octubre 10, 2025

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#4 Tiempos

La revolución de Venus | Columna de Óscar Esquivel

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Desafinando

 

Sin importar quiénes somos, qué pensamos, en dónde estamos, ciudad, país, continente, somos una raza de privilegio, o al menos, así parece. El supremo dios, el creador, la misma naturaleza nos dotó de inteligencia, el don más preciado que podríamos tener, el razonar, tener inventiva, pequeñas cosas que resultan en la moral. 

Por el don de la inteligencia tenemos un valor dentro de este mundo y en otro que se nos presentarán. Humano que tenga la razón perdida, olvidada, robada incluso, sin demora, caerá en la esclavitud de sí mismo y de los depredadores silenciosos, esperando la debilidad de aquel carente de inteligencia para formarlo como un sirviente al servicio del mal.

“La inteligencia es el ojo del alma, y si reflexionas, debes ver, que sin los ojos del alma, no se puede gobernar el mundo, y mucho menos gobernarte”, Abu Kasim Mausur (Firdusi).

Si abonamos a sembrar más inteligencia, seria únicamente con la educación, una desde el seno familiar, la otra en las aulas, pero no podemos educarnos entre la simulación de la calle, o las amistades a modo: dejemos de imitar al otro, esto hace enfermar la razón. Todo mundo tiene su propia razón, casi siempre doblegada a intereses personales o de grupos poderosos, incluyendo la manipulación mercadológica para adquirir lo banal, lo material como forma de estatus. La moda, por ejemplo, es creada por un inteligente que logra entrar a los oídos, a la vista, llegando en algún momento a obsesionarte con su mensaje casi fanático, aniquilando el raciocinio y robando la libertad de poder decir ¡no!.

La mujer abona al hombre un equilibrio espiritual, no aquel con sentimiento de amor, si no aquel por la pura existencia de raza, como cualquier ser vivo en la tierra acompaña al hombre en las grandes obras, incluso convertidas en estandarte y el hombre su seguidor.

En las circunstancias actuales, la lucha por los derechos de igualdad entre hombres y mujeres ha tocado un punto crítico por el hartazgo ante tanta humillación durante siglos, habrá algunos que dirán “ahora la mujer razona, gracias a las oportunidades que brindamos los hombres”. Ellas siempre han razonado, solo que frente a la ignorancia masculina, el puño cerrado es el arma más contundente para acallar la inteligencia femenina.

Es inconcebible ver las primeras planas de los periódicos una mano que sale entre la sábana que cubre un cadáver de una mujer, pudiera ser una niña, una joven, una madre, alguna estudiante, un pie sin zapato, enlodado, amalgamado con la tierra y la sangre de una inocente víctima. En ocasiones pasan desapercibas permanentemente, es decir, desaparecidas para siempre, otras esfumadas, perdidas, donde seguramente serán la carne de los ególatras fracasados, quienes las han robado para satisfacer sus falaz hombría, merecedores de no llamarse hombre, son las bestias de una nueva especie.

Hoy se presenta no un fenómeno, si no una nueva revolución femenina en todo el mundo. Aquí en México, la furia se desató la semana pasada en la Ciudad de México, las mujeres en masa salieron a protestar enérgicamente, tanto que el exceso las llevó a una polarización por los destrozos ocasionados en el Ángel de la Independencia, comercios, estaciones del metrobús, sin embargo, los motivos justifican los medios, aun estando de acuerdo en el método empleado por las feministas radicales, teniendo o no razón.

San Luis Potosí, convertido en un campo de persecución hacia las mujeres. 10 de cada 100 homicidios son contra ellas, de ese porcentaje, la mayoría son jóvenes en edad productiva o estudiantes

.  La saña con que se cometen los delitos son inauditos, que descorazonan a cualquiera que se presente como ser humano. Vivimos un capitulo apocalíptico en la historia del estado, no es echar culpas, de unos a otros, lo que sí se ve es la politización de la violencia de género: es una vergüenza. El silencio hipócrita cuando se está en el poder y cuando no, queriendo sacar raja política, en redes sociales, en medios de comunicación, no es una lucha política, que se entienda bien, es una lucha entre el bien y el mal, ambos nacidos desde los hogares o en la escuela.

La educación cívica, la ética, ausentes por años en las aulas, han permeado en el desarrollo del comportamiento social de la comunidad, en un malentendido de igualdad de género, el hombre con su cultura de siglos de machista se resisten a permitir en desenvolvimiento pleno de las mujeres, por miedo absurdo a ser rebasados, social, económica e intelectualmente. 

El materialismo, rampante de la obtención de bienes materiales, también permitió en esta lucha de géneros que la mujer sea vista como parte de un botín, se cree erróneamente entre que a mayor riqueza material tengamos, poseeremos a la mujer más bella, más inteligente.  

La radicalización es el inicio de las revoluciones, la sumisión, la vista baja, eso debe desaparecer: ¡se terminó! Si no somos capaces de permitirnos ser humildes y reconocer que la raza humana, al igual que cualquier criatura de la tierra, macho y hembra, femenino y masculino, tienen un función especifica en el universo, y convergen para la sobrevivencia, será en consecuencia y como resultado la igualdad plena para las mujeres y los hombres, no imponer la fuerza para externarnos como especie, porque así comenzara el éxodo hacia la desaparición de los humanos.

Karla, Mitzi, Olga, Amanda, Paloma, Verónica, María, Carmen, Alexandra, maestra, ingeniera, doctora, obreras, trabajadoras, estudiantes, todas con millones de nombres y diferentes  actividades, todas son iguales, todas con derechos, a ustedes nuestra admiración.

Mujeres: Los derechos adquiridos hay que hacerlos respetar, tu integridad moral y física es irrenunciable, gritas de dolor desesperado porque la impunidad destroza tus sentidos, la dignidad, la vida misma. 

Enójate, grita y destroza las ideas machistas, pero nunca sea tu rabia la que se manifieste contra otros. La violencia generada por la ira solo hará el camino más sinuoso para lograr el respeto absoluto a todos tus derechos.

Que los ruines coman su estiércol o hacer que lo coman, no sin antes caminar entre ellos con gallardía, aplomo, mostrándoles el poder de lo que eres capaz.

La fuerza de la dignidad hará la diferencia, sin que tus zapatos se salpiquen de su inmundicia.

Nos saludamos pronto.

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#4 Tiempos

Las dos mujeres de Truman. Palabras con cicuta

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Apuntes

Hay autores que escriben un solo amor con distintos nombres. Truman Capote lo hizo con los de Nancy Clutter y Holly Golightly: la muchacha asesinada y la mujer que huye. Dos rostros de la misma herida.

Nancy era todo lo que el mundo aprueba: pureza, promesa, familia. Una adolescente que hacía listas, organizaba fiestas y creía que el bien era una costumbre diaria. Holly, en cambio, era todo lo que el mundo juzga: libre, contradictoria, caprichosa, superviviente. Todo sinónimo de “libre y espontánea”.

Ambas están solas frente a una sociedad que las define, una desde la muerte y otra desde el deseo.

Yo creo que Capote estuvo enamorado de una mujer que fue las dos. Una que lo deslumbró por su bondad y lo desarmó por su caos. En Nancy encontró la integridad que él nunca tuvo; en Holly, la libertad que siempre le fue negada. Una mujer que cocinaba con delantal los domingos, pero que podía desaparecer una semana sin explicar por qué. La amaba por lo que lo salvaba y por lo que lo destruía.

En A sangre fría, Capote mira a Nancy como si aún pudiera rescatarla. La describe con ternura casi maternal, pero también con una envidia melancólica: ella no sabía lo que era la vergüenza ni el exceso. En Desayuno en Tiffany’s, en cambio, elige no salvar a Holly. La deja ir. Le permite el privilegio que Nancy nunca tuvo: seguir viva aunque nadie la entienda.

Quizá esa fue la forma en que Truman se reconcilió con su propia culpa. Escribir a la que murió como víctima y a la que se fue como promesa. Una purificada por la muerte, la otra condenada a vivir

. Entre ambas, Capote puso su propia alma: la de un niño que soñaba con el orden de Nancy y despertaba con el desorden de Holly.

No se puede amar a dos mujeres tan distintas sin romperse un poco. Pero Capote lo hizo. Amó la pureza que se deja matar y la libertad que se mata sola.

Y quizá, como tantos de nosotros, entendió demasiado tarde que una y otra eran la misma. Que la vida te puede matar por ser buena o por querer ser libre. Y que entre esas dos muertes —la literal y la simbólica— se esconde el precio de vivir como uno quiere.

Punto.

Y aquí estoy yo, leyendo a Truman y sintiendo que me contó la historia antes de que ocurriera. Porque yo también quise que Holly fuera Nancy: que se quedara, que colgara su vestido brillante y se sentara a esperar el desayuno. Pero ella eligió la noche, otro hombre, otra ciudad.

Yo sigo aquí, recogiendo los platos, preguntándome si alguna vez alguien puede amar a una mujer así sin terminar escribiendo sobre su ausencia.

Quizá eso somos los que escribimos: los que convertimos el abandono en literatura.
Los que seguimos hablando con las Holly que quisimos que fueran Nancy, aun sabiendo que la vida —como en Capote— siempre acaba a sangre fría.

Yo soy Jorge Saldaña.

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#4 Tiempos

Antonio Castro Leal, su papel por la autonomía universitaria | Columna de J.R. Martínez/Dr. Flash

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EL CRONOPIO

 

En los movimientos y propuestas por la autonomía universitaria en el país, son varios los potosinos que figuran como pioneros, algunos no muy mencionados en este proceso. Entre estas figuras encontramos a Valentín Gama y Cruz, Rafael Nieto Compeán, Manuel Nava Martínez y Antonio Castro Leal quien estaría involucrado en los dos más importantes movimientos por la autonomía universitaria, el caso potosino y el de la universidad nacional.

Antonio Castro leal, abogado de formación y literato por vocación nació en San Luis Potosí en la última década del siglo XIX, el 2 de abril de 1896 y como varios potosinos iría a la Ciudad de México a continuar sus estudios a principios del siglo XX, donde fincaría su formación intelectual en la Escuela Nacional Preparatoria adquiriendo una formación humanística que guiaría su vida profesional. Fue uno de los fundadores del proyecto conocido como Ateneo de la Juventud y la fundación de la Preparatoria Libre.

Ingresa a la Escuela Nacional de Jurisprudencia y cofundaría la Sociedad de Conferencias y Conciertos en 1916, a cuyos siete fundadores se les llamaría “los siete sabios”, junto a Vicente Lombardo Toledano, Manuel Gómez Morín, Teófilo Olea y Leyva, Jesús Moreno Baca, Alfonso Caso y Alberto Vázquez del Mercado. “Los siete sabios”, nombre que nació mas en tono de burla que de reconocimiento, se caracterizaban por ser un grupo lleno de inquietudes culturales y políticas, aficionados a la música, la literatura y cultura en general; jóvenes precoces de 19 y 20 años de edad que ya eran profesores universitarios.

El papel pionero de Valentín Gama, por la autonomía universitaria cuando asumió el rectorado de la entonces Universidad Nacional de México, ya lo hemos tratado en esta columna, pero por aquella época revolucionaria Antonio Castro Leal, figuraría entre los primeros mexicanos que impulsarían los proyectos de autonomía universitaria.

Su interés político se manifestaría en 1917, cuando con sus compañeros universitarios que integraban “los siete sabios” extendieron al Congreso de la Unión la primera solicitud de autonomía universitaria, como protesta ante la Constitución de ese año, que suprimía a la Secretaría de Educación Pública creando a cambio un Departamento Universitario que el Senado integró a la Secretaría de Gobernación; determinación que molestó a estudiantes y profesores y como parte de la protesta, Castro Leal y sus amigos de los siete sabios enviaban la solicitud de autonomía universitaria al Congreso de la Unión, de la cual nunca hubo respuesta.

Años después, Antonio Castro Leal, sería rector de la Universidad Nacional de México, siendo el segundo potosino en ocupar ese puesto y durante su rectorado se conseguiría como un gran triunfo histórico la autonomía universitaria transformándose la Universidad Nacional en Universidad Nacional Autónoma de México.

Por ese entonces la autonomía de la universidad potosina, que se considera la primera a nivel nacional en haber obtenido ese carácter con la iniciativa de Rafael Nieto, le había sido retirada y la recuperaría en parcialmente en 1935 siendo gobernador Idelfonso Turrubiartes. La completa autonomía y formación estructural académica de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la lograría el Dr. Manuel Nava con el apoyo del gobernador Ismael Salas en la década de los cincuenta del siglo XX, como apuntamos en la entrega anterior de esta columna. En este movimiento académico en San Luis, estaría participando de manera indirecta también Antonio Castro Leal como miembro de la Academia Potosina de Ciencias y Artes que impulsó el movimiento renovador de alta cultura que incidió en la moderna formación de la UASLP.

Antonio Castro Leal obtuvo los grados de licenciado y doctor en derecho por la UNAM y doctor en filosofía por la Universidad Georgetown en Washington, Estados Unidos. Durante algún tiempo se dedicó a la docencia como actividad principal dictando cátedra de literatura en la Escuela de Altos Estudios, en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, también impartió la cátedra de derecho internacional en la Escuela Nacional de Jurisprudencia.

Su papel en las instituciones educativas y culturales mexicanas fue muy importante teniendo un destacado papel protagónico, entre ellas la dirección del Instituto Nacional de Bellas Artes, entre muchas otras.

Su actividad literaria, otra de sus pasiones, la inicia en 1914 distinguiéndose como escritor, ensayista y crítico de las letras mexicanas. Escribió poesía usando el pseudónimo de “Miguel Potosí”. Castro Leal es uno de los muchos potosinos que escribieron su historia en el mundo de las letras y que figura como un protagonista por la autonomía universitaria en el país.

Antonio Castro Leal murió en la Ciudad de México el 7 de enero de 1981.

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#4 Tiempos

Siempre Autónoma… ¿o hasta la victoria siempre?

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APUNTES

 

Así “sin querer queriendo” me encontré una película que para mí es fabulosa: “13 días”. John Efe, era encantador… Fidel, un hombre que jamás se hincó ante el “imperio” mmmm… ¿De qué lado están ustedes? ¿“Team Fidel, que no se rinde pero tampoco se alinea”, o “Team John”?

La UASLP es como la Cuba de Fidel: No, ¿cómo cree presidente? Nosotros no tenemos nada en su contra, pero pues la hermana República de Rusia nos regaló unos misiles… ¿Qué haría usted?

Presidente… nuestra patria es autónoma, libre, independiente… no se meta, pero queremos el mismo derecho que usted a meternos en lo que nos dé la gana y golpearlo a contentillo… métase cuando a nosotros nos convenga… es nuestro derecho y hasta deber.

Presidente: vamos a lanzar nuestros misiles, pero no queremos hacerles daño… solo que usted nos hace daño y nos comportamos IGUAL que usted.

¿Autonomía? Claro. Que hermosa palabra. Caperucita pudo ser la más puta con el lobo, pero… fue decisión de ella (muy autónoma) señalar a quien ella consideró culpable… y mataron al lobo.

Deme una salida, presidente…

— Ok.

Eres a partir de hoy, autónomo. Pero bloqueado. Aceptas lo que te diga, pero dirás que no aceptaste. Hablo yo. No tú

… y te tienes que agachar, aunque tú tengas los misiles.

—Ganamos.

Hasta la próxima.

Yo soy Jorge Saldaña

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Opinión

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