#4 Tiempos
La tristeza, la locura | Columna de Juan Jesús Priego
LETRAS minúsculas
Solo porque es catalana -como Mercé Rodoreda- he comenzado a leer esta tarde a Montserrat Roig (1946-1991).
Ya sé que decir esto no es hacer demasiado honor a Montserrat Roig, pero qué quiere usted, la vida es así. Uno empieza a leer los libros de ciertos autores por las razones más vulgares, entre las que se me ocurren las siguientes cuatro:
1) Porque cierto líder de opinión nos los recomendó vivamente (aunque no estoy muy seguro de que ésta sea una razón de peso, pues –la verdad hay que decirla- uno casi nunca lee los libros que los demás nos recomiendan);
2) o porque nos los encontramos en nuestra casa (sin saber cómo ni cuándo fueron a parar allí) y, a falta de otra cosa que hacer –o de dinero para comprar otros-, nos pusimos a leerlos;
3) o porque nos los prestaron y no pensamos devolverlos («Los libros, dijo alguien una vez, se escriben para venderlos, se compran para tenerlos y se prestan para perderlos»);
4) o, finalmente, porque los encontramos a un precio módico en una librería de usado y no quisimos desaprovechar la ocasión. (¡Los mejores libros que he leído en mi vida los he encontrado precisamente en las canastillas de ofertas! Pienso, por ejemplo, en Cuando silbo…, de Shusaku Endo, y en Alondra, de Deszô Kostolányi).
Es verdad que los que escriben y publican quisieran oír hablar de razones más misteriosas, elevadas y pronfundas, pero estoy seguro de que la elección de un autor en vez de otro se debe a motivos tan triviales como los recién citados. Ahora bien, que estos libros acaben gustándonos y elijamos después comprar otros del mismo autor, ya en condiciones -y a precios- normales, esa es otra historia.
Por lo que hace a mí, como digo, comencé a leer a Montserrat Roig (1946-1991) porque una de sus novelas se hallaba muy sola en una canastilla de saldos y además echaba de menos en aquel momento ese aire catalán y nostálgico que sólo Mercé Rodoreda sabe hacernos respirar.
Advierto inmediatamente que no he terminado de leer La voz melodiosa (la novela de la Roig), y que por tanto me es imposible decir nada acerca de ella, salvo que uno de sus párrafos iniciales me golpeó en lo más vivo, haciéndome cerrar el libro y coger la pluma. La frase de la que hablo es la siguiente: «Con el tiempo, el abuelo supo que la tristeza y la locura empiezan a hacerse compañía».
Esta simple frase hizo que casi me ahogara en un mar de preguntas. ¿Es la tristeza una forma de la locura? ¿O es la locura, más bien, una variante de la tristeza? En otras palabras: ¿nos volvemos tristes porque estamos locos, o enloquecemos porque estamos tristes?
Aunque hablo como inexperto, creo que hay un punto –un confín, una frontera que los psicólogos no han sabido aún delimitar- en el que la excesiva tristeza acaba en locura; que suceda lo contrario (que la locura se vuelva tristeza), me parece mucho menos probable. No obstante, es verdad: se quiera o no, llega un momento en la vida de las personas en el que «la tristeza y la locura empiezan a hacerse compañía», aunque no se sepa nunca a ciencia cierta cuál de las dos llegó primero, ni cuál llamó a la otra para morar juntas en el mismo corazón y en la misma cabeza.
Por si las dudas, hay que defenderse de la tristeza y ponerse a cultivar la alegría. La falta de alegría, en la situación presente, no es sólo una falta de amor a sí mismo, sino un auténtico pecado. En una novela de Sholem Asch (1880-1957), el escritor judío, hay un diálogo en el que se explica por qué es esto así. Moses Silverstein está hablando con un acongojado millonario al punto del infarto y le dice las siguientes –sabias, muy sabias- palabras:
«El mayor pecado que un hombre puede cometer contra Dios es el de caer en la tristeza y –que Dios no lo quiera- en la desesperación. Nos han dicho nuestros maestros que es más pecado pensar en el pecado que pecar. Es verdad que hay que arrepentirse y tomar la decisión de no volver a pecar; pero es preciso arrepentirse y olvidar todo el asunto. Porque, si se rinde uno a la melancolía, pierde la alegría de vivir. Y entonces no reconoce la bondad del Eterno, no se siente agradecido por la vida que Él le dio ni por la bondad de que Él le hace objeto todos los días. Se convierte en un Job, que maldijo el día en que nació, y se enoja con Dios por haberlo creado… Dios quiere que aparte su tristeza y se regocije en Su mundo y en Su creación, que se sienta alegre con la luz del sol, con las cosas que crecen, con los frutos del campo. Por eso nos ordenaron los rabinos que nos acordáramos de pronunciar una bendición cada vez que probamos una fruta o que participamos de alguna alegría. Nuestro goce de la vida es en sí mismo una bendición y un agradecimiento que enaltecen a Dios y a su obra».
¿Pecaste gravemente? Arrepiéntete, pide perdón y olvida el asunto. ¿Hay demasiadas cosas que te preocupan? Bien está que te preocupen, pero no demasiado. Déjalas en las manos de Dios y sigue adelante: ¿qué ganarás a fuerza de pensar en ellas? Y, por lo demás, ¿fue Dios quien te trajo a este mundo, o fuiste tú quien le pidió venir? Bien, si fue Él quien te trajo sin tu consentimiento –yo espero que realmente haya sido así, pues no veo otra forma de explicarme tu presencia en la tierra-, entonces no creo que en sus planes esté el dejarte solo.
«¡Alégrate!», dijo el ángel a María a modo de saludo. Y como yo no creo que el ángel sea un ingenuo, lo mejor es hacer lo que dijo a María -y, de paso, también a nosotros-.
Alégrate, porque la tristeza y la locura son dos buenas amigas que tarde o temprano acaban siempre por reunirse y hacerse compañía. ¡Ah, son tan solidarias entre ellas, tan íntimas, que nunca están dispuestas a dejarse solas!…
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#4 Tiempos
Centenario de Luis Miramontes, el químico que revolucionó a la humanidad | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash
EL CRONOPIO
Considerado como uno de los más importantes descubrimientos del siglo XX, la píldora anticonceptiva, fue el trabajo que llevó a Luis Ernesto Miramontes Cárdenas a ser uno de los tres químicos más importantes de México y uno de los más prolíficos en cuanto a patentes, pues al menos se le conocen cuarenta en diversos campos.
El pasado 16 de marzo estaría cumpliendo los cien años de edad; nació en Tepic el 16 de marzo de 1925 y falleció en la Ciudad de México el 13 de septiembre del 2004. Después de realizar sus estudios básicos en su ciudad natal, le fue otorgada una beca gracias a la cual pudo estudiar en la Escuela Nacional Preparatoria en la Ciudad de México, ingresaría a estudiar química en la Escuela Nacional de Ciencias Químicas de la UNAM de 1945 a 1949. Sus habilidades en la experimentación química, lo llevó a ser contratado en el Instituto de Química de la UNAM cuando estudiaba el tercer año de la carrera.
Sería contratado en la empresa Syntex, contando con 26 años, en esa empresa realizaría el descubrimiento más importante de su trayectoria: sintetizar la noretisterona, la base de la primera píldora anticonceptiva. A partir de ese descubrimiento, el doctor Gregory Pincus desarrolló la píldora anticonceptiva.
Por entonces trabajaba con Carl Djerassi que dirigía su tesis, donde logró sintetizar la sustancia que se convertiría en la base del primer anticonceptivo oral para mujeres el 15 de octubre de 1951.
El trabajo de Luis Miramontes fue de trascendencia, tanto en el ámbito académico como en el de investigación y de desarrollo tecnológico; sus trabajos abarcaron numerosas ramas científicas, desde la química orgánica a la petroquímica, pasando por la química farmacéutica o la de contaminantes. Sin embargo, no fue reconocido en su justo nivel en el país, sus logros pasarían desapercibidos para el ciudadano común, a diferencia del ámbito extranjero donde su trabajo fue reconocido.
El científico se convirtió en el único mexicano en el Salón de la Fama de los Inventores en los Estados Unidos. Igualmente, su invento fue nombrado uno de los veinte más importantes de la historia por una encuesta realizada por el británico Engineering and Technology Board (ETB) del Reino Unido. El Departamento de Patentes de los Estados Unidos también reconoció el invento y lo incluyó entre los 40 más importantes de los últimos dos siglos. Como resultado, Miramontes fue reconocido como uno de los tres químicos de México más importantes y con mayor influencia en todo el mundo.
Su hijo el Dr. Pedro Miramontes que ha realizado estancias en la Facultad de Ciencias de la UASLP, ha impartido varios cursos de licenciatura y posgrado y dictado pláticas de divulgación de la ciencia sin faltar la difusión del trabajo de su padre. En particular participó en el programa La Ciencia en el Bar, donde habló Del ADN a la Pastilla Anticonceptiva, donde compartió material de su padre que tiene un alto valor histórico, la charla, que recomendamos su consulta, puede consultarse en esta dirección de YouTube.
Luis Miramontes al igual que su hijo Pedro Miramontes han colaborado con la Universidad Autónoma de San Luis Potosí realizando trabajo académico. Luis Miramontes participó en el programa de los Cursos de Invierno que organizaba la Academia Potosina de Ciencias y Artes y la Universidad Autónoma de San Luis Potosí en la década de los cincuenta. Dictó el curso de química orgánica y físico-química orgánica sobre hormonas sexuales y síntesis de cortisona en el mes de febrero de 1955.
Pedro Miramontes recordó el centenario de su padre: Hoy hubiera cumplido cien años Luis Miramontes Cárdenas, mi padre. En 1951, siendo estudiante de doctorado en la UNAM, sintetizo la Noretisterona, compuesto que fue la base del primer anticonceptivo oral, facilitando que las mujeres fueran dueñas de su vida reproductiva.
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#4 Tiempos
Plan A y Plan B de Ricardo Gallardo | Columna de Jorge Saldaña
Tercera Llamada
Ricardo Gallardo y Claudia Sheinbaum están charlando sobre el futuro. Se mandan mensajes respecto al 2027 y más allá. La conversación es, a veces en persona, las menos. Con mensajes de ida y vuelta, con recados dejados entre líneas, las más.
El último telegrama enviado de San Luis a Palacio Nacional fue entregado éste sábado pasado a través de un sólido y tumultuoso evento con fines de afiliación que sirvió de sobre para el mensaje guardado en su subtexto.
Palabras más, palabras menos, el mensaje para el ojo y oído educado fue:
“Señora presidenta, el Verde no le pide la luna, solo San Luis al que tenemos y que no estamos dispuestos a soltar”.
Todos los símbolos de la liturgia Gallardista fueron lucidos en el evento: El apoyo de la cúpula verde a través de Karen Castrejón. Y aunque no vino Manuel Velasco, se dice, estuvo pendiente a través de mensajes desde antes, durante y después del evento.
De los diputados federales no podía faltar ninguno, y no lo hicieron.
Mucho menos Juan Carlos Valladares, al que el gobernador trae muy de cerca en últimas fechas, al grado de soltar, entre broma y broma, que a Juan Carlos “ya hay que empezarle hacer la campaña”.
La anécdota ocurrió a la salida de la presentación del Plan Municipal de Desarrollo de Soledad de Graciano Sánchez, cuando el gobernador tomó el volante de su vehículo y le pidió al diputado Valladares acompañarlo.
Todos son mensajes. Todo dice y todo significa.
De regreso al evento y a los simbolismos desplegados, tampoco faltaron los dos senadores, presidentes municipales, diputados locales, gabinete, y por supuesto el grueso de sus simpatizantes de la zona metropolitana que ahí acudieron para cumplir con su parte esencial: ser capturados en fotografías panorámicas en un recinto que se llenó a reventar.
Esa foto fue la que había que mandar y circular como la punta más verde y más alta del pino, esa en la que todos con playera color pasto primaveral dijera: somos la fuerza política número uno del estado. La única con la demostrada capacidad de convocatoria y movilización. Y sí lo son.
Las selfies, los abrazos y las porras fueron a la crónica local, mientras que el mensaje político fue enviado al Zócalo de la capital de la República, con firma del remitente y en espera de respuesta. Así va la charla.
Por si hubiera dudas, el momento clave del discurso del militante número uno del partido del tucán, fue su decreto como lanzado al universo y a su interlocutora a distancia:
“Ganaremos 2027, 2030, 2033 y más”.
Así de claras las cosas, ni hay necesidad de encriptación de mensajes,. Y en la federación, al menos a la oficina de gobernación, donde despacha Rosa Icela Rodríguez, seguro que llegó el recado y se firmó de recibido.
Un evento así, en tierras de la segunda de abordo del barco México, no pasa desapercibido, asunto que también pesa, simboliza y genera cuestionamientos:
¿Le vas a entrar, Rosa Icela? ¿Dónde está Morena y su afiliación en San Luis? ¿Se nota la diferencia entre la visita de Andy y Luisa María en San Luis (que vinieron a prácticamente nada) y ni siquiera se sentaron con la dirigente estatal, Rita Ozalia?
Seguramente hay muchos más de los que se le ocurren a este aprendiz de reportero. Pero desde esa perspectiva, la de la odiosa comparación, el evento del sábado en el Centro de Convenciones también puede ser interpretado como una afrenta, una provocación a Morena, de quienes el Verde es aliado allá en San Lázaro y en Reforma con Insurgentes.
La disyuntiva es si Ricardo Gallardo jugará por la libre, es decir, si se siente lo suficientemente confiado con su estructura partidista como la mostró de fortalecida como para ir solo, o será disciplinado a lo que se geste, de aquí a dos años en la Ciudad de México y en la oficina de la presidenta Sheinbaum.
Ambos escenarios son posibles, y de ellos dependen las decisiones que se tomen respecto de quienes serán los candidatos; los protagonistas del 2027 para empezar. Sobre todo en la capital, Soledad, Pozos y Villa de Reyes, (la “herradura dorada”) con la que, con un poco más, basta para tener números competitivos a la gubernatura.
Esas decisiones no están tomadas. Se están tomando y pueden cambiar todos los días, y por lo que parece, el escenario A y el escenario B está contemplado por el aparato político del gobernador.
Es así que se explica su doble operación, enfilando esfuerzos de su esposa, la senadora Ruth González, en la capital, lo mismo que en el interior del estado. Y al mismo tiempo, estar “preparando” y teniendo de cerca a otro posible candidato emergente, como lo pudiera ser para la capital, Juan Carlos Valladares.
Si fuera un juego de turista, el gobernador tiene dos fichas en el tablero, una en casa y una cerca, y cada que juega lanza dos veces los dados.
Sin ningún impedimento legal, el plan de casa puede ejecutarse para el estado o para la capital, pero no hay nada mejor que en una u otra posición, se acompañe a la candidatura con otro protagonista igual de sólido que sume al proyecto.
Las señales, Culto Público, las señales por lo menos hasta este punto, no dan dirección para sospechar que exista un tercer “bateador emergente” en la figura de Ricardo Gallardo Juárez, quien se ha mantenido de bajo perfil y cumpliendo con sus labores legislativas -no políticas- desde San Lázaro. Su operador de tierra, Gilberto Hernández Villafuerte, hace lo propio desde el Senado y están atentos al paso del calendario. Para el plan A o plan B de Ricardo Gallardo Cardona estarán preparados.
¿Esta siendo demasiado lanzado el gobernante potosino, adelantándose a los tiempos electorales enviando este tipo de mensajes de fuerza? Nadie lo sabe y solo el futuro nos dará respuesta.
Mientras tanto en lo local, y en lo que se resuelven las dudas, las zancadas para adelantarse en el maratón electoral están a la vista en la ejecución de eventos y en las estrategias a las que pone atención el oído de Ricardo.
Mucho se habla de un grupo de foráneos y foráneas consentidos, que hay que decir, le han dado buenos resultados, al grado que se han convertido muy rápido en el primer círculo del jefe del ejecutivo estatal.
Una de las primeras ideas sugeridas, ya sea por este grupo o por otros asesores a los que se presta atención, según se supo, fue la de emprender una “operación erosión” en contra del alcalde de la capital, Enrique Galindo, único contrincante a la vista rumbo a la gubernatura que viene más acelerada que un conejo en cuento de Lewis Caroll.
Las cartas están leídas, los mensajes enviados y sigue la conversación. Esto apenas empieza.
Jorge Saldaña
BEMOLES
QEPD
Desde aquí envío un fuerte y solidario abrazo a mi amiga y colega, María Luisa Paulín Hernández por la irreparable pérdida de su señora madre, la señora Magdalena Hernández. Deseo a su familia y amigos pronta y cristiana resignación. Animo amiga.
NI ADIOS DIJO
Ayer por la tarde de pronto se “regó” la versión de la salida de Jose Luis Ruiz Contreras de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado. No hubo anuncio oficial ni declaración o postura que sostuviera la salida. Sin embargo la versión es real, y al interior de la dependencia se pudo confirmar que en su lugar se queda Jesús Juárez en su lugar. Más que los cambios, que ya se esperaban mas temprano que tarde, llama la atención las formas en que un secretario de primer nivel se entera de su renuncia o salida a través de versiones regadas. ¿A quién le soltaron la primicia? Seguramente hoy se tendrá une explicación.
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#4 Tiempos
Los restos: el caso Teuchitlán | Columna de Jorge Saldaña
Los desaparecidos ya no lo son. Son restos.
Murieron desde el primer día en que se fueron, aunque la fecha en que fueron dejando su par de tenis haya sido otra cualquiera.
Se restaron, de sus casas. Los restaron de la vida. Hoy los contamos, pero no entre nosotros.
Sus restos son los que dejaron allá en casa, en forma recuerdos aquilatados, de abrazos de sus padres, hijos, esposas, maridos, parejas.
Los más afortunados pudieron, seguramente con dificultad, escribir una despedida apurada por el filo de la muerte en una hoja de papel que lo mismo fue despedida, testamento y epitafio.
Eso, los que tuvieron la oportunidad. Los demás se convirtieron en mochilas y tenis. Se convirtieron en alguna prenda desgarrada, igual que el país, al enterarse, igual que las almas de quienes los buscaron hasta encontrarlos. Son guerreros.
Qué irónico que se diga como algo común que a sus familias les genera paz y alivio el saber “dónde quedaron” las víctimas de una guerra que hiere no solo en lo íntimo de sus familias, sino a miles de kilómetros en derredor.
Claro, siempre será mejor haber descubierto el hallazgo que vivir en la incertidumbre día y noche sin saber nada en absoluto de un ser querido, pero de eso al alivio y a la paz, hay mucha distancia.
Al pesar de las familias, hay que añadir el agravio social, “la congoja” generalizada, esa que desde el 5 de marzo fue permeando, poco a poco, en el imaginario del mundo.
Una vez más, México con la noticia salvaje en los diarios del planeta. Comparativas con el holocausto en las redes de todo el globo.
Allá, en el lugar de los hechos, la zozobra y el silencio cobijados en la excusa de la lejanía del sitio, y de las ganas de mejor no preguntar lo que ocurría. Esa ignorancia a conveniencia que genera sordera y ceguera de los avecindados del área.
Para tener idea de lo profundo de la “herida abierta”, como la ha llamado el presidente del senado, Gerardo Fernández Noroña, basta leer la crónica de Pablo Ferri, reportero del diario El País, de España, quien hizo de las primeras notas al respecto.
Sus textos dieron la vuelta al mundo, y en ellos resalta un dato desconcertante, y es que las autoridades fueron al sitio en septiembre pasado tras la detención de 10 personas y el rescate de dos, sin que encontraran nada de todo lo que hoy se conoce.
¿Además de la sordera y la ceguera local, enmudecieron las autoridades?
Tuvo que ser un colectivo, en su mayoría conformado por mujeres, madres de familia, quienes en un autobús rentado acudieron el 5 de marzo al sitio que encontraron abierto de par en par y plagado de indicios.
Relata el diario Ibérico :
“El mismo horror de la situación, la aparición de tantos trozos de hueso, su hallazgo en hoyos en la tierra, espacios que recuerdan a los que se usan para guisar carne en pueblos de todo el país; las posibilidades que sugiere tal hallazgo, que quemaran ahí a la gente, que los deshicieran. Luego está la ropa, la cantidad de ropa hallada, las fotos de cientos de zapatillas, que muchos han comparado con campos de concentración. Después figura la intuición de las buscadoras, según la cual aquel espacio sirvió además de centro de entrenamiento para reclutas, forzados o no”.
Eso de reclutas, y el forzados, o no, corrobora lo relatado por un testigo que logró -no se sabe como- huir del lugar y de la muerte.
El testimonial incluye palabras como tortura, maltrato, esclavitud y el relato de peleas forzadas, combates a muerte en los que los derrotados terminaban en un hoyo en el que, se presume, se les prendía fuego. Era vivir y morir en el infierno.
¿Quisieron las víctimas, cualquier número final que resulte de las investigaciones, involucrarse en el crimen organizado?
Lamentablemente los estudios y los resultados de investigaciones de la mayoría de los casos arrojan una respuesta positiva.
Y es que los cárteles, enganchan, atraen con falsas promesas a los que primero son voluntarios esperanzados para luego convertirse en esclavos, en sicarios a sueldo, en carne de cañón o solamente en restos.
Las historías de los “por qué” individuales se sigue repitiendo miles de veces, es una ruta en la que se sigue a un espejismo para entrar en arenas pantanosas y movedizas.
La nación, otra vez, se está empapando poco a poco sobre el caso. Esta vez no fue un estallido dramático como en el caso de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa en Guerrero (del que aún con el paso de los años, no se acepta la “verdad histórica”) No, esta vez la narrativa se está contando en capítulos, es un StoryTelling de terror.
La situación obligó a un cambio en la agenda de la presidenta, Claudia Sheinbaum; que pasó de tener una oposición extranjera al tenor de las amenazas libradas sobre los aranceles a México, a tener un frente abierto, otra oposición más delicada, la del malestar interno dado a dosis con las revelaciones de Teuchitlán y que van brotando todos los días.
Son de casa los agraviados por el sobresalto y es el peor momento para tener manifestantes en las calles, por eso se contuvo la discusión de la Ley del ISSSTE. En momentos como este, no hay lugar para un malestar colectivo en las calles.
Específicamente sobre el asunto, la postura presidencial ha sido la de encarar la situación, sin restar ni minimizar, se ha llamado a investigar todos los indicios y las pruebas con rigor científico, no ocultar nada y encontrar la verdad. Así lo ha afirmado la jefa del ejecutivo desde sus Conferencias del Pueblo, un tema recurrente e inacabado por la prensa nacional y extranjera.
Al mismo tiempo, la presidenta señaló a la fiscalía local de Jalisco por no reportar hallazgos en el lugar que se supone investigó desde hace 7 meses. En contraste, al grupo Guerreros Buscadores junto a madres de familias, les bastó una sola visita para dar cuenta, que ese rancho guarda aún muchos más secretos, quizás más restos (algunos reducidos a meñiques y huesos tan pequeños que difícilmente podrán dar muestras de ADN) y una historia que no ha acabado de contarse.
Casos como este, obligan a repasar las cifras: 115 mil desaparecidos y desaparecidas en México. De esos, 15 mil en el estado de Jalisco.
La mezquina oportunidad generada en el centro del agravio público y que ha venido de menos a más generalizándose, también representa una crisis para el actual gobierno como para el que le precedió, por lo que no es de extrañarse que intereses tanto foráneos, pero mucho más locales, estén -en la era de la infocracia y la validación inmediata- operando una campaña virtual (con millones de pesos detrás como también lo denunció la primer mandataria) no para exigir justicia, sino para desestabilizar al país, para manipular a la opinión pública y entregarla al miedo con todo lo que eso conlleva.
El país no se merece tenis sin dueño, ni madres sin hijos, ni autoridades sin competencia, ni verdades a medias, ni oportunistas de una desgracia.
Tampoco se puede juzgar sin tener memoria. Hay que reconocer que la atmósfera idónea para lo que haya ocurrido en Teuchitlán no se creó en 5 meses ni en 6 años. Hay que desenterrar los restos de un pasado desalmado y un presente doloroso y violento.
Urge que no mueran mexicanos y mexicanas el mismo día que abandonen su casa. Urge disipar el espejismo que lleva al pantano a miles de jóvenes mexicanos. Urgen menos tenis vacíos y mochilas que hacen la vez de reconocimiento del cuerpo de un ser querido. Sobran restos de los que una vez tuvieron nombre.
En el contexto local hay que abrir bien por lo menos un ojo. Las cifras de hallazgos por las entidades buscadoras no son para tener tranquilo a nadie, y las contradicciones entre la autoridad estatal y la fiscalía no aportan a la serenidad colectiva; una asegurando que no hay fosas clandestinas, y la otra que no lo descarta insistiendo en que “sigue investigando”.
En México, una mamá todo lo encuentra, hasta tus restos.
Jorge Saldaña
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