dónde quedo el estado número uno en servicios de salud? Es obvio que la pandemia rebaso a todos, entonces el dinero deberá estar absolutamente etiquetado, plasmado oportunamente, a quienes, cuando y cuanto recibirán, es decir, etiquetados hasta morir (hasta hoy no tienen muy precisos en donde se aplicaran los recurso). Cuando la empresa Ford paga sus multa, 400 millones fueron para cubrir el desfalco del Cobach, el distribuidor Juárez y sabe dios a donde más por ello la desconfianza.
El presupuesto anual aprobado al Ejecutivo del Estado para ejercer 2020 es poco más de 51 mil millones de pesos, en el primer trimestre han ejercido 11.8 mil millones, por ejercer serian 39 mil millones, entonces se entendería que cubren obras en proceso y por construir, como periférico oriente, el puente Rio Españita y carretera 57, ampliación puente Pemex sobre Salvador Nava, y ya preocupándose a ultima ahora se tendrá dinero para la famosa Vía Alterna a la zona industrial; entonces y es pregunta ¿Por qué le exigen los aliados panistas del gobernador Carreras, al presidente López Obrador suspenda el Tren Maya, el aeropuerto, la refinería Dos Bocas, cuando aquí se pretende endeudar sin suspender obras? Nos gustaría escuchar a funcionarios estatales que son muy activos en redes sociales su opinión al respecto como críticos del presidente y de paso su opinión muy acertada sobre la deuda de 6000 millones de dólares adquirida por la federación que tanto criticaron.
El terreno de Ford su valor oscila en mil millones de pesos, si se adquiriera la deuda, del ejecutivo estatal, esperaremos no cometan el error, casi siempre involuntario ¡claro!, de rematarlo en 300 millones a la desesperada, para pagar el empréstito, cuando el rio suena…ya le aconsejaron.
Porque no ahora que la Sedeco se desgarra las vestiduras por las PYMES, pensar en construir pequeñas naves y conformar un parque mipyme, darle la vuelta a la política de incentivar a empresas grandes pero mal pagadoras de sueldos, así se generaría cadenas productivas internas potosinas para la proveeduría automotriz, como ejemplo, además con la ventaja de la cercanía y con el plus podrán ser supervisadas en su control de calidad, por las preferidas del secretario, BMW Y GM.
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#4 Tiempos
La incansable divulgadora del conocimiento, Ikram Antaki | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Hace cincuenta años llegaba a México una siria recién graduada de doctora en etnología en la Universidad de París VII, y fincaría su actividad profesional en este país nacionalizándose mexicana y realizando diversas actividades relacionadas con su área de interés convirtiéndose en una de las intelectuales mexicanas más importantes de la segunda mitad del siglo XX en México; Ikram Antaki que había nacido en Damasco en 1947 en el seno de una familia de juristas y humanistas.
Su madre estudió la literatura rusa del siglo XIX y su abuelo que fuera el último gobernador de Antioquía, salvó a miles de armenios del exterminio en 1915, durante el asedio otomano. En 1969 viajó a Europa y siguiendo la vena familiar estudiaría literatura comparada, antropología social y el doctorado en etnología del mundo árabe.
En 1975 abandonó Francia para venir a México; Antaki narra su decisión que tomó abriendo un compás sobre el mapamundi y, siguiendo una línea horizontal imaginaría paralela al Ecuador, determinó que México era el país más lejano a Siria, “era el fin del mundo” un lugar que ella quería conocer. Al poco tiempo nacería su hijo y formaba así una familia mexicana e iniciaba su intenso trabajo intelectual.
Ikram se dedicaría a la docencia, el ensayo, el periodismo y la radio, convirtiéndose en una de las más importantes divulgadoras del conocimiento, encajando de manera natural en la vieja tradición mexicana en divulgación de la ciencia, donde caben de manera conjunta todas las disciplinas y que inciden en el ámbito cultural.
Escribió alrededor de veintinueve libros y agradecía a sus lectores “el deseo de saber”. Libros que proyectó su creación desde los ocho años y que guiarían sus intensas lecturas de obras literarias y de ensayo. Dejó en borrador muchos otros escritos de sus ambiciosos proyectos de divulgación.
Ikram Antaki, se definía a si misma: “Ahora me proclamo, de manera un poco simple, conservadora, aunque de hecho no es exactamente así; en la práctica sigo la frase de Averroes: ‘sean renovadores en todo lo que se refiere a la ciencia y el pensamiento, sean conservadores en lo que se refiere a los asuntos de los hombres’”.
Al morir en la Ciudad de México en el año 2000, Ikram Antaki estaba completamente dedicada a cumplir con la meta más ambiciosa de su vida: “He descubierto, en este país, que soy un ‘buen maestro’, no solo ‘un buen escritor’, alguien que sabe algunas cosas y que no las quiere guardar, sino compartir”.
Además de la escritura, a la que considera resguardadora de la memoria ante la memoria de la información mediática que es frágil, tuvo un importante papel en medios audiovisuales colaborando en los canales oficiales, once y trece , y en numerosos programas de radio y conduciendo los propios, como fueron los célebres: el Banquete de Platón y el Ágora.
Los interesados en adentrarse al mundo de la divulgación científica, sobre todo cuando no existen instituciones formadoras para ello, pueden recurrir a las obras de Ikram Antaki y aleccionarse con sus narrativas llenas de información y basadas en el pensamiento crítico, como trabajos de síntesis del pensamiento y que traspasan los campos de la especialidad uniendo de manera natural la ciencia y el humanismo y su responsabilidad con la sociedad.
Su programa El Banquete de Platón, ha sido base de varios de sus escritos donde recoge lo tratado en el programa. En especial el libro, mas que recomendado, que lleva como título, simplemente: Ciencia, editado por Penguin en su colección De Bolsillo, no puede faltar en la lectura de quienes se interesan por el pensamiento y conocimiento desarrollado a lo largo de la historia de la humanidad.
Escrito en forma rigurosa y fácilmente asimilable, ayuda al lector a tener una idea rápida y actualizada de la naturaleza humana, el origen de las lenguas, las razas, el racismo, la inteligencia, la genética, el principio del universo, el tiempo, el cerebro y la descorazonada aventura de la modernidad científica que venció el oscurantismo.
Como le decía Ikram Antaki: “El merito de su parte (refiriéndose al lector), está en el hermoso y agradecible deseo de saber. El mérito, de mi parte, está, en la tentativa de síntesis”.
Recordamos así a una extraordinaria mujer que tomó a México como su casa y que contribuyó a la educación del pueblo con base en la divulgación y educación no formal, a través de sus libros y programas audiovisuales, convirtiéndose en una importante divulgadora del conocimiento en México.
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#4 Tiempos
Buscad el alfiler | Columna de Juan Jesús Priego Rivera
LETRAS minúsculas
-¡Qué hombre tan amargado! –exclamó una vez una dama de cierta edad señalando con el dedo, desde la distancia, a un compañero al que yo estimaba mucho-. ¿Qué traumas habrá sufrido en su infancia para haber perdido de tal manera el gusto por vivir?
¡Los traumas de la infancia! Sí, he oído hablar de ellos, pero no me convencen ni mucho ni poco. ¿Por qué debemos ir hasta la infancia de un hombre para explicarnos su mal humor de hoy? ¿Y si la infancia, por lo menos en el caso de este conocido mío, no tuviera nada que ver? ¡Ir tan lejos cuando la causa podría estar tan cerca!
Pero yo conocía la razón de ese permanente mal humor, de esa amargura: este amigo sufría a causa de su jefe, un déspota que trataba a sus subordinados como le daba la gana. ¡Ya sólo faltaba que les exigiera a todos bolearle los zapatos! Además, el ambiente de trabajo era, en aquella oficina, atroz y deprimente: allí todos envidiaban a todos y se ponían zancadillas los unos a los otros por el puro placer de ver cómo caían de la gracia de su superior, para observar cómo se despeñaban y se rompían la cabeza. Cada día de trabajo transcurría casi siempre entre gritos, susurros y rumores, y, por lo que he podido saber, nadie estaba seguro –ni lo está todavía hoy- de que mañana seguiría conservando el puesto que ocupaba apenas el mes pasado. Ahora bien, ¿quién no va a amargarse en un ambiente rancio como éste?
Yo conocía pormenorizadamente esta triste historia. Por eso me reí en silencio de las suposiciones de aquella señora que, por haber tomado un curso relámpago de psicología, ahora me hablaba de traumas infantiles y actos fallidos.
Sí, los humanos somos muy propensos a generalizar y elaborar hondas teorías que se vienen abajo justo en el momento en que comprendemos que las cosas no eran como pensábamos. De esta manía elucubradora se burló Alain (1868-1951), el filósofo francés, al escribir así en uno de sus Propos sur le bonheur: «Cuando un bebé llora sin consuelo, la nodriza suele hacer las más ingeniosas suposiciones respecto a este joven carácter y a lo que le gusta o le disgusta; invocando incluso a la herencia, ya reconoce al padre en el hijo. Estos ensayos de psicología se prolongan hasta el momento en que la nodriza descubre el alfiler, causa efectiva y real del llanto».
¡Ah, era eso! ¡Había un alfiler entre los pañales! Y pensar que la nodriza ya empezaba a sospechar ciertas cosas…
El hombre, según se ha dicho aquí y allá, es un filósofo que se ignora a sí mismo. Yo de esto nada sé. Lo que sí sé, en cambio, es que muchas veces, en lugar de buscar el alfiler, se pone a concebir graves y hondas teorías cuyo fundamento, para decirlo ya, es más que dudoso.
Una vez se quejaba conmigo un dentista diciéndome:
-¿Por qué la gente ya casi no me busca para arreglarse los dientes? Las nuevas generaciones son muy descuidadas. ¡En qué tiempos tan tristes nos han tocado vivir!, etcétera.
Pero no; por lo menos aquí no se trataba de los tiempos: era que este dentista tenía fama de trabajar sin anestesia –para ahorrarse un dinerito-, y la verdad es que sus pacientes lo que menos querían en su consultorio era ponerse a practicar el estoicismo.
El 4 de julio de 1765, Georg Christoph Lichtenberg (1742-1799) estaba quitadísimo de la pena leyendo un libro al pie de una ventana cuando de pronto… Pero dejemos que sea él mismo quien nos cuente lo que le pasó aquella vez: «Leía, cuando, de pronto, la mano que sostenía el libro se movió imperceptiblemente y esto hizo que recibiera menos luz. Entonces pensé que una nube espesa debía estar pasando de frente al sol y todo me pareció más oscuro, por más que no había perdido nada de luz». Y concluye el pensador alemán: «Con frecuencia sacamos nuestras conclusiones de esta forma: buscamos en la lejanía causas que muchas veces están junto a nosotros». «¡Oh! –hubiese exclamado otro que no fuera él-. El cielo se está nublando. Acaso llueva toda la tarde. ¡Y maldita la gana que tengo de que llueva esta tarde!». Pero no, el cielo no se nublaba: era el ángulo de su cabeza lo que había variado, produciendo en la página del libro una sombra que en el cielo no existía.
Yo me entretenía recordando estas palabras mientras aquella señora se quejaba de mi amigo. ¿Y por qué había que ir tan lejos -¡nada menos que hasta los traumas infantiles!- para buscar las causas de su amargura, puesto que éstas estaban casi al alcance de la mano? ¡Era el ambiente en el que se movía el que lo sacaba de sus casillas y lo ponía de mal humor! De modo que, una vez aireado ese ambiente, ¡adiós traumas infantiles!
Además, convendría no olvidar la lección que las semillas nos imparten todos los días. ¿Qué lección? Ésta: que no es posible crecer y desarrollarse en cualquier terreno. Una semilla de arroz, por ejemplo, jamás crecerá en el desierto, ni una semilla de mostaza en el frío de la tundra. Cada semilla, para crecer, necesita estar, por decirlo así, en su ambiente.
«Hay que florecer donde Dios nos ha plantado», dice una frase que aceptamos sólo por el hecho de que Dios es un buen sembrador que no se equivoca nunca, aunque por lo demás bien podría ser cursi y hasta falsa. ¡Un grano de trigo, por más que quiera hacerlo, jamás dará nada de sí si es sembrada en los hielos polares!
Y bien, tal es lo que había sucedido con mi amigo: que sencillamente no estaba en su elemento. ¿Y cómo, entonces, iba a crecer y a desarrollarse? «La impaciencia de un hombre –vuelve a decir Alain- tiene a veces por causa el haber estado mucho tiempo de pie; en vez de razonar contra su mal humor, ofrecedle un asiento… No, no digáis nunca que los hombres son malos; no digáis jamás que tienen tal carácter. Buscad el alfiler».
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#4 Tiempos
¿Y si un día dicen que ya no hay abortos… porque los escondieron todos? | Columna de Ana G Silva
CORREDOR HUMANITARIO
Imaginemos que dentro de unos años, alguien desde el poder diga: “En San Luis Potosí ya ni se practican abortos, ¿para qué mantenerlo legal?” Esa frase, tan simplona como peligrosa, podría ser suficiente para justificar que se dé marcha atrás a un derecho conquistado a pulso. Y lo más grave es que, si revisamos los datos oficiales, el argumento ya estaría servido.
Porque según los Servicios de Salud del Estado, desde que se despenalizó el aborto hasta las 12 semanas de gestación, 132 mujeres han interrumpido su embarazo en San Luis Potosí. Pero —y aquí está la trampa— ninguna lo hizo por decisión propia. De acuerdo con las cifras, las 132 interrupciones fueron por motivos médicos. Cero voluntarias. Cero por libre elección.
Entonces, ¿qué nos están diciendo? ¿Que en todo un estado, con más de dos millones de mujeres, ni una sola decidió interrumpir su embarazo de forma voluntaria? ¿O que los hospitales y las instituciones están borrando esos datos, diluyéndolos entre diagnósticos clínicos para esconder una realidad incómoda?
Hace un año, San Luis Potosí celebraba lo que parecía un triunfo de la razón sobre el prejuicio: la despenalización del aborto. Hoy, ese avance empieza a parecerse a una mentira institucional. Porque si las cifras se maquillan, si la objeción de conciencia se convierte en excusa y si las mujeres siguen siendo rechazadas en hospitales, entonces el derecho a decidir se está convirtiendo en una simulación.
De los 107 puestos médicos en hospitales habilitados para practicar la ILE, uno de cada tres profesionales es objetor de conciencia. En Ciudad Valles, por ejemplo, 10 de 17 médicos y enfermeros se niegan a realizar el procedimiento. ¿Y qué pasa con las mujeres que viven en la Huasteca o en el Altiplano, donde no hay alternativas cercanas? ¿Qué pasa si una mujer llega al hospital de Valles, con doce semanas cumplidas, y le dicen que nadie puede atenderla porque todos son objetores ? Lo que pasa es que su derecho desaparece.
La colectiva ILE San Luis Potosí ha documentado estos casos, las negativas, la opacidad y la simulación. Han sido ellas —y muchas otras colectivas— quienes han tenido que acompañar a mujeres que, en teoría, ya no deberían estar suplicando por un derecho reconocido por la ley.
Y entonces hay que decirlo con claridad: un derecho que no se garantiza, es un derecho abolido en silencio. La resistencia institucional existe, y es tan sutil como efectiva: se disfraza de papeleo, de moral médica, de estadísticas convenientes. Pero su consecuencia es brutal: mujeres obligadas a continuar embarazos que no desean, porque el Estado decide mirar hacia otro lado.
San Luis Potosí tiene una ley que reconoce el derecho a decidir, pero no una estructura que lo haga realidad. Y si las autoridades siguen escondiendo las decisiones de las mujeres tras diagnósticos médicos, no solo están borrando datos: están borrando voces.
A un año de la despenalización, el aborto en San Luis Potosí sigue siendo un privilegio y no una garantía. Y si no se exige transparencia y acceso real, pronto podrían decirnos —con una sonrisa burocrática— que aquí ya nadie aborta. Y entonces, el silencio sería la excusa perfecta para volver atrás.
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