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Ejido Matanzas: los restos de la crueldad en el Altiplano potosino
Las fosas encontradas en Moctezuma son la prueba del terror que la guerra contra el narco ha traído a todo México
Por: Marcela del Muro
“Yo era maquinista del tren y me tocaba pasar por aquí, por Estación Moctezuma. Los últimos años antes de retirarme (en el 2011), llegue a ver grandes humaredas por esta zona (aproximadamente en el 2010), los técnicos de la estación creían que quemaban basura”, recuerda don Memo, papá de Moisés Gámez Almanza, desaparecido junto a tres compañeros el 11 de octubre del 2009, en la colonia Jardines del Oriente, San Luis Potosí. Don Memo y algunos miembros del colectivo Voz y Dignidad por los Nuestros llevan más de un mes trabajando en este predio,ubicado en el área de uso común del ejido Matanzas en Moctezuma, San Luis Potosí.
Este lugar ha estado presente en el pensamiento de Don Memo desde hace mucho tiempo, pero la denuncia sobre este sitio se realizó unos años después y duró, aproximadamente, seis años guardada; fue hasta la creación de la Unidad Especializada de Personas Desaparecidas cuando se programó la prospectiva. La investigación indica que este punto fue utilizado, entre los años 2009 y 2011, como cocina y cementerio clandestino; por la forma de operación indica que fue obra del crimen organizado.
Este lugar desértico, polvoso y hostil, es también un sitio histórico: una noria de la época colonial corona el campo. De acuerdo con personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), es la primera ocasión, en todo el país, que acuden a valorar y asesorar a las autoridades, por la posibilidad de que dicha estructura contenga fragmento de restos óseos.
El pozo, ahora seco, se cree que fue utilizado hasta hace poco tiempo, pues en la fachada se encuentra un sello del censo de 1994. La tierra está tan suelta y la estructura tan frágil que se requiere apuntalar para prevenir posibles accidentes y se necesita de un espeleólogo -especialista de las formaciones geológicas- para su estudio; el viernes 9 de agosto, miembros de Protección Civil intentaron entrar al pozo e inspeccionar el área. Lamentablemente fue imposible, el interior está atestado de víboras de cascabel.
En Matanzas se han encontrado cientos de restos óseos calcinados, casquillos de distintos calibres, ropa, joyas, estructuras de lo que eran tambos de metal y tierra ennegrecida que aún huele a diesel. El paradójico nombre del ejido causa escalofríos. Begoña Garay, arquitecta restauradora del INAH, supone que este lugar en la antigüedad era utilizado como rastro, pero también pudo ser un potrero por los bebederos a lado de la noria, que ahora son macetas para cactus y maleza.
La primer semana de búsqueda, que inició el 24 de junio, invadió de esperanza y tristeza a las familias del colectivo. “Nos ponían la tierra en la criba y mejor íbamos sacando las piedritas y ramas porque todo lo demás eran dientes y huesitos, bien quemado, que todavía olían a gasolina” recuerda la señora Tere, mamá de Perla Guadalupe Padrón Castillo, desaparecida en Rioverde, San Luis Potosí, el 14 de junio del 2013.
Por ahora, se han marcado cuatro cuadrantes para exploración, de los cuales han terminado el primer cuadrante, donde se recabaron fragmentos humanos en trece fosas y se encuentran trabajando el segundo cuadrante donde han encontrado tres fosas. Se continúan encontrando puntos en la zona con indicios, huesos, que incrementará el número de cuadrantes y el tiempo que tardarán en recolectar todas la evidencias. Por la magnitud del hallazgo se solicitó apoyo de la Comisión Nacional de Búsqueda , quienes brindaron soporte forense, siendo la primera búsqueda en el estado donde se tiene apoyo directo de esta dependencia.
El cuarto cuadrante, hasta ahora, es la noria. No existe seguridad de que en el pozo se encuentren restos humanos, pero por los puntos explorados en los alrededores cabe la enorme posibilidad. Poder examinar este sitio requerirá presupuesto que ahora la Unidad Especializada de Personas Desaparecidas no tiene. La presidenta del colectivo Voz y Dignidad por los Nuestros, Edith Pérez, mamá de José Arturo y Alexis Domínguez Pérez, quienes desaparecieron en agosto de 2012 al volver de vacaciones, ha pedido el apoyo de distintas dependencias, federales y estatales, para poder explorar la noria con todas las medidas de seguridad que este requiere.
“Este lugar no fue escogido al azar, suponemos que para toda la destrucción y dolor que realizaron en este sitio, se requirió ayuda de las autoridades del pueblo. Preguntando a los pobladores del ejido recuerdan que entraban camiones llenos de negritos, nosotros creemos que eran migrantes”, comenta Edith, que también busca a su hermano Ignacio Pérez Rodríguez y sus sobrinos Aldo de Jesús Pérez Salazar y Milynali Piña Pérez, desaparecidos junto a sus hijos en la carretera que atraviesa Ciudad Mante, Tamaulipas.
El 5 de abril del 2010, año atroz donde comenzaban las desapariciones masivas de camiones por las carreteras de México, se esfumó en Salinas de Hidalgo, San Luis Potosí, un camión marca Dina proveniente de la Sierra Gorda de Querétaro, donde se transportaban 48 migrantes, originarios de Querétaro, Ciudad de México, Guanajuato y Michoacán. Del lugar donde fue visto por última vez el camión al ejido Matanzas son cien kilómetros de distancia. Edith lo ve como una posibilidad de hallazgo y respuesta a las familias de los migrantes desaparecidos.
En estos momentos, todo es especulación y no queda más que esperar la respuesta de las autoridades. Enrique Irazoque acudió como representante de la Comisión Nacional de Búsqueda, el 8 de agosto, al predio en Moctezuma, y mencionó que el trabajo actual es fortalecer el Sistema Nacional de Búsqueda, eliminando la burocracia, conjuntando y coordinando el trabajo regional y nacionalmente; además de buscar apertura al diálogo para manejar una misma estrategia, y de esta forma llegar a un mejor resultado en la búsqueda de personas.
La vida de cientos de familias potosinas ha cambiado radicalmente, pues, en medio de su tragedia, se han convertido en expertas forenses. En cada búsqueda es palpable una misma energía, todos trabajan por un mismo fin: encontrar y poder llevar a casa a su familiar desaparecido.
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La IA, periodismo, y la coartada perfecta. Apuntes de Jorge Saldaña.
““Vivimos bajo tormentas de datos que no construyen verdad sino ruido”. La información, desanclada de la confianza, se vuelve atmósfera. Y en atmósfera turbia, cualquiera puede gritar “fuego” y llamar a los bomberos, o “deepfake” y zafarse de la comisión de un delito”
Por: Jorge Saldaña
Hay épocas en las que la tecnología acelera más rápido que la ley en una carrera en pista sinuosa, de esas con curvas tan cerradas que hasta el volante tiembla.
Estamos ahí. La inteligencia artificial (IA) ya es capaz de imitar una voz al grado de confundir a tu mamá, de injertar un rostro en un cuerpo ajeno con precisión perfecta, de producir un “comunicado oficial” con sellos y sintaxis idénticos a los originales. Que peligroso.
No obstante, lo que de veras me quita el sueño (y eso que soy dormilón) no es solo lo que la IA puede fabricar, sino lo que su misma sombra puede desmentir, es decir, que lo verdadero sea tirado a la basura señalándolo a la ligera como “irreal”.
Dicho en pocas palabras: sí temo a la mentira hecha con IA, pero temo más que la IA se vuelva la coartada perfecta para negar la verdad. ¿Me explico?
Pienso en un audio que exhibe una extorsión, en una foto que capta a un político con un criminal, en un contrato auténtico que documenta un desvío.
Con la reforma aprobada en San Luis Potosí (con tan solo 10 días de análisis) que tipifica el “uso indebido” de IA para provocar alarma, alterar la paz social, o dañar la imagen de un tercero, creo que nos pone a todos, pero aún más a los que nos dedicamos al periodismo, en un altísimo riesgo de que la primera reacción del involucrado no sea la responder al fondo, sino señalar al mensajero: “Eso lo creó la IA”, y entonces deberá ser el reportero, y no el delincuente exhibido, el que deberá de demostrar que su evidencia no es sintética o artificial, o se va al bote.
Invertimos la carga de la prueba: del hecho al emisor; del culpable al periodista.
No exagero: Artículo 19 ya advirtió lagunas de precisión en conceptos como “alarma pública” o “paz social” (que son ambiguos y propensos a la interpretación) y un riesgo de discrecionalidad que podría alcanzar desde la crítica política hasta la edición creativa.
Es cierto, la iniciativa del diputado Héctor Serrano, incorpora exclusiones para fines periodísticos, académicos, artísticos y de parodia “siempre que no exista dolo y se indique expresamente ese carácter”. Bien intencionado, sí. ¿Suficiente? No, porque el campo de juego queda resbaladizo y no hay árbitro judicial ni peritos especialistas en el tema.
Las modificaciones al código penal producto de la iniciativa de regulación a la IA, no define con precisión cómo demostrar el dolo, qué es alarma y, sobre todo, quién y cómo lo acredita.
Byung-Chul Han lo dijo en su libro Infocracia, (que me gusta mucho citar): “vivimos bajo tormentas de datos que no construyen verdad sino ruido”. La información, desanclada de la confianza, se vuelve atmósfera. Y en atmósfera turbia, cualquiera puede gritar “fuego” y llamar a los bomberos, o “deepfake” y zafarse de la comisión de un delito.
Nuestro tiempo es el de la sospecha permanente, la duda como política de Estado.
El tema me recuerda a Orson Welles que lo anticipó en 1938 con La guerra de los mundos: una ficción radial que, contada como boletín, desató pánico.
Hoy no necesitamos actores; bastan modelos generativos, un par de clics y un algoritmo de difusión.
Imaginen —no es ciencia ficción— un boletín “verosímil” de la Sedena ordenando toque de queda; una “conferencia” de la Presidenta aceptando una invasión o un “video” de un presunto homicida de un estudiante de estomatología confesando un delito…(saben a lo que me refiero).
¿Qué tal que el homicida alega que el video que se filtró fue hecho con Inteligencia Artificial? ¿Se va a perseguir al medio que lo difundió? En una de esas, hasta el homicida sale libre…¿Ya me entiende, Culto Público a lo que me refiero, me preocupa, y me da comezón?
La IA escribe el guion; las redes, el miedo.
Ahora bien: San Luis Potosí ya legisló. ¿Hacía falta? Sí. Pero…¿Así? ¿Tenemos la suficiente fortaleza académica, experiencia profesional y capacidades para fundamentar una legislación sobre esta materia que nos va ganando la carrera? ¿No será esto un acelerón en plena curva?
El que esto escribe, aprendiz de reportero, alcanza a ver al menos tres riesgos que no podemos ignorar:
1) La coartada perfecta del poderoso.
Frente a una investigación sólida, la respuesta fácil será: “es IA”. Si la norma deja ambigüedades, el periodista puede terminar litigando su autenticidad en vez de publicar, y esto puede generar un efecto inhibidor, una autocensura preventiva por miedo a ser acusado de crear “realidades sintéticas”.
2) La puerta trasera de la censura.
Cuando “alarma social” o “paz pública” no tienen parámetros verificables, cualquier pieza incómoda puede ser encuadrada como “desestabilizadora”. Hoy se promete que no; mañana basta un fiscal con prisas o un juez con miedo o a modo.
3) La prueba imposible.
En la práctica forense, demostrar que algo no fue generado por IA requiere peritajes especializados, sellos de procedencia, cadenas de custodia digitales. No los tenemos para temas como la IA ¿Quién los hará? ¿Con qué estándares? ¿Con qué independencia? Si no definimos eso, la balanza se inclina contra el informador.
Ante ello, creo que necesitamos definiciones más concretas, cerradas y taxativas, lo mismo que una “mente culpable” o como dicen los abogados una Mens rea probada, exigir dolo específico: intención de provocar alarma…me-di-ble y no de “sensación” de la misma.
Además, si alguien alega que una pieza es sintética o fabricada, que lo acredite con peritajes de laboratorios independientes (no “peritos de parte” -que además no hay en SLP- a modo).
Los periodistas también tenemos que tener garantías reales y no meramente declarativas.
Efectivamente hay una exclusión en la iniciativa aprobada para el ejercicio del periodismo, arte, academia y sátira, sin embargo, ¿quién garantiza que opere en los hechos, cuando alguien -como dije arriba- nada más porque sienta calor le llame a los bomberos…?
No se trata de negar el dilema —que es brutal y de múltiples aristas—, sino de evitar que la cura mate al paciente. Porque, paradójicamente, la IA que nos amenaza con fabricar mundos, también puede servir para validarlos.
A ver, para Usted mi Culto Público, le comparto dos escenarios de pesadilla y uno de esperanza:
Un “Falso con consecuencias reales”: Un “comunicado” apócrifo de Protección Civil que ordene evacuar colonias. Pánico, saqueos, accidentes. Nadie herido por la IA; todos por la estampida.
Un “Verdadero desmentido como falso”: Un video auténtico que documenta un abuso policial. Los responsables gritan “deepfake”, “IA”, un juez timorato concede medidas cautelares, y el reportero enfrenta proceso. La evidencia muere antes que el delito.
Uno de esperanza: que la norma haga lo que promete: perseguir mentiras sintéticas dañinas, proteger a víctimas (como las 400 estudiantes de Zacatecas) y blindar la crítica. Se puede, si se afina y lo hacemos de forma acompañada y profesional. No a la ligera.
La delgada línea entre vigilar y castigar —permítanme el guiño— no debería cruzarse hacia castigar al que vigila. La prensa, con sus errores y excesos que a veces tenemos (no me subo al púlpito ni tiro la primera piedra), sigue siendo el semáforo en una avenida oscura: si se apaga “por seguridad”, lo que viene no es orden, sino una carambola con trágicas consecuencias.
Cierro con una imagen. La IA es el Orson Welles de nuestros tiempos: puede narrar invasiones que no existen y desmentir revoluciones que sí ocurrieron. La diferencia será si, en San Luis, ponemos reglas claras, peritos que sepan, y un principio simple grabado en piedra: a la verdad no se le pone grillete; a la mentira, sí.
Insisto, si lo hacemos bien, con profesionalismo y sin miedo, quizá esta vez la radio hablando de marcianos no provoque pánico, sino lucidez.
Mañana será el diputado de Morena Carlos Arreola (qué casualidad) el que anuncie el desarrollo inmediato de foros con ciudadanos, académicos, especialistas, periodistas, abogados y otros grupos para discutir, plantear y afinar la iniciativa aprobada. Aunque lo convoque Arreola, ni modo, me apunto.
Nota: Esta columna no fue redactada con IA, sino con MIR (Mi Ignorancia Regular).
Hasta la próxima.
Yo soy Jorge Saldaña.
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Estado anticipa monto para la UASLP en 2026: Gallardo
El monto, que se incluirá en la Ley de Egresos, será equivalente al de este año mientras se define el convenio universitario
Por: Redacción
El gobernador Ricardo Gallardo Cardona informó que la Secretaría de Finanzas del Estado ya tomó previsiones para garantizar el recurso que corresponderá a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) en 2026, y adelantó que dicha cantidad será integrada desde ahora en la Ley de Egresos que enviará al Congreso del Estado.
Gallardo explicó que, aunque el convenio anual entre la UASLP y el Gobierno del Estado se firma hasta enero, esta vez se decidió anticipar el monto estimado para evitar desfases como los ocurridos este año, cuando los tiempos entre la firma del convenio y la aprobación del presupuesto no coincidieron y generaron presiones financieras para la institución.
El mandatario señaló que Finanzas partirá del mismo monto asignado este año —refiriéndose a los recursos que se destinan al inicio del ejercicio— mientras la universidad y la Federación definen la cifra exacta en su próximo convenio. Con esto, precisó, los legisladores tendrán que ajustar el presupuesto para asegurar que la cantidad prevista quede protegida en la Ley de Egresos 2025, que corresponde al ejercicio fiscal del próximo año.
Gallardo afirmó que el objetivo de esta previsión es que la UASLP arranque 2026 sin complicaciones, sin necesidad de solicitar recursos prestados durante los primeros meses del año, como ha sucedido históricamente debido a la demora en la llegada del recurso federal y estatal.
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FGESLP requiere 5 mdp para echar a andar Fiscalía de Búsqueda
María Manuela García dijo que el monto servirá para contratar personal y fortalecer prospecciones
Por: Redacción
Tras entregar su informe anual de labores ante la Comisión Primera de Justicia del Congreso del Estado, la fiscal María Manuela García Cázares reconoció que la Fiscalía General del Estado de San Luis Potosí enfrenta “muchos retos”, entre ellos el más urgente: transformar la actual Unidad de Desaparecidos en una Fiscalía Especializada, como lo exige la Ley General.
La fiscal destacó que todas las áreas han estado enfocadas en judicializar carpetas y atender los casos más sensibles denunciados por la ciudadanía, aunque admitió que el avance aún es insuficiente frente a la demanda existente.
En materia financiera, García Cázares confirmó que la institución solicitará una ampliación presupuestal para 2025, derivada precisamente de los costos que implica la creación de la nueva Fiscalía de Desaparecidos: más personal, más material, más prospecciones y mayor capacidad operativa.
La ampliación solicitada asciende a 5 millones de pesos como mínimo.
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